Archivo de la categoría: Identidad noajica

Un buen plan de vida

Vive construyendo SHALOM, a través de la conducta buena y justa.
En tus sentimientos, pensamientos, palabras y acciones concretas; para contigo, para con el prójimo, para con el universo, para lo que está por fuera de él.
Que sea siempre de construcción de SHALOM.

Existen los mandamientos que el Eterno nos ha dado para ayudarnos en esta tarea.
Él entregó a los gentiles, a la humanidad, Siete Mandamientos para que cada uno los conozca y cumpla. Ese, y no otro, es el camino espiritual para el gentil, el cual le lleva a conducirse bajo la brújula sagrada del Eterno en todo momento.
A los judíos Dios entregó la Torá, escrita y oral, con sus 613 mandamientos y multitud de reglas que se derivan de ellos. Constituye este el camino espiritual propio para los judíos, ya que así Dios ha determinado que sea. NO ES el camino para los gentiles, aunque tenga muchísimas conductas benéficas las cuales el gentil puede aprovechar e incorporar a su nutrición espiritual cotidiana. Pero, a no confundir el permiso para sumar conductas provechosas en la práctica, a llenarse de costumbres ajenas, vivir de forma ritual e inapropiada, convertirse en una mala copia de lo que se cree que es lo judío despreciando así en alto grado la belleza, pureza y perfección del noajismo con sus Siete Mandamientos.

Quien vive plenamente, construyendo SHALOM, no tiene asegurado ningún buen pasar en este mundo, ni cuenta con un escudo mágico protector, ni existen ensalmos u objetos maravillosos que evitan las desgracias y malos momentos.
No, ni un salmo, ni una mezuzá, ni una bendición rabínica, ni repetir lemas del Zohar, ni adoctrinarse en esoterismo nos pone por encima de las dificultades que atraviesa cualquier ser en este mundo.

Es precisamente por esto que la construcción de SHALOM es un pilar fundamental.
Porque nos permite encarar las circunstancias de la vida de una manera realmente optimista, confiada, segura, noble, responsivamente saludable, proactiva. 
Porque nos endulza aun en el momento del trago amargo.
Porque nos fortalece aunque estemos naufragando en la vulnerabilidad.
Porque nos acompaña hasta en el vacío más solitario.
Construir SHALOM es el remedio, es el sentido, es la tarea.

Entonces, con ese ánimo curtido por la experiencia y dulcificado por la construcción de SHALOM, podemos ser notablemente humildes, en su verdadero sentido y no en la parodia religiosa del mismo.
Tener conciencia de nuestras virtudes y defectos, reconocer nuestros errores y aciertos, admitir nuestro fracaso sin por ello abandonar la carrera por el éxito.
Saber nuestro lugar y aprovechar al máximo lo que está a nuestro alcance para vivir en satisfacción saludable.

Así, con humildad tratamos de encontrar sentido en todo lo que le pasa en la vida, en las buenas y en las malas.
Si descubrimos algo que nos perturba y perjudica y está a nuestro alcance modificarlo, podremos hacer lo posible por cambiarlo.
Si prometimos algo, seremos nobles como para cumplirlo.
Si nos hemos desviado, tendremos la dignidad como para corregir el rumbo, retornar a la buena senda, y tratar de corregir y reparar lo que hemos dañado.
Si estamos en lo correcto, aunque el mundo se oponga, igualmente seguiremos firmes, con respeto, con aprecio, con valor sosteniendo nuestra posición; pero sin miedo a cambiarla cuando advirtamos que nos equivocamos o ya no es sostenible.
Atentos a la TESHUVÁ, la propia y la del prójimo.
Dispuestos a dejar fluir, sin tormentos ni reproches estériles, cuando las cosas no estén bajo nuestro control.
En resumen, construir SHALOM en todo momento, para ser estables y para cambiar, pero siempre intentando aproximar nuestra vivencia terrena a la imagen perfecta de nuestra NESHAMÁ eterna.

¿Precisamos para ellos objetos simbólicos, rituales, festivales, congregaciones, prédicas encendidas?
Puede que algunas personas anden necesitadas de algún bastón, porque no tienen la fuerza para sostenerse y avanzar por sí mismos.

