Muy grande, sí­, muy grande, pero finito…

  Recuerdas a tu profesor de matemática de colegio o de universidad? Y, en caso de que sí lo recuerdes, ¿cómo lo recuerdas? Sinceramente y sin querer pasar por diplomático, ¿es un bonito recuerdo?

Quienes trabajamos con la matemática y/o la física caemos usualmente en el grupo de "raros" – acá en Chile los muchachos tienen un término muy simpático: "pernos" – y quienes enseñamos estas artes no-tan-exactas normalmente somos blanco de apodos (el "pollo", el "baboso", el "martillo", el "hacha", etc.) y sufrimos hasta discriminación – y no de esa discriminación "positiva" que está de moda hoy en día como mecanismo de ayuda social…

Pues bien, ¿recuerdas al profesor que te enseñó geometría y/o trigonometría? Muy probablemente, sin darse cuenta siquiera, este caballero de fina estampa te enseñó que Dios no puede tomar forma de hombre…

¿Cómo es eso? – me preguntarás – ¡pero si el tal y cual era hasta ateo! "Y sin embargo se mueve", decía Galileo y eso se aplica acá…

Veamos: uno de los números más famosos es el número Pi: 3.141592… Tiene infinitas cifras decimales y, por esa razón, sería complicado explicárselo a un niño de escuela. Por ello en educación primaria a uno le dicen que Pi es igual a 3.1416 – con exactamente 4 cifras decimales. ¿Qué hizo tu maestro o maestra de escuela? Simplemente redondeó las cifras de manera que quede algo que el niño lo pueda captar sin perder tantísima información – conservando lo esencial.

A medida que uno crece es capaz de ir captando más y más el significado de las cifras decimales hasta que, ya en secundaria, el tal y cual te dice que de hecho el número Pi tiene infinitas cifras decimales…

¿Puede un ser humano llegar a conocer todas las cifras decimales del número Pi? ¡No! ¡De hecho, ni uniendo las capacidades de memoria y de años de vida de todos los seres humanos que existieron, existen y existirán nos alcanza para conocer todas esas cifras decimales!

Sin embargo, el tal y cual te aseguró – te firmó – que efectivamente el número Pi tiene infinitas cifras decimales… ¿Era el tal y cual una especie de extraterrestre? No. Simplemente hace uso de una característica propia del ser humano: "no podemos captar el infinito pero podemos llegar a entender que existe". ¡Aunque te moleste el número Pi sí existe!

Ahora bien, ¿qué tal una de esas supercomputadoras que existen hoy en día? ¿Sería capaz de manejar el número Pi? ¡Después de todo cuando uno compra una calculadora científica simple, ya aparece el símbolo del número Pi! La respuesta nuevamente es NO. 

A pesar de los tremendos alcances y poder de los computadores modernos siguen siendo creación humana y por lo tanto no pueden captar el infinito. Al usuario de un PC o de un calculador de bolsillo se le convence de que está usando el número Pi pero en realidad está usando una versión mejorada del 3.1416 que nos enseñaron en la escuela…claro ahora el redondeo no es a 4 cifras decimales sino a (digamos) unas 20 cifras decimales. Es que, como todo buen economista siempre explica, los recursos son limitados y las demandas son infinitas… ¿Quieres una muestra? En el siguiente link encontrarás un poquito más e cifras decimales de Pi: http://www.angio.net/pi/digits/100000.txt

En fin, si un supercomputador (un ente finito) no puede almacenar algo infinito (como el número Pi), ¿sería dable que el Infinito (o sea Dios) sea almacenado por algo finito (como un cuerpo humano)? ¿Me sigues amigo lector?

¿No te remuerde un poco la conciencia? A ti te lo digo, a ti que llamaste con mal nombre al tal y cual… ¿No sería bueno que cuando lo veas nuevamente por la calle, en vez de ponerle una sancadilla al tal y cual, le agradezcas por haberte enseñado algo muy imprtante?

 

 

4 comentarios sobre “Muy grande, sí­, muy grande, pero finito…”

  1. Bueno, los noájidas acá presentes somos un ejemplo de que si se puede. La globalización tiene sus bondades, ahora se puede acceder con mayor facilidad a la información correcta – si uno realmente la quiere y busca.

  2. Excelente… aporte de Juan!

    Y como él lo menciona en el comentario acceder a la información correcta, precisa de realmente querer y buscar, pero suele ocurrir, que:

    «No puedes convencer a un creyente de nada porque sus creencias no están basadas en evidencia, están basadas en una enraizada necesidad de creer». Carl Sagan

    Y esas necesidades suele estar dirigidas por el Ego, apartandose del verdadero deseo desde el yo auténtico, por eso no existe en muchos casos el mínimo interes, y aparecen con frecuencia las excusas para «no querer» y menos para buscar!

    Gracias moré, por traerlo a la memoria!

    Un abrazo

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