¡Cuánta violencia!
Está por todas partes.
Desde las cuestiones pequeñas, cotidianas, que ya son familiares; hasta aquellas que aparecen en titulares de medios informativos internacionales.
Violencia en todas sus formas, la que por supuesto incluye la mentira y la tergiversación.
Ejemplos de esta semana. Dos árabes musulmanes terroristas asesinos, con ciudadanía israelí pero que se creen parte de esa entelequia llamada “pueblo palestino”, asesinaron con premeditación y total saña a unos buenos hombres judíos mientras éstos rezaban temprano por la mañana. El único “crimen” de esos judíos fue: ser judíos. Como desde hace milenios, los malvados se aprovechan de los judíos indefensos para hacerlos víctimas de sus pasiones sin control, de sus creencias cobardes y terribles. Una violencia infernal, desatada a partir de la locura que es la religión, la cual es manifestación del EGO. Violencia de malditos que es alabada y bendecida por otros malditos, quienes festejaron e invocaron alegrías y orgullos para promover tales manifestaciones odiosas y sin razón de ser. Violencia de algunos medios de des-información masiva, quienes anunciaban a todo trapo y con un griterío ensordecedor que la policía israelí abatió a dos palestinos en Jerusalén. Nada dijeron, o en letras pequeñitas, como al pasar, de la causa que llevó a que los perversos fueran liquidados en un enfrentamiento con la autoridad legal. La violencia de los que se hacen pasar por defensores de Derechos Humanos, que si Israel osa defenderse de las provocaciones y ataques, enseguida ponen el grito en el cielo, denuncian en foros internacionales, llaman a boicot y manifiestan su apoyo incondicional a los pobres palestinos víctimas del “genocidio sionista”; pero, cuando en verdad los derechos de los inocentes son vejados, nada dicen, como en esta ocasión. Violencia y más violencia.
Y los inocentes decapitados públicamente por los salvajes islamistas (¿cuándo no?), que son elogiados por sus hermanos de Hamas, y otros asesinos de profesión como ellos. Y explicados y defendidos por supuestos progresistas que aplauden estas “primaveras” que solamente buscan sacarse el inventado yugo “imperialista” de sus vidas.
Y los estudiantes desaparecidos y masacrados en México.
Y la chica de quince años decapitada en el Departamento de Maldonado, aquí en Uruguay, que primero fue violada y vaya uno a saber qué más, por gente de su familiaridad.
Y los políticos que compran votos con sus dádivas, y mantienen al pueblo ignorante y dependiente, así son buenos votantes.
Y la violencia de los jóvenes sin futuro, porque no estudian, no trabajan, pero consumen y consumen cosas que los consumen.
Y el sexismo que degrada a la mujer en supuestos programas culturales o de entretenimiento, como el “Bailando” o similares de la hermana Argentina.
Y el sexismo que degrada a la mujer, la esconde detrás de velos insoportables, les niega su identidad, no les permite crecer hasta sus alturas posibles, en nombre de la religión, de un dios, de la cultura, de “los derechos humanos” que tanto dicen defender algunos.
Y la violencia contra los niños, a los que se los disfraza de adolescentes o adultos, se les llena la cabeza con ideas y conceptos que no les corresponde, se les obliga a vivir como lo que no son, y no te hablo solamente allí en donde los esclavizan, sino también en las sociedades donde una niña se viste como prostituta y es normal, habla como proxeneta porque lo ve en la tele, etc.
Y la violencia del padre que no tiene para comprar el alimento para sus hijos, pero al cual los iluminados candidatos populistas le prometen una Tablet Android, o cosas parecidas.
Y la violencia porque el otro equipo metió un gol, entones hay que matar a alguno de su hinchada.
Violencia por todas partes, desde la más evidente hasta la disimulada.
Violencia directa o artificiosamente escondida.
Violencia de vivir en el exilio, desconociendo la propia identidad esencial, bloqueados de la LUZ espiritual, hincados antes los ídolos que erige el EGO.
Violencia de vivir enmascarados pero creyendo que esa es nuestra cara.
Y está la violencia en tu casa, en tu trabajo, en tu lugar de estudio, en el transporte, en la calle, cuando haces las compras, en lo que te ofrece la TV, en cada momento pareciera que solo hay manifestaciones que provienen del EGO, llenas de violencia.
Llenas de deseo descarriado de recibir sin ofrecer nada a cambio.
Vemos y sufrimos los efectos, vamos aprendiendo a vivir con ello, a implementar métodos para escondernos detrás de rejas, alarmas, guardias privados de seguridad, cámaras de vigilancia, drones de rastreo, y vaya uno a saber cuántas cosas más.
Pero, no se educa acerca del EGO, de sus mecanismos, de sus manifestaciones, de cómo identificarlo y qué hacer para desactivarlo cuando produce confusión, caos, destrucción injustificada, el mal.
La educación acerca del EGO, tal como lo definimos nosotros, no existe. Se ignora. Pero se enseñan de guerras y batallas, héroes y mitos, de Jesús y Mahoma, de bailes y equipos deportivos, de moda y pasatiempos insulsos, de religión y de hipocresía. Se habla de ello. Se inculca. Se hacen escuelas y universidades alrededor. Pero, de lo que podría generar un paraíso en la tierra, de eso no se habla.
Somos una voz pequeñita en mitad de un rugiente océano que promueve el EGO, que es promovido por el EGO.
Nuestra vocecita es como la de la NESHAMÁ en nuestro interior, chiquita, casi en silencio, tapada por el furor de los gritos de lo que distrae.
Pero, es esta voz casi muda la que podría hacer el cambio definitivo, provocar la Era Mesiánica, el fin del exilio de la humanidad y de Dios en el hombre.
Es por ello que se rechaza y se ignora la enseñanza del tema del EGO.
A los que viven de la violencia, a los presbíteros y ministros del EGO no les sirve cavar su propia tumba. Y no parecen entender que no son otra cosa que esclavos, títeres, falsos poderosos, que llegada la hora de la verdad, no valen nada así como sus religiones y teorías políticas.
Es hora de educar a todos, pero especialmente a los niños en el conocimiento y aplicación de las leyes universales espirituales, para que puedan ejercer a pleno su identidad espiritual, alcanzar altura que nosotros no hemos podidos, diseñar un mundo que asemeje en todo al paraíso terrenal.
Para que la construcción de shalom sea la realidad, y no solamente un lema que enarbolamos nosotros desde SERJUDIO.com y de FULVIDA.com (y ahora también en soynoajida.com). Que la construcción de shalom a través de la constante acción buena Y justa esté en cada instante en nuestras vidas.
¿Qué puedes y debes hacer al respecto?
Comienza a aprender y no dejes de aplicar.
¡Comparte!
Llena las redes sociales virtuales (Facebook, Google Plus, Twitter, etc.) y las reales con la información, con links, con consejos de LUZ, con llamados a reunirse para estudiar y aprender así como des-aprender. Si tú eres generador, podrás hacer que otros dos lo sean. Esos dos conseguirán a otros dos cada uno. Ellos entones llegarán a otros dos más, y en poco tiempo la conciencia del EGO y sus espantosos efectos será una realidad. Podremos construir shalom y así abatir la violencia, la indiferencia, el mal en todas sus formas.
Pero, no lo harás…
Me lo quito de la boca, sociedad hipocrita abandonada al EGO. Mucho trabajo nos queda, pero sin duda se hara.
Un saludo
vamos a difundir nuestra existencia, presencia y enseñanzas!