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El tesoro oculto

Tras muchos años de duro trabajo, un anciano labrador comenzó a notar que sus fuerzas iban mermando cada vez más. Sabía que a sus hijos no les agradaba el campo, veían el esfuerzo pero no los beneficios, preferían la vida de ciudad, en apariencia mucho más cómoda, por lo cual, como no quería que sus tierras fueran abandonadas, quiso enseñarles a apreciar la belleza y bendición que allí crecía.
Les llamó y les anunció: -Queridos hijos, vayan a la viña que con tanto amor llevo cultivando todos estos años y busquen aquello que enterré como tesoro para ustedes.
Pensando que se trataba de algún cofre lleno de riquezas exóticas, corrieron veloces al campo. Cavaron durante horas, hasta que no quedaba ni un solo centímetro de tierra sin remover alrededor de las viñas. Ellos no lo sabían, pero estaban haciendo el trabajo habitual para revitalizar la tierra y permitir a los cultivos obtener más y mejores nutrientes.
A pesar del esfuerzo realizado, no encontraron nada que mereciera la pena vender ni conservar. No había monedas, lingotes, brazaletes, coronas, pagares, nada, solo tierra. Se enojaron un poco por lo que consideraron un engaño del padre, pero lo disculparon a causa de su condición.
Meses después, uno de los hermano pasó por allí y descubrió que todo su trabajo no había sido inútil, ya que la viña estaba llena de apetitosos frutos, con los que pudieron enriquecerse.

Como en este relato, los tesoros pueden estar presentes y al mismo tiempo permanecer ocultos.
Solamente quien abre sus ojos y conoce puede llegar a apreciar la riqueza escondida. 
Esta moraleja se aplica a todas las dimensiones de la vida, no solamente a lo material o económico.

En la parashá encontramos un ejemplo de alguien que pudo destapar las marañas que tapaban un increíble tesoro; déjame que te explique, por favor.
Abraham, el primer patriarca de Israel, desde muy pequeño tuvo la convicción de que las creencias politeístas no tenían sentido, que era imposible que esos dioses tuvieran existencia o poder. Razonaba, o creía, que debía de haber algo superior, quizás una deidad suprema por sobre los dioses, o tal vez un solo dios, único, fuente y motivo de todo.
Pero no tenía como demostrarlo, ni visiones proféticas, ni libros revelados, ni una tradición al respecto, ni una cultura, ni siquiera una familia que le instruyera en la senda de esa creencia. Era él contra el mundo. Sus argumentos podían ser muy lógicos, pero faltos de evidencia práctica. Por lo cual, era una creencia individual y extraña que nadaba contra la corriente poderosa y llena de rituales. Además, en su juventud aún no era experto en comunicarse, por lo que a veces recurría a acciones un poco atropelladas, o palabras faltas de tacto. Por supuesto que esto no le conseguía adherentes ni apoyo, sino oposición y respuestas hoscas.
Tenía mucho por aprender, y mucho también por des-aprender, pero cada cosa a su tiempo.
Así pues, su prédica no hallaba mucho eco favorable. Por el contrario, desde el rey hasta el más humilde de los hombres lo trataban como rebelde, loco, fuera de lo normal. ¿Cómo se atrevía a discutir la autoridad del monarca? ¿Cómo se oponía a la ley, puesto que el rey decretó y era obligatorio creer que él era verdadero dios hijo de un dios?
¿Cómo una persona en sus cabales podía siquiera dudar de que los dioses eran los que controlaban el mundo hasta en sus mínimos detalles? ¡Ninguna persona sana pensaba, sentía o decía cosas parecidas!
Para todos era verdad incuestionable que los dioses existían, que competían entre ellos, que tenían necesidades materiales, que dependían en varios sentidos de sus fieles, que parecían hechos a imagen y semejanza de los hombres. Así era la creencia general y por tanto lo normal. Y, si alguien creía diferente, ¡bien callado se quedaba! El miedo era grande de no contradecir al rey, quien no tenía inconveniente en usar todo tipo de violencia y presión para mantener su dictadura casi global.

Como sabemos, Abraham no fue el primer monoteísta. Adam lo fue, así como Caín y Ebel, Set, muchos de los posteriores y por supuesto que Noaj.
Éste aún vivía cuando el futuro primer patriarca hebreo daba vueltas con sus juveniles ideas revolucionarias, era su antepasado más viejo y aún con vida.
Ambos personajes tuvieron oportunidad de encontrarse, el anciano contaba aquellas historias que parecían fabulosas, de una civilización arrasada por el desastre que ellos provocaron desequilibrando la naturaleza. Del reinicio de la humanidad, del pacto de los benei Noaj, de las posteriores zozobras, de cómo el mundo fue olvidando nuevamente a Dios para arrastrase en supersticiones. De todo esto relataba Noaj a su descendiente, quien bebía las palabras y confirmaba que no estaba loco, que no imaginaba cosas raras, sino que había reencontrado la Luz que había sido opacada por las tinieblas de la ignorancia y el egoísmo.
También tuvo ocasión de compartir y aprender de Shem (que recibió en algún momento el título y apodo de Malkitzedek), el hijo de Noaj del cual provienen los semitas.
Por lo visto, había otros monoteístas que permanecían ocultos, resguardándose de las hordas del terrible rey Nimrod, el cual impuso con mano dura su imperio, que dependía en gran medida de la mitología idolátrica para sostenerse.

Abraham recibió esa confirmación oral, de testigos presenciales del Eterno y Sus obras en la realidad, sin embargo, por muchas décadas no tuvo una revelación directa del Eterno.
A pesar de ello, siguió siendo leal a este camino que había iniciado, a pesar de costarle beneficios materiales, comodidad, relaciones sociales, sumarse problemas, sin embargo, nada de ello retuvo a Abraham de seguir avanzando en esta senda de virtud. Su camino no solo era de creencias diferentes, ni de inconformidad con la cultura general, sino que incluía una gran cantidad de acciones de bien hacia el prójimo, sin pedir retribución, sin esperar nada egoísta a cambio, eras actos de simple y pura bondad.
Por ello en la tradición es identificado Abraham como modelo de bondad, JESED, no solo como el que promovió activamente el monoteísmo en una época peligrosa para hacerlo.
Porque, los monoteístas anteriores estaban escondidos, temerosos, no hablaban de sus creencias ni manifestaban su desacuerdo con el relato obligado desde el poder. Pero él, sí.
Abraham removió la tierra, no sabía bien qué iba a encontrar, pero sabía que había un tesoro oculto. Lo sabía porque su neshamá (espíritu) gritaba silenciosamente en su interior, señalándole la salida para dejar de lado la tiranía de idolatría y abrazar al Eterno.
Finalmente, comenzó a brotar para él aquello que estaba aguardando a ser des-tapado, nuestra relación sagrada con Dios. Y con esto, la bendición, la plenitud, el Shalom.

Nosotros tenemos algunas ventajas sobre el primer patriarca, aunque no nos hable directamente Dios a través de profecía, ni Noaj o Shem puedan darnos testimonio directo de sus diálogos con el Eterno.
Pero, contamos con siglos de tradición ininterrumpida y fiel, contamos con la certificación de todo el pueblo quien presenció la entrega de la Torá al pie del monte Sinaí, transportamos con nosotros la Torá desde hace más de tres milenios, estudiamos el Naj, compartimos Torá oral, somos unos cuantos más que el solitario patriarca, la idea del monoteísmo se ha extendido y alcanzado remotos lugares, entre otras cosas. Sí, tenemos a nuestro favor varias ventajas con respecto a nuestro primer patriarca.
Y, de manera similar a él, todos tenemos tesoros ocultos por revelar, en todos los planos de nuestra existencia.

