Archivo de la categoría: EGO

Resp. 1101 – Sobre idolatría – hechicería

Luis Guzman nos consulta:

Saludos Moreh: Referente al libro "Camino del gentil justo" en el Capítulo 6 Idolatría en la Parte 6 numeral 4 Hechicería, hay una nota que menciona vudu, grupos de rock como representantes o discipulos de satan (con mayúscula), poderes oscuro y ritos satánicos. ¿como explicar esto a nuevas personas que escuchan sobre noajismo? En el material de Fulvida ya tenemos claro la acepción satan. Gracias por su respuesta.
Luis Guzman, 52 años, contador, El Salvador, noajida.

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Resp. 1099 – por que si un Noajida cumple con sus 7 mandamientos al pie de la letra no le va bien en la vida?

ricardo nos consulta:

por que si un Noajida cumple con sus 7 mandamientos al pie de la letra no le va bien en la vida?
ricardo rodriguez, colombia

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Poder e impotencia

«Casi todos podemos soportar la adversidad, pero si queréis probar el carácter de un hombre, dadle poder» decía Abraham Lincoln.

La adversidad es parte de la vida cotidiana. No existe la felicidad constante, ni el hartazgo sin hambre, ni la contrariedad que no se cruce en tu vida. Todos estamos capacitados para atravesar determinadas tormentas, a caer y recuperarnos, a tropezar sin por ello darnos por vencidos. Es lo que venimos haciendo, por lo general, desde el mismo instante del nacimiento.
Sin embargo, ¿qué pasa cuando tenemos la convicción de que somos «más que vencedores»? ¿Qué malestar profundo se está cebando cuando se nos convence de que el universo conspira para que nuestro objetivo sea alcanzado? ¿Qué surgirá a la luz de nuestro carácter al sentirnos poderosos?

Para tratar de entrever alguna respuesta, analicemos.

¿Qué es lo que pretende hacerte el EGO?
Someterte, dejarte postrado, hacerte sentir en impotencia (real o imaginaria), doblegarte para que no avances.
¿Cómo?
Pareciera que el método de que sientas el fracaso, la debilidad, la penuria sería el más efectivo, ¿cómo no sentirse impotencia en la impotencia en cualquiera de los planos de existencia, o en todos ellos?
Pero, lo cierto es que cuando te elevas, en el momento que te crees poderoso e invencible, cuando miras hacia abajo y notas lo mucho que has avanzado y temes la caída o te vanaglorias de tu conquista y fantaseas con tu perpetua superación, es entonces cuando el EGO ha preparado y sazonado el camino para tu tropiezo, cuando probablemente te darás de narices con las murallas del no poder y la impotencia te someterá.

Sí, ciertamente, cuando te regodeas en tu poder (real o imaginaria, mayor o menor), o trastabillas a causa del miedo que él te estimula, es entonces cuando se manifiesta tu carácter, tu verdadera capacidad para ser libre y feliz, o ser esclavo del EGO.
Si estás capacitado para ser poderoso, sin remordimiento, sin temor, sin dudas, sin jactancia, entonces eres libre y seguramente disfrutas de los ratos de felicidad que se cruzan en tu vida.

Pongamos el caso de la persona en su relación con el Eterno en la faceta de la oración.
Aquel que sucumbe a la idea de no merecer el encuentro con Él, por ser pecador, por haber errado, por no estar en determinado nivel o grupo, que se siente escaso en poder, y por tanto no se comunica con el Padre, y se aparta más, y se derrumba aún más profundamente, y se siente menos meritorio, y se esconde más… ¿es víctima de las vocecitas perversas de su EGO o está procediendo como debiera?
Por el otro lado, aquel que se cree súper poderoso, independiente de todo poder, por sobre las reglas del espíritu, en posesión de secretos místicos maravillosos, que no precisa del Padre ni considera que es menester alabarlo y agradecerle, y por tanto no reza, no se toma el tiempo para la profunda reflexión de autoconocimiento que debiera ser la plegaria, y se perturba más su imagen corroída por las máscaras del Yo Vivido… ¿está más liberado de su EGO, y es por tanto realmente libre, feliz, trascendente; o está ahogándose en falso poder, en impotencia, pero adormecido por sus ilusiones de superioridad?
Vamos, piénsalo, medítalo, toma conciencia de cómo haces tú, en donde te ubicas, que tan distante estás de la armonía de tu Yo Vivido en concordancia con tu Yo Esencial.

Y tal como con el ejemplo que describimos respecto a la falta de rezo, está cada área de tu vida, con el EGO detrás haciendo oír su voz corrompida, debilucha que aparenta fortaleza, que te insiste con que no puedes, con que eres inútil, con que eres pecador, con que nunca hiciste las cosas bien, con que no eres salvo, con que solo con el EGO (y cualquiera de sus representaciones externas: religión, secta, líder, dictador, dios, ángel, amuleto, costumbre, etc.) puedes tener un poco de sanidad y esperanza.

Puedes recordarte en tus situaciones pasadas, o tal vez verte en la actualidad. ¿Supiste ser un cortés ganador? ¿Admitiste tu triunfo sin por ello despreciar al que batiste? ¿Te angustias por perder tus adquisiciones o que éstas te lleven al sufrimiento? ¿Sabes disfrutar de tus posesiones y haberes, o encuentras excusas para no hacerlo? Ganes o pierdas, ¿te mantienes dentro del respeto y el agradecimiento hacia tu contrincante o rival?
Y ya que preguntamos acerca de la rivalidad, de le competitividad, ¿celebras con auténtico regocijo el éxito de tus amigos y familiares?
¿Eres capaz de animarlos a que desplieguen sus alas y alcancen sus mayores potenciales?
¿Qué sientes cuando es otro, alguien que es cercano pero no tú, el que está en su período de victorias y adquisiciones?
¿Puedes aplaudir sin resentimiento ni envidia la fama, dinero, logros de otra persona, una que te sea cercana y con la cual has estado en competencia?
¿Eres cooperativo cuando corresponde, o tu afán de vencer, o tu miedo a ser humillado no te lo permiten?

