Tu tefilá diaria

Dijo el inspirado salmista:

"Para Ti el silencio es alabanza, oh Elokim, en Tzión [Sion]; a Ti serán pagados los votos.
Tú oyes la tefilá –oración-; a Ti acudirá todo ser."
(Tehilim / Salmos 65:2-3)

Sí querido amigo, el silencio es alabanza para el Eterno, porque el que mucho abunda en referirse a Él, termina blasfemando (expresa Rashi in situ, apoyado en fuentes más antiguas).

Silencia tu jerga, concéntrate en hallar ese delicado hilo sagrado que te une permanentemente con Él.
No rebusques en palabrería, no trates de inventar rituales, no demandes entre clamores aberrantes, sino simple y sinceramente conéctate con Él.
Cada día, no solamente cuando estés en problemas o quieras un favor.
Conversa, desde lo más íntimo de tu ser.
Conéctate con Él, porque también así te conectas contigo.

Hasta el silencio más callado Él escucha y comprende.
Él atiene a todo ser, no solamente a los que se hacen llamar consagrados o líderes.

Él no precisa de ceremonias, ni de rituales, ni de fanfarrias, ni de que te aprendas palabras oscuras en idiomas extraños.
Con sencillez, con el corazón despojado de soberbia, conversa con Él.

Es cierto, los judíos tienen un manual de rezos que está codificado y es mandado orar tres veces diarias, en días regulares.
Pero eso no es lo único, ni todo lo que es el rezo o plegaria.
Es solamente una parte, quizás la menos sustancial.

Todos, judíos o gentiles, mujeres u hombres, grandes o pequeños, ricos o pobres, sabios o menos sabios, enfermos o sanos, todos estamos cada día en condiciones de establecer ese vínculo sagrado, de reforzar nuestra identidad espiritual a través del silencio profundo, de las palabras suaves, del clamor que sale del corazón y no golpea los oídos.

Enfócate en Sión, el centro de tu ser, el lugar donde reposa la divinidad, la Shejiná, el Templo interior, tu espíritu puro.
Que el silencio retumbe y llene los espacios, que ahuyente las sombras, que espante al EGO, que someta a los temores, que te eleve, que te unifique, que te sintonice con el universo.

Haz tu plegaria, tu oración, tu rezo, hazlo con sinceridad, eso es lo que cuenta.
Y no dejes de dar caridad, de ayudar al prójimo necesitado, de colaborar con los que fomentan la construcción de Shalom: paga tus votos a tiempo. Porque así estarás haciendo una parte de tu tarea, de tu sociedad con Dios.

Pruébalo, saboréalo, luego me cuentas.

14 comentarios sobre “Tu tefilá diaria”

  1. Gracias moré. A veces dejo de comunicarme con El a manera de rezo o plegaria, que por algunos de mis errores me cuesta elevar una conversación. Tengo mucho que superar en muchas areas. Espero tener el tiempo para ello y tb ver a mis hijos que lo entiendan y sean mejores. un abrazo.

  2. si que lo son. Para dar una caricia, un agradecimiento, un llanto, un abrazo, una enseñanza. Uff… ayer llegaron nuestros pequeñitos de vacaciones. Me he dado cuenta que he aprendido muchas cosas para con ellos. Ponerse en su lugar como niños y buscar la mejor manera de enseñarles… para ello un par de minutos tb son importantes. Pero a veces me cuesta acercarle una plegaria a Di´s y no por el tiempo.

  3. a eso voy. Se trata de hacer, pero a la hora de orar (rezo, plegaria, diálogo) es donde me cuesta. Será en parte a lo que me dice, respecto a lo aprendido… ya que a veces, por ejemplo cuando me equivoco, volver mi rostro hacia el creador se me hace difícil. Me refiero a querer o intentar comunicarme desde mi interior. Me explico bien cierto?

  4. Gracias Moré!!!

    La oración, aquello que nos permite sentirnos oídos, importantes y amados, es el mismo puente para alcanzar la intimidad con “Aquel” cuya inmensidad se escapa de nuestras mentes.

    Cruzar por ese puente, para entonces reconocernos frágiles, pero con una oportunidad única para agradecerle. Y abrazar al Creador, que pese a su grandeza, se deja alcanzar por la obra de sus manos.

    Un abrazo!

  5. como puedo conseguir el sidur para noajidas ya que me acabo de inscribir a su pagina y por todo lo que he estado leyendo me siento muy agradecido con Di´s de haberlos encontrado

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