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Amor cristiano en la práctica

Hace unos días empecé a recibir emails no deseados de gente fanatizada por la idolatría de Jesús.
Parece que son parte de un grupito llamado israeldedios@groups.live.com.
Son mensajes totalmente idolátricos, desquiciados, viciosos, perturbadores por la demencia e ignorancia.

Amablemente pedí que se me diera de baja de este grupito, al que no me pedí afiliarme, al que no me interesa relacionarme, cuyos mensajes son fastidiosos.
La respuesta fue silencio pero una andanada de más mensajes delirantes y mediocres.
Luego, en su inoperancia, vi como otras personas habían sido sumadas también sin permiso y pedían la baja. Pero tampoco eran respondidas, o se las insultaba lisa y llanamente por no querer aceptar los mensajes de parte de Jesús.
¡Cuánto respeto y dignidad!

Intenté con la gente de Live.com, los mismos de Windows y de Hotmail, quienes hace un par de meses me bloquearon mi cuenta personal de Hotmail sin motivo y me tuvieron a cuentos hasta decidir que no me la volverían a habilitar.
Pero, esta amorosa gente de Hotmail nada hace para cancelar mi suscripción a ese grupete, ni los bloquea, ni los trata como los criminales spammeros que evidentemente son.
¡Linda forma de demostrar justicia y “amor cristiano”!

Y siguen llegando emails de alguna gente, pastores, profetas, ovejas, gente que andan en sus pozos e infectando a otros con sus adicciones.
Cero respeto. Cero responsabilidad. Cero amor. Cero comprensión. Cero madurez. Cero justicia. Cero fidelidad a Dios. Pero mucha locura amparada en el imperio religioso.

Lo que motiva este artículo es el disparate que acaba de llega a mi email, que creo resume muy bien el EGO al comando de estas personas:

Mi hermano tenemos a alguien que  se remontas sobre nuestro correos   y mandan miles de mensajes, y luego otros contestan  diciendo asi;  no  me mandes mas mensaje que estoy trabajanado,  luego llegan y mas  mensaje   dicendo  mensajes enviado dese un Samsung,  pues no se quien los manda, peor si estoy segura, que los  spiones de los PC,  lo Hacen son trayanos, que estan dontro del ministerio, por satanas   nos nlos ha   enviado , apra  hacercenos  leventar cuestiones necias entre nosotros, por somo hijo de Dios, ame4n Dios te bendiga y os de  fortaleza, feliz  2012.

Si alguien sabe lo qué hacer, dónde denunciar para que se detenga esto, etc. se oyen sugerencias.
Y si alguien puede comentar lo que aprendemos en profundidad acerca de esta anécdota pequeña, es bienvenido también.

Hasta luego.
No dejemos que un imbécil pequeño nos arruine nuestro gran día.

Yo soy el que soy

Hay un yo que hace.
Un yo que lo siente y lo cuenta.
Un yo que lo distingue, interpreta y relaciona.
Un yo que lo encasilla, dosifica, enumera, ordena y excusa.
Un yo que toma conciencia de que es uno, uno consigo mismo, uno con el prójimo, en constante comunión con Dios.

¿Cuál yo eres tú?

Toma conciencia.
Si deseas, respóndelo aquí mismo.
¿Sí?
Gracias.

(Te pido que me ayudes.
¿Qué entiendes de este texto?
¿Cómo te ayuda a construir shalom?
¿Te parece útil?
¿Lo puedes relacionar con enseñanzas previas?
¿Vislumbras la conexión cabalística de esta enseñanza?
Gracias.)

Piensa bien y saldrá bien

Se nos ha dicho de que “si piensas bien, te irá bien”.
Y no, realmente no es así.
Es una falsedad evidente.
Es demostración del pensamiento mágico, típico de la inmadura mente infantil (link).
(Sí, ya sé, hay grandes personalidades que lo han instruido y sus seguidores lo repiten y otros los defienden. Sí, lo sé).

Claro, el pensar bien, el verdadero pensamiento positivo es beneficioso.
¿Por qué?
Lo podemos resumir con un verso: “Apártate del mal y haz el bien; busca la paz, y síguela. ” (Tehilim / Salmos 34:15).
Primero, entendamos al comienzo de las palabras del salmista.
Apartarse del mal, también de pensamientos, de acciones, de reacciones que sean malas, adversas, negativas, contrarias, conflictivas, falsas. Lo que sea mal.
En gran medida porque enfocarse en lo negativo, buscar la oscuridad, llenarse de abatimiento, sumirse en desesperación, prohibirse disfrutar, vaticinar calamidades solamente, produce un efecto túnel en nuestra percepción. Estaremos solo pendientes a los signos adversos que parezcan demostrar nuestra pesadez mental, nuestra parálisis emocional, nuestra impotencia.
Enchufarse a lo oscuro no brinda conexión con lo luminoso.

Así pues, si fuera solo para esto, para evitar caer en un pozo estimulado por la pesadez de pensamiento, ya estaríamos contentos con el pensamiento positivo.
Porque nos estaríamos apartando del mal.

Pero, mira el detalle significativo, el salmista inmediatamente después no te dice que te acerques al bien, tampoco que pienses bien, él te recomienda (con su inspiración divina al mando) a que HAGAS el bien.
Hacer. No divagar, fantasear, desear, anhelar, añorar, recordar, convocar con pensamientos, agitar con ensalmos… nada de superstición o magia, ni mandar a Dios para que sea Él quien nos haga los mandados.
Sino HACER el bien.
HACER el bien.
¿Y qué es el bien?
Aquello que te lleva a unificarte, a sintonizar tus dimensiones, a conectarte contigo y con el otro y con Dios.
Bien es lo que Dios ha declarado que es bien.

Así y todo, haciendo el bien, no es suficiente para el salmista.
Te aconseja que busques la paz, que la sigas, que la conviertas en tu meta, en tu destino.
La paz, que es la plenitud, la completitud, la armonía, la unificación del ser, la salud multidimensional, la conexión sin máscaras.
Tú debes buscar el Shalom afanosamente, es tu misión en la vida.
Construir shalom no es un mero ideal nacido entre nosotros, sino un imperativo sagrado de todos los tiempos.
Está implícito en el ser humano, en nuestra esencia como especie.
Construir Shalom, comenzando por dentro y luego con el afuera.
Unificarnos. Conectarnos. Despojarnos de la mentira. Ser auténticos.

Es lo que dice el salmista, al menos así lo vemos nosotros.
No se nos dice de pensar bien, ni de esperar milagros, ni de dejar que Dios haga todo.
Somos nosotros que tenemos el imperativo triple de accionar así:

  • alejarnos del mal
  • hacer el bien
  • construir Shalom.

No cuenta pensar bien como si fuera todo lo anterior.
Pensar bien es bueno, es saludable, en tanto no sea una excusa para dejar de hacer lo que nos toca hacer, lo que es deber hacer.

Andar por la vida con un ánimo optimista, confiando en Dios y en las propias potencias y en el prójimo, suele tener buenos resultados, mejores que andar esperando desastres, penurias, maldiciones, etc. Es cierto, el pensar bien es muy saludable. Yo no me atrevo a negarlo.
Pero si tenemos la certeza de que haremos “milagros” a través del mero pensar, de que la vida cambiará radicalmente solo por esperar que nuestro pensamiento controle al universo… estamos lejos de haber madurado y andar por la senda de la cordura.
Estamos más próximos a los niños, a los supersticiosos, a los que creen que una cintita roja los protege de algo llamado “mal de ojo”, los que creen que si dan caridad recibirán automáticamente un tanto por ciento, los que pretenden manipular a Dios con oraciones o creencias.
No, ese no es el camino indicado para el leal a Dios.

Entonces, adelante, llena tus pensamientos de Luz, pero no te creas el que controla todo, el que decide todo, el que a través del pensamiento adquirirás aquello que deseas.
También habrás de esforzarte, de trabajar, de comprometerte, de levantarte y seguir luego de tropezar… sí, deberás hacer tu parte y no aguardar milagritos ni magia.
¡Qué pena si no te gusta!
Pero no soy yo quien lo dice, solo lo repito para ti.

Y por si no fuera claro, el salmista reitera y amplía: “Apártate del mal, y haz el bien, y vivirás para siempre.”  (Tehilim / Salmos 37:27).
Ciertamente no es una promesa tonta de vida eterna en este mundo limitado, en el cual la muerte es una realidad constante, en la cual las desgracias ocurren, en la cual las fallas y deterioros acontecen sin por ello ser “castigos divinos”.
El “vivir para siempre” es una promesa de superación, de dejar de estar limitado por nuestra condición material, de unificar nuestro ser y gozar en el más allá de los placeres que cosechan los que actúan en sintonía con los dictados de Dios.
Sí, la promesa del “paraíso”, de la “salvación”, que no se adquiere por creer en dioses crucificados, ni por peregrinar a tumbas, ni por cosechar reliquias, ni por venerar líderes religiosos.
Se adquiere muy fácilmente, apartándote del mal y haciendo lo que Dios te ha dicho que es bueno.
Encontrando la unificación. Siendo uno. Conectándote, contigo, con el otro, con Dios. Dejando libre el dolor. Dejando de imponer tus miedos. Asumiendo tu impotencia y no adorar al EGO a causa de ella.

Y, presta atención, el salmista, inspirado por Dios, no te dice que si haces el mal eres un demonio, o un fracaso espiritual.
El salmista, por ser un hombre de Dios, sabe que tienes que luchar contra tu EGO, que no la tienes fácil, que en la vida del hombre es natural la tendencia al mal y que muchas veces caemos, nos resbalamos hacia la mala acción.
El salmista, un hombre de Dios, lo sabe, él también tuvo que luchar esa batalla diaria contra sus tendencias, contra las presiones sociales nocivas, contra la pereza, etc.
No te condena por haber errado algún paso. No eres un demonio por equivocarte. No eres “condenado” por pecar.
Sino que el salmista, en su sagrada sabiduría te recomienda que te apartes del mal, que hagas el esfuerzo necesario para no caer.
Eres humano, así que eso es lo que debes hacer.
Luego, cuando te has fortalecido, o mientras lo estás haciendo, es que debes hacer lo posible para construir Shalom, por supuesto.

