Hola amigos, hoy quiero compartir algunas ideas, y para ello utilizare antes el siguiente ejemplo.
Supongamos que tenemos un vaso lleno de agua, en él hay un cubo de hielo que flota y el agua está justo al borde del vaso, es posible ver la parte que sobresale del cubo de hielo.
La pregunta es: Pasado el tiempo, ¿Qué ocurre cuando el hielo se derrite?, para responder nos dan tres posibles respuestas,
- Se derrama un poco de agua
- Permanece igual
- Disminuye el nivel de agua
Y la respuesta correcta es…; para algunos puede ser más que obvia, ¡pero para otros no!
En días pasados conversando con un buen amigo, le comentaba que ante éste acertijo físico que es común, he visto respuestas en las tres opciones. Él un hombre “inteligente” me peguntaba ¿Cómo alguien por ejemplo puede elegir la opción c como la correcta?, – No lo sé-, respondí, – pero ocurre lo he visto-, puedo intentar dar otra respuesta ahora que lo pienso un poco más, una que bien podría ayudarnos a ser mas asertivos para con el prójimo y también para con nosotros mismos.
La respuesta bajo condiciones normales, “hablando de agua potable y de hielo hecho con agua potable” es la b, pero la pregunta es: ¿Realmente es obvia la respuesta?, ó ¿cuál es la razón por la que se eligen otras respuestas?.
Claro, la opción correcta es obvia para aquel que tiene conocimiento de los principios físicos que en este pequeño experimento se involucran, hablar de Arquímedes, de volúmenes, densidades, del principio de flotabilidad, entre otros; pero… si no tiene idea de los conceptos físicos puede existir alguien que guste de una coca – cola con hielo, ó de un buen licor en las rocas, que además sea observador y por experiencia pueda atinar a la respuesta correcta.
Como vemos, también hay varios factores que le permitirán a una “persona” acertar al momento de elegir.
A que va todo esto, no intento dar una cátedra teórica de física, ni tampoco hablar de Arquímedes mi intención es hablar de noajismo, es preciso; aun existen múltiples cuestiones, donde la opción y respuesta correcta no es siempre elegida.
¿Por qué tantas personas se siguen equivocando al elegir un estilo de vida, al acercarse a una religión, al obedecer ciegamente las palabras de un líder, al desear una conversión al judaísmo, al negar su identidad espiritual, al buscar a Dios en lo que no lo es, al aceptar mitología como verdadera, al correr tras lo místico, supersticioso ó nueva era para sentirse espirituales?
Y así podríamos seguir enumerando una larga lista de preguntas cuyo fondo es el mismo: ¿por qué las personas eligen respuestas incorrectas en su intento por ser felices y encontrar a Dios?.
Lo que puede ser obvio para algunos, para otros no lo es, es precisamente el conocimiento, ó la experiencia en algunos casos, lo que permite llegar a una respuesta correcta. Pero NO lo único a tener en cuenta.
Hay personas que por más que les hables, que les demuestres mediante pruebas fehacientes la veracidad, la belleza, la simpleza del noajismo, lo equivocado de sus creencias “no lo comprenden”, y siguen eligiendo otras alternativas que los alejan de la correcta. Pese a que han tenido en frente “el conocimiento” no lo apropian.
También hay quienes desde sus propias experiencias podrían hacer evidente que hay algo mal, equivocado, pero siguen sin ver la respuesta, peor aún… estancados, inmóviles, incapaces de cuestionar, de ir más allá, de sacar alguna conclusión que les permita llegar a lo correcto.
En condiciones “normales” el conocimiento y la experiencia me ayudan a llegar a la respuesta correcta, … así en el caso de nuestro ejercicio cuando se sabe que: el agua es potable, que el cubo de hielo es de esa agua, la respuesta es la c.
Pero, si alguien con base en lo que le enseñaron, lo que aprendió, lo que le dijeron, supone ó cree otras cosas que se alejan de nuestra condición normal.
Por ejemplo si el hielo en realidad es un gas (hielo seco), si el agua del vaso es agua de mar, si al intentar hacer el experimento lo modificó sin querer (el mismo vaso con el hielo, pero tapado por una pequeña lámina que mantiene el hielo al nivel del borde del vaso),
Y… si no le gusta la física porque en el fondo le tiene terror; si no desea adquirir conocimiento porque en realidad le aterra la idea de saberse falto del mismo; ó porque cree que le es suficiente beberse la coca – cola ó la bebida del vaso para ser feliz , a quién le interesa lo que pasa con el hielo; entonces, habrían respuestas diferentes a la que hemos definido como correcta.
Esta es la misma razón por la que la gente se equivoca, porque no hay conocimiento, ni experiencia, o porque habiéndola… hay un componente que es preciso sumar “una historia, detrás de la historia particular psicológica ó sociológica de cada persona” que en conjunto influyen en lo atinado ó equivocado de una elección.
Los que hemos atinado, para llegar al noajismo hemos pasado “sin duda” por procesos que involucran el conocimiento, la experiencia, el sobreponernos a lo que nos enseñaron, romper paradigmas, re – descubrirnos, y empezar por des – aprender lo mal aprendido.
De modo que si eres de éste pequeño grupo de noájidas consciente, prepárate, para hacer tu parte, para ser aquel que un día puede ayudar al otro a abrir los ojos, comparte conocimiento cuando lo precises, pero si es el caso aprende a ser: el hijo, el amigo, el jefe, el maestro, el compañero, el tendero, el vecino…, la persona que el otro necesita cuando quiere ser escuchado, cuando quiere hablar, cuando en parte está luchando por salir de la celda psicológica ó social que le pusieron y que le hace ser incapaz de reconocer la verdad.
Aprende del Ego, de la comunicación auténtica, de tu identidad, compártelo, vívelo, contagia a los que duermen… la ausencia de este conocimiento sigue esclavizando a multitudes.
¡¡¡Un abrazo queridos amigos, y que sepamos ser participes en la construcción de shalom!!!