El Hogar primero, el Centro después.

El Hogar primero, el Centro después.

La siguiente reflexión está basada en un comentario al artículo del Moré Yehuda Ribco “Hogar Noájico”. http://serjudio.com/personas/sociedad/hogar-nojico

La idea de formar centros noájidas antes que familias noájidas solidas quizás no sea tan saludable. (Digo ‘quizás’ para no ofender a quienes intentan poner su granito de arena fundando y liderando tales centros.)

Me explico, el noájida promedio que se acerca a un centro noájida posiblemente termine reuniéndose con personas como él, recién salidas de la idolatría, llenos de sentimientos de vacío y desocupación espiritual, pertenecientes a familias que están sumidas en la idolatría (cualquiera de sus formas expresadas por el EGO) y que, creyendo estar en lo correcto, optan por, más que reunirse, aislarse con personas como él que aun precisan limpiarse de una gran cantidad de cosas con las que la religión le ensució el alma. Sin dejar de lado que muy probablemente terminan siendo “liderados” por personas que en otrora fungieron como pastores, lideres ministeriales, apóstoles, maestros, seudo rabinos, seudo jajam, o cualquier titulo inventado por la religión de la cual formaron parte y cuya costumbre de liderar les cuesta dejar de lado convirtiéndose en la gran mayoría de los casos en pioneros de tales centros noájidas.

Existen otros casos en los que dichos noájidas se dejan llevar por personas judías que valiéndose de tal identidad espiritual, terminan vendiendo religión (frasecitas, dichos, cantos, ropas, costumbres, etc.) pero con algunas pinceladas de judaísmo.

Más que centros noájidas terminan siendo, en el mejor de los casos, centros de rehabilitación espiritual (y en el peor un remedo del antro idolátrico de donde salieron). Y allí es donde apunto, la verdadera espiritualidad no se alcanza congregándose con otras personas que en algún punto de sus vidas des-cubrieron su verdadera identidad espiritual.

La verdadera espiritualidad, el noajismo puro se vive en y con la familia, punto. Enseñando con acciones de bondad y justicia. Dando el ejemplo. Desde un simple “buenos días” hasta “este mes aparto dinero para una obra de caridad”. Es en el hogar donde se restaura la espiritualidad y luego de eso, en mi opinión, podría considerarse la idea de un centro noájida en el cual no se imiten patrones de las religiones y mucho menos patrones exclusivos de la herencia judía sino se dé paso a reuniones de socialización saludables que complementen lo vivido en el hogar.
El hogar noájida debe ser la base del centro noájida y no al revés.
Algunos opinaran que hay que empezar con lo que se tiene a mano, dos o tres noájidas rezando y leyendo artículos, pero los hechos han mostrado que se recae en patrones propios de la religión: fe, dominio del líder, manipulación, estereotipos, sumisión, distorsión de la identidad noájida, religión… religión… y más religión. O lo que considero el PEOR de los casos: la utilización de la identidad noájida con fines de conversión al judaísmo.

Es un tema bastante amplio y de libre opinión en el cual no pretendo establecer una verdad absoluta sino una perspectiva distinta a lo que se viene evidenciando desde hace algún tiempo.
Saludos

Licdo. Jonathan Ortiz

Casi una década viviendo como noájida consciente de mi identidad espiritual, de un largo periodo de des-aprendizaje de lo que aprendí en la religión, de levantar un hogar en el que tanto mi esposa como mis hijos se sepan noájidas, me ha llevado a ver que quizás la idea de formar centros noájidas antes que familias noájidas solidas, por ahora y quién sabe por cuánto tiempo más, no sea tan saludable.

