Aguas y seres

El agua es esencial para la vida, según la conocemos en casi todas las criaturas que habitan este mundo. No sabemos si hay otros seres en los diversos cuerpos celestes, ni podemos conjeturar si dependen del agua como nosotros. Pero, es un hecho, nosotros, los humanos, somo aguadependientes por completo.

El judaísmo no es ajeno a conocer y reconocer este hecho, y en diversas narraciones, anécdotas, leyes, reglamentos, rezos se encuentra el agua como eje de referencia. No daré ahora ni siquiera una breve lista, ni siquiera mencionarñe que se compara a la Torá con agua, pero con gusto leeré la lista de quien desee compartirla en la sección de los comentarios, aquí debajo.

Solamente me detendré en un par de pasajes del TANAJ, que creo son bastante conocidos.
En el Salmo 23, el inspirado salmista menciona en el párrafo 2: «En lugares de verdes pastos me hace descansar; junto a aguas de reposo me conduce

Junto a aguas de reposo, aguas calmadas, aguas que calman.
Ese lugar que sirve como un refugio, como un hogar.
Donde se satisface la sed, probablemente se encuentre algo de sombra reparadora, haya alguna opción para alimentarse.
Un sitio seguro y que asegura.
Donde el caos parece ajeno, alejado, detrás de una barrera invisible y protectora.
A diferencia de las aguas rugientes, esas que son caóticas, que atormentan, que atemorizan, que confunden, que no brindan descanso ni seguridad. Como las que se arremolinan y succionan hacia la perdiciñon, el abismo, el olvido. Como cuando se está delante del océano que es misterioso, inmenso, peligroso. Aunque a sus orillas podamos creer que lo tenemos dominado, igualmente es una aventura ingresar en él con desmedida confianza, sin la cautela del sabio. Los conocedores no se atreven a faltarle el respeto, porque saben que de un instante al otro las condiciones varían, allí en donde era llano se abre una fosa profunda, donde estaba calmado existe una corriente subterránea que arrastra sin compasión, donde parecía que el océano perdía su vigor de repente se transforma en un gigante sediento de vidas.
En palabras del salmista (124:5): «entonces las aguas nos hubieran anegado, un torrente hubiera pasado sobre nuestra alma, hubieran pasado entonces sobre nuestra alma las aguas impetuosas«.

Podemos estar ante la misma agua, y sentirla como un lugar seguro, de reposo, de shalom; pero también puede ser la corriente que nos hunde y ahoga, que en su ímpetu nos asfixia y niega la paz.

A veces esto solamente depende de nuestra actitud.
Cómo evaluamos las situaciones y cómo reaccionamos ante ellas.
Las misma aguas de muerte pueden ser convertidas en símbolo de vida; tal como las del río que llevaron a la muerte a muchos niñitos hebreos pero alcanzaron a Moshé hacia el refugio y la educación que le permitió ser el líder que necesitaría Israel para su liberación.

Podemos dejarnos arrastrar por el caos interno-externo, hacia la potestad del EGO y actuar a su merced, como títeres, monigotes, autómatas dominados. O podemos dejar fluir lo incontrolable y hacernos maestros en la construcción de shalom.
Mucho depende de nosotros, no todo, no siempre, pero sí mucho.

Si tenemos la oportunidad, sentémonos al lado del mar, del océano, del río, de un lago, laguna, arroyo… lo que tengamos cerca. Veamos la infinita grandeza del Eterno reflejada en el Cosmos y percibamos Su rastro sagrado en nuestro ser. Optemos por seguir siendo payasos en papel de dictadores, envueltos en caos y desesperación, o quizñas mejor optemos por disfrutar de las aguas del reposo, de la tranquilidad, de la serenidad de la mente que aquieta la agitación de las emociones.
Construyamos shalom, con acciones de bondad y justicia. ¿Es fácil? Seguramente que no, pero se hará mucho más sencillo con la repetición, con el entrenamiento, con la adquisición del hábito del verdadero dominio.

6 comentarios sobre “Aguas y seres”

  1. El agua es símbolo de la vida, al menos de la que conocemos en nuestro planeta. El Eterno que creó Todo nos ordenó cuidar de Todo. En momentos en que el mundo debate, pero no se concientiza ni actúa responsablemente sobre los recursos hídricos, en este caso, y los naturales en general,se debe reflexionar profundamente las acciones que seguiremos para evitar quedar sin agua potable , algo que podría ocurrir si no se modifican hábitos en los próximos 30 años. Creo que es nuestro deber cumplir con nuestra misión , para ello sólo basta con el cumplimiento de las 7 leyes universales para las Naciones. No es fácil. Debemos comunicarlo a todos nuestros conocidos. No se trata de hacer proselitismo, nada de eso, sino de mostrar una verdad que muchos no conocen.

    1. bienvenido periodista nuevamente. tanto tiempo, espero que este muy bien.
      es muy cierto lo que comenta.
      es importante conocer las leyes universales que el Eterno ha dado para las naciones, cumplirlas y permitir a otros conocerlas. con ellas nos preservamos de catastrofes en varios planos, por spuesto que tambien aquellas que dependen de nosotros en lo ecologico.
      gracias por su comentario, hasta luego

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