Podemos ser lo que queramos

Licenciado Jonathan Ortiz

La mayoría de las personas tenemos el potencial para ser exitosos en cualquier aspecto de la vida. Todo depende de qué tan determinados a tener éxito estemos. Recuerda: “La pasión construye sueños. No el temor”.

El obstáculo que todos debemos superar para cambiar de estilo de vida se encuentra frecuentemente en nuestro condicionamiento pasado, es decir, en la manera en que nuestros padres nos educaron.

Desde el hogar

Tal vez no te has dado cuenta, pero papá y/o mamá se preocuparon más en transmitirnos sus temores que en brindarnos herramientas para desarrollar en nosotros las capacidades y aptitudes necesarias para alcanzar el éxito.

Claro, admiramos a nuestros padres, los amamos, los respetamos, etc. Pero… ¿queremos ser como ellos?

Decimos: “papá y mamá son buenas personas, pero… yo no quisiera vivir como ellos vivieron, en realidad… no quiero ser como ellos”.

Para sorpresa nuestra, papá y mamá tampoco quisieron que nosotros fuéramos como ellos. Siempre se propusieron que fuéramos diferentes. Ellos siempre decían: “Quiero que mis hijos sean mejores que yo”.

Sin embargo, detrás estas palabras hay un deseo escondido que ha hecho que muchos hijos sufran al vivir una vida que realmente no desearon. Ese deseo es: “Quiero que mis hijos sean lo que yo no fui”.

Y es que, en realidad, los padres, la mayoría de ellos, están más interesados en que sus hijos sean lo que ellos no fueron. Por ejemplo, quieren que sus hijos sean abogados porque ellos quisieron obtener dicha profesión pero por razones de la vida no pudieron, etc.

Si haces memoria, recordarás que provienes de una familia en la que la emoción del miedo se utilizaba como motivación principal para hacernos pensar y actuar de una forma determinada. Por ejemplo:

“Si no obtienes buenas calificaciones en la escuela no vas a ir a la universidad para obtener un buen trabajo”.

Solamente tú sabes si eres el resultado de un temor paternal o el resultado de haber utilizado todo tu potencial en las distintas áreas que te caracterizan como ser humano.

Puedes ser lo que quieras. Es verdad.

Por un lado, si deseas vivir a la expectativa de otras personas, entonces tú decidiste ser la encarnación de los deseos de un ser humano.

¿Cuántas cosas al día haces o dejas de hacer para mantener contentos a quienes te rodean?

No me refiero a valores que debes cuidar para mantener el equilibrio social, sino acciones que realizas, que de no llevarlas a cabo, te traerían como resultado la crítica de tus cercanos.

Por otro lado, si deseas vivir a tus expectativas, entonces tú decidiste ser la personificación de lo que tú quieres ser.

Pregúntate: ¿Quién toma las decisiones en mi vida? ¿Yo y/o quién más?

No tomes decisiones basado en tus miedos:

·        No decidas trabajar porque de lo contrario no vas a tener dinero. Trabaja porque luego de recibir el sueldo vas a disfrutar el pan que ganaste.

·        No decidas llegar temprano al trabajo porque de lo contrario te regañarían tus jefes. Llega temprano porque deseas darte a conocer como una persona responsable e integra que respeta el tiempo de trabajo.

·        No decidas iniciar una relación amorosa porque de lo contrario tus amigos van a pensar que tus inclinaciones sexuales son dudosas. Inicia una relación amorosa porque el Creador espera que vivas evitando relaciones sexuales ilícitas.

Profundicemos un poco más:

No decidas pertenecer a una religión porque de lo contrario te “irías al infierno” o no serás “salvo”. Decide servir a Dios sin escudarte detrás del distintivo de la religión. Recuerda que si eres judío de madre judía, entonces, tu cultura y nacionalidad no son la religión judía, sino la identidad judía. Y si eres noájida (no judío) entonces, tu cultura y nacionalidad no son la religión cristiana, mormona, evangélica, mesiánica netzarita, mesiánica sefardí, ni ninguna otra; sino que tu identidad es Venezolana, Ecuatoriana, Mexicana, Estadounidense, etc., y debes vivir conforme tu nacionalidad, y practicar los elementos culturales de tu país siempre y cuando no atenten contra las Siete Leyes dadas a las naciones.

No sigas a falsos líderes que se aprovechan del miedo de la gente para controlarlos. Inventos humanos como el muy conocido pecado original, lo cual (según ellos) te descalifica delante de Dios y por tanto te aleja de Su presencia, y la solución para eso es poner tu “fe” en un ser humano (a manera de formula mágica) para quitarte el sentimiento de culpa y hacerte “salvo” de ese pecado original.

Aprende lo que la voz de la Verdad dice:

“No confiéis en los príncipes ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación, pues sale su aliento y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos. Bendecido aquel cuyo ayudador es el Dios de Yaakov, cuya esperanza está en el Eterno su Dios

(Salmo 146)

 Tampoco te dejes llevar por los mitos tales como el que afirma que Dios tiene favoritos y si no perteneces al grupo de los “preferidos”, entonces, tu destino es la perdición comenzando aquí y terminando en la eternidad.

Aprende lo que la voz de la Verdad dice:  

Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes?, dice El Eterno, ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto, de Caftor a los filisteos, y de Kir a los arameos?

(Amos 9:7)

No sólo Israel, sino también las naciones gentiles son objeto del cuidado Divino y están bajo la protección del Eterno.

Lee el libro del profeta Iona (Jonás), y nota que: se trate de judíos o de gentiles, son objeto por igual de la misericordia de Dios; y todo pecador que se arrepiente y cambia de conducta tiene la puerta abierta a su perdón.

Dice el profeta Ezequiel:

“Pero si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, y guarda todos mis estatutos y actúa conforme al derecho y la justicia, de cierto vivirá: no morirá. Ninguna de las transgresiones que cometió le será recordada; por la justicia que practicó, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del impío? dice El Eterno, el Señor.”  (Ezequiel 18)

No te dejes llevar por el miedo. Haz que tus pensamientos y acciones se guíen por el amor que el Creador ha expresado en Sus Leyes, según aplique a ti, judío o noájida.

Si puedes ser lo que quieras, entonces, ¿por qué ser lo que un ser humano quiere que tú seas?

Complace a tu Creador y complácete a ti. Vence los miedos ficticios y alcanza el éxito material y espiritual. ¿Qué esperas?

Licenciado Jonathan Ortiz

info@fulvida.com

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