La coherencia y la calidad de vida

Anoche acudí al teatro a escuchar a la Orquesta Sinfónica Nacional. Fue una bella velada porque a pesar de los embotellamientos viales que me llevaron a que no pudiera acudir a la primera parte del concierto, al menos pude escuchar la última sinfonía de Schumann. No soy un versado en el tema de la música, aunque sí me encanta, pero tengo el entendimiento suficiente para apreciar una obra como la Cuarta Sinfonía de este gran compositor.

Dejando de lado las percepciones personales que se tengan sobre él, Schumann fue un gran compositor pero no se puede tapar el sol con un dedo y no reconocer que era un tipo con muchos problemas quien sufría de melancolía psicótica y acuñó la frase célebre “mi vida entera ha sido un lucha entre la poesía y la prosa, o llámala entre la Música y el Derecho”. Schumann comenzó a estudiar Derecho pero su pasión era el piano y la música, pero debido a sus desbalances mentales, ofrezco disculpas de antemano si no utilizo bien los términos profesionales correspondientes, llevó a que la vasta mayoría de sus obras fueran impredecibles, sin mucha lógica, es decir, incoherentes.

Ello no implica que sus obras no fueran verdaderos opus pero no tenían coherencia, si una persona actuara como una composición de Schumann en general, se le catalogaría de loca, y con sobrada razón, pero hay una obra de este compositor que destaca por su coherencia, obviamente no al nivel de otros compositores de mucho más raigambre y estilo, pero siempre es muy coherente. En la vida nos podemos conducir como una sinfonía o sin-fonía.

La coherencia es una conexión lógica, algo que tiene sentido porque tiene una génesis y un fin, algo así como aquella frase que decía que “todo nuevo comienzo proviene del final de otro comienzo”; la vida es precisamente eso, apertura y cierre de ciclos, oscilaciones del péndulo de positivo a negativo, de izquierda a derecha, etc. Pero esa conexión, o sea, esa lógica que vincula un paso con el otro, es precisamente lo que nos permite llevar una vida sin muchos problemas.

Te lo voy a exponer en términos simples. Si tienes una determinada base de valores, entonces debes actuar conforme a esos valores, eso es coherencia. El noajismo es coherente con la génesis del ser humano porque al existir en cinco planos de inmanencia, o sea, el espiritual, el intelectual, el físico, el emocional y el social, los Siete Mandamientos Universales le dan la oportunidad al ser humano de vivir una vida coherente y de garantizar no solo la preservación de la raza humana sino de todas las especies, precisamente porque disfrutamos del universo que nos rodea toda vez que lo cuidamos, entonces respetamos esa base lógica para vivir.

Como las tres bases del mundo son la verdad, la justicia y la caridad, un noájida no aprueba la idolatría en otros, pero tampoco se anda burlando, porque la burla causa dolor y resentimiento y estos dos sentimientos son contrarios de lo que es la paz y la armonía. Como un noájida consciente de su identidad sabe que todos hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios, no trata a otros mal por estar en una condición socioeconómica inferior a él pero tampoco adula a los que sí lo están, por el contrario, se conduce por la vida de manera auténtica y coherente, no es A en un lugar y B en el otro, siempre mantiene un comportamiento constante y calla más de lo que habla, observa con sus sentidos y aprende de lo que vive él o de lo que viven los demás.

El noájida consciente de su identidad no es un tirano que impone su voluntad sobre los demás, más bien es un conciliador, une en vez de separar, calma en vez de incitar, apoya en vez de abandonar, pero es lo suficientemente inteligente para no dejarse llevar por las manipulaciones de otros, porque se conoce a sí mismo y sabe detectar cuándo el EGO de otra persona o el suyo propio quieren salir a relucir y enturbiar la comunicación auténtica.

Todos los días haz podido apreciar a esas personas que no se comunican auténticamente o que son incoherentes en su actuar; hay personas que adulan a su jefe y desprecian o maltratan al conserje; hay quienes dicen amarnos pero lo que quieren es utilizarnos; lo ves en los políticos que hacen promesas de campaña que luego no cumplen y así un sinfín de ejemplos que te podría citar pero que no tiene caso porque tú mismo los sabes y tienes una gran cantidad de ellos para compartir, que dicho sea de paso, me encantaría que hicieras en la sección de comentarios para enriquecernos mutuamente.

Quien no tiene coherencia en su vida no va a poder llevar a cabo una vida de plenitud y es que la razón de ser es que no obstante la inmensa cantidad de fenómenos que ocurren en el universo, todos son causales, no casuales, y son el producto de un proceso lógico, con un inicio y con un final, así que si usamos a la naturaleza como modelo de nuestro actuar, la coherencia garantiza de mejor manera la supervivencia y no solo la supervivencia sino una vida de calidad, más allá de la mera existencia a la orilla de la oscuridad, representada en muchas formas.

Si hay algo cierto en la vida es que las probabilidades de tener una vida de calidad aumentan considerablemente si se es coherente en el actuar. No, no es una garantía absoluta, no es que con bailoteos o cánticos vas a invocar espíritus que te ayudarán cual mandaderos a cumplir tus deseos, o como más de un escritor “light” de esos de moda dice que el universo conspirará para que tengas algo, no, las cosas no son así.

No hay manipulación de Dios o dioses que corran a socorrerte como si fueran salvavidas. Hay un Unico Dios que ha creado un universo vasto y complejo pero no es un camarero a la carta. Y las cosas se tornan peor conforme las personas van apartándose de la vida auténtica y ya no solo no ponen atención a Dios sino que se llenan de los dioses creados por las ellos mismos, esos ídolos ni siquiera se mueven, son simples pedazos de tierra o metal, piedra o vaya a saber uno qué otro material, pero que son inertes, tan funcionales como rocas muertas y sin embargo, las personas los adoran o más bien, se adoran a sí mismas a través de representaciones de lo que ellos consideran como su dios, pero que muy en el fondo es una representación de sí mismos.

Pero como puedes ver, a pesar que las probabilidades que la oración vaya a servirte del modo que pretendes son muy bajas, el hecho es que orar de verdad es un acto de amor, que en consecuencia libera la mente y mengua al EGO que se apacigua porque no le estás atizando para que se enardezca. La oración es un mecanismo de conexión, de liberación que abre nuestra mente y cuando la mente está abierta actuamos de manera coherente.

No pierdes nada, haz la prueba. Da sin esperar nada a cambio, como cuando te comunicas con Dios, hazlo para darle gracias simplemente por el hecho de dar gracias, sin intenciones ocultas, y verás los grandes cambios en tu vida. Orar es gratis, no tienes que darle dinero a un vividor que te vaya a despojar de lo que tienes, sea mucho o poco, no tienes que perder todo un domingo en una edificación cuando más bien podrías disfrutar del aire fresco, oh sí, orar es gratis.
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De esta misma forma da sin esperar nada a cambio de parte de los demás, pero no seas cruel contigo mismo y no te quedes sin nada porque el que todo lo da a pedir se queda; sé consistente en tu forma de actuar, persiste en alcanzar tus metas, no te rindas pero ten en cuenta que no hay fórmula metafísica para el éxito en la persecución de tus metas, solo hay trabajo, esfuerzo y dedicación, pero no basta solo con eso y aunque la oración es buena porque te permite comunicarte con Dios, ésta debe estar ausente de egoísmo, esa es la forma de liberar la mente y de actuar coherentemente.