Mira el caso de los judíos que estaban esclavos del faraón (representante externo del EGO) en el momento de su liberación de Egipto.
Faraón podía liberarlos físicamente, pero los esclavos emocionales seguirían oprimidos por el tirano. El representante externo puede desparecer o cambiar, pero el EGO no deja de actuar si no hacemos el trabajo de fortalecernos y liberarnos, en la medida de lo posible, de él.
Como pasa con aquellos adictos, por ejemplo al alcohol (representante externo del EGO), que «milagrosamente» dejan su adicción pero se vuelven adictos a la religión (representante externo del EGO). Cantarán loas acerca de su secta, de su iglesia, de su líder, de su dios, de sus santos, de su salvador, de lo que fuera, pero no advierten, o no quieren hacerlo, que cambiaron una adicción y servidumbre por otra.
Y así pasó con los judíos a la salida de Egipto, ya no estaba el faraón, pero la esclavitud no los abandonó. Seguían siendo tan o más esclavos que antes. A pesar de que sus cuerpos eran libres, sus almas permanecían encerradas en las mazmorras del EGO, y como esclavos se comportaban.
Al respecto: «Cuando el faraón dejó ir al pueblo, Elokim no lo guió por el camino de la tierra de los filisteos, aunque era más corto, porque dijo el Eterno: ‘No sea que al enfrentarse con la guerra, el pueblo cambie de parecer y se vuelva a Egipto.’» (Shemot / Éxodo 13:17). Un pueblo libre quizás temería un enfrentamiento con el enemigo, pero lo encararía con el poder que contará. Pero el esclavo, se infravalora o se sobrevalora, no se reconoce en su justa y real medida. Entonces, o se lanza a una guerra alocada, sin tomar en cuenta que está condenado al fracaso; o huye despavorido, sin siquiera intentar levantar un arma en su propia defensa.
Por supuesto que eso estaba en la mente del Eterno, sabía de la pobreza interna del pueblo, incapaz en aquel momento de confrontar a sus enemigos.
Aunque, poco después se encuentra el caso de que un núcleo sano del pueblo, más sintonizado en su multidimensional, tuvo el valor de defenderse del ataque traidor de Amalec, y hasta de derrotarlo. Pero, contaban con ese núcleo sano que tuvo el poder para enfrenar a un rival bastante más débil que la máquina de guerra filistea.
Tómalo en cuenta, conocer tu poder real y apreciar en su realidad el obstáculo, es un paso relevante para ser exitoso y feliz.

Los que logran algún grado de libertad fortalecen ese estado por medio de los actos de bondad y justicia con el prójimo, acciones que ayudan o influencian al otro a alcanzar también algún grado de libertad.
Entonces, podemos ser más fuertes, más poderosos, más felices, más saludables, más benditos cuando trabajamos generosamente por el bienestar del prójimo, para que alcance un grado de mayor libertad, de bien, de justicia. Al respecto podemos comprender así el siguiente pasaje: «Cuando compres un esclavo hebreo, seis años te servirá; pero al séptimo saldrá libre, gratuitamente.» (Shemot / Éxodo 21:2). Se llegaba a la esclavitud, en tiempos «bíblicos», por lo general a causa de deudas que no podían ser pagadas de otra manera. El amo no era dueño del esclavo ni podía disponer a su antojo de su vida. De hecho, tenía el deber de cuidarlo y eventualmente liberarlo al poco tiempo. Al liberar a otro, se libera uno.
Actualmente, cuando la mayoría de nuestras sociedades no admite la esclavitud al viejo estilo, podemos liberarnos al esclarecer al otro, ayudarle a encontrar su propio poder, a hacer que en el mundo reine el shalom.
Construir shalom no es un ideal inocente, para ingenuos. Tampoco es un lema hueco, para lavar cerebros y formar una secta turbia. Construir shalom es la meta para alcanzar la propia libertad en tanto se ayuda al prójimo a alcanzar la suya propia. Con actos de bondad, de justicia, de lealtad.

Pero, ten presente. Que tus actos sean REALMENTE de bondad y justicia, motivados por el AMOR y no por el EGO disfrazado. Que no haya interés detrás, ninguno. Sin expectativas de recibir algún premio, elogio, salvación, recompensa, aplauso, retribución, pago, o lo que sea. Sino que sean motivados por el AMOR, con generosidad sin esperar nada a cambio.
Una cosa son los actos buenos y justos que forman parte de una transacción comercial, o de favores que se piden y reciben.
Otra cosa es la actitud benevolente, generosa, que no es parte de una negociación sino meramente de la construcción de shalom por sí misma.
Si haces de tus actos de bondad y justicia un método mágico, o extorsivo, para obtener ganancias (por ejemplo, los que dan diezmo porque les alientan a que recibirán por diez o cien lo que han dado), entonces están bajo la bota del EGO, esperando recompensas, actuando con falso poder, que finalmente los entorpece, los enceguece, los nubla, los deja en esclavitud. Por el contrario, quien hace por real generosidad solamente hace, sin esperar NADA a cambio, y nada es nada.

El EGO juega con el poder y la impotencia, que se ponen de manifiesto con acciones (o falta de ellas).
Para el AMOR las acciones también son fundamentales, pues es la concreción en la realidad de la bondad y la justicia, pero no se basa en obtener rédito alguno, ni en demostrar el poder, ni siquiera en auto satisfacerse con la sensación de haber hecho algo bueno. Simplemente ES, tal como el espíritu simplemente ES.

Puede ser que te resulte un poco complejo el comprender algunos de los pasajes, más aún si no tienes conocimiento de la multitud de información que hemos brindado al respecto de los manejos del EGO. Te sugiero que con calma y paciencia leas, estudies, analices, repases, pregunta, critica, encuentra ejemplos para esclarecer, y cuando tengas la idea llévala a la práctica por medio de actos de AMOR, construyendo Shalom.

Habrá equilibrio, paz, dicha, armonía, sensación clara de unidad interna y de unidad con el cosmos. El orden se impone sobre el caos, el bienestar sobre los sentimientos oscuros.
Cuesta fluir, conectarse, confiar, ser quien realmente eres… pero es posible, con altibajos, con vaivenes, pero es posible.

Te invito a que seas poderoso, realmente poderoso, tanto como estás capacitado.

LAS SIETE CAUSAS PARA LA FELICIDAD

El pasado 4 de febrero en México tuvimos la oportunidad de repasar lo estudiado durante el curso 2012-2013 de Fulvida México.

«La anatomía de la felicidad» fue el tema de estudio para los alumnos de BALANCE II y el resumen de este se muestra aquí.

Lo subo en forma de imágenes para que puedan imprimir las tarjetas y las porten, lo cual ayuda a tener en el bolsillo lo que se debe estudiar. Solo de click en la misma para verla en tamaño amplificado.

Queremos agradecer a:

Rabino Aaron Ribco

Rabino Yonatán D. Galed de la institución «Jut Shel Jésed» – «Hilo de Bondad» de Breslev en Israel.

Rabino Obed Avrej

Moré Yehuda Ribco Presidente de Fulvida Internacional.

Dov Zales y Brit Olam, de Noahide World Centre

Por su valiosa participación y por haber logrado hacer este un evento lleno de bendición y sabiduría. Esperemos que los años siguientes el evento sea nuevamente una luz en este mundo para la difusión de los siete principios universales.

Les dejo aquí un resumen sobre lo visto en el Simposio 2013. Espero les sea útil.

