El bebe es absolutamente egoísta.
Está bien que así sea.
Porque no cuenta con herramientas físicas ni de experiencia para ser diferente.
Y, porque necesita de toda su energía y disposición para crecer, desarrollarse, aprender, insertarse en el mundo.
De a poco, se supone, va corriéndose de sí mismo para ir adquiriendo un rol solidario, altruista, constructor de shalom también con el prójimo y el ambiente.
Llegado a la madurez, es cuando debiera haber reducido su egoísmo a la mínima expresión, aquella que es necesaria para su sostenimiento y que podemos denominar como “egoísmo positivo”.
Pero, presenciamos a diario manifestaciones de egoísmo en personas grandes, con años encima.
Se comportan como bebes en cuerpos crecidos.
Pendientes solamente del placer del momento, de sus deseos, de sus menudencias, de sus sufrimientos, de acaparar, de reclamar y exigir, de creer que el mundo son ellos y el resto está para servirles sin chistar.
Sí, hay tantísima gente así (y podemos ser tú y yo también, que conste).
Esta gente actúa así porque no ha conseguido desarrollar sus potencialidades, siguen reducidos, doblegados, carentes de amplitud.
Sí, podemos ser comprensivos, admitir esta debilidad que les esclaviza, pero no por ello sumarnos o hacernos cómplices de su infancia no superada ni aprovechada.
El egoísta es un bebe, o un infante, que se revuelve en un cuerpo de persona mayor.
Excelente gracias moré!
Gran tarea la que nos corresponde como adultos,
por un lado descubrir la sutilidad con la que el Ego nos minimiza, nos hace vulnerables aunque en apariencia fuertes, nos lleva a desplegar en nuestro actuar un abanico de reacciones infantiles tras la imagen de alguien grande y «poderoso», que se vea capaz, confiado… pero que en realidad es el títere de un experto titiritero …»el Ego»,
y tras darnos cuenta de su existencia, empieza otra tarea cuya finalidad será dejar de seguir el guión que nos ofrece… claro esto es una decisión personal, si en verdad apreciamos la libertad, y deseamos «ser» en todo nuestro esplendor.
como padres… otra tarea y otro aprendizaje! Es mucho más fácil descubrir a través de ellos «el egoísmo» es su etapa inicial… estaría muy bien que pudiésemos ayudar a nuestros hijos a potencializarse, en la medida en la que ven al otro y se percatan que también existe.
o cuando logramos trasmitirles que el egoísmo les aparta y les aleja de una relación real y de valor con el otro, pero sobre todo con ellos mismos, con su esencia.
Les ahorraríamos varias vueltas largas y sin sentido, para que encuentren más fácilmente esa que les lleva hacia una vida realmente plena, es obvio que en el camino de ayudarles, lo estaremos haciendo primero en nosotros y ellos quizás sólo nos observen y ese será el aprendizaje.
Gracias moré, por la decidida tarea de ser constructor shalom enseñarnos a serlo!