Querido amigo: Deténgase un minuto en lo que está haciendo. Siéntese, relájese y respóndase a esta pregunta: ¿Quién soy yo?… dese unos minutos antes de responderse.
No. Usted no es su nombre. Su nombre no es suyo, otros se lo asignaron.
Tampoco. Usted no es el rol social de padre, madre, hermano, hijo, hija, etc que tiene. Usted no nació ni siendo padre, ni madre, ni hermano, ni hijo, ni hija..etc
Menos. Usted no es lo que hace. Usted no es la profesión o el oficio que tiene. Eso lo aprendió hacer para producir.
Mucho menos. Usted no es hijo de ningún dios, ni es creyente ni no creyente. Esa conclusión llegó en alguna etapa de su vida debido a la (des) formación que tuvo de sus padres.
Usted podría responder que es un ser humano, una persona. Está bien, pero sigue siendo una generalidad que no lo individualiza. ¿Y su individualidad? ¿Eso que lo hace ser quien es usted?
¿Quiénes somos en realidad?
Intentaré con este ejercicio trasmitirle claramente mi duda:
Usted no se hizo. Otros, sus padres, aportaron cada uno el 50% de su material genético. El espermatozoide de papa y el ovulo de mama hicieron posible su formación intrauterina. Usted no decidió crearse, otros decidieron por usted.[1]
Usted cuando nació no decidió llamarse como se llama. Otros le asignaron su nombre. Tampoco decidió sobre su religión, ni quienes iban a ser sus progenitores ni sus parientes; no decidió hacer su cultura, ni si quiera su idioma; otros le dijeron que usted es quien usted cree que es. Pero ¿ese que le dijeron que es usted, es realmente usted?
Tal vez le reste importancia a mi pregunta. Total ¿para qué preocuparse sobre quien es uno? ¡! Uno es uno y ya ¡!
El problema que plantea el hacerse de la vista gorda sobre uno mismo, es que trasforma la persona en un animal de manada o rebaño. En un ser autómata que se conforma con lo mismo que las masas se conforman; igual que un animal que nace, crece, se reproduce y muere sin pena ni gloria, sin nada que lo identifique como “el individuo”, sino que se confunde con el resto del colectivo.
Y a pesar de estar todos en colectivo, algo nos individualiza y sabemos que somos diferentes al que está a nuestro lado, o al que nos acompaña; al que también algo lo individualiza de nosotros y del resto.
Como cuando decide ir a algún Mall a cenar, y en lugar de buscar algún restaurante que lo atiendan de manera personalizada, busca el “Food Court” donde la política es compre, siéntese, coma junto con todos los visitantes, y váyase. Nadie le importa quién es usted, ni como prefiere su cena, que le quita, que le adiciona, que prefiere, cuáles son sus gustos… Usted es alguien más, alguien del montón de “alguienes”.
O como cuando va al servicio del Seguro Social para que le atiendan su dolencia y le reconforten, pero se topa con que usted es un numero más; alguien si nombre ni identidad, solamente un “numero de ficha” para la atención; y de previo a constatar si está al día en sus pagos mensuales de seguro, lo tratan cual vaca del montón de vacas que lo que ocupa es acetaminofén y alguno que otro analgésico para su moribundo estado; total, uno más uno menos.. ¿Qué hace la diferencia?.
No.. ¡¡¡ Usted es un “Sui Géneris” de la especie humana¡; pero entonces ¿Quién es usted?
Hace algunas horas, publique en mi Facebook, un resumen de algunas teorías psicológicas, que por sugerencia, he intentado conocer, y que responden en parte a la pregunta inicial.
Publique este ejemplo:
Doctor, por favor dígame ¿Quién soy yo?
Dr. Adler: Usted es inferioridad en busca de poder.
Dr. Freud: Usted es un YO que busca placer.
Dr. Jung: Usted es un subproducto de un inconsciente colectivo y primitivo.
Dr. Ribco: Usted es un consiente que tiene que sincronizarse con una identidad.
