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Sheine mishpoje

La familia tradicional judía incluye generalmente los siguientes valores/actitudes/conductas:

  • Auto disciplina
  • Compromiso
  • Responsabilidad personal
  • Respeto
  • Esfuerzo
  • Reconocimiento de la autoridad
  • Contracción al trabajo
  • Solidaridad
  • Apego a la familia
  • Orden
  • Consideración por otros
  • Importancia de la educación
  • Diferir el placer y los impulsos
  • Modestia
  • Recato
  • Decencia
  • Roles definidos
  • Cooperación
  • Encargarse activamente de los mayores o de las personas con dificultades para ser autónomas
  • No a la violencia física
  • No a las adicciones
  • Mantener las tradiciones

Adrede he señalado los puntos que no son rituales o “religiosos”, puesto que en esta caracterización se incluyen perfectamente a las familias “laicas” o más liberales en sus prácticas o creencias, pero que igualmente han seguido culturalmente ligados al modo tradicional de la familia judía.
También a propósito he omitido aquellas características/estereotipos negativos, frecuentemente provocadas por el galut –el exilio-, y que son elementos a perfeccionar.

Me parece buena idea checar cómo está nuestra familia, qué tanto nos hemos derivado del rumbo tradicional y hacia dónde nos dirigimos con las modificaciones existentes.
No sé que te parece a ti.

Por otra parte, es un buen modelo para implementar también en las familias noájidas.

Ser uno

I

¿Dudas que lo que ingresa a tu organismo te afecta?

Cuando pensamos en lo que llevamos a la boca, alimentos, parece fácil dar una respuesta cierta.
No se precisa ni mucha teoría, ni demasiada ciencia, ni profundos estudios para reconocer que el veneno ingerido no resulta muy favorable… ¿no?
Gracias a los constantes avances en el conocimiento fuimos comprendiendo que efectivamente lo que ingerimos nos afecta, para bien o no.
Los nutrientes nos proveen de energía y materia, indispensables para sostener la vida, realizar funciones vitales, mantener los procesos biológicos, etc.
Visita este link, si deseas saber más. http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/foodandnutrition.html

Claro que algún confundido expresó como si fuera verdad sagrada algo completamente diferente, y muy perjudicial si se lo admite literalmente: “no es lo que entra en la boca lo que contamina al hombre; sino lo que sale de la boca, eso es lo que contamina al hombre.” (Cuento de Mateo, cap. 15, verso 11).

¡Por supuesto que el hombre se contamina, se daña y hasta puede morir a causa de lo entra por su boca!
La ciencia solamente confirma lo que el sentido común y dos dedos de frente demostraron hace milenios.
Pero bueno, no es el tema que nos convoca en este artículo.

Como sistema abiertos que somos, tanto lo que entra como lo que sale  de nuestro organismo provoca modificaciones.

Si te pones a pensar un momentito más, verás que no es solamente en lo que a alimentos o palabras se refiere.
También lo que respiramos, lo que tocamos, lo que oímos, lo que vemos.
Así también con sus contrapartes activas: lo que emitimos a la atmósfera, lo que dejamos en el camino, lo que hablamos, lo que producimos, lo que destruimos, lo que desordenamos, etc.
Todo tiene sus efectos.
Todo, aunque no seas consciente, ni sea voluntario, ni te des cuenta, ni lo quieras, por el mero hecho de estar vivo ya estás modificando en cierta forma a tu ser y al entorno, y lo que proviene de fuera de ti también te modifica, a nivel molecular, a nivel mental, a nivel social, multidimensionalmente.
Somos seres ecológicos.

Sería bueno que te tomarás un rato para meditar en esto, si es que aún no lo habías considerado.

II

Luego del momento que te hiciste para reflexionar sobre lo que mostramos recién, continuamos.

