Aprendiendo a Dejar Fluir

Por nuestros maestros logramos concientizar algo revelador (e intimidante a la vez), que ha servido para el propio autodescubrimiento: cuando nacimos, lo hicimos a la impotencia. (1)

Pasamos del estado de plena seguridad intrauterina, a otro de seres individualizados de nuestro origen materno- aunque fuese físicamente- para encararnos a La Gran Realidad: el mundo no es el útero; esa era la Realidad y la Verdad; la carencia de medios neuronales (2) para comprender la realidad del momento era insuficiente para suavizar La Gran Verdad, la cual estaba revelándose e imponiéndose en ese momento, sin que nadie la defendiera o explicara.

La Gran Verdad-Realidad era que éramos 2 seres y no 1, que el mundo no era el útero aunque uno de esos seres no lo comprendiera o entendiera, y que finalizado el tiempo de formación física, ambos seres tenían que separarse para individualizarse y así, responsabilizarse cada uno por su propia existencia.

Gracias al cielo que nuestro EGO hizo que no nos explotara el corazón del terror ante la Gran Verdad- Realidad: que el mundo es otro, y que en el mundo real éramos seres individualizados responsables de nuestra propia existencia, y para empeorar la escena, no teníamos mucho poder.

Esa Gran Verdad- Realidad no ha variado en nada desde nuestro nacimiento, ni tampoco el EGO ha dejado de cumplir su función natural, aunque extralimitadamente. Mucho menos el deseo de Poder y Control nos ha abandonado, pues se ha acrecentado al punto de ser un estimulante para negar la impotencia, a luchar en contra de ella, o a rechazarla de cualquier forma (3)  , estemos conscientes de ello o lo ignoremos.

Ante esa invariación, entonces, ¿Qué se puede modificar o transformar? Y en definitiva, la forma de responder ante la impotencia que presenta la Gran Verdad- Realidad.

Si lo que podemos variar es la forma de responder, entonces llevan razón los maestros cuando separan Impotencia Real de la Sentida. La primera, la real, es la objetiva, que se presenta la sensación cuando existe un real peligro de muerte; mientras que la segunda, la subjetiva e imaginaria, son todas las demás que no ponen en peligro la vida (4) .

De la primera quien responde es el EGO con todo su arsenal con el fin de salvar la vida; mientras que la segunda quien responde es la razón, la reflexión, el análisis con el fin de aprender a dejar fluir.

Los maestros han enseñado que “dejar fluir la sensación de impotencia imaginaria” es el mejor mecanismo del hombre para liberarlo de la impotencia imaginaria; o en otras palabras, para que el hombre sea más humano y menos primate.

“…Entonces, en vez de atormentarte, pelear, llorar, sufrir o creer la fantasía de la impotencia, puedes hacer otra cosa.
Admite tener esa idea,
acepta que te cruzó por la mente,
reconoce que algo en ti ha generado esa imagen irreal del futuro,
PERO,
no te subas a ese tren, déjalo ir.
Que fluya, así como el pasado negativo. Que se escurra sin llevarse consigo tu energía…
Ahí está la idea negativa, la invitación al miedo, el desastre que pasa por tu mente.
Ve como pasa la idea y luego dedícate a otra cosa. No malgastes tu tiempo. Allí pasó el tren que no te servía, que iba para cualquier lado menos hacía tu felicidad, ¿por qué habrías de seguir pensando o aferrándote a él?
Te enfocas en otras cosa, en aquello que tú realmente quieres, o mejor aún, en lo que estás haciendo aquí y ahora, en eso que es justo y bueno.
Estás vivo, aquí y ahora, estás haciendo lo permitido, entonces, ¿cómo habrás de temer al mal?…” Yehuda Ribco. (5)

Y también:

“..El control estaba en dejar FLUIR/ACEPTAR las situaciones en lugar de entorpecerlas con seudo soluciones provenientes del miedo de saberte limitado en tu limitada humanidad.
Ser conscientes de esto no hará que no sintamos miedo, pero nos ayudará a afrontar lo que viene, puesto que a una preocupación le sigue otra y otra y otra…” Jonathan Ortiz. (6)

Si hasta aquí se está de acuerdo, entonces cabría preguntarse ¿Cómo se aprende a dejar fluir la impotencia imaginaria? ¿Cómo realmente se deja fluir la impotencia sin reprimirla?, o dicho de otro modo, ¿Cómo realmente se sabe que se está dejando fluir la impotencia y no se está cometiendo el error de reprimirla inconscientemente?

Te comparto un ejemplo: en tu trabajo, te enfrentas a una impotencia, la cual se ha trasformado en un problema más personal que laboral. Logras resolver en parte el problema pero no su totalidad. Decides “dejar fluir” esa sensación de impotencia y decides no pensar más en ello, tomar unas vacaciones para desentenderte del tema.

En las vacaciones piensas de vez en cuando en dicha situación y sientes nuevamente el sentimiento de pesar y pena que produce la impotencia, que rápidamente intentas controlar concentrándote en otra cosa.