Dr. Frankl: Usted es un ser libre con responsabilidad que tiene que dotar de sentido su experiencia humana.
Pero la pregunta no es tan sencilla de responder con el ejemplo que, sin intención de respuesta, puse en mi muro. Al igual que los analistas citados, los neurocientificos reconocen que la ciencia llega hasta cierto límite cuando se trata de responder sobre la individualidad de la persona:
… El problema esencial, concerniente a la misma existencia de la experiencia consciente, puede reducirse a las siguientes preguntas: ¿Cómo surge la conciencia del funcionamiento del cerebro humano? ¿Qué relación tiene con el comportamiento que la acompaña? ¿Qué relación existe entre el mundo percibido y el mundo real?
El problema principal es tan esencialmente complejo que algunos pensadores han afirmado que su respuesta se encuentra más allá del alcance de la ciencia….
Quienes afirman que no existen evidencias que apoyen la existencia de la conciencia extendida…, a pesar de las abrumadoras pruebas en sentido contrario, exhiben una ignorancia premeditada. Creen conocer la verdad sin necesidad de examinar los hechos.. (La conciencia) está tan cerca de nosotros que se encuentra casi fuera de nuestro alcance. No hay nada en los fundamentos físicos del mundo real.. y más concretamente, el de la intricada estructura del cerebro, que nos aporte la menor pista sobre le funcionamiento de la conciencia… (Dr. Eben Alexander. [2])
A ver Doctor, usted me está diciendo que yo soy yo porque tengo experiencia consiente. Pero mi conciencia no es mía; no está dentro de mí, ni ningún órgano (el cerebro por ejemplo) la contiene. Que mi conciencia no la genera mi actividad cerebral, pero que mi conciencia está cerca de mí… Muchas gracias Doctor por su opinión, pero consultare a otro.
Doctor Frankl, podría ayudarme en mi búsqueda?
“…la misión de la conciencia es, en efecto, descubrir al hombre “lo único necesario”. Ahora bien, ese “uno” es siempre en cada caso “único”… Es, pues, algo absolutamente individual, un “deber ser” individual que no puede ser abarcado por ninguna ley general, por ninguna ley moral… en ninguna caso es cognoscible racionalmente, sino sólo intuitivamente. Y esa función intuitiva es de hecho la que corresponde a la conciencia…
Pero un examen más detenido de las cosas habría descubrir inmediatamente que ese instinto ético se opone, y no en pequeña medida, a lo que ordinariamente llamamos instinto vital…
El instinto de los animales, por ejemplo, tiende a un algo general o universal, únicamente actúan en general, lo que significa que es esencialmente esquemático. En efecto, los animales, cada uno según su instinto, reaccionan ante determinadas señales de su respectivo medio ambiente conforme a un esquema rígido, fijo de una vez para siempre y para todos los individuos. La eficacia de este esquema instintivo coincide por lo tanto con el hecho de que sólo es real en términos generales, o sea universalmente, ajustándose a la ley del mayor numero. En cambio en los casos individuales no solo falla, sino que aun induce al individuo a comportarse “irrazonablemente” en determinadas circunstancias, y ello actuando el animal enteramente de acuerdo con su instinto,… Así, por ejemplo, el mismo esquema de reacción instintiva que determina que la mayoría de hormigas, es decir, el conjunto de la colonia, conserve o salve su vida, puede llevar a una hormiga aislada a perderla. Desde el punto de vista, pues, del instinto hay que dar por sentado este hecho, a saber, que el instinto vital descuida lo individual.
