Cuando admites tu impotencia
y conoces tus límites,
estás admitiendo tu poder
y tu conexión con el Todopoderoso.
Es lo que en la Sacra Tradición se llama “ser humilde”.
Cuando admites tu impotencia
y conoces tus límites,
estás admitiendo tu poder
y tu conexión con el Todopoderoso.
Es lo que en la Sacra Tradición se llama “ser humilde”.
Algunos recordaran la película de El regreso del capitán garfio.
Ayer llegue a casa y mi hija quería ver esa película (por centésima vez) solo que está vez quise poner en práctica lo comentado en fulvida; buscar una enseñanza en todas las cosas por simples y pequeñas que nos parezcan.
Vi un Peter pan viejo y consumido por sus importantes compromisos, un Peter pan que había olvidado volar, y que había acumulado grandes cantidades de miedo y frustración. Un Peter pan gordo y temiendo a las alturas, fuera de forma.
¿Recuerdas cuál fue la idea feliz que lo hizo volar?
El nacimiento de su hijo.
Nos vemos enfrascados en esa lucha cotidiana que ya no creemos que podemos volar, se nos ha olvidado nuestra programación inicial. Podríamos culpar a aquellos que nos han llenado de ideas absurdas y locuras, podríamos culpar a los líderes y manipuladores, ok está bien. Acá hay un dicho que dice: «La culpa no es del indio, si no de el que lo hace compadre»
Es tiempo de responsabilizarnos un poco y reconocer que «hemos hecho compadres» a muchos que solo nos han maniatado, nos han reducido, nos han dicho que estamos gordos y que no podemos volar…….
¿Les crees? Vuela Peter!!!
Por las mañanas al ir a trabajar suelo pasar por determinados lugares entre ellos una pequeña calle que esta frente a una escuela, el conserje de dicha escuela tenía por costumbre barrer el frente de su casa que está precisamente a un lado de la escuela donde trabaja, y ya era costumbre verlo a la hora que me voy a trabajar barriendo el frente de su casa
¡Buenos días! Era lo que le decía cada mañana a este señor
El viernes un poco más tarde de lo acostumbrado y absorto en otros pensamientos pase por ahí pero cuando me di cuenta ya había pasado sin saludar al algo anciano señor, distraído por otros asuntos me negué el derecho de saludar amablemente a este señor, “otro día lo saludare, pensé entre mi”
Al otro día pase por el acostumbrado lugar pero en lugar de encontrar al señor barriendo, encontré un bullicio no cotidiano, gente pasando con mesas comida entre otras cosas, al llegar a donde finaliza la casa de este señor y justo arriba de la puerta vi un moño negro que indica que alguien ha fallecido, el moño que un día antes y muchos muchos días antes no estaba, “alguien murió ¡qué pena! Dije entre mi”
Más tarde preguntando quien había fallecido supe que lamentablemente era el señor que diario barría el frente de su casa.
Esta experiencia me dejo un aprendizaje
El More lo explica así:
Observemos las palabras de Hilel:
“Él solía decir:
Si no soy para mí mismo, ¿quién es para mí?
Y cuando soy para mí mismo, ¿qué soy?
Y si no es ahora, ¿cuándo?”
(Pirkei Avot 1:14)
Yo debo hacer para mí, eso es ietzer hatov.
Si me hundo en mí mismo, soy un egocéntrico, un ególatra, un siervo del EGO, eso es ietzer hará.
Si me dedico a cavilar sobre el pasado, si fantaseo sobre el futuro, si no vivo aquí y ahora, NO VIVO.
El día viernes absorto en pensamientos ajenos al momento que vivía, pase por alto saludar a un conocido, y pensé “otro día lo saludare” dice Hilel Y si no es ahora, ¿cuándo?
Un buen futuro se construye viviendo con responsabilidad el presente, y si no vives aquí y ahora no estás viviendo en realidad, porque estas en “otro lado” aunque físicamente estes ahi.
Amigo apreciado estas palabras me las repito a mí mismo para tratar de vivir aquí y ahora, es tan común que vivamos en el pasado o fantaseando en el futuro que ya ni siquiera nos damos cuenta de ello, te invito a que reflexiones y te analices porque muy probablemente encuentres que no estás viviendo aquí y en este momento.
