En la sala de embarque

El hombre trajeado llegó corriendo hasta la puerta de embarque de su vuelo, pero ya era tarde. Las puertas estaban cerradas, no había forma de abordar el avión.
Agitado y alzando la voz le dispara a la encargada de la aerolínea: “¿Cómo ME hicieron esto a mí?”.
La mujer se lo queda mirando en silencio, sin habilitarle el paso hacia la aeronave.
Aún más exaltado el hombre grita: “¡Déjeme abordar ahora mismo! ¿No sabe quien soy?”.
Y más fuerte todavía: “¿No sabe quien soy?”.
La empleada sonríe, toma el intercomunicador y dice: “Atención señores pasajeros, tenemos un señor en sala de embarque que no sabe quien es. Si alguno de ustedes lo conoce, tenga a bien desembarcar de inmediato para ayudarlo. Gracias”.

Ah, cuando el EGO es el que manda, ¡qué difícil saber quien uno es!
Andamos por la vida como títeres de nuestros miedos, de nuestras creencias erróneas, de nuestras mentiras.
Pretendemos manipular, sea por el imperio de la fuerza o a través de hacer sentir culpable al otro.
Nos quejamos, vivimos amargados, no sentimos placer real, no aportamos al mejoramiento del mundo.

Es hora de despertar, de abordar a tiempo el avión de tu vida.

6 comentarios sobre “En la sala de embarque”

  1. es el mismo q cada dos por tres cambia de religion, de titulo q muestra para q los demas lo sigan? el mismo q se acuesta con señoras casadas? el mismo que se desvive por el diezmo? ese es el que Zabe quien eZ?

Deja una respuesta