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Los trofeos del EGO

Hemos instruido acerca del EGO, te recomiendo que busques y estudies al respecto, será necesario no solo para comprender el siguiente texto sino también para poder seguir avanzando en tu camino de redención y libertad.

Uno de los requerimientos del EGO es el de la obtención de trofeos, lo que se convierte en motivo de existencia para muchas personas.
Al ir en pos de esos trofeos, al obsesionarse por ellos, uno deja de vivir en plenitud, rechaza el gozo de la bendición constante, para sufrir por el anhelo de alcanzar más y más galardones, medallas supuestas ofrendas del éxito.

¿Cuáles serían esos trofeos?
No puedo indicarte todos ellos, pero haré lo posible por destacar los más habituales:

  1. Dinero.
  2. Parejas ocasionales con las cuales se mantiene relaciones sexuales.
  3. Novios/novias que se ha tenido.
  4. Campeonatos deportivos.
  5. Objetos de colección.
  6. Títulos académicos.
  7. Triunfos atléticos.
  8. Prendas de vestir y zapatos.
  9. Personas conocidas (modernamente, “amigos” del Facebook).
  10. Lugares que se ha visitado.
  11. Libros que se ha leído, aunque no necesariamente comprendido.
  12. Ocasiones que hemos tenido la última palabra en discusiones.
  13. Calificaciones en trabajo o cursos estudiantiles.
  14. Calorías perdidas en dietas.
  15. Canciones que se sabe de memoria con coreografía incluida.
  16. Películas que se ha visto.
  17. Pasajes bíblicos que se repiten como lemas.
  18. Empresas que se posee.
  19. Cabezas de animales que se ha cazado y embalsamado.
  20. Baratijas que se adquieren en viajes turísticos.

Como te he dicho he señalado un pequeño número de los trofeos más corrientes, quizás te reconozcas en alguno de ellos o puedas reconocer a algún conocido.
Antes de continuar instruyéndote al respecto de estos trofeos y su mecanismo dentro de la economía anímica de la persona, aguardaré a que me brindes tú dos respuestas que preciso para continuar.

1- ¿Puedes mencionar al menos tres otros trofeos que se convierten en centro de la vida personal?

2- ¿Cómo crees que funciona el anhelo por trofeos para someter a la persona al dominio esclavizante del EGO?

Si no obtengo respuestas de al menos cinco personas diferentes, lamentaré no podré continuar con esta enseñanza por el momento.

Así que, depende de ti que participes aquí debajo en la sección de los comentarios.

Nos estamos viendo.

El populacho en ti.

El pueblo de Dios, los escogidos para recibir la Torá, los que participaron en persona y como pueblo de la Revelación Divina constante desde el Éxodo, los que eran sostenidos por el maravilloso alimento celestial denominado “maná”, ellos eran los que menos pudieran quejarse o dudar de Dios y Su actuación en el mundo.
Para ellos la Presencia del Eterno no era cuestión de fe, de confiar en libros o relatos, de creer en doctrinas religiosas; para ellos la Presencia de Dios era una manifestación constante.
Desde el amanecer hasta el anochecer Dios estaba con ellos, en medio de ellos, protegiéndolos, alimentándolos, conduciéndolos, castigándolos, amándolos, siempre Él estaba allí.
Nadie lo dudaba.
No había “ateos” ni “agnósticos” entre ellos.
Pero, el EGO igualmente ejercía su poder oscuro sobre las mentes y corazones.
Ese EGO traicionero que desde el comienzo de nuestra vida en este mundo nos acompaña y que al principio nos sirve con lealtad, pero que luego se transforma en un ogro interno, en un malvado Faraón, en un corrupto que se hace pasar por deidad y salvador.
Ahí está, en nosotros, como nosotros, y también estaba en aquellos que eran liberados directamente por Dios y llevados por Él.
Por supuesto que Dios es Todopoderoso, nada ni nadie se Le compara.
Y a pesar de ello, el EGO podía corroer desde adentro a las personas para llevarlos a caminos de error, de desconocimiento de Dios, aunque no de negarLo.
El EGO que es el amo de la mayoría de las personas, el que motiva el origen y persistencia de toda idolatría y pecado. El EGO, que no es un dios, no es un ángel, no es un ser espiritual, sino que es una mera partecita de cada uno de nosotros, una función necesaria para el recién nacido, ese EGO es lo que nos lleva a la derrota, al error, al mal.
En estos días pudimos contemplar en la Torá varios ejemplos, uno de los cuales menciona que:

