El consejo diario 243

Enseña a tus hijos a que estén alegres con su porción.
¿Cómo?
No es nada fácil.
Te daré pautas que tú sabrás aplicar con inteligencia y flexibilidad.
Recuerda, la pareja de padres deberá ponerse de acuerdo para mantener ambos los límites que establezcan como correctos.
Es bueno que tales límites, al menos algunos de ellos, surjan en diálogo con los hijos (de acuerdo a sus edades, por supuesto).

No les den objetos que no necesitan realmente, a pesar de que ellos insistan y se pongan cargosos.
Enséñenles a apreciar lo que ya poseen, a disfrutar de lo que está en su dominio.
Muéstrenles a no codiciar lo que otros tienen.
No les regalen golosinas con demasiada frecuencia, pero sí en ocasiones especiales, fines de semana por ejemplo.
Procuren que participen en actividades de la casa, en las compras de los alimentos, etc.

Y lo más importante, que sean apreciados por sus padres, de tal forma de encontrar en el alimento emocional (respeto, amor, compañía, contención) una fuente de placer y no buscar substitutos inapropiados.

5 comentarios sobre “El consejo diario 243”

  1. Crear un ambiente de amor, respeto y temor de D’ ayuda a la familia y a todos sus miembros.

    Es apropiado hacer que los hijos y todos en general seamos conscientes de todo lo que poseemos, y tabien está bien que no nos afanemos en lujos y cosas innecesarias ni en codiciar frecuentemente regalitos-chucherias.

    Esta muy bien, que haya colaboración en labores y responsabilidades domésticas, según la edad y las posibilidades de cada miembro de la familia.

    Está muy bien no fomentar el consumismo, y evitar la holgazaneria. Que trabaje, estudie, aprenda de espiritualidad noájida (7 Mandamientos Universales). Y además es oportuno, enseñar a «esas personitas» colaborar en familia, y con sus amistades.

    Construyamos Shalom, también desde las familias, hacia las comunidades en que nos hallamos (vecindad, ciudad, pais, mundo). Y es oportuno intentar mejorar las condiciones materiales y espirituales (sin misionerismo ni obligar a nadie) de las personas con que nos relacionamos.  Paz y amor.

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