Ya para terminar un detalle no menos importante, Dios el Bendito Creador del mundo, nos instruye a vivir con intensidad el presente a través de los 7 Mandamientos universales, te podrás preguntar qué ¿cómo es esto?, porque los Mandamientos son eso mandamientos pero ninguno dice VIVE TU PRESENTE, o al menos así parece, pero si te das cuenta todos ellos son ordenados para llevarse a cabo en un determinado momento ¿Cuándo? SI, efectivamente EN ESTE MISMO MOMENTO, EN ESTE JUSTO INSTANTE, LOS MANDAMIENTOS SON PARA CUMPLIRSE EN ESTE MISMO MOMENTO AHÍ EN DONDE QUIERA QUE TE ENCUENTRES.
Vive con intensidad tu presente y vívelo con responsabilidad a través de los 7 Mandamientos Universales.
Te envió un afectuoso saludo querido lector apreciado amigo y que tengas buena tarde.
¡Hasta pronto!
Quiera el Bendito Creador del mundo darle descanso a Alfredo y confort a todos sus deudos.
En la vieja URSS, Moishe era adoctrinado en los principios del partido gobernante:
Oficial soviético: Si tienes un yate, ¿qué debes hacer?
Moishe: Dárselo a la Madre Rusia.
Oficial soviético: Si tienes un palacio, ¿qué debes hacer?
Moishe: Dárselo a la Madre Rusia.
Oficial soviético: Si tienes un par de zapatos ¿qué debes hacer?
Moishe: …
Oficial soviético: ¡Te repito!, si tienes un par de zapatos ¿qué debes hacer?
Y Moishe continúa en silencio.
Oficial soviético:¿Por qué no contestas que debes hacer con el par de zapatos?
Moishe: Porque… es que realmente tengo un par de zapatos…
Al contrario de lo que ocurre en esta anécdota, para la visión espiritual siempre cuentan las acciones, pero también es fundamental las intenciones.
Si por el motivo que fuera, una persona se ve prácticamente imposibilitada de cumplir con alguna regla positiva de vida, la visión espiritual considera como mérito la voluntad, el deseo de cumplirla.
No se nos exige ser perfectos… simplemente trabajar con constancia para lograr nuestro mejor fruto, que es nuestro mejoramiento en el plano de lo posible.
Si valoras algún asunto como importante,
de alguna manera encontrarás la forma de realizarlo.
S en el fondo no lo valoras tantos,
lo que encontrarás serán mil excusas.
Cuando aprendas a valorarte
aprenderás a valorar lo realmente importante.
Actualmente tenemos una altísima demanda de productos y servicios los cuáles para poder satisfacer nos vemos movidos a ir más allá del sano equilibrio que el Eterno determino para nuestra manutención y beneficio. Estos abusos nos están cobrando ya factura y no solo en el medio ambiente, si no incluso en nuestra vida familiar.
Este equilibrio lo tiene todo y todo está afectado por violentarlo.
El no respetar ese equilibrio con nuestros amados puede tener resultados catastróficos. Usurpamos no solo las creencias y la identidad de otros, si no también la identidad de nuestra esposa, hijos y de quienes nos rodean. Pensamos que no ocurre nada porque tal cual sucede por ejemplo con el pollo. Para satisfacer esa gran demanda es necesario hacerlos crecer más rápido, contra natura vamos al final sabe bien, no hace daño.
De momento nos acostumbramos a violentarlo todo, a apresurar todo, a sacar de su proceso y aquilibrio justamente determinado por El Creador del Universo, pues… «no pasa nada»
Pero… ¿No hay consecuencias realmente?
¿Porque queremos arreglar todo? Corregir cosas que fueron perfectamente determinadas. ¿A caso somos más sabios que el Eterno para corregir el equilibrio exacto que el puso en todo?
¿Cuantas cosas que tratamos de reparar solo las arruinamos más?
Carrera de sapos
La meta de aquella carrera de sapos era llegar a lo alto de una gran torre.
