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El consejo diario 385

Si tu gritas, insultas, faltas el respeto, te burlas, engañas, te victimizas, ofendes
cuando debates con alguno,
no estás demostrando que tienes la razón,
ni asentando algún dato interesante para favorecer tu punto,
sino simplemente dejas ver que tu EGO te esclaviza muy bien.

En vez de emplear las herramientas del EGO,
gritar, llorar, insultar y desconectar de la realidad, más todos sus derivados,
procura fortalecer tu autoestima,
conectarte con tu Yo Auténtico,
usar la Comunicación Auténtica,
establecer un marco de intercambio favorable,
acercarte a la verdad,
porque así, finalmente tengas la razón o no,
habrás ganado.

De la retribución Divina

1- No sabemos quién es bueno y quien no lo es.

2- No sabemos quién es justo y quien no lo es.

3- No sabemos el grado de mezcla entre luz y sombras de cada persona.

4- Podemos suponer que tal persona es tanto de buena o no, o de justa o no, pero solo podemos suponer, nunca saber.

5- Tampoco de nosotros mismos.

6- Las cosas suceden, a los que suponemos buenos como a los que suponemos que no lo son.

7- Cosas que nos parecen malas y cosas que nos parecen buenas, de ambas suceden.

8- Lo que suponemos bueno no necesariamente le pasa siempre al que suponemos bueno.

9- Lo que suponemos malo muchas veces parece que le pasa al que suponemos bueno.

10- La “retribución” Divina no se valora de acuerdo al grado de bien que nosotros suponemos le corresponde al que suponemos bueno.

11- Es imposible para nosotros comprender el mecanismo de la retribución Divina.

12- Por consiguiente, lo mejor que nos queda es hacer lo que es bueno y lo que es justo, no de acuerdo a nuestra suposición, sino de acuerdo a lo que el Eterno ha consignado como tales.

13- Seguramente que no actuaremos siempre de acuerdo a lo que es bueno, tampoco a lo que es justo. Esto es parte de la naturaleza humana. Igualmente nuestro compromiso debe ser con lo bueno y justo.

14- Que nuestras acciones buenas y justas sean sin esperar ninguna retribución, absolutamente ninguna.

15- No esperar nada a cambio de lo que hemos hecho como bien y justicia, ni en el próximo mundo, ni en este mundo.

16- Si hacemos esperando algo a cambio, lo que obtendremos finalmente será amargura y decepción.

17- Cuando la acción es generosa en sí misma, sin espera de retribución, es cuando se alcanza la mayor grandeza y beneficio reales.

18- Ejemplo. El Job del capítulo primero hacía lo que hacía esperando obtener el favor del Eterno. No lo obtuvo.
El Job del capítulo 42 dejó de esperar recibir dones a cambio de sus actos “buenos” y/o “justos”, simplemente hacía el bien al prójimo, era también justo en sus apreciaciones; fue allí cuando finalmente estuvo lleno de todo bien. Mientras pactaba negocitos con Dios, con el destino, era víctima de su EGO, se perjudicaba aunque se creyera santo y de renombre. Pero cuando el AMOR ocupó el lugar que le correspondía, entonces ya dejó de pretender pactos con Dios, ya no buscó más manipular la realidad según su antojo, estaba a merced de lo que sucediera, y le sucedió lo bueno.

19- Pretender ejercer el control “metafísico” de la realidad a través de actos de supuesta bondad y justicia, es una estrategia del EGO.

20- Controlar lo que está al alcance y dejar fluir el resto, es abrir la puerta al bienestar.

Toledot 5773–La clave de la bendición y gozo

En el capítulo 27 de Bereshit/Génesis encontramos el suceso en el cual Iaacov se disfraza de Esav para ser bendecido por su anciano padre.
Algunos célebres comentaristas (y modestamente nosotros en otras ocasiones) han brindado explicaciones apologéticas, para mitigar o hacer desaparecer el engaño en la conducta de Iaacov en aquella ocasión.
Sin embargo, desde el mismo texto, desde el midrash, así como en el comentario de otros renombrados estudiosos se manifiesta la acusación de que aquí no se actuó de la mejor manera posible. Se pueden brindar excusas, justificar, encontrar motivos que parecen válidos, pero nos quedamos con las palabras del midrash (en boca de la matriarca Lea cuando reprende a su marido):

“אכן צדקת רמאית בת רמאי אני, אך אתה יעקב היית לנו למורה ומדריך ברמאות שלך,כשרימית את אביך, וכשגנבת את הבכורה מאחיך עשו.”

“Tienes razón, soy una engañadora hija de engañador, pero tú Iaacov eres un maestro y un guía con tus engaños, como cuando engañaste a tu padre y cuando tomaste la primogenitura de tu hermano Esav”.
(Tanjuma, Vaietze 11)

No quiero tratar este tema directamente, ni dilucidar si el patriarca estafó a su hermano, engaño a su padre, se manejó de manera vil. No es el tema que quiero tratar en este artículo.
Más bien pretende que veamos cómo opera el EGO, algunos de sus mecanismos y tal vez aprender a ser un poco más libres, menos esclavizados a sus artimañas.
Espero que sea una redacción breve y concisa, pero preciso que tengas a mano el texto del capítulo 27, aunque realmente iremos de adelante para atrás por la parashá Toledot.

Esav es el cazador, el hombre rudo, el incivilizado, el indomable, aquel que sigue sus propias reglas, el que es capaz de vender conscientemente su derecho a la primogenitura a cambio de un plato de comida porque “muere de hambre” en ese momento. Esav es la representación del Yo Vivido, que se conforma de las innumerables máscaras que vamos adquiriendo a lo largo de la vida, a las que asumimos como nuestra identidad, pero que generalmente están para tapar nuestra verdadera identidad, nos alejan de nuestro Yo Auténtico. Nuestros padres nos ponen máscaras, nuestros maestros, los amigos, los familiares, los colegas, los hijos, la gente en la calle, nosotros mismos tejemos muchas de ellas. Creemos ser tal o cual máscara, o conjunto de ellas, porque no estamos conectados a nuestro Yo Auténtico, al que mantenemos alejado, apartado de la conciencia, encerrado.
Ese Yo Auténtico es representado por Iaacov, que es descrito en el texto de la Torá como un hombre simple, sencillo, íntegro, que se asienta en las tiendas (la casa). Iaacov que es un hombre interior, reflexivo, compasivo, razonante, que evalúa las situaciones y no se deja llevar por la pasión o la necesidad de los impulsos. Es el verdadero ser, la chispa de divinidad que resplandece dentro de cada uno.
Nacen juntos, aunque vemos primero a Esav, porque es externo, es visible, es al que le ponemos nombres, al que vamos modelando para que sea según nuestro parecer. A diferencia de Iaacov, que no se lo ve, que no se lo siente, que es imposible de ser manipulado, que está ahí detrás, activo pero en silencio.
El plano emocional parece llevarse mejor con Esav, no es que Esav le beneficie, solamente parece hacerlo. Esav sabe cómo engañar, cómo hacerse pasar por lo que no es, disfrazarse en todo momento, parecer un santo sin serlo. Esa es la finalidad del Yo Vivido, hacer pasar la vida en un engaño, armar un tinglado y representar una obra en él. El plano emocional queda prendido de las trampas desarrolladas por Esav. Apariencias es un buen resumen de Esav.

No suele ganarle Esav al intelecto frío y calculador, quien reconoce las trampas y prefiere decantarse por lo seguro, lo tranquilo, lo auténtico.
Lástima que en la vida cotidiana no dirige el intelecto, sino que está adormecido, a media máquina, más ocupado en cuestiones pasajeras y banales que en encontrar la armonía existencial, en procurar una construcción de shalom.
Por ello, Esav termina siendo el jefe, cuando solamente debiera ser un utensilio más para Iaacov.
Termina liderando Esav, porque Iaacov no encuentra el patrocinio del intelecto ni la fuerza del plano emocional.

Encontramos en el relato que estamos trabajando un cambio a lo que es tan corriente.
De repente Iaacov toma el rol de Esav, engaña, se disfraza, miente, se hace pasar por quien no es.
¿Cómo puede ser esto?
¿El Yo Auténtico actuando como Yo Vivido?
¿Qué ha pasado?
¿Qué es esta corrupción?

Tal parece que se nos quiere enseñar un método para avanzar en nuestro proceso de armonización, de maduración, de aprendizaje para la felicidad.
Es necesario que encontremos cual de los rostros dibujados por el Yo Vivido pueden calzar a la perfección para representar a nuestro Yo Auténtico. Establecer un canal de comunicación entre ambos. Para que de ese modo se consiga el concurso del plano emocional, a través de un trabajo del intelecto, para liberar a la persona del yugo del EGO.

Fue necesario satisfacer con placer legítimo al plano emocional, brindarle deleites permitidos, que gozara de lo que es aceptable.
Siempre el gozo de lo permitido, sin apartarse hacia lo negativo.
Porque las cosas placenteras son buenas, disfrutar de ellas es parte de nuestra misión en la vida, es un tesoro de experiencias que llevaremos eternamente en nuestra memoria espiritual.
Pero sin dejarse caer en lo que es malo, lo que excede el límite consentido.

Darle al plano emocional lo que precisa para colmar sus apetitos, es parte del método para armonizar el Yo Auténtico con el Yo Vivido.
A diferencia de los que pregonan ayunos, castigos, severas represiones, negación del deleite, nosotros estamos descubriendo el valor profundo del disfrute permitido.
Que no falte el placer, de todo aquello que se puede disfrutar. Tal como enseñaban los primeros maestros jasídicos, entre otros, que el cuerpo reciba su gozo, que las emociones también, porque ello en vez de aprisionar en verdad permite liberar chispas de Luz, contribuye a la liberación y armonización del hombre y la sociedad.
Recuerda, todo con la moderación y santidad apropiados.