Cuando leemos algo, vemos una película, escuchamos una prédica, miramos un blog, somos abrazados, nos instruyen, nos adoctrinan, etc., en toda ocasión vamos recibiendo modificadores, que nos van armando y desarmando por dentro. Cuanto más nos rodeamos de información estrafalaria, nos sumergimos en creencias grotescas, repetimos lemas incoherentes, creemos en fantasías locas, más nos vamos alejando de la salud, de llevar una vida por la senda de la plenitud.
Esto se agrava cuando emitimos mensajes negativos, tales como que no valemos, somos pecadores, somos malos, somos tontos, somos impotentes, cargamos con culpas ancestrales que solo se borran con infantiles rituales, maldecimos, somos agresivos, etc.
A cada instante, aunque no nos demos cuenta, estamos siendo re-creados, creados nuevamente.
Incluso a nivel biológico, también en el resto de las dimensiones que nos conforman.
La única dimensión invariable es la espiritual, pero ya se ha encargado el hombre de confundir el concepto y hacer creer que espiritual quiere decir “emocional”, “ético”, “estético”, “religioso”, “ritualista”, “fe” y cualquier otra máscara que impide ver el real rosto de aquella esencia perfecta que no se cambia, ni se perjudica, ni se contamina con nada de lo que hagamos, nos hagan, o dejemos de hacer.

Esa médula invariable, a la que llamamos Yo Esencial, es nuestra puerta de conexión con Dios, con el prójimo, con el cosmos, con la intemporalidad.
Es nuestro ser que perdura más allá del tiempo de vida en la tierra.

No se contamina, no crece, no se achica, no mejora, no empeora, nada lo modifica, por lo cual en realidad no precisa de ningún nutriente.
Sin embargo, desde el inicio de nuestra vida se van formando costras, cáscaras, recubrimientos que impiden que tengamos acceso directo y claro a esta dimensión que nos conforma.
Por tanto, tenemos el verdadero alimento espiritual, que no modifica al Yo Esencial, pero sí sirve para corregir lo que nos impide encontrarnos y poner en sintonía nuestro Yo Vivido con nuestro Yo Esencial.

El alimento espiritual, el único que sabemos existe, son los mandamientos que Dios ha dado para cada identidad espiritual.
Los Siete Mandamientos Fundamentales para las naciones, para todos los gentiles, y en paralelo el sistema de los 613 mandamientos para el pueblo judío.

Estos mandamientos, cada sistema para cada identidad espiritual, sirven para sintonizar las diferentes dimensiones del ser, para llevarnos a la armonía multidimensional, para encontrar la consonancia entre nuestro Yo Vivido con el Yo Esencial.

El gentil al seguir el código espiritual llamado NOAJISMO, nutre su espíritu, actúa como constructor de Shalom, primero consigo mismo, luego con el cosmos.
De manera idéntica, el judío que sigue su propio código espiritual, el JUDAÍSMO.

Vamos siendo modificados y modificamos, podemos encaminarlo para el lado de la salud multidimensional, o dejarnos arrastrar por las corrientes que fluctúan.
¿Qué decides tú?

III

El primer impacto que recibe el humano cuando nace es una catastrófica avalancha de sensaciones dolorosas, una inmersión total en la más completa impotencia.
El terrible padecimiento se mitiga por la inmadurez del sistema nervioso, sin embargo el registro de esa pesadilla vivida queda grabada imborrablemente en su memoria corporal.
Desde lo más profundo de nuestro ser el trauma de la impotencia se manifiesta a cada instante, es como una presencia oscura constante. No está guardada como palabras, ni como imágenes concretas, ni como sonidos definidos, ni como nada que podamos señalar precisamente. Es una presencia, oscura, borrosa, difusa, tremenda, insoportable, inexplicable pues no entra dentro de ninguno de los registros que empleamos para comunicarnos, para comprender al mundo. Está por fuera, del tiempo y del espacio, de la razón, pero se las arreglas para manipular el pensamiento para generar dudas, ideas extrañas, creencias nocivas, excusas y justificaciones para conductas negativas.