«Entonces el populacho
que había entre ellos
se dejó llevar por la gula.
Y también los Hijos de Israel volvieron a llorar diciendo: -¡Quién nos diera de comer carne!»
(Bemidbar / Números 11:4)

El “populacho” en la historia “bíblica” refiere a los gentiles que salieron de Egipto adosados al lado del pueblo judío.
Era una masa de personas de diversas nacionalidades y contextos, que tuvieron la viveza de reconocer la ventaja de escapar a la esclavitud en Egipto para recibir “de rebote” las bendiciones que provenían para Israel.
Ese populacho agitador había provocado en varias oportunidades obstáculos, problemas, rebeliones para la relación de los hebreos con Dios.
Porque no se adherían a sus propios mandamientos, no actuaban con la lealtad del noájida que corresponde a los gentiles de todas las eras, sino que hacían su vida según sus ideas y doctrinas. Por ese vicio espiritual se involucraban negativamente con los judíos y provocaban disturbios un día y al otro también.
Pero la misericordia de Moshé los toleraba, permitía que siguieran adosados a los judíos, que se beneficiaran de los bienes de los judíos, porque Moshé no quería encerrar a los judíos en “guetos”, ni excluir del bienestar a los gentiles. Sin embargo, había “olvidado” que el bien sin la justicia no es lleva a un estado de salud, de equilibrio, sino que promueve el descontrol, el caos. Y así, los gentiles revoltosos se enroscaban en disputas, en controversias, en pasiones, y llevaban hacia la zona de oscuridad a los judíos que les prestaban atención.
Tal el “populacho” en su sentido literal.
Pero podemos contemplar que puede ser también una imagen simbólica del “ajeno” que nos acompaña, que nos sigue, que nos perturba con sus demostraciones fuera de límites. El populacho simboliza al EGO.
El EGO se deja llevar por sus apetencias.
Quiere demostrar su “poder” por encima de la impotencia que lo domina en realidad, para lo cual emplea sus rudimentarias herramientas de subsistencia.
El jaleo, el grito, la revuelta, el golpe, la malicia es una de ellas.
Entonces la persona –los hijos de Israel en el relato- cuando es dirigido por los apetitos oscuros del EGO actúa con egoísmo, de manera individualista, como una isla que se niega a contactarse con el mundo, que destrata al otro, que reniega de las reglas, que solamente busca satisfacer su anhelo de “poder”, sea como sea.
Así pues, la persona se queja, llora, reclama, grita, insulta, reniega de la realidad, demanda, es desagradecida, no contempla todo lo bueno y más que ya tiene porque se obsesiona con obtener eso otro que no le corresponde.
Así nos pasa a nosotros, a cada rato, cuando dejamos al EGO en el control de nuestras vidas.
Podemos estar llenos de todo lo bueno pero no disfrutamos de nada, siempre ansiando lo que no tenemos ni nos corresponde.
Llegamos a amasar una fortuna y queremos el doble.
Nuestra relación familiar es cordial, pero la quebramos por disputas que se originan por tonterías.
Nuestro cónyuge es una espectacular compañía, pero corremos detrás de amantes y perdición.
Así andamos por la vida, sometidos a la esclavitud del EGO, atendiendo al populacho en nuestro interior en lugar de encaminar nuestra vida hacia la Luz.
Seguimos las reglas del caos en vez de organizarnos y andar en la senda del Eterno.
Queremos y queremos, ambicionamos, nos desvivimos, negamos lo que nos toca y siempre el pasto del vecino está más verde y lloramos por tenerlo, o matamos para obtenerlo.
Como el gentil que desprecia su noajismo porque le parece “poco”, “no bíblico”, “sin Torá”, y por ello se disfraza de judío, se revuelca en su vómito pero lo dice en hebreo, se apropia de festividades y rituales judaicos, y todo ello porque en verdad el EGO es su dios, porque pone al EGO en lugar de Dios.
O el gentil que reniega de todo lo santo para hundirse hasta el fondo en cualquier idolatría o doctrina que aparta de la senda del Eterno, y ni siquiera se tiene “la excusa” de pretender más de parte de Dios.
Ahí está el EGO, siempre el EGO.
Ya podemos resultar un poco aburridos con el asunto del EGO, sin embargo es tan fundamental comprenderlo y hacer lo posible para liberarnos que prefiero aburrir hasta que el mensaje dé frutos.

Conocer este origen de la malicia humana es uno de los ingredientes para ser libres y por tanto gozar de la plenitud de la bendición constante que recibimos de lo Alto.
Ahora, ¿qué hacer?
No hay respuesta simple.
Estamos dando varias a lo largo de nuestros encuentros, espero que estés leyendo, estudiando, recopilando y aplicando las enseñanzas al respecto.