Ese es el rostro que debe tomar el Yo Auténtico en armonía con alguno de los antifaces del Yo Vivido.
Uno que dibuje satisfacción profunda, sincera, donde el placer es el idioma, donde el gusto es experimentado sin culpa ni remordimiento, sino con intensidad.

Allí brota espontáneamente la bendición, aunque antes se temiera lo contrario.
Es cuando el hombre se permite ser él mismo, en gozo, en armonía, en paz consigo mismo, cuando resplandece su Luz interna y alumbra rincones hasta entonces dormidos.

Resulta entonces que lo que parecía un engaño de Iaacov, termina no siéndolo. Sino que es Iaacov encontrando aquello que le corresponde dentro de lo que le usurpó Esav.
Hasta ahora parecía que Iaacov debía vivir escondido, en penurias, alimentándose con migajas y de luto; pero encuentra que su lugar no es ese, sino que es también uno que repercute en la vida diaria, en las cuestiones habituales, en los momentos compartidos con otros, en cada ocasión. A través del disfrute sincero, de la alegría auténtica, de ser él mismo y de llevar a toda su multidimensionalidad a planos de armonía que emiten y reciben bendición.

Te pido que este texto lo leas y releas varías veces. Me parece que es sencillo, pero puede resultar complejo si no le brindas la atención y comprensión que se merece.
Si encuentras el camino para aumentar tu autoestima, tu felicidad, tu compromiso hacia lo que es bueno y justo, entonces has comprendido  y hecho carne su mensaje.

Gracias por compartir conmigo tus comentarios y opiniones constructivas.

(Escrito para mérito espiritual del papá del querido amigo Edgar Torres, fallecido recientemente; y para bendición y larga vida llena de Luz de su señora madre, de él y su familia).

Coherentes en verdad

Cuando algo es verdadero tiene coherencia.
Sus partes encajan unas con otras, no hay nada que rasgue la armonía. La comunicación fluye, porque hay conexión. Cada elemento, incluso los que son opuestos, sirven para construirse en relación a los otros y al sistema en su conjunto.
Eso es lo que consigue la verdad, un estado de Shalom, de paz, de integridad, de completitud.

Precisamente para establecer conexiones firmes y a multinivel es que el Creador estableció los preceptos.
En el idioma hebreo precepto se dice “mitzvá”, cuya raíz lingüística puede asociarse a “tzavta”, que es agruparse, unirse, atarse, amigarse, conectarse firmemente.
Así leemos:

"וְזֶה לְשׁוֹן מִצְוָה שֶׁהוּא לְשׁוֹן הִתְחַבְּרוּת, מִלְּשׁוֹן צַוְתָא וְחִבּוּר, כִּי עַל – יְדֵי כָּל מִצְוָה וּמִצְוָה מִמִּצְוֹת הַתּוֹרָה מְצַוְּתִין וּמְקַשְּׁרִין וּמְחַבְּרִין…שֶׁעַל – יְדֵי זֶה מְקֻשָּׁרִין בּוֹ יִתְבָּרַךְ"

(ליקוטי הלכות, הלכות נט"י, רות ד).

Cuando uno se guía por ellos encuentra que es más sencillo estar conectado con uno mismo, con el prójimo, con el ajeno, con el mundo y por supuesto que con Dios.
Recordemos que es muy difícil encontrar la real conexión con el afuera, si uno primero no ha establecido el puente que une al Yo Auténtico con las facetas rescatables del Yo Vivido. Por lo cual, aprender y aplicar técnicas de armonización interna resultan imprescindibles para lograr crecer en todos los niveles de la existencia.

Pero, cuando la mentira, el engaño, la ignorancia, la falta de sinceridad, la incomunicación, la oscuridad van ganando terreno, entonces la conexión se daña, las relaciones tambalean, la infidelidad, la falta de misericordia, la injusticia, el mal se expande. Es el EGO que actúa para mantener a la persona sujetada y en impotencia (real o sentida).

Es preciso rescatar la verdad, hacerla carne en nuestra existencia.
Que los mensajes que demos sean coherentes, tal como tratamos de hacer en este hogar. (Es por ello que nuestros artículos por lo general no se contradicen, no vamos tomando ideas alocadas para conseguir fans ni decimos lo que la gente quiere oír para ganar dinero. Sino que andamos a la Luz de lo que consideramos y sopesamos como la verdad).
Que no vayamos poniendo parches para tapar errores o malicias. Que no vayamos inventando excusas y haciendo malabarismos mentales según la ocasión o el público.
Sino que el interior concuerde con el exterior.
Que la palabra sea como la acción.
Que el pensamiento se revista en el cuerpo.
Que digamos a través de la Comunicación Auténtica aquello que hemos encontrado como verdadero, porque es coherente, porque no necesita de excusas, porque no hay necesidad de engañar para cubrir falencias o errores, porque no depende de la ceguera de la fe sino que depende en sí misma.

Por supuesto que tenemos permiso para equivocarnos, y hasta podemos ser ignorantes, porque es obvio que no sabemos todo (de hecho, sabemos poco) y como personas estamos expuestos al error.
La Verdad última pertenece a Dios, o según la Tradición ES la firma personal de Dios.
Por lo cual, es una realidad inalcanzable, pero no por ello ajena a nuestra actitud cotidiana.
Lo importante es ser coherentes, vivir en armonía y no ejerciendo a través de las herramientas del EGO.

Con gran sabiduría enseña el predicador:

"si el hombre vive muchos años, que se alegre en todos ellos; pero que recuerde los días de oscuridad, que serán muchos… y que todo lo que vendrá es pasajero.
Alégrate, joven, en tu adolescencia, y tenga placer tu corazón en los días de tu juventud. Anda según los caminos de tu corazón y según la vista de tus ojos, pero ten presente que por todas estas cosas Elokim te traerá a juicio.
Quita, pues, de tu corazón la ira, y aleja de tu cuerpo el mal; porque la adolescencia y la juventud son pasajeras."
(Kohelet / Predicador 11:8-10)

Todo es pasajero, por ello quedarse aferrado a lo que no se puede cambiar o controlar, es pretender petrificar lo que pasa.
La angustia existe cuando se quiere controlar lo que no se puede controlar.
El tiempo pasa, nosotros pasamos en el tiempo. Cada tiempo tiene sus cosas apropiadas, falsificar alguna de ellas lleva a vivir una vida de engaño, falta de conexión, incoherente.
Negar el disfrute permitido, es negar la verdad.
Amenazar con castigos al que disfruta de lo permitido, es corromper la verdad.

Entonces, el buen consejo que recibimos es apartar la mano del EGO de delante de nuestra visión para que podamos apreciar la belleza que nos rodea, para que disfrutemos sin dramas de lo que tenemos permitido. Alejemos el mal de nuestra vida, apartándonos de lo prohibido, dejando de lado las actitudes mentirosas pero que creemos como santas.
Disfrutemos el momento, sin caer en cuestiones negativas, sin excesos, sin llevarnos a extremos dolorosos.

Seamos coherentes.

El pecado de Sodoma y Gomorra

El pecado principal de Sodoma y Gomorra no fue la actividad sexual ilícita, de hecho, no consta que haya sido lo prioritario o típicamente corriente en la conducta de sus habitantes.
Si bien los intérpretes cristianos de las escrituras judías suelen incurrir en este error, no por ello debemos asumir que sea cierto. Más bien, tomemos los comentarios cristianos (incluidos por supuesto los falsos judíos mesiánicos, netzaritas y todos los otros cristianos similares) como lo que son: opiniones de personas completamente ajenas a la Torá, carentes de Tradición o espíritu de sabiduría correcto, desconectados del mensaje de la Torá, incapaces de sobresalir en explicar la Torá o sus ideas y fundamentos. De hecho, ellos ni siquiera son sus depositarios o legales poseedores, solamente extranjeros advenedizos que se apropiaron de lo que no les es propio y asumieron roles e identidades perjudiciales para ellos y para quienes les siguen en sus derroteros. Pueden opinar, pero su opinión en lo histórico o espiritual vale tanto como sus derechos al respecto… (a buen entendedor).

Los habitantes de Sodoma y Gomorra tampoco eran especialmente peculiares en su idolatría, ni más ni menos que el resto del común de las personas de su tiempo y lugar.
Así pues, por ello no fueron devastados ni aniquilados por el furor divino. De haber sido el motivo, el mundo hubiera sido evaporado a cada instante desde hace milenios hasta ahora.

Entonces, ¿qué fue lo terrible que aconteció allí?

Veamos una pista muy clara que nos brinda el profeta Iejezquel:

"He aquí, ésta fue la iniquidad de tu hermana Sodoma: Orgullo, abundancia de pan y despreocupada tranquilidad tuvieron ella y sus hijas.
Pero ella no dio la mano al pobre y al necesitado.
Ellas se enaltecieron e hicieron abominación delante de mí; de modo que cuando las vi, las eliminé."
(Iejezkel / Ezequiel 16:49-50)

Abundancia material acompañada por cero de solidaridad.
Orgullo regado con falta de misericordia.
Egoísmo en vez de altruismo.
Todo lo bueno y grandes oportunidades para hacer el bien, pero regocijarse en el sufrimiento ajeno, en la falta del otro, en la necesidad no colmada del pobre.
Sí, vemos que la gran malicia de Sodoma y sus compañeras está más ligada a la típica conducta EGO, contraria al AMOR, que a cuestiones referentes a preferencias o actividades sexuales.

Fueron “abominables” por enorgullecerse, por creerse más de lo que eran, por faltarles autoestima y presumir de lo que no eran, por dejarse llevar por el EGO que les infló la imagen de sí mismos. Eran violentos, prepotentes, maliciosos, faltos de consideración, apegados a lo material.
Eran esclavos del EGO, modelos de aquello que debemos evitar.