1A CAUSA DE LA FELICIDAD 2a CAUSA PARA LA FELICIDAD 3A CAUSA PARA LA FELICIDAD 4a causa para la felicidad 5a CAUSA PARA LA FELICIDAD 6a causa divida felicidad 7A CAUSA DE LA FELICIDAD

Ser Simple es Santo

Desde que recuerdo he buscado y trabajado por ser eficiente, es decir, alcanzar los resultados óptimos con el uso de la menor cantidad de recursos, lo que posibilita la eficacia con efectividad.
(Sugerencia: aprende las diferencias de estos tres conceptos, te brindé links respectivos como un auxiliar).

Limpiar la casa, escribir, viajar, cocinar, en el trabajo, donde sea, haciendo lo que fuera, me parece una buena filosofía de vida el intentar simplificar racionalmente.
Así se ahorra energía, recursos materiales, esfuerzo, trabajo, y bastante tiempo.
Por si fuera poco, al buscar la eficiencia por medio de la simplificación racional, también se evitan numerosos inconvenientes, errores, confusiones, malos entendidos; tal como enseñó el sabio: «En las muchas palabras no falta error; pero el que refrena sus labios es prudente.» (Mishlei/Proverbios 10:19).

Seamos claros, lejos está la simplicidad racional de la ramplonería, ordinariez, torpeza, tosquedad o desprolijidad. Más bien, ¡todo lo contario! Emerge un panorama bello y ordenado, claro y pulcro cuando los recursos son empleados de manera eficiente y racional.
De la misma manera, no debe confundirse con avaricia, parquedad, tacañería, sino deseo de lograr lo mejor al menor costo posible, sin por ello reducir el placer o la solidaridad pertinentes.
Tampoco con la «ley del mínimo esfuerzo» de los holgazanes y perezosos, pero sí como estilo de vivir sin luchar innecesariamente, sin esforzarse por controlar aquello que no se puede controlar, esto es, admitir lo que está pasando, lo que sentimos, lo que el otro hace, siente, piensa o dice y no enfrascarse en guerras y esfuerzos que no producen beneficios ni bienestar. Fluir con la corriente, cuando no podemos ni es favorable nadar contra ella; generar los cambios, o subirse a ellos, en vez de pelear contra lo que nos excede. Dialogar y hasta discutir con tal de encontrar la porción de verdad junto al otro, y no debatir para vencer, o tener la razón, ofender, superar o decir la última palabra. Recuerda las palabras del sabio: «El corazón alegre trae sanidad, pero un espíritu abatido seca los huesos.» (Mishlei / Proverbios 17:22).

Con esta simpleza racional también uno se afirma en el presente, que es el único tiempo y espacio del cual disponemos, sin por ello rechazar el pasado o malgastar el futuro. Por el contrario, el pasado se toma en su real dimensión y peso, sin sentimientos de culpas, sin esclavizar, sin mortificar, sin asfixiar; en tanto que el futuro también es asumido en su medida correspondiente, como un fantasma que aún no existe, por tanto no angustia, no amedrenta, no quita energía a nuestro vivir actual.
Vivir el presente, el aquí y ahora, con plenitud, disfrutando de lo permitido en tanto nos apartamos de lo prohibido. Fluyendo en lugar de luchar, dialogando en vez de vociferar, disfrutando sin remordimientos, agradeciendo al Eterno por cada oportunidad de construir shalom y sentido. Si desaprovechamos este tiempo, atormentados por el pasado que ya fue o atribulados por un futuro que es una sombra, entonces sin dudas tampoco estamos viviendo ahora, no estamos rescatando nuestra vida del sufrimiento, por tanto sumamos mayores dificultades para el mañana.
Aprender a usar los recursos de los que disponemos, sacar el jugo al momento, simplificar en vez de llenarnos de tribulaciones, es un camino sagrado, de bendición, de felicidad, de trascendencia.
Esto va en línea similar a como enseña el Rav Kook el pasaje: «Yo he confiado en ti, oh Eterno. He dicho: ‘Tú eres mi Elokim; en tus manos están mis tiempos.’ Líbrame de la mano de mis enemigos y de mis perseguidores.» (Tehilim / Salmos 31:15-16).

Así trato de vivir, de acuerdo a esta filosofía que está fundamentada también en antiguos modelos y tradiciones del judaísmo, que bien pueden ser compartidos y asumidos por toda persona que desea racionalizar su existencia para obtener mejores resultados de sus esfuerzos.
Me parece bueno que lo sepas, que lo evalúes, y si notas que esta ética te puede servir, úsala y compártela.
Es una buena práctica del criterio: «Serás íntegro para con el Eterno tu Elokim.» (Devarim / Deuteronomio 18:13). No complicarse con lo que es inútil, no agregar mandamientos, no llenarse de supersticiones, no rogar a santos, no adorar hombres, no hundirse en fetichismos, apartar al EGO para servir con sencillez, con integridad, con pureza de corazón, mente, palabra y acción al Eterno. Tal forma de vivir llena de regocijo, de plenitud, de bienestar al punto que incluso en los momentos amargos se resplandece con calma y serenidad.
En palabras mesiánicas y proféticas: «… habrá allí una calzada a la cual se llamará Camino de Santidad. No pasará por ella ningún impuro. Será para los que siguen el camino, y los simples no se desviarán. Allí no habrá leones; no subirán por ella fieras voraces, ni se encontrarán allí. Pero caminarán por allí los redimidos. Los rescatados del Eterno volverán y entrarán en Tzión [Sion] con cánticos. Y sobre sus cabezas habrá alegría perpetua. Alcanzarán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido.» (Ieshaiá / Isaías 35:8-10).
Está el camino del EGO, con sus complejidades y absurdidad, con falso poder repleto de impotencia; y esta el camino del AMOR, con su simpleza, con su entereza, con su poder que puede parecer mansedumbre. Está en el camino de la simpleza el gozo, la alegría, el consuelo, la confianza, la paz.

Tal modo de vivir (multidimensionalmente), lleva a escoger las respuestas más simples, teniendo en cuenta que a igualdad de condiciones, la solución más simple suele ser la acertada, según expresa la máxima de Ockham.

En la vida cotidiana podemos llevarlo a cabo, practicar, entrenarnos, actuar con simplicidad racional, con eficiente eficacia. Haciendo uso de los recursos que contamos, conociendo tanto nuestro poder como nuestras limitaciones, para de ese modo desplegar el máximo potencial con el menor costo. Quizás, a pesar de nuestra tarea simple y bella, no alcancemos la meta, entonces tampoco es tiempo de complicarse con lamentos y penurias, sino que recordar que solo podemos controlar aquello que realmente está en nuestro dominio. El paso que damos, el trayecto que podemos recorrer, pero no si completamos el camino. Y así somos juzgados por el Juez, quien toma en cuenta el acto pero también la intención. Si hemos tenido la intención pero no el poder para completar el acto, o si la acción no alcanzó la meta por cuestiones que nos exceden, igualmente somos merecedores del beneplácito divino.
Así pues, con confianza analiza tu situación, evalúa tu poder y tu flaqueza, resta autoridad al EGO (que poca y nada autoridad tiene) y lleva a cabo tu parte, con entereza, con convicción, con dedicación, con sentido, trasciende a través de tu entrega de AMOR.
Como expresa el famoso rezo de los Altos Días: «lebojen lebabot, beiom din» – «que evalúa corazones, en el día del juicio«, y articuló con claridad el profeta: «Yo, el Eterno, escudriño el corazón y examino la conciencia, para dar a cada hombre según su camino y según el fruto de sus obras.» (Irmiá / Jeremías 17:10). Las obras son lo que cuentan, pero también el camino.
Tenlo presente, para que el EGO no te invente excusas tales como: «si no vas a poder, ni siquiera lo intentes», o, «si lo haces, fracasarás, mejor quédate en donde estás»… así trabaja el EGO, en su manipulación que te bloquea para la acción y ni siquiera permite el esbozo de la intención.
Ponte a hacer tu parte, con razón, con sentimiento medido, con intención trascendente, movido por AMOR, entonces tus obras serán de bendición, sean exteriormente exitosas o no.
Recuerda: Dijo Rabi Ashi: «Quien pensó en cumplir con una Mitzvá y tuvo un percance por lo cual no pudo cumplirla, se considera como si la hubiera hecho.» (TB Berajot 6a).
Pero cuidado, el fin no justifica los medios, y si para llegar a una supuesta buena causa se daña al prójimo, entonces de poco y nada valen las intenciones, allí cuenta exclusivamente el acto (ver Rabbí Jaim Shmuelevitz,de la Ieshivá de Mir, en «Sijos Mussar», maamar 24).

Aprende la lección de la simpleza racional.
No te justifiques con los «no puedo», «no pude», «es más fuerte que yo», «qué dirán», «es imposible», «no sé», «nadie lo hace»,» todos lo hacen», «nunca lo hice», «así soy yo», «no tengo opción» y todo el resto de invenciones que provienen del EGO.
Conocer tu capacidad, poder y debilidad, admitir tus límites pero también el poder de superar los que pueden ser superados, darse cuenta de las trampas del EGO, todo ello te sirve para aflojar las resistencias, quebrar las cadenas y ponerte en la senda del vencedor.
David, el joven que luchó con mil problemas, entre ellos el gigante Goliat, con total convicción afirmó e hizo: «Entonces David dijo al filisteo: -Tú vienes contra mí con espada, lanza y jabalina. Pero yo voy contra ti en el nombre del Eterno de los Ejércitos, Elokim de los escuadrones de Israel, a quien tú has desafiado. El Eterno te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré. Te cortaré la cabeza y daré hoy los cadáveres del ejército filisteo a las aves del cielo y a los animales del campo. ¡Y toda la tierra sabrá que hay Elokim en Israel! También todos estos congregados sabrán que el Eterno no libra con espada ni con lanza. ¡Del Eterno es la batalla! ¡Y él os entregará en nuestra mano! Aconteció que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando al encuentro de David, éste se dio prisa y corrió al combate contra el filisteo.» (1 Shemuel / I Samuel 17:45-48).
Un muchacho lleno de simple AMOR, convencido en su creencia, firme en su pensamiento, fuerte en su sentimiento que no esperaba el milagro sentado y llorando en la oscuridad, sino que salió al encuentro del mal para vencerlo en su propio terreno. Con armas simples, materiales, cotidianas, y con las armas de la integridad, de la pureza, del espíritu iluminando las acciones.
El milagro de David venciendo a Goliat es como el resto de los milagros, dependen del Uno pero también de uno.

Dejemos de gastar energía en parecer, en aparentar, en llevar máscaras, en actuar el papel de lo que deberíamos ser, en esconder al Yo Auténtico detrás de decenas de Yoes Vividos.
Encontremos aquellas facetas del Yo Vivido que expresan al Yo Auténtico, entremos en estado de armonía con nosotros mismos, lo que nos dará armonía con el prójimo, paz, seguridad, felicidad.
No busquemos el aplauso afuera, el elogio, la aceptación, la mueca divertida, que nos afianza en nuestra miseria, sino que encontremos el camino para desarrollar una vida de plenitud y autenticidad.
Seamos simples, seamos nosotros en nuestra multidimensionalidad.

No luches, admite. No te enojes, fluye. No niegues tus emociones, comprende. No te ates al rencor, perdona y deja actuar a la justicia. No te compliques, simplifica. No te apresures a juzgar, respira con calma, canaliza tu energía hacia la construcción de shalom. Y cuando debas enfrentar al enemigo en los hechos, que tus acciones sean fruto de tu simpleza racional, de tu poder intenso que emana de tu esencia divina. Tal como David lanzó una piedra, solo una, y con ella hizo caer al gigante al cual ningún héroe y guerrero antes había siquiera rozado con sus armas espantosas. Una piedra que cargaba con un poder infinito, contra las astucias y falso poder del EGO.

No es fácil, pero, ¿quién te dijo que vivir lo es?
Recuerda que tu espíritu quiere hacer lo correcto, quiere siempre lo que es bueno y justo. Siempre. No hay ocasión en que tu espíritu vaya en contra del Plan Divino.
Es nuestro EGO, con las máscaras del Yo Vivido, con las cáscaras que vamos asumiendo, el que inventa excusas y hace volteretas para llamar santo a lo ajeno, y puro a lo desconectado de la vida.
Si sigues la senda del AMOR, la espiritual, estarás en el cauce que fluye, sin asperezas, sin dolor, sin sufrimiento, en la buena onda de la dicha celestial.

No hay que esforzarse para ser, ya eres.
Eres hijo de Dios, no por lo que crees, ni por lo que rezas, ni por lo que adoras, ni por tu raza o etnia, eres hijo de Dios por ser humano.
Tú eres una esencia espiritual y otras dimensiones temporales.
Permite la sagrada conexión, de tus dimensiones entre sí, de tu esencia con tu existencia, de tú con el prójimo, de todo con el Eterno.
No te limites, no restes de tu poder, no te rebajes, no vaciles más. No precisas abrumarte con supersticiones, ni seguir líderes, ni repetir lemas, ni formar parte de sectas, ni llenarte de severidad que no tiene sentido, ni negarte a lo que Dios te permite, ni seguir atrapado por el EGO con sus fantasías y manipulaciones.
Mejor haz lo que Dios quiere de ti.
Vive a pleno, disfruta de lo permitido, goza del aquí y ahora incluso aunque no sea de dicha material.
Respira, siente tu respirar, fluye con la vida.
Eres poderoso, eres luminoso, estás conectado a lo más santo.
Deja de penar en sombras, vive.
«Sólo vosotros, que permanecéis adheridos al Eterno vuestro Elokim, todo de vosotros está vivo hoy.» (Devarim / Deuteronomio 4:4)
Nos adherimos a Él no meramente por cuestiones externas, por formalismos, por apariencias, sino por encontrar la conexión, el lazo de santidad, a través de nuestras acciones meritorias.
Todo lo tuyo está vivo hoy, vívelo.

El cambio

El miedo al cambio, es otra manera de manifestarse el EGO.
Los cambios son inevitables, la vida es continuo fluir.
Estamos en cambio, eso es lo permanente.
Tan invariable que hasta parece que no hay cambio.

Pero existen ocasiones de cambios radicales, importantes, a veces involuntarios,  a veces inesperados. Momentos o épocas de crisis. Muerte de familiares, jubilación, casamiento, nacimiento de un hijo, despido, accidente, mudanza, divorcio, ser víctima de robo, emigración, etc.
Todo cambio sentido como trastorno implica estar en situación de falta o reducción de poder, sea real o imaginariamente.
Podemos ser de aquellos que nos dejamos arrollar por el cambio catastrófico, ser llevados por la impotencia y reaccionar con las herramientas del EGO.
O podemos ser de los que generan voluntariamente el cambio por sobre el cambio que truena a la distancia, gracias al poder que contamos en esa circunstancia. A veces este cambio afirmativo es aceptar la imposibilidad de accionar, de evitar el cambio que no podemos controlar, y subirse a él, surfearlo, para que el cambio inevitable y terrible sirva para mejorar aunque haya perdidas.

El cambio, es vida. Podemos hacer que sea de felicidad o de sufrimiento.

El consejo diario 390

Siga investigando, siga estudiando,  siga preguntando, siga dudando, siga admitiendo, siga avanzando, siga repasando, siga buscando al máximo lo que puede alcanzar de verdad.
Que no le impidan encontrarse con usted mismo, con su Yo Esencial; porque, a fuerza o engaño, le obligan a usar y aceptar las caretas que le imponen (y se pone) a las que se entrenó a llamar “yo”.
Estudie, busque, siga, adelante, rompiendo ilusiones, demoliendo expectativas, rechazando la ceguera de la fe, destruyendo el imperio de la ignorancia, que es otra forma de impotencia.
Recuerde: espiritualidad es vida, religión es muerte.

De la religión y la espiritualidad

"Una de las lecciones más tristes de la historia es ésta: si se está sometido a un engaño demasiado tiempo, se tiende a rechazar cualquier prueba de que es un engaño. Encontrar la verdad deja de interesarnos. El engaño nos ha engullido. Simplemente, es demasiado doloroso reconocer, incluso ante nosotros mismos, que hemos caído en el engaño. En cuanto se da poder a un charlatán sobre uno mismo, casi nunca se puede recuperar." – Fragmento de ‘El Mundo y Sus Demonios’ por Carl Sagan.

Es así como el EGO se perpetúa en su apariencia de poder.
Deja de interesarte la búsqueda de la verdad, para afiliarte fanáticamente a lo que tu crees.
Ya no existen más las preguntas, sino las afirmaciones, las repeticiones de lemas, las agresiones, las mentiras, las negaciones, el silencio de la opresión y del miedo.
Cuando se usan signos de interrogación, es para encubrir afirmaciones, para aseverar disimuladamente, para hacer de cuenta que se está buscando el conocimiento, para bloquear el camino a la iluminación, para agredir, para mantener vigente el encierro en la celdita mental del EGO.

El esclavo del EGO no pregunta, no critica, no cuestiona, no piensa.
Pero, repite, memoriza, declama, reclama, protesta contra sus “enemigos” en tanto aclama al EGO y sus representaciones.
Y sé que interroga inquisitivamente a quien supone un adversario, un hereje, un “libre pensador”, dispara supuestas preguntas, que son afiladas armas (aunque vistas desapasionadamente, no son más que cascotes toscos, brutales, insípidos como quien las origina y dispara). Se ponen en campaña despiadada para colgar a los que pueden traer un poco de luz a las vidas de los oprimidos, a los que con su forma de vivir y/o pensar pueden poner en peligro sus armaduras y murallas de falso poder. Allí sí que son activos, hábiles en lanzar sus dardos venenosos, en inventar cuando no tienen otro argumento, en gritar, en hacerse las víctimas, en cualquiera de los recursos que el EGO les capacita a ostentar.

Aparece el EGO y sus representaciones, que se exteriorizan en los símbolos del poder, en los charlatanes, en los mercaderes de la fe, en los líderes religiosos, en los patancitos bravucones que vociferan su “elección” y superioridad por sobre el resto.
Desde el primer creador de religión, que también fue –y no casualmente- el primer asesino de la historia, desde Caín, la cosa es idéntica. La religión ligada a la prepotencia, al orgullo, a la negación de la realidad, a las inquisiciones, a la severidad amarga, a la careta de alegría que esconde la angustia mortal, a la muerte en vida, al celo, a la envidia, a la masacre… siempre se repite, en cada generación.
Tal como el primer organizador de la religión formal, el rey cazador Nimrod, nacido en un pesebre de una supuesta virgen, muerto y renacido, crucificado para redimir a los que tuvieran fe en él, hijo del dios más poderoso, perseguidor de los que se le oponían, desde aquel antiguo momento hace mucho más de dos mil años atrás, la cosa vuelve una y otra vez por el mismo cauce. Cambian los nombres, varían las caras, las religiones toman más o menos rehenes, pero en la base es el mismo EGO, muy poco cambia de su esencia.
La religión como negación de la vida, como prisión, como escollo en el abrazo que Dios tiene a Sus hijos.

Con esto en mente podemos visualizar el gradiente que va desde lo espiritual a lo religioso.
Como ya hemos enseñado en varias ocasiones previas, espiritual es lo que conecta con el Eterno y con el prójimo, se consigue por medio de las acciones correctas (cumplimiento de los mandamientos pertinentes a cada uno).
En la otra punta, esta la religión, que es la externalización del EGO, en dioses, santos, pastores, líderes, ritos, lemas, miedos, sentimientos de culpa, esperanzas banales, amenazas, seducción, inmovilidad, adicción, búsqueda de un re-ligarse a esa deidad que se siente lejana, extraña, cambiante, mucha veces terrible y sádica.