LA IGLESIA ROMANA HA MUERTO UN PAPA VISITA ISRAEL

La visita del Papa a Israel.

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Recientemente fuimos testigos de una reunión que ha despertado comentarios.

El Papa Francisco llevó a su viaje por Jordania, Belén y Jerusalén a dos viejos amigos de Argentina: al rabino Abraham Skorka, quien escribió un libro con el papa, y al jeque Omar Abboud, quien encabeza a la comunidad musulmana de Argentina.

Algunos miembros pertenecientes a los tres grupos han pronunciado especies de críticas hacia los otros credos. Y de igual forma otros miembros de los tres grupos decían comentarios aparentemente positivos. Hubo además comentarios de miedo y desconfianza de los tres grupos.

Los comentarios destacados por las tres comunidades fueron entre otros los siguientes:

1. ¿Cuándo “los otros”, van a Hacer lo que D-s manda?, otros decían;
2. Seguramente con esto lograremos “elevar el alma” de las personas,
otros en pregunta y también en afirmación pronunciaban:
3. Ahora si van a “Reconocer” la existencia de D-s y otros más afirmaban o preguntaban:
4. Con esto van a “sentir la presencia” de D-s en su día a día.

Pero más allá de las creencias y críticas que se contraponen, Le pregunto:

¿Puede usted amigo lector tomar algo positivo de lo ocurrido en Israel con esta visita del Papa?

Pensemos y primeramente recordemos que un mensaje de suma importancia para el mundo y derivado de este encuentro «fue omitido» y es que: “Por más que se reúnan estos tres líderes, “nada cambia”, si este mensaje común a los humanos no se menciona públicamente en sus reuniones. La iglesia romana ha muerto y busca simpatía publica a costa de utilizar los medios.

UN ANÁLISIS DEL MENSAJE OMITIDO SEGÚN FUENTES JUDÍAS A CONTINUACIÓN:

Recordemos que los humanos en lo cotidiano necesitamos algo que es más importante para atraer una verdadera convivencia entre los pueblos que una reunión de lideres. Y el hecho de que estos tres se reúnan cada 10 años, luego cada año, luego cada mes, Le pregunto querido lector: ¿Cambiará eso su realidad amigo?

Pensemos: Las personas en lo cotidiano necesitamos, entre muchas cosas, ver, conocer y vivir cuatro aspectos importantes de la existencia y estas son:

1. Hacer uno mismo lo que D-s manda.

Antes de definir que podría ser lo que D-s manda centrémonos en la frase «hacer uno mismo».

Lea bien: «Hacer uno mismo». No su grupo, no su comunidad, no su página web favorita, no su líder comunitario o religioso.

Nadie puede decir que hiciste la voluntad de D-s con buenas acciones que “no son tuyas”. Independiente de cual sea el credo, para que las buenas acciones se consideren propias, estas deben de provenir de uno mismo.

Rabán Gamliel, hijo de Rabí Yehudá solía decir: «haz la Voluntad del Eterno como si fuera tu voluntad, para que tu voluntad se haga como Su Voluntad. Anula tu voluntad ante Su Voluntad, para que sea anulada la voluntad ajena ante tu voluntad» (Avot 2:4).

Y así tenemos el siguiente punto, que es mejorar POR UNO MISMO, es decir, elevar nuestra corporalidad, nuestra vida cotidiana o realidad, en otras palabras ser una buena persona o si gusta usted en otros términos:

2. Elevar nuestra alma

Mira, Si una lluvia intensa cubriese el mundo de una persona hasta inundarlo por completo. ¿Qué tendría que hacer esta persona? Si pensamos bien, Seguramente empezar a construir un Arca. Probablemente lo más segura, amplia y resistente para librar la inundación que se avecina. ¿Pero qué tal si no tiene madera?, ¿Qué tal si no tiene tablas?, ¿Qué va a pasar? Pues seguramente primero va a agarrarse de lo que haya encontrado y con lo que pueda flotar, luego va a nadar y luego va a ver como los de a su alrededor y que sobreviven, se matan unos a otros para poseer lo último que les queda y que los mantendría a flote. Luego escaparía entre la inundación y al final tal vez, si no ocurre un milagro, seguramente se va a ahogar e inevitablemente morirá. Así pues, en la realidad cotidiana, el Arca que nos mantiene a flote y que nos va a salvar de esa lluvia que va a terminar por inundar nuestro mundo, se construye a través de nuestras buenas acciones, a través de nuestros propios méritos, a través de la caridad o ayuda al prójimo que prestamos, a través de acciones de bien y que son imparciales a cualquier creencia, a través de acciones que a ojos de D-s son buenas, a través de “regresar a hacer en concreto lo que nos salva de ahogarnos en un diluvio” y eso son nuestras buenas acciones, nuestros méritos y no otra cosa. En otros términos, el arca sólida de nuestras buenas acciones.

Y hacerlo uno mismo, implica que se puede dejar de vivir sin miedo ante cualquier tempestad ya que “uno mismo” puede construir un arca de acciones buenas que otorguen corrección a la propia vida, es decir salvación.

No hay remedio más eficaz para una tempestad que “tu arca de buenas acciones”.

Por lo cual llegamos al siguiente punto, que es reconocer que el mundo es de D-s y que lo construyó para que podamos:

3. Reconocer la existencia de D-s

Retomando el tema este de la lluvia y la inundación hay que pensar en algo:

El miedo.

En relación a este miedo ya mencionamos que el arca de las buenas acciones te libra de la tempestad. Sin embargo existe seguramente el miedo y es que nadie puede quitarte el miedo. El miedo solo tú te lo quitas, cuando te das cuenta de lo siguiente: “Si D-s pone una tempestad en tu vida, es para que te apures a construir un Arca de buenas acciones. Porque D-s (en términos humanos) se podría decir que quiere, desea, anhela, siempre está presto y promueve que “te salves tú”, a ti mismo, con tus méritos, con tus acciones, con tu construcción, con la mejora continua de los aspectos físicos, emocionales, mentales, sociales y espirituales de tu vida .

Hay que llegar al punto, en que debes de tener confianza en que toda la existencia la crea D-s, para que de alguna forma, «exista corrección» tanto en tu vida como en el mundo a través de «las buenas acciones» y no a través de las creencias. Ya lo dice el Salmista:

«Bueno es el Eterno para con todos, y Su misericordia está en todas Sus obras.» (Tehilim / Salmos 145:9)

Por lo que ahora podemos concluir que:

Las acciones que crean tempestad en lo cotidiano o que construyen un arca para navegar mares, son las que nos ayudan a ver claramente que podemos sentir la presencia de D-s en nuestro día a día.

Así se puede afirmar que solo a través de nuestras acciones podemos tener una relación directa con D-s, porque éstas nos crean una tempestad o nos mantienen a salvo de cualquier diluvio.

