EL CAMINO DEL GENTIL JUSTO

Una Introducción a las Siete Leyes de los Hijos de Noé

Por Chaim Clorfene y Yakov Rogalsky




ATENCIÓN: Ninguna parte de esta publicación, "El Camino del Gentil Justo" (Clorfene & Rogalsky), puede ser traducida, reproducida, fotocopiada o almacenada en sistema mecánico o electrónico alguno sin la autorización explícita y por escrito de los autores y de los responsables de la traducción. Sin embargo, pueden referenciarse pequeñas porciones del texto, indicando la fuente:

Fundación Luz de Vida Internacional - J. Mayorga (traductor) & Y. Ribco (asesor de traducción):
Traducción al Castellano bajo permiso del Rabino Chaim Clorfene a partir de la edición 1987 (Feldheim Publishers Ltd.):

The Path of the Righteous Gentile
(An introduction to the Seven Laws of the Children of Noah)
Chaim Clorfene & Yakov Rogalsky
Derechos: 1987 Chaim Clorfene --- Yakov Rogalsky
ISBN 0-87306-433-X

Volver al Índice

SACRIFICIOS



1. Sacrificios animales, como ofrendas a Dios, son vistos por el hombre moderno como una práctica cruel y primitiva, lo cual contrasta con el hecho de que las almas más elevadas que han vivido (Adán y Noaj; Abraham, Isaac y Jacob; Moisés y Aarón; David, Salomón y Samuel) así como miles de exaltados seres humanos, ofrecieron sacrificios animales al Dios de Israel. La verdad está muy lejos de las imaginaciones del hombre moderno, porque la manera y los niveles en que los antiguos israelitas vieron el reino espiritual sólo pueden ser considerados con asombro y admiración.

La razón por la que el hombre carece de la sensitividad y entendimiento necesarios para comprender los sacrificios animales data del período previo a la construcción del Segundo Templo. Era un tiempo en que la idolatría campeaba. Se podría decir que el hombre realmente sentía ansias de idolatría. La situación llegó a ser tan desesperada que los Sabios de Israel oraron a Dios para que removiera del hombre tal profunda compulsión por la idolatría. Cuando las oraciones fueron aceptadas, se vió estallar a un león de fuego por delante del Lugar Santísimo. Los Sabios entendieron la respuesta de Dios. Puesto que el había creado el mundo de manera que lo bueno y lo malo estuvieran perfectamente balanceados (para concederle al hombre libre albedrío), cuando el deseo por idolatría fue removido, el balance se mantuvo al quitar del hombre el entendimiento de los sacrificios. [1]

En resumen: ofrecer un sacrificio animal simbolizaba la subyugación y destrucción de la naturaleza animal del hombre. El animal era faenado y entonces incinerado sobre el altar, reduciéndolo a sus elementos (que ascendían a lo alto). A través de este proceso, una persona era capaz de nulificar su ser animal, acercándose entonces a Dios. De hecho, en Hebreo la palabra para sacrificio es korban que viene de la raíz karav, que quiere decir cerca, puesto que el korban acercó al hombre a Dios. [2]

A partir del tiempo de la destrucción del Santo Templo, se les prometió a los Judíos que el estudio de las leyes referentes a los sacrificios y la oración serían aceptadas por Dios en lugar de los sacrificios (en sí mismos), como está escrito, "Rendiremos las oraciones de nuestros labios en vez del sacrificio de bueyes" (Oseas 14:3).

¿Qué hay de los Hijos de Noaj? En los tiempos del Santo Templo, los justos entre ellos, quienes seguían las Siete Leyes Universales, tenían permitido residir en la tierra de Israel e ingresar al Templo para ofrecer sacrificios a Dios. Más aun, los sacerdotes Judíos ofrecían sacrificios a favor de las naciones de la tierra, siendo el mejor ejemplo los setenta bueyes que se ofrecían durante la festividad de Sucot, el Festival de las Cabañas. [3]

Si después de la destrucción del Santo Templo los Judíos podían ofrecer sacrificios a Dios de una manera espiritual (mediante la oración y el estudio), ¿qué hay de los Noájidas? ¿qué pueden hacer?

