Shalom, shalom

Shalom se traduce como paz.
Es un estado de completitud, de integridad, de estar a mano.
Equilibrio o armonía son conceptos íntimamente vinculados.

El Shalom es una base esencial para la convivencia humana,
con uno mismo,
con el prójimo.
Entre individuos, entre grupos.

Es la bendición por excelencia que El Eterno otorgó al pueblo de Israel:

"Hashem dará fuerza a su pueblo;
Hashem bendecirá a su pueblo con paz"
(Tehilim / Salmos 29)

Porque, ¿de qué valen las otras bondades y bienes si no se puede disfrutar de ellos?
¿Hay mayor pobreza que tener a disposición y disponible los recursos, pero no tener la capacidad –interna/externa- para gozarlos?

Es tan supremo su estatuto, que la Tradición reconoce la voz Shalom como uno de los nombres del Eterno.

Al ser tan valioso, ¿cómo puede ser que no paladeemos Shalom a cada instante?
¿Cómo explicar nuestras amarguras, descontentos, desconfianzas, desánimos, sensaciones empobrecidas?
¿Cómo comprender que pequeños contratiempos ajenos nos perturben?
¿Cómo puede ser que cositas sin importancia se transformen en terremotos con consecuentes tsunamis?
¿Cómo, habiendo tanto para compartir y deleitarse, cómo terminamos encerrados en celditas mentales, de odio, angustia, rencor, deseos de venganza, malestar, malas acciones, actitudes mortales?
Y, aunque le bienestar material sea escaso, ¿cómo dejar pasar la oportunidad para satisfacerse con el SHALOM?

Sí, la respuesta, aburrida respuesta, la que hace rato brindamos, se reduce al EGO (que es otra manera de llamar al Ietzer haRá).
En esta ocasión no me extenderé en explicarte de la temática, si buscas encontrarás decenas, centenas, de posts publicados al respecto. Con un poco de paciencia, esfuerzo, inteligencia, que apliques podrás descubrir lo que se cocina por detrás de tanta miseria y malestar; hasta tal vez te encuentres con alguna vía de mejorar tu vida y la de tu entorno.
Si quieres compartir los links del sitio (serjudio.com y fulvida.com), bienvenidos sea. Así como tus comentarios, opiniones, ideas, impresiones, que tengan relevancia y sumen a la comprensión y perfeccionamiento. Gracias.

Tal vez te has dado cuenta que la dificultad de establecer Shalom no es con aquellos con los que no mantenemos ningún tipo de relación.
¿Por qué pelearíamos con ellos?
¿Por qué habrían de molestarnos con su absoluta otredad y ausencia?

La prueba verdadera es con nuestra familia, con el vecino, con los de nuestra proximidad y con la sociedad con la que convivimos.
(Y sí, con nosotros mismos… pero sobre esto no hablaré en particular ahora).

Con la gente que está a nuestro alcance es que surgen las distintas ideas y opiniones sobre temas comunes que pueden provocar la separación, la confusión, la discusión, el enojo, la falta de shalom.
En muchos casos, luego de la pelea no se recuerda ni siquiera cómo comenzó, lo cual demuestra así la falta de importancia del tema en cuestión.

Todas las peleas tienen un común denominador: la falta de humildad de sus protagonistas, que se consideran superiores e intentan justificar el motivo de la discordia.
No se discute para encontrar algo de verdad, para ubicarse en un plano de conciencia compartida. ¡No! La lucha es por el poder, para ver quien tiene la razón, quien supera al otro, quien es vencido y quien vencedor.
Es una batalla por el poder, en donde se sacrifica al shalom, y con él a los participantes.
Porque, cuando se quiebra el shalom, ya nadie puede ser triunfador. Quizás se obtiene alguna ventaja material, un sorbo de apariencia de poder.

En muchos casos, la inclinación a pelear del ser humano es la que encuentra los motivos para hacerlo. Pelear por pelear, por aparentar poder.
¿Entiendes la idea?
¿Cómo la valoras?
¿Te sientes identificado?
¿Qué me cuentas?

Construir Shalom es nuestra tarea constante,
por medio de acciones y actitudes de
BONDAD Y JUSTICIA,
de ambas al unísono,
y con la Tefilá (la comunicación con el Eterno, el rezo) aprendemos herramientas para conseguirlo.

2 comentarios sobre “Shalom, shalom”

  1. Construir y vivir Shalom en nosotros mismos. Buscar y encontrar el equilibrio, con la reflexion y aplicando los 7 Preceptos.
    Shalom, palabra y concepto nuevo para los que iniciamos el Camino Noájida.
    NO es la Paz ni el buenismo que se nos inculcó. NO es el tener que ser Bueno y no pecar. NO es el tener que ofrecer la otra mejilla…el perdonar porque sí.

    Shalom, como comenta Moré, es una base esencial para la convivencia humana,
    con uno mismo,
    con el prójimo.
    Entre individuos, entre grupos.
    Con Justicia…con el Poder del mismo Poder que nos ofrece El Shalom…Poder que emana dEl Creador…Poder Autentico.

    Constructor de shalom en el mundo…..http://serjudio.com/personas/etica/constructor-de-shalom-en-el-mundo

    «Hashem dará fuerza a su pueblo;
    Hashem bendecirá a su pueblo con paz»
    (Tehilim / Salmos 29)
    Porque, ¿de qué valen las otras bondades y bienes si no se puede disfrutar de ellos?

    «El Eterno dará fortaleza a Su pueblo;
    el Eterno bendecirá a Su pueblo con shalom.»
    (Tehilim / Salmos 29:11)
    «Ninguna bendición tiene valor, a no ser que haya shalom»
    (Bemidbar Raba 11:7)
    Cuando la persona logra armonizar ambas cualidades fundamentales:

    el apego a las normas, la saludable rigidez de los marcos establecidos,

    con

    la efusiva bondad desinteresada, la acción solidaria para con el prójimo,

    el resultado es que emane shalom,
    que no solamente significa paz,
    sino también integridad,
    plenitud.
    http://serjudio.com/personas/etica/el-camino-del-shalom

    Construir..vivir..compartir Shalom con Bondad y Justícia. SI

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