Por lo tanto, Esa es la forma de:

4. Sentir la presencia de D-s en nuestro día a día.

Así es que si en la vida empieza a lloviznar, luego hay tormenta, luego parece que va a haber inundación; no se preocupe, no tenga miedo. D-s le está diciendo que construya “su arca”. D-s le está diciendo que desea corregir el mundo, que es momento de hacer méritos y de tener buenas acciones para que «uno mismo» salga a flote de la inundación, ya que:

Nadie puede venderte que te va a salvar, nadie puede decirte que va a elevar tu alma. Solo “tú” puedes salvarte, solo tú puedes elevar tu alma, solo tú puedes reconocer que es D-s quien da vida a todo lo que te ocurre cuando analizas el efecto de tus acciones.

Si tus acciones vienen de un arca de méritos y buena influencia en el mundo ,entonces no tienes por qué tener miedo. Si por otra parte parece que va a llover y el cielo se está nublando, tampoco debes de tener miedo:

D-s siempre, siempre, desea que construyamos un arca de buenas acciones para que estas nos sirvan de refugio y así evitar cualquier tempestad. Esto sin intermediarios, sin necesitar cenas de líderes comunitarios, políticos, religiosos o intermediarios diversos.

CONCLUSION

La paz entre los pueblos la creamos cuando desde esta simple perspectiva cada quién logra vivir lo anterior. Es decir:

1. Hacer «uno mismo» lo que D-s manda
(Que es «hacer» uno mismo lo bueno para con nuestra vida y la de otros).
2. Elevar su propia alma de manera lógica por buenos actos.
3. Reconocer la existencia de D-s sin intermediarios.
4. Sentir la presencia de D-s en el día a día a través del actuar cotidiano.

A esto se le puede denominar «VIVIR EL NOAJISMO A PLENO».

Que sepamos construir Shalom

¿Poder sectario para ser bendito?

Cada uno ha sufrido el tremendo impacto de la impotencia del nacimiento, que es la más espantosa pesadilla que se puede vivir en este mundo.
No quedan registros en la memoria simbólica, porque nuestro sistema nervioso aún no desarrollado no lo permite, pero además no tenemos concepto internalizado del símbolo como para hacerlo. ¡Gracias a Dios por ello! Porque de ser accesible como un recuerdo “común”, sería muy poca agraciada nuestra vida, plagada de terrores incontenibles.
Por ello, queda como un registro somático, enclavado en lo más oscuro y profundo de nuestra memoria corporal. Esto no es precisamente una buena noticia, puesto que permanece con nosotros incambiada, hasta nuestro último suspiro. No hay manera de expresarla con el lenguaje, no tiene representación exacta posible, y tampoco una “cura”. Allí está, y se manifiesta en diferentes formas, tales como miedos, fobias, temores, terrores, temblores, etc.

Gracias a nuestro EGO pudimos sobrellevar el primer impacto.
El EGO, que es un activo natural y saludable del ser humano, sirve como sistema de alerta y de pedido desesperado de auxilio. Es una alarma, con procedimientos primitivos y toscos, pero que sirven a su propósito específico.
El EGO nos hizo gritar, llorar y patalear (o desconectarnos de la realidad si no alcanzaba satisfacción a su necesidad) para que algún adulto nos atendiera, nos diera aquello que nuestro organismo precisaba para no sucumbir.
El EGO nos asistió muchísimas veces en nuestros primeros tiempos, y luego se fue enclavando ya no solo como un mecanismo natural de supervivencia, sino también como un hábito, una conducta compleja adquirida, que iba conquistando terrenos para los cuales no es apropiado ni necesario.
En nuestro esponjoso y sediento cerebro se fue marcando una huella antigua y profunda, un hábito, que nos lleva a gritar, llorar, patalear o desconectarnos de la realidad para obtener satisfacción.
Sí, claro; también aprendimos conductas más acordes a personas civilizadas, pero en la base, en lo recóndito, en el arsenal más primario y veloz, está el llorar, gritar y patalear (con sus derivados) para alcanzar lo que se desea o precisa, para obligar a algún otro a moverse y proveernos de lo que nos hace falta.

En parte por ello es que alzamos nuestros ojos a los cielos cuando clamamos por auxilio divino, o suponemos en las alturas su trono.
Porque nos habituamos a esperar que de arriba, de lo alto, de alguien con más poder que nosotros, venga la asistencia.
Que ese otro poderoso nos alzara, nos acunara, nos diera cobijo, nos satisficiera.
Entonces, elevamos plegarias, alzamos las manos, miramos para arriba, esperamos que venga Dios o un dios a auparnos, cual bebitos en impotencia pero con suficiente fuerza como para llamar la atención con berrinches, o con astucia para manipular y así obtener alguna gratificación.

Sí, porque tal como manipulamos a los adultos, pretendemos hacerlo con Dios o algún dios (inexistente, por cierto).
Esperamos que ante nuestras quejas la divinidad nos haga los mandados.
Si le ordenamos por medio de rezos, ¿cómo no nos va a dar lo que queremos?
¿Cómo se atreve esa deidad a no satisfacer nuestra minúscula existencia, si nosotros hemos ofrendado al líder religioso, o pactamos alguna cosita, o ayunamos un día, o cualquier otra cosa que se nos ocurre (o nos dicen) tiene el poder de mover a la divinidad a esclavizarse a nuestro antojo?

¿No es ridícula esta creencia y conducta?
El hombre, limitado e impotente, fantasea que tiene la capacidad para decretar cosas sobre Dios, el Todopoderoso.
En su necedad cree que el Rey vendrá a darle lo que quiere, a cambio de rezos, pactos, decretos que uno impone, o lo que fuera.

Muchas veces se inventa sus propias liturgias y mejunjes mágicos, con el pensamiento infantil marchando a toda máquina.
Pero, suele caer en las garras de traficantes de fe.
Piratas dispuestos a cualquier cosa para obtener sorbos de poder, en forma de dinero, de fama, de adulación de masas, de cualquier cosa que les haga sentir poderosos.
Así, habrá gente que se siente impotente siguiendo a otra gente que se siente impotente pero que se considera poderosa.
Trucos, imaginería, necedad, abismo, caos, muerte en vida.

Se dirige a un supuesto hombre iluminado para que le venda ese polvo mágico, esa receta supersticiosa que le dará poder sobre el Todopoderoso.
Por supuesto que el tal hombre iluminado, o quienes le rodean, se hacen una fiesta con esto. Venden productos irrisorios, inútiles, a precios de oro y agua en el desierto. Posan con imposturas de santidad. Se rodean de lisonjeros y matones, unos para que aplaudan y conquisten a los que dudan; los otros para que amenacen, presionen, amilanen, liquiden a los que se atreven a declarar la falsedad y nulidad del supuesto hombre superior.
Se forman sectas de fieles, se organizan cacerías de enemigos, se establecen reglas estrictas y asfixiantes, se sumerge más y más a la gente en sentimiento de impotencia, para que recurran con urgencia a los ansiados amuletos y rituales que solamente provee el gurú del grupo.
Llanto, grito, violencia física, mucha manipulación, ingente desconexión de la realidad… ¿no te suena conocido?
Es solo EGO, total EGO, carente de sentido espiritual, sin relación con el Eterno, sin pan para el alma…

Sí, a la gente le encanta adorar cosas, a personas, a entidades fantaseadas, a cosas por el estilo, porque se pretende que todo ello tiene el poder para satisfacer lo que el hombre no puede por sí mismo.
Se rodea de encantamientos, de amuletos, de foto de supuestos “tzadikim”, de palabritas mágicas, de libritos escritos por supuestos “sabios”, de medallitas, cintitas, idolitos, cualquier cosa que le entregue una cuota de imaginario poder sobre la realidad, para que así mágicamente se resuelvan sus cosas.
Como una droga, se convierte en una pasión enfermiza, en una obsesión, en un doctorado en infelicidad, en amargura, en esclavitud, en celditas mentales.

