Lej Lejá 5776–sionismo pleno

Comienza la parashá con una orden clara, contundente y directa de Dios a Abraham (aún llamado solamente Avram): «Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.» (Bereshit / Génesis 12:1).
Cuánta confianza debía de tener nuestro patriarca para hacer caso a esa voz, que por primera vez oía (que nosotros sabemos era la de Dios), para dejar todo y aventurarse a radicarse en una tierra que todavía era misteriosa para él. Cuenta el Midrash que él había estado allí en varias ocasiones, pero una cosa es ser visitante o turista, y otra muy diferente saber que a partir de ahora ese sería su hogar.

Sus antiguos antepasados habían vivido en aquel amado lugar, que nosotros conocemos como Israel, pues de allí provenía su tatarabuelo Ever. Por algún motivo se habían debido mudar hacia la región de las actuales Irak-Turquía.
Ya Teraj, el padre de Abraham, había deseado retornar a la tierra de los Ivrim (hebreos) y había emprendido el viaje con su familia. Sin embargo, por esto o aquello se detuvo a mitad de marcha.

Ahora Abraham retomaba el camino, confiando en la voz que escuchó en su interior, el llamado de Dios que le indicaba que su lugar estaba en Israel. Fue el primer sionista-espiritual, cuyo objetivo es vivir y embellecer la tierra santa para que reluzca la Luz del Eterno desde allí.
Tal vez fue la primera, pero sin dudas no fue la última en que los descendientes hebreos tienen puesta su mente, corazón y empeño por su hogar milenario. Algunos quedan en el camino, en tanto otros siguen a pesar de todos los inconvenientes y contratiempos hasta alcanzar esa meta anhelada.
Releamos el HATIKVA: “Mientras en lo profundo del corazón palpite un alma judía, y dirigiéndose hacia el Oriente un ojo aviste a Sion, no se habrá perdido nuestra esperanza;
la esperanza de dos mil años, de ser un pueblo libre en nuestra tierra: la tierra de Sión y Jerusalén.”
.
Tal vez podemos identificar en estas palabras, con las modificaciones obvias del caso, lo que también pasaba dentro de Abraham.
¿Te das cuenta?

La orden divina fue acompañada por unas promesas: «Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y engrandeceré tu nombre, y serás bendición. Bendeciré a los que te bendigan, y al que te maldiga maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra.» (Bereshit / Génesis 12:2-3).
¿Qué significa exactamente cada una de estas promesas de Dios?
¿Hasta dónde se han cumplido?
¿Qué es lo que falta?
¿Qué podríamos hacer nosotros, como judíos o noájidas, para hacerlas realidad, si es que aún no lo son?
¿Fueron éstas las que movieron a Abraham a radicarse en la tierra de la familia judía?
¿Cuáles pudieran ser las enseñanzas para los noájidas en su vida cotidiana y en la práctica?

La parashá continúa luego con gran cantidad de temas de importancia, algunos con absoluta vigencia y actualidad, por lo que te invito a que los busques y estudies, y si quieres nos lo compartas luego.

3 comentarios sobre “Lej Lejá 5776–sionismo pleno”

  1. Pretender que los «palestinos» son los propietarios de la tierra de Israel , es como pretender que los pastores idolatras y sus ovejitas tienen un nuevo pacto.

    1. Ademas de Israel aportar al mundo un sin numero de inventos como ciencia , tecnologia , medicina….
      Que aportan los «palestinos»? Aparte de gastar millones en arrojar bombas a gente inocente en Israel , no aportan si no terror.