Venimos equipados con un mecanismo natural de supervivencia, nosotros le llamamos EGO, pero puede ser nombrado de varias maneras.
El EGO es un sistema rudimentario, primitivo, efectivo en la necesidad de supervivencia extrema. Está íntimamente ligado a las funciones vitales y a las emotivas.
En breve, tiene a su alcance el control de nuestro ser, si bien con el desarrollo la zona cerebral “humana” es la que comandaría, igualmente en las profundidades permanece el EGO con su ligaduras cerebrales ejerciendo el control.
Pero, sus herramientas para vencer a la impotencia, para llamar la atención de algún protector y nutricio que permita al recién nacido sobrevivir, son toscas y limitadas: llorar, gritar, patalear y si estas no surten efecto, desconectar a la persona de la realidad.

Vamos siendo modificados, estas herramientas del EGO también se modifican, aunque en su raíz se mantienen idénticas.
El llorar se mantiene o se convierte en tristeza, agresividad pasiva, quejas, etc.
El gritar se mantiene o se convierte en insultos, agresiones verbales, mentiras, burlas, hostigamiento, amenazas, etc.
El patalear se mantiene o se convierte en toda forma de agresión física, roturas, lesiones, destrucción, gestos atemorizadores, etc.
El desconectarse de la realidad gira para ser drogas, alcohol, enfermedades, fantasías, dormir excesivo, etc.
(Todo esto es un resumen, ya lo hemos ido trabajando en otras oportunidades, sería bueno buscar, encontrar y estudiar lo ya publicado.)

Cada vez que nos sentimos (sea realidad o fantasía) impotentes, el recurso automático son las herramientas del EGO.
Si perdimos un examen, ¿qué hacemos? Lloramos, gritamos, golpeamos, echamos culpas, buscamos culpables, nos enojamos, rompemos algo, fumamos, cualquier otra reacción de las que son propias del EGO.
Si alguien nos contradice, ¿qué hacemos?
Si nos enteramos de alguna mala noticia, si nos equivocamos, si nos maltratan, si no podemos corregir a un hijo, si… enseguida se dispara la respuesta del EGO.
Luego de un rato, con suerte, uno se justifica, trata de explicar la conducta errática y poco constructiva. Pero, eso es con suerte, pues generalmente uno se niega a retroceder, pues sería corroborar la impotencia, por lo que se agrava el estado de desconexión de la realidad al imponer cáscaras y máscaras, negaciones y trampas.

IV

El EGO nos controla, es un Faraón en nuestro interior.
Si bien en su origen es un benefactor, al perdurar en un sitial que no le pertenece, se constituye en un tirano que nos esclaviza y emplea nuestros recursos para mantener el sometimiento.

El EGO nos introduce en situaciones en las que sentimos impotencia, de modo tal de tener miedo, agobiarnos, desesperarnos por encontrar un salvador, que pronto se manifiesta como el EGO con sus herramientas.

El EGO proyecta sus mecanismos hacia el exterior, como religión, dictaduras, estados policiacos, modas, “cultura”, relaciones tóxicas, publicidad, demagogia, afán por trofeos, conquistas militares, hostigamiento, presiones sociales, etc.

Por su naturaleza el EGO es rígido, desprovisto de empatía, territorial, agresivo, reclama satisfacción inmediata, pretensión de controlar todo, carente de razón, esclavizador, jerárquico, autoritario, demandante, ritualista, infantil, paranoico, se presenta como el “salvador”, el único camino hacia la vida.

El EGO se interpone en el equilibrio indispensable entre el Yo Vivido y el Yo Auténtico, pues la armonía le quita completamente el poder.

V

Introducir información positiva, especialmente en los niños, es una forma de orientar las energías y modificar nuestro ser hacia la liberación de la celditas del EGO.

Los niños que están rodeados de información saludable y positiva de las personas y del mundo que los rodea, se nutren saludablemente –en su aspecto emocional- y por tanto se aporta a ser más tranquilos y calmados, porque fortalecen su autoestima, construyen shalom interna y con el exterior al formar una imagen más segura de sí mismos y de la vida.