¡Cuánta diferencia con el mundo plagado de infierno y maldición de la idolatría que se hace pasar por santidad!
Mira el enorme contraste: “Amado, no imites lo malo sino lo bueno. El que hace lo bueno es de Dios; el que hace lo malo no ha visto a Dios.” (Libro idolátrico tercero de Juan 1:11).
¡Mira que malicia, petulancia, ignorancia, falsa santidad!
Este señor te dice que si haces lo que él te dice, entonces eres “de Dios”, sea lo que ellos signifique en su doctrina oscura.
Pero, pobrecito de ti, si haces lo malo eres alguien sin Dios, desconectado, en falta eterna, en pecado original, carente de salvación, un hijo de Satanás.
No te reconoce en tu dimensión humana. No se identifica contigo. No admite que todos tenemos que esforzarnos para alejarnos del mal.
Este santulón te exige que seas perfecto, que no metas la pata, ni un poquito, porque si haces algo malo entonces es demostración que eres de Satanás y te vas al infierno, con tu padre…

¡Es TERRIBLE!
Es inadmisible, pero a pesar de esto sigue siendo predicado por todos lados, sigue siendo considerado un libro santo, sigue siendo adorado como único modo para alcanzar “la salvación”.

El profeta de la Verdad ha declarado firmemente la cuestión:

"(11) Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
(12) Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
(13) No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los shabatot y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
(14) Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
(15) Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
(16) ‘Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
(17) Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
(18) ‘Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
(19) Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
(20) Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’"
(Ieshaiá / Isaías 1:11-20)

Lee lentamente el párrafo del profeta.
De a poco, entiende cada palabra, cada una en su contexto.
Des-aprende lo que te hayan introducido como dogma religioso (específicamente cristiano, recordemos que los mesiánicos o netzaritas son cristianos también), para permitir que el sentido espiritual te sea claro.

Te lo resumo, si quieres me lo agradeces luego: apártate del mal, haz el bien, construye shalom y vivirás por siempre.

No fe, no pensamientos mágicos, no rituales, no repetir lemas, no memorizar párrafos, no llenarse de mitología, no ahondar en cabalistería, no servir líderes religiosos, no ser fanático irracional… no, nada de eso…
Es lo que dijo el profeta, lo que sintetizo el salmista, lo que permea la Sacra Tradición desde el mismo comienzo de la humanidad.

Ahora, un dato de la investigación de psicología científica.
En un serio estudio reciente (link) se ha arribado a un inesperado resultado.
La visualización positiva NO ES efectiva para alcanzar éxitos, y además muchas veces es contraproducente.
Básicamente se explica de la siguiente manera.
El cerebro no tiene cómo reconocer si lo que percibe es un pensamiento, una actuación, una broma, un hecho real y verídico, un delirio. El cerebro recibe la información primaria y la procesa como original y dispara las reacciones automáticas oportunas.
Ejemplo, estás viendo una película de terror y aquella escena te paralizó, realmente te llenaste de pavor. Pero oye, dime, estabas en el cine o en tu sala, sabías que no era real, que era una película, entonces, ¿por qué sentiste miedo? Porque tu cerebro no discierne si es cuento o fáctico, simplemente lo toma y reacciona para preservar su existencia como mejor pueda.

Cuando la persona por medio de la técnica de la visualización positiva induce a su cerebro a creer que ha alcanzado la meta buscada, entonces se dispara una respuesta de relajación, tal y como si hubiéramos conseguido lo anhelado.
Se pierde fuerza, concentración, intención. Se fracasa por haber “pensado bien”.

Claro, el EGO está detrás de esto.
Usa cualquier recurso para someterte, para hacerte sentir impotente.
Sí. también el pensamiento positivo. Sea en su versión mágica, para que te quedes quieto y no cambies tu mundo. Sea en su versión “visualiza exitoso”, para que tu cerebro se lo crea y te desarmes. Para que en la realidad nada mejore y entonces la realidad sea la que te denuncie como impotente.
Como sea el EGO es astuto.
El EGO juega con la mente, se crean excusas a una velocidad impresionante. Todo suena plausible, hasta lo ridículo, en tanto sigas sometido al EGO.

Me he extendido muchísimo más de lo que era mi intención inicial.
He tocado muchos puntos, demasiado importantes e intensos.
Creo que de tan largo y complejo podría resultar confuso o perder poder, así que te pido me hagas el favor de releerlo, de estudiarlo y de compartirlo para poder conversar con otros al respecto y ver si estás de acuerdo, si encuentras algún error, si deseas expresar tu opinión, etc.

Quedo de ti, hasta luego.

Bienaventurados los…

No se trata de saber,
sino de ser.
Ser uno. Unificado. En armonía.

No se trata de haber leído muchos libros, ni de repetir frases,
sino de hacer carne el conocimiento 
para que esto te lleve a la unidad del ser.

No se trata de ser sumiso a un líder y a una doctrina, sino de ser tu propio amo, en bondad, en justicia, en autenticidad.
Atiende a tus maestros, respeta a tus guías, encuentra la enseñanza que proviene de toda criatura.
Que tu conciencia se amplíe y siempre agradece.

No se trata de meditar sobre espiritualidad,
sino de hacer que lo material reluzca en su propia espiritualidad.
Ser uno. En armonía. Ser uno mismo.

No es en la religión que se encuentra Dios,
sino en vivir de acuerdo a Su Voluntad, tal como Él la manifestó para ti.

Se trata de amarte a ti mismo.
Sí de amarte, a ti, a quien eres en esencia, a quien estás siendo.

Así,
solamente así puedes amar al prójimo y amar a Dios.

