PARTE II: El nuevo peligro no son los misioneros cristianos si no…

Parte II: De las estrategias que utilizan los mensajeros del mal para embatir al noájida avanzado.

En la serie anterior abordamos el tema introductorio de lo que es un noájida consolidado y cómo éste se ve atacado por los misioneros del mal. En aquella oportunidad tocamos el tema yacente del por qué los malvados han recurrido a la sofisticación estratégica y táctica para alcanzar su cometido el cual es la desviación de la voluntad divina. Se tomaron como puntos de partida las doctrinas cristianas, musulmanas y budistas porque son las religiones con más adeptos en el mundo y con las que mayor interactúo tenemos. Para comprender el campo de acción de estos misioneros es necesario comenzar por el abordaje de conceptos básicos y clave para entender los principios de combate.

Tal y como la realidad dual que vivimos donde se encuentra en primer lugar nuestro fuero interno y en segundo nuestro fuero externo, es decir, se da una realidad dialéctica, así el combate posee dos elementos donde el primero se da en el fuero interno bajo el nombre de estrategia y el segundo se da en el fuero externo en la modalidad de táctica. La estrategia es el plan y la táctica es la puesta en marcha en el tiempo y el espacio externo de la estrategia o plan que se adoptó. En esta ocasión hablaremos de la estrategia y como funciona. La estrategia es el arte o traza para dirigir un asunto. Nótese que su carácter es inmaterial puesto que el arte o traza son ideas que resultan de la abstracción pero que no son plasmadas en el tiempo y el espacio externos al individuo dentro de nuestra realidad material. La táctica, por el contrario, es la puesta en marcha de esa estrategia. En efecto, Clausewitz en su tercer volumen de la serie “Acerca de la Guerra” menciona que la estrategia es “el empleo de la batalla como el medio para conseguir el objeto de la Guerra.”

La estrategia es entonces aquella teoría del uso del combate para el objeto de guerra. Como ya mencionamos, se da en el fuero interno del combate y supone el planeamiento necesario para poder llevar a cabo la misión bélica. Aplicando esto al caso en análisis procederemos a analogar el concepto estratégico con los embates al noájida consolidado. Mencionábamos anteriormente que los misioneros del mal en la modalidad idólatra son enviados por los cabecillas de las organizaciones para reclutar a las personas con el propósito de que los reclutados se unan a las filas de las organizaciones a las que los misioneros pertenecen.

En el caso de los musulmanes, éstos han encontrado que los lugares más efectivos para alcanzar sus cometidos han sido las universidades y los centros penales. De hecho se habla de que un gran porcentaje de la población penal en los Estados Unidos se ha convertido al Islam y profesan esta creencia lo cual es sumamente preocupante debido a la abogacía de ésta para “convertir” por las buenas o por las malas a las personas no creyentes. En este ejemplo la estrategia comienza con el principio conversor que siguen los idólatras musulmanes y que se desarrolla mediante dos vertientes. La primera vertiente es el convencimiento pacífico para que el misionado se convierta al Islam mientras que la segunda vertiente busca la conversión por medios violentos. Tanto musulmanes como cristianos coinciden en que los centros de reclutamiento se encuentran en las universidades, esto en cuanto a la población joven, ya que en cuanto a la población mayor los cristianos buscan reclutar en hospitales y centros médicos mientras que los musulmanes lo hacen en centros penitenciarios.

El objeto bélico es la conversión a sus creencias por parte del misionado y la estrategia es el plan no aplicado aún que se consumará mediante las tácticas a adoptar para alcanzar el objeto de guerra. Nótese que hemos recurrido a un lenguaje militar debido a que el sistema que estas dos sectas utilizan para ganar adeptos es el de guerrilla y no posee reglas de combate claras. Debido a estas estrategias y tácticas guerrilleras es que se adoptó un lenguaje militar para dar fuerza a la tesis que presentamos acerca de la peligrosidad de estos sujetos y la trascendencia de este tema.

En la serie anterior tocamos el tema del por qué era necesario para los entes malvados el modificar las estrategias combativas para lograr su cometido principalísimo que es el hacer que el noájida consolidado se rebele contra la voluntad divina. Mencionamos ejemplos que dieron sustento a nuestra tesis y que fueron base para la continuación de este comentario. La razón por la que fuimos creados fue para alabar al Eterno y gozar de Su Creación por lo que esto es la voluntad divina. Cualquier cosa que se salga de este simple enunciado es considerado como rebelde y este es el punto de partida para abordar el tema de la estrategia.

