¿Adónde vas?

Es una saludable costumbre proponerse objetivos, puertos a los que dirigirse para luego reabastecerse allí.
Objetivos para el día. Para el mes. Para la temporada. Para el año. Para el ciclo. Para la vida.

Si no marcamos un destino ni fijamos un rumbo, difícilmente estaremos navegando con tranquilidad, orden, confianza.
Cada corriente nos llevará, el viento nos dictará el curso, estaremos a la deriva, todo sirve porque nada sirve.
La desazón abruma cuando el caos nos rodea por dentro y por fuera.

Aquí estoy, allí quiero llegar, éste es el mejor camino que en este momento puedo trazar.
Ahora, a izar las velas y también remar, timonear con firmeza y flexibilidad.

Pero, antes sería bueno tomarse un tiempo para reflexionar y considerar si aquella meta soñada, esa que tanto nos desvela, en realidad es la necesaria, adecuada, de bendición, o es otro engaño fabricado por el EGO, otro “trofeo del EGO”, que nos envolverá en ocupaciones vacías, en preocupaciones, en discordancias externas que no dejen ver los conflictos más importantes, las carencias reales.
Quizás tanto afán por tener el mejor 0km, la casa más grande del vecindario, la esposa-trofeo más vistosa, el esposo más esbelto y simpático, los hijos más geniales y bellos, el trabajo más encumbrado, el viaje más exótico y extenso, en fin, todo lo que se propone como una idealización de lo que nos dará felicidad completa y es externo a nosotros, cosas/personas pasajeras, que hoy están y mañana se esfumaron, se fueron a otros horizontes, desaparecieron, envejecieron, surgieron nuevos y mejores modelos. ¿Serán éstas las metas a las que debemos aspirar y remar por alcanzar?

Sabemos que no tiene nada de malo, ni pecaminoso, ni enfermo, querer cosas, anhelar objetos valiosos y obtenerlos legalmente. No tiene nada de inmoral, anti-espiritual, rebelde, querer una gran casa con fondo, y tenerla, y disfrutarla. Ni el mejor auto en plaza. Ni gozar de la compañía de gente bella. Ni de darse lujos permitidos. Ni de hacer turismo allí en donde nos plazca y sea accesible. Nada de malo, aunque las religiones suelen demonizar todo esto para sus “ovejas”.
En realidad, es muy bueno disfrutar de lo que nos está permitido y a nuestro alcance.
La cuestión es comprobar si eso se convierte en el centro de nuestra vida, el motivo que nos mueve, el sentido que da valor a nuestra existencia, el objetivo de nuestra vida.

El cuerpo quiere y merece cosas buenas.
¿Por qué no?
Por ello nacemos como cuerpo, para que disfrutemos de la vida, para ser felices.
El espíritu goza con el goce permitido del cuerpo.
Vamos recogiendo información con nuestras experiencias, y sin son gozosas dentro de lo permitido la información será radiante, de luz. Placer en esta vida y para disfrutarlo también en la eternidad.

Pero, esta vida es un corredor, no el palacio.
Estamos para aprender a ser felices, para serlo, para adquirir esa experiencia y poder disfrutarla en la eternidad.
Sin embargo, la felicidad no es el disfrute de lo externo, sino la unificación de las dimensiones.
Hacer que el cuerpo sea espiritual, que lo espiritual encarne.
Que cada deleite “mundano” sirva para despertar la chispa espiritual y hacerla irradiar su energía benefactora.
Elevar este mundo, armonizarlo con el mundo del espíritu.

Por ello, si ponemos nuestras metas en afanes del EGO, en cosas exteriores, en placeres del momento que sirven para esconder el sentimiento de impotencia, entonces no estamos siendo felices. No estamos sirviendo a Dios. No estamos adquiriendo sabiduría. No estamos recopilando información para disfrutar en la eternidad.
Si el auto nuevo es para sentirme poderoso, es EGO.
Si la casa más grande es para que los demás admiren mi riqueza, es EGO.
Si la pareja la queremos a nuestro lado porque causa el deseo de los demás, su codicia, es EGO.
Si nos ufanamos de lo inteligente y lindos que son nuestros hijos y no les vamos dando su lugar, su independencia, es EGO.
Si el viaje lejano es para demostrar nuestro valor, dinero, poder, es EGO.
¿Se comprende la idea?
Una cosa es querer cosas buenas para disfrutarlas, siempre y cuando sean permitidas.
Otra cosa, muy diferente, es querer las mismas cosas pero para tapar ese inmenso vacío que nos produce el sentimiento original de impotencia, y que aprovecha el EGO para dominarnos.

Por lo cual, disfruta de lo que te es permitido, en tanto te alejas de lo que no lo es.
Pero no llega con ello la felicidad, pues ésta es resultado de algo más.
No solamente del goce sensorial, sino del abrirse generosamente a los demás.
¿Quieres una gran casa? Haz lo necesario y permitido y consíguela, pero no te conviertas en un ser mezquino y avaro, sino que comparte con los demás, da caridad, sé generoso.
¿Quieres ser el mejor estudiante de la generación? Pues, estudia, sigue estudiando, haz las preguntas sabias e inteligentes, aprende, aprende a aprender, pero en el camino no dejes de ser amable, respetuoso, atento, bondadoso con el prójimo.
¿Quieres un cuerpo esbelto, firme, poderoso? Trabaja tu cuerpo, haz ejercicio, sigue una dieta saludable, entrénate, pero no te pases todo el día viéndote al espejo del cuerpo, sino que también presta mucha atención al espejo del alma, reconoce tus debilidades emocionales y trabaja para fortalecerte en ellas, no menosprecies al gordito, feíto, debilucho, pobrecito, sino que sé tú mismo y ayuda al otro a ser.