Por supuesto que desde los aparatos del EGO no se incentiva esto. La exposición a imágenes groseras, violentas, degradantes, de inestabilidad, provocativas, abunda en los medios masivos de in-comunicación, lo que necesariamente afecta la autoimagen de las personas –particularmente los niños- y por tanto de la manera de interactuar con el mundo.
Si vemos en la TV, en el arte, en las revistas, en la calle que se reacciona al modo EGO, con gritos, golpes, agresiones, adicciones, ¿cómo pretender que el niño se forma una modelo saludable y aprenda modos de comunicación auténtica? Lo mismo aplica para los adultos, sometidos también al EGO, que siguen siendo niños encerrados en sus celditas emocionales del pensamiento.

Así como es bueno que los padres provean de una alimentación saludable, balanceada, rica, a sus hijos, ¿por qué no hacer lo mismo en los otros nutrientes, no solo los que sirven a la dimensión biológica del ser?

Claro, no es una tarea simple.
Uno tiene que aprender a lidiar con su propio EGO.
Luego, vérselas con el tremendo EGO que se distribuye masivamente en los aparatos sociales.
Sería como nadar contra la corriente, pero si damos la excusa antes de hacerlo, si decimos no puedo… ¿en qué dejamos de ser esclavos del EGO?
Hagamos o no hagamos, estamos modificando al mundo.
Mejor hacer el esfuerzo por que sea una modificación consciente, voluntaria, racional, positiva.

Encontraremos inconvenientes, no será fácil, habrá oposición, inventaremos mil justificaciones para dejarnos llevar…

Hemos dado un gran paso si llegamos con la lectura hasta aquí.
Otro paso será si no solo leímos, sino comprendimos.
Luego si compartimos.
Más si lo aplicamos.

Analicemos nuestra situación, veamos cómo estamos bajo el dominio del EGO, descubramos cómo este artículo nos describe, nos desnuda y si nos reconocemos y no nos agrada, hagamos algo para construir shalom.

Para aquí y para allá

El EGO actúa de manera paradójica o tal vez contradictoria.

Quiere que te sientas impotente, y te hace sentir así, a través de miedos, creencias, preconceptos, hábitos perjudiciales, decisiones tomadas en falso, fantasías, dudas, obsesiones, etc.

Quiere que te sientas súper poderoso, y te hace sentir así, por ejemplo con la ilusión de poder, sobreprotección, ejercicio desmedido del control, decisiones arbitrarias, sordera a causa del engreimiento, etc.

En ambos casos el resultado es similar, el EGO mantiene el dominio sobre ti. Lo adoptas como a un amo, te esclavizas, te anulas, resultas sumergido en situaciones amargas, te paralizas, no cambias favorablemente, etc.

Veamos un par de ejemplos.

El joven que teniendo todo para llevar una vida saludable, se empantana en un trabajo pobrísimo, sin estímulos. Solitario, sin novia ni amigos. Sin mucha vida social. A un examen de recibirse de su profesión, examen que nunca ha dado ni dará. Llevando su mochila de culpas propias y echadas a otros, sus rencillas tontas que derivan en rompimientos severos, sus cuestionamientos metafísicos bizarros que no conducen a nada, sus ideales nobles pero desprovistos de vida. Allí, como una nave maltrecha, anclado entre sargazos, sin avanzar, sin retroceder, solamente atrapado, esperando que el tiempo pase, que la vida se escurra. Quizás hasta ayuda a apurar la muerte, por no sentirse valiente como para vivir su vida.

Dicen que el perverso Hitler se empecinó en vencer a Rusia, a pesar de lo ilógico de su capricho, de todos los argumentos racionables en contra, solamente para triunfar allí en donde Napoleón había fracasado.
Será cierto o no, no lo sabemos.
El hecho es que se fue metiendo cada vez más adentro de la trampa hasta que al final no pudo salir de ella, gracias a Dios.
El miserable que se creía un elegido, un ser superior, un líder todopoderoso fracaso porque su EGO lo arrastró.
Ejemplos no faltan, ni faltarán: el Faraón del Éxodo, Amán, Antíoco Epifanes, entre tantos otros.

Reconoce cómo el EGO te manipula, es uno de los primeros pasos para ser libre, sano, feliz.

