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"Y Noaj/Noé halló gracia ante los ojos del Eterno" (Bereshit/Génesis 6:8) ¡Que así también sea para ti!

Decidir si convertirse al judaísmo ortodoxo (practicante de Torá) o quedarse siendo un noájida fiel (practicante del pacto noájico) es una idea que ha cruzado por la mente de muchos de nosotros. Precisamente, la semana pasada recibimos alrededor de veinte correos donde personas de diferentes países se sienten “preparadas” para dar “el siguiente paso” la conversión al judaísmo. Sin embargo, todos creen saber por qué hacer conversión, pero ninguno expone razones y mucho menos razones válidas para cambiar de estatus.

Comúnmente, el deseo por hacer conversión nace como:

1.   Un afán de rodearnos de judaísmo porque fue eso con lo que estuvimos familiarizados. (aunque realmente, no se puede llamar judaísmo al cristianismo con kipá, entiéndase IMA - Imperio del MAl, cuyo líder Hernández vende a todo inexperto que anda en búsqueda de espiritualidad).

2.   Querer divorciarnos de todo rastro de cristianismo, mesianismo netzarita, o cualquier otra forma de religión idólatra.

En contraste con el Judaísmo Ortodoxo, el Noajísmo no está definido cómo un conjunto de leyes para ser cumplidas en un lugar y tiempo definidos. Y este solo punto hace que cualquiera piense que es mejor hacer conversión.

Por ejemplo, muchos nos escriben pidiendo el “servicio litúrgico de shabat para noájidas” y al recibir como respuesta que no existe tal cosa, se decepcionan, desilusionan y desalientan. Y algunos, prefieren volverse al seudo judaísmo patrocinado por los seudo maestros del Imperio del Mal.

Pero, ¿rodearse de judaísmo o divorciarse de una religión idólatra, son razones válidas para buscar adherirse a las 613 Leyes del Judaísmo, lidiar con antisemitismo, etc.? Y, ¿son estas razones tan fuertes como para asegurar que no nos lamentaremos luego que aprendimos acerca de la practicidad y sencillez del Noajísmo? 

Me pregunto cuántos conversos al judaísmo miran hacia atrás, se abofetean a si mismos y lamentan: “¡Me hubiera quedado siendo noájida!”

El Eterno te creó como noájida. ¿Qué razones tienes para querer cambiar la voluntad del Creador?

Bien, quizás hay unas pocas razones válidas para argumentar. Pero tendrá que averiguar dichas razones por usted mismo, y si lo merece, las encontrará.

Para ayudarle a tomar una decisión, le sugiero que haga tres listas, o sólo en una hoja de papel dibuje tres columnas.

1. En la primera lista o columna, escriba los posibles cambios que ocurrirán en su vida luego de hecha la conversión.

Sea específico: Mudarse a Israel y ser un ciudadano Israelí, ser llamado a la lectura de la Torá, la familia lo reprobará, tendrá que comer kosher.

Luego de esto, relea lo que escribió y tache cualquier opción que no sucederá en caso de no hacer conversión. Quizás necesite la ayuda de un rabino o aprender si esos cambios suceden tanto a noájidas como a judíos.

Si de todas maneras uno de esos cambios puede darse, no tiene sentido hacer la conversión.

Ejemplo:

Exponerse al antisemitismo, antijudaísmo. Si usted está a favor del pueblo judío, entonces se ha ganado la enemistad de millones que desean borrar del mapa a dicho pueblo, o peor aun, usurpar la identidad de dicho pueblo (estrategia de los seudo "judíos" mesiánicos, en especial netzaritas). Note que, en este sentido, la conversión es innecesaria.

Usted puede comer kosher siendo judío o noájida. Entonces, note que la conversión es innecesaria.

    2. En la siguiente columna escriba los nombres de individuos o grupos con cuya desaprobación usted siempre vivirá. No importa qué decisión tome, alguien tratará de convencerlo de que su decisión es la equivocada. Si usted decide hacer conversión, habrá tanto judíos como gentiles que dirán que usted no debería tomar tal decisión. O alguien dirá que usted debió haber hecho la conversión a través de un grupo judío diferente al ortodoxo. Si usted decide no hacer conversión, pero aun así seguir relacionándose con una comunidad judía, habrá tanto judíos como gentiles que lo presionarán a convertirse. Si usted no se convierte o se asocia con una comunidad judía, habrá tanto judíos como gentiles que lo presionaran a llevar un estilo de vida más “observante” “religioso”.

Ninguna decisión complacerá a todos. La pregunta que debe hacerse es: ¿Con qué nivel de aceptación o rechazo, podrá vivir cómodamente?

   3. En la tercera columna, escriba las cosas que usted puede conseguir a través de la conversión pero que no podrá conseguir como noájida. Esta puede ser una pregunta difícil. Sea muy específico. ¿De qué manera usted, como judío, podrá contribuir con el pueblo judío, la Tierra de Israel, o el mundo pero que como noájida usted no podrá contribuir?

Cuando usted responda a esas preguntas, usted estará en una posición mucho mejor para re-preguntar-se.

Cualquiera le puede dar un consejo, pero hasta que usted no responda a esas preguntas, no estará lo suficientemente cerca para saber cual decisión es la mejor para usted.

Esperamos que esta respuesta haya sido clara.

Recuerde: Sus preguntas son bienvenidas, cuente con nosotros para comenzar a vivir como un gentil fiel y piadoso lleno de éxito y prosperidad verdaderas.