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¿Deber de comer carne KASHER para el noájida?

Hay gente por ahí enseñando que los noájidas DEBEN comer carne KASHER, es decir, aquella que es apta en la dieta espiritual judía para los judíos.
Que si comen carne común, la que se adquiere en cualquier carnicería están pecando.
Que debe ser solamente de animales permitidos en la dieta judía, por lo que quedaría fuera el cerdo, langostinos, etc.
Faenados por judíos de acuerdo al ritual judío.
En definitiva, la carne KASHER la imponen como un mandamiento para el gentil que quiere ser leal a DIOS.

Pero, de acuerdo a la LEY, esa enseñanza y esa imposición SON FALSOS.

El noájida que lo desee puede comer carne KASHER, pero sabiendo que lo hace por mera voluntad propia y sin ventaja espiritual alguna a la vista.
No hay ventaja espiritual, puesto que no están cumpliendo ningún mandamiento que DIOS les haya indicado, ni están corrigiendo ninguna imperfección con esto.
Simplemente, o por que gustan del sabor de la carne KASHER; o porque están seguros del origen de la misma; o porque simplemente tienen deseos de hacerlo.
Pero, pretender hacer de esto una actividad obligatoria para todos los noájidas, con carácter sagrado, es un error y hasta quizás un verdadero atentado a la lealtad que le debemos al Eterno.
Porque, si ÉL no lo ordenó, ni está contemplado en ninguna de la fuentes de confianza de la Tradición, ¿cómo se atreven a imponerlo y declararlo sagrado para los noájidas?
No hay argumento traído de los pelos, ni malabar típico del religioso, ni furia fanática que impone regímenes que el Eterno no ha ordenado.

Tomemos un breve pasaje de la TORÁ que lo deja claro y sin dudas.

«No comeréis ningún animal mortecino (muerto sin la apropiada faena ritual).
Lo podrás dar al GUER (TOSHAV, gentil que cumple conscientemente con los Siete Mandamientos) que está en tus ciudades, para que él lo coma; o lo venderás a un extraño (otro no judío, en este caso que no cumple con los mandamientos noájicos).
Porque tú (a los judíos se dirige) eres un pueblo santo para el Eterno tu Elohim. No guisarás el cabrito en la leche de su madre.»

(Devarim / Deuteronomio 14:21)

El mandamiento no deja lugar a interpretaciones rebuscadas.
Pero, no nos quedemos con nuestras ideas, veamos que dice por ejemplo el SEFER HAJINUJ aquí: http://www.ateret4u.com/online/f_01644_part_472.html
Y las fuentes, cuando se busca un poquito, son claras también al respecto. Ni carne no faenada ritualmente, ni carne de ciertos animales, ni mezcla de carne con leche están prohibidas para los gentiles.

Tenemos que andar con muchísima precaución para no hacer del noajismo una religión, lo cual incluye convertirla en una sucursal pobre del judaísmo.
Los noájidas tienen sus Siete Mandamientos dados por Dios, hay una decena de reglas más que los Sabios consideraron oportunas, pero no debemos imponer reglas “religiosas” que no les corresponden y que les llevan a vivir una vida falsa, entre noájida y judío, cuando el Eterno estableció las dos identidades y no una tercera intermedia.

Así pues, amigo noájida disfruta del jamón, de las chuletas de cerdo, del matambrito a la leche, de las ostras, de la paella, del sándwich de jamón y queso, de morcillas dulces o saladas, de bife sangrante, de todo lo que está vedado a los judíos por la TORÁ. Disfruta de eso, si te complace y no te desagrada. Come lo que está permitido por la ley de tu país, lo que el médico te deja, lo que es saludable, y recuerda de no comer parte de animal con vida, porque ESO es lo que tienes prohibido de parte de DIOS, tu Señor.
Y come KASHER, si eso es lo que quieres hacer, porque le encuentras algún sentido tú, sin imposturas ni delirios mesiánicos.

Por el noajismo puro YA, a construir SHALOM con ACCIONES de bondad y justicia.

Algo personal

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Hablen o ladren*, los preceptos universales son lo mejor para el ser humano (No-judío). Quien quiera razonar o evadir hasta ignorar, está en su libertad de hacerlo, de la misma forma que lo hace el que que desea llevarlos a la praxis.

 

Basta de ocultarme o de palabrería zalamera. Si tengo miedo de quién soy, trabajaré duro por superar ese miedo. Si me dan la espalda por saberme noájida (benei noaj, gentíl, no-judio), por aceptar que existe realmente una identidad tal…

¿Más dulce sería la hipocresía barata de sonreír por complacencia? De soportar al «amigo» con deseos ocultos?

¿Seré mejor por evadir las humillaciones bajo un supuesto cariño(ilusorio)?

No, no puedo quejarme por mi preciada herencia. No quiero. Mucho menos renegar de ella u ocultarla.

Lo cierto es que algunos se alejarán. Ya la vida -para los menos creyentes- o Dios y el tiempo bajo su manto, nos regalen otra oportunidad para crecer en sociedad. Si no, ya ni modo, es un hecho que hay mucho por hacer con nosotros mismos  o a nuestro alrededor como para seguir en búsqueda de sufrimientos en vano.

Puedo trabajar por vivir a plenitud o seguir en ruinas, creyendo estar en Atlantis o peor aún, haciendo creer eso a los demás.

Mis sinceros deseos amigos gentíles y judíos, constructores de este mundo.

*Con esto me estaba refiriendo a un hecho puntual que sucedía cuando escribí el post. Iba dirigido a las personas que poco se interesan en ponerse en el punto de vista de uno, pero fácil se ponen a criticar, antes de preguntar.

 

De pecados y perdones

1- tengo una duda bastante importante de judaismo,
2a- imaginemos que un hombre quees ignorante y no sabe bien la Tanakh, y no se sabe bien los mandamientos de Moshé
2b- ni las leyes de Noaj,
3- y un dia, una sola vez en su vida, la única blasfemia que le hace al creador es él diciendo «te lo juro por d**s que no miento»( pero si miente)
4- pero tiempo más tarde aprende bien la Tanakh,
5- y ama a al creador sobre todas las cosas,
6-  y después recuerda ese pecado que hizo y se arrepiente demasiado y quiere ser perdonado( por su puesto no lo volverá a hacer)
7- ¿en este caso el Creador puede perdonar a este hombre ignorante si se arrepiente mucho de corazón
8- y dejarlo entrar al paraíso?
9- gracias,
10 – yo sé que ustedes siempre tiene respuestas correctas. :)
Moshé Rafael

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Irhat Hashem–temor/reverencia del Eterno

Tienes a un hombre destacado como el rey David, con muchísima experiencia de vida, con estudios acumulados en varias áreas, con inspiración divina fluyendo por él, que te dice:

«Venid, oh hijos, escuchadme; la reverencia al Eterno os enseñaré
(Tehilim / Salmos 34:12)

¿Cuál te imaginas que será su enseñanza?

Te propongo que hagas ahora una pequeña lista con lo que tú supones, escríbela, por favor.
No vale buscar el salmo y copiarlo, ni leer unas líneas más abajo este post, ni recurrir a la memoria si es que te lo sabes.
Vamos, ahora haz por favor el ejercicio que te propuse.
Gracias.

Antes de continuar con la respuesta, veamos brevemente que podemos entender por “irhat Hashem”, la reverencia/temor al Eterno.
Con tu permiso, cito un viejo texto de mi autoría:

“…irhat Shamaim no significa paralizarse por el miedo, ni vivir petrificado sin disfrutar de lo bueno que la vida provee.
Todo lo contrario, el que es verdaderamente un irhe Shamaim (temeroso de Dios), goza de cada ocasión para el gozo, y aprovecha la vida hasta su última gota, en tanto se aparta de todo lo erróneo, perverso, extraviado y falso.
Para resumir, irhat Shamaim sería mejor traducido como «reverencia a Dios», que significa ser fieles a Dios, y estar conscientes de que cada acto (público o privado) tiene consecuencias. “
http://serjudio.com/rap1501_1550/rap1515.htm

Creo que con este párrafo ya vamos encaminados a saber cual podría haber sido la continuación de la lección que ofreció el rey David unos renglones más arriba. ¿No?
¿Te vas haciendo una idea?
¿Se parece a lo que anotaste unos minutos atrás?
Quizás una lección del rey Salomón, hijo de David, te oriente aún más:

«La conclusión de todo el discurso oído es ésta: Teme a Elokim y guarda Sus mandamientos, pues esto es el todo del hombre.
Porque Elokim traerá a juicio toda acción junto con todo lo escondido, sea bueno o sea malo.
»
(Kohelet / Predicador 12:13-14).