Profeta en medio del pueblo judío

En deut 18:18, se menciona a un profeta que vendría.
Ya vino?
Cuál será la función de ese profeta. Qué clase de mensaje será el que ese profeta traiga?
gracias,
juan jaime gutierrez reyes piedras negras, coahuila, mexico
(Pregunta enviada y respondida originalmente en SERJUDIO.com)

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Salud y bienestar

La NESHAMÁ, nuestro espíritu, nuestro Yo Esencial, es aquello que permanece, que no cambia, que no se modifica. Es nuestra identidad original, perfecta, eterna. Es paz, es bienestar, es conocimiento, es conexión, es LUZ.
Pero está detrás de un velo impuesto por nuestro Creador, tal como la cortina en el Templo que separa el Santo de los Santos del resto del Templo y del mundo.
Además, queda más oculto aún a causa de la suma del barullo e incomprensión provocada por nuestra agitada vida mundana.
Está bien, así es como somos creados, así debemos vivir.

Por su parte, nuestra identidad más superficial y pasajera, la que denominamos Yo Vivido se nos presenta como nuestra personalidad, siendo que es meramente un traje que estamos usando y que vamos modificando a voluntad o imperceptiblemente.
Es un caos que organizamos como podemos, está en medio del incesante flujo indetenible e inasible el mundo, sometido a constante cambio.

Nos guarecemos en la imaginación de ser estables, de ser una identidad inalterable, pero no lo somos. Es nuestro refugio aparente en medio de la tormenta real.
Sin embargo, esta creída estabilidad nos brinda confianza, seguridad, posibilidad de trabajar con nosotros mismos y el entorno de cierta forma medida y saludable.
Es una necesidad, y está bien que usemos estas máscaras para de esa forma no dejarnos arrastrar por el caos y la desesperación.

Pero mucho mejor sería encontrar las máscaras que estén en armonía con esa identidad real pero desconocida de nuestra NESHAMÁ.
Porque entonces, las máscaras no estarían en conflicto sino que serían representaciones coordinadas y poderosas de nuestro ser.

Sin embargo, ¿cómo lograrlo?
Si la NESHAMÁ, con su LUZ, están detrás del pesado cortinaje impuesto por Dios.
Si hay multitud de manchas, costras, cáscaras y máscaras que se han abarrotado a su alrededor e impiden el pasaje de su LUZ.
Si la NESHAMÁ pertenece a una realidad por completo diferente a lo que podemos llegar a conocer o entender, ya que estamos limitados al tiempo/espacio.

El Creador nos ha dado la respuesta.
Ha dado siete mandamientos para los hijos de las naciones, los gentiles. No son un código ritual o religioso, sino el manual de vida ética esencial.
Ha dado 613 mandamientos a los hijos de Israel, para que se entrenen de manera mucho más intensa y esforzada, de tal forma de poder servir como luz para los hijos de las naciones. No por medio de misionerismo, ni convirtiendo a la gente al judaísmo, o enseñando porciones de Torá que no son apropiadas para la espiritualidad noájica. Sino que cumplen esa tarea al vivir a pleno de acuerdo a su propia identidad espiritual. Entonces, los gentiles al ver la integridad, bienestar, prosperidad, plenitud de la vida acorde a los mandamientos que los judíos fielmente cumplen, encuentran guía y modelo para aceptar amorosamente su propia identidad espiritual como noájidas y vivir de acuerdo a ella.
Recuerda, no es cuestión de religión, de palabrería de maestros repetida hasta el cansancio, ni de bailoteos o poses atrevidamente místicas. Sino de llevar una vida de construcción de SHALOM, por medio de acciones concretas de bondad y justicia, tanto en lo interno como en lo externo.

Así, estaremos llevando al Yo Vivido a estar en armonía con la dimensión ética/espiritual, la de la NESHAMÁ.
Gracias a la TESHUVÁ se limpian las manchas producidas por el pecado.
Con la conducta positiva se corre un poquito, en la medida de lo posible (bien poquito, para no intoxicarnos y llevarnos a la terrible muerte –hazme acordar de contarte más de esto, por favor-), el cortinaje que separa el Yo Esencial del Yo Vivido, y resplandece entonces la LUZ en nuestra vida.