Está bien que si uno quiere algo rece a Dios, al Uno y Único, y solamente a él.
No a otros dioses, ni a ángeles, ni a santos, ni a hombre alguno.
El rezo dirigido solamente al Eterno.
Como una forma de diálogo, de confesión, de pedido humilde, de reflexión poderosa; pero NO como extorsión, ni manipulación, ni orden, ni decreto que Él deba acceder, ni supuesta fórmula mágica que obligatoriamente dará resultado.
Rezar para crecer uno, para reconocer el camino correcto, para andar por él, para encontrarLo a Él, sin esperar nada, solamente poder salir de la celdita mental que impone el EGO.

Sí, está bien que la persona pida ayuda a un sabio para que le dé una mano, no para rezar en su lugar, no porque el sabio o tzadik tenga algún poder especial y diferente, no porque Dios escucha al santo que debe ejercer como intercesor obligatorio en la relación.
La persona puede pedir ayuda al sabio, para que éste le enseñe a rezar apropiadamente, por ejemplo sin supersticiones, por ejemplo son desplantes ante el Rey.
Para que además le ayude a pensar mejor su situación, su real lugar, lo que en verdad precisa y necesita, lo que le podría servir y lo que no.
Porque el sabio puede funcionar como un espejo claro y limpio, que devuelva la imagen que la persona precisa mirar y aprender de ella.
Porque el sabio puede servirle como modelo.

Pero, cuando nuevamente el EGO entra en funcionamiento, entonces se cree que el tzadik es el que bendice, el que intercede, el que tiene un rezo que es escuchado por Dios y Lo somete a su deseo.
Entonces, nuevamente se entra en el ciclo supersticioso, vicioso, terrible, de esclavitud. Se pierde el sentido, se rechaza la conexión con Dios, para llenarla de creencias, de fe, de adoración a hombres, de enojo, de odio, de manipulación, de quejas, de negación, de ignorancia, de todo a lo que el EGO acostumbra…
Lo vemos a diario, lo padecemos.

Cuando, el maestro es simplemente un inteligente y preparado guía del camino, que muestra el paisaje, pero no lo crea, no lo modifica, y no lo puede ver o caminar por ti.
Si te confundes, y se confunde el maestro, terminan esclavizados en roles místicos, carentes de poder pero llenos de fantasías del EGO.

El tzadik, el verdadero, es como un instructor te enseña a conducir tu auto.
Sabe más, tiene conocimiento, adquirió experiencia, por algo es un instructor, pero no por ello él es quien conducirá por ti.
Eres tú el que debe aprender a conducir, a cumplir con las reglas objetivas, a andar con responsabilidad, a avanzar hasta recorrer tu camino.
Eres tú el que maneja tu auto, no el supuesto o real tzadik.

Eres tú quien debe vivir tu vida, no otros.
Tú puedes aprender, debes aprender, y qué mejor que gente sabia, preparada, cultivada, con poder, para servirte de instructores.
Pero, eres tú el que vive tu vida, o te dejas recluir en celditas mentales.

Eres tú quien se debe comunicar con el Padre, de manera simple, sincera, directa, sin vueltas, sin rituales complejos, sin malabarismos.
Claro, para los judíos existe el libro de rezo, por algo está, para que lo uses, si eres judío. Pero eso no quita el recurso saludable, beneficioso, bendito de la conversación franca con tu Padre, sin intercesores, sin metiches con supuestos poderes mágicos que son solo piratas de la fe.

Recuerda la lección, compártela, des-aprende, aprende, vive, disfruta la bendición constante que llueve sobre ti.

Del caos al muy bueno

Pregunta: ¿Qué es el mal?
Respuesta: La ausencia del bien.

Pregunta: ¿Qué motiva al hombre a actuar mal?
Respuesta: El Ietzer haRá (tendencia natural del hombre hacia del “mal”), al que nosotros solemos denominar EGO (que no se debe confundir con el Ego del psicoanálisis, o el ego como sinónimo del Yo, ni con concepciones místicas-orientales del mismo).

Pregunta: ¿Qué hace sufrir a la gente?
Respuesta: El no tener el control. La impotencia, o el sentimiento de la misma.

Pregunta: ¿Qué hace dichosa a la gente?
Respuesta: El ejercer el poder.

Pregunta: Cuando se usa el poder para hacer algo malo (que disminuye el bien), como por ejemplo hacer sufrir a alguien, o engañarlo, o llevarlo por la senda del error, o aprovecharse de su ingenuidad o necesidad, ¿no da placer a quien lo provoca, porque está teniendo algún tipo de control?
Respuesta: El uso de la fuerza (física, del ingenio, por medio de manipulación, cualquier manifestación de fuerza) no es idéntico a tener poder.
El poder es real cuando se emplean loas recursos en construir shalom por medio de obras de bien y justicia, tal en su faceta expansiva. En su faceta contractiva sirve para repeler, o contener, lo que conlleva caos y confusión (esta posición contractiva también es de construcción de shalom, aunque el ojo no preparado no sepa reconocerlo).

Pregunta:
Respuesta:

Resplandece con tu reflejo

Aquel que es consciente de la actividad de su EGO (Ietzer haRá) y le permite realizar su función específica, pero no adueñarse de su vida completa, y por ello construye shalom al obrar con bondad y justicia, siendo leal, entonces resplandece con la Luz que emana constantemente desde su neshamá (espíritu, Yo Esencial).

Al respecto, una muy interesante anécdota del mundo midráshico, que podemos encontrar en el “Sefer Yuhasin hashalem” (aquí te dejo el link por si te interesa leerlo), y cierto parecido en TB Guittin hacia el final de 58a:

ומצאתי בספר הגדה שהיה מר עוקבא בעל תשובה שנתן עיניו באשה אחת והעלה לבו טינא ונפל בחולי ואשת איש היתה לימים נצרכה ללות ממנו ומתוך דוחקה נתרצית לו וכבש יצרו ופטרה לשלום ונתרפא וכשהיה יוצא לשוק היה נר דולק בראשו מן השמים ועל שם כך קרי ליה ר’ נתן צוציתא במסכת שבת (דף נו:) הכא נמי להכי כתבו ליה הכי . על שם האור שהיה זורח עליו:

Te lo cuento con mis palabras, mientras mecho entre líneas algunas ideas y preguntas para que vayamos pensando juntos.