La respuesta es una gran sorpresa. A pesar de que un Judío tiene prohibido ofrecer sacrificios en un lugar que no sea el Santo Templo, un Noájida, en la opinión de muchas autoridades, tiene permiso para construir altares privados y presentar allí ofrendas al Dios de Israel, ¡aún hoy en dia! [4] [5]

Nota.- De ninguna manera esto implica que se desmotiva el rezo a Dios entre los Noájidas.

Aun cuando las leyes referentes a los sacrificios son realmente complejas y que, por tanto, quedan fuera del alcance de este libro, los siguientes puntos son una breve reseña de sus principios generales.

2. Durante los tiempos en que el Santo Templo estuvo en pié en Jerusalén, un Noájida tenía permiso para traer un korban olá, una ofrenda a ser consumida totalmente por el fuego. [6]

3. Un Noájida tiene permitido presentar animales salvajes que sean espiritualmente limpios, como lo son aquellos de la familia de los venados o ciervos así como también animales domésticos espiritualmente impuros. Por espiritualmente limpios se entienden aquellos animales que tienen pezuñas partidas y rumian sus alimentos. También podría traer aves limpias, incluso gallos. Pollos y animales salvajes espiritualmente limpios son aceptables sólo cuando el Noájida los presenta en su altar privado. [7] Cuando trae una ofrenda a Dios en el Santo Templo, deberá (sin remedio) corresponder a aquellas categorías prescritas por la Torá y la Ley Judía.

4. La ofrenda de un Noájida deberá (sin remedio) tener todos sus miembros para que sea válida. Otras tachas y desfiguramientos menores no provocan la invalidez de la ofrenda. Esta indulgencia se aplica sólo cuando el sacrificio es ofrecido en un altar privado. Cuando los Hijos de Noaj traen sacrificios al Santo Templo, serán aceptables sólo si cumplen con los criterios de una ofrenda Judía. [8]

5. Los Hijos de Noaj podrían construir altares y ofrecer sacrificios como ofrenda en cualquier lugar.

6. Uno podría ofrecer sacrificios del tipo korban olá, ofrenda encendida, como una muestra del deseo por conectarse con el Dios de Israel. Esta ofrenda es completamente consumida por el fuego y está entre lo más santo de los sacrificios. El animal recibe muerte en el lado norte del altar, y se recoge su sangre en un vaso (para el servicio) en el lado norte del altar. Su sangre es entonces salpicada hacia la esquina nororiental del altar, esparciéndola de esa manera a lo largo de las cuatro paredes. Estos sacrificios requieren que la espaldilla del animal sea entregada a los kohanim (sacerdotes Judíos). La carne del animal a de ser entonces desollada y cortada en pedazos antes de que sea completamente consumida por el fuego del altar. [9]

7. Puesto que la mayoría de las autoridades de hoy en dia prohiben que los kohanim acepten su porción de las ofrendas sacrificales, existe duda respecto a la persibilidad de estos sacrificios por parte de los Hijos de Noaj.

8. Quien, con conocimiento de causa, ofrece un sacrificio que carece de validez, amerita castigo.

9. Algunas autoridades sostienen que si un Noájida ofrece un sacrificio de un animal que ha perdido un miembro, transgrede un mandamiento positivo; pero, no es una transgresión de una de las Siete Leyes de los Hijos de Noaj (lo cual ameritaría castigo por parte de las cortes de ley). [10] Otros dicen que no hay para nada transgresión, pero que el sacrificio simplemente es considerado no-válido. [11]



Volver al Índice

Referencias


[1] Talmud de Babilonia, Yoma 69b

[2] Jerusalén, Ojo del Universo, Kaplán, capítulo 5

[3] Talmud de Babilonia, Sucá 55b

[4] Talmud de Babilonia, Zevajim 116b

[5] Mishné Torá, Leyes sobre Sacrificios, capítulo 19, ley 16

[6] Mishné Torá, Leyes sobre Sacrificios, capítulo 3, ley 3

[7] Talmud de Babilonia, Zevajim 115b

[8] Enciclopedia Talmúdica, Los Hijos de Noaj, volumen 3, página 357

[9] Mishné Torá, Leyes sobre Sacrificios, capítulo 6, leyes 1-23

[10] Talmud de Babilonia, Avodá Zará 5b, Tosefos, "Hasta donde sabemos..."

[11] Comentario de Ritvá sobre Tosefos, pié de página 7