El resultado será tu dicha, alegría sincera.

Rabino Oved Abrej: noajismo, un camino sagrado (Video)

El camino sagrado de los noájidas y el camino sagrado de los judíos.
Cada uno tiene su esencia espiritual, bendita, perfecta.
Al conocerla, al asumirla, al vivir de acuerdo a ella, uno alcanza la plenitud.
Se sirve a Dios de muchas maneras, aprende cuales.

Un video para aprender, para disfrutar, para compartir.

Míralo, compártelo.

 

 

 

Si no crees, te condenas

Es comprensible, realmente, que para los que han sido adoctrinados en el pavor de Jesús/Yeshuah/alias-que-sea, sea casi imposible romper las cadenas de su terrible esclavitud.
Hay muchos motivos para esto: ignorancia, trampas del EGO, miedo, presión social, amenazas de castigo, fantasías, debilidad mental, pobreza emocional, el inundar de creencias de impotencia y sentimientos de culpa que solo se limpian con la sangre del falso dios, entre otras.

Resulta ilustrativo este párrafo que te cito ahora, elucubrado por el imperio romano en su obrita denominada “Nuevo Testamento” (alias Código Real, alias Brit Hadasha), porque pone bien clara la amenaza de castigo, demuestra con gran precisión la horrible manipulación a la que son sometidos los “fieles” del falso dios.
Atiende, por favor:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo;
mas el que no creyere, será condenado.

¡Es TERRIBLE!
Un espanto.
Si en el mundo existiera realmente la justicia se detendría de inmediato a todo aquel que promueve esta secta de terror y esclavitud.
Así como se denuncian a sectas pequeñas y menos poderosas (ejemplo aquí), debiera hacerse también con firmeza en contra de esta abominable secta que tiene sometida a gran parte del mundo.

El peor pecado, nos dice el falso dios y sus tremendos misioneros, es no creer en ese dios.
No importa si eres buena persona.
No importa si eres justo, noble, solidario, atento para con el prójimo, responsable, una fuente de virtudes que comparte el bien con el mundo.
No, nada de eso importa para este falso dios, soberbio, engreído, peligrosamente fanático.
Lo único que te exige, que te demanda, es que seas sumiso. Que te esclavices. Que te niegues a pensar, a razonar, a criticar, a analizar, a dudar. Solamente debes tener fe en él, y nada más.
Porque si no tienes fe en él, si no crees en su falsa divinidad, entonces el peor de los destinos te espera, te mereces.
La “condenación”, que en ese idioma de religiosos es algo así como el tormento eterno, el infierno sin piedad, los dolores y padecimientos más extremos, la falta absoluta de misericordia, la negación de todo bien.
Eso te mereces, si no crees en él.

Entonces, es muy simple entender a tanto pobre esclavo que ha oído la verdadera “buena nueva”, aquella que denuncia la barbarie de la creencia en Jesús. Que ha entendido las demostraciones de que Jesús es un cuento, un instrumento del imperio romano. De que no tiene nada de sagrado, menos de espiritual. De que todo es un gran negocio para algunos vivos y un fracaso para la inmensa multitud. Todo esto lo entiende. Ha tenido un momento de lucidez. Su conciencia espiritual se ha activado por un rato. Pero luego, le invade el miedo, el terror más profundo. El EGO haciendo de las suyas, ayudado poderosamente por esta manipulación evidente y  sanguinaria de la secta de Jesús.
El sentimiento de impotencia lo invade.
El que ha despertado se angustia a más no poder.
Siente que el mundo se le cae a pedazos.
Tiembla, no duerme, se desespera.
Le han adoctrinado, le han metido en la sangre hasta el cansancio, la maldita creencia de que si no tiene fe ciega en el muchacho de la cruz se va para el infierno eternamente.
Entonces, ¿cómo ser libre?
Lanza todo por la borda.
Prefiere dormirse nuevamente.
Se enturbia su mente con la droga de la religión.
Se mete aun más profundamente en el antro de la previsión religiosa.
Huye de FULVIDA, repele al noajismo, se hace inmune a los llamados amorosos, justos, nobles, leales, de los que le desean el verdadero bien.
No quiere saber nada de noajismo.
Se enceguece, se embrutece… no sea que Jesús lo condene eternamente y no tenga cómo salir del averno más horrible.

Y sí, por supuesto que la presión social juega un importante papel.
Y los cónyuges que siguen esclavos y no admiten que el otro se libere.
Y los mensajes de los amigos, dichos o en silencio.
Y lo que absorbe de los medios masivos de in-comunicación.
Y el EGO que alborota desde el interior.

Ahí se vuelve, el adicto a su droga.
Retorna a predicar al “dios del amor”, pero que condena al infierno al que no cree en él… ¡vaya amor!

Claro que lo comprendemos amigo Nerio, David F. de EUA, Nilda, Mirta, Andrés, Alfredo, José… claro que sí…
Pobrecitos ustedes, no pueden romper el yugo del mal.
Se quedan quietos, paralizados en sus celditas mentales.
Adoran a su dios EGO, en forma de Jesús, o de falso judaísmo reformado-mesiánico, o de cualquier otra cosa que les haga sentir que no son condenados.
Los comprendemos, aunque no queremos ni por un instante estar en sus lugares.

Nosotros sabemos que nadie es condenado por no creer en el pibe de la cruz.
De hecho, adorarlo ES un pecado terrible para el noájida.
Creer en su divinidad o como algo “divino” ES un abominable pecado para el judío.

Sabemos que Dios, el verdadero, no nos condena por no creer en Él, aunque es muy bueno aceptarLo y tenerLo como nuestro Rey y Padre.
Sabemos que Dios nos pide actos de bondad y justicia, de lealtad de acuerdo al camino espiritual que Él marcó para cada uno.
Sabemos que Dios es verdadero amor y no amenaza ni extorsiona con “condenación” a quien no puede creer, a quien no puede hacer según Su Voluntad.

Pero bueno… el esclavo sigue esclavo por mérito propio.
Si no quiere despertar y seguir despierto, no depende ni de mí ni de ti.

Ahora, nosotros a lo nuestro: construir Shalom.
Ya otros se encargan de difundir “evangelios” y otras maldiciones por el estilo.
Ya otros anda aterrorizando, engañando, robando diezmos, haciendo falsas conversiones a religiones, usurpando roles, negando la vida…

A construir Shalom siempre.

Yo tengo la razón

Parece ser una constante de nuestra especie el sentirnos ofendidos, agredidos, enojados, movidos a responder fieramente, obligados a defender atacando, cuando alguien osa llevarnos la contra.
¿No te pasa a menudo que si alguien te contradice tu primera reacción no es precisamente positiva?

Aunque aprendamos a ser tolerantes con los que piensan o creen diferentes, igualmente sentimos esa tensión. Tal vez no la expresemos, quizás hayamos aprendido a disimular, por ahí respondemos diplomáticamente, pero algo en nuestro interior está alborotado.

Más de una vez he oído que en algunas reuniones familiares ciertos temas no se tocan, para llevar la fiesta en paz: política, religión y fútbol.
¿Nunca te pasó de estar en una situación en la que se vetaron tales temáticas?

Pero no hay que entrar en asuntos tan espinosos, tan “íntimos”, en ocasiones por si el bus tal para en la esquina cual ya da motivo para la disputa, el combate, la lucha por prevalecer o al menos no ser derrotado por el otro.
Vamos, si haces memoria admitirás haber vivido muchas de esos conflictos tontos, que se van de las manos, que las voces van aumentando de volumen, que las palabrotas se van sumando, que se llega incluso a los golpes y divorcios por desavenencias que en principio eran insignificantes… pero parece que a la postre no lo fueran.
(Realmente, en esencia, son insignificantes, ya veremos porqué se inflan y explotan en discordia y mucho dolor).

Sea que el que te confronta diga cosas verídicas, o ciertas, o razonables, o coherentes, igualmente te surge desde lo profundo un ardor, una necesidad de prevalecer.
Y hasta cuando uno es el que se aferra a creencias toscas, pensamientos oscuros, evidentes falsedades.
Como si no se pudiera dar un paso atrás, o al costado.
Como si fuera una pelea encarnizada, de vida o muerte.
Luchar por ser quien dice o piensa: “yo soy quien tengo la razón”.
Vamos, sincérate ahora contigo mismo… ¿no es verdad lo que te digo?

Lo comprobamos casi a diario, cuando demostramos que el Nuevo Testamento es una obra elucubrada por el imperio romano para perdurar en el poder; cuando demostramos la ineficacia de Jesús como un dios, un hijo de Dios, un mesías, un profeta, un líder espiritual, un ser de Luz; cuando demostramos el sucio negociado de los traficantes de la fe, los misioneros en su variadas franquicias; cuando demostramos la verdad del noajismo y su simple belleza y eternidad. Chocamos contra un muro de concreto.
El creyente está embrutecido, ciego y sordo pero no mudo, luchando como un desesperado por sostener su ídolo en alto, mintiendo como puede para justificar los engaños y estafas de sus pastores o líderes.
Nos hemos cruzado con ellos infinidad de veces, se han mostrado solícitos para pedir, para robar información, pero luego desechan lo que no quieren admitir, o no pueden hacerlo.
Se empecinan, se ponen tercos como mulas, parece que no tiene forma de desprenderse de la pesada mochila de mentiras que ellos creen y mantienen a pesar de estar muriendo para cargarla.
Es penoso, pero allí están. Siguen declarando “por fe” cosas absurdas, las repiten, las envían por email, forman iglesias, presionan para que todos las inyecten en sus venas.
Son verdaderos adictos a la religión, a la falsedad, al EGO en sus expresiones sociales.

Pero, no es solamente un tema de religión, ya lo mencionamos.
Puede ser en cualquier asunto, desde los importantes hasta los más irrelevantes.
Desde qué almorzamos hoy hasta a quién votar como presidente de la nación. Cualquier cosa es válida para luchar descarnadamente para tener la razón y no fracasar y de paso vencer a otro que tiene otra idea, otra creencia.

A veces hasta parece como si el otro se estuviera defendiendo de una invasión, o nosotros mismos los que hacemos tal cosa.
Como en una guerra, cuando los soldados se infiltran y van tomando posiciones. Las murallas caen, los fuertes son arrasados, las trincheras atravesadas, los sistemas de defensa quebrados. Tal cual en una cruenta guerra.
Y uno lucha por sobrevivir, para no ser conquistado, para conquistar.

Por ello tal vez buscamos “aliados”, gente que se supone piensan o creen lo mismo o parecido.
Gente con la cual juntarse para estar más protegidos, porque unos a otros se repiten los mismos lemas, dejan de usar el razonamiento y la crítica para ser borregos.
Se congregan y expulsan a los que piensan.
Se aíslan en iglesias y maltratan a los que son disidentes.
Se hacen llamar elegidos, virtuosos, profetas, hijos de dioses, salvos, o cualquier otra forma de superioridad, para así no tener que “ensuciarse” con las ideas que vienen de los “inferiores”.
Proclaman sus absurdos lemas, repiten sus versículos huecos, se blindan detrás de sus frases aprendidas de memoria.
Y sí, mantienen como emperadores a sus pastores, a sus líderes, porque ellos son los que dan cohesión al grupejo.
Ellos se sienten estafados por sus líderes, pero callan, prefieren mirar para otro lado, justificar al malhechor, agredir al que denuncia la corrupción, porque el líder los manipula y ellos se dejan manipular.
El líder, ese lobo en piel de oveja, cumple una función muy importante para esta gente, que se refugia detrás del líder para huir del pensamiento, para no tener que cambiar, para seguir en la senda de la oscuridad pero creyendo que es de luz.
No es solo cuestión de gente religiosa, pasa con la política, barras bravas, deportes, organizaciones criminales, grupos de presión, etc.
La alianza estratégica, la reunión en el vicio, para reforzarse en sus creencias y en sus actitudes.
Repito, son intransigentes con la divergencia, silencian la oposición.
Aunque puedan parecer sonrientes, angelicales, amables, bondadosos, son máscaras para tapar sus emociones verdaderas.
Vamos, a ti te ha pasado cuando te atreviste a preguntar o comentar lo que al pastor no le gustaba… ¿no?
O te expulsaron cuando te diste cuenta de que todo era un negocio para enriquecer al pastor y sus amigotes.
Vamos, sé sincero, Tú en Colombia, Venezuela, Argentina, Chile…, vamos que te conozco, que sé tu historia… ¿por qué te escondes y no la cuentas? ¿Por qué no la denuncias? ¿A qué le tienes tanto miedo?

Parece que si no tienes la razón te sientes amenazado, como si tu vida y posteridad dependiera de vencer y tener la última palabra.
¿No?

Ojo, mira que está bien tener tus ideas y defenderlas.
Está muy bien.
No te voy a pedir que adoptes cualquier creencia para no resultar agresivo.
Tienes tu derecho a creer lo que mejor te parezca, pero no tienes derecho a imponer tu creencia a otros ni tampoco a tratar de destruir al que no cree como tú.
También tienes tu derecho a rechazar lo demencial, lo criminal, lo maligno, lo perjudicial, lo nefasto. Más que tu derecho, es tu obligación alejarte de esas ideas y creencias oscuras y trabajar por imponer un modelo de Luz, de espiritualidad verdadera.

Lo que te pido es que tengas la valentía de escudriñar tus ideas, tus pensamientos, tus creencias.
Reconoce tus sentimientos, no los tapes.
Busca y rebusca, pero no solamente allí en donde están los que dicen lo mismo que tú, sino también con los que dicen otra cosa.
No tienes que demostrarles nada a nadie.
Pero debes hacer el trabajo de armonizar tu Yo Vivido, que incluye tus creencias, con tu Yo Esencial, tu ser espiritual.
Para el Yo Esencial no hay lugar para idolatría, mentira, engaño, falsedad, rencor, enojo, venganza, etc.
No puedes estar en armonía, por tanto no puedes ser sano y feliz, si tu Yo Vivido es una constante mascarada, una risotada sin gracia, una guerra de la oscuridad contra la Luz.

Debes saber que esa necesidad de imponerte nace del EGO.
Sientes que eres impotente si no tienes la razón.
Que eres loco, o débil, o incapaz.
Tiembla todo tu ser ante el espanto de la impotencia, y mucho más cuando del centro de comando (el cerebro y sus funciones superiores) se trata.
Sí, en verdad se siente como una lucha por sobrevivir cuando otro te confronta con algo que te contradice.

Pero, es el EGO.
Si sigues sus manipulaciones, seguirás siendo esclavo.
Ahora te he dado otro elemento para ser libre, feliz, sano.

Probablemente sea dejado de lado, negado, aborrecido, porque contradice tu fe, tu religión, tus creencias…
Los sabios y de noble corazón se tomarán el tiempo y el espacio para analizarlo, medirlo, cotejarlo y finalmente lo incorporarán a sus vidas.
Y si son además justos y buenos, lo compartirán y mencionarán que lo han tomado de este humilde Moré, Yehuda Ribco.

Espero que sigamos en contacto.
Te pido un favor, ¿me darías un resumen de lo que se entiende de este texto y cómo te puede servir?
Y si deseas, ¿podrías confirmar, o no, lo que te pregunto y contar alguna anécdota?
Gracias.
Hasta luego.

HOGAR FULVIDA

En pocas líneas y en palabras certeras nos centramos en el arte de saber escuchar a cada uno de los integrantes y saber de su necesidad la cual será abordada.

Aprenderemos juntos a valorar y apreciar a la persona que necesita atención.

Mostraremos una apertura, al otro y sentiremos la satisfacción que supone dar y compartir nuestro tiempo.