Me siento triste…

Tenemos derecho a sentirnos mal, a sentirnos tristes, a ver las cosas de color oscuro, a creer que no hay salida al pozo.
Somos personas, no ángeles, ni dioses, ni máquinas, ni entes insensibles de solo espíritu o solo mente.
Somos humanos, multidimensionales, una amalgama de aspectos muy diferenciados, que incluye las emociones, las variaciones químicas y físicas que son percibidas como tristeza, malestar, abandono de esperanzas, etc.
Está en nuestro ser el miedo, la duda, el conflicto, las falsas creencias, el abandono, la debilidad, la impotencia.
Es normal el sentirse abatido, a veces.
No tiene nada de demoníaco, satánico, perverso, enfermo, pecaminoso, amoral, desenfrenado, sentir angustia, sentir que la vida es insufrible.

Pero,
no tenemos el derecho,
no podemos quedarnos en el fondo, ni usar el sentirse mal como excusa para no hacer el bien.

Ya sabemos, son momentos pasajeros, el EGO haciendo de las suyas, sea por mecanismos aprendidos o sea por mecanismos orgánicos,
sea por lo que llevamos en nuestros genes, o sea por lo que hemos adquirido como hábitos,
es el EGO haciendo trampas para seguir en el poder.
Se nutre de nuestra sensación de impotencia,
nos inunda de miedos,
nos hace creer impedidos para cambiar,
nos esclaviza
y nosotros agachamos la cabeza y nos sometemos,
le damos nuestra energía,
lo cuidamos,
lo alabamos,
lo adoramos,
lo excusamos,
lo defendemos,
para seguir en el estado de impotencia que da soberanía al EGO.

Cuando el malestar es severo, recurrente, permanente,
es obligado consultar con especialistas en salud mental.
No hay que buscar pecados, ni reencarnaciones, ni vidas pasadas, ni demonios, de posesiones diabólicas, ni maldiciones, ni trabajos de religiones, ni inventar excusas, pues todo esto no es más que fantasías de la mente al servicio del EGO.
Busquemos ayuda de especialistas certificados en salud mental.
Sigamos sus recomendaciones técnicas apropiadas.
Tengamos soporte de maestros espirituales, no de farsantes religiosos o supersticiosos, sino de aquellos que complementan con sus saludables palabras las orientaciones profesionales de los especialistas en salud.
Encontremos ejercicios que vitalicen el cuerpo físico, fortalezcamos nuestras sanas relaciones sociales, quitemos supercherías y boberías de nuestros pensamientos, limpiemos nuestras creencias de mitología y religiosidad.
Hagamos lo bueno y necesario para encontrar el equilibrio multidimensional.
Seamos fuertes, tanto como podamos.
Controlemos aquello que está en nuestro ejercicio controlar. Pero, no pretendamos controlar lo que está fuera de nuestra alcance.
Aceptar nuestra impotencia y conseguir desarrollar nuestro potencial, nos dará la fuerza real que contamos.

Definamos correctamente nuestro problema.
Demarquemos con exactitud aquello que nos está provocando el malestar.
Al final, y al principio, siempre será el EGO, pero veamos lo que está más cercano a nuestra conciencia, aquello que resulta ser lo llamativo que nos lleva a la situación angustiosa.
Recemos, pero no dependamos de milagros.
Hagamos, pero no nos creamos todopoderosos, porque tras el idealizar viene el doloroso golpe de la caída.
Cambiemos.
Seamos responsables.
Actuemos.
Dejemos de echar culpas, acusar, esperar que la vida se encargue por nosotros de lo que debemos hacer nosotros.

Dobleguemos al EGO, es nuestro servidor pero no nuestro amo.

Si estamos tristes, sepamos que es normal, pero no nos quedemos en el pozo.
No es excusa que algo sea normal para que se convierta en un hábito enfermizo.

Aprendamos a  usar los problemas como trampolines,
las piedras para levantar paredes de casas,
las burlas como si no existieran,
la tristeza para valorar lo bello de la vida.

Ni bien se pueda hacer.
¡Ánimo!