Hay una duda muy interesante que merece ser atendida.
¿Solamente cumplir con los mandamientos (7 para la persona gentil, 613 para la nación judía) alcanza?
No, es evidente que es importante, es obligatorio, pero con ello no se alcanza romper el yugo del EGO.

Podemos notar que el salmista inspirado nos iluminó con la siguiente verdad: «El hacer tu voluntad, oh Elokim mío, me ha agradado; y Tu Torá está en medio de mi corazón.» (Tehilim / Salmos 40:9).
Es necesario hacer la Voluntad de Dios, aquella que nos corresponde.
Al hacer nuestra voluntad la Voluntad de Dios, estamos rompiendo el liderazgo del EGO sobre nuestra vida.
El centrar en nuestro corazón la Torá (instrucción, ley, la noájida para gentiles, la que corresponde a judíos para judíos), es un mecanismo excelente para desplazar de él al EGO.
Cuando está la Luz del Eterno en nuestro corazón, el EGO queda arrinconado, su poder imaginario queda desarmado.

Pero, no para combatir al EGO es que debemos cumplir los mandamientos y servir al Eterno al hacer Su Voluntad.
Tengamos esto bien en claro.
NO ES para ser libres del EGO, sino que esto es un beneficio secundario.
Cumplir mandamientos (lo que nos corresponden), hacer nuestra la Voluntad de Dios, es nuestro deber, nuestra misión original, y no un remedio para el primado del EGO sobre nuestra vida.
¿Se comprende?

Esta armonización de la persona con los mandamientos del Eterno, con Su Voluntad es esencial, pero no lo único.
Es imprescindible conocer lo que vivifica a cada uno de nuestras dimensiones, para que nuestro organismo integral esté nutrido y en balance.
Nuestro ser multidimensional armonizado está libre del EGO.
Acallar las voces del populacho por medio de proferir palabras de santidad.
Limpiar las emociones caóticas del populacho por medio del aprendizaje de respuestas emocionales saludables.
El adquirir el lugar social noble para no depender de falsas presunciones.
En fin, son varios los frentes de batalla para derrocar el reinado del EGO, su efervescente populacho que nos domina.

Me gustaría que me ayudaras a ayudar a más personas.
Puedes colaborar con anécdotas personales, reflexiones, con dinero para sostener la actividad de FULVIDA, con difundir nuestra existencia y mensaje de Shalom.
Es una gran forma de combatir al EGO y hacer brillar la Luz del Eterno.

Decálogo

El Decálogo, lo que común y erróneamente se denomina como “Diez Mandamientos” fue entregado y ordenado por Dios para los judíos.
Son muchísimas las enseñanzas que obtenemos y derivamos de estas diez frases, que corresponden en realidad a catorce mandamientos divinos para los judíos.
Algunas de las ideas y especialmente reglas son específicas para las personas judías, pero muchas de ellas tienen un valor universal, que es compartible y aplicable por cualquier persona que desee andar por la Senda del Eterno, a la Luz de su Palabra.
No es mi intención extenderme demasiado, sino tan solo concretarme a la introducción  de una fascinante enseñanza que se desprende de analizar los enunciados en un contexto “topográfico”.
Permíteme que te lo muestre.

Máximo EGO
El individuo está aislado, centrado en sí mismo, víctima de su impotencia y los delirios de poder. Es esclavo de su EGO.

Tableta B
Relación entre el hombre y el hombre

Idea central
Desarrollo de la personalidad

Tableta A
Relación entre el hombre y Dios

No asesinar

Aceptación de la existencia de Otro

Saber que Dios existe

No al adulterio

Aceptación de la relación con Otro

No adorar dioses ajenos

No secuestrar

Aceptación de la otredad del Otro

No usar el nombre de Dios en vano

No testimoniar en falso

Aceptación del poder del Otro

Recordar el Shabbat

No codiciar lo del prójimo

Coexistencia armoniosa con Otro

Honrar a los padres

Máxima CONEXIÓN
La persona está integrada como sujeto, como miembro de la sociedad, en su relación con Dios.
Es altruista, solidario, responsable, comprometido, bueno, justo y leal.