De modo totalmente distinto, más aun, en oposición de lo que acabamos de ver, actúa el instinto ético, cuya eficacia queda garantizada por el hecho de no tener a un universal, sino siempre y solamente a lo individual; se dirige, como ya hemos dicho, a lo concreto. Y mientas el animal es a veces extraviad por su propio instinto vital, ocurre que también el hombre de vez en cuando es inducido a error por su razón .. y solo su instinto ético, o sea la conciencia, es capaz de hacerle ver ese “uno necesario” que precisamente no es algo universal; sólo, en efecto, la conciencia puede como si dijéramos sintonizar la ley “eterna” o, por atenernos al concepto ordinario, la ley moral con la respectiva situación concreta de una persona concreta. Lo que significa que una vida a partir de la conciencia es siempre una vida absolutamente personal que tiende a una situación absolutamente concreta, a eso que puede importar a nuestro ser individual y único en las condiciones determinadas de su existencia: la conciencia incluye siempre el “ahí” concreto de mi “ser” personal…”[3]
A ver Doctor.. Usted me está diciendo que yo soy un “deber ser” individual que no lo abarca ninguna ley ni general ni moral ni la explicación racional, sino que yo soy un “uno y único”; y lo sé por la función intuitiva que usted llama conciencia, o bien, instinto ético.
Que ese instinto ético no lo confunda con el instinto que como animal tengo; pues el instinto animal es esquemático ya que busca siempre la colectividad para mis necesidades animalescas. Que el instinto animal que tengo, falla si no se ejecuta en la colectividad; es decir que aunque esté solo y comportándome instintivamente, el instinto no me va a servir para sobrevivir a pesar de que está funcionando para mi propia subsistencia.
En mi individualidad, mi instinto animal falla. Pero el instintito ético, o la conciencia que soy, es mi individualidad; no tiene carácter universal o comunal. Es la conciencia mi ser individual. Muchas gracias Doctor por su opinión, pero consultare a otro.
Señor Ribco, usted sería tan amable de explicarme quién soy yo; o mejor dicho ¿que soy yo?
Nuestra NESHAMÁ, lo que denominamos Yo Esencial o espíritu, no está materialmente en nuestro interior, aunque a veces lo señalemos como la LUZ interna o la pequeña voz dentro de nuestro ser. No se ubica en ninguna parte del cuerpo. Ninguna zona cerebral es su asiento….
La NESHAMÁ es una entidad espiritual, proviene directamente de Dios. No ocupa espacio, por tanto no sufre alteraciones, ni es afectada o depende del tiempo “material”. Está en un lugar que no es lugar, en un tiempo que no tiene tiempo. … todo lo que conocemos y sabemos depende de nuestros sentidos, somos esclavos de nuestro cuerpo, dependemos necesariamente del tiempo y del espacio. No tenemos noción de existencia fuera del tiempo y espacio. Hasta cuando imaginamos mitos, historias de ciencia ficción, delirios, estamos atrapados entre esas dos coordenadas. Dios, y por tanto nuestra Neshamá, no habitan nuestra realidad ni son afectados por nuestras limitaciones. Existen en una realidad diferente a la nuestra, que es incomprensible, aunque quizás pudiéramos tener destellos momentáneos de claridad al respecto…
… Nuestra Neshamá es la identidad que nos ha otorgado directamente el Creador. No tenemos parte en su existencia, como tampoco nuestros padres ni otro ser vivo o elemento físico. Proviene del Eterno, permanece en el Eterno, retorna al Eterno. No cambia con nuestras acciones, no existe nada material que la afecte, ni para bien ni para mal. Es, sencillamente es. Podríamos decir que es el ideal sobre el cual basarnos para diseñar nuestra vida en este mundo, la meta para alcanzar, la imagen para descubrir en el espejo de nuestra existencia…
… Lo que hacemos, los nombres que usamos, los títulos que nos acompañan, nuestras acciones, lo que recordamos, las actitudes, posesiones, vínculos sociales, etc., forman esas máscaras que arman al que denominamos Yo Vivido. Éste es por completo terrenal, lo construimos en el mejor de los casos; en los menos buenos asumimos aquello que los demás nos imponen o mandatan. Somos como personajes armados con bloques de Lego…
Con esto podemos suponer que yo soy algo que no soy yo. Porque hago cosas que forman mi Yo Vivido, el cual es mi YO terrenal, el que conozco (en la medida de lo posible), el que los demás conocen, el que veo en el espejo, etc. Pero al mismo tiempo hay otro Yo, que es genuino, que es eterno, que es el que debo llegar a conocer y vivir como lo que él plantea….[4]
A ver Doctor.. Usted me está diciendo que yo soy un “una Neshama”, que existe en una realidad que no es la realidad humana, que es lo que me individualiza, pero que es imposible su comprensión en mi realidad, y sin embargo tengo que llegar a conocer y ser como lo que plantea la Neshama.
Como se nota, es muy difícil para el raciocinio procesar el 100% la información que expone y que se plantea para responderse la sencilla pregunta de quien es uno en realidad; y si es uno es una conciencia, existe la dificultad de separarla para analizarla y someterse.
Lo importante es conocer que el fundamento de nuestra identidad está por encima de nuestra propia comprensión.
Pero el «como» llegar a ser lo que somos, la forma, el procedimiento, la técnica (como quiera que se vea) para llegar a ser nuestro verdadero Yo, cobra un nuevo significado. Ya no es ser por ser simplemente; es construir el ser.
Gracias por su lectura, comentarios y opiniones.
[1] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/yo-t-otro-uno
[2] La Prueba del Cielo. Dr. Eben Alexander. Pag 204-205
[3] La Presencia Ignorada de Dios. Dr. Viktor Frankl. Pag 35-36
[4] http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/ser-y-estar-siendo
Gracias @Luis.
Ademas de que somos una creaciòn especial con el poder de escoger entre el bien y el mal. , somos como unas velas ambulantes. Unas encendidas , otras que faltan por encender y unas que al parecer nunca se encenderan.
Gracias.
Este post como que plantea una duda o vision del yo que nos invita a tratar de entender algo que por el momento es incomprensible. La carrera los vinculos estimo son parte del espiritu o conexiones y son un atributo de la persona en este mundo que sin lugar a dudas tienen un impacto en el yo vivido. Es un tema muy profundo, Voy a tener que releer para entender mejor a lo que se apunta. Hay planteos que ni yo me habia propuesto a pensar, es como ver mas alla de lo que puede venir.
Hola Luis, en primer lugar gracias por sacarme de mi habitual pereza o modorra intelectual sobre estos temas. En primer lugar creo que hay que separar, por un lado tenemos la conciencia, y por el otro, ciertas preguntas fundamentales sobre el ser.
Sobre la conciencia, cada vez es más claro que se trata de un fenómeno natural, probablemente producto de todas nuestras capacidades cerebrales de procesamiento unidas o trabajando en conjunto, en todo caso, cualquier explicación más o menos convincente vendrá de la investigación en las ciencias médicas o la biología, recordemos que cuando nos anestesian, esta se duerme o se apaga, es decir, se ataca algún centro en la cual se aloja, me imagino una suerte de mecanismo puesto en off.
Sobre el ser, estás abordando las viejas preguntas del quién soy, que hago aquí, para donde voy, ese es otro cuento. Observando lo que ocurre con la naturaleza, nosotros cumplimos los mismos ciclos y etapas naturales, y respecto a los organismos vivos parece ser que también intentamos no desaparecer como especie, y allí posiblemente esté actuando el gen egoísta que postula Dawkins. Asociado al concepto del gen que procura su sobrevivencia, está la triste idea que el portador es desechable, se acaba, no tiene más existencia, se apaga, así, se trata de otro proceso puramente natural, una suerte de “posta” obligada. Me parece que esta respuesta, así de dura, nos convierte en candidatos al suicidio porque nos vemos como el mensaje que recibe el agente 007, que luego de cumplir su misión se autodestruye.
Creo que para todos, surge el cuestionamiento de la trascendencia y la búsqueda de una explicación para el desperdicio del potencial adquirido, y allí el cuestionamiento ¿qué somos en esencia?, es decir, más allá de lo evidente, átomos,polvo de estrellas. Es aquí donde florecen las explicaciones y es el campo fértil de las creencias, religiones e iluminismo que buscaron originalmente dar una mano para no caer en la más completa locura y evitar el suicidio colectivo, así el brebaje religioso es un narcótico que pudo ser un aporte en su tiempo pero en la contemporaneidad está teniendo sus contratiempos, en síntesis, en el argumento religioso o inspirado se construyen explicaciones sobre una supuesta virtualización del ser que no perece, que permanece como “algo” más allá de la aniquilación, hay de todo tipo de constructos, unos más burdos que otros.
Desde tiempos antiguos, todas esos constructos necesitan anclarse en algo para tejer las telarañas argumentales que hasta hoy nos ofertan y donde te envuelven, así, mirarás siempre el interior del capullo una vez que estas adentro, pero no donde este se ancla, y normalmente se ancla en profecías, sueños, libros sagrados, chamanismo, contactos alienígenas, dosis de ayahuasca, iluminismo, etc. es decir nada serio.
Quizás la postura sensata sería preguntarnos, ¿qué es realmente lo que llamamos naturaleza?, ¿que son esas descomunales fuerzas que tienen todo bajo control y evitan la destrucción total y el caos?, y por el contrario, rigen con mano dura unas leyes inmutables ante tu llanto y pataleo, el del vecino y el mío, y sobre las cuales, lo poco que sabemos es que se cumplen a rajatabla en las partículas subatómicas y en la totalidad del universo, y quizás allí encontremos alguna respuesta menos ditirámbica y menos narcotizante que las que nos entregan las religiones o los caminos sagrados.
Saludos Curioso ¡ un gusto saludarte de nuevo. Muchas gracias por tu comentario socio; realmente enriquecedor.
Yo no soy un hombre de ciencia, así que especule mucho en este articulo. Decidí mejor no manosearlo mas porque si hay hombres de ciencias exactas que explican algunos fenómenos del ser que son inentendibles para ajenos como yo.
Vea por ejemplo aca en Fulvida hay algunas notas del físico Aryeh Kaplan: http://fulvida.com/2013/10/31/inmortalidad-y-alma-aryeh-kaplan/
sr la interrogante de quien soy? ha sido la iterrogante mas recurrente de este mundo sin embargo como se podra usted dr cuenta somos un hombre participante de la materia y de el espiritu de lo temporal y de lo eterno usted nesecita una definicion que usted pueda entender aveses demasiadas palabras ahogan el intelecto.
Estimado Luis, gracias por el link, lo leí. Además presento una fe de errata, donde dice “en primer lugar” por segunda vez, debe decir “en segundo lugar”. Como tú sabrás, no soy ateo, no comparto los postulados ateos, pero tampoco soy lo que podríamos entender como un tipo religioso, eso me deja en una postura compleja, pienso que esta realidad que compartimos es producto de una acción inteligente, sospecho que el todo viene de algo incognoscible, misterioso y ajeno a nuestra naturaleza, esa misma postura me ha llevado a pensar que la ciencia es una forma de descubrir la huella y la prueba de esa acción inteligente. Quizás el propósito impreso en lo que existe por ese misterioso hacedor sea que aprendamos, no para demostrarnos su gigantesca capacidad de hacer y le rindamos pleitesía, loas y adoración porque en esas magnitudes, estimo que eso no se necesita, si no que aprendamos, es decir, que indaguemos, que conozcamos, que analicemos, que entendamos, que contrastemos evidencia, y que finalmente usemos lo aprendido, por eso tenemos ciertos atributos y estamos puestos en una situación inmejorable respecto al universo, algunos dicen que en un equilibrio cósmico tan increíbles que aterra, tal parece que estamos construidos para ser curiosos, fuimos hechos científicos, basado en esas ideas entiendo el concepto de bondad. Respecto a los constructos religiosos, creo que sirvieron en otros tiempos y pudieron estar en la misma línea de lo que hoy hace la ciencia, y probablemente podemos aprender también lecciones del pasado, pero hoy no lo creo porque no han evolucionado, se momificaron, manejan caricaturas inverosímiles, inventan meta- mundos de espuma, y son un manjar para sostener bien alimentada la creciente intelectualidad atea.