La historia trata de un hombre que no era muy observante de los preceptos conocido como Don Ukbah (también mencionado como Ukban hijo de Nejemia), quien luego hiciera un giro en su vida para ser apegado a los preceptos e incluso hacerse un lugar como uno de los grandes maestros y líderes comunitarios.
¿Qué fue lo que pasó?
Quedó perdidamente enamorado de una mujer casada, al punto de enfermar literalmente de pasión.
Moría por ella, estaba desesperado por gozar de su compañía, pero aunque no era observante de los preceptos igualmente respetaba la ley de no tener relaciones con una mujer casada.
Pero, tanto era su deseo, su anhelo, que vaya uno a saber cómo terminaría la cosa si hubiera ocasión y oportunidad… ¡la cual precisamente ocurrió!
Resulta que la pareja estaba necesitada con urgencia de una fuerte suma de dinero, era una cuestión que llevaba a la angustia, tal vez a extremos que de manera regular uno no admitiría. Al punto que la mujer fue a pedir un préstamo a Don Ukbah.
Sí, pareciera como si la ovejita se introdujera mansamente a las fauces del lobo, quien sin dudas se aprovecharía de las circunstancias.
¿No?
¿Quién se enteraría?
¿Quién diría algo?
Todo quedaría sellado en el secreto de la miseria humana.
Unos por humillación, vergüenza, necesidad económica; el otro por la vileza que otorga la lujuria, la excusa del “amor” (en verdad deberíamos decir “enamoramiento”). Como sea, la cosa quedaría allí, solo ellos y Dios estarían al tanto…
¿Qué harías tú? ¿Si fueras él? ¿Si fueras ella?
¿Qué crees que hizo Don Ukbah?
¿Le perdonarías a la mujer la “infidelidad”, probablemente consentida por el marido?
¿Ella tendría reparos, siendo que el hombre adinerado la trataría con cariño y no la llevaría a sentirse abusada, sino mimada y admirada por un pretendiente poderoso?
¿Juzgarías duramente a Don Ukbah por querer satisfacer su amor, concretar su anhelo tan buscado, aquello que llegó hasta a enfermarle por no poseerlo?
A fin de cuentas, ¿quién se perjudica, si parece que todos son adultos y saben lo que hacen?
Sí, claro, hay mandamientos divinos que condenan el hecho, pero bueno… tú sabes, el EGO sabe inventar lindas excusas, y aquí se mezcla lo que parece amor, enfermedad, necesidad, miseria, rescate económico milagroso, nadie sale lastimado, en fin, lo que el EGO quiera expresar para tratar de blanquear el asunto.
Don Ukbah conquistó su EGO, no se dejó llevar por la pasión, ni dribleó las reglas con barajas tramposas, simplemente rechazó lo que no era admisible.
Dio el dinero en préstamo sin una palabra, un gesto, una alusión, nada que le hiciera desbarrancar.
La mujer salió como había entrado, solo que con una bolsa de monedas extra.
Pero Don Ukbah salió totalmente cambiado de ese encuentro.
Ya no era el mismo, o en verdad, por fin era ÉL mismo. Había dejado las máscaras del Yo Vivido, al servicio del EGO, para encontrarse con su neshamá.
La dolencia física que le había acometido a causa de su pasión, se esfumó.
Su pensamiento por fin estaba claro.
Había conseguido dar el pequeño paso que lo liberaba de su celdita mental.
¿Cómo?
Dejando correr al EGO sin subirse a ese carro que lo llevaba por caminos oscuros y perjudiciales.
Él escogió lo correcto, lo que desde la perspectiva del EGO era un fracaso, pero realmente era EL éxito.
Triunfó y obtuvo su merecido premio.
Cuentan que cuando salía a la calle la gente lo veía y era como si una flama resplandeciera sobre su cabeza, era todo brillante, una luz que provenía de su Luz interior (la que recibe y refleja el Yo Esencial).
Sí, algo había cambiado en Don Ukbah, pero no meramente un cambio imperceptible o subjetivo, sino que era evidente para todo aquel que pudiera verlo y admitirlo.
Por esa Luz celestial que le acompañaba le llamaban Tzutzita (ver en TB Shabbat final de 56b), aparentemente por las nitzotzot –chispas- de luminiscencia que se desprendían de él.
Este hombre retorno de la oscuridad, hizo teshuvá, y se transformó en lo que potencialmente podía llegar a ser.
Fue incluso Resh Galuta, es decir, exilarca en su momento.
Sí, por haber estado en contacto con su parte más terrible y no transformarse en ello, sino aprender a ser Él mismo, el reflejo de su Yo Esencial.
Las llamas que lo podían haber consumido y devorado, así como haber incinerado a una mujer inocente junto a su marido, ahora ya se habían canalizado, para emplear toda ese impetuosa energía en hacer la voluntad del Eterno.

Tienes mucho material en este sagrado hogar para ayudarte a ser tú también Tzutzita, a ser tú mismo y no más alguien en las penumbras del EGO.
Te invito a recorrer, encontrar, leer, estudiar, des-aprender, aprender, compartir, agradecer, crecer juntos.

Hasta luego, luminoso día para ti y los tuyos.

Sin cremas ni maquillajes

"La sabiduría del hombre iluminará su rostro y transformará la dureza de su semblante."
(Kohelet / Predicador 8:1)

Es posible interpretar de variadas formas este pasaje, compartiré una de ellas.
Cuando el hombre comprende que el EGO forma parte de su vida, que tiene una función y que ella es útil, necesaria, indispensable;
y por ello no permite que ocupe otros lugares, ni ejerza otras funciones, ni se convierta en el rey cuando solamente es un servidor;
y ya no hace lo que viene haciendo desde el nacimiento, actuar como títere del EGO, sino que ahora es la neshamá (Yo Esencial) la que reina, el intelecto el que dirige y todo marcha en orden y armonía dinámica;
entonces se puede decir que es un hombre con sabiduría.

Quizás no sepa muchas cosas de ciencias, artes, conocimiento general,
tal vez no sea instruido ni asombre con los datos que maneja,
hasta podría ser declarado ignorante en cuestiones académicas y formales,
pero, ciertamente es un sabio.
¿En qué?
En vivir.

Su rostro está iluminado,
¿por qué?
Porque no se amarga por cuestiones que no tienen solución, acepta su impotencia y no lucha en vano.
Hace su parte.
Aporta su poder.
Realiza.
Crea.
Controla lo que está bajo su dominio, pero no intenta controlar lo que no es de su incumbencia.
No manipula ni permite ser manipulado.
No avasalla, ni insulta, ni agrede, ni se ofende por cuestiones nimias, no miente, no engaña, no es vanidoso, no vocifera, no usa la violencia.
Es poderoso, y cuando hay que destruir, destruye, siempre que sea para construir shalom.
Hace lo bueno y lo justo, es leal.
¿Cómo no habría de estar iluminado su rostro, si la Luz del Eterno que irradia desde su neshamá vigoriza cada una de sus partículas?
Su Yo Vivido refleja a su Yo Esencial, no lo oculta, ni lo tergiversa, ni obstaculiza su conexión.

La dureza que el EGO impone en el semblante, se desdibuja.
No en una máscara de falsa amistad, ni en lisonja traicionera, ni en palabrería manipuladora, ni en la amistad y paz de los profetas del mal.
Sino que realmente se quita del rostro, del corazón de la existencia.
Porque no es el EGO quien controla, entonces no se recurren a sus primitivas herramientas para llamar la atención y arañar un poco de algo que se pretende poder.

Seguramente habrán momentos dramáticos, tristeza, sentimientos de impotencia, situaciones de real amargura,
y el sabio los vivirá con entereza, estando triste, amargado, reconociendo su impotencia, admitiendo su error, reconociendo el fracaso,
¡claro que sí!
Para luego emprender el camino a su superación, allí en donde sea posible y como sea posible.
Siempre con la consigna de construir shalom, con acciones buenas y justas.

¿Tu rostro resplandece?
Sin cremas ni maquillajes, sino simplemente con sabiduría…

Alejándote de los manipuladores

Hay un libro que he venido postergando desde que tengo catorce años y que no había leído. No lo había hecho porque no era el momento propicio, de haberlo leído me habría evitado muchas situaciones pero también no habría vivido muchas otras que me han llevado a tener el conocimiento que afortunadamente hoy he podido adquirir por esas experiencias las cuales no fueron agradables pero sí de mucho provecho.

Volviendo al libro en asunto, este libro se llama “Cómo hacer amigos e influir en la gente” de Dale Carnegie. Es un libro muy bueno y lo recomiendo. No es de lectura corrida porque hay que leer y releer los capítulos y seguir repasándolo de vez en cuando. Es muy similar a otro libro muy famoso de un autor que habla que uno de los principios para triunfar en la vida es el de aplicar la regla de oro, sí esa misma regla de oro que Hillel le dijera al muchacho que le pidió que le enseñara toda la Torá mientras se paraba sobre un solo pie y el sabio le dijo que no le hiciera a otro lo que el muchacho no quisiera que le hicieran a él.

Esa regla de oro es muy inteligente y cada día que pasa te puedo decir que más me asombra, porque incluye dos supuestos; el de no lastimar a otra persona o hacer algo que le menoscabe toda vez que también nos incluye a nosotros mismos ya que establece un límite, porque más de un bonachón por ahí se habrá entregado a cambio de patadas y golpes y las cosas en la vida no funcionan así, no es aquel cuento malvado de poner una mejilla después de que nos han abofeteado la otra ni se trata de ser un angurriento que despoje a los demás de sus cosas.

El mundo, construido matemáticamente por esa Mente Infinita y asombrosa a la que llamamos Dios, Hashem, El Eterno, etc., en Su infinita sabiduría creó un principio que solo podría venir de El y que tiene que ver con la retribución, sí esa retribución de recibir de acuerdo a lo que damos, entendiéndose que va de la mano con la reciprocidad que existe en nuestro actuar. Si damos maldad recogeremos maldad, si damos bondad recogeremos bondad y eso es precisamente uno de los puntos principales del libro de Carnegie escrito durante los tiempos precedentes a la Segunda Guerra Mundial.

En un mundo ideal los seres humanos actuaríamos con un EGO minimizado y disponible para situaciones de supervivencia solamente y a cambio entregaríamos amor el resto del tiempo, pues el universo como tal fue hecho y funciona gracias al amor y nótese que hay una distinción entre el amor y el enamoramiento, porque el amor es hacer algo sin esperar nada a cambio en tanto que el enamoramiento es un sentimiento de estupor inducido por una atracción hacia determinada persona u objeto, que no es como el amor, porque el enamoramiento sí espera algo a cambio.

Como ves existe un amor que se puede ver todos los días en el universo, alguna vez te has preguntado porque de la tierra brota agua? Es que Dios se beneficia porque tengamos agua para sobrevivir? El beneficio es para nosotros pero no para El, evidentemente. O sea, la existencia del agua como tal es algo que se nos dio para nuestro beneficio, sin esperar nada a cambio. Lo mismo sucede con el resto de la creación sobre la cual Dios no recibe ningún beneficio. Ese es el amor del que te hablo, un amor puro y limpio que no solo tiene que ver con parejas y relaciones sentimentales sino con todo lo que acontece en el tiempo y en el espacio en general.

En el caso de nosotros los seres humanos, tenemos un EGO que sirve como resguardo ante situaciones de inminente supervivencia pero que lo hemos mal-utilizado para embriagarnos de él debido a la potencia de su energía sea en forma cinética o estática. El EGO es como un combustible altamente inflamable que está guardado y se utiliza como un turbo-cargador, algo así como el sistema de óxido de nitrógeno de los coches de competencia donde el piloto del coche presionará el botón para ir más rápido aun pero por un corto período de tiempo.

Si te fijas bien, el EGO funciona de manera muy similar a ese óxido de nitrógeno de los coches de carrera, porque la aceleración y velocidad que da el óxido de nitrógeno es similar a la sensación que da el EGO en su vertiente activa, es un incremento repentino de energía y si lo ves con claridad, se parece mucho a la situación que experimenta el piloto del coche de carreras, porque si no sabe pilotar el auto propulsado por óxido de nitrógeno, entonces se estrellará.
El manipulador es un piloto del EGO de los demás. El sabe que la mayoría de las personas son volubles y fáciles de manejar, pues como a bien lo tuvo de decir Carnegie, a las personas no les interesa escuchar lo que otros tengan que decir de esos otros mismos sino de lo que a la persona le interesa que le hablen, es decir de sí misma. Las fallas más grandes, dice Carnegie, están en el hablar más de nosotros mismos que de permitirle a la otra persona hablar de sí misma en tanto que nosotros callamos.

Alguien que ha sido muy exitoso en este tema ha sido el ex presidente estadounidense Bill Clinton quien siendo recordado por Alan Greenspan decía que Clinton era encantador porque desde el momento en que conocía a una persona le prestaba toda su atención como si fuera la única persona en el mundo y lejos de interrumpirle más bien le dejaba hablar.
Qué tiene que ver todo esto con la manipulación? El manipulador es esclavo de su EGO aunque muy puerilmente piensa que es su amo. En su afán de ser el centro de atención constantemente, el manipulador utiliza los mecanismos del EGO para buscar y lograr lo que quiere. Cuando le dicen que no, pega gritos como un salvaje; lloriquea para que le tengan lástima; patalea para hacer escándalo o simplemente se desconecta de la situación, pensando que con su ausencia las personas se preocuparán por él o ella y cederán.

Oh sí, estos manipuladores son bien hábiles. Al final de cuentas hay que entender que todo lo que el manipulador hace se resume en lo que es diametralmente opuesto al amor, porque si el amor es hacer algo por otro sin esperar nada a cambio, el manipulador todo lo hace porque lo que busca es un beneficio, ves la diferencia?
Si el manipulador te da algo es porque espera algo a cambio. Todos hemos sido manipuladores y manipulados a la vez pero en distintas ocasiones. El manipulador juega con la mente de las personas, es un piloto del EGO, sabe cómo sacar el óxido de nitrógeno a relucir de las personas, recurre a sentimientos de culpa, de engaño, de desdén, de tristeza fingida y a un sinfín de artimañas en un arsenal formidable que no requiere de personal militar que lo custodie porque todo se encuentra en su propia mente.

El manipulador juega con los sentimientos de las personas; toma lo más noble de la persona y lo utiliza para su propio beneficio. Quizás sea la mujer que seduce con su figura esbelta y que sabe que los hombres andan detrás de ella con lo que obtiene beneficios patrimoniales o el marido que es infiel y a sabiendas que tiene una buena esposa le dice mentiras para hacerla sentir culpable, justificar así su infidelidad pero también asegurarse que la mujer no lo deje.

Carnegie tiene razón cuando dice que hay que prestarle atención a las personas y cerrar la boca y abrir los ojos y los oídos; cuando se hace esto comenzamos a aprender de los demás y de alguna manera domamos al EGO para que no salga a relucir y que el óxido de nitrógeno se mantenga almacenado para cuando realmente se necesita; he aquí ese concepto de reciprocidad del que te hablaba en un principio, porque al escuchar a la otra persona, ella puede hablar sobre sí misma y externar su opinión en el tanto que tú aprendes y a ella le sirve de terapia y a ti de aprendizaje. Como todo tiene un límite, se trata de que la persona se exprese pero no que tome ventaja de nosotros y tampoco nosotros de ella. Es aquí donde el almacenamiento del EGO en su lugar es sumamente importante porque actuamos con autenticidad, sin marcas ni sellos de aprobación y con un EGO reducido al mínimo.

Recuerda que la verdad es directa y simple mientras que las mentiras son sinuosas y complicadas. En el agua limpia se puede ver el fondo en tanto que en el agua turbia no, por eso es importante determinar si a las personas con las que lidiamos se les puede ver el fondo o no. Así que como ya sabes que el manipulador es un hábil piloto del EGO, lo mejor es reconocer cuando es que alguien nos quiere manipular o cuando nosotros estamos por manipular o ya nos encontramos manipulando a alguien para así detener la acción, analizarla y buscar la comunicación auténtica.

El manipulador siempre buscará crear una codependencia entre él y el manipulado, por eso es tan importante que nos conduzcamos por la vida con autenticidad, pues cuando el EGO está domado podemos ver con claridad; la esposa que es manipulada por el cónyuge infiel se encuentra desconectada de la realidad, no quiere ver lo que su esposo realmente es e inventa toda una serie de excusas para justificarle, viste qué rápido puede salir el EGO a relucir?
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Ten mucho cuidado con quién lidias y trata de rodearte de gente positiva que se conduzca con la misma autenticidad que tú, de esta manera reduces drásticamente las posibilidades de estar con manipuladores y podrás así vivir una vida llena de plenitud y gozo en el tanto que de manera simultánea contribuyes a la construcción de la paz y de la armonía.

Mensaje para quienes acaban de terminar una relación

upload-in-fb-broken-heart De todos los errores que cometemos en la vida siempre habrá algo que aprendamos. Comparto dos historias concomitantes, de dos personas distintas pero unidas por una misma situación, el amor, pero nótese que este término de amor trasciende el amor novelesco o peliculesco de Hollywood para centrarse en un amor puro, que da sin esperar nada a cambio. Debido a las situaciones que estas dos personas experimentaron es que procedo a compartir lo que he aprendido de esta jornada en particular.

El verdadero amor es instantáneo pero se forma con el tiempo. Pareciera ser una contradicción verdad? Pues en realidad no lo es. Porque el amor es hacer algo por otra persona sin esperar nada a cambio lo cual bien podría darse en la primera cita o después de 20 años. A diferencia del enamoramiento, el amor es puro y directo, el enamoramiento es una enajenación mental que no obstante que es un sentimiento muy bello, tiene una etapa de locura que los italianos le llaman pazzia (se pronuncia pazzía) y que tiene que ver con ese sentimiento incontrolable que sentimos en nuestro corazón.
A diferencia de la deontología que pregona que no debemos hacerle a otro lo que esa persona no querría que le hicieran, el sinalagma que representa la regla dorada, es decir, no hacerle a otro lo que no querríamos que nos hicieran a nosotros, pone de manifiesto el hecho que cuando se trata de cuestiones en el amor, se da sin esperar nada a cambio y si la otra persona hace lo mismo y ambos lo hacen de corazón, la relación se enriquece.

En el mundo profesional del Derecho, sobre todo en la rama del Derecho de familia, se puede ver todos los días por qué las parejas se divorcian debido a que se dejaron llevar por diferentes motivos; enamoramiento desconectado de la realidad, codependencia emocional y física, búsqueda de la seguridad económica, embarazos no planeados, etc.

Por eso no sorprende ver la gran cantidad de divorcios que se dan día tras día. Hay quienes se entregan a las relaciones sin esperar nada a cambio y siguen así por mucho tiempo o inclusive toda la vida. Quizás ahora que lees estas líneas recuerdes alguna vez cuando fuiste utilizado o utilizaste a alguien; esa persona a la que le hiciste creer que la amabas pero no era cierto, porque probablemente estabas con ella por alguna de las razones que antes te mencioné pero en realidad no era tu intención permanecer con ella.

En el “amor” afloran las manifestaciones del EGO. Nótese que utilizo el término “amor” con recelo porque en realidad deberíamos llamarle relaciones interpersonales emocionales de pareja, donde una persona puede aferrarse a otra por un sentimiento de soledad; sabe que no le aman, que está siendo utilizada y aun así decide seguir en una relación enfermiza, porque su EGO le recrimina y la soledad le aterra. Se conforma con migajas, con palabras de aliento que el otro hábilmente utiliza para manipularle y que no busque otra persona que realmente le haga feliz cuando la utilizada da señales de estar a punto de marcharse; le hace promesas de castillos azules en el cielo que nunca se concretan; le habla de nuevos países a visitar y lunas de miel que no llegan, pero la persona sigue aferrada a ese otro ser sin importarle que se está destruyendo a sí misma.

Oh sí, prefiere sufrir por un sueño que se ha convertido en una pesadilla en vez de afrontar la realidad y de buscar otros horizontes. Se le olvida que la caridad comienza por uno mismo y que luego van los demás, porque quien no se da caridad a sí mismo menos podrá dársela a otros y no hay peor daño que el que uno se hace a sí mismo. Quizás recuerdes una experiencia propia o quizás fuiste tú mismo quien lo sufrió.

El manipulador guiado por su EGO es sagaz y sabe cómo utilizar las diferentes herramientas. Te culpa de sus fracasos, te utiliza, cuando ve que te vas a marchar te vuelve a repetir las promesas vacías que otrora dijera para volverte a endulzar con sus cantos de sirena y tú regresas a ese cántico para luego hundirte en el mar.

El verdadero amor de pareja es recíproco y da sin esperar nada a cambio, pero es lo suficientemente inteligente y consciente de saber que el hecho de no esperar nada a cambio no significa que deba de quedarse estancado en donde no se aprecian sus esfuerzos. No se trata de demandar y pegar gritos como un salvaje para que reconozcan lo que damos, pero tampoco se trata de entregarse por completo, a cambio de nuestra sanidad y juicio sin recibir una cuota recíproca, y es que como a bien se ha tenido de mencionar por la sagrada Torá de Dios entregada al pueblo judío, cuando el hombre y la mujer se unen se convierten en uno, por lo que la relación debe de ser sagrada.

Quien controla su EGO y da verdadero amor, no reprocha ni recrimina a pesar de las vejaciones de su consorte, pero es lo suficientemente discerniente para saber que no debe toledar esas vejaciones y que una cosa es amar sin recriminar y otra es dejar que le maltraten. No se trata de llorar por quien no nos ama, si no nos aman no nos queda otra más que partir, pero mucho cuidado con los cantos de sirena y los falsos “te amo” que pueden significar otras cosas donde hay parejas que no están por amor sino por amortización de sus deudas.

