¿Vieron alguna vez a los hombrecitos del semáforo de peatones? Sí, esos que son rojos y verdes… Bueno, resulta que un día, Pedro iba a cruzar la calle, y uno de ellos…
Pedro estaba en la esquina muy atento mirando el semáforo para poder cruzar la calle, cuando de repente le pareció que el hombrecito rojo del semáforo le hacía un gesto.
“Me parece que comí muchas papas fritas y me cayeron mal”, pensó Pedro.
Miró otra vez, y se dio cuenta de que no tenía visiones, el hombrecito de a
Arriba lo estaba llamando, y con el dedito diminuto le decía que se acercara.
“Debe andar mal el semáforo”, pensó Pedro, e intrigado se acercó para ver mejor. Entonces fue cuando el muñequito por fin le habló:
-Estoy muy aburrido, ¿no querés charlar un ratito?, dijo el muñequito.
Pedro abrió los ojos grandes como dos huevos…