Leyendo y captando la esencia de las frases de Salomón, encuentro que es algo que se vincula con el cumplir Sus mandamientos, aquellos que te corresponde cumplir.
Es algo que te hace persona, que te distingue del resto de los seres vivos.

Pero, todavía quizás no está del todo definido, por lo cual leeremos las palabras del salmista:

«¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien?
Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño.
Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.»

(Tehilim / Salmos 34:13-15)

Por lo visto no está mencionando ningún ritual, ningún rezo, ninguna ideología, nada de frases de rabinos para compartir por Facebook, ninguna impostura religiosa, ni celebración congregacional.
Ni indica tampoco observancia de preceptos dirigidos a adorar al Eterno, ni cosas vinculadas al Templo. Menos aún algo así como “fe”.
Es extraño, pero está expresado con definitiva claridad.
La irhat Hashem se compone de cuidar el habla, para no murmurar, ni calumniar, ni agredir, ni engañar, ni ventilar lo que debiera ser oculto. Es decir, el rey David está indirectamente diciendo que la Comunicación Auténtica es un elemento clave para todo aquel que desea ser reverente del Eterno.
Y además, la irhat Hashem se sustenta en la construcción de SHALOM, con acciones concretas de bondad y justicia. Apartarse del mal para hacer el bien. Construir SHALOM. Buscarla en donde se encuentra, fabricarla cuando falta.

Pero, además nos dice cual es el resultado de vivir de esta manera: una buena vida, prolongada, agradable.

¿Será casualidad que con estos principios trabaja sustancialmente la CABALATERAPIA, esa que con tanta insistencia venimos elaborando y enseñando desde hace unos cuantos años?
Ten presente al Eterno, vive de acuerdo a Su Voluntad, expresa tu identidad espiritual por medio del camino que Él ha diseñado para ella.
Toma conciencia de tu presencia en el mundo, del valor de tus acciones y de tus omisiones.
Guárdate de romper tu pacto, el noájico para los gentiles y el judaico para los judíos.
Admite tu limitación en tanto te haces una idea superficial de lo insospechado que es el infinito poder del Eterno.
Entonces, vivirás de verdad.

Recibir y aceptar la Torá

Shavuot es la festividad también conocida como “Tiempo de la entrega de nuestra Torá”.
Lo interesante sería ser meritorios no solamente para que Dios nos la entregue a diario, sino para que también nosotros –judíos- la recibamos.
Según atestiguamos en la Tradición, las Lujot haBerit (Tablas de la Alianza) fueron destruidas porque el pueblo no estaba preparado para recibirlas.
Recién unos meses más tarde, en Kipur, por fin el pueblo recibió las Lujot haBerit, las segundas, las cuales permanecieron en su seno. Hoy siguen ahí, aunque materialmente no las tengamos por desconocer su paradero o no acceder aún a recuperarlas; pero, del corazón judío no se han movido estas tablas con su poderoso mensaje perpetuo.

De manera similar, la Torá fue entregada por el Eterno para Israel por intermedio del Maestro Moshé en un proceso que comenzó aquella jornada magnifica de Shavuot, cincuenta días después de la salida de Egipto. Allí se empezó la revelación del sagrado texto, que luego se continuó hasta finalizarse poco tiempo antes de que Moshé partiera de este mundo y los israelitas ingresaran a la Tierra de Promisión.
Los israelitas aceptaron vivir de acuerdo a su Ley, que se compone fundamentalmente por las normas orales, las otorgadas directamente por el Eterno a Moshé y luego (y fundamentalmente) las que las autoridades legales debidamente constituidas aprobaran.
Pero, la aceptación voluntaria e integra no fue cuestión inmediata ni automática, había que desaprender muchas cosas y aprender otras nuevas y completamente diferentes a lo habitual. Esto se concretó recién en la época del exilo Persa, cuando las hordas de Amán el perverso amenazaban con extinguir a la santa nación de Israel.

Reitero el concepto ya mencionado, ojalá pudiéramos recibir la Torá para vivirla a pleno cada día, y no solamente ser pasivos receptos de la Bondad Divina que de continuo nos la viene dando a los judíos.
Quizás este Shavuot puede marcar una diferencia positiva, ¿por qué no?