Eran la contrapartida al primero de los patriarca judíos, pues Abraham es el modelo de la bondad, de la entrega desinteresada, del servicio al prójimo, de la dedicación a la propagación del bien, del mensaje puro y eterno del noajismo. Del otro lado estaban sus vecinos, los residentes de las ciudades avivadas por el EGO, por la religión, por el materialismo impúdico y carente de espiritualidad.

Los describe con elocuencia Josefo:

“Los somoditas, extremadamente orgullosos de su número y el alcance de su riqueza, se mostraron insolentes a los hombres e impíos a la Divinidad, al grado de que olvidaron los beneficios que habían recibido de Él, odiaban a los extranjeros y se negó toda relación con los demás. Indignado por esta conducta, en consecuencia Dios decidió castigarlos por su arrogancia…”
(Antigüedades I, 194-5)

Xenofobia, malicia, violencia, negación de la realidad, falta de agradecimiento, inmisericordia, desapego… EGO.

Y el Talmud, en el tratado de Sanhedrin (109a) los retrata en su completa avaricia, violencia, engaños para obtener beneficios materiales, falsa caridad, rudeza en el trato con los pobres y extranjeros.
Sí, un retrato muy lamentable de la bajeza del ser humano cuando es esclavo del EGO, que llora, se queja, agrede y se desconecta de la realidad. Manipula para hacer de cuenta que tiene poder. Trata de controlar aquello que no está bajo su dominio. Anhela alcanzar lo imposible, pero es incapaz de hacer lo posible.
En fin, lo que ya conocemos acerca del EGO, de la vida carente de bondad y justicia, sumida en religión, en falsa libertad, en reglas rígidas e inhumanas pero que se declaran como “humanismo progresista”, lo de siempre…

Lo mismo encontramos en los relatos y comentarios en el Bereshit Raba (49:6, 50:7) y en los Pirkei deRebi Eliezer, la completa carencia de bondad, el legalismo frío que pervierte la justicia, la abundancia desprovista de conciencia, la extorsión para que los disidentes no actuaran con nobleza sino bajo el reinado del terror.

Una y otra vez, siempre que revisamos las fuentes volvemos a la misma patética imagen, el ser humano envilecido por su EGO, prepotente pero impotente.

Dejemos que el resumen lo brinde el profeta Ieshaiá:

"Escuchad la palabra del Eterno, oh gobernantes de Sodoma. Escucha la instrucción de nuestro Elokim, oh pueblo de Gomorra.
Dice el Eterno: ‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados. No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos.
Cuando venís a ver mi rostro, ¿quién pide esto de vuestras manos, para que pisoteéis mis atrios?
No traigáis más ofrendas vanas. El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los días festivos y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
Mi alma aborrece vuestras lunas nuevas y vuestras festividades. Me son una carga; estoy cansado de soportarlas.
Cuando extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos. Aunque multipliquéis las oraciones, yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’"
(Ieshaiá / Isaías 1:10-20)

Resulta obvio que el Eterno no quiere religión, ni rituales vacíos, ni festividades carentes de sentido, ni sangre de sacrificios, ni repetición de lemas supuestamente espirituales. Él está hastiado de todo eso, simplemente quiere algo de ti: bondad y justicia en tus actos cotidianos.
Que seas más como Abraham y menos como los de Sodoma y Gomorra.

¿Estás dispuesto a seguir a Dios?
¿O seguirás lo de siempre, al EGO y sus pastores religiosos (de la religión que sea)?

Jaiei Sara 5773–El secreto que puedes compartir

El patriarca de los judíos Itzjac (Isaac), hijo de Abraham y de Sará, era EL hijo de la promesa.
Dios había prometido que nacería, cuando ya parecía imposible que sucediera y también juró que de él provendría una estirpe especial, los herederos espirituales de Abraham.
No era un hijo más, era EL hijo esperado, ansiado, deseado, soñado, prometido, necesario para sostener el pacto de Dios sobre la tierra.
Por lo cual, es comprensible que fuera sumamente cuidado por su padre, orientado por el buen camino del leal al Eterno, entrenado para ser un hombre íntegro, un padre de una nación única.
Pero encontramos en la parashá de la semana un suceso bastante extraño, por no decir completamente extraño.
Llegado el momento de casar al muchacho (ya bastante grande, por cierto), Abraham no hace lo acostumbrado en aquella época y lugar, que era él en persona buscarle esposa, hallar una buena familia a la cual ligarse, estudiar a la contrayente y sus costumbres para evaluar su rol dentro de la familia de Abraham, etc. Tampoco hizo lo corriente para nosotros, que el muchacho se consiguiera por sus medios esposa. Sino que convocó a su siervo leal, el que hacía años estaba a su lado, aquel que era noájida pleno, consciente y activo, según la tradición el anciano Eliezer. A él le requirió Abraham que viajara hasta la tierra patria, hacia el mundo de los Caldeos, para hallar allí, especialmente entre sus familiares, a la mejor candidata para ser la madre de sus nietos, la compañera de su hijo, la que concretara en buena medida la divina promesa de extender el linaje sagrado de Abraham por la tierra.
Sí, Abraham, requirió del anciano siervo que prestara juramento para cumplir con el encargo, confiaba plenamente en él, lo había instruido en el camino del noajismo y reconocía en el mayordomo a un leal hombre, tanto con Dios para con el prójimo. Pero, ¿cómo se atrevió a poner sobre sus espaldas este pedido tan delicado, sumamente importante, del cual dependía, ni más ni menos, que se cumpliera con fidelidad la promesa del Eterno? ¿Cómo no fue él en persona? ¿Cómo no se hizo acompañar por su hijo, o al menos enviar a Itzjac junto al siervo a escoger esposa? En fin, son numerosas las preguntas que nos deja pendiente este texto.
Se podría decir, siguiendo el texto de la parashá, que el patriarca ya era muy entrado en años, tal vez no tenía la energía o disposición para emprender el viaje y realizar el esfuerzo de encontrarse con su pasado para labrar el futuro de su hijo.
Podemos argumentar, repitiendo las palabras de Abraham, que él no quería que su hijo fuera a esa tierra ajena, porque probablemente quedaría cautivado por la belleza y esplendor del lugar, la cultura y civilización, los placeres que eran asequibles en Aram pero no en Canaan. Abraham prefería que su hijo se mantuviera dentro de la tierra prometida, tal como el mismo Dios se encargó luego de limitar a Itzjac en su salida de la tierra.
Pero igual, sigue costando entender que esto tan fundamental quedara a cargo de la decisión del mayordomo, el cual tenía sus propios intereses, como por ejemplo casar a su propia hija con Itzjac y así emparentarse con Abraham y ser parte de la parentela sagrada.
A lo cual Abraham nos responde (Bereshit / Génesis 24:7) que la misión estaría signada por el mensajero del Eterno, un ángel, que resultó completamente imperceptible, sin presencia, sin voz, sin personificación, pero actuando en la tierra de los Caldeos para llevar a buen puerto esta importante tarea trascendental. En realidad, ese era su ruego, su plegaria, tal como Ibn Ezra nos refiere al explicar este pasaje. No era una profecía, ni lo que Dios le había informado, sino su propio deseo puesto a partir de su evaluación de la situación. Ya que él pensó: si Dios me trajo aquí, Él no querrá que mis hijos vuelvan para allí, por tanto esta misión será exitosa, conducida por un ángel (según explica Rashbam en el comentario al versículo).
Pero incluso, con la intervención de los Cielo a través de un enviado, igualmente la joven escogida podía rechazar la propuesta o tener algún inconveniente que la hiciera desistir de contraer matrimonio con Itzjac. Así pues, con ángel o sin él, con deseo de Dios o sin él, era la joven la que debía decidir libremente qué haría, o tal vez sus padres o protectores. Porque la voluntad del hombre no depende del deseo de Dios, sino de su propia decisión. Es por ello que somos responsables, ya que tenemos libertad para elegir, sea lo que es bueno o lo que no lo es.
Sí sabemos de la tradición que dice que los matrimonios se concilian en los Cielos, de hecho es recordado ese midrash en el comentario de Ibn Ezra al versículo tercero de esta sección. Pero encontramos que en la propia Torá se expresa la idea de que las personas son las que escogen, aunque quizás una tendencia secreta marca la elección… ¿Será así? No lo sé realmente. Porque unos versos más adelante se refiere a que las parejas están “destinadas” (como leerás unas líneas más abajo). No lo sé, tampoco me angustia mucho mi ignorancia al respecto.

Quiero resaltar es el siguiente pasaje, inmediatamente posterior:

"Y el siervo tomó diez de los camellos de su señor, y se fue llevando consigo toda clase de cosas preciadas de su señor. Partió y se fue a Siria mesopotámica, a la ciudad de Najor, e hizo arrodillar los camellos fuera de la ciudad, junto a un pozo de agua. Era la hora del atardecer, cuando las jóvenes salían para sacar agua.
Y dijo: -oh Eterno, Elokim de mi señor Avraham [Abraham], por favor, haz que hoy ocurra algo en mi presencia. Muestra bondad para mi señor Avraham [Abraham].
He aquí que yo estoy junto al manantial de agua, y las hijas de los hombres de la ciudad vendrán para sacar agua.
Sea, pues, que la joven a quien yo diga: ‘Por favor, baja tu cántaro para que yo beba’, y ella responda: ‘Bebe tú, y también daré de beber a tus camellos’; sea ella la que tú has destinado para tu siervo, para Itzjac [Isaac]. En esto conoceré que has tenido misericordia de mi señor."
(Bereshit / Génesis 24:10-14)

¿Qué mensaje noájico destaca en este fragmento?
Para mí uno que es medular, central, fundamental, poderoso y tristemente dejado de lado por la mayoría de las personas. Aquí se señala un baluarte de la lealtad al Eterno, pero que queda escondido detrás de palabrejas extrañas, murmuraciones en idiomas ajenos, lemas repetidos como mantras, religiosidad…

¿Qué pide el siervo como señal de que es la joven indicada para continuar la estirpe sagrada?
No pide que la joven sea creyente.
Ni que tenga fe.
Ni que sea parte de una comunidad en específico o una secta de fieles.
Tampoco que sepa palabras que él considera sagradas.
Ni que tenga a Dios en la boca a cada instante.
Ni que se vista de tal o cual manera.
Ni que diga alabanzas y aleluyas como un eco.
Ni que sepa de memoria pasajes de tal o cual sabio o libro sagrado.
Ni que sea seguidora o discípula de aquel maestro o santito.
Ni que se abstenga de esto o aquello.
Ni que sea religiosa.
Ni que quiera “ser judía” (imposible en realidad para aquella época, pues el judaísmo nació siglos más tarde).
Ni que fuera monoteísta.
Ni que sirviera solamente al Uno y Único.
Ni que se congregara con gente con las mismas convicciones que el siervo, o que Abraham.
Ni que quisiera ser madre de una nación santa.
Ni que dijera amar al muchacho con el cual querían casarla, aunque ni le conociera.
Ni que tuviera dinero.
Ni que fuera bella.
Ni que fuera inteligente.
Ni que fuera de “buena” familia.
Ni, ni, ni…
¿Qué es lo único que pidió el sabio aprendiz de Abraham, su siervo de todas las horas, el que había aprendido de su amo y maestro la virtud sagrada?
¿Qué fue lo exclusivo que requirió para saber que la muchacha era la indicada para ser madre de la nación sagrada?
Eso mismo que Dios pide de ti.
Ni más, ni menos.
¿Sabes lo que es?

El pasaje que te cito te lo dice claramente, te lo deja muy establecido, para que no quepan dudas. Para que nadie te perturbe con dogmas extraños o doctrinas falsas. Para que no te llenes de religión, sino que encuentres dentro de ti mismo la espiritualidad verdadera.
¿Qué es lo que Dios pide que tú hagas y que es precisamente lo que la joven tenía que hacer para demostrar que era la madre de la nación sagrada?

Si lo sabes, si lo ves en el texto que te cité, por favor comparte con nosotros aquí debajo en la sección de los comentarios.
Y difunde este mensaje de verdad, de shalom, de plenitud, de vida aquí y en la eternidad.
Difunde, comparte, abre las puertas para que fluya la bendición y se derrame con bondad sobre ti y los que te rodean.
Ya que tantos hacen tanto para expandir la idolatría y las creencias basadas en el EGO, tú bien puedes hacer tu parte, la que es tuya y de nadie más, y dar a conocer el mensaje de LUZ y VIDA, este que compartimos en FULVIDA y SERJUDIO.com.

Vamos, vamos a hacerlo.
Pero primero, ¿sabes la respuesta, el mensaje que contiene el pasaje?
¿Sabes que quiere realmente Dios de ti?

Espero tus comentarios, pero mejor aún, me gustaría que fueras un verdadero socio, activo y a tiempo completo, de Dios en la expansión de la conciencia espiritual. Sin excusas, sin volteretas, sin perderte en el limbo de la religión (el EGO). Estás en posesión del “Secreto”, hazlo tuyo y úsalo para construir shalom, para ti y el mundo.

Claves para tu felicidad y bienestar

Los mandamientos noájicos son restrictivos.
Son reglas que limitan la acción de la persona. Ponen obstáculos a determinadas conductas, impiden que se realicen ciertos actos.

  1. No adorar dioses que no son Dios.
  2. No insultar o maldecir a Dios.
  3. No asesinar al inocente.
  4. No a la infidelidad matrimonial e incesto.
  5. No al robo.
  6. No comer partes de un animal con vida.
  7. Establecer cortes de justicia (para que juzguen en caso de transgresión de estos principios y para elaborar leyes que se arraigan en los mismos).

Por esta naturaleza, no faltan quienes critican que estarían coartando al hombre, impidiendo que goce de la vida.
Pero, detengámonos un instante a analizar con cuidado estos preceptos. Veamos uno a uno y luego en su conjunto.
Surgen rápidamente cuestiones que sirven como respuestas.
¿Realmente niegan el placer o la libertad?
¿Son en verdad ajenos a la naturaleza del común de los hombres?
¿No son evidentes en sí mismos, casi que innecesarios que hayan sido codificados por el Divino Legislador?
De no haberlos dictados el Eterno, ¿no serían igual universalmente compartidos por individuos y sociedades? ((Sabemos que el gentil justo los cumple porque son dictados por Dios, no porque son coherentes y de ética básica. Sin embargo, no impide reconocer su universalismo y generalidad. Como mencionan las fuentes, el gentil que los sigue porque los encuentra racionales o parte de su cultura, no es un gentil justo, pero es un gentil ético, que atiende a los dictados de sus sabios laicos.))
¿No son autoevidentes?
De hecho, el gran rabino Kook los identifica con la ética esencial, que radica en cada ser humano, que no precisa de admoniciones ni prédicas para ser conocidos, cumplidos y respetados.
Y sin embargo… ¡son tan despreciados y frecuentemente incumplidos!
Si hasta se les rebaja en su potencia y santidad, diciendo burlonamente que son demasiado simples, poco rebuscados, carentes de ritualismo, demasiado obvios, sin religiosidad, sin una “Torá” que los codifique por escrito. De esta forma se pretende negar su autoría Divina, rechazar su primado, elaborar excusas torpes para hacer lo que se antoja y no lo que corresponde.
Es que el EGO (Ietzer HaRá) encuentra la manera de someter al hombre a su tiranía, para lo cual debe hacerlo sentir culpable, o rechazado, o impedido, o alterado en su identidad, y por ello es esencial para el EGO atacar los mandamientos, restarles valor, encumbrar falsos valores y religiones, para que el hombre no sea realmente libre.

Porque, es a través de estos mandamientos que los miembros de las naciones pueden lograr real libertad, potenciar sus existencias, asociarse con Dios para hacer de Este Mundo un paraíso terrenal. Esto no conviene a los intereses egoístas, por lo cual es imprescindible atacar los mandamientos, minar su cumplimiento, imponer reglas alternativas (generalmente banales, corruptas, confusas, ritualistas, obsesivas y de índole religiosa).

Sin embargo, es con la base en estos mandamientos, desplegando la esencia de la ética espiritual, como el hombre puede alcanzar su plenitud.
Obviamente que hay multitud de cosas para hacer, un mundo entero para perfeccionar por medio de la construcción del shalom, pero la raíz está en estos siete mandamientos universales.

El hombre vino al mundo para disfrutar de lo permitido. Para encontrar motivos de júbilo, para gozar, para pasarla bien. No por ello dejado a la ventura, manipulado por su pasión y por su deseo. Porque, para ser verdaderamente libre hay que ser responsable. Porque libertad sin límites no existe. Porque es falso el placer que se cree obtener a través de perjudicar a otro en sus derechos esenciales.
Cada ocasión que perdemos de gozar de lo permitido, es un regalo del Cielo que rechazamos.
Cada amargura que adquirimos, ocupa el espacio vital de una alegría que dejamos escapar.
Cada rencor, enojo, ira, anhelo de venganza, mentira, asechanza, maldad, rumor, acto idolátrico, impostura, falsa identidad, en fin cada cosa adversa a los siete mandamientos, es una cáscara que ponemos encima de nuestra sagrada Luz espiritual, por lo que nos estamos privando de bienestar y bendición.

Podemos aprovechar nuestro tiempo, aquí y ahora, o podemos seguir esclavos de otros tiempos, de fantasías, de jueguitos mortales que produce nuestro EGO.
Podemos ser espirituales o podemos hacernos pasar por religiosos.
Podemos ser, o podemos parecer ser.

Llevemos una vida equilibrada, plena, con sentido trascendente.
No privemos a nadie de los placeres permitidos del mundo, porque para eso vinimos a esta vida y los recuerdos son los que nos llevamos a la vida eterna.
Dejemos buenas obras tras nuestro paso, edificaciones de gloria y belleza, de bondad y justicia.
No precisamos de palabrería, ni de artificios, ni de disfraces, ni de “conversiones”, ni de memorización de versículos, ni seguir como perros falderos a líderes religiosos, ni de repetir lemas de tal o cual pastor o rabino. Nada de esto contribuye a quitar las cáscaras de encima de tu Esencia, nada de esto corre la oscuridad y permite que tu sagrada Luz resplandezca.

Vive ahora, porque no tienes otro momento para hacerlo.
Acata los límites sanos, están para cuidarte.
Controla lo que está bajo tu dominio, el resto no te corresponde a ti, ni debes angustiarte por no controlarlo.

Haz, para ser feliz. Pero no anheles tampoco la felicidad, para que no se te escape como arena entre los dedos.
Comparte, alegra a otro, honra al prójimo, cuídalo, entonces estarás edificando shalom, haciendo de tu mundo un paraíso, y de tu posteridad una bendición.

No precisas de otras leyes “religiosas”, ni de forzarte a nada, simplemente sé quien eres.
Eso es el noajismo para el gentil, el judaísmo para el judío.

Si te agrada este mensaje, compártelo, no seas egoísta, porque cuanto más bondad compartes, más bien obtienes.

Fuera de control

Lo importante no es vencer, sino el vivir a diario con la conciencia tranquila de hacer el máximo posible.
Como expresara uno de los grandes Sabios de antaño, Rabí Tarfón: “No te corresponde a ti terminar la obra, mas no eres libre de eximirte de ella.” (Avot 2:16).
Es imposible terminar “la obra”, porque no depende solo de ti, ni tú solo puedes realizarla. Pero tu parte, esa que te corresponde, solamente tú la puedes (y debes) hacer.
¿Que no sabes cuál es tu parte?
¡Y quién sí!
Por ello, no te tortures pretendiendo vivir la vida que otros te mandaten, ni quieras actuar las escenas que a otros dejen contento, sino que analiza lo que haces y trata de hacer lo mejor posible. No te preocupes, nunca van a faltar los que, con razón o sin ella, estarán descontentos. No dejarás a todos contentos, a veces a nadie, pero no es por ello que debes hacer lo que te corresponde, sino simplemente porque te corresponde.
A veces quedarán cosas de lado, incluso de las importantes. Ok, yo te comprendo, eres humano, estás limitado, tienes un día acotado, muchas actividades, no siempre sabes priorizar las tareas (o puedes hacerlo), no te funciona la memoria tal cual quisieras, no tienes las energías para desarrollar todas las actividades que te propusiste… ok, yo te comprendo. Pero, siempre y cuando realmente estés haciendo el esfuerzo por cumplir tu parte, no uses excusas ni des pretextos. Mejor haz lo que puedes hacer, al máximo, lo mejor y luego, del resto, de eso que queda por fuera de tu control, eso déjaselo a otros, o a nadie, o a Dios.
Sí, hay cosas que quisiste hacer, pero no pudiste. Amigos a los cuales saludar, pero por esto o aquello se te pasó. Tías ancianas a las que visitar, las que quedaron sin verte. Tareas con tus hijos que te propusiste llevar a cabo, pero por un motivo u otro se canceló o pospuso. Bueno, eres humano, no tienes el control de muchas cosas… más bien, de muy poquitas. Entonces, haz tu parte, pero no te quedes sin hacerla. En cuanto a aquello que con sinceridad y lealtad no pudiste, o tal vez no quisiste, ok, yo te comprendo. Quizás alguna vez no comparta tu decisión o tu “olvido”, pero lo bueno es que no te angusties por aquello que no puedes resolver, que no te presiones a cumplir con lo que no entra en tu mochila, que no cargues con las culpas que otros te quieren hacer cargar –con razón, o casi siempre sin ella-.
Tienes un camino para recorrer, a veces uno para construir con tu pisada, es eso lo que tienes por delante. Si llegas o no a cruzar la meta que otros te impusieron, eso que el EGO te hace creer que es lo único valioso, debes saber que no importa tanto realmente.  No es el “éxito” el premio, sino el haber hecho tu parte, todo lo mejor de ti, y haber logrado lo que lograste.
Sí, debe ser lindo estar en los zapatos de Usain Bolt, ser un “ganador”, un imbatible, un marcador de nuevos registros mundiales en tu área. Pero tú no eres él, a no ser que seas Usain por supuesto. No tienes por qué ser él. No estás obligado a ser el hombre más veloz del mundo, ni a batir ningún récord mundial. Tan solo debes competir contigo mismo, para sacar a flote a tu Yo Auténtico, que tu Luz eterna resplandezca en la oscuridad de los Yoes Vividos.
Esa es tu tarea, no otra.
Conectarte.
Contigo, con tu esencia real, con tu Yo Auténtico, con aquellos de tus Yoes Vividos que te representan apropiadamente, con el prójimo, con el lejano, con la cultura, con el pasado, con el presente, con el futuro, con Dios.
Conectarte y alcanzar la autenticidad.
Que no puedes me dirás.
Que haces lo que puedes y no ves muchos avances.
Ok, yo te comprendo y para nada te recrimino. Eres tú quien va a evaluarte y considerar si realmente hiciste tu parte, si alcanzaste algún grado de conexión o no.
Solamente tú puedes hacerlo.
Pero, si quieres controlar todo, si quieres dejar contento a los demás, si actúas para llenar el ojo a otro, entonces te estás labrando tu sufrimiento.
No puedes cambiar el pasado, ni esculpir el futuro a tu gusto. Ni tan siquiera eres el amo del presente, sino un simple pasajero, una sombra, una nube, pero en aquello que tienes poder es en lo que debes ser poderoso.
Si pretendes cambiar a otro a tu imagen y semejanza, si no aceptas al otro que es otro, entonces estás condenado a fracasar y sufrir.
Si no te aceptas, si no te encuentras, si no te conoces, si no te respetas, si no te amas, si solamente quieres dejar contento a otros, o que otros te dejen contento a ti, tienes una vida de dolores para “gozar”. Pretendes controlar lo que no puedes, te esfuerzas en vano, te rompes la espalda inútilmente cargando la mochila que no es tuya, siendo muerto en vida. Eterno demandante, con la queja a flor de piel, con el sufrimiento como compañero inseparable. Porque no aceptas tu impotencia, porque no dejas fluir lo que no puedes retener, porque te crees el que tiene derechos y poderes de los cuales careces.
Y no te gusta, entonces te inventas vidas, mientes, das excusas, te engañas o lo haces con otros, siempre y cuando puedas aparentar tener algo de control.
Te aferrarás a eso que te hace ilusionar con que tienes cierto poder. Por ejemplo, una religión, una secta, una pareja, una promesa, un trabajo, un familiar, un vicio, algo, cualquier cosa o persona que tú pretendes dominar, pero que por lo general es lo que –o quien- te domina.
Eres esclavo de tu impotencia, a la que disfrazas de poder, a la que tiñes de dorado de gloria pero que en el fondo no es más que miseria.
Cuando en verdad eres una luz impresionante, brillante, en los hechos vives en sombras, a oscuras, con miedo, encerrado en tu celdita mental. Quizás porque te supones que allí sufrirás menos, porque te supones que allí eres el amo y todopoderoso, cuando en verdad vives como un pordiosero siendo que pudieras ser el rey de tu pequeño reino.
En tu infantil prepotencia llegas a delirar que tus rezos controlan a Dios, y que éste controlará por ti al cosmos.

La verdad es que vivimos como si Dios fuera un padre vengativo o una entidad sádica a la que le gusta hacer padecer a sus criaturas o directamente no hubiera ninguna divinidad.  Es como si nos tiraran de una patada a este planeta y cayéramos como seres sin recursos ni elecciones, pobrecitos de todo.  Nadie se plantea esto racionalmente; sin embargo, existimos como si así fuera.  La complejidad y la velocidad del mundo de hoy amplifican esta percepción, haciéndonos sentir como hojas en una tormenta. Que tus rezos deben ser respondidos y Dios correrá a satisfacer tus caprichos. Sí, eso es lo que está en ti cuando rezas. Sea al dios que fuera.
Y cuando te pones en el papel de víctima y reclamas que te atiendan, no eres otra cosa que un bebé en un cuerpo viejo. Reclamando atención de tu mamita, para que te dé un poco de calorcito, porque te sientes impotente. Ah, pero con tus llantos, gritos, pataleos pretendes controlar, manipular. Sí, el EGO que te hace creer que tienes un tosco poder, cuando estás decadente y encerrado en tu impotencia.
Fuera de control, por querer dominar en vez de aceptar, dejar fluir, no retener, no padecer por lo que no tiene solución.

Toma el control de lo que puedes controlar, haz tu parte, y deja el resto en manos de quien corresponda.
Reza, pero no pretendas que Dios corra a solucionarte tus dramas o darte tus peticiones como un “rey mago”.
Confía en Dios, pero haz tu parte, da el 100% de lo que puedes dar.
No te concentres en ti y tus problemas. Sí, son tuyos y los ves importantes, como si fueran el centro del universo. Pero son tuyos y no del universo, y en verdad, hasta quizás ni siquiera sean problemas realmente sino solamente ilusiones, evaluaciones incorrectas, momentáneos contratiempos, falta de esfuerzo de tu parte, querer controlar lo que no puedes ni debes controlar. Ah, pero tú los ves como si el mundo te debiera algo, como si la vida fuera injusta, como si los demás no te dieran la atención que te mereces. Y sufres. Cuando puedes estar bien, incluso en el peor momento material.
Hemos oído numerosas historias VERÍDICAS, (no esos cuentitos chapuceros de “santos” (de cualquier credo) que hacen maravillas, pero nunca en la vida real) de gente que hasta en el último momento, de gran tortura física o de otra índole, tuvieron la entereza de llevar una vida de plenitud y trasmitir un legado de nobleza. No suelen ser los quejosos, los que viven en tono de EGO, los que viven de esta manera plena incluso en la antesala de la muerte. Suelen ser los que controlan lo que pueden y el resto deja que fluya. Se acomodan, construyen, elaboran sentido de vida con lo que tienen en su dominio, que suele ser bien poquito, porque somos humanos, limitados, inmensamente impotentes aunque con un enorme potencial.
Te dejo un ejemplo para que comprendas de lo que te estoy hablando: http://es.wikipedia.org/wiki/Randy_Pausch, mira también los videos, son imperdibles.

Ama, que es conocer y conectarte. Ama, aunque conozcas poco, pero conectado.
No creas que amar es estar 100% pendiente, ni diciendo cosas bellas todo el tiempo, ni hacer lo que el otro quiere que hagas.
Conéctate, dentro de lo que puedes. Haz tu parte, y deja fluir el resto.

Es como un cambio de enfoque, pero sobre ti mismo.
No para obligar a que los demás vivan de acuerdo a tus expectativas, sino que tú a las tuyas, a las de tu Yo Auténtico.
Despojándote de las máscaras, aunque preservando aquellas que son apropiadas para representar las diferentes facetas saludables de tu Yo Auténtico.
Conéctate, haz tu parte, no permitas que el deseo de control de deje fuera de control.

Dedicado con cariño a “Roberto”, Belén y Felipe S.

Vaierá 5773 – Ilusión de control

Te recomiendo que tomes un tiempo para leer un interesante artículo publicado por la revista online “Science” (de octubre 2008, puedes hacer clic aquí para abrirlo y leerlo, previamente deberás registrarte gratuitamente allí).
Los autores (Jennifer A. Whitson y Adam D. Galinsky) exponen una serie de experimentos que confirman que cuando la persona se encuentra en una situación de pérdida de control (impotencia, indefensión, desesperación) crea patrones ilusorios para tratar de dar algún patrón de coherencia a los estímulos que percibe y no puede dominar.
De cierta forma, se quiere controlar ilusoriamente aquello que está (o se siente) fuera de control.
Entonces, se reconocen imágenes en donde no las hay (paraeidolia), se enlazan asuntos que en verdad están desconectados entre sí, se anclan en supersticiones o se elaboran teorías conspiratorias, con la intención de afrontar la pérdida de control y en cierta forma retomarlo de manera “mágica” (pensamiento mágico), por medio de una aparente comprensión de los hechos.

Como lo hemos enseñado en muchas ocasiones, una de las herramientas del EGO (la pasiva) es la desconexión de la realidad. Ésta se consigue por medio del dormir, del fantasear, del mentir, del engaño, de la adicción, de la distracción, de las excusas, de los olvidos, de las fabulaciones, de las supersticiones, de las religiones, en fin, de las múltiples y variadas maneras que las personas nos inventamos para no asumir nuestra impotencia y presentar alternativas creativas o prácticas a nuestra situación.

Al ser impotente se aparente poder; al carecer de fuerza, se recurre a la violencia; al estar en situación desventajosa, se hace trampa; al crecer dentro de la mentira, se niega la verdad por medio de reforzar la ceguera del fanatismo. Como venimos diciendo desde hace tiempo, es el EGO que ha tomado el timón de la vida y lleva a la persona por aguas peligrosas, hacia la muerte en vida. Pero, con astucia, no dando la impresión de derrota, no admitiendo la falta de control, no asumiendo la propia debilidad, con ardides para mantener sometida a la persona a la esclavitud.
Así, se mantiene en las sombras al prisionero, encerrado en su celdita mental, pero con la presunción de creerse el amo del universo. Porque bien sabemos, el esclavo del EGO a menudo pretende controlar todo, incluso lo incontrolable, incluso a Dios, aunque ni siquiera puede controlar los cuatro palmos de su existencia.

Cuanto más impotente te sientes, eres más susceptible a que el EGO tome el control sobre tu vida y a través de sus herramientas tu pretendas controlar lo que no controlas. Procurarás usar la violencia física, o la verbal o la manipulación emocional, si no funciona, caerás en estado de desconexión de la realidad. Probablemente interpretes los eventos bajo la sombra del EGO, y veas conspiraciones donde todo es honesto; te sientas burlado, cuando nadie te presta atención; supongas que podrás ejercer influencias mágicas por medio de rituales o procedimientos místicos. Todo esto no te acerca a la solución de los conflictos, ni te dota de poder, sino que te hunde más en la oscuridad, en la falta de confianza, en la celdita mental.

Esto es bien sabido, conscientemente o no, por los que te dominan y manipulan. Te harán sentir indefenso, falto de poder, a su merced, culpable, en falta, pecador, sin esperanza, con esperanza pero solamente a través de cumplir con lo que él te demande. Lo importante para el manipulador es que te hundas en el temor de la impotencia, que el espanto del terror de la impotencia inicial te lleve a la inacción. Procurarán desactivar tus mecanismos activos del EGO (violencia física, verbal o manifestaciones de dolor), para que no reacciones ante sus trampas. A menudo harán que redirijas tus mecanismos activos hacia otros, hacia lo que ellos te proponen como “enemigos”, a los cuales culpará de tus males, reales o fantaseados; te inducirá a que direcciones hacia esos “enemigos” tus fuerzas, para preservar ellos su poder sobre ti. Es por ello que las sectas y otros grupos liderados por manipuladores emocionales tienen tan a menudo presente a los “enemigos” contra los cuales descargar sus injurias, amenazas, golpes, persecuciones, etc. No es que el “enemigo” solamente les sirva para unirse en su contra, sino especialmente para que los que son manipulados no se liberen de las garras del líder manipulador, sino que sigan adoctrinados, fanatizados, haciendo de cuenta que tienen cierto poder y que lo están aprovechando para algo positivo, cuando en realidad todos esos actos violentos y de fanatismo simplemente aprietan más fuerte el lazo de esclavitud en torno a sus vidas.

Con esta enseñanza quizás puedas comprender un poco más lo que has visto o vivido en sectas o relaciones en las cuales eras dominado y manipulado por lobos expertos en pastorear ovejitas. Tú estabas en el rol de la ovejita indefensa, atacando falsos lobos cuando en los hechos estabas siendo pastoreada por el lobo feroz. Tus agresiones iban hacia un ilusorio Satanás, los traidores, los de otras sectas, estos o aquellos, y de esa forma te mantenías bajo las garras de tu pastor, que era el que ciertamente te estaba drenando tus energías, tu dinero, tu existencia.
Recuerda como siempre te presentaban a quien odiar, a quien insultar, a quien temer, a quien violentar, para de esa forma dirigir tu atención hacia falsos enemigos y no reconocer que el que te manipula es el verdadero enemigo. Ese que se queda con tu poder, con tu dinero, con tu honor, con tu alma. Que se enriquece a tu costa. Que se deleita cuando tú sufres. Que posee lo que tú le das, lo que le robas a tus hijos de la boca. Ese que te esclaviza es el débil, pero con habilidad para aparentar fortaleza y hacerse tu señor.

Probablemente al principio te alientan, te esperanzan, te dan ánimos, te elogian. Se van convirtiendo en aquellos que atizan tu fuego casi apagado, el de la baja autoestima. Ellos están ahí para hacerte sentir importante y querido, pero es solo una trampa. Es la carnada en su anzuelo. Luego, como sin darte cuenta, comienzan las agresiones, las exigencias, las demandas, los golpes, las amenazas, el dolor. Te esfuerzas por obtener el cariño que perdiste, haces lo que está por fuera de los límites para recibir cariño y aprobación, pero hay solamente hielo, o culpas, o más agresiones. Ya estás atrapado, entre las amenazas, los sentimientos de culpa, las falsas promesas de bienestar, todo se conjuga para mantenerte esclavo de esos EGOs externos, de esos líderes religiosos, cabezas de sectas, malos padres, pésimos amigos. Y sí, también está el miedo. Siempre el miedo. El miedo, cuya base principal es el terror inicial, aquel que no se quiere volver a vivir. El de la impotencia más terrible, el de la soledad extrema, el de la carencia de todo recurso y explicación.

Si surge algún rayo de esperanza, de libertad, te impondrá el que te manipula interpretaciones o enseñanzas que te corten tus alas y te impidan el alejarte hacia una vida de mayor plenitud. Harán conexiones entre cuestiones desconectadas, te presentarán falsas evidencias, darán sermones por medio de los cuales te harán creer en cualquier cosa absurda, pero que te mantendrá en la esclavitud.
Si lo vieras desde fuera, “objetivamente”, percibirías todo el truco, el teatro, la falsedad, la terrible manipulación a la que estás siendo sometido. Pero desde dentro, angustiado, atormentado, amenazado, presionado, vapulado, puesto en estado de indefensión, tu EGO se encargará de sincronizar con las falacias del pastor-lobo y mantenerte desconectado de la realidad. Indefenso, a merced del que te está devorando en vida. Pelearás contra fantasmas, falsos enemigos. Harás de tu vida un vacío, lo que confirmará tu impotencia, lo que dará más poder al que te manipula para seguir haciéndolo.
Es una visión horrible, dramática, pero muy real.

Es posible otra vida.
Es posible dejar de lado este masoquismo.
Es posible dejar de sufrir, de ser esclavo, de vivir engañado.
Sí, es posible, aunque no fácil.

El comprender estos mecanismos, el tener claro cómo funcionamos, el profundizar en la ciencia de la conducta humana, es meritorio para toda persona leal al Eterno (judío o noájida), pues nos permite llevar una vida de mayor verdad, actuar con real bondad, servir al Eterno desde la lealtad, ayudar al prójimo con misericordia, establecer justicia con derecho, no ser más una marioneta del EGO y sus manifestaciones externas. Por ello nos parece necesario continuar con estas enseñanzas y es imperioso dedicar tiempo a ellas y luego aplicar el conocimiento a nuestra existencia.

Veamos un notable ejemplo de la parashá de esta semana, Vaierá.
Está escrito al principio mismo:

"El Eterno se apareció a Avraham [Abraham] en el encinar de Mamre, cuando él estaba sentado en la entrada de la tienda, en el pleno calor del día. Alzó sus ojos y miró, y he aquí tres hombres que estaban de pie frente a él… "
(Bereshit / Génesis 18:1-2)

