Si quieres llevar una vida más sana y con menos estrés.
Intenta NO juzgar al prójimo,
pero sí sus acciones CONCRETAS.
¿Puedes discernir entre una cosa y la otra?
Si ves a una persona tomando un objeto en lo que parece un robo,
sería erróneo concluir con una sentencia: “es un ladrón”.
Es también equivocado asumir que está cometiendo un ilícito, en tanto no se tengan datos y evidencias de que así sea.
Lo necesario es medir con vara justa y sin apresuramientos las acciones concretas. De ser posible, se tratará de descubrir méritos en lugar de fracasos.
Indaga, pregunta, contempla el hecho y lo que lo rodea, entonces podrás evaluar y alcanzar una conclusión respecto de ese acto en particular. Si el resultado es que es un robo, entonces tú puedes afirmar: “ha cometido un ilícito”. Esto no implica que la persona sea una ladrona, de manera regular o habitual, no se le debe condenar a una etiqueta.
Hoy ha actuado así,
pero no tenemos noción de lo que sucederá al minuto siguiente,
como tampoco lo que enmarca el suceso en cuestión.
Tal vez se arrepiente y enmiende su conducta.
Quizás estuvo motivada la acción por factores eventuales, que no poseen un rasgo definitorio y permanente.
No lo sabemos, por tanto, no podemos juzgar a la persona, pero repito, sí a su acto.
Por tanto, sepamos lo que hace , así como los registros que vayan marcando patrones de conducta, tendencias, hábitos, conductas que se reiteran y permiten un cierto grado de precaución,
pero no de prejuicio derogatorio.
Porque, tampoco podemos ser ingenuos e incautos y no aceptar la fuerza de la evidencia que manifiesta patrones de conducta más o menos estables, que son esperados que se repitan.
Atendiendo a que estas tendencias no son un destino inalterable ni determinan necesariamente su próxima conducta.
En el caso de encontrarnos con personas con marcados hábitos, con un insistente y rígido carácter, la cautela es oportuna.
Recordemos también que el guardar rencor o anhelar/preparar la venganza, no son saludables ni construyen shalom.
¿Qué aporta atesorar recuerdos de acciones dolorosas?
¿A quién le hacemos un favor a no avanzar en nuestra vida, sino permanecer atados a eventos que probablemente el causante ya no los recuerde?
Una cosa es la firme búsqueda de la justicia, cosa que es sagrada y necesaria,
otra muy diferente es el rencor o el deseo de venganza.
Entonces, si es necesaria la intervención de la vara de la justicia, ¡bienvenida sea! Si fuera posible dulcificar el juicio con la bondad, sin por ello afectar el establecimiento de la justicia.
Pero, el garrote de devolver malicia con maldad, mejor obviarlo.
El mantenerse anclado al pasado, emocionado por cuestiones puntuales del pasado, como paralizado en un momento amargo del tiempo, no nos sirven para llevar una vida plena y feliz.
Hay que aprender a juzgar las acciones concretar, realizar lo oportuno para prevenir repetición de actos negativos, construir shalom por medio de la bondad y la justicia, así como promover la TESHUVÁ, que es el retorno al camino de la corrección.
En estos tiempos desgraciadamente, hay quien se ve obligado a cometer algun hurto, he visto robar hasta dos barras de pan y eso es muy triste. Esta gente, la que por motivos puntuales se ven abocados a la mendicidad y al pequeño hurto puntual, no son ladrones, comer es una necesidad. Los autenticos ladrones son aquellos que hacen del robo una profesion, y algunos hasta llevan traje y corbata.
A los del primer tipo, no se les ha de juzgar, se les deberia ayudar para que salgan de esa situacion y dejen de hacerlo, volviendo asi al camino recto.
Saludos
Si Moré, para nuestra salud multidimensional, no intentemos juzgar al prójimo pero sí sus acciones concretas. Está muy claro que son dos actitudes diferentes. Es decir, debemos mostrar madurez al indagar e investigar las causas de las actitudes del prójimo cuando analizamos esas situaciones de la gente. Al parecer, se nos hace fácil juzgar al prójimo, en tanto que refleja nuestra inestabilidad interior y proyectamos inmadurez sobre la gente desconociendo las causas de sus actitudes. Muy buen artículo Moré.