Una conducta repetida se transforma en un hábito.
Éste pasa a formar parte de una suerte de naturaleza adquirida, automatizada.
Nuestro cerebro no dedica energía a llevar el control consciente del hábito, lo que lo libera para atender otras actividades, ahorra energía, en definitiva es bastante beneficioso.
Pero, ¿qué pasa cuando la repetición es de conductas negativas, que dañan? Se forma un hábito oscuro, perjudicial, que deja de estar atado al dominio voluntario y hace cosas que luego tal vez nos arrepentimos o lamentamos. ¿Fumar? ¿Beber alcohol? ¿Reaccionar como bebe ante situaciones de impotencia? ¿Huir de los problemas en vez de resolverlos? ¿Ser dependientes de la ayuda externa? ¿Ser perezoso?
Piensa y encontrarás en tu propia vida alguno de estos hábitos. Comparte con nosotros, por favor, en la zona de los comentarios los que reconoces en ti o en otros.
En ocasiones hasta un hábito saludable podría transformarse en un dolor de cabeza, o algo peor.
¿Podrías compartir algún ejemplo de estos?
Algo parecido sucede a nivel mental.
Allí al acto lo llamaremos idea y al hábito creencia.
Ideas que se repiten, sea porque tú las rumias o porque te golpean de diversas fuentes, terminan por consolidarse en creencias.
También pasan a ser automáticas, inconscientes, ajenas a tu voluntad, que irrumpen de manera autónoma y te provocan reacciones.
Nuevamente recurro a tu ayuda, ¿podrías decirnos algunas de esas creencias que tienes?
Probablemente nunca te has puesto a meditar seriamente acerca de tus creencias.
Las das por sentado.
Están ahí y son tuyas, ¿cómo o por qué habrías de cuestionarlas?
Ocurre que innumerables fracasos en nuestra existencia se deben a nuestras creencias.
De hecho, cuando ninguna limitante externa te impide alcanzar tu meta, son tus creencias las que suelen estar en la base y sostén de tus frustraciones y reveses.
Recuerda… ¿te da miedo hablar en público? ¿Te cuesta hablar con la chica/chico que te gusta? ¿No sabes como pedir a tu jefe un merecido aumento de sueldo? ¿Te paralizas ante la idea de divorciarte, cuando es un hecho que tu matrimonio está muerto hace años? ¿Te encantaría que tu vecino dejará de hacer ruido y mugre, que te perjudican constantemente, pero no te atreves a tocar el timbre y plantearle las cosas de manera firme y civilizada pero sin dar un paso atrás? ¿Estás tan seguro que sería un desastre tu plan de abrir tu propio negocio? ¿Tan malo eres para el estudio? ¿Por qué sigues en esa carrera que odias, pero tus padres te insisten que la termines?
Para aquí, porque es obvio que hay infinidad de ejemplos que podríamos compartir. ¿Quisieras contarnos alguno? Te lo agradezco.
Sí, mi amigo, son tus creencias las que te impiden ser feliz.
Creencias que se originaron en mandatos de otros, en frases lapidarias de otros, en impotencias de otros que te las transmitieron a ti, creencias que hiciste tuyas y ahora las consideras parte sustancial de ti. Creencias que están en las sombras, operando para mantenerte en un limbo. O creencias que te dan mucho impulso, que te liberan de pensar, pero te condenan a prejuzgar, a actuar con necedad, a ser esclavo.
Por aquí dejo planteado este tema.
Sería genial que comentaras, compartieras y nos dieras una mano para seguir ayudándote y ayudando a más.
Hasta luego.
Me parece que es correcto lo que se afirma, las ideas que “se rumian o que golpean desde diferentes fuentes” , fundan hábitos que finalmente son sólidas creencias, cada sociedad de la tierra tiene las suyas, cada una de ellas atrapa e inconscientemente se viven y se defienden, incluso con la vida, no son situaciones menores, y por supuesto, nunca se pueden cuestionar porque tienen la asombrosa capacidad de anular la libertad mental y con ello bloquear la perspectiva reflexiva. En muchos casos pareciera que al usar el intelecto, en realidad se interna más y más en ellas en una suerte de vórtice, pasó con las ideas del nazismo, brillantes intelectuales capturados por la creencia de sentirse superiores sólo ayudaron a transformar la brutalidad de la maquinaria, la hicieron más eficiente. Hemos visto en nuestra realidad contemporánea como otras creencias, especialmente las religiosas, ese grupo de ideas de iluminados transformadas en hábitos comunes, finalmente impiden, bloquean y destruyen el trato, el entendimiento entre las personas.
Cierto Incluso los hábitos buenos pueden llegar a convertirse en perjudiciales, por ejemplo la obsesion de ejercitarse diariamente y sentirse culpable o ansioso cuando no se puede hacer.
O cosas tan básicas que están el subconsciente de uno, como quien sueña determinada cosa y ya porque vio algo que en la creencia popular es concebido como malo, ya uno piensa que es así. A mí me pasó eso, per afortunadamente hay personas en el camino que le guían a uno y le mencionan los hechos, no los supuestos. Hay que disfrutar de las emociones pero hay que ejercer la razón.