¿Qué vio Abraham?
A tres hombres comunes, gente típica del medio oriente, adoradores de ídolos, hombres de paso.
No se podía imaginar, no había nada en ellos que señalara que en realidad eran tres enviados (ángeles) del Eterno.
Para Abraham hubiera sido sencillo permanecer en su casa, a la sombra pues afuera hacía un calor ardiente. De hecho, allí debería estar, puesto que había tres días se había circuncidado y el también ardía por la fiebre y padecía fuertemente por el dolor. Y allí estaban esos tres hombres que vagaban por el desierto, tres hombres y nada más. Otro, quizás, hubiera dado excusas, hubiera puesto su sufrimiento por delante, hubiera rebajado la condición humana del idólatra pobre y “sin valor”, hubiera interpretado la realidad en base a su EGO. No hizo así el patriarca judío Abraham.
Él salió de su casa y corrió al encuentro de estos extraños, les ofreció hospitalidad, sombra, agua, alimentos, compañía, instrucción noájida. Porque él vio hombres comunes, que ya por ello ameritaban ser tratados con respeto y dignidad, pues eran hijos de Dios, criaturas del Padre celestial. No les interrogó acerca de sus creencias, no los discriminó negativamente en base a lo que él escogía, no los hizo sus enemigos por ser diferentes. Muy por el contrario, desplegó su cualidad de jesed, bondad desinteresada, por un hermano noájida. No hizo cálculos para ver cómo podría obtener ventajas de esto, no evaluó si llegarían a pagar por su entrega, no consideró que él era viejo y estaba adolorido y enfermo. Solamente quiso hacer lo que sabía era bueno hacer: recibir con cordialidad y respeto al prójimo, aunque fuera diferente, aunque fuera idólatra, aunque luego del encuentro no creyera solamente en el Eterno, aunque fueran vagabundos del desierto.
Abraham no pretendía controlar al prójimo, porque sabía que nadie controla a otro. A lo sumo se lo manipula, se lo domina por medio del uso de la violencia, se lo obliga a hacer o decir cosas para no sufrir castigos, se lo engaña, pero nunca se tiene real poder sobre el otro. Se lo acepta como es, o se sufre por querer cambiarlo según el propio criterio. Abraham los aceptaba tal como eran. Por supuesto que instruía acerca de noajismo, de la fidelidad al Eterno, de los mandamientos que Él había encomendado a las naciones; pero no era un misionero aberrante, no hacía la guerra para “convertir” al otro, no andaba violentando al otro para manipularlo. Hacía mucho tiempo, muchas décadas, que Abraham había aprendido que no tiene valor el convertir a la gente a la fuerza, usar métodos extorsivos, emplear la violencia, engañar, nada de eso sirve realmente. Se consiguen éxitos superficiales, el falso éxito del EGO. Para llegar a los cambios radicales se debe partir y llegar del AMOR. Enseñar, pero no imponer. Predicar con el ejemplo, no solo con la palabra. Aceptar al otro con sus ritmos, tiempos, diferencias, contradicciones, dudas, zonas oscuras, y no pretender hacer de todos “santitos” al imagen y semejanza del dios que uno inventa.
Es por ello que el Eterno se apareció a Abraham en aquella oportunidad. NO ERA uno de los visitantes, ellos eran enviados de Dios y no Dios mismo. Pero Dios apareció a visitar al patriarca porque él con su conducta hacía de Dios una presencia real, palpable, constante. Por medio de su acción cotidiana, de su respeto a la vida, de su arreglo a las leyes, de su control real sobre el EGO, de su AMOR, así era como Abraham estaba siempre en presencia del Padre.
Por ello también la parashá anterior dice algo muy bonito acerca del primer patriarca de los judíos, en otra ocasión en que el Eterno se apareció a él:

"Avram [Abram] tenía 99 años cuando el Eterno se le apareció y le dijo: -Yo soy el Elokim Todopoderoso; camina delante de Mí y sé íntegro."
(Bereshit / Génesis 17:1)

Abraham caminaba delante del Eterno, estaba unido a Él. Lo hacía porque había conquistado su EGO y estaba en comunión con el Padre, sin máscaras ni cáscaras que ocultaran su Yo Esencial.
El EGO había sido puesto en su mínima expresión, por lo cual Abraham era libre, era un hombre auténtico. Estaba en control real, no en la ilusión que padecemos nosotros.
Es bueno recordar que Abraham era un hombre común, no era un súper héroe, no un ángel, no un enviado celestial, no un ser milagroso, era un hombre, como tú y yo. Aprendió a salir hacia sí mismo, desprenderse del EGO natural, del que se activa al momento de nacer, del que viene en las enseñanzas que se reciben en el contacto con los otros. Ese es parte del secreto de la orden divino que le dijo:

"Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre"
(Bereshit / Génesis 12:1)

Tú puedes hacer algo parecido.
¿Quieres hacerlo?
Yo te puedo ayudar, pero, ¿quieres hacerlo?

Los problemas cotidianos y el Ego

El ego, como sabemos, es el principal escollo entre una vida saludable y nuestro actuar cotidiano, lo que nos separa de la tierra prometida y nuestro actual lugar, es eso, el imperio negativo del ego sobre nuestras vidas, haciendo siempre miserable la vida de las personas, aunque las condiciones en la misma sean de la más propicias para poder ser felices, y montado sobre el sentimiento de impotencia, que manifestado de forma externa, mediante emociones negativas y expresiones o deseos egoístas, hace de un paraíso, un auténtico caos y un completo desorden, y es esto, el principal obstáculo que el hombre debe sortear para poder acceder a una vida más o menos plena, desarrollada, activa, eficiente, productiva.

Hay una cuestión o cuestiones meramente cotidianas en las que solemos tener dificultades para desenvolvernos, cuestiones que se presentan cada día y cada momento dentro de nuestro andar diario, y que como un mero habito, solemos incomodarnos por aquello que no sale de acuerdo a nuestros planes, que no encaja dentro de nuestras exigencias, y nuestras reacciones ante esto, suelen ser normalmente las mismas, molestia, enojo, apatía, tristeza, ira, desesperanza, etc. En lugar de reaccionar con respuestas más maduras, más elaboradas, y con una visión más certera de las cosas, solemos entronizar el plano emocional por sobre todos los demás aspectos que nos distinguen como humanos, incluso aquellos que son superiores, como por ejemplo el intelecto, veamos un caso para poder entenderlo mejor.

Alguien debe hacer un papeleo en alguna oficina gubernamental o privada, dicha persona se dirige a la oficina correspondiente y luego de esperar por varias horas, le avisan que no la atenderán hasta la semana entrante, estando la persona segura de que le atenderían su asunto y después de haber estado esperando durante horas por un turno, además de haber pospuesto otros pendientes igual de importantes para atender dicho asunto, la persona puede pasar de un estado totalmente pasivo a uno totalmente descontrolado, estallar, y dirigir todo ese caudal emocional hacia personas u objetos (reales o imaginarios) y empezar a echar pestes contra el gobierno, las personas, la suerte o vaya uno a saber que más cosas la persona señale como culpables de “su mala racha” pero como una constante, alguna emoción negativa suele asomarse cuando estas cosas suceden. Es la pretensión truncada de tener todo bajo control, la impotencia hecha carne.

Y nuestras reacciones ante este tipo de eventos suelen ser siempre las mismas, el desbordamiento de las emociones negativas, la persona esclavizada a sus impulsos, la emotividad entronizada en el ser.

Haciendo énfasis en lo expuesto por el More Yehuda Ribco, en referencia al dominio negativo del ego sobre nuestras vidas, expone: “lo que refuerza la necesidad de control, lo que hace exceder en la pretensión de controlar, lo que produce mayor inestabilidad, lo que conlleva cometer errores, lo que da miedo, lo que hace sentir aún mayor impotencia, lo que impulsa a sobredimensionar los problemas y la necesidad de controlar más allá de toda razón, lo que…
Es una especie de lucha por obtener el control para no hundirse en el caos, pero es precisamente la necesidad angustiosa de controlar –incluso lo que no se puede ni debe controlar- lo que produce mayor realidad o sentimiento de caos e impotencia”

 

Es la inconformidad profunda de algo que no nos parece, lo que nos lleva ser cautivos de las emociones negativas, convirtiéndonos
en infantes con algunas décadas de vida, tal vez con reacciones más elaboradas, disfrazadas de algo de cordura y lucidez, pero que en el fondo no dejan de ser los caprichos de un niño pequeño y malcriado que no le salieron las cosas como deseaba, de vez en cuando arropados en alguna que otra buena razón (defendida por la mente sagaz del adulto), pero infantiles en el fondo y no tanto.

LA PRETENSION TRUNCADA DE LO QUE NO PODEMOS (NI DEBEMOS) CONTROLAR

Esto es solo un breve repaso, de todo lo que se ha venido exponiendo en este sitio con respecto al ego, su forma de operar y sus respectivas manifestaciones en la conducta de la persona, y como una introducción para un tema que deseo comentar, que según creo, comprende una parte importante del desarrollo individual, que cada persona debe efectuar en su vida, y así de esa manera, acceder a la tranquilidad, y el exilio final del ego que redunda invariablemente en paz, armonía y desarrollo espiritual (integral le llaman algunos).

Dos visiones de ver el mundo, una, desde una óptica netamente espiritual, más desarrollada y elaborada, y otra, desde la limitada y nublada óptica del ego, la óptica del ego no es necesario desarrollarla, pues hemos crecido con ella, así fuimos adoctrinados, unos con más salvajismo que otros, pero la mayoría dentro de ella, el ambiente creciente de egoísmo que nos rodea también es propicio para que desarrollemos de forma preponderante esta misma, pero la óptica espiritual, esta óptica, cuesta más trabajo desarrollarla, cuando menos en esta época tan descompuesta socialmente.

¿Cómo desarrollar esta visión espiritual más clara y certera?

Aquí en este sitio hay algunos métodos ya expuestos para desarrollar esta óptica espiritual, tomare ciertos rasgos de algunos.

Son dos niveles que constan el desarrollo de esta óptica espiritual, Emuna (Creer “fe”) Bitajon (Confiar), el Rey David lo menciona en el libro de Salmos (Tehilim)

    ¡Ten esperanza en el Eterno! Fortalece y fortifica tu corazón, y confía en el Eterno. (Tehilim/Salmos 27:14)                el subrayado es mío

Información adquirida              manejo emocional adecuado    información a nivel cognitivo de                                                                             un conocimiento supra-natural

El consejo del inspirado rey, no era uno, producto de un momento de euforia, sino más bien llevaba implícito una gran enseñanza, un escaloneo positivo, la creencia al principio incierta, el fortalecimiento emocional (corazón) para actuar de manera asertiva, para cimentar al mismo tiempo la confianza plena y segura en el Eterno, en palabras del More Yehuda:

“En el idioma de la Creación, el que conocemos ahora como hebreo, creencia es EMUNÁ.
Esta palabra se asocia con entrenamiento, con ejercicio.
Creer no es tener una idea de algo, sino entrenarse para confiar en algo”
“En el caso de la creencia en Dios, es entrenarse, ejercitarse, para confiar en Él”

La confianza implica responsabilidad, nunca conformismo, el esforzarse por hacer la parte que nos toca, pero también implica aceptación, aceptación de aquello que no podemos cambiar (y que no nos corresponde cambiar), aceptación que no es en nada similar a la resignación, dejar que la sinfonía cósmica se ejecute, blandir nuestro propio instrumento para bien, pero sin querer controlar el todo a nuestro propio antojo.

Te contare una anécdota que tal vez te sirva de reflexión.

Hace poco debía concluir un trámite, algo que ya llevaba un tiempo haciendo y me urgía darle finiquito, entre otras cosas, había retrasos, imprevistos, obstáculos, cuando estaba por darle fin, tenía que entregar un oficio final, pero debía entregarlo con una persona en específico, corriendo y subiendo por todos lados llegue a las oficinas a entregar el ultimo escrito y me encuentro con la noticia, de que el indicado de recibirme el papel andaba fuera, ¡cómo me costó terminar dicho papel!, de un lado a otro, corriendo y haciendo lo imposible para entregarlo y cuando llegue, la gran noticia de que la persona encargada de recibírmelo no estaba, bueno esta demás decir que mi primera reacción fue “hubiera llegado más temprano” “la burocracia de siempre” etc. etc., pero después retomando un poco la calma pensé “bueno por algo será que no lo pude entregar hoy, será mañana……” (con respecto a ese pensamiento que se produjo en mi mente puedo decirte que este servidor tiene la información de que todo es para bien, pero a nivel cognitivo me hacía falta comprender este conocimiento a través de hechos reales y concretos “entrenar para llegar a confiar”) entre un poco de resignación y algo de cordura me marche, más en la tarde al estar revisando de nuevo el escrito, note que en un dato que llevaba, estaba plasmado de forma incorrecta y que tal vez de entregarlo así, podrían haberme hecho comenzar de nuevo todo el trámite, corregí el dato y al otro día entregue el escrito, algunos días después me informaron que todo había salido bien.

De inicio la incomodidad fue explicita, nadie lo dudaría, aunque si de inicio hubiera sabido que algo iba mal y tendría la oportunidad de corregirlo, tal vez en lugar de molestarme me hubiera puesto feliz, y al final, los resultados fueron favorables, pese a que no tuve la visión completa de las cosas, sin embargo di ese “paso de fe” necesario para dejar que las cosas fluyeran pero sin dejar de hacer mi parte, pero si hubiera dejado que los embates del ego se hicieran visibles y concretos, sin lugar a dudas que en lugar de ayudar(me) podría haberme complicado la situación y tal vez el final no hubiera sido el mismo, reaccionar de manera asertiva solo es posible cuando el ego está en su respectivo lugar y no entronizado en nuestras vidas.

Un gran consejo del More Yehuda:

“Es hora de dejar de querer controlar aquello que no se puede controlar. Soltar, liberar, dejar ser, no asumirse en el rol del que está 100% a cargo; pero tampoco hundirse en la inacción y el caos.
Controlar aquello que es posible controlar”

“Y luego está la parte que me parece más esforzada: confiar.
Confiar en el orden cósmico, diseñado y sostenido por Dios”

Actuar con bondad y con justicia que es una máxima, y ello lleva implícito confiar en Dios y en el orden establecido por El, que probablemente en esta época se dude mucho de que así sea, pero Dios no es culpable de lo que hacen los hombres, pues todos estamos dotados de un libre albedrio, y si el mundo hoy día esta como esta, es porque el hombre lo ha llevado hasta ese punto, pero también el hombre mismo puede llevarlo a un estatus mucho más elevado, más digno.

Si en alguna oficina no te dieron un trato digno y respetuoso, no le escupirás diez mil maldiciones al servidor público que te atendió, pero tampoco dejaras que eso siga pasando, buscaras que se establezca el orden por medio de alguna queja o con una observación directa al encargado, pero no permitirás que el ego con sus oscuras herramientas tenga el dominio de tu vida y te estropee el rato a ti y a los que te rodean, debemos considerar que las personas, todas las personas, sufren de algún tipo de trauma, algún desorden mental/emocional, producto de todo el caos que se vive hoy día, consecuencia directa de religiones, ego, más religiones, más ego, etc., pero es claro que no porque haya personas con algún tipo de trauma o “x” situación, tu tendrás que pagar los platos rotos y aguantar algún maltrato, debe prevalecer el orden, pero no debes de dejar de actuar con bondad.

Moshe/Moisés de quien se dijera fue el más humilde de los hombres, es el arquetipo de la perfección humana, de la elevación multidimensional, de la depuración personal, hay un suceso donde Moshe mismo pierde la calma y donde quedó plasmado que “olvido” su Tora, el enojo, un estado emocional negativo, momentáneamente hizo que Moshe descendiera de su elevado nivel ¡Cuánto más hará en nosotros mismos!, el ego siempre presente……

Al respecto de la humildad ese estado depurado del ser, dice el More Yehuda:

Y la humildad implica también una gran confianza en el Todopoderoso, de la que proviene la aceptación de aquellas cosas que no se pueden cambiar. Aceptación, que no es en nada similar con la resignación.”

Es lo mismo de nuevo, procurar el bien sin dejar que el mal predomine, minimizar los estados emocionales producidos por el ego, confiar en que las cosas que no podemos controlar están perfectamente manejadas desde Arriba, y hacer tu parte, suena incomodo, pero es lo mejor que podemos hacer, porque es lo que podemos hacer.

Es prudente aclarar que la emuna/creencia/fe que se maneja en este texto no tiene absolutamente nada que ver con la fe ciega que profesa la doctrina cristiana, esa fe mediocre y nociva que enseña o adoctrina, que la solución a todos los problemas es creer en un sujeto colgado en una cruz, ello raya en la idiotez y el delirio, pues el enfermo, el deprimido, el vago, cada persona tiene que corregir su estado por medio de acciones concretas, decir que con fe todo se arregla, es la mayor de las mentiras y la peor de las bajezas, aunque no es raro que desde algún pulpito algún pastor mentiroso afirme con todas sus fuerzas que eso es cierto, que le fe en jesus es la solución a todos tus problemas, hace un par de días por la noche cambiando de estación de radio, escuche hablar a un pastor y pedir su testimonio a una mujer de unos 35 años, que decía que desde que creía en jesus toda su vida había cambiado, que el marido la trataba mejor, que sus hijos mejoraron su comportamiento, que la paz había llegado a su hogar, con solo creer en el sujeto de la cruz ¡háganme el favor! Semejante delirio es solo de algún enfermo de un hospital psiquiátrico, pero curiosamente al final del programa anunciaba todas las direcciones en donde tenían sus reuniones evangélicas y eran cuando menos cinco en algunas de las principales zonas del df, de igual modo anunciarse en radio no es que digamos barato, pero como su brutal apetito por el dinero los hace expertos timadores, tienen cualquier cantidad de recursos a su disposición, el negocio de la fe que da esperanzas fictas a cambio de estafas concretas, entonces esta creencia/emuna de la que se habla en este texto es totalmente opuesta, pues esta solo sirve para el perfeccionamiento de la conducta, para el entrenamiento de la características más “civilizadas” que nos distinguen como humanos (el uso de las partes del cerebro más evolucionadas, más humanas, menos animales….), un potenciador de todas las facultades positivas que poseemos, confías en el orden cósmico establecido y sostenido por Dios, pero al mismo tiempo despliegas tus potenciales para construir un mundo mejor, siempre a través de acciones concretas CONSTRUIR SHALOM decimos aquí.

Confiar en Dios no significa quedarse en la mediocridad, confiar en Dios es desplegar los potenciales para el beneficio común (recordemos que Dios mismo es quien nos da nuestras habilidades especificas), mejorarse cada día, aprender nuevas cosas, ejercitar los hábitos positivos, no ser cautivo de las emociones negativas, pero tampoco dejarse pisotear por el malvado, ser persona.

La fe y la confianza son herramientas complementarias para minimizar el poder negativo del ego, para entrenarte en sacarte de encima su yugo, para dar respuestas más asertivas en la vida, para construir Shalom…….

No es fácil, se requiere de estudio, entrenamiento, esfuerzo, repaso de lo estudiado, mas entrenamiento, no es un milagro que se dé, de la noche a la mañana, ni por un instante de revelación divina, no, de hecho es como cualquier habito, se da con la práctica y el fortalecimiento de dicho habito.

La mirada positiva, la óptica espiritual, es una excelente herramienta para mejorar la vida, es un potente inhibidor de los estados emocionales producidos por el ego, tu puedes seguir viendo de la misma manera el mundo en el que vivimos o también puedes empezar a considerar que existe una supervisión individual de la Providencia divina sobre cada una de las personas que estamos en este mundo y comenzar a actuar en consecuencia de ello, empezar a construir Shalom, empezar a madurar y no lo que comúnmente se vende como tal.

Es prudente aclarar que esta mirada positiva de la que se habla aquí, no es aquella producto de la enajenación de los sentidos, sino más bien, de la mirada tranquila, responsable y objetiva de las cosas, no empezar a echar pestes y maldiciones cuando las cosas no salen como queremos es el primer paso, actuar en consecuencia (de forma positiva) con todos los elementos que poseemos es el segundo, y esperar a obtener los resultados, que de no ser los deseados, empezaremos a renovar el ciclo positivo y recordar el primer paso.

Te dejo una excelente frase del More Yehuda para que medites en ella.

“A veces perder es ganar”

Te deseo excelente tarde, espero te haya gustado el texto y sobre todo que te sirva de algo para mejorar tu vida cotidiana.

¡Hasta pronto!

 

Referencias bibliográficas

Ribco, Y. (2011) Romper el círculo vicioso. Obtenido desde  http://fulvida.com/ajenos/misioneros/romper-el-crculo-vicioso

Ribco, Y. (2010) ¿Saber o creer que Dios existe? Obtenido desde http://fulvida.com/id-noajica/identidad/saber-o-creer-que-dios-existe

Ribco, Y. (2005) Cterapia Daat: Inteligencia de vida Obtenido desde http://serjudio.com/cterapia/cab050328.htm

Ribco, Y. (2005) Cterapia Optimismo: querer no es poder, pero es un paso… http://serjudio.com/cterapia/cab050404.htm

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Ribco, Y. (2011) Abre el campo… Obtenido desde http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/abre-el-campo