Los que te quieren vender su producto religioso (y por tanto nefasto para tu espíritu) aseguran que “la fe” era el gran mérito del patriarca HEBREO (de los JUDÍOS y nadie más) Abraham.
Se basan en una equívoca traducción y en un incompleto pensamiento a partir de este pasaje:
«Él creyó al Eterno, y le fue contado por justicia.»
(Bereshit / Génesis 15:6)
A partir de esto construyen rascacielos de torturas religiosas, basándose en fe en el absurdo, en contrariar la Ley para adherirse al sentimentalismo y similares. Especialmente se encuentran en el mundo cristiano (que por supuesto INCLUYE A TODOS LOS QUE SE HACEN LLAMAR JUDÍOS MESIÁNICOS y similares), pero no deja de haber también judíos que tienen una ideología similar, encerrados en sus burbujas de misticismo e irrealidad religiosa.
Entonces, tomando a Abraham como modelo insisten en que la persona baje la cabeza y obedezca a su líder religioso, que no cuestione sino sea manso, que no analice sino que memorice y repita, que no piense sino que actúe movido por el sentimentalismo (seudo amor y mucho terror).
Porque para esta gente y sus grupos lo importante no es dudar para aprender mejor, ni preguntar para llenarse de sentido, ni oponerse a lo malo aunque provenga de sus patrones religiosos, sino ser ovejas con fe, mucha fe, llenos de fe, jubilosos en fe, saltando en una pata de fe, aplaudiendo para recibir dones por fe, orando para ser salvos por fe, ¿o acaso no viste nunca una montaña moverse por la fe o al universo conspirar para darte lo que tu pensamiento positivo reclama?
Pero, si somos atentos y respetuosos del santo texto, pronto vemos como el “obediente” Abraham, el cegado por la fe Abraham, el que no se atrevía a desviarse del dogma y la doxa, realmente no es como lo pintan los religiosos (y los poco comprensivos).
Tomemos un solo ejemplo:
Venía el Eterno repitiéndole a Abraham que de él y su esposa Sarai saldría una numerosa nación, que vivirían en la tierra de Israel, que serían benditos y de bendición, etcéteras varios conocidos y repetidos, ¿cuál fue la “enceguecida por la fe” reacción de Abraham?
Mira:
«Entonces Avraham [Abraham] se postró sobre su rostro y se rió diciendo en su corazón: ‘¿A un hombre de 100 años le ha de nacer un hijo? ¿Y Sara, ya de 90 años, ha de dar a luz?’
Luego Avraham [Abraham] dijo a Elohim: -¡Ojalá Ishmael [Ismael] viva delante de ti!
Y Elohim respondió: -Ciertamente Sara tu mujer te dará un hijo, y llamarás su nombre Itzjac [Isaac]. Yo confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para su descendencia después de él.»
(Bereshit / Génesis 17:17-19)
¡En “la cara” de Dios Abraham le estaba negando Sus palabras!
¡Estaba contradiciendo directamente lo que Él no solamente decía, sino que estaba PROMETIENDO!
El buen hombre estalló en risa al escuchar del Eterno que su anciana esposa tendría un hijo y de él nacería una estirpe populosa y gloriosa.
Dudaba, pero no por estar a la intemperie y sin Presencia del Eterno, ¡sino ante la propia Presencia de Él!
Porque, si tú tienes tus dudas respecto a Dios, bueno… ¿qué podemos hacer? Él no habla contigo, no te acompañó abiertamente en tu vida durante cuarto de siglo, no tienes promesas de Su parte de primera mano. Él está “escondiendo Su rostro” de nosotros, ya no hay profecía ni tenemos manera concreta y directa de tener certezas sobre Él. Si dudas, es comprensible.
Pero, ¿Abraham hacer así, comportarse de esa manera?
¿Así es como se comporta un hombre de fe ciega?
Para peor, todavía tuvo el atrevimiento de sugerir alguna salida elegante para Dios, como hacerle acordar que tenía un hijo junto a una esclava, que estaría conforme y satisfecho si ese hijo no se le malograba y corrompía.
¡Cómo se atreve Abraham a semejante propuesta irreverente!
¿Él dándole sugerencias a Dios? ¿Haciendo extraños malabares para que al menos un hijo suyo tuviera un pequeño destaque, ya que evidentemente la promesa del Eterno era imposible de cumplir?
Pues bien, ¡ese es también Abraham!
Fue un escéptico, lo que le permitió romper con las pesadas cadenas del imperialismo político y el radicalismo religioso politeísta de su época.
Abraham no tenía miedo en dudar, en atreverse a pensar, a proponer, porque sabía que con ello no estaba siendo irrespetuoso ni desviándose del camino del Eterno.
Dentro de los límites de lo permitido, gocemos.
Sí, también de la libertad de no ser presos de la tontera de la fe.
Porque la fe, en su 100% (si no me equivoco), es producto exclusivamente del EGO, no del AMOR, no proviene de la neshamá (esencia espiritual), sino del instinto de supervivencia más básico de nuestra especie.
Como ya explicamos infinidad de veces, una cosa es la creencia y la convicción, otra muy diferente es la fe.
La fe no debiera tener cabida en la persona que valora la espiritualidad y por ello vive a pleno en su multidimensionalidad.
la fe religiosa o cristiana es como montarse al carro , colocar la llave sin prender el vehiculo y pretender que por fe el vehiculo lo llevara hacia su destino B.
El socio del Eterno es mas simple , maneja , utiliza el transporte masivo , camina , maneja su bicicleta , para llegar hacia su siguiente destino. Asi de sencillo. , no vive esperansado en misticismos o posimas magicas.
Gracias Morè.