Entendemos la escucha también como aprendizaje y como acto de hospitalidad, valor que no tan solo es saber ser escuchados sino aprender el arte de escuchar.

La idea es fortalecer lasos a distancia ofreciendo la escucha y que se expresen ante la opresión de sus propias familias cristianas, la sociedad, la soledad, y de aquellos errores, complejos y traumas que nos impide ser y concretar el noajismo.

Estas son las palabras de nuestra socia, la Psicóloga Social Laura Elizabeth, quien estará aquí, en este centro de encuentro de almas, el HOGAR FULVIDA.
También habrá encuentros por chat, Facebook y otras opciones.
Te esperamos.

Cabalá noájida: ese tesoro oculto

Alguien, un nuevo amigo del hogar FULVIDA, me preguntó hace un rato si existe la “Cabala noájida”, tal como existe la “Cabala judía”.

La respuesta no tardó en llegar: no, la Cabalá noájida no existe.
(Cabalá con acento y tilde en la última “a”.
Cábala, es otra cosa.
Y Cabala, no existe, al menos en hebreo o español).

Y luego vino la breve pero concisa explicación.

Primero, aprendamos el significado de la voz Cabalá.
Cabalá proviene del verbo hebreo lekabel, que es recibir.
Por lo tanto, significa “recepción”, “acogida”.
Ver en el Traductor de Google : http://translate.google.com/#iw|es|%D7%A7%D7%91%D7%9C%D7%94

Es también sinónimo de Tradición, en el sentido del mensaje que se transmite de una generación y se recibe por la siguiente.
Ver en el Wikimilon: http://he.wiktionary.org/wiki/%D7%A7%D7%91%D7%9C%D7%94

Pero, ¿qué es tradición?

Diccionario de la lengua española © 2005 Espasa-Calpe:

tradición
  1. f. Comunicación de hechos históricos y elementos socioculturales de generación en generación:
  2. Conjunto de lo que se transmite de este modo:

Pues, exactamente lo que habíamos dicho recién que es Cabalá, ni más ni menos.

En sí misma la voz Cabalá no hace referencia a nada “místico”, ni misterioso, ni oculto, ni “teológico”, ni filosófico, ni reservado, sino a lo que es propio de una determinada tradición.
Téngalo siempre presente: Cabalá = Tradición.

Por algún motivo no muy claro para mí, en algún punto de la historia judía reciente se ha identificado la voz Cabalá con el conocimiento místico judío, como si solamente se aplicara a éste y no a todo el conocimiento y práctica que se comunica de una generación a la siguiente.
Esta deformación, o tal vez debiera decir estrechamiento del sentido, es lo que suele provocar confusiones en el público general, confusión que supongo fue la que motivó la consulta del amigo que dio origen a este breve artículo.

Pero, entonces, ¿por qué dije tan enfáticamente al principio que no existe una cabalá noájida, tal como sí existe una judía?
Es lo que paso a explicar ahora.

Cabalá no quiere decir otra cosa que «tradición», ya lo aprendimos, y la única tradición ESPIRITUAL que se ha preservado hasta hoy, desde su origen en el momento en que Dios la manifestó a la humanidad, es la tradición judía.
Dios expresó Su Voluntad con respecto a las naciones a Noaj/Noé, éste se la trasmitió a sus hijos. Ellos eran los encargados de respetarla y trasmitirla a su vez. Pero bien pronto dejaron de cumplirla y de encomendarla a sus descendientes. Lo que debía ser la Cabalá/Tradición espiritual de los noájidas se perdió. A causa del EGO. De ir detrás de la comodidad, de los placeres, de la inoperancia, del invento de las religiones, de la adoración de los poderosos, de la sumisión a amos y reyes. Las naciones se inventaron sus propias “espiritualidades”, todas falsas, desconectadas en mayor o menor medida de la Fuente original. Esas tradiciones falsificadas en su faceta espiritual fueron las que trasmitieron, ordenaron cumplir, adoctrinaron a sus hijos. Tradiciones religiosas corruptas, llenas de idolatría, de engaño, de EGO. Infinidad de esas tradiciones religiosas se han perdido también, junto a las naciones y culturas que las crearon o adoptaron. Algunas otras lograron subsistir más tiempo. Se adaptan, cambian, mutan, como astutos parásitos se hacen inmunes a la medicación (verdadera espiritualidad) que las puede erradicar. Todas ellas tradiciones religiosas corruptas, ninguna conectada a la Fuente, ninguna sincronizada con la Voluntad del Padre, todas producto del EGO.
Así pues, no existe una Cabalá noájida, porque la tradición noájida la esfumaron los propios gentiles hace milenios, la taparon con escoria religiosa, la disfrazaron de religiones, la silenciaron para perder el contacto con el Padre y con Sus Mandamientos para las naciones.

Es triste pero cierto, los gentiles no tuvieron el amor y respeto necesario para preservar su memoria espiritual, su apego al modo de vida espiritual que Dios les comandó.
se inventaron religiones, supersticiones, sectarismos, ateísmos, adoraciones a humanos y numerosos etcéteras.
En su vanidad, en su esclavitud al EGO perdieron la senda a su propia tradición espiritual.