Aquella persona que armoniza su Yo Vivido a su Yo Esencial, que logra reducir al máximo la influencia del EGO, que actúa con bondad, justicia y lealtad, está en el camino espiritual. Si logra concebir al Eterno, su relación será de amor reverencial, de entrega, de confianza, de gratitud, de servicio a Él, de amor al prójimo para cuidar y amar a aquellos que son Sus hijos, de fidelidad, de emociones positivas, desprovisto de manipulaciones o terrores ingratos. Reconoce el valor del arrepentimiento sincero, de la reparación, de asociarse con Dios para perfeccionar al mundo, es un constructor de shalom.

Aquel que ha logrado una relativa libertad, una rajadura en las cáscaras que rodean a su Yo Esencial, que de a ratos se encuentra sintonizado a su esencia espiritual, probablemente llevara una vida de ambivalencia con su dios. Sentirá apego al tiempo que rechazo. Amor al tiempo que terror y espanto. Sufrirá de sentimientos de culpa por errores o presuntos errores que no sabe (o no quiere saber) cómo reparar. Tendrá pesadillas vívidas con el infierno y a veces solaz con fantasías sobre paraísos. Así estará, en una relación de ambivalencia, como tironeado entre el abrazo sagrado con su Yo Esencial y el aferrarse enfermizo al EGO. Entre el amor y el odio a su dios.

Aquella persona que está sometida al EGO, es religiosa, fanática, enceguecida por la fe en lo absurdo, incapaz de preguntar, falto de respeto hacia la diversidad saludable, apelando a la violencia o el sometimiento, difundiendo mentiras y exigiendo cada vez mayor ritualismo, severidad, negación del placer. En su enfermedad es capaz de amar más la muerte que la vida, e incluso proclamar que en la matanza de “infieles” está el camino a su bizarro paraíso. También puede ser que ese paraíso del EGO que tanto anhela sea un sitio poblado de sus deseos más prohibidos, menos confesados. Porque el religioso, el esclavo del EGO, probablemente lleve apariencia de virtud ante el público, pero sea una aberración antagónica al shalom en su fuero íntimo o privado.
Son personas ansiosas, angustiadas, enfermas emocionalmente y con coletazos habitualmente en lo mental, que encuentran en la religión un marco estructurado para contener el desparrame emocional, o también encuentran en ella la maquinaria sanguinaria para someter, dominar, imponer, destruir, abusar, dejarse llevar por el EGO y afectar con ello al prójimo y al ecosistema.
Sobre esta gente el gran seudocientífico Boris Cyrulnik escribió: “Tenemos tanta necesidad de creer que quien nos haga vacilar se nos presentará como un agresor” (“De cuerpo y alma”).

Así es. La religión es la cuna de cruzadas, inquisiciones, talibanes, “guerras santas”, terroristas motivados por sus “libros santos”, matanzas, ateísmo militante, noajismo “guerrero”, y todas las otras manifestaciones del EGO arropado de “santidad”. Hay que acallar al Yo Esencial, hay que extirpar la autenticidad, hay que evitar que se desmorone el poder del EGO, a como dé lugar. Se inventan las peores torturas y estados dictatoriales, se difunden las más alocadas mentiras, se persigue a los que denuncian esta cuestión, porque se siente la imperiosa necesidad emocional de apretujarse en la cárcel del EGO.
Detrás de todo talibán, de todo guerrero santo, de todo misionero, de todo fanático, de todo salvaje instigador de su fe, se encuentra siempre un esclavo del EGO, un emisario del EGO.
Y por supuesto, no podemos dejar de mencionar a los otros religiosos, aquellos que se presentan con más simpatía, que hacen uso de su carisma, que se visten con elegancia, que son elocuentes, que son hábiles estafadores que venden cintitas contra malos de ojo, jabones sanadores, pócimas mágicas, libritos cabalisteros y otras baratijas supersticiosas vendidas a precio de oro, sanación de Jesús o cualquier otro falso dios/redentor, sectarismos, adulación fervorosa a “maestros” consagrados de cualquier denominación, falsas conversiones al judaísmo, supuesta espiritualidad que no es otra cosa que manipulación emocional y todas las otras mercaderías corruptas y deplorables, pero que sirven para engrosar los bolsillos de los líderes, o darles “poder”, que no deja de ser EGO… solo EGO y más EGO en envase de religión, más o menos fetichista, más o menos ritualista, más o menos marketinera, más o menos idolátrica, pero solo EGO.
Y sí, también recordemos que hay monoteístas e incluso creyentes en el Uno y Único, y hasta incluso bastante apegados a los mandamientos que les corresponden, pero que no dejan de ser “religiosos” (en el sentido que usamos nosotros la palabra), que comercian con Dios, que Lo quieren manipular con rezos o donativos, que exigen severidades desquiciadas, que niegan la posibilidad de la felicidad auténtica… bueno, de hecho niegan todo lo que sea auténtico, imponen su molde, y todo ello dentro del monoteísmo e incluso del cumplimiento de algunos de los mandamientos que les corresponden.
Y no, esta religiosidad corrupta (siempre lo es) de los que solo se aferran a su creencia en el Eterno no tiene nada que ver con ser “legalista”, según predican los pastores que son negadores del Eterno y sus mandamientos. El legalismo es parte de la espiritualidad, del camino correcto. La Ley, la Torá (la noájida y la judía), son patrones sanos y necesarios de enriquecimiento y virtud. El problema está en hacer de Dios un ídolo más y de pervertir Su Torá para transformarla del “manual de la buena vida” a un sumario de la manipulación y un cepo para individuos y colectivos.
Atiende: "Y el Eterno dijo a Moshé [Moisés]: ‘Así dirás a los Hijos de Israel: ‘Vosotros habéis visto que he hablado desde los cielos con vosotros. No os hagáis dioses de plata junto a Mí; tampoco os hagáis para vosotros dioses de oro." (Shemot / Éxodo 20:19-20). Según Rabi Akiva esto debe ser entendido en el sentido de no hacer de Dios un ídolo, de no comportarse con Él como se hace con los dioses falsos. Él es Otro, absolutamente otro. No asociarlo a poderes, no rebajarlo en Su poder. No representarlo, no hacer de Dios un ídolo más.
Conectarse a Él directamente, tal como ocurrió en la Revelación en Sinaí, sin dobleces, sin falsedades, sin fanatismos, sin religión.

En el otro extremo, el espíritu es la fuente de la comprensión, bondad, justicia, construcción de shalom, apego al Eterno (cuando se ha podido desbloquear el acceso a Él causado por los mandatos familiares o sociales).

En el medio, los que navegan en la ambivalencia.

Como puedes comprender, no todos los que tienen el conocimiento de estas cuestiones son libres y no vuelven a incurrir en errores y pecados.
Porque la inteligencia y el manejo de conceptos no es la llave para romper con el predominio del EGO, aunque es bastante útil.
Uno puede repetir con acierto frases e ideas liberadoras, pero ser esclavo.
Uno puede entender como funciona el imperio del EGO, y estar encerrado dentro de sus trampas.