Podemos seguir en oscuridad, con las cosas caóticas de siempre, convertidas en pesada rutina de amargura, ira contenida, enojos, reproches, culpas, manipulación, violencia, negación, idolatría, religión, y todo el resto que es pesada carga de muerte en nuestra vida.
O podemos empezar a andar el camino de la LUZ.
No es magia, no es milagros, es simplemente construir SHALOM.
¿Para quién es la ganancia sino para ti y aquellos que amas?

Un mundo ideal–Ekev 5775

Continúa Moshé recordando capítulos de la historia reciente de Israel. También vuelve a dictar y clarificar muchos de los mandamientos que Dios ya había establecido para los judíos. Por esto, el sefer Devarim es conocido también como “Mishné Torá”, “la repetición de la Ley/Enseñanza”, o Deuteronomio como se le llamó en griego.

Un pasaje notable afirma que las mitzvot forman la Constitución que debe regular la vida individual y colectiva de la nación judía en su país. Es el camino marcado por Dios para establecer una vida de paz, de prosperidad, de entendimiento, de concordia, con los pueblos extranjeros, con los hermanos y consigo mismo.
La Torá no está proponiendo una religión, ni una conducta ritual, sino un plan de vida integral, de perfeccionamiento, de crecimiento, de armonía bajo la sabia y amorosa guía que Él nos brinda.
Según está escrito:

«Cuidaréis de poner por obra todo mandamiento que yo os mando hoy, para que viváis y seáis multiplicados, y para que entréis y toméis posesión de la tierra que el Eterno juró dar a vuestros padres
(Devarim / Deuteronomio 8:1).

Pensemos un poquito: si todas las personas cumplieran con los mandamientos que les corresponden, ¿no estaríamos ya viviendo en un verdadero paraíso terrenal?
Porque la mayor parte de las cosas desagradables que nos suceden no son causadas por la naturaleza, ni por accidentes imprevisibles. Realmente, los daños que nos sobrevienen son casi siempre debido a la intervención del hombre, ya sea porque actúa erróneamente o porque está incumpliendo con algunas de sus responsabilidades.
¿Habías considerado este punto anteriormente? ¿Hasta dónde llega nuestra responsabilidad en lo que nos sucede, como individuos y como colectivo?

Entonces, cuando toda la humanidad tome conciencia de que podemos vivir mucho mejor, dedicar nuestra energía y tiempo a cuestiones que contribuyen al bienestar individual y general, ese día estaremos disfrutando de la tan anhelada Era Mesiánica. No como un evento mágico o milagroso, sino como un proceso de crecimiento de la humanidad que lleva a una nueva era de comprensión y acción que es al mismo tiempo buena y justa.

Podemos encontrar expresada esta idea en nuestra parashá:

«Y será que por haber obedecido estos decretos, por guardarlos y ponerlos por obra, el Eterno tu Elohim guardará para contigo el pacto y la misericordia que juró a tus padres. Él te amará, te bendecirá y te multiplicará. También bendecirá el fruto de tu vientre y el fruto de tu tierra, tu grano y tu vino nuevo y tu aceite, la cría de tus vacas y el incremento de tus ovejas, en la tierra que juró a tus padres que te daría. Serás más bendecido que todos los pueblos; no habrá hombre ni mujer estéril en medio de ti, ni entre tus animales. El Eterno quitará de ti toda dolencia y todas las terribles enfermedades de Egipto, que tú conoces.»
(Devarim / Deuteronomio 7:12-15).

¿Deseamos que esto sea realidad? ¿Qué podemos y queremos hacer nosotros para contribuir a materializar esta promesa de Dios?

(Escrito originalmente para SERJUDIO.com, republicado aquí por el alto contenido de enseñanzas acordes a la espiritualidad noájica).

El dios de este 4730

Leí por ahí a una persona que no tiene conocimiento del Eterno, el llamado Dios de Israel, pero Lo agrede y junto con Él a aquellos quienes Le son fieles.
Quizás porque confunde al “dios padre” de la religión cristiana con el Eterno, tergiversación muy frecuente y prejuiciosa. ¡Si hasta hay judíos que cometen semejante disparatada confusión! (Bueno, no debería sorprendernos ya que hay judíos que afirman que la “fe” es algo fundamental, que el judaísmo es una religión, o cuestiones totalmente ajenas por el estilo).
Lo cierto es: ¿a qué persona culta, con veros conocimientos de judaísmo, se le ocurriría hacer esa mixtura entre un dios fantaseado y el verdadero Uno y Único?