Pero, vale hacernos una pregunta: ¿Lo que hacemos nos lleva a lo que deseamos? 
Porque una cosa es desear, o incluso manifestar tal deseo, y otra muy diferente poner manos a la obra para alcanzar nuestras aspiraciones.

Si bien la teoría es importante, el pensamiento por sí solo no concreta. El pensamiento forma nuestra percepción sensorial, nos sirve para construir nuestra realidad, pero sin acción resulta estéril.
Solamente cuando nos comprometemos con actos es que transformamos el mundo, contribuimos a hacer realidad nuestros deseos.
Pero, la comodidad, el miedo, la inseguridad, la ignorancia, la duda vacía llevan a la rutina, que es otra forma de la parálisis.
No avanzamos, nos quedamos quietos, sin cambios.
Quizás con grandes ideas, llenos de proyectos, incluso sabiendo a la perfección qué es lo que podemos hacer, pero sin hacerlo.
Surgen las excusas, nos justificamos, o guardamos silencio mientras miramos hacia otro lado para hacer de cuenta que todo quedará en el olvido.
Cuando lo cierto es que dando un pequeño paso, avanzando aunque sea un poquito, remando en dirección a nuestra meta, ya iniciamos un proceso que probablemente nos realice.
Como remover la tierra, buscando tesoros ocultos, algo tenemos que hacer para que surja la bendición que espera por nosotros.

(Publicado originalmente en SERJUDIO.com, compartido aquí)

Pararararam parara param param

Confieso que me encanta la música Disco-Funk, especialmente o particularmente de los ‘70. Para mí no existe mejor, más alegre, más emotiva, más fantástica que esa música.
Será que era la música de mi infancia, de mis hermanos mayores adolescentes, de un mundo que ya no es ni creo vuelva a ser.
Aquello de todo tiempo pasado fue mejor… vaya uno a saber…

Cuando por alguna de esas casualidades la vuelvo a oír y me topo con el tema “Don´t let me be misunderstood”, de “Santa Esmeralda”, enseguida lo asocio al basquetbol.
Según me parece el tema no tiene ninguna relación, ni en su letra, ni en el ritmo, ni en el nunca visto video clip que le acompaña.
Entonces, ¿por qué esa automática e instantánea asociación en mi mente?

Este caso, no es un misterio para mí.
Resulta que hace decenas y decenas de años atrás pasaban el basquetbol uruguayo por el canal 10, de la TV abierta.
¿A qué no saben qué música era usada como cortina de presentación?
Sí, acertaron, la de Santa Esmeralda.
O al menos eso tengo en mi memoria. ¿Será un recuerdo de un hecho real? ¿Me parece? ¿Me confundo?
No sé con exactitud, tampoco me puse a buscar ni a indagar, no me cambia mucho la vida.
El hecho cierto es que para mí escuchar el estribillo instrumental (¿se dice así? mis años de solista en violín ya están muy lejanos, así como mis conocimientos de música) yo enseguida lo asocio con basquetbol.

Sí, también la conocemos de “Kill Bill”, pero para mí no es algo relativo a una bella rubia un poco loca por la venganza, sino de hombres jugando a ser deportistas profesionales de épocas que ya no volverán.

Ahora, tú con todo derecho puedes estar aburrido e incluso preguntar ¿qué tiene que ver esto contigo?
¿Te aporta en algo a tu crecimiento multidimensional, especialmente en tu espiritualidad?

Yo tengo mi respuesta a esta pregunta, dos preguntas.
Pero me gustaría que te animaras a compartir conmigo las tuyas, y luego te prometo –más o menos- que te diré cuál creo que es la enseñanza que puede fortalecer tu identidad noájida, si eres gentil, o judía si eres tal.
¿Te animas a comentar?
Desde ya te agradezco, hasta luego.

Ecología multidimensional en el judaísmo

Escrito para ser publicado en SERJUDIO.com y que me parece provechoso compartir con mis hermanos noájidas.

En la Tradición encontramos que se describe al ser humano como multidimensional: inanimado (domem); vegetativo (tzomeaj); animado (jai); parlante (medaber).
En el hombre, además se identifica un plano supra-natural, que no es compartido por el resto de las criaturas terrestres, el de la neshamá, el espíritu.

No resulta sorprendente que en “De Anima” Aristóteles (y probablemente tras de él nuestro Maimónides (“Shemoná Perakim”, cap. 1)) distingue tres facetas –funciones- del alma humana: la vegetativa, presente en las plantas, los animales y los hombres; la sensitiva, de la que carecen las plantas; y la racional, privativa del hombre.
Esta alma es la “forma” de la materia, que es el cuerpo.
Por sobre esto, se está el espíritu del hombre.
Según lo exponemos humildemente nosotros, las dimensiones: física, emocional, social, mental y espiritual.
Tales las cinco dimensiones que somos.
(En el “Shemoná Perakim” del Rambam se encuentra ampliado y profundizado esto).

Cuando decimos físico implicamos todo aquello que hace a su materialidad. Por lo general se entiende con esto su cuerpo, pero no debemos olvidar de incluir aquello que posibilita su vida, en particular lo ambiental.
El hombre es un ser que es imposible su existencia fuera del ecosistema, o mejor dicho, el ecosistema también conforma una de las dimensiones del hombre.
De cierta forma está esto indicado al momento del segundo relato de la Torá acerca de la creación del hombre, cuando dice: "Y formó el Eterno Elokim al humano, polvo de la tierra. Y sopló en sus narices aliento de vida, y el humano llegó a ser un ser viviente." (Bereshit / Génesis 2:7).
El hombre ES polvo de la tierra, materia inerte, pero que con la intervención divino obtuvo forma, diseño, sentido, alma, espíritu, lo que lo hace viviente.
No existe el hombre desprendido del ecosistema.
Tal como el resto de los seres vivos: "Dijo además el Eterno Elokim: ‘No es bueno que el humano esté solo; le haré una ayuda idónea.’  El Eterno Elokim, pues, formó de la tierra todos los animales del campo y todas las aves del cielo, y los trajo al hombre para ver cómo los llamaría. Lo que el humano llamó a los animales, ése es su nombre. El humano puso nombres a todo el ganado, a las aves del cielo y a todos los animales del campo. Pero para Adam / Adán no halló ayuda que le fuera idónea." (Bereshit / Génesis 2:18-20).
Ellos también son hijos de la tierra, criaturas del Eterno, que forman y son formados por el ambiente.
Y si bien con ellos somos compañeros de ruta, pasajeros en esta gran nave, evidentemente que hay una barrera que nos separa permanentemente; nosotros somos espíritu también, es la marca fundamental que nos diferencia como especie. Así pues, no son nuestro prójimo, pero sin dudas son dignos y meritorios de aprecio y respeto, aunque se nos haya habilitado para hacer uso dignamente de ellos.
Según queda dicho: “Creó Elokim, al humano a su imagen; a imagen de Elokim lo creó; hombre y mujer los creó. Elokim los bendijo y les dijo: ‘Sed fecundos y multiplicaos. Llenad la tierra; sojuzgadla y tened dominio sobre los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se desplazan sobre la tierra.’" (Bereshit / Génesis 1:27-28).
No es en todo correcta la idea que el misionero alemán, Albert Schweitzer, propusiera: “No me importa si el animal es capaz de razonar, sólo sé que es capaz de sufrir y, por eso, lo considero mi prójimo". Sí, debemos considerar al animal en su sufrimiento y tratar de evitarlo o impedirlo. No, en el marco de la Torá el animal no es el prójimo de la persona, aunque tengamos (y debemos hacerlo) mucho cariño y respeto por él. Aunque no sea un prójimo, igualmente es digno de misericordia, de justicia, como obra del Eterno, como ser vivo con capacidad de sentir.

En el judaísmo hay un concepto muy antiguo denominado “tzaar baalei jaim”, que es la prohibición de atormentar a un animal sin obtener con ello ningún provecho real.
Aparece varias veces en el Talmud, aunque su origen es la Torá (Shemot / Éxodo 23:5).
A partir de preceptos de la Torá vamos comprendiendo que toda vida es sagrada, todo sufrimiento/dolor es terrible, incluso el de los animales. Entonces, no se caza animales por “placer” o “deporte”, ni se abusa de ellos en “espectáculos” sádicos y desalmados, ni a los domésticos –o propios- se les hace padecer adrede necesidades, ni se los emplea en ejercicios que no provean un beneficio verdadero para la sociedad humana.

En Baba Metzia (85a) se nos relata que Ribbí Yehuda haNasí no tuvo compasión por un ternero que estaba aterrorizado cuando iba a ser degollado. A causa de esto desde lo Alto se le decretaron padecimientos que solamente finalizaron cuando aprendió a ser compasivo con los seres vivos, por ejemplo cuando su criada quería lanzar unas crías de comadrejas y él las protegió.
La idea es que nuestra conducta sea una copia humana de la conducta divina, a la medida de nuestras capacidades: "Bueno es el Eterno para con todos, y su misericordia está en todas sus obras." (Tehilim / Salmos 145:9).
Ser misericordioso con TODAS sus obras, personas, animales, vegetales, hongos, elementos físicos. Con todo nuestra actitud y conducta debiera regularse con el bien Y la justicia.
Sí también con la hormiguita, a la cual pisamos involuntariamente al caminar, pero a la cual no debemos mortificar una tarde de aburrimiento en el jardín.
También con el árbol, el cual no debe ser maltratado sin provecho real.
Llevar una vida de armonía, de amor y respeto por la creación (en su conjunto y en sus individuos) sin por ello irse a extremos ascéticos. La propuesta del judaísmo clásico no roza las postura al estilo de las doctrinas del jainismo.
Cada criatura alaba al Eterno según su naturaleza (Tehilim/Salmos 148), son nuestros compañeros de viaje, aunque no nuestro prójimo. Compañeros a los cuales respetar, cuidar y hasta en ocasiones amar.

Por ello, cuando se debe tomar la vida de un animal, o emplearlo para alguna actividad beneficiosa para el hombre, se debe eliminar o disminuir al máximo todo sufrimiento que pueda ser evitado o reducido.
Quizás a los modernos defensores de los “derechos de los animales” no les parezca suficiente, pero recordemos como comenzamos este estudio: somos también ecosistema, y en él las relaciones tróficas son constantes y necesarias, además de las otras relaciones que no siempre resultan pacíficas e indoloras en su naturalidad. Lo importante es también en esto tratar de construir Shalom, actuar con bondad Y justicia, hasta para con el animal que iremos a consumir o usar para nuestras necesidades. En palabras del filósofo Emmanuel Levinas, sería la “libertad difícil”, que es hacer uso de nuestro libre albedrío de forma digna.
Tengamos en cuenta que el libre albedrío es la capacidad para elegir entre actuar bien o mal. Somos libres (al menos esa es la creencia) para escoger, pero el Eterno nos aconseja con precisión lo que es mejor para nosotros: optar por el bien, que es la bendición y la vida.
Desechar el EGO para vivir en la plenitud, en la construcción de shalom.

Recordemos otro relato de piedad hacia animales.
Moshé pastoreaba las ovejas de su suegro cuando una pequeñita se escapó y se extravió en el desierto. Él no podía admitir que el pobre animalito muriera con el dolor de la sed, o los terrores del desierto, por lo cual salió a su busca. Fue en esa tarea que llegó hasta el monte Sinaí, en donde el enviado del Eterno se apareció a él en un arbusto encendido que no se consumía (Shemot / Éxodo 3:2).
Aquel que era un excelente pastor de ovejas, que no dejaba a ninguna sin protección, ese era el indicado para conducir a los judíos por el camino que llevaba de la opresión a la libertad.
Porque el verdadero líder espiritual no oprime a sus seguidores, no amedrenta, no amenaza, no castiga sin fundamento, no diezma, sino que se entrega por completo para la mejor conducción de su grey, para que todos y cada uno obtengan verdadero beneficios. Cuando el líder emplea de manera sistemática las herramientas del EGO, sabemos que no estamos ante un conductor espiritual, ni su camino es de vida.
Entre otras cosas, por su bondad hacia su rebaño, por su nobleza, por su respeto a la vida del indefenso y del justo (aunque pudiera ser durísimo con el que lo ameritara), es que Moshé fue elegido por el Eterno para ser el personaje bisagra en la historia de Israel, e indirectamente en la de toda la humanidad.

Es el mismo Moshé que no participó en la primer plaga sobre Egipto, la de “sangre”, pues afectaría las aguas del Nilo que muchos años antes habían ayudado (involuntariamente, por supuesto) a salvarle la vida. Ni a las arenas, que también estuvieron en su auxilio.
Porque recordemos, el ecosistema consta de factora abióticos, lo inanimado, junto a los seres vivos que lo componen (y son compuestos por él).

Vamos comprendiendo que la construcción de shalom debe ser una accionar y una actitud constante, hacia dentro y hacia fuera. Con nosotros mismos, con el prójimo, con la sociedad y con el ambiente. Una actitud que privilegie la armonía, el equilibrio, en lugar de la muerte y la esclavitud.
Donde se oriente a través del AMOR y no de EGO.
(AMOR NO es un sentimiento, es una forma de vida multidimensional).

Si bien la Torá y los Sabios de antaño no hablaron específicamente del cuidado del ambiente, de llevar una vida de armonía ecológica, de ser hombres ecológicos, podemos encontrar que el mensaje está implícito, codificado. Recordemos que la palabra de la Torá es perpetua, pero fue otorgada en un contexto determinado, y debía ser comprensible para sus directos receptores. Era imposible para aquellos antiguos antepasados de los judíos actuales entender acerca de ecología, o de otros conceptos modernos. Pero la médula sigue siendo la misma.
Es que una vida en donde el EGO está bajo control, lleva a la plenitud en todos los aspectos, al shalom multidimensional.

¿Qué sucede cuando es el EGO el rector?
La Torá narra algún que otro suceso dramático, desde el asesinato de Abel, pasando por el Diluvio hasta la opresión de los judíos en Egipto, sin olvidar a los traicioneros amalecitas.
Veamos un ejemplo: "El Eterno vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal… La tierra estaba corrompida delante de Elokim; estaba llena de violencia. Elokim miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra…" pero "…Noaj [Noé] era un hombre justo y cabal en su generación; Noaj caminaba con Elokim." (Bereshit / Génesis 6:5, 11, 12, 9).

El hombre llevado por su EGO fue deteriorando el ambiente, el equilibrio había sido perdido hacía tiempo.
Las advertencias aparecían a ojos de quien tuviera conciencia para admitirlas.
Tal como Noaj lo hizo.
Pero el resto siguió en franco abuso, destruyendo, corrompiendo, provocando la catástrofe.
Lo que infantilmente se explica como un castigo divino, podemos comprenderlo cabalmente como la directa consecuencia de los actos egoístas del hombre, que llevaron al mundo al caos. Finalmente, ocurrió la devastación, la tierra se tomó se revancha. Tarde o temprano, como puede pasar actualmente.
La naturaleza fuera de su cauce provocando destrozos, muerte, destrucción, un final tempestuoso que podría posibilitar un nuevo inicio.

Apenas si sobresalía un poco de ese entrevero el líder de los sobrevivientes, Noaj, pero atiende qué fue lo primero que hizo cuando salió de su nave salvadora: "edificó Noaj [Noé] un altar al Eterno, y tomando de todo cuadrúpedo puro y de toda ave pura, ofreció holocaustos sobre el altar" (Bereshit / Génesis 8:20).
¿Alguien le pidió que sumara más muertes a los miles de millares que yacían en tumbas improvisadas por los elementos desatados?
¿Realmente Dios se complace tanto con el “grato aroma” de estos asados?
¿Era necesario?
¿Qué quería demostrar con este acto? ¿Qué demostró?

Quizás como respuesta, la Torá añade lo siguiente: "Noaj [Noé] comenzó a cultivar la tierra y plantó una viña. Y bebiendo el vino, se embriagó y quedó desnudo en medio de su tienda." (Bereshit / Génesis 9:20-21).
Piensa tú.
¿Plantar primero una viña, fabricar vino, emborracharse, actuar de manera degradante… eso es lo que podemos tomar como ejemplo para reconstruir una sociedad basada en el bien Y la justicia?
¿Dejarse dominar por el EGO?
¿Vivir como si se estuviera muerto?
¿Morir sin haber vivido?

Toma en cuenta un ejemplo muy diferente, que lo narra un rabino (Aryeh Levine, “Malachim Kivnei Adam”, Simcha Raz, pp239-240 Fuentes, pg.15) contemporáneo: : "Después de Minjá (el servicio de la tarde) mi maestro (el Rav Kook), como era su costumbre, fue a dar un paseo con el fin de enfocar sus pensamientos y lo acompañé en el camino. En eso arranqué una flor. Él, temblando me dijo en voz baja: «Créeme, yo siempre he tenido cuidado de no arrancar sin propósito una brizna de hierba o una flor que puede crecer y desarrollarse, porque no hay hierba aquí abajo que no tiene una fuerza de lo Alto que le ordena ‘¡Crece!’. Cada brizna de hierba dice algo, cada piedra susurra un secreto, cada criatura pronuncia una canción. Esas palabras dichas por un corazón puro y sagrado penetraron hondo en mi corazón. Desde aquel día tengo una gran compasión por todas las criaturas.".
¿Recuerdas lo que te conté más arriba, cuando el príncipe de los rabinos de su tiempo no tuvo compasión por un ternero?
¿Qué podemos aprender para nuestra vida cotidiana?
¿A ser vegetarianos o veganos? ¿O algo mucho, muchísimo más consistente y profundo?
¿Que te parece a ti?

Por otra parte, nuestra Tradición está enseñado también a cuidar de los recursos, a no transgredir el “bal tashjit”.
Es un mandato sagrado el ser cuidadoso y no derrochar inútilmente, porque cada vez que abusamos de los recursos, estamos provocando un daño que podría resultar irreparable y que siempre genera consecuencias que llegan a exceder nuestros cálculos.
Cuidamos, usemos cabalmente, sumemos en lugar de desperdiciar, construyamos shalom.
Hagamos lo que fue ordenado a Adam con respecto al jardín terrenal: "el Eterno Elokim tomó al humano y lo puso en el jardín de Edén, para que lo trabajase y lo guardase." (Bereshit / Génesis 2:15).
Esa esa tarea y al mismo tiempo finalidad.
Debía trabajar y cuidar del huerto del Edén, para así disfrutar plenamente de sus bienes. Hubiera podido obtener todo gratuitamente, sin esfuerzo, pero el Eterno le abocó a una tarea precisa para que alcanzara mayor bienestar. Porque disfrutar de lo permitido es una de las misiones sagradas que tenemos en este mundo, para cargarnos de experiencias positivas que de otra manera el espíritu no podría tener registrada. Pero cuando el deleite proviene de la buena acción, aquella que realizamos, la consecuencia placentera es mayor (y mejora con el sano esfuerzo dedicado).
Este mundo es un potencial paraíso, solamente el EGO del hombre impide que alcance este estatus.
Desde Arriba se nos ha provisto de todo lo necesario, simplemente no hemos alcanzado aún a desplegar nuestras capacidades. Eso acontecerá en la Era Mesiánica, tanto en lo personal como en lo colectivo. Entonces el mundo será un paraíso, aunque poco y nada haya cambiado exteriormente.
Podemos trabajar para establecer una Era Mesiánica interna, en cada uno de nosotros. ¿Cómo? Disminuyendo la injerencia del EGO, actuando desde el AMOR.
Esa manera de vida está en armonía con el Cosmos, por lo cual provoca reacciones en cadena que finalmente permitirán el brote completo de la Era Mesiánica global.

Cada pequeño acto tiene consecuencias, muchas veces insospechadas, de un alcance que no se puede prever inicialmente.
En la ciencia se conoce como el “efecto mariposa” dentro de la teoría del caos, y se la ejemplifica con la conocida frase: “el aleteo de las alas de una mariposa puede provocar un Tsunami al otro lado del mundo”.
Desde otro ámbito, el genial Rav Kook nos enseñó: “Si usted está sorprendido por cómo es posible hablar, oír, oler, tocar, ver, entender y sentir –dígale a su alma que todos los seres vivos confieren colectivamente sobre usted la plenitud de su experiencia. Ni siquiera la menor partícula de existencia es superflua, se necesita todo, y todo sirve a su propósito. ‘Usted’ está presente en todo lo que está debajo de usted, y su ser está ligado a todo lo que le trasciende a usted.” (Orot haKodseh).
Estamos todos unidos, aunque el EGO nos hace ver que no tenemos relación.
La separatividad es un efecto de la materia, pero al mismo tiempo una ilusión. Cuando se contempla con la mirada espiritual, somos uno y unificados al Uno.
Estos conceptos cabalísticos pueden resultar extraños y áridos, por lo que, explicándolo con sencillez: estamos en el mismo barco y cuidar al otro es cuidarse a sí mismo.

En buena medida tal es uno de los objetivos de bendecir antes (y después) de disfrutar de alimentos (y otros placeres mundanos).
Tomar conciencia de que estamos haciendo uso de elementos de la naturaleza, la cual nos son provistos para nuestro beneficio, y que sin embargo no nos hace amos de todo, sino sus usufructuarios, personas que vivimos pagando la renta y el Amo es el Eterno.
Si comenzamos a despertar nuestra conciencia, a vivir por completo el aquí y ahora, seremos menos negativos y nocivos, mucho más agradecidos, más respetuosos, personas que aportan a una mejor existencia que se continúa en la eternidad.

El amor y respeto por la naturaleza no se da solamente cuando vamos de paseo al campo, o en la playa, o en cualquier actividad al aire libre.
Somos seres ecológicos, por tanto en cada momento estamos interactuando con el todo.
Por ello es necesario comprender la importancia de la construcción constante de shalom, interna (consigo mismo) y externa (con los demás hombres, con todos los seres vivos, con el ambiente).

La santidad suprema se halla cuando el hombre conoce su esencia y no se encierra en sí mismo, sino que lleva una vida plena, en relación a todo lo existente. Siente la ‘Presencia’ en lo inanimado, en lo vegetal, en los animales, la vida en todo, también en cada hombre, en cada uno de los seres humanos” (Rav Kook, “Arpelei tohar”).

Sí, éste es el camino del constructor de Shalom.

Tú decides

A la zorra cada día se le dificultaba más encontrar algo con lo que pudiera alimentarse. Un día, descubrió en el interior de un tronco caído una abundante cantidad de manjares que alguien había dejado allí. La zorra entró en el tronco y tragó todo con rapidez, sin dejar siquiera una miguita. Quiso salir, pero tan abultado estaba su abdomen que no cabía por el agujero que había usado para entrar. Impotente ante esta situación, comenzó a lanzar gritos de auxilio, con la esperanza de que alguien pudiera rescatarla de tan penosa situación.
Al rato apareció un lobo, que atraído por sus gritos se acercó a conocer el porqué de tanto lamento. Cuando le contó lo sucedido, le dijo: -Yo no me preocuparía por ello, ni gastaría tiempo en lamentarme. Lo único que necesitas es esperar a que tu barriga vuelva a estar como antes y seguro que podrás salir sin problema.
La zorra agradeció el consejo y esperó, esperó y esperó, no una hora o dos, sino algunos días de encierro y ayuno obligado, hasta que pudo salir, con más hambre que antes y mucho malhumor.
Por una de esas casualidades, días más tarde se cruzó con el lobo al cual increpó por el consejo que le había dado. Él respondió: -En lugar de quejarte, agradece que el dueño de la comida no volvió y por ello no te castigó por tu imprudencia y maldad.

¿Cuál crees que podrían ser las moralejas de esta narración?
¿Respetar el entorno? ¿No quebrar los límites? ¿Medir las consecuencias de nuestros actos antes de realizarlos? ¿El tiempo todo lo resuelve? ¿Si uno tiene paciencia las cosas se arreglan? ¿Es fácil dar consejos? ¿No quejarse sino hacer? ¿Hacer lo posible para mantener la homeostasis? ¿No dejar comida olvidada dentro de un tronco hueco? ¿No ser glotón?
¿Tú qué opinas?

Déjame compartir contigo lo que pensé.
Como la zorra de la fábula, estamos en este mundo y podemos disfrutar de lo que en él hay. Pero, cuando nos excedemos, cuando hacemos cosas incorrectas, a pesar de creer que estamos obteniendo ventajas, realmente nos estamos metiendo en problemas. Al final, no nos llevamos nada y hasta terminamos peor de lo que comenzamos.
Una opción más saludable y lógica es disfrutar de aquello que nos es permitido y aportar para que la armonía (interna y externa) sea mantenida.
Si aprendemos para conocer, si tomamos conciencia, si planificamos lo que haremos, si actuamos con mesura, probablemente estaremos en un estado mejor que si nos dejamos llevar por la ignorancia, el preconcepto, la superstición, el apuro, el egoísmo, etc.
¿Tú qué opinas?

Lo cierto es que en varias ocasiones la humanidad, a causa del egoísmo y la maldad, no supo cuidar el delicado equilibrio de la naturaleza y de la sociedad, por lo que sucedieron catástrofes que pudieron haber sido evitadas. Por supuesto que hay eventos naturales que no tenemos (todavía) injerencia, pero en otros somos directos responsables. Y no que hablar de las noxas sociales, tales como guerra, desigualdad social, pobreza, discriminación, entre otras. ¡Cuanto mejor viviríamos si hiciéramos menos como la zorra!

Al respecto, mira lo que nos relata la Torá (de la nación judía): "El Eterno vio que la maldad del hombre era mucha en la tierra, y que toda tendencia de los pensamientos de su corazón era de continuo sólo al mal… La tierra estaba corrompida delante de Elokim; estaba llena de violencia. Elokim miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra…" pero "…Noaj [Noé] era un hombre justo y cabal en su generación; Noaj caminaba con Elokim." (Bereshit / Génesis 6:5, 11, 12, 9).
En una generación sumergida en el egoísmo y el mal, alguien pudo sobresalir, un hombre hizo la diferencia.
Todos podemos ser ese hombre, aquel que desequilibra la balanza hacia el lado del bien, como dijeron nuestros Sabios: “en el lugar donde no hay hombres, esfuérzate en ser hombre” (Pirkei Avot 2:5).
Como enseñara Maimónides, el gran rabino y maestro: “la persona debe verse a sí misma y su relación con el mundo entero como si sus actos buenos y sus actos malos estuviesen en una balanza. Si comete un pecado, inclina su balanza y la del mundo entero al lado culpable, atrayendo la consecuencia negativa hacia sí y hacia el todo el mundo.
Por el contrario, si cumple un precepto inclina la balanza de todo el mundo hacia el lado del mérito, atrayendo la redención y liberación hacia sí y hacia otros, como está escrito: “Un justo es el fundamento del mundo”
(Mishlei/Proverbios 10:25), lo que quiere decir que la persona que actúa de forma virtuosa, inclina la escala de todo el mundo hacia el lado del mérito, y lo salva. Es, por lo tanto, la costumbre de todo Israel aumentar su tzedaká, realizar buenas acciones y arrepentirse…” (Mishné Torá, Leyes de Arrepentimiento).

Cada uno es importante, tú lo eres, depende de lo que hagas.
Podemos actuar en armonía interna y externa, o no.
Desde el comienzo de la humanidad tenemos la orientación correcta, que luego fue plasmada en la Torá. Es bueno conocerla, estudiarla, aprender de sus valores y practicarlos, todo de acuerdo a las reales posibilidades de cada uno.

Resumen de la parashá Noaj ("Noé"), que corresponde sea leída por el pueblo de Israel esta semana 
El mundo se ha corrompido a causa del hombre y lentamente va rumbo a una gran catástrofe natural. Solamente un hombre, Noaj, con su familia logra salvarse. También se encargan de rescatar a los diversos animales.
A partir de ese momento el Eterno hace un pacto con la humanidad, que se mantiene hasta la actualidad. Es el pacto de los Benei Noaj, los noájidas o naciones de la tierra, que consta de siete mandamientos:

  1. No adorar a dioses falsos.
  2. No maldecir al Eterno.
  3. No asesinar.
  4. No mantener relaciones sexuales prohibidas.
  5. No robar.
  6. No comer carne de un animal con vida.
  7. Instituir un Sistema Legal.

Estos siete mandamientos se simbolizan con el arcoíris, cada color representa un mandamiento. Por ello, muchas personas que actualmente conocen este pacto y viven de acuerdo a él, lo usan como emblema. Se supone que este código legal sagrado es base para el sano desarrollo de la persona y la sociedad, en todas sus dimensiones.
En cuanto al contenido la parashá, de a poco la humanidad va creciendo y ocupando más territorios mientras mantenía su centro en el valle de Shinar, donde decidieron construir una torre que les sirviera de protección ante nuevos desastres. Sin embargo, el motivo por detrás era rebelarse contra el Eterno, ya al poco tiempo de haber atestiguado a qué conduce la maldad. Finalmente, se generan conflictos, la gente se expresa pero no se comunica, ya no se entienden unos a otros, han dejado de hablar el mismo idioma. Así pues, se dispersan y se fragmenta la sociedad.
Finalmente se enuncia la genealogía de diez generaciones que va desde Noaj hasta Avram, y se introduce a éste y su familia en el relato bíblico.

¿Viscerales o Intelectuales?

Se oyen cosas acerca de países en forma individual, particularmente de México se escucha que la gente es muy “visceral”, esta afirmación es muy común escucharla entre amigos, familiares, conocidos etc., y dicen las personas “los Mexicanos somos muy viscerales por eso nos manipulan” creo que mas que una condición de la gente de aquí de México, esto del plano emocional nos atañe a todos sin distinción de raza, credo o genero, todos somos susceptibles a esto, a las tribulaciones emocionales .

Hace pocos días y todavía en el medio informativo se puede observar un despliegue impresionante de notas con respecto a lo que ocurre en el sureste del País Veracruz, Guerrero y en el norte también, Sinaloa, Tamaulipas  y otras partes mas, literalmente diluvio en aquellos lados y en algunos como en las películas los animales salvajes hacían aun mas difícil poder sobrellevar la situación (a quien se le ocurre criar cocodrilos en zonas propensas a la inundación) parecería evocar los tiempos del patriarca Noaj en el diluvio, agua cubriendo las casas, cerros que se deslavaron cubriendo poblados enteros y un gobierno que se ve rebasado puesto que  tiene sus limites y como es de esperar la diferencia la hace “el pueblo” cientos de personas llevando artículos de despensa para las personas que se encuentran en desgracia y los spots de televisión muestran a gente llorando pidiendo ayuda, diciendo que hay ancianos y niños en situación grave, y si… efectivamente hay respuesta de la población y se envía ayuda, aunque honestamente no creo que sea la suficiente… y las cifras “oficiales” cuentan poco mas de un centenar de muertos, pero la gente, sobre todo la que vive en esos lados dice que son por miles, la gente que perdió la vida en estas catástrofes.

Pero retomando este asunto de la ayuda humanitaria que de diversos puntos del país es enviada a los lugares afectados por los huracanes, quisiera retomar un punto, salen diversos spots con imágenes de señoras pidiendo ayuda con lagrimas en los ojos diciendo que hay niños y ancianos que precisan de una mano solidaria, que no nos olvidemos de ellos, que están ahí… y algo dentro de cada uno de nosotros se mueve cuando ve esas imágenes, emerge el sentimiento y motiva a la acción, es bello que haya solidaridad y muestras de altruismo eso es muy bueno, sin embargo es una arma de dos filos, recuerdo las palabras de un pequeño que hace un par de meses me decía “¿Edgar no viste cuando le pegaban a diosito? llevaba una cruz y unos señores lo golpeaban”, si, la cuestión de manipular emocionalmente se da en todos lados, ¿alguien ha oído hablar del famoso teletón? Es prácticamente lo mismo, te pasan historias de tristeza y desesperanza y una vez que han estimulado tus emociones corres a dar lo que traigas en la bolsa o cuando menos a dar algo para aliviar del sufrimiento a aquellas pobres personas
(o tal vez el tuyo ¿no crees?), en la religión sucede igual ¡dios murió por tus pecados! (dice el cura) y en un rato mas tienes que meter la mano en el bolsillo para dar “la limosna” que no es tan limosna cuando sirve para comprar los lujosos autos y extravagantes propiedades de los curas, en fin en todos lados esta a flor de piel la manipulación emocional, también en el Facebook esta presente ese tipo de manipulación, solo observa alguna frase que contenga una considerada carga emocional y aunque sea un total disparate suele ser aplaudida y adorada como si Dios mismo la hubiese pronunciado, son frases clásicas de esos seudogurues de tres pesos, pero que hacen inmensas riquezas solo con suministrar un poco de mariguana emocional a sus seguidores, ¿se oye mal verdad? Pero es que así somos los seres humanos… viciosos, empedernidos.

No quiero dar a entender que las emociones sean malas o negativas si no que dejarse llevar por ellas suele conducir a lugares muy oscuros y abismos muy profundos, es decir que no es lo mismo que cuando ves llorar a una señora por televisión corras a dar tu donativo, que tu por tu propia convicción analices que es lo correcto y te dirijas a hacer alguna especie de donación a estas personas en desgracia y mucho mejor aun si lo haces motivado y alegre por poder ayudar a alguien, pero que no sea la ceguera emocional la que te mueve, porque así como te mueve a hacer determinado tipo de cosas también te puede impulsar a hacer otras, como por ejemplo la chica súper “enamorada” de algún hombre casado o el hombre profundamente enamorado de una mujer casada, ambos movidos por las emociones desbordadas y mal encauzadas terminan por acarrearse daños así mismos, o en la iglesia cuando te zarandean como vil títere por que «por tu culpa» se murió aquel sujeto de la cruz, la manipulación emocional esta en todos lados ¡dentro de nosotros mismos! en la TV, en la escuela de tus hijos, en la reunión de padres de familia, en la tienda de la esquina… si no me crees o si te gustaría comprobar un poco mis palabras, puedes hacer el ejercicio de mirar la TV, observa como intentan venderte todos los productos y servicios que te ofrecen, en todos y cada unos de esos intentos por vender esta el factor emocional presente o cuando tu pequeño hijo desea el nuevo play station o cuando tu hija desea salir «con las amigas» todo tipo de recursos emocionales se ponen en juego o ¡cuando tu esposa te pide la tarjeta de credito «prestada»! porque ya no tiene que ponerse… en fin la manipulacion emocional es tan comun.

La salud y el bienestar emocional, particular y colectivo, se despliega cuando hacemos del intelecto (acorde a la Divina Voluntad) una guía ordenada para las emociones, no se trata de ser “frío e insensible” si no de orientar y canalizar las poderosas emociones hacia un fin positivo y trascendente, sin duda que hacerlo no es fácil ni sencillo porque estamos acostumbrados a reaccionar ante las emociones que son parte del ego (y de nosotros mismos) pero bien vale la pena intentarlo y a merced de ejercitar un habito, este se transformara en un aspecto saludable de nuestras vidas, hacer de las emociones un motor para impulsarnos con potencia hacia lo positivo, edificante y trascendente.

flecha roja

Mighty words

¿Los límites limitan? ¡Qué novedad!
Sin ellos nos sentiríamos invadidos, difusos, faltos de orden, sumidos en el caos, confundidos, agredidos, masificados, indiferenciados.
Es bueno que existan los límites y mantenerlos en el lugar apropiado, para que lo interno/íntimo permanezca así en tanto se comparte con seguridad y entendimiento lo compartible.

Si sientes que transgreden tus límites, probablemente respondas desde el EGO, queriendo controlar lo que está por fuera de tu dominio.
Si no lo consigues, seguramente se intensifique tu malestar, pues te sentirás aún más impotente, más invadido por el otro, con menos recursos para disfrutar de la vida.

¿Qué te parece si tomas conciencia de lo que está sucediendo?
Como segundo paso, podrías comprometerte a demarcar los límites en tus relaciones interpersonales, para mantenerlos con flexible poder.
Luego, encontrarás que sostener tus barreras de manera proactiva resulta mucho más eficiente y placentero que la vieja apatía, aquella indiferencia sumisa con la cual te dejabas manipular por los demás.

Si estableces el límite saludable y te afirmas en él, pronto descubrirás que tienes recursos que antes dilapidabas en negaciones o regalándolos a personas que no son merecedores de tus bienes.
Es que, tú permitías que entraran, que ellos hicieran su juego, aprovechándose de ti.
Por  miedo, a la soledad, al rechazo, al engaño, al regaño, al abandono, a la miseria, diluías los límites, los volvías confusos o inexistentes.
No mostrabas tu parecer ni expresabas tu sentimiento, sino que eras sumiso, un seguidor, alguien capaz de aguantar y aguantar con tal de no ser rechazado.
Y lo triste es que no eras feliz, no te gustaba tu vida, ni siquiera te convencían tus excusas y mentiras y muy en el fondo sabías que no te apreciaban, que no te valoraban, que no te querían. Aquellos que se llamaban tus amigos simplemente apretujaban tus entrañas para obtener de ti lo que querían, haciéndose pasar por los poseedores de autoridad, cuando en la verdad eran pobres desgraciados, gente sin poder ni calidad, pero que estaban allí para devorar tus entrañas.

Y tú lo negabas, lo excusabas, encontrabas justificación para tu malestar. Pero sufrías, y te lastimabas de una y otra forma. Con adicciones, con actos de violencia, con olvidos, fracasos en los estudios o en el trabajo, en parejas inestables y tóxicas, con amigos de tus bienes pero no de ti. Te lastimabas en vez de pararte sobre tus pies con firmeza y declarar tu deseo, tu objetivo, tu presencia. Eras quien corría los límites y servía como carnada para los vampiros de tu energía.

Pero, cuando comenzaste a poner los límites, captaste que no eras tan impotente ni los otros tan poderosos.
Viste que no era necesario esconderte ni huir, también podías luchar con armas nobles, manifestando tu sentir, diciendo lo que te gustaba o no.

Sí, ¡cuánto poder tienes y lo disfrutas al marcar límites saludables y sostenerlos con entereza!
Ya no precisas esconderte, ni refugiarte en caóticas excusas, ni mentir, ni aparentar ignorancia, ni lastimarte de una y otra forma.
Ahora manifiestas la capacidad natural tuya, a través de afirmar tus límites y afirmarte en ti.

El mundo no ha cambiado mágicamente, pero tú has avanzado para modificar tu forma de estar en el mundo.
Tu presencia se distingue, ya no eres una esponja para apretar y que entregues tu vida a cambio de nada.
Ahora tienes densidad, profundidad, existencia, voz y decides.

Solamente porque te diste cuenta de que era hora de marcar el límite, con un simple “no, gracias”, con un sencillo “quiero, por favor”.
Puedes ceder, porque así lo escoges.
Puedes ser flexible, porque tienes el poder para serlo.
Puedes negarte, porque es tu derecho.
Puedes acceder, porque es tu elección.
Está el límite, que te protege sin necesidad de armaduras pesadas, sin astucias del EGO.

Estás probando la libertad, y parece paradójico que sea gracias a los límites.
Hasta ahora pasabas tus oscuras jornadas en la prisión que habías construido con tu debilidad, con tus fantasías llenas de temores y dudas. Tus límites no eran tales, sino barrotes pesados que te asfixiaban. Demandabas seguridad, pero nunca te conformabas, ni siquiera dentro de una caja fuerte debajo de mil pisos de concreto. Pretendías el éxito, aunque te rodeabas de personas que te conducían al fracaso. Te culpabas, te angustiabas, no te permitías equivocarte para estar siempre en el error. Te sentías fallado, defectuoso y sin posibilidad de ser perdonado o perdonarte.

Miedo, mucho miedo.
Manipulación de uno y otro.
Fantasías y tristeza.
Decepción, malas compañías, enojo, llanto, soledad, materialismo sin placer.
En caos, confusión, ignorancia, sin límites saludables.

Pero ahora, tienes nuevas palabras que te impulsan:

  • No
  • Gracias
  • Perdón
  • Por favor
  • Decisión
  • Fluir
  • Bondad
  • Justicia
  • Comunicación
  • Creatividad
  • Compañía
  • Independencia
  • Felicidad
  • Placer
  • Bendición
  • Satisfacción
  • Equilibrio
  • Simpleza
  • Compromiso
  • Responsabilidad
  • Solidaridad
  • Amor
  • Límites

Addicted to love

El enamoramiento, que no es lo mismo al amor, tiene una base biológica.
Ante la presencia, o el recuerdo, de la persona de la que estamos enamorados, ciertas zonas del cerebro intervienen en la liberación de sustancias químicas que estimulan y generan sensación de placer.
El organismo desea repetir la experiencia placentera, por lo cual se buscará el estímulo externo, a la persona (o interno, si es un pensamiento que la evoque), tal y como una adicción. De hecho, lo es. En nombre de la ciencia te lo explican, los artistas (link no tzanúa para algunos) te lo reflejan, tú lo vives. El famoso enamoramiento, al cual muchos confunden con amor. La tan renombrada ceguera del amor.
Es que efectivamente, es una cuestión ciega, carente de sentido, sin proyecciones al futuro, sin evaluaciones de idoneidad, sin compromiso o responsabilidad, es una atracción producto de la química cerebral.
No hay cálculos, solo el deseo de experimentar ese placer. Un gozo que no depende realmente de la otra persona (como tal), ni de lo que hace o dejar de hacer para enamorarnos, ya que es una oscura propiedad la que hace resonar las ondas de la pasión. Es aquello que (de forma inconsciente) provoca que nuestro cerebro se active en el proceso de segregación de la dopamina y nos llene de sensación placentera (y de alguno de esos síntomas típicos de la persona enamorada).
¿Qué será lo que dispara esta reacción en cadena?
¿Algún aroma que ni siquiera identificamos conscientemente que nos haga sentir seguros, como cobijados?
¿La mirada? ¿La postura? ¿Un gesto? ¿Un parpadeo que nos recuerda a alguien de valor? ¿El leve movimiento de la cabeza a un lado?
Cualquiera de estas, cualquiera de las que no mencionamos, pero que activan el proceso del placer.
Entonces, ya poco importa si la persona no es muy hermosa (incluso en nuestra valoración personal), ni su clase social, ni su nivel cultural, ni su estado civil, ni… nada importa porque el efecto se produce en un lugar más allá (o acá) de la conciencia, de la toma de decisión voluntaria. Aquello que nos activó se impone a nuestra realidad y se desea, porque el placer es intenso, es profundo, se quiere repetir. Sí, es una droga.

Puede ser extraño que particularmente cuando la relación no es racionalmente positiva o saludable, la necesidad de repetir la sensación se refuerza.
Aquí también interviene otro factor del cerebro, al que nosotros denominamos EGO.
Entran a jugar otras cuestiones, tan primitivas y básicas como lo anterior. El poder, la impotencia, el obtener seguridad, el controlar al medio, todo en lo que participa el EGO.

No valen de nada explicaciones, racionalizaciones, elaboraciones intelectuales que demuestren que la relación no es saludable o insatisfactoria en niveles más elaborados, ya que la necesidad del estímulo químico es más poderoso.
El enamorado está “poseído”, sueña con su objeto de deseo, anhela su presencia, codicia cada instante, y no se da cuenta de que detrás hay una adicción al placer que se suscita en su química neuronal.

Esta etapa de enamoramiento tarde o temprano se desvanece. El efecto del otro no se mantiene.
Se perdió la “química” en la relación.
Cuando además de enamoramiento se pudo construir una relación multidimensional, la pareja puede subsistir, ya en un plano diferente.
Cuando solo el placer mantenía viva la relación, se evapora una y se lleva la otra.
Tal vez se quiera recuperar ese idilio, el loco romance, la fuerza de la droga con mecanismos no saludables, como un adicto dependiente psíquico y físico que busca recuperar el efecto aumentando la dosis o con el policonsumo.

¿Qué podemos hacer para superar el trance de la adicción del enamoramiento y que no derive en situaciones tóxicas?
¿Cómo conducirnos para que el lapso del enamoramiento sirva como una base para una relación saludable, si es lo adecuado?
Son algunas de las preguntas cuyas respuestas esbozamos en el texto y otras puedes tú aportar aquí como comentario.

Grito de la Independencia en México, Noajismo a nivel nacional.

El día de ayer por la noche se dio el insigne y emblemático grito de independencia en diferentes lugares de la Republica Mexicana, este acto  rememora el principio de la emancipacion de un Pueblo que ha progresado y se ha hecho grande a pesar de las sombras que aun nos acechan.

En estos últimos días un buen amigo con el que he tenido un par de charlas me ha demostrado que debemos de ser participes de la vida nacional tanto política como socialmente y que no podemos ser constructores de Shalom auténticos, si somos indiferentes ante las necesidades que aquejan a muchos sectores de la sociedad y he descubierto que el mejor modo de contribuir al fortalecimiento de la vida nacional es viviendo-promoviendo el Noajismo con todas las herramientas que se posean, porque ello representa EL DECLIVE DEL EGO el fortalecimiento de la identidad y la autentica promoción de la justicia e igualdad.