  2. Buen día Moré, buen día a todos.
    Difícil, muy difícil hacer un comentario sobre éste tema sin cometer algún error por tener un punto de observación limitado por falta de información, imagino sin embargo que en algún momento hubo buen trato entre ambas naciones, pues al ser vecinos eso debe ser un punto de partida, no creo que siempre hayan peleado, no quiero pensar que todo el tiempo hayan estado así y no me refiero a estos tiempos, debió haber habido un inicio para tan beligerante comportamiento, de quien sea, de uno o del otro, hay odio, hay rencor, hay ganas de desaparecer al otro por parte de las dos naciones, ¿porqué?, ¿para qué?, ¿qué se gana con seguir alimentando ese fuego que hace tanto está fuera de control?, debiera haber un punto en el cual pudieran decir ambas partes, ALTO, basta ya, hacer uso del raciocinio, de la inteligencia y con voluntad real hacer a un lado todos esos odios que tanto mal hacen a unos y a otros, no es posible en modo alguno alcanzar un futuro así, no por lo menos un futuro promisorio, hoy es fuerte beligerantemente Israel y… con todo el poderío económico el mundo Arabe, la parte de ese mundo Arabe que está en conflicto, bien pudiera hacerse de ese poder y rebasar incluso el de Israel, y hacer larga, muy larga esta guerra de odio indiscriminado que abarca a todos los miembros de ambas naciones o es que acaso Dios no Bendijo a ambas naciones, es acaso que solo una es Bendita por Él, no lo creo, no quiero creerlo de verdad, no sería justo, no es de Dios, alguno esta haciendo algo mal a la vista del otro y hay egos de por medio, egos colectivos enfocados muy, muy mal, la fuerza, la guerra, la cerrazón, la intransigencia, la descalificación de la contraparte, pero más que nada, el ODIO con que se ven unos a otros debe cesar, es hora de hacer alto total a todo cuanto está dañándolos a ambos, nada, de verdad nada van a lograr sembrando rencor, cada vez que alguno cae por la mano del otro, una semilla de venganza germina y de ella nacen otras miles de semillas y es el cuento de nunca acabar, no se de verdad que hacer respecto de ese tema, no se sinceramente que deben hacer en verdad, lo que si se, es que deben parar YA ese odio con el que viven todos los días, ¿se imaginan a mi país México, queriendo recuperar su territorio perdido?, que tontería, que destrucción tan inútil y atroz se desataría para ambos pueblos, que fractura tan increíblemente inútil, así somos dos naciones hermanas, mezcladas hasta el tuétano, indivisibles aunque haya quien diga que somos totalmente distintos, solo la geografía nos divide y un intento fallido de poner una barrera, caray, ¿porqué tanto odio entre hermanos, Judios y Palestinos?, aunque no lo quieran somos hijos del mismo padre, con distintas identidades porque Él así lo quiso, porque a Él se le antojó que así fuera, tal como cualquier padre encarga y da a sus hijos herencia cuando ve cerca su partida definitiva de éste mundo, a uno esto, al otro aquello, coloca si así puede hacerlo, a uno con una propiedad y a otro como su vecino y en vida, puede cambiar de parecer e intercambiarlos de lugar, acatar, obedecer es lo que toca a cada hijo, Dios mandó a Abraham a tomar la tierra prometida, por ende y aunque no se mencione, a los palestinos des dio otra en compensación, no veo el error, Dios mismo lo ordeno y más allá de lo que ahora se está viviendo, hasta donde yo veo, eso es mandato DIVINO, ISRAELITAS, PALESTINOS, ¡PAREN ESA ABSURDA VIOLENCIA!, sí ambos el que ataca y el que contesta la agresión, para pelear, se necesitan dos, que en alguno quepa la cordura, la casa es el pleito, pues caray que pobreza pelear por un pedazo de tierra, tanta enseñanza, tanto llamado a hacer lo que Dios manda y no llevarlo a la práctica cuando se presenta la ocasión, no entiendo, sí, perdón, no entiendo y por eso escribo esto, soy ignorante de los motivos, pero ¿serán tan malos esos motivos como para asesinarse indiscriminadamente?
    Dios brinde los medios para que se termine tanto odio.
    Saludos querido Moré, saludos a todos y lamento mucho desde lo mas profundo de mi ser tener que hablar de estos temas en un lugar en el que debiéramos hablar de la felicidad que nos da el obedecer los mandatos de Dios para cada uno de nosotros, ya sean Judios o Noajitas.

Deja una respuesta