Pero, no todo se perdió de su tesoro sagrado para los gentiles.
El tesoro permanece oculto. Los piratas (de la fe) lo robaron, se lo llevaron y lo enterraron lejos, muy lejos, para que nadie se acordara de su existencia. Así ellos podían seguir con sus imperios, con sus tráficos de la fe, con sus iglesias y denominaciones.
Pero, gracias a Dios el mapa que lleva a ese tesoro oculto quedó resguardado en las bibliotecas sagradas del judaísmo.
Entre sus propios tomos de sabiduría, allí resguardado se encuentra el mapa del tesoro de los noájidas.
No porque lo hayan escondido los judíos, o hayan robado el mapa.
Sino que al guardar su propio tesoro, al mantener con vida su propia Cabalá/Tradición, mantuvieron con vida el recuerdo, el mapa, y el modo de llegar al tesoro de los gentiles.
No para los judíos, sino para restituirlo a sus verdaderos dueños: los gentiles

Tal como algún Indiana Jones, así debe actuar el noájida que despierta y se hace consciente de su verdadera identidad.
Debe pedir a los guardianes una copia del mapa al tesoro sagrado de los noájidas.
Con el mapa en mano es su obligación aventurarse hacia el descubrimiento de su propia identidad espiritual.
Retomar el nexo con Dios de la manera que Él ordenó.
Por supuesto que los enemigos de Dios pondrán obstáculos de todo tipo. Mentirán, engañarán, complicarán, desviarán, cansarán, presionarán, seguirán queriendo tener escondido y lejos el tesoro espiritual. Pero el Indiana Jones noájida correrá mil aventuras, subirá y bajará, pero seguirá en su afán de desenterrar el sagrado tesoro y devolverlo a su belleza original.
No por fama, ni por dinero, ni por alcanzar poder, sino porque eso es lo que siente que debe hacer para sintonizar su espíritu con su existencia.

Los judíos cultos en este asunto le pueden dar una mano, mostrar dónde está el mapa, pero recorrido lo debe hacer el noájida. La aventura de auto descubrirse es del noájida. La liberación está en manos del propio noájida, no del judío ni del judaísmo.

Tristemente algunos Indianas se pierden también, porque confunden a los guardianes del mapa con los poseedores del tesoro. Se quedan en las bibliotecas, se empiezan a apropiar del tesoro que no les pertenece, se escapan de despertar y crecer en su propia identidad para volver a perderse, ahora no detrás de religiones, pero sí detrás de una tradición que no le pertenece, que no le corresponde, que no le identifica: la judía. Se hacen religiosos nuevamente, pero ahora noajUdas, noájidas que perdieron la senda para travestirse de judíos. Siguen tan perdidos como antes, tan carentes de conexión como antes, tan religiosos como antes, tan esclavos del EGO como antes, pero se defienden diciendo que saben y aplican tal y cosa del judaísmo, como si eso les fuera propio o Dios se los hubiera entregado a ellos… pobre gente…

El tesoro noájida, ese que es parte de esa Cabalá noájida perdida y ocultada por los piratas de la fe, no tiene NADA de místico, de complejos espirituales, o similar. No trata de sefirot, ni de explicaciones oscuras acerca de energías vitales, o sobre qué ocurre después de la muerte o antes del nacimiento.
El tesoro noájida es historias del origen humano, de la entrega de los Siete Mandamientos por parte de Dios a las naciones.
Son los Siete Mandamientos para las naciones.

Así pues, las Cabalá noájida no existe, porque nadie se ha encargado de cuidarla, de amarla, de vivirla, de transmitirla.
Hoy que hay un despertar de la conciencia espiritual, hoy cuando cada vez son más los que descubren el noajismo, es el tiempo de desenterrar el tesoro, de retomarlo y lo más importante, de volver a hacerlo tradición, porque se le enseña a los hijos, para que la vivan, la amen, la respeten y a su vez la trasmitan a sus hijos, por todas las generaciones.
Así renace la Cabalá noájida, si es que usted, querido amigo noájida, lo acepta y lo hace realidad.

Por otra parte, cada cual tiene a mano otro tipo de tradición, muy valiosa aunque no sea la original y espiritual.
Usted tiene la tradición de su país, de su región, de su etnia, etc. que no es la Cabalá en su sentido espiritual, pero es otro tipo de tradición que vale la pena igualmente vivirla con amor y respeto a pleno, en tanto no sean costumbres contrarias a los Siete Mandamientos universales.
Las costumbres de alimentación, vestimenta, fiestas, idiosincrasia, etc. que cada uno ha recibido de sus mayores y que es parte de la identidad propia y comunal.
Reitero, son para recibir y vivir también, siempre y cuando no impliquen o lleven a la idolatría.

¡Amar SU tradición, es amarse!
Así pues, ámese.
Conozca acerca de las costumbres propias, las familiares, las culturales y… ahora que lo sabe, redescubra el tesoro espiritual de los noájidas: los Siete Mandamientos Universales.
No vuelva a cometer los errores espantosos del pasado.
No vuelva a perder el contacto con Dios, tal y como Él quiere que sea.

Excusas habrá siempre.
Negación y retorno a la idolatría, no faltarán.
Escupir lemas religiosos, frases del Nuevo Testamento, lealtad a ídolos, seguirán perturbando el despertar de la conciencia noájica.
Pero no tiene derecho a echar culpas a los otros por no aventurarse a ser usted mismo.