El amo del tiempo

El futuro aparece en la mente de muchos como una ocasión de angustias, de incertidumbre, de dudas, de miedos, de pavores.
¿Será padre? ¿Seré buen padre? ¿Tendré trabajo? ¿Mis hijos me sobrevivirán? ¿Sufriré? ¿Sufriré al morir? ¿Moriré joven? ¿Enfermaré? ¿Tendré amigos? ¿Me irá bien? Cualquier pregunta que desde lo emocional o desde lo filosófico se pueda plantear, se planteará.
El misterio de lo no existente nos reclama, nos llama, nos atrapa para hacernos zozobrar y perder la senda que estamos recorriendo ahora.
De tanto girar y girar alrededor de lo imposible, marchitamos lo posible.
Las energías se escurren tratando de atrapar la arena o agua con nuestras manos, queriendo detener lo que ni siquiera tiene movimiento.
Peleamos con un palo en contra de la oscuridad, (cuando sería más fácil y provechoso prender la luz, ¿no?), y en eso se pierde el tiempo, el presente, la única vida que tenemos que es aquí y ahora.

Entonces, se quiere de alguna forma respuestas, algo que rasguñe esa cortina del tiempo y que nos deje vislumbrar jirones de otro tiempo, de lo que vendrá.
Como si de esa forma se pudiera obtener un elixir en contra de la inseguridad.

Si el pasado nos puede colmar de sentimiento de culpa, de rencores, de vergüenza, de negación, es el futuro (lo que imaginamos de él) lo que nos ahoga con miedo.
Nos aprieta en impotencia.

Queremos quitarnos de encima ese amargo malestar, esa imposibilidad honda, esa inutilidad.
En vez de ir construyendo el futuro con decisiones y trabajo, rasqueteamos la oscuridad para esperar pasivamente y sin hacer nada realmente provechoso.
Queremos, de alguna forma, dominar aquello que no es dominable, controlar lo que no se puede controlar, lo que quizás no existe.
Porque, ¿el futuro existe en el presente?
Y si de alguna extraña manera pudiera ser que el tiempo es una sincronía que aparenta continuidad, ¿habría modo de saltar al futuro para regresar, o abrir una ventana para echar una mirada allí?
Supongamos que se eso pudiera ocurrir, sea con ciencia, sea con “magia”, ¿tendríamos mayor poder sobre nuestra vida? ¿Dominaríamos nuestros terrores? ¿Seríamos más felices? ¿Encontraríamos la manera de construir un sentido trascendente a nuestra existencia?

No saber el futuro, no saber siquiera si hay algún futuro para nosotros (quizás al terminar de leer esta palabra nos sorprenda la muerte), no saber…
Sufrir por ello, estar estremecido por miedos y extraños pensamientos, debilitarse, no avanzar, no construir, simplemente estar sin estar.

Quizás el remedio para mitigar la pena esté en manejarnos con la idea segura y clara de que solamente tenemos este aquí y ahora, no otro tiempo, no otra vida, no una vida descarnada luego de la muerte, no una vida en otro cuerpo tras una creída resurrección, sin magia, sin saltos cuánticos, solamente con este tiempo y lugar.
Quizás hay una vida en un mundo espiritual luego de la muerte terrenal, esa es la creencia de muchas religiones y una básica en el judaísmo. Pero no tenemos evidencia material, no hay pruebas aunque se presenten relatos, anécdotas y citas de personas más o menos célebres.
Quizás haya reencarnación, tal como está de moda creer e incluso algunos ilustres sabios profesan. No lo sabemos y todo aquello que presentan como evidencias, son mitos, cuentos o cuestiones que pueden tener explicaciones alternativas mucho más sencillas y probables.
Lo cierto, es que nada de esto es demostrable. Reside en la creencia y ésta a su vez en la inestable fe.
Quizás esto y quizás aquello, pero la única certeza (al menos por ahora) es que el único tiempo es ese fugaz presente que tienes ahora, aquí.

Puedes aprovecharlo para disfrutar de lo permitido, mejorarte como persona, ayudar a tu prójimo, construir shalom, elaborar un posible futuro con mejores perspectivas.
O puedes no aprovecharlo, porque esperas que el futuro se haga presente como un destino fatal, como un acontecimiento que sucede sin que tú intervengas, como esa sombra misteriosa que cuando nos alcanza ya no es más futuro sino presente.