Ahora, un breve desarrollo para aumentar la comprensión.
Nacemos siendo impotentes, es condición básica de todo ser humano.
Contamos con una herramientas rudimentaria para sobrevivir, el EGO.
Sus métodos bruscos para llamar la atención suelen ser efectivos para que alguien se encargue del bebe, lo alimente, lo cambie, lo consuele, lo divierta, lo duerma, etc.
Si el llamado de atención no funciona, o el adulto no está disponible o dispuesto, el EGO “desconecta” al niño de la realidad dolorosa, lo lleva a un mundo de fantasías, el sueño.
Por supuesto que en esa etapa de vida el EGO es un gran amigo y así se va presentando a la naciente conciencia del ser.
El EGO se pone en lugar de un “salvador”, cosa que es cierta, de cierta forma.
El problema se avecina cuando el EGO se mantiene en el control del niño, siendo que éste va adquiriendo otros instrumentos y formas de conectarse con los demás y con la realidad, además de operar sobre ella.
El EGO en funcionamiento, cuando ya no es necesario, lleva a la persona a aislarse, a manipular a los demás, a situaciones de conflicto interno y externo, a multitud de desequilibrios, a una vida caótica y de desconexión con la realidad más o menos intensa.
Es necesario que el niño sea educado correctamente para que el EGO se vaya reduciendo, para que quede en su rol de herramienta útil en situaciones de extrema necesidad, cuando la impotencia gana nuevamente a la persona y no tiene prácticamente ninguna otra opción que recurrir a él.
Nuestro Creador, que es también es nuestro Maestro, nos brinda instrumentos de liberación del EGO, nos instala en nuestro lugar, nos fortalece en nuestra identidad, pero no de forma mágica o milagrosa, sino a través de un mapa de conductas que debemos conocer y aplicar, para que de esa forma podamos crecer integralmente, derrocar al EGO situado como dios al cual servimos en esclavitud.
El mapa de conductas se denomina “Torá”, que en hebreo quiere decir “instrucción”, “guía”, “ley”.
La Torá noájica es oral, se compone de siete mandamientos fundamentales, así como el relato de la entrega de los mismos por parte de Dios al patriarca Noaj.
La Torá judía es tanto oral como escrita, uno de cuyos componentes es el Decálogo, que estamos comentando en esta oportunidad. Los catorce mandamientos que componen el Decálogo están incluidos dentro del conjunto de 613 mandamientos que Dios ha dado para la nación judía, para ellos y no para el resto de las naciones. Así como la Torá que Él ha dado a los judíos es para ellos, y no para los gentiles.
Sin embargo, ambos tienen el mismo peso, similar valor, idénticas intenciones: conducir a la persona y a la sociedad hacia un mundo de Shalom, de plenitud, armonía, gozo consciente de la Presencia de Dios y Su bendición constante.
Si los gentiles conocen y viven sus siete mandamientos, así como el pueblo judío se hace cargo de sus 613 mandamientos, se estará en un mundo que no se encuentre bajo el dominio del EGO, y por consiguiente plagado de personas impotentes y caóticas, sino en un mundo solidario, espléndido, gozoso.
(Sin embargo, el cumplimiento por sí solo no basta para llevar una vida íntegra. Será necesario retomar este tema en otra oportunidad, o buscar lo que ya tenemos publicado al respecto).

El Decálogo, como hemos dicho al comienzo, es para el pueblo judío, pero algunas de sus enseñanzas son aplicables y saludables para el gentil también.
Esto que te enseño ahora es para compartir por ambos.

Estábamos en el relato del comienzo de la vida del individuo, que queda bajo el mando del EGO.
Un estado de caos, de desconexión, de soledad, de dolor, de falsedad, de fantasías, de delirios, de locura, de malicia, de robo, un mundo enfermo por dentro y por fuera.
El primer paso hacia el derrocamiento del EGO lo vemos en la tabla que presentamos más arriba: aceptar la existencia del Otro, sea Dios o el prójimo.
Si el Otro no es más que “algo” para satisfacernos, para ser manipulado, para estar a nuestro servicio, para llenar nuestras apetencias, no le estamos reconociendo una real existencia, sino una funcionalidad, que bien puede ser “usa y bota”. ¿No te ha pasado que alguna persona te haya hecho sentir así? ¿Qué eras “apreciado” mientras le servías de algo, pero luego fuiste borrado del mapa? ¿O quizás eres tú el que así ha hecho con alguien?
El Otro “no existe”, porque no le das lugar en tu corazón.
El bebe no está capacitado pues su sistema nervioso no se ha desarrollado, por tanto es normal que no sea consciente de la existencia de otros… pero tú, ¿qué excusas puedes dar?
Viene Dios y te enseña: “Yo existo, no preciso mandarte que lo creas, ni que tengas “fe”, sino solamente basta con decírtelo. Viