El EGO NO ES una metáfora, es el nombre que –en lo personal- asigno a una específica zona y determinadas funciones del cerebro (¿solamente humano? creo que no). Ya hemos compartido en otras oportunidades ubicación y designación que emplean las neurociencias. También se le puede llamar por su nombre tradicional, Ietzer haRá, tratando de no confundirlo con las imágenes que se han tejido a su alrededor que tenían una función explicativa.
El EGO es parte normal y natural de la especie humana, no es una construcción social ni depende de elecciones personales, sociales o culturales. Así como tenemos, por regla general, dos brazos o nariz, también contamos con esa sección del cerebro a la que llamamos EGO.
Dicho lo cual, debemos recordar que sobre la base biológica del EGO se forma también un hábito, a causa de las sucesivas reiteraciones de ciertos comportamientos que se convierten así en respuestas automáticas, inconscientes, que se disparan sin recurrir a la voluntad personal o a la elección del momento.
Entonces, el EGO dispara reacciones automáticas, tanto por estar codificadas de manera natural en nuestra naturaleza, como por ser hábitos que hemos ido adquiriendo con la repetición de conductas.
Está bien que así sea, el EGO NO es un enemigo, siempre y cuando no esté ocupando lugares y funciones que no le competen.
Por ejemplo, como mecanismo reactivo en situaciones de real impotencia, cuando lo que se precisa es una respuesta automática, veloz, entonces el EGO es nuestro mejor aliado. Para eso precisamente fue diseñado por nuestro Creador.
Pero, cuando es una situación de impotencia sentida, donde no hay una agresión material concreta, entonces las reacciones del EGO no resuelven (por lo general), sino que seguramente amplifican el problema, enroscan en una espiral de confusión, caos y malestar.
Visto lo cual, ¿podríamos decir que el EGO varía de acuerdo al país, región, ciudad, barrio, vehículo en el cual te movilizas, etc.?
Me parece que el EGO y su actuación seguiría siendo el mismo, allí en donde estemos, pero lo que varía podría ser:
- los estímulos que lo disparan,
- las costumbres que incentivan e intensifican su uso en ocasiones no acordes a su naturaleza.
En principio, y sin mucho análisis, cuando se vive en una casa campestre, sin el estrés típico de las grandes ciudades, es muy posible que no nos agredan tantos estímulos negativos, que nos hacen sentir en impotencia. Por supuesto que estaremos en situaciones de real impotencia, y de impotencia sentida, hasta en el lugar más pacífico y paradisíaco. No precisamos de otras personas para ser débiles o sentirnos ineptos. Nosotros mismos, cada uno de nosotros, nos encargamos de limitarnos, o la realidad nos impone su presencia con nuestras limitaciones. Pero, cuando uno se aparta de las tensiones de los centros urbanos, de las disputas por tonterías pasajeras, por demostrar que se tiene poder, por alcanzar metas sociales que poca relevancia verdadera tienen, entonces las agresiones reducen su número y alcance.
Además, cuando uno se ha criado, o se ha mudado, a una zona donde se enseña a vivir en armonía consigo mismo, con el prójimo, con el ambiente; donde se prioriza el verdadero trabajo espiritual y no las apariencias, de cualquier tipo; donde se lleva una existencia de aceptación de los límites y esfuerzo en superarse; donde se relaciona a través de la Comunicación Auténtica; donde se construye Shalom constantemente a través de conductas de bondad Y justicia; entonces, es más que probable que el EGO esté circunscripto a sus funciones específicas y necesarias, y poco avance en conquistar áreas que no le pertenecen. ¿Hay comunidades así?
Mira que diferente sería el avance del EGO cuando se está en medio del estrés de la ciudad, con ruidos, apuros, malos olores, escenas desagradables, inseguridad, miedos, exigencias, hacinamiento; y por si fuera poco, educados para reaccionar instintivamente, a los gritos, insultando, manipulando, pegando, amenazando, destruyendo, mintiendo, etc.
Tanto en la sociedad ideal como en la otra el EGO sigue existiendo, sigue siendo ese componente natural de nuestra especie, pero en una y otra se manifiesta de maneras diferentes. En una como aliado, en la otra como adversario.
Ahora, me pregunto, ¿será posible construir sociedad, familias, individuos, donde se lleve una existencia más cercana al ideal? O, ¿estamos condenados a seguir repitiendo los patrones distorsionados de existencia, que soportamos desde Adán y Eva hasta la fecha?
Me encantará leer tus opiniones, comentarios, preguntas, todas las cuales no se si responderé, pero seguramente leeré y tendré en cuenta.
Existe un dicho popular. » una manzana podrida daña a las demas» Creeria que el entorno cuenta para el desarrollo personal del ser humano. Pero algunos seres humanos siguen tropezando con la misma piedra.
Gracias Morè .
Otro ejemplo. El Ego de los iranies. Odio a Israel , Estados Unidos , Los de Gaza igual.
El Ego de los Tibetanos , meditacion , control mental. El Ego de los Norcoreanos , la represion……
Aunque una vida sin Ego , seria como un rio sin piedras.