Yo prefiero escoger lo que representa la vida, que es el aquí y ahora, todo dentro de lo permitido.
Porque es la manera más eficiente y positiva de elaborar un posible mejor futuro.
Pero, ni siquiera con los mejores ladrillos podemos tener la certeza completa de que tendremos un futuro, siquiera alguno breve, y que esté será radiante y pleno.
Recuerda que no lo dominamos y cuanto más pretendemos controlarlo, más nos hundimos en sentimiento de impotencia, más nos duele, más tropezamos sin atinar a levantarnos.

Así pues, haz algo de bendición para tu vida y la de quienes te rodean.
No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy.
Es bien cierto que en pocos días dará comienzo otro año universal (el que comúnmente llamamos año hebreo o judío), el 5774, y por ello se llenan las personas de buenos deseos, salutaciones, rituales, promesas, balances, etc. que en gran medida quedan en el cajón de los olvidos antes de llegar a las dos semanas del año.
Porque se toman fechas importantes para el ritual, el encuentro, la mímica de acción, y dejar todo como está, en la impotencia, en el afán de controlar aquello que es incontrolable.

¿Qué harás tú, mi amigo?

19 comentarios sobre “El amo del tiempo”

  1. Gracias More Ribco. Aprender a concentrarse en ese presente personal, ocupandose en lo que cada quien le corresponde en y para su vida, es un trabajo y reto necesario para no malgastar la energía vital intentando desifrar el propio porvenir.

    Se dice muy facil, pero en la practica se vuelve dificil; el poder e influencia del EGO hace sucumbir al deseo de saber que pasara con nuestras vidas para tener el mayor control sobre ella; sin tomar en consideración que no tenemos el minimo control ni sobre la propia existencia.

    Sin embargo, aunque ya muchas veces se cae en lo mismo (y a titulo personal digo que millares de veces), tenemos chance de reinvindicarnos nuevamente en el espacio de tiempo que nos corresponde vivir, y volver a tomar la decisión de ubicarnos en ese tiempo presente.

    Gracias More, Fulvida, amigos y colaboradores por ayudarnos a los que soñamos con viajar en el tiempo a ubicarnos en la realidad.

  2. Estimado Yehuda, Interesante enfoque, hay grandeza en su sinceridad, “Quizás hay una vida en un mundo espiritual luego de la muerte terrenal, esa es la creencia de muchas religiones y una básica en el judaísmo. Pero no tenemos evidencia material, no hay pruebas aunque se presenten relatos, anécdotas y citas de personas más o menos célebres” y su otra idea “Lo cierto, es que nada de esto es demostrable. Reside en la creencia y ésta a su vez en la inestable fe “, créame que comparto esto en profundidad con Ud. y son esos los argumentos más interesante para valorar la vida, en mi caso, para pensar que a este grupo de átomos que soy, una inmensa bondad, completamente ajena a mi entendimiento le regaló la vida. Sobre el futuro hay tanto que decir, a veces es nuestra única fuente de inspiración, de pensamiento y de crecimiento, quizás, y desde mi modesto punto de vista, es lo más admirable que nos caracteriza como humanos, el resto probablemente lo compartamos con los animales. El futuro, poder pensar en él, imaginárselo, soñar con él, es un regalo, una dádiva que a veces ante tanta miseria, horror y desesperanza que muestran ciertos grupos religiosos, pareciera ser que no se lo merecen.

    1. es usted tb veo una tremendo enfoque y unas sabias palabras.
      Es esperanzador saber que hay personas en otro lugar seres que sí tratan de hacer en este pasar, un mundo mejor.
      Mis respetos desde aquí y si le importa el cambio de año, mis sinceros deseos aunq desconocidos, vivimos en el mismo país.
      A ver si con el cambio de año cambia tb la constitución! :D

      Saludos Sr Juan,

      Daniel.

      1. Vivimos a como a 450 kms.
        No sé si le parecerá la idea a don Juan y por otro lado no sé si sería de crecimiento o beneficio para alguno… ya quisiera.

