Por Alfredo Zambrano G.
A
todo el pueblo noájido de América y del resto del mundo:
¡Shalom!
Para nadie es un secreto que los días que nos han tocado
vivir son tiempos cargados de grandes batallas y fuertes
conflictos, que cada vez se tornan más fieros por causa de
las falsedades que continuamente son propagadas por los
ejecutivos del engaño en toda América y el resto del mundo.
Nos maldicen, nos condenan y nos desean el mal, esgrimiendo
pasajes oscuros del mal llamado “Nuevo Testamento” y sacando
a relucir errores de nuestro pasado que ya el Eterno, el
Dios de Israel, ha perdonado y olvidado, conforme lo
testifican la Torá y los profetas de la verdad. (Véase
Salmos 32: 1-2).
Cabe destacar que todo este ultraje y vejación está siendo
lanzado en contra de nuestras vidas y familias, como misiles
de destrucción, por causa de nuestro decidido apego a HaShem
y a Su Torá, y el consiguiente abandono de toda forma
siniestra de idolatría. Este regio bombardeo, en vez de
desanimarnos y debilitarnos, enciende más y más la llama de
nuestro amor por el Eterno y el deseo de dar a Él un
servicio limpio y puro, según Su Consejo, viviendo como
gentiles justos, esto es, cumpliendo fielmente las siete
leyes con las cuales HaShem hizo alianza con la humanidad.
Hoy llamo a todos los noájidas que sufren las mismas
calamidades nuestras que se mantengan firmes, unidos y
aferrados inexpugnablemente a la Emuná (certeza absoluta) de
los grandes Tzadikim de Israel, y que luchen con valentía y
tenacidad (como es característico en los justos fieles) por
mantener encendido el fuego de su amor por el Eterno y Su
inquebrantable Torá.
Sé que muchos de ustedes se encuentran hoy nadando en dos
aguas, cavilando en dos pensamientos, confundidos,
atemorizados y llenos de sentimientos de condenación, todo
por causa de los viejos paradigmas del pasado, los cuales no
han podido (o no han querido) desechar por completo. Hoy,
con la fuerza de la Torah que arde en mi alma, les digo:
no teman para nada las amenazas y
maldiciones que los seguidores de Yeshu vierten contra sus
vidas y familias, pues HaShem ha prometido guardar en
perfecta paz a aquel cuya alma se apoya en Él (Isaías
26: 3). No temas apartarte radicalmente de toda
cisterna ajena a Israel, que en lugar de saciar tu alma, la
envenena, contaminando tu Servicio al Eterno y llevándote a
las más profundas cárceles de destrucción.
Me permito hacerte un ferviente llamado a mantenerte fiel,
con tu mente y con tu corazón, en las enseñanzas de Moshé y
los Profetas. Esto va a significar para ti un absoluto
rechazo de las influencias de seudo líderes y movimientos
extraviados que sostienen y promueven ideologías extraviadas
y cuyo propósito es hacer negocio con las almas de sus
seguidores, sometiéndolos a sus caprichos y fraudes, para
luego alardear que tienen “discípulos”, buscando con ello,
influencia, reconocimiento y prestigio.
Amigo noájida, dile definitivamente ¡NO! a la mentira
y a la falsedad, dile ¡NO! a los movimientos que
promueven un seudo judaísmo, especialmente aquellos que se
visten de piedad fervorosa: los
movimientos mesiánicos y/o netzaritas, que se dicen llamar
“seguidores de Yeshu”, y que son la peor y más nefasta forma
de idolatría y maldad. Vincúlate ya, con
resolución firme del corazón, al Eterno y a Sus
Instrucciones. Apártate hoy mismo de aquellos que buscan
deslustrar y mancillar tu sincera relación con el Eterno,
introduciendo en tu mente ideologías muy bien diseñadas, las
cuales han sido extrañas a las prácticas y costumbres de
Israel, según fuimos enseñados por los Jueces, Sabios y
Profetas de la verdad. Decídete por la Torá, decídete por la
vida. Como ya hemos apuntado: Abrazar la Torá es abrazar la
vida. No te dejes extraviar.
Finalmente, te insto a que asumas un sincero y rotundo
compromiso con las enseñanzas de nuestros respetados Jajamim,
aquellos Sabios de los cuales los mesiánicos/netzaritas se
mofan y se burlan con desprecio. No te dejes aprisionar por
sentimentalismos que finalmente te persuadirán a establecer
tratos con aquellas ideologías que niegan y/o contradicen el
mensaje eterno de la Torá, poniendo así tu alma en riesgo de
ser devorada por el mal. Marcha fielmente en pos de HaShem,
como aconseja la misma Torá: "En pos del Eterno
vuestro Elokim andaréis, y a Él temeréis. Guardaréis Sus
mandamientos y escucharéis Su voz. A Él serviréis y a Él
seréis fieles." (Devarim / Deuteronomio 13:
5).
Por el pronto retorno de los fieles de entre las naciones.
Sr. Alfredo Zambrano G.
Director Ejecutivo de
FULVIDA.