Se ha hablado en ocasiones y comentarios anteriores acerca de los orígenes de la idolatría que comenzó cuando los hombres de antaño no conscientes de las verdades universales dieron el rango de dios a las estrellas. Aquí se evidencia el primer problema que dio origen a la idolatría. El ser humano adoraba a estrellas que veía mucho más allá de su alcance y que le maravillaban. Conforme la raza humana fue involucionando, la deificación de objetos fue acercándose cada vez más a la corteza terrestre hasta llegar al punto donde ya no solo eran las estrellas las que eran deificadas sino también el agua, los árboles, etc. Dentro de esa deificación se encontraba la del hombre por el hombre que dio lugar al abuso de los que eran considerados como superiores. La introspección llevó al desarrollo del misticismo y esto da lugar al empleo de fuerzas metafísicas para la obtención del poder y el subsecuente control de las masas. El problema es que la luz que emite la chispa de una persona consciente y activa en su actividad espiritual es mucho mayor que la que emiten los rebeldes y por eso es necesario para los líderes de estos grupejos el reclutamiento constante de nuevas personas que sustituyan a los anteriores.

Con el incremento del factor egoísta en los líderes de esas congregaciones, se dio un fenómeno caótico que vino a involucionar aún más al ser humano. Al darse esta involución, el ser humano se ve en aprietos ya que, de seguir el status quo, la raza se veía en peligro de autodestruirse. Sin embargo la existencia de personas buenas como los patriarcas hebreos, nuestro padre Noé, etc., causó que los efectos nefastos se revirtieran y que el mundo tuviera segundas, terceras, cuartas, quintas y hasta sextas oportunidades. Debido a que el impulso material era mucho más fuerte que el espiritual, la aparición de estos patriarcas sacudió los establecimientos idólatras y dio lugar a la persecución que desencadenó con la puesta en esclavitud y milagrosa redención del pueblo judío, donde se le da a esta nación los preceptos clave para que mantengan su santidad y sean victoriosos en los encuentros contra sus enemigos.

Entendiendo los entes malignos que la única forma de destruir al pueblo judío era mediante la subversión, se dedicaron a buscar las formas en que se dieran divergencias con respecto a la ley para que los judíos perdieran esa protección divina. A través de la experimentación, los malvados descubrieron que la protección era perdida si no se seguían los mitzvot por lo que la aparición del colgado y del falso profeta lo que buscaban era que los judíos se rebelaran contra la voluntad divina para que de esta forma los enemigos pudieran dar el golpe de gracia a los judíos. Al no darse esto a pesar de las numerosas persecuciones entre las que se incluyen los pogromos, el Holocausto y demás, los malvados se vieron en problemas por la imposibilidad de eliminar a la nación escogida y esto aunado al hecho de que la luz se comenzaba a expandir por el mundo y tocaba en esta oportunidad a las naciones gentiles; los mensajeros del mal debieron de replantear y readecuar las estrategias para poder hacer frente a este avance y recurrieron ya no al misionado idólatra sino al misionado ególatra disfrazado como judío o noájida pseudo-judío. Este último tema se sale del tópico estratégico así que lo abordaremos en otra ocasión.

El fondo del plan combativo entonces es la rebeldía contra la voluntad divina que se manifiesta a través de la consecución de la rebelión del noájida fiel que al encontrarse en una posición de mayor vulnerabilidad con respecto al judío, se convierte en presa fácil de los misioneros del mal que le atacan psicológicamente y en ocasiones físicamente. Como se puede ver el fin del combate es, como ya mencionamos, la rebelión del noájida para con El Eterno y la forma de lograrlo es a través de mecanismos especializados conforme a las circunstancias del individuo misionado y que supone la puesta en marcha de la teoría combativa mediante acciones individuales concatenadas a través de criterios teleológicos de rebeldía e involución. Hasta aquí llegaremos con respecto a la vertiente estratégica del ataque al noájida consolidado, en nuestro próximo comentario abordaremos la parte táctica. Que El Eterno les proteja y que estén bien.

10 comentarios sobre “PARTE II: El nuevo peligro no son los misioneros cristianos si no…”

  1. Enseñarle a la gente que el adoctrinamiento que han recibido es incorrecto, una vez más, con las acciones, no con palabras que recaen en oídos sordos.

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