        Por ahora no tengo ni el tiempo ni las $ para viajar…

        Q dice el Sr. Curioso?

      2. Daniel, encantado de recibirte si vienes por acá, me mandas un mail y listo, o puede pasar a conversar conmigo a mi trabajo. Sobre si sería de crecimiento para alguno, bueno tu sabes, soy agnóstico, si eso no te incomoda, y no te incomoda que aprenda de ti, para mi será un beneficio neto.
        Saludos

      3. eeejalé! jajaja
        Cuando pueda entonces, por ahora irme de viaje sería un lujo.
        Saludos a la distancia y por último para compartir un almuerzo.

        Daniel

  3. Moré estaba pensando en esto de querer controlar y hablando con mi esposa comentabamos acerca de qué tanto controlamos aquello que creemos controlar, cómo sabemos que en realidad lo estamos controlando, y de ser así, qué tan bien lo hacemos.

    Esto como una manera de ser conscientes que si apenas controlamos algunas cosas, cómo pretendemos controlar lo incontrolable.

    Dejar fluir, hacer nuestra parte hoy y ahora, y ya veremos.

    Gracias

  4. Después de Ludwig Wittgenstein hay que tener cuidado con las palabras, con los conceptos, el término controlar es muy amplio, dice a veces unas cosas, a veces otra. Nuestra racionalidad también es poco confiable, a veces nos engaña porque creemos tener certezas sobre algo, pero en realidad no la tenemos.

      1. En realidad lo relativo nos acosa, en arquitectura usamos el concepto espacio, pero al preguntar e indagar más fino, cada arquitecto tiene su propia versión. Para «controlar» en algo mi propia ignorancia estuve indagando el concepto de espiritual, espiritualidad, en diversas fuentes, y la verdad es que se puede hacer un tratado: una esencia, un cuerpo astral, despertar a la conciencia divina, hacer lo bueno, una energía, un cuerpo sin cuerpo, una porción de algo más grande, tu propia consciencia, oposición entre materia y espíritu, la «unidad» de los opuestos….¡uff!..

  5. Como dice Luis.es más sencillo decir k hacer….
    Casi para cualquier actividad de nuestra vida debemos.hacer planes a futuro, lo importante es no enfrascarce en.el.futuro y por ello dejar de vivir el presente.
    K este año nuevo este lleno de bendiciones :-)

  6. Como dice la canción, «ya lo pasado es pasado, no me interesa» claro está, que no hay que olvidarlo para no cometer los mismo errores pero es como el miedo, en vez de permitir que nos estanque, lo más importante es que lo utilicemos como una herramienta que nos permita avanzar, no es malo tener miedo a fracasar pero no tenemos que enfrascarnos ni obsesionarnos en el fracaso por sí mismo.

  7. Es tan real lo que describe moré…

    Porque cuando nuestras acciones se hallan distantes de nuestros pensamientos, dificilmente se valora, se disfruta o se vive. La felicidad parece entonces algo inalcanzable, es un sueño o tal vez solo una meta de un futuro,

    Futuro que es tan imaginario, tan distante, tan incierto, pero alentador para aquellos que por miedo prefieren vivir en esos sueños irreales y ficticios.

    Sin percatarse que «la felicidad», la real, la verdadera es posible alcanzarla en el momento presente, viviendo aquí, ahora, agradeciendo por ese momento que puede ser un instante que pase a la historia personal como productivo, de provecho… un instante «VIVIDO» a plenitud.

    Gracias querido Moré… es tanto lo que he aprendido, y tan valioso, creo que si hay un despertar noajida en el mundo el gran semillero, del bueno, de aquel que es de calidad ha sido y será éste hogar, y su inmenso aporte para ello.

    Un abrazo!

      1. ¡Que así sea!

        Pero no es posible negar que su labor ha inclinado significativamente la balanza, permitiendo que otros pudiésemos subir para empezar a hacer nuestra parte… Gracias de verdad, porque para despertar, precisábamos un despertador,y no cualquiera…

        En medio de la placidez que proporcionaba el sueño de vivir en un mundo irreal, en el que el Ego ha hecho de las suyas, era indispensable hacerlo con Luz, esa que proviene de la verdad.

        Un abrazo!

Deja una respuesta