Está en ti evaluar en dónde te encuentras, si en la religión o en la senda espiritual, o en un intermedio.
Si te hace feliz, realmente feliz, pleno, dichoso, en paz tu estado religioso, si eso no te impide conectarte contigo, con el prójimo, con Dios (el verdadero), bueno… no sé cómo le haces, pero sigue en esa existencia. Pero que sea auténtica, y no la santidad de apariencias, para llenar el ojo, para calmar a tus amos… que seas realmente una persona íntegra e integrada.

Si te encuentras en el vaivén, en esa ambivalencia con Dios, el Uno y Único, y no sales lesionado de esto, ni lesionas a nadie, ni fracturas tu conexión con el Padre Celestial, si gozas de shalom… no sé cómo le haces, pero sigue así. Pero que sea una existencia auténtica, no colmada de impotencia, de orgullo, de esperanzas huecas, de rencores silenciados.

Si estás frecuentemente andando por la senda espiritual, realmente estás en conexión, unificado, en armonía, avísame porque quisiera tu guía y consejo.

Como sea, espero que estés muy bien y puedas gozar de la plenitud de la bendición que espera por ti a cada instante.
Hasta luego y gracias por permitirme acompañarte en este texto.

Un regalo para ser feliz

Estás a pocos renglones de recibir un gran regalo de mi parte, que espero te sirva para mejorar todas las dimensiones de tu existencia.

Cuando enriqueces –realmente- tu vida, cuando gozas la plenitud, cuando disfrutas del bienestar, comienzas a “vibrar” en una cadencia de armonía muy diferente a la existencia marcada por la esclavitud al EGO.

La cadencia del EGO es pesada, tóxica, perturbadora, estridente hasta el dolor o plagada de silencios represivos, confusa, caótica, enfermiza, limitante hasta la angustia, falsamente liberadora hasta el punto de la falta de límites saludables (que conlleva agresiones, crímenes, delitos, faltas, adicciones, etc.).
Es como un ritmo de marcha militar, rígido, inflexible, severo, en donde cada detalle debe estar inspeccionado y compilado; es como un canto religioso medieval, monocorde, monotemático, extraño a lo bello del mundo, oscuro, frío, tedioso, carente de vitalidad; es como un jolgorio sin gracia, una feria de rarezas sin alegría, risotadas que esconden tristeza, el caos de la impotencia.
Es como esto:

(Recomiendo ver el video que se abre haciendo clic aquí, brinda una secuencia de audio e imagen que es brillante en su dura poesía).

Lo queramos o no, lo sepamos o no, generalmente marchamos según ese ritmo terrible, de miedo, dolor, sentimiento de culpa, enojo, ira, gritos, llantos, golpes, manipulación, creernos impotentes o todopoderosos, perdernos en ilusiones o mentiras. Es la marcha del EGO.

Pero es posible dar pasos alternativos, edificantes, liberadores, refrescantes, gozosos, plenos, con sentido, vitales, eternos.
Está a nuestro alcance danzar, movernos, avanzar de acuerdo a una cadencia diferente.
Uno que armonice nuestros diferentes planos, que nos unifique internamente y con el otro.
Este vibrar armonioso, este cambio interno que retumba y se refleja en lo externo, se puede convertir fácilmente en un generador de una nueva sincronía, que no sea más la del EGO (individual y que se amplifica en lo colectivo), sino la sincronía del AMOR.
Somos nosotros los iniciadores indirectos de un movimiento de sincronización positiva, que es una manera excelente de difundir la construcción del shalom.

En otras ocasiones te he provisto de herramientas y saludables consejos para evaporar el falso poder del EGO sobre ti, que no repetiré ahora, pues hoy tengo un regalo más para sumar a los ya dados gratuitamente.

Este regalo se llama: la risa.

Reír.
Que no es lo mismo que burlarse, ni reírse de cosas desagradables o contrarias a los mandamientos, ni ser sádico ignorando el tiempo del sufrimiento real, ni actuar como tonto (aunque el rabí Najman de Breslov alguna vez aconsejó comportarse tontamente, justamente para encontrar el poder sanador de la risa), ni dejar de ser responsable y comprometido.
Reír, es reír.

Aunque al principio uno lo haga forzadamente, por compromiso, bien pronto se sueltan las restricciones sociales, las prohibiciones familiares, las vergüenzas y sentimientos de falta de adecuación todas ellas probablemente pautadas por el EGO, y surge la risa espontánea, fresca, sincera, sin otro motivo más que el reír.
Se aflojan los músculos, se oxigena el organismo, se llenan los pulmones, la sangre llega con más riqueza nutricia a cada rincón del cuerpo. Se expulsan sustancias tóxicas acumuladas, se relaja la postura, se siente bien.

La risa provee de beneficios multidimensionales, desde la liberación de endorfinas (hormonas del placer y bienestar), reducción de epinefrina y cortisol (hormonas que se vinculan al malestar y estrés), mejorar el sistema cardiovascular y el respiratorio, fortalecimiento del sistema inmune, crear/reforzar lazos afectivos, oxigenar la sangre y mejorar el rendimiento global del organismo, sensibilizar a la presencia del otro, entre varios efectos positivos más.

Pero además, le restamos a su poder (aparente) al EGO, lo que nos da mayor sensación de potencia, vitaliza nuestra auto percepción.
El tema puede ser extenso y esta vez no quiero serlo, por lo que te daré un brevísimo ejemplo para facilitar la comprensión.

Vas a salir a andar en bicicleta con tu hijo el domingo. Ya se vistieron ambos, planificaron el recorrido, comprobaron que el clima era propicio, desayunaron apropiadamente, anunciaron a los otros miembros de la familia que los “hombres” de la casa se irían solos de excursión matinal. Todo listo. Pero, no, todo no estaba listo. Sacaste tu bici a la calle, sacaste la de tu pequeño hijo, luego, y como fueron precavidos y llevaste el inflador, te pones a dar aire a las llantas… es que hace tanto que no usan las bicis.
Las dos del nene se llenan pronto. La tuya delantera tarda un poco más, es un rodado grande, pero lo consigues. Pero la trasera no quiere inflarse, bombeas y bombeas, estás sudando litros, te cansaste ya antes del paseo, y la rueda sigue fláccida. Pruebas ponerte así, de la otra forma, tomar la boquilla de este lado, te agachas, te incorporas, te enojas, pateas el piso, pateas la bici, te doblas el dedito del pie, insultas, tu hijo se ríe, te enojas con él, pateas con el otro pie y te lastimas el otro dedito, tu hijo se ríe pero se reprime para que no le grites, pero tú viste sus ojitos tentados a la risa y le dices cualquier barbaridad, tu boca es lo contrario a una fuente de aguas puras, el corazón late agitado, te duele el pecho, también los dos deditos, tomas la bici entre tus manos y la lanzas contra el piso, con fuerza, con odio, con bravuconería, en tanto insultas y jadeas, la bici se hace pedazos, uno de ellos te atraviesa el ojo, otro corta el brazo de tu hijo, sangras mucho, el niño también, tu esposa viene a auxiliarte pero resbala con unos de los perdigones que se escapó del eje del pedal, se cae y fractura la cadera, tu hija al ver el espectáculo horrendo queda traumatizada emocionalmente de por vida, tu hijo pierde el brazo y la confianza en ti y en él mismo, tu esposa se divorcia, el perro se suicida, tomas para olvidar, como ahora eres tuerto y tu trabajo requería visión de ambos ojos pierdes también el trabajo, entonces robas para conseguir dinero para tu vicio… todo por… ¿todo por?

Mira un pequeño cambio, que hará un enorme cambio.
La llanta trasera no se infla, te das cuenta de que está probablemente pinchada, tú no tienes idea de cómo se arregla, y si la tienes te sientes incompetente para ello, sonríes, te tomas la cabeza en un gesto simpático y le dices a tu hijo: “Campeón, una fuga de aire de medio milímetro es más fuerte que tu papá… jajaja… ¿vamos a invitar a las chicas a tomar un helado? Jajaja… mira que me creía súper fuerte después de las dos tazas de cereales que me desayuné, pero un poquito de airecito tiene más fuerza… jajajaja… Veo en la semana de pasar por la bicicletería, ¿ok? Y de paso, me fijo en internet un curso para reparar pinchazos… jajaja… y si no hay, abrimos uno y nos hacemos ricos con los padres ciclistas de fin de semana… jajaja”.

Pequeña diferencia…
Allí estaba una impotencia, real o sentida, que pudo manejarse desde el humor, desde la honestidad, desde el AMOR, desde otro lugar que no es el EGO.
Y estuvo la risa, sí también ella sirvió para doblegar al EGO.

Por supuesto que este ejemplo es solo eso, y las aplicaciones y metodologías con respecto a la risa son mucho más amplias.

Ahora, tú, recuerda reír.

" [Salmo de acción de gracias] ¡Cantad alegres al Eterno, habitantes de toda la tierra!
Servid al Eterno con alegría; venid ante Él con regocijo.
Reconoced que el Eterno es Elokim; él nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos. Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.
Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. Dadle gracias; bendecid su nombre,
porque el Eterno es bueno. Para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones."
(Tehilim / Salmos 100:1-5)

EGO colectivo y Era Mesiánica

En su origen, el EGO es una instancia absolutamente individual, pues es la denominación que le damos a una función instintiva de supervivencia que se aloja en la zona “reptiliana” de nuestro cerebro.
Dada su localización y su función, podemos afirmar que no existe un EGO colectivo, una entidad metafísica, satánica, angélica, descarnada que haga las veces del EGO de la masa.
Y sin embargo, vislumbramos que existe (algo así como) un EGO social, o común. Masificado por resonancia.
¿Cómo es posible?

Al ser el EGO primariamente instintivo, que no depende de transmisión cultural, ni de aprendizajes, ni de improntas, sino de la propia naturaleza humana (y probablemente de otras especies), lo encontramos en todos y cada uno de los seres humanos. Su funcionamiento es en todos similar, su presencia es constante, sus formas de manifestarse se replican en cada miembro de la especie.
El EGO primario resuena socialmente, puesto que es el primer “lenguaje” de cada individuo en su lucha por la supervivencia, en su llamado de atención para ser nutrido y cuidado, en su ciega búsqueda por la satisfacción y/o desaparición del sentimiento de angustia por la falta.
El EGO siempre está asociado al sentimiento de impotencia, al miedo, al deseo. Con estos sentires (disparados por percepciones reales o imaginarias) se maneja, es a partir de ellos y por su intermedio que se expresa dentro del individuo, y más tarde se proyecta en el afuera. Sea como figura aterradora y de sometimiento, sea como figura salvadora a la cual también someterse, o sea una mezcla confusa de ambas. Como sea, el EGO deja a la persona en un estado de indefensión, subyugada, impotente.

Las manifestaciones del EGO se complejizan de acuerdo a lo que el sujeto va adquiriendo a través de la relación con otros individuos y el medio.
Entonces, las herramientas originales del EGO se mantienen, pero se ramifican, van tomando cualidades que son propias de cada uno, porque ya no dependen exclusivamente de su carga genética, sino también de lo que ha ido incorporando en las sucesivas interrelaciones, más las modificaciones personales, voluntarias o no.

Entonces, el EGO se podrá encontrar detrás de (¿todos?) los acontecimientos e instituciones sociales.
No la suma de cada EGO individual, sino la sombra del EGO de la especie.
Habrá llanto, grito, pataleo y/o desconexión de la realidad (como raíces, de los cuales sabemos se despliegan conductas y actitudes como ramajes).
Habrá negación de la multidimensionalidad humana, o retaceo de la misma; a cambio se propondrán lemas, dogmas, doctrinas inflexibles, memorización de versos, adicción, afiliación partidaria, fe ciega…más y más desconexión de la realidad (que es el Yo Esencial, éste sí metafísico, universal, impalpable pero muy concreto, unificador, en cierto modo colectivo); más y más violencia física y no-física; más y más engendro de sentimientos de culpa, victimización.
Máscaras, apariencia y poca autenticidad.

Desde este enfoque, comprendemos el poder militar, religioso, político, económico, académico, magufo, de los medios masivos de des-información, de los dioses, de los demonios, de los patrones, de los amos, de… ¿algo queda por fuera?
No veo la necesidad en este momento de detallar más ni de ejemplificar, por el contrario, espero que tú, querido socio lector, te impliques en la tarea de construir el conocimiento y brindes tú aquí mismo, como comentario, las explicaciones y ejemplos que te parezcan ayuden a otros a comprender la idea y convertirla en conocimiento útil para la construcción de shalom. ¿Me acompañas a eso? Claro que sí, por lo que te agradezco.

Ahora, un último y necesario aspecto.
Aburrir con la temática del EGO resulta imprescindible, puesto que hasta que no lo tengamos bien en claro, hasta que no hagamos lo necesario para manejarnos desde el AMOR y no desde el EGO, será difícil desarrollar todo nuestro potencial para el placer, para el bienestar, para la solidaridad, para la construcción de Shalom.
No es una temática accesoria, ni repetida por no tener nada mejor que comentar, ni apartada de lo esencial en lo espiritual; sino todo lo contrario.
Es la piedra fundamental para la edificación de una personalidad saludable y plena, de una sociedad de bienestar y bendición.
El encarrilar al EGO es tarea introductorio para la Era Mesiánica.

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Como mérito para mi maestro y padre, Pesaj ben Yehuda Arie, z»l