Los patriarcas hebreos como reflejos

A veces:

«Entonces el Eterno dijo a Avram [Abram]: ‘Vete de tu tierra, de tu patria y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.»
(Bereshit / Génesis 12:1)

y en otras oportunidades:

«Yo soy el Elokim de Betel, donde tú ungiste la piedra y me hiciste un voto. Levántate, sal de esta tierra y vuelve a la tierra de tu nacimiento.'»
(Bereshit / Génesis 31:13)

Es interesante que no se repita siempre idéntica fórmula, sino que se tome en cuenta a la persona con sus circunstancias para escoger lo que podría ser un mejor resultado.

Avraham debía salir de su entorno, de sus orígenes, de las costumbres de su patria, del acervo cultural valioso pero corrupto que lo había prohijado. Él debía romper con el antiguo estilo de vida para consagrarse por completo a la causa de construir Shalom en el mundo.
Avraham NO FUE el primer monoteísta, eso es evidente y real, aunque se insista con la farsa de que fue el padre del monoteísmo.
La originalidad de Avraham no estuvo en filosofar sobre el número de deidades, ni en el reconocimiento de un único poder supremo y diferente. Ya otros lo habían sabido y asumido antes. Pensemos en Adam, Java, Ebel, Caín, Shet, Janoj, Noaj, Shem, Ever, entre otros que están registrados en los anales “bíblicos”, o que no lo están.
Avraham era un corte con el pasado, pero no en cuestiones de “fe” o teología, sino en la actitud activa de promover su estilo de vida.
Avraham junto con Sará “hacían vidas” (Bereshit / Génesis 12:5), es decir, ayudaban al prójimo a quitarse de encima el fango de las creencias erróneas, a quitar el poder del EGO sobre sus existencias.
Así pues, Avraham tenía una misión sagrada, salir y ayudar a salir de lo conocido y establecido, para entrar a una tierra sagrada, misteriosa, desconocida, pero que es la esencia de cada uno.
Avraham viajaba desde la certeza de ser solamente Yo Vivido, para encontrar con su Yo Auténtico, y desde ese punto lograr la armonización multidimensional, equilibrar su Yo Vivido a la sintonía del Yo Auténtico. De esta forma destronaba al EGO, quitaba a Nimrod del trono, para poner a Dios en el lugar central y fundamental que tiene.

En el caso de Iaacov, el tercer patriarca, la misión era otra, si bien la finalidad era similar.
También Iaacov tenía que aprender, y luego enseñar, a armonizar sus Yoes. También él tenía que emprender el viaje, el exilio, des-aprender, para luego aprender, asumir una identidad plena, hallar la estabilidad y plenitud multidimensional, hacer irradiar el poder sagrado que todos somos en nuestra esencia.
Él debió salir de su casa paterna para ir a la oscuridad de Jarán, a la casa del timador Labán.
Era el viaje inverso al que emprendió en su momento su abuelo Avraham.
Esta  travesía al exilio no fue ordenada por Dios, sino que las circunstancias, las decisiones personales, los errores y/o aciertos lo encaminaron en esa dirección.
Pero, llegó el momento en el cual llegó la palabra de Dios en que le exige que vuelva a la tierra de su nacimiento, tal como hemos citado más arriba.
No está en el Yo Vivido, en las trampas del EGO, en las excusas, en las agresiones, en las mascaradas, en las falsedades, en nada de eso se encuentra la senda de la Vida.
Sino en el Yo Auténtico, que es hacia donde debe empezar su viaje ahora Iaacov.
Será un viaje de reencuentro, de crecimiento, de lograr despojarse de máscaras para encontrarse su rostro verdadero.
Será el sendero que le dará un real sentido a su existencia.

Los relatos de los patriarcas no son meras historias, sino que guardan enseñanzas para las generaciones.
Tenemos estos dos ejemplos de vida, para que podamos encontrarnos, reflejarnos, aprender de nuestros vicios y virtudes, para que hagamos aquello que debemos hacer.

El éxito lo alcanzaremos eventualmente, al descubrir cómo evaporar el reinado del EGO, para que nuestra vida tenga una real existencia.