Es decir, disfruta lo exterior, pero no hagas de ello tu objetivo principal.

Traza tu objetivo, los de corto, mediano y largo plazo.
Ve qué quieres aprender, que potencial desarrollarás, que límite impuesto por el EGO correrás, a cuanta gente beneficiarás realmente con él.
Si encuentras que habrá dificultades, que no todo es cómodo, que tendrás que esforzarte, ¡perfecto! Así es como debe ser.

Cada noche, si tienes energía aún, tómate un tiempito para reflexionar, para evaluar si estás yendo por el rumbo marcado o te has desviado.
Vuelve al rumbo, si encuentras que te has apartado y la meta sigue siendo la apropiada para ti.
No temas cambiar de objetivo, pero ten cuidado, que no sea el EGO que te manipula para hacerte sentir fracasado, dubitativo, impotente. Los puertos no se van cambiando porque sí, sino porque realmente ya no son un destino provechoso y se ha encontrado uno que es mejor.

Recuerda que ni el deseo, ni la creencia, ni el sentimiento, ni la fe, ni el pensamiento hacen nada. Son los actos los que lo hacen.
Piensa bien, siente bien, cree bien, pero HAZ bien.
Te has subido al taxi de la vida hace x años. El taxista (tu conciencia) te preguntó: "¿Adónde lo llevo señor/señora?”
Y tú tienes la obligación de responder, no puedes quedarte en silencio, ni teniendo fe en milagros, ni esperando que otro decida por ti.
El taxímetro corre, el viaje termina en algún momento, hay que ponerse en marcha.
El taxista espera que le des la orden y arrancar y andar el camino hacia tu meta.

Vamos, decide, evalúa, ponte en marcha.

15 comentarios sobre “¿Adónde vas?”

  1. oh si querido socio y mucho mejor todavia si ademas de preocuparnos hicieramos coss realmente para construir shalom.
    ud, querido amigo, es un ejemplo de uno q hace sin esperar nada a cambio.
    mas urieles y el mundo seria mucho mas luminoso.

  2. «Estamos para aprender a ser felices, para serlo, para adquirir esa experiencia y poder disfrutarla en la eternidad.
    Sin embargo, la felicidad no es el disfrute de lo externo, sino la unificación de las dimensiones.
    Hacer que el cuerpo sea espiritual, que lo espiritual encarne.
    Que cada deleite “mundano” sirva para despertar la chispa espiritual y hacerla irradiar su energía benefactora.
    Elevar este mundo, armonizarlo con el mundo del espíritu.»

    Esto es la alegría verdadera…

    Gracias Moré!!!!

  3. gracias, enfocar nuestra existencia hacia algo bueno y provechoso para todos, es diferente a esperar a que pasen los años soñando con la solución egoísta de tener una posición q permita consumir los adelantos del confort y finalmente ser feliz

  4. Releyendo me queda un sabor agridulce:
    «Si el viaje lejano es para demostrar nuestro valor, dinero, poder, es EGO».
    Diria es una falta de comunicacion autentica.

  5. Disculpe Morè. Creo que al releer el post , no estaba conectado conmigo mismo. Diria que mi EGO me hizo una mala jugada. No podia entender como una persona viajar lejos , invirtiendo tiempo , dinero , solo para demostrar su valor y poder. Pero venia a mi mente lo que hizo , al que llaman rey de españa. Un viaje al Africa para cazar jirafas , no se si el ejemplo sea valido.

  6. ahora si. o los q se van a la india para presumir q son «espirituales» para alli hacerse seguidor de un guru. o los q hacen cosas para llamar la atencion y solo para eso, tales como safaris, conquistas de montañas elevadas, etc.
    viajar, para el q le gusta es bueno. enfrentar retos, es bueno. la pregunta siempre deberia ser: para que?
    para llenar el vacio del ego?
    o para hacer algo bueno, para los demas y/o uno mismo?
    se entiende?
    gracias por el comentario

  7. No necesariamente el que viaja lo hace para llenar su EGO , como tampoco si publica fotos de sus viajes. Antes de existir las redes sociales lo hacia , porque me agrada conocer otras culturas , como piensan , actuan , viven. Es parte de la misma creacion , no ? Las fotos que comparto es con el fin de que personas que no lo hacen , puedan conocer , puedan preguntarme y les pueda compartir , si lo hacen la gente que trabaja para Discovery Chanel , no veo porque no puedo hacerlo y si publico las obras sociales que realizo , no es con el fin de conseguir un aplauso , (aunque hay un puñadito grupo de personas que agradecen la labor ,cosa a la cual no le veo tampoco problema) , la intencion es invitar a los demas que la necesidad es grande en todas partes y que todos podemos hacerlo , independientemente si se es rico , clase media o pobre. Mas triste es observar personas con recursos economicos que se quejan del dia a dia , que critican con el fin de opacar las buenas acciones o mecanicos , medicos , abogados , etc , que en ocaciones se niegan a prestar un servicio gratuito a aquella persona que implora por un poco de ayuda. No debemos comportarnos como religiosos al decir que si viajas , pintas , collecionas , representa a un pais en los olimpicos , es con el fin de saciar su EGO , no aplica para todo ser humano. Mientras sea permitido y no se le este haciendo daño a nadie. con mesura. Bienvenido sea!

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