El verdadero amor implica una unión y la solidaridad es unión, por ende, cuando una persona realmente ama a otra, sabe darle su espacio, le permite ser un individuo y no deja que su EGO gobierne con celos excesivos o con deseos de posesión o de superioridad. De igual forma recuerda que una acción dice mucho más que una palabra y que se ama no por decir te amo, sino por acciones que demuestren ese amor.

Si estás pasando por una ruptura te quiero decir que no estás solo y que hay muchos en la misma situación que tú. Haz un examen de consciencia para ver si realmente amaste y si fue así entonces no te preocupes que ya vendrá quien si te aprecie y no te utilice. Dentro de ese examen analiza que no te hayas dañado por hacer algo por otra persona sin esperar nada a cambio, pues recuerda que para que te amen te debes amar a ti mismo.

Por último, si hiciste todo esto y aun así no funcionó, no te culpes, todos cometemos errores y pasamos por circunstancias que no entendemos, pero siempre hay una luz al final del túnel. Trata también, para tu próximo encuentro con tu nueva pareja, de buscar alguien similar a ti, porque en el tema del amor los iguales sí se atraen y hay muchas más cosas que compartir, asegúrate especialmente que tenga una forma de pensar parecida a la tuya y que sus creencias sean como las tuyas. Esto te evitará mucho dolor y a la vez tendrás un gran avance, porque una relación ausente de idolatría y de egolatría tiene muchas más probabilidades de sobrevivir que una que sí esté plagada de estas enfermedades.

Confort y crisis

Estamos cómodos, aún dentro de la situación precaria, inestable, con altibajos (más bajos que altis, en realidad).
Ya sabemos cómo es, tenemos alguna idea de cómo manejarnos en las dificultades.
Entonces, nos mantenemos en esa zona.

Suponemos que luego de un cambio, probablemente estemos mejor.
Pero, conjeturamos acerca de conflictos, problemas, riesgos, insatisfacciones, frustraciones, fracasos, situaciones inesperadas y desagradables,
entonces,
las fantasías de cambio para crecer se quedan allí,
en amargura, en ensoñaciones, en proyectos imaginados pero jamás intentados.

Es que el confort que tenemos, esa comodidad limitada es nuestra vieja compañera, nuestra seguridad, nuestro sorbo de cierta potencia.
Siquiera pensar en abandonarlo nos angustia, nos atemoriza.

Como dice el viejo dicho: “más vale malo conocido que bueno por conocer”.
Y así, perduramos en lo que nos va acabando, consumiendo, quitando de la vida.

Pero a veces hacemos un gesto de cambio, como si fuéramos a dar un primer paso en la dirección anhelada.
Y hasta nos atrevimos a darlo.
Y allí, pueden ocurrir algunas cosas:
– que algo nos atraiga gratamente nuevamente a la zona de confort, y entonces digamos: “¿para qué arriesgarnos si en definitiva no estamos tan mal?”;
– que las piedras en el camino nos abrumen, para correr desesperados al amargo refugio que conocemos atrás de nosotros;
– que nada negativo suceda, pero nos amilanemos por el sorbo del éxito, entonces volvemos con la cola entre las patas a la zona de confort;
– que sigamos caminando y creciendo y fortaleciéndonos, incluso a nuestro pesar.

¿Te resulta conocida alguna de estas opciones?
En relaciones de pareja, en tus estudios, en el trabajo, en el lugar que vives, con tus vecinos, aquí o allá…
¿Te pasó algo así?
¿Algo diferente?

Entonces, la zona de confort es como un poderoso imán que nos mantiene pegados, atrapados, encarcelados,
sí, en celditas mentales,
endebles, con barrotes debiluchos sin ninguna potencia,
pero que sin embargo alcanza para tenernos sometidos, en impotencia, a merced del EGO.

A veces, “con suerte”, surge la crisis.
Un momento de cambio inesperado, no provocado conscientemente.
Hay un quiebre de la realidad anterior.
Es como un caos súbito que viene a reemplazar ese caos que teníamos organizado como orden en nuestras creencias.
La crisis irrumpe, con más o menos fuerza, avisando con voz poderosa o no.
Y allí ya la zona de confort no existe.
Estamos obligados a acompañar el cambio, como subiéndonos a nuestra tabla de surf para jinetear la ola; o podemos atarnos al ancla que nos mantiene en el sitio y situación que creemos conocer y dominar, para ser sumergidos, revolcados, atragantados y difuntos (perdiendo la vida allí o mucho tiempo más adelante).

La crisis puede ser nuestra mejor amiga.
Podría serlo.
Hay que ser consciente. Darse cuenta de los sentimientos y las emociones. Verlas, reconocerlas, admitirlas pero no dejar que nos controlen.
Apreciar nuestro lugar y rol, pero no admitir que sean otros los que decidan lo que es nuestra decisión.
Dar a la conciencia el timón para que podamos navegar el mar de cambios y llegar a un mejor puerto.

No poseemos el control total, tan solo dominamos un poquito de nuestro ser y entorno. Es en esa porción en la que debemos desplegar nuestra capacidad.

Podemos estar en la zona de confort y ser arrastrados en la crisis.
Podemos generar los cambios favorables.

Enójate para que todo marche mejor

Enójate, seguramente que así las cosas marchan mejor.
¿Cómo?
¡Qué no es así!
¿Qué dices?
Ahora que lo ves con una mirada más calma, desde otro lugar, te das cuenta que si te enojas te complicas aún más que antes… ¿no es así?
Vamos, mira bien, ¿reconoces que con tanta pasión, furia, bochinche, gesticulaciones y todo el resto de agresiones la situación se torna asfixiante, peligrosa, o extrañamente silenciosa –como si el rencor fuera atesorado para explotar en alguna otra oportunidad? ¿Te das cuenta?

Ah, pero a veces con tus gritos, amenazas, golpes, insultos, malos modos, gestos obscenos provocas que ese a quien va dirigido te haga caso… ¿no?
Puede ser tu cónyuge, hijo, empleado, amigo, colega, extraño o hasta la misma deidad a la que tú adhieres. No interesa el destinatario, siempre y cuando tu acritud y espasmos logren su cometido.
Es que así manipulas a alguien para que te sentirte de alguna forma importante, o poderoso, o que tienes la razón… solamente porque te expresas de manera, porque gritas más, porque el otro te teme, o ya saben que no vale la pena intentar dialogar contigo (o no pueden/quieren abandonarte).

Puedes sentirte victorioso, ya que tus berrinches han conseguido aquello que deseabas.
¿Cuánto costó?
¿Qué pierdes? ¿Qué pierde el otro?
Evaluando con razonamiento y mesura, ¿es un buen negocio?

Ah, dices que no te interesan todas esas cosas, sino solamente ser el que tiene la última palabra, el que manda, aquel que es satisfecho en sus necesidades.
Como un bebito, como un niñito chiquito, pero eso nada importa, siempre y cuando te satisfagas a costa de algo…

Y, ¿cuándo te enojas contigo?
¿Te pasa o pasó alguna vez?
¿Fue hacia ti que dirigiste las palabrotas, los golpes, las amenazas?
¿Es algo frecuente?
¿Qué logras con ello?

Enójate, seguramente que así las cosas marchan mejor.
¿No?