También es el deseo para nuestros hermanos los noájidas, los gentiles, quienes también tienen su propia Torá, la que está compuesta por los Siete Mandamientos Universales, que fueron dictados a Adam, luego repetidos y confirmados a Noaj para ser finalmente establecidos perpetuamente y sin dudas también en aquel Shavuot en el cual los judíos recibimos la Torá judía con el compromiso de los 613 mandamientos.

COLEGIO SHEM-EBER MÉXICO

ESCUDO COLEGIO SHEM EBER

Se anuncia que Fulvida México crece y se transforma hoy en el «Colegio Shem-Eber México».

El colegio Shem-Eber contará con apoyo de diversas instituciones y peritos en materia de noajismo. Tales como Breslev Israel a través del Rabino David Artzi, Fulvida Internacional a través del Moré Yehuda Ribco, También apoyo del Rabino Eliahu Birnbaum, La Morá Shirley Dobin Rosenthal, quién recibió el premio Internacional Excelsis, reconocimientos que se han entregando desde 1975 a las personas más destacadas de su ámbito en bien de la sociedad, ya sea por su trayectoria, méritos o acciones. Fundadora, directora y coordinadora del Instituto Educativo Derej Emes, Yeshive Toiras Emes.

El Ing. Ramón RQ, el fundador, explica que El Colegio Shem-Eber pretende ser un punto de encuentro para noájidas, en donde «todos» los Rabinos, Maestros y Maestras de Tora del mundo, puedan participar abiertamente para ayudar a los noájidas con programas académicos certificados y con aprobación Rabínica para estudiantes de noajismo en México.

También pretende ampliar su acción académica en otras áreas en un futuro próximo.

ACTIVIDADES
GENERALES:

CLASES
2º Y 4º DOMINGO
DE CADA MES
11:00 – 15:00 HRS

SEDE:

Colegio Shem-Eber

BANCO AZTECA
CUENTA 2256 1350 6069 92
CLABE 1271 8001 3506 0699 24
Envía tu pago al correo; fulvidamexico@hotmail.com
Costo $250 Pesos Mx inscripción
$ 100 Pesos Mx por clase

Un sueño, el milagro de la vida y el mayor de los conocimientos

arcaEsto que quiero compartir, empezó hace muchos años atrás. Empezó con un sueño. Un sueño que me llamaba, que se repetía, que lo llegué a considerar parte de mí, que lo llegué a considerar como una premonición que la compartí con mi esposo, Juan. Un sueño que en un momento dado, años más tarde, lo llegué a tolerar como algo simpático pero que no tenía importancia.

Llevo quince años de matrimonio y junto a mi esposo tenemos casi catorce de observancia de las Siete Leyes Noájidas, justamente la edad de mi hijo mayor, Daniel.

Poco después de que nació mi hija Keren, que hoy tiene once años, tuve un sueño que se repetía cada cierto tiempo, en el cual yo era madre de otro hijo. Parecía una locura pues mi esposo aún realizaba estudios doctorales y cada fin de mes llegábamos con la cuenta bancaria casi en cero. De hecho, mediante el control de fechas empecé a cuidarme para no quedar embarazada…

Cuando lo soñé por primera vez, mi hermana Giovanna todavía no tenía hijos. Yo tenía años orando muchas veces para que el Eterno la bendijera a ella y a su esposo con un hijo, pues habían pasado muchos años desde que se casaron y todavía Dios no les daba esa bendición…

Mi esposo obtuvo su grado de PhD en la Universidad de Chile e inmediatamente empezó un postdoctorado. No mucho después recibió una oferta para realizar un segundo postdoctorado en el Technion, Israel. En aquel tiempo recibimos con gran alegría la noticia de que mi hermana estaba embarazada. Le llamé por teléfono a Ecuador para felicitarle y me comentó que ya hasta le habían comprado una pelota de fútbol, que iba a tener un varón. No pude evitarlo y le dije que yo había soñado que iba a tener una mujercita; ella me dijo que no, que era varón, así que decidí contarle mi sueño…

El sueño sigue en mi mente con toda la claridad posible. En él, mi hermana, su esposo y yo llegamos a un lugar en donde había una casa muy antigua, parecida a un castillo. Junto a la casa había un portón grande como de garaje. La puerta se abrió y el lugar parecía estar lleno de nubes y había muchos bebés ahí. Mi hermana entró primero, después su esposo y por último entre yo. En ese momento se me acercó un bebé y a pesar que sólo le vi el rostro supe que era un varón. Me vino a abrazar y me dijo “mamá”, a lo que yo le contesté: “Todavía no es tiempo, no vengo por ti. Venimos a buscar a la hija de Giovanna”.