Resp. 1053 – ateismo y mundo venidero

juan lira nos consulta:

hola a todos; gracias por permitirme estar por aqui.
miren; creo entender que un ateo buena persona, respetuoso del projimo y amante de la paz puede llegar al mundo venidero, pero me alegan muchos cristianos que no será así, por que ellos no creen en ….; yo les digo que ellos creen en ….; pero odian mas que nadie, y poco bien hacen algunos. ¿ si la persona no cree en Dios pero hace el bien, tendrá cabida en el ?
juan lira navarrete, 42 años, conductor profesional, santiago de chile

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Resp. 1052 – Podemos Pactar con DIOS

Jose M  nos consulta:

1- MUCHOS utilizan el salmo 50;5 Y Esdras 10;3 para justificar que podemos pactar con DIOS.
2- Yo puedo parar me frente a DIOS DE TU A TU de cara acara AL MISMO NIVEL Y PACTAR CON EL?
3- SI YO NO CUMPLO EL SABRA QUE HACER CONMIGO,
4- PERO SI DIOS NO QUIERE CUMPLIR SU PARTE QUE HAGO DEMANDO A DIOS EN LOS TRIBUNALES O LO CASTIGO?
5- Cuando leemos SIEMPRE ES DIOS QUIEN PACTA CON EL HOMBRE. Si es un error de traducción, porque no lo arreglan. He buscado 10 biblias y 7 Tanaj y dicen lo mismo. como es posible espe
Jose M Rivera, 42, Vendedor, San Juan, Puerto Rico

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A cerrar los pozos…

«(12) Itzjac [Isaac] sembró en aquella tierra, y aquel año obtuvo ciento por uno. El Eterno lo bendijo,
(13) y el hombre se enriqueció y continuó enriqueciéndose hasta llegar a ser muy rico.
(14) Tenía rebaños de ovejas, hatos de vacas y abundancia de siervos, de modo que los filisteos le tenían celo.
(15) Los filisteos cegaron y llenaron de tierra todos los pozos que habían abierto los siervos de su padre Avraham [Abraham], en sus días.
(16) Entonces Abimelec dijo a Itzjac [Isaac]: -Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros.
(17) Itzjac [Isaac] se fue de allí, asentó sus tiendas junto al arroyo de Gerar y habitó allí.
(18) Itzjac [Isaac] volvió a abrir los pozos de agua que habían abierto en los días de Avraham [Abraham] su padre y que los filisteos habían cegado después de la muerte de Avraham [Abraham]. Y él los llamó con los mismos nombres con que su padre los había llamado.
(19) Después los siervos de Itzjac [Isaac] cavaron en el valle y descubrieron un pozo de aguas vivas.
(20) Y los pastores de Gerar contendieron con los pastores de Itzjac [Isaac], diciendo: -El agua es nuestra. Por eso llamó al pozo Esec, porque allí riñeron con él.
(21) Abrieron otro pozo, y también contendieron por él. Y llamó su nombre Sitna.
(22) Se alejó de allí y abrió otro pozo, y no contendieron por él. Él llamó su nombre Rejobot diciendo: -Porque ahora el Eterno nos ha hecho ensanchar, y seremos fecundos en la tierra.»
(Bereshit / Génesis 26:12-22)

Ah, el EGO…
Cuando otro resalta, lo queremos bajar, a como dé lugar.
No, no queremos subir, nada de superarse, para qué el esfuerzo personal… mejor es disparar contra el que se destaca…
Si alguno enriquece porque es trabajador, porque es productivo, porque camino por el sendero del Bien, no faltan los que celosos cavaran fosas delante de sus pasos.
¿Para qué trabajar si resulta más cómodo hundir al que está haciendo bien las cosas?… es lo que el EGO susurra al corazón de los celosos y envidiosos.

En esa ceguera maliciosa, no importa si se afecta a inocentes, a buenos, a justos… nada importa más que cometer el acto vil que dé la impresión de que uno tiene poder, que se aparente que uno no es impotente.
Incluso aunque en el intento por malograr al exitoso uno mismo termine perjudicado y sumergido…
Eso es lo que busca el EGO, en principio y en final: que la persona se sienta impotente, que la persona tema, que la persona recurra a las armas del EGO para sentirse menos impotente para terminar ahogado y sin escapatoria en el mar cenagoso del EGO.

