EGO, el pan de cada dia

Con el EGO lidiamos a cada rato, ¿y quién no?

¿Por qué no intentar “clasificar” qué merece especial atención y qué dejar fluir?

Personalmente, la respuesta que me he dado en los primeros casos, es decir, en lo que considero que del EGO merece ser atendido como prioridad,  es hacer algo bueno por alguien, hacer algo por y para otro, por ejemplo, decirle algo positivo, saludar, tener un gesto amable: un café, un favor; o ir más allá y hacer un préstamo de dinero, o mucho mejor una donación, etc, algo que implique desprendimiento. La idea NO es ignorar todo lo que es EGO, pero tampoco desatenderlo. Eso si, sin esperar ninguna reacción de la otra parte, ni amabilidad, ni gracias, ni una sonrisa, PERO si la hay, bien, si no, bien. El propósito es poner nuestro EGO en su lugar, ser nosotros quienes lo manejemos, y no al revés.

Y para los demás casos, para aquellas cosas que en realidad son pequeñeces, es preferible dejar fluir lo que sintamos, ver pasar eso que nos molesta, y aprender a restarle importancia burlandonos del niño (EGO) que reclama atención, decirle «no», «ahora no», y enfocándonos en aceptar en lugar de encapricharnos a cambiar esas pequeñeces.

Recordemos, tampoco es nuestra tarea ocuparnos del EGO ajeno. Que cada quien lidie con el suyo propio, y si en el camino está en nosotros ayudar pues lo hacemos, sin que esto sea una intromisión a la individualidad humana.

Saludos y gracias por sus comentarios.

8 comentarios sobre “EGO, el pan de cada dia”

  1. Creo que algunas enfermedades fisicas aparecieron por puro Ego.Por darle excesiva atención pero sin el ejercicio de desprendimiento para el primer caso; y equivocada canalización o «válvula de fluidez» para el segundo.

    Gracias Profe por el ejercicio propuesto; la visión que me da es de restitución de la salud.

Deja una respuesta