Aprovecho para mandar un afectuoso saludo a todos aquellos patriotas que celebraron el grito de la independencia, espero que hayan pasado un rato ameno y agradable en compañía de sus familiares y amigos.

A pesar de las circunstancias que afectan al País si hay motivos para celebrar nuestra independencia porque el verdadero cambio siempre radica en nuestras propias manos, lejos de ser responsabilidad de unos cuantos, aunque claro no nos vendría mal un buen líder un autentico gobernante, sin embargo somos un País insigne y territorialmente superior (hasta hace unas décadas) a una superpotencia que tenemos a un lado (EEUU) México es belleza, fraternidad y desarrollo.

Somos un País grande, bello y lleno de gente formidable, con un futuro promisorio si cada uno de nosotros hace su parte en la rectificación de la Nación, podemos ser independientes y libres si hacemos lo que nos corresponde a cada uno de nosotros.

¡MEXICO SOMOS TODOS!

¡VIVA MEXICO!

Google 15 sept

Impotencia, Ego y Noajismo

Una de las características básicas con que podemos distinguir al Noajismo por encima de las religiones, es que el Noajismo desarticula o minimiza las expresiones del ego, no las incentiva ni las promueve sino que con su desarrollo sistémico (en la vida de la persona) reduce en una gran medida todo el poder que este (el ego) suele ejercer de forma predominante durante la vida de cada persona.

El Noajismo en un aspecto meramente superficial se constituye en límites, así lo podemos verificar pues un alto porcentaje de sus directivas son de no hacer, en tanto un porcentaje muy inferior (una de siete leyes) es de hacer, aparentemente esto podría traducirse cómo el coartarle la libertad al individuo, el restringirle su actuar, el limitar su accionar, sin embargo es todo lo contrario…

Las leyes o directivas que conforman el Noajismo todas y cada una de ellas son promotoras de vida, desarrollo, bienestar, tranquilidad… paz, y lo opuesto que son las transgresiones a estas normas de comportamiento, redundan en caos, desorden, dolor, infelicidad, en palabras más completas en la esclavitud del ego.

La persona durante todos los días de su vida se mueve entre dos polos el miedo y el deseo, dentro de un sinuoso vaivén de sucesos cotidianos es que la persona suele pasar sus días afrontando cada una de estas facetas de la naturaleza humana, nos mueve el deseo cuando buscamos un empleo, cuando adquirimos una casa, cuando estudiamos una carrera, nos mueve el miedo cuando dejamos de entrar al facebook en horas de trabajo, cuando llegamos a tiempo a casa (por temor a las represalias de la esposa), cuando decidimos cumplir los compromisos atrasados de trabajo (por temor a perder el cliente), pero en todos y cada uno de estos sucesos se encuentra una presencia casi imperceptible… La impotencia, la tan temida y rechazada impotencia.

Si detrás de cada uno de estos sucesos agazapada se encuentra la impotencia, travestida de otras caras, personificada en otros rostros, pero es la misma temida y rechazada impotencia, piénsalo con detenimiento, deseas una casa para no estar al desamparo, buscas empleo para no tener carencias, estudias para poder tener los medios con los cuales desenvolverte en esta sociedad o cuando llegas temprano a tu casa ¿no lo haces para «poder» conservar tu matrimonio estable, al tiempo que piensas que «no podrás» estar solo? o cuando dejas de curiosear en el facebook por que te ha pillado el jefe ¿no lo haces por temor a perder el empleo y «no poder» solventar los gastos de la casa? es la impotencia con su sombra inseparable la que nos sigue a todas partes. Sin duda que habrá a quien no lo mueva de esta manera ni el miedo o el deseo, habrá quien ha aprendido a moverse desde un Angulo distinto movido por otras fuerzas, motivado por otras razones, pero la inmensa mayoría nos encontramos en estos casos.

La impotencia en sus múltiples facetas nos somete y nos condiciona a movernos en determinada dirección es cómo si de manera espantosa estuviéramos marcados por un destino cruel y despiadado, porque nuestras reacciones cuando la impotencia nos aplasta son fácilmente predecibles pero muy poco deseables, si la esposa amenaza con abandonarte pondrás más fuerzas y recursos en tratar de congraciarte o si el jefe te ha pillado chismorreando en el facebook procuraras no acumular más faltas, es cómo si nos movieran cómo títeres baratos, es que no hemos aprendido a vivir con el sentimiento de impotencia y reaccionamos de manera automática a sus embates.

El Noajismo contiene un mensaje claro, positivo y liberador, cómo te mencione al principio el Noajismo consta de 7 leyes 6 de las cuales son de no hacer y una de hacer pero enfoquemonos en las de «no hacer», estas leyes de no hacer te inducen a un estado de impotencia por que aunque tienes la capacidad de hacer esas acciones que el Eterno te marca cómo negativas, no debes hacerlas, El te lo ordena así, entonces quedas en un estado de impotencia pero es una impotencia positiva porque de realizar todas esas acciones que el Eterno marca cómo prohibidas, la vida sería un total caos y un completo desorden, medítalo… robo, asesinato, adulterio, blasfemia, idolatría al parecer esta impotencia incómoda pero realmente beneficia y así es en la mayoría de los casos donde la impotencia nos domina, porque donde somos realmente efectivos es cuando nuestra energía y nuestros potenciales son dirigidos hacia una dirección positiva tal cómo nos enseña el séptimo Mandamiento que es de hacer (enfocar nuestra energía hacia lo positivo).

La mejor manera de lidiar con la impotencia es canalizar la energía hacia lo positivo construir Shalom cómo decimos en esta casa de estudios.

Si sientes impotencia no te preocupes es algo natural en cada ser humano y cuando te este agobiando recuerda que tu mejor opción es dirigir tu fuerza hacia una meta edificante y positiva.

ojo

Motivo y objetivo

En alguna oportunidad hablamos acerca de la necesidad de preguntarse “para qué” antes de realizar alguna acción, hablar, decidir, etc.
Es un instrumento poderoso para evitar conflictos al tiempo que permite dirigir con mayor precisión y acierto los recursos disponibles.

Hoy quisiera comentarte brevemente de otra herramienta útil y necesaria.
Se trata de establecer el motivo y el objetivo de una acción, comentario, decisión, etc.

¿Qué me motiva a decir/hacer esto?
¿Qué pretendo alcanzar con ello?

Es normal que pueda resultar difícil darse cuenta de uno y otro, pues por lo general no vamos analizando nuestra vida sino que nos dejamos llevar por cuestiones del momento, emergencias, elecciones inconscientes, etc.
Pero, es bueno darse el tiempo para ejercitarse y aprender a hacerlo.

De pronto podrás indicar varios motivos y más de un objetivo, y en ocasiones podría ser adecuado.
Sin embargo, sería mejor que definieras exactamente EL motivo y EL objetivo, aquello único, o central, o principal.
Por supuesto hay objetivos a diferentes plazos, está bien que así sea.
Como también hay motivos circunstanciales, otros que son estratégicos, así como están los sustanciales.

Evalúa hasta definir el medular, tanto motivo como objetivo, para que de esa manera el camino que recorras tenga sentido. Tus energías estarán enfocadas, tus dudas se responderán, las excusas no harán mella, tendrás mayor probabilidad de obtener el éxito.
Y recuerda, que cada instante se de construcción de shalom, con bondad Y justicia.

En palabras de los Sabios: “Sabe de dónde viniste, adónde vas y frente a Quién en tiempo venidero rendirás juicio y otorgarás cuentas” (Avot 3:1).