Llama la atención ver la gran cantidad de personas que dia a dia se unen a las filas del seudo misticismo. Es fácil darse cuenta por el uso que hacen de un lenguaje empapado de palabras o expresiones que segun ellos denotan estar en una onda mística. Ejemplos abundan: «javer, Te envio muchas brajot en este shabat shalom», «Hoy mi sefira de guevurá no fue contenida por mi sefirá de jesed», «este olam seria mejor si todas las personas se conectaran con el ein sof».
Se habla de ángeles, milagros, energia positiva, desarrollo integral, tecnicas cabalísticas para obtener el éxito, dar el maaser (diezmo) para hacerse rico, qué queria decir Yosef cuándo dijo «chao» y por qué es vital saberlo, estudios de Torá el dia tal a la hora tal para aprovechar la sefirá de din está distraida y así hacer tikun en la sefirá de maljut, rezar de tal y tal forma para que fulano sea curado de cierta enfermedad, y un largo etcétera.
Pero, preguntémonos, ¿en todo este boom místico dónde está Dios?, ¿Qué lleva al ser humano a anhelar espiritualidad pero dejar al Creador de lado?
Así vemos a pastores, lideres, falsos rabinos, tutores místicos, autodenominados gurues, conferencistas, ofreciendo riquezas sí y solo sí se da el diezmo (obviamente a ellos). Ya el moré nos enséñó como tergiversan a su antojo expresiones de Sabios de la Luz para manipular a gente inocente y quedarse con su dinero.
Tambien vemos a estos pobres personajes ofrecer exito conyugal a través de «secretos misticos» que fueron transmitidos únicamente entre unos pocos escogidos.
Obviamente, espiritualidad sin Dios tiene sus ventajas: Se puede elegir qué camino seguir, cuáles métodos usar sin que intervenga el criterio Divino.
El noajismo por su parte, enseña que existe un Dios que no sólo creó y sostiene el universo, sino que también ordena «No Robar» como el comienzo hacia una riqueza integral, y «No cometer relaciones sexuales ilícitas» como el comienzo del éxito familiar.