Entre el numeroso público presente corría un rumor, que se fue haciendo dicho popular, cada vez más comentado y repetido en alta voz: “¡Qué pena! Esos sapos no lo van a conseguir, no alcanzarán la meta. La torre es muy alta, imposible alcanzarla. Es sapamente imposible, imposible…”
Los sapitos, cansados, abrumados, decepcionados, fracasados, llevados por las observaciones, uno a uno iban abandonando el esfuerzo.
Pero entre ellos había uno que persistía y continuaba subiendo en busca de la cima, sin hacer caso de los comentarios de todo el mundo, ni de su propio cansancio.
La multitud gritaba cada vez más fuerte, como si el volumen aumentara de acuerdo al menor número de participantes: “¡Qué pena! Ustedes no lo van a conseguir”, y los sapitos iban siendo vencidos, unas tras otro.
Solamente aquel sapito seguía y seguía tranquilo, cada vez con más ganas.
En los tramos finales solo quedaba aquel sapito, quien, remando en contra de la opinión general y de su agotamiento físico, llegó a la cima.
Movidos por la curiosidad, todos se interesaron por saber qué fue lo que lo había motivado a seguir en su ascenso. Uno de los competidores se acercó a preguntarle cómo es que él había conseguido hacer lo que para todos era evidente imposible.
Así descubrieron que era sordo, tal fue su secreto para no prestar atención a los gritos desalentadores que rugían desde las gargantas de los demás.
Moraleja:
Recuerda siempre el poder que tienen las palabras que escuchas. No dejes que éstas te influencien de forma negativa, llevándote a desistir de tus ideales.
Ni las palabras ajenas, ni los pensamientos negativos propios.
Haz siempre tu mejor esfuerzo, que no tienes el deber de ser perfecto, pero sí el de dar tu máximo posible. No permitas que personas negativas derrumben las mejores esperanzas de tu corazón.
Preguntas para reflexionar
1. ¿Te dejas llevar por la opinión de los demás?
2. ¿Cuándo crees que es necesario atender a lo que otros te dicen?
3. ¿Cuál es el sano límite para esforzarte?
Tan hermoso que es el mundo cuando se ve con los ojos del ser y no los del ego.
Busca métodos que armonicen tu Yo Vivido con tu Yo Auténtico y encontrarás la dicha, la plenitud, el gozo de la constante bendición que Dios deposita en ti.
Gracias Felipe, de Costa Rica: http://fulvida.com/fortalecimiento/feliz-septimo/el-consejo-diario-357#comment-33642
El presidente de la comunidad escuchaba con atención la lectura pública de todas las cartas que le habían hecho llegar los eminentes de la comunidad y aledaños, con palabras de elogios y alabanzas, con motivo de su reciente nombramiento como jefe de la comunidad.
Su corazón regocijado ante tanta bulla, parecía querer escapar de su pecho, y ponerse a danzar, lleno de orgullo y aires de grandeza. Con grandilocuentes gesticulaciones aceptaba cada zalamería, como si no tuviera más remedio que recibirlos su grandeza y bonhomía.
Más tarde, cuando los aplausos y lisonjas enmudecieron, él lleno de vanidad se pavoneó rumbo a su casa.
En el camino, lo detuvo un indigente para felicitarlo con sinceridad.
Pero el nuevo presidente repudió la mano fraternalmente tendida con un gesto de asco y falto de humanidad.
El pobre hombre entonces respondió al presidente: "Muchos te aplauden y dicen maravillas de ti, pero, no puedes mentirle a tu conciencia que triste y en silencio acusa tu soledad…"
Preguntas y datos para meditar y profundizar:
¿Qué demuestra de su autoestima aquel que se desespera para obtener aplausos?
La estocada o la medicina
"Hay quienes hablan como dando estocadas de espada, pero la lengua de los sabios es medicina."
(Mishlei / Proverbios 12:18)
¿Por qué el humilde es capaz de adquirir sabiduría?
¿Qué parece estar buscando el que siempre denosta al prójimo?
Corazón y lengua
"Cuando el corazón es estrecho, la lengua es amplia"
(Ibn Gabriol, Mibhar HaPenninim, c. 1050, #329).
¿Tiene usted ejemplos de esa enseñanza?
¿Cómo se puede ampliar el corazón, para estrechar el alcance de la lengua viperina?