El EGO te dice que te hará libre con su “verdad”, cuando eso es otro engaño, porque te hará más esclavo, menos libre, menos auténtico.
El EGO te arrullará con fantasías de poder y dominio, pero serás débil, sometido, arrastrado, sin fuerzas ni siquiera para llorar por tu estado patético.

“Aléjate de nosotros, porque te has hecho más poderoso que nosotros”.
Parece una orden extraña, porque sería mucho más razonable rodearse de amigos poderosos, así uno crece junto con ellos, o al amparo de ellos.
¿Qué prefieres tú?
Para el anclado a la miseria a causa del EGO, por supuesto que es intolerable tener a alguien que ha superado al EGO a su lado.
Porque el otro demuestra que se puede en verdad, porque el otro denuncia al EGO con su mera presencia, porque el otro desnuda tus debilidades simplemente por existir.
Entonces, alejarlo, echarlo, desterrarlo, apresarlo, humillarlo, hostigarlo, encerrarlo, asesinarlo… ¿qué quiso hacer Amán y qué el Faraón y qué la Inquisición y qué Hitler y qué los árabes que se hacen pasar por “palestinos”?
Sus vidas, llenas de oscuridad, de malicia, de podredumbre, de EGO se enfocan en la destrucción de lo que los puede dejar en evidencia, de aquellos que por su presencia demuestran que son impotentes.
Entonces recurren a las armas del EGO, que son simples pero eficientes, brutales pero amparadas por las excusas que hilvana el cerebro cómplice.

Y así se cavan los perversos, los esclavos del EGO, sus propias tumbas.
Tapan los pozos de vida que abren y comparten los emisarios de la Luz.
Les quieren negar la existencia a los que son libres y auténticos, al mismo tiempo que se la niegan a ellos mismos.
Persiguen con sus desmanes a los buenos y justos, porque los odian, pero con ello solamente se dañan a sí mismos.
Convierten en estériles desiertos lo que pudiera ser paraísos.
Llenan de rencores, disputas, peleas, agresiones, murmuraciones, ofensas, manipulaciones, lo que está potencialmente preparado para ser placentero.
Aunque se auto laceren, poco les importa, porque es el EGO el que está al mando y al EGO poco le importa la persona que “habita”. Aunque tiene la misión de hacerlo sobrevivir, aunque se presente como salvador y redentor, aunque parezca un compañero útil para la vida, al EGO poco y nada le interesa el bienestar de la persona que “habita”.
El EGO solamente quiere sobrevivir y, tal como ciertos parásitos, en su succión de energía pueden ocasionar terribles daños y hasta la muerte.

Pero, el que comprende esto y hace un trabajo de maduración multidimensional, y por tanto lleva una vida de espiritualidad verdadera, no se deja pervertir por los susurros tentadores del EGO.
Sigue estando siempre bajo la sombra del mismo, pero encuentra mecanismos para ensanchar su vida y no para restringirla.
El mundo, los acontecimientos, los vecinos, quizás no le sean favorables. Tal vez no sea “exitoso” en la evaluación basada en EGO, pero sigue andando a la Luz del Eterno, actuando con bien y justicia, como constructor de Shalom siempre.

Estos textos que te presento tienen la intención de que puedas verte al espejo del alma, evaluarte, revalorizarte, hallar la forma de ser libre y feliz.
Mírate a través de la información que se te brinda y que tú debes analizar.
Aprende de ti, para amarte, conocerte y cuidarte.
Te servirá también para tener una mayor comprensión de lo que impulsa muchísimas de tus acciones y sentimientos, como así la de otras personas.
Esto sirve de herramientas esencial para construir Shalom.

Puedes dejarlo de lado con la excusa que quieras.
Puedes ir aprendiendo y creciendo.
Solamente depende de lo que decidas y emprendas en consecuencia.