Este fue un sueño que se repitió algunas veces, incluso después de que ya nació la hija de mi hermana.

No mucho después de nuestra llegada a Israel, Juan estableció contacto con Rabí Yirmeyahu Bindman cuyo libro “Los Siete Colores del Arco Iris” había traducido al castellano.[1] Entre otras cosas, el Rabino le dijo, “Nadie viene a Israel por nada”…

La frase del Rabino parecía tener poder. Unos días después tuve que salir de una clase de hebreo (estudiaba en un ulpán de la ciudad de Haifa) pues me sentía terrible. Para mi sorpresa la doctora que me atendió me informó que estaba embarazada y comentó, “Siempre les pasa a las parejas jóvenes pues aquí en Israel es normal que la mujer quede embarazada aún si se cuida”.

Pensamos que tendría ese niño varón que yo había soñado varias veces. Pero no fue así. El Eterno nos bendijo con una niña, Jaya.

Después de concluido el postdoctorado de mi esposo regresamos a Ecuador, con nuestros tres hijos. Pero el sueño de que yo era madre de un varón nuevamente se repetía.

Cuando Jaya tenía 4 años nuevamente quedé embarazada, pero este embarazo no prosperó y tuvieron que hacerme un legrado (véase https://jmayorga.wordpress.com/2013/03/20/no-asesinar/). Mi salud después de esto quedó afectada y el médico me recomendó ya no tener más hijos; así que, después de analizarlo bien decidí que debía hacerme la ligadura.

Busqué un médico especialista para que realizara esta intervención. Producto de los exámenes rutinarios ordenados por él, para mi sorpresa, se descubrió que tenía un problema de hipertiroidismo que estaba afectando mi corazón. Por esta razón la ligadura debía esperar hasta solucionar ese problema. El tratamiento involucró una pequeña dosis de yodo radiactivo y el médico indicó que no podía tomar ningún anticonceptivo.

Me preparé durante tres meses para el tratamiento con yodo. Después de tomar el yodo tuve que permanecer aislada diez días. Hasta saber que el yodo había provocado el efecto deseado, lo cual tomaría unos tres meses, no podía tomar otros medicamentos; así que, para no quedar embarazada, durante este tiempo use el método de control de fechas fértiles para prevenir un embarazo.

Luego de dos meses recibí con gran alegría la noticia de que el problema de mi tiroides estaba resuelto. Comencé a asistir a un gimnasio con una amiga noájida para mejorar mi salud hasta que llegara el día de hacerme la ligadura…

Pasó un mes más y Juan me pidió que le acompañe en un viaje de trabajo. Cuando regresamos me dio una infección intestinal muy fuerte que atribuí a algún alimento pasado que podría haber ingerido durante el viaje. Producto de los exámenes médicos, llegó una noticia como balde de agua helada: nuevamente estaba embarazada, y ya era un mes de embarazo. El problema está en que, de acuerdo con las cuentas, el tiempo no era el pertinente para que una mujer que haya pasado por el tratamiento de yodo radiactivo pueda quedar embarazada – lo recomendable era esperar por lo menos seis meses. El cuadro era tan complicado que estuve hospitalizada una semana, teniendo muy claro que la probabilidad de perder el bebé era extremadamente alta…

Después de lo que calificó mi médico ginecólogo como un verdadero milagro, el embarazo continuó. Acudí tan pronto como fue posible a una cita médica con mi endocrinólogo, quien hizo sus estudios de especialidad en Israel, con miedo e inquietud de que el tratamiento con yodo pudiera haber afectado de alguna manera a mi bebé. Sin embargo, con sus aproximadamente cuarenta años de experiencia, me dio ánimo y me dijo que hace poco había tenido un caso similar y que el niño había nacido bien, “así que confíe en que todo va a salir bien”.

En aquel tiempo, yo veía preocupada como se me habían presentado tantas dificultades pero en realidad eran milagros tras milagros. Una secuencia de causas y efectos que salvaron mi vida, que salvaron a mi bebé. Pero la secuencia no había terminado…

En uno de los exámenes rutinarios, ordenados por mi ginecólogo, aparecieron indicios de que nuevamente algo no andaba bien con mi tiroides. Al abordar el caso con mi endocrinólogo apareció un problema mayor pues me detectaron cáncer, un nódulo cancerígeno que debía ser extraído  lo más pronto posible. De hecho, si no hubiera estado embarazada, la intervención se la hubiera realizado inmediatamente. La operación se programó para el tiempo en que yo estaría finalizando el cuarto mes de embarazo ya que, por el cuadro, era lo más recomendable – teniendo en mente que la probabilidad de perder el bebé era altísima pues sería necesaria anestesia general.