Lo que el presunto ateo afirmó es lo siguiente: “un dios edonista creó a la humanidad para cumplir su deseo de sentirse adorado, y que a la mínima que la humanidad, sea individualmente o un conjunto de individuos, se desvía de ese cometido de borregos adoradores la castiga con matanzas y sufrimiento eterno. En cualquier cultura eso sería un demonio tiránico al que le gusta torturar a los demás para demostrar su poder”.

Con vuestro permiso iré haciendo pequeños comentarios para dar un poco de luz allí donde el EGO pasea su sombra como amo y señor.

un dios edonista: ante todo Hedonista, con H.
¿Y qué es el hedonismo?
Una rápida lectura al diccionario nos informa: “Doctrina ética que identifica el bien con el placer, especialmente con el placer sensorial e inmediato.” Y, “tendencia a la búsqueda del placer y el bienestar en todos los ámbitos de la vida.”.
Como nos damos cuenta rápidamente, si “edonista” fue un pretendido insulto o injuria, ¡de poco sirve!
Si realmente el Eterno fuera hedonista, ¿cuál sería el problema? Un Dios que busca el placer y el bienestar en todo momento y lugar, que iguala el disfrute con el bien… ¿eso es un inconveniente para alguien?
¡Por el contrario!
Sería una deidad dichosa, afable, bonachona, dispuesta al juego y la diversión, a prodigar solamente el bien en todas sus formas.
Y sí, el Uno y Único tiene una faceta así, porque Él es Bien.
Pero, Él también es Justicia.
Así que Dios no es hedonista, porque definirlo así es limitarlo a una realidad que no le comprende.
Disfruta cuando Sus hijos, nosotros, disfrutamos; pero, como todo padre realmente bondadoso sabe y actúa de tal forma que el rigor también sea parte de la ecuación. Porque, el extremo generoso es malo, asfixia al receptor, reduce la actividad del otro, niega la posibilidad de crecimiento, al tiempo que sea agota personalmente (si no es Dios, quien es inagotable, obviamente).
No sé si se llega a entender lo que quiero expresar.
Dios por supuesto que ama el placer, nos invita a compartirlo con Él; pero también ama el deber, porque es la manera por la cual adquirimos un mayor grado de placer, el cual surge del compromiso, del trabajo, de la dedicación, del limitarse en aquello que pudiera ser placentero pero no es permitido.

creó a la humanidad: sí, es cierto, la creó como también creó TODO. Y cuando digo todo, es todo.
Ahora, me pregunto una cosa bien sencilla, tan evidente que hasta da pena tener que escribirlo aquí.
Si es un Dios tan poderoso, que tiene a su alcance la creación de una especie y de todo el universo para albergarla, ¿tenemos nosotros, pequeños y limitados mortales, alguna capacidad intelectual o perceptiva para llegar siquiera a arañar un poco Su “naturaleza” y Sus motivaciones?
¿No estará el señor que escribió esas líneas simplemente proyectando su propia pequeñez, su debilidad, su ambición, su deseo, su malestar; que en nada tiene que ver con el verdadero e impensado Uno y Único?
Porque, el señor ciertamente no está hablando de Dios, al cual desconoce y no comprende, solamente está hablando de sí mismo y de su reducido mundo.
Entonces, sería válido preguntarnos si el autor de esas líneas no es un hedonista, un buscador afanoso del placer en cualquier forma, y porque no lo alcanza, se decepciona, se angustia, se aterra, se aferra a sus creencias, entre las cuales está la de negar una Autoridad, una entidad superior insobornable, alguien que sí tiene todo el poder a su alcance pero prefiere limitarse para darnos espacio a nosotros y a nuestras minúsculas existencias.