La sensación de impotencia, junto con el deseo de control, se sigue presentando, al punto de tener pesadillas nocturnas. Por los conocimientos profanos y empíricos sobre el tema onírico, evalúas que dichas pesadillas son producidas por la represión al sentimiento de impotencia y al deseo de control del problema laboral, y concluyes que no dejaste fluir la sensación, sino que la evasión a tal problema con las vacaciones produjo una represión de la sensación.

Si el olvido o la desconcentración del problema no es sinónimo de “dejar fluir la impotencia”, entonces, ¿Cómo se aprende a dejar fluir?

Una respuesta que encontré ha sido concentrarse- y entregarse- a una actividad creadora. Es decir, cumplir con el deber o los deberes que la vida presenta; hacer lo que está al alcance para resolver la situación que produce la sensación de impotencia, y hecho el aporte máximo, concentrarse- y entregarse- a una actividad creadora:

“Bien, si nos centramos en como halla sentido el hombre de la calle, nos daremos cuenta de que existen tres caminos que nos llevan a dar sentido a la vida: primero, cumpliendo un deber o creando un trabajo…” (7) (el resaltado es mío)

Resulta llamativo el hecho de que la actividad creadora del hombre sea puesta en primer lugar para su búsqueda de sentido, pues al entregarse este en algún trabajo o actividad no solamente construye o modifica su ambiente, sino que encuentra sentido a su propia existencia.

“.. cuando (el hombre) logra vivir, no ya de mantera compulsiva o automática, sino espontáneamente, entonces sus dudas desaparecer. Es consciente de sí mismo como individuo activo y creador y se da cuenta de que solo existe un significado de la vida: el acto mismo de vivir…” (8)

Pareciera que en la actividad creadora del hombre (generadora de vida, de ideas, de obras, de pensamiento, de acciones) esta una respuesta posible a como aprender a dejar fluir la sensación de impotencia imaginaria.

Hasta aquí, y por la hora, esta pequeña reflexión.

No me queda más que agradecer su lectura y comentarios, para retirarme a dormir.

Y si te agradó, experimenta antes de compartir ¡¡ conviértete en un laboratorio experimental viviente, y no en autómata ¡

“…El comprender estos mecanismos, el tener claro cómo funcionamos, el profundizar en la ciencia de la conducta humana, es meritorio para toda persona leal al Eterno (judío o noájida), pues nos permite llevar una vida de mayor verdad, actuar con real bondad, servir al Eterno desde la lealtad, ayudar al prójimo con misericordia, establecer justicia con derecho, no ser más una marioneta del EGO y sus manifestaciones externas…” Yehuda Ribco.(9)

(Baruj Dayan Emet. Bendito sea el Juez Justo.
En merito del señor David Fremd; paz a sus restos, consuelo a su familia, y justicia por su muerte.
En solidaridad con la comunidad judía, especialmente la Uruguaya, por la sensible pérdida del señor Fremd; y en general, en solidaridad con la comunidad judía y su derecho a la legítima defensa, con acciones de hecho y de derecho, ante la violencia sin sentido que están padeciendo.)

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[1] “…Cuando nacemos, cuando nos vemos sumergidos en un océano de plena impotencia, es el cuerpo el que padece, el que memoriza el trauma espantoso…” Yehuda Ribco. El Cuerpo Conoce.

[2] “..Al no contar con mecanismos neuronales, ni aprendizaje previo que permita dar significado a lo que ocurre, el recuerdo de tal momento traumático queda registrado en el cuerpo…” Yehuda Ribco. Síntesis sobre el Ego.

[3] “…todo deseo es deseo de poder…nos sentimos impotentes desde el inicio y a lo largo de nuestras vidas. Infinidad de sucesos nos demuestran nuestra limitación, nuestra debilidad, nuestra fragilidad….Oh sí, es terrible, pero allí está siempre presente la impotencia. ..Para paliar esa amarga realidad, .., para evadirnos de nuestra condición es que deseamos. Deseamos poder. ..Sí, el deseo es una forma de paladear la sensación de ser poderosos, …Deseamos, y nos creemos como dioses. ..El EGO se hace amo del deseo.
Porque, deseo y EGO nacen juntos, al momento en que nacemos al mundo y sufrimos el espanto de la impotencia original…” Yehuda Ribco. Te concedo tu deseo.

[4] “…Cada problema que atravesamos es un momento o estado de impotencia, real o vivida. ..Problema  = impotencia, real o sentida. Sabemos que ante el sentimiento de impotencia se dispara automáticamente el EGO con alguna de sus herramientas naturales y/o sus derivados.
Habrá, repito que de forma automática, una o varias de las siguientes conductas: llanto, grito, golpes o desconexión de la realidad,  y/o cualquiera de sus derivados. No depende del pensamiento, ni de la voluntad, ni de etnia, estado civil, edad, religión, estrato social, cultura, sino simplemente de cómo está organizado el cuerpo y su sistema rudimentario de defensa. En determinados problemas la respuesta del EGO puede ser la indicada o quizás única posible…” Serjudio.Com: IEADA

[5] Serjudio.com: Salmos 23:4, el miedo que te consume hoy.

[6] Fulvida.com: No sueltes el Volante.

[7] Viktor Frankl. El hombre en busca de Sentido último. Pag 203

[8] Erich Fromm. El miedo a la Libertad. Pag. 268

[9] Fulvida.Com : Ilusión de Control.

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