Fueron momentos muy duros y fue el tiempo en que tuve que recargar mi cabeza con todas las enseñanzas que había aprendido durante mi vida como noájida: los consejos que había leído en artículos de Fulvida, AishLatino, Jabad, JudaismoHoy, los cds y libros que había oído y leído de Breslev, la fortaleza que me daba mi esposo, etc.

Ya más fortalecida llegué al día de la operación. Duró cuatro horas. Gracias al Eterno sacaron todo el cáncer y yo me encontraba bien. El cirujano me dijo que se oían latidos del corazón del bebé, pero que no me podía asegurar nada hasta que pase un tiempo prudencial y sea evaluado por un especialista. En la noche del mismo día llegó el especialista con todo su equipo para revisar al bebé en mi vientre y para su sorpresa el bebé estaba vivo, con su corazón funcionando de forma normal. Al parecer las cuatro horas que duró la operación no le afectaron en nada. Mi familia y yo lloramos de alegría y le dimos las gracias Dios.

En medio de todo esto recuerdo que mi ginecólogo, cuando supo lo del cáncer, me dijo, “Me saco el sombrero delante el cirujano que le va a operar porque en la mayoría de los casos, el médico no le opera si no se provoca un aborto antes”. Y también me dijo, “si su niño sobrevive a la operación es porque Dios quiere hacer algo grande con él”.

Mi embarazo continuó. Fue milagro tras milagro.

Por mi misma situación, al final del embarazo me dio preclamsia y fue muy duro el parto. A mi bebé lo llevaron a la unidad de neonatología, el pasó ocho días allí. A mí me dieron el alta a los cinco días.

Pero los milagros nunca pararon. Dentro de mi hospitalización requerí dos pintas de sangre en una madrugada. Juan fue al Banco de Sangre, para recibir las dos últimas pintas allí disponibles de mi tipo de sangre, AB+.

Mi cuarto hijo, el bebé soñado, se llama Jaim Gamliel y tiene tres meses. No toma ningún medicamento si bien requiere un control mensual de un urólogo pediatra pues tiene un pequeño problema que en muchos casos se resuelve por sí mismo durante el primer año de vida. Por mi mente nunca se me hubiera ocurrido circuncidarle a mi hijo, pues tengo bien claro que soy noájida y no judía, pero el urólogo tuvo que realizarla para evitar posibles infecciones.

Respecto a mi salud: como parte del tratamiento para el cáncer me dieron una nueva dosis de yodo radiactivo, mucho más potente que la vez anterior. Todo esto lo estoy escribiendo en estos 15 días de aislamiento que tengo que pasar. Creo que compartir esta historia con ustedes es una forma de agradecerle al Eterno por todo lo bueno y por todo lo aparentemente malo que nos ha sucedido.

Ahora he comprobado en mi vida que todo está en manos del Creador, que Él tiene el control y que cada cosa que nos sucede tiene un propósito. Este es el mayor de los conocimientos que haya podido vivenciar.

______

Notas.

[1] Para este tiempo, a más del libro de Rabí Bindman, Juan había traducido “El Camino del Gentil Justo” (Clorfene & Rogalsky) y “¿El Verdadero Mesías?” (Kaplan).

ENTREVISTA A FULVIDA MÉXICO EN EL PERIÓDICO ENLACE JUDÍO.

ENLACEJUDIO

Hola a todos,

En esta ocasión fuimos convocados por el periódico Enlace Judio para dar un mensaje principal.

El mensaje principal es Noajismo NO ES JUDAIZARSE.

Noajismo es:

1. Que la persona reconozca los derechos que hacen que su vida sea más plena
2. Hacer que la persona trabaje en tener una mejor vida a través de estos derechos
3.Luego lograr que los individuos protejan su vida a través de los siete principios universales los cuales son las armas para defender la vida plena que se va construyendo en todas las facetas de la persona.
Noajismo no tiene que ver con judaizarse o convertirse u observar leyes judias sin ser judío.