para cumplir su deseo: si así fuera, si el Creador nos trajo a existencia para satisfacer Sus deseos, ¿habría algún inconveniente?
Porque, si seguimos la creencia del autor de las líneas, entonces ese dios creador de la humanidad es el que dicta las reglas del universo, o al menos las que nos gobiernan, y si ese dios decidiera que fuéramos sus siervos, que nuestra vida solamente estuviera en función de satisfacerlo, ¿quién es el autor para oponerse a este deseo o para contravenirlo?
Resulta un poco pretencioso el autor al querer imponer su opinión por sobre la de su creador, todo dentro de las creencias que él expone. Ese dios te ha creado y te ha dado la misión de servirle, entonces, si no lo haces y te rebelas, ¿estás cumpliendo con tu rol para el cual fuiste creado? ¿O eres solamente un despojo, amargado, carente de sentido, inutilizado por tus creencias, abogando por una supuesta libertad que no existe para ti, porque solamente existe la orden que ese dios te ha impuesto?
En este párrafo no estoy afirmando o negando que el autor haya dicho algo respecto al Eterno, simplemente hice notar que él se contradice en tan pocas palabras.

de sentirse adorado,: no, el Eterno no anda por el universo reclamando ser adorado. Si hay algo que le importa poco y nada es el elogio, sincero o falso. Porque, si ese fuera Su deseo, si el aplauso y el reconocimiento fueran Su motor, entonces Él haría acto de presencia a diario, nos mantendría alertas con milagros, dispondría de todo tipo de efectos especiales para que notáramos Su poder y no tuviéramos ninguna duda de que Él está ahí y le debemos adorar sin pausa ni fin.

Pero, Él Se ha ocultado detrás de la naturaleza, mimetizado con el mundo.
Él no Se muestra, por el contrario, vela toda manera de saber que está aquí y ahora.

¡Todo lo contario a lo que pretende el autor de las líneas!

Tenemos un Dios humilde, todopoderoso y al mismo tiempo anónimo, que hasta soporta que le ridiculicen aquellos que no Le conocen, que le inventen cualidades, que le hagan padre de hijos que no tuvo, que le describan de mil maneras infantiles y pendencieras.

No, no es un chiquillo desesperado por llamar la atención, que hace cualquier malabarismo ridículo para obtener la aprobación de su grupito. Tampoco es el dictador falto de autoestima, carente de amor, que impone su presencia hasta en los lugares más inverosímiles y decreta veneración so pena de condena terrible.

Él es el Uno y Único, no depende de nada ni nadie, no precisa nada ni de nadie, pero todo y todos dependemos de Él, lo sepamos o no, lo creamos o no, lo agradezcamos o no.

Por otra parte, si queremos adorar al Uno y Único, de acuerdo a lo que Él admite como acción de adoración… ¿cuál es el problema?

Es de buena y justa gente agradecer a quien nos hace bondades.
Es de persona leal estar agradecido y ser atento y elogioso con aquel que lo merece.

y que a la mínima que la humanidad, sea individualmente o un conjunto de individuos, se desvía de ese cometido: si así fuera, entonces el dios que describe el autor no es uno hedonista, sino salvajemente estricto en el cumplimiento de la ley. Entonces, el autor nuevamente cae en ridículas contradicciones sin haber siquiera avanzado unas pocas líneas.

Pero, como sea, podemos darnos cuenta de que lo que afirma el autor es por completo falso, porque si fuera cierto… ¿hace cuántos milenios ya se hubiera extinguido la mediocre y tóxica especia humana?

Pero no, seguimos aquí y continuamos causando daños inmensos al ecosistema. Nos desviamos, como conjunto y como individuos, de las normas de existencia ética hasta más mínimas. Pero, Él es misericordioso. Nos protege de nuestra propia idiotez, es un escudo contra nuestras auto agresiones. Nos tiene paciencia, espera que nos demos cuenta del daño que nos causamos y al prójimo y que hagamos TESHUVÁ, que llevemos a cabo el proceso de arrepentimiento. Porque, Él no quiere la destrucción del pecador, sino que le pecado desaparezca para que el pecador esté libre de esa carga y pueda gozar del bien y bienestar que está a su disposición.

La mayoría de los desastres que nos ocurren son causados por nuestra propia conducta, o por nuestras omisiones.

Miremos el agravio que hacemos a nuestra existencia, el miedo que tenemos a los otros hombres, nuestra propia vulnerabilidad que pretende dominar a través de los mecanismos de la violencia.

Si la gente viviera en base a la ética, a los mandamientos para las naciones, estaríamos virtualmente en un paraíso terrenal. Porque, seamos sinceros, ¿cuáles son las peores desgracias que nos acontecen? ¿Acaso no son las que nosotros mismos nos provocamos?

Por si fuera poco, si toda la plata e inteligencia dedicad a la guerra, el terrorismo, la religión, el mercantilismo esclavista, la opresión se dedicaran a la promoción del bienestar, ¿no sería un mundo casi perfecto? Te aseguro que los males que nos acontecerían serían esporádicos y reducidos, teniendo supremacía sobre los elementos naturales y quien te dice que incluso sobre la muerte.

Pero, dejamos que sea el EGO nuestro amo en lugar de guiarnos de acuerdo a la LUZ de la NESHAMÁ. Entonces, el mal abunda, hacemos lo malo por doquier, y todavía tenemos la mala actitud de señalar acusadoramente a Dios y hasta tildarlo a Él de culpable de nuestros males (Shoá incluida)… ¡si seremos mal agradecidos, tóxicos!

de borregos adoradores: seguramente que en el mundo de este autor la gente puede ser considerada como borrega, inconscientes, incapaces de cuestionar, fanáticos que siguen las doctrinas a las cuales están afectados.
Pero, en el judaísmo (el original y tradicional y no esas versiones modernas que se presentan como reliquias vivas y únicas admisibles del judaísmo), se exhorta a confiar pero preguntar, aprender y trasmitir pero también cuestionar. No es la repetición insensible y automática la tónica tradicional, sino el diálogo, en el cual se pregunta y se responde, se argumenta y se rebate, se propone y se rechaza, se diversifica y se cohesiona. Así fue durante siglos y siglos la vivencia judía, muy diferente a la imagen monolítica y embrutecida que hoy presentan ciertas agrupaciones judías “religiosas”.
Desde el primer padre de la Familia, Abraham, se ha comprendido la necesidad del hombre de aceptar sus limitaciones pero a no quedarse solamente con ellas. Ya el primer patriarca se atrevió a pedir de Dios justicia, cuando él consideró que el el juicio del Eterno no era correcto. Y así, no han pasado ocasiones en que se Le ha pedido a Dios rendir cuentas por lo que acontece en el mundo.
Como expusimos más arriba, al final encontramos que es el hombre en amplísima mayoría de las ocasiones el culpable y causante de las desgracias del hombre. Pero igualmente, no dejamos de pedir a Dios que establezca el orden, aunque es nuestro deber hacerlo.
No somos borregos ni debemos comportarnos con ellos.
Tristemente, hay gente que se dice apegada a la Torá que viven como fanáticos y dejaron de pensar y sentir para solamente repetir a la sombra de sus amos, todos ellos encarcelados en las prisiones del EGO.

la castiga con matanzas: como ya explicamos más arriba, si Dios fuera tan severo en Sus juicios, nos existiríamos hace milenios.
Y, hasta donde recuerdo, todas las matanzas son provocadas por el hombre.
Y de aquellas que provienen de desastres naturales, ¿cómo atrevernos a acusar a Dios de enviarlos como castigos cuando existen suficientes causas naturales que no precisan de un dios dictador destruyendo poblaciones enteras para satisfacer un apetito odioso de dolor?
No, el verdadero y único Dios no castiga con matanzas, en todo caso quizás deja de contener las mareas naturales (y/o provocadas por nosotros) que hace tiempo amenazan con destruirnos.
Allí está la catástrofe preparada desde un rato largo pero la protección invisible del Eterno la detiene, la mantiene apartada de nosotros, simplemente por Su bondad. Pero, cuando nuestras acciones siguen aumentando el desastre y no hacemos nada para cambiar la situación, tal vez Él dice “basta” y deja que los sucesos ocurran como deberían haber ocurrido desde mucho tiempo atrás.
¿Se entiende?
Lo que vemos como castigo, probablemente es solamente el resultado de nuestra conducta.

y sufrimiento eterno. : pues no, tampoco esto es así. El verdadero y único Dios no promete sufrimiento eterno, sino solamente un período limitado de tiempo –en medida terrestre- de reacondicionamiento para estar en condiciones de disfrutar del estado espiritual armoniosamente. Como máximo, un año terrestre de readecuación.
Pero, por otra parte, si el hombre cosecha estiércol, porque eso es lo que ha sembrado, ¿a quién se le debiera pedir explicaciones?
Si el hombre deposita en su cuenta bancaria solamente deudas y malestares, ¿cuál será el fondo que colectara al ir a pedir dinero a su banco?
¿Es el hombre que así ha hecho el responsable de su malestar, o a quien le entrega lo que él ha depositado?

En cualquier cultura : pues parece que no es así, puesto que hay culturas que supuestamente adoran a ese dios que este autor está describiendo.
Como estamos comprobando, el autor pretende estar hablando del Eterno y violentándolo, pero en realidad hace una descripción de una deidad ajena, algo que no es Dios. Más bien es su dios, aunque se pudiera declarar ateo.
Gracias a Dios que ese dios no es nuestro Dios.
Gracias a Dios que esa cultura no es la nuestra.

eso sería un demonio tiránico: el autor parece estar describiendo a su EGO, que como todos los EGOs es el prototipo de las deidades idolátricas y de los líderes dictatoriales.
Sí, sin dudas que su EGO puede ser sentido como un demonio, sea lo que ello quiera decir; como un tirano sin piedad.
Por ello nuestra insistencia para que aprendamos del EGO, tomemos conciencia de él, lleguemos a identificarlo, para que podamos ser libres, felices, gozosos, responsables, constructores de SHALOM.
Pero, mientras nos seguimos declarando religiosos o ateos, y estamos luchando o adorando dioses que no son Dios, no hacemos más que seguir en exilio, apartados de nuestro ser, desconociendo nuestra identidad espiritual.
Vivimos en el infierno que nosotros mismos creamos.
Cuando tenemos el paraíso terrenal, y el espiritual, al alcance de la mano.

al que le gusta torturar a los demás: sí, es así. SU dios, ese el cual usted detesta en apariencia, el EGO al cual usted está esclavizado, sin dudas que tortura a la gente. A usted mismo, a los demás, a todos. De eso vive el EGO, de mantener a la gente en miseria, en impotencia, en dolor, en amargura, en duda innecesaria, en rencor, en vergüenza, postrados, adorando dioses –sean cuales fueran-.
Sí, ese dios es terrible, y por ello el verdadero Dios nos ha advertido acerca de él y nos ha dado los mandamientos para que no seamos presas fáciles en las redes del EGO y sus colonizados misioneros.
Pero usted, autor de las líneas, lejos está de comprenderlo.

para demostrar su poder: si es del dios EGO que habla, en verdad no tiene ningún poder, solamente el de manipular y el de usar el poder de sus víctimas para seguir gobernando.
Si es del verdadero Dios que habla, sin dudas que tiene un poder tremendo, inacabable, incomprensible y que no hace nada para demostrarlo, porque como hemos visto más arriba, Él escogió esconderse, hacernos lugar, dejarnos tener la impresión de que Él no existe o no opera, para que así podamos ser realmente libres a la hora de escoger entre ser éticos o lo contrario.
Podemos ser poderosos, podemos ser impotentes.
Nosotros escogemos en que Dios confiamos y cuál dioses inventamos.

Profetas en este tiempo

Mi consulta es 1- porque en este tiempo el Eterno no se dirige a su pueblo ( Israel ) por medio de profetas, 2- o talvez si hay profetas y nosotros los gentiles no lo sabemos, 3- por ejemplo Maimonides, que era considerado tan iluminado como el mismo Moisés. Shalom Miguel Quinteros, 42 años, Ejecutivo, Santiago, Chile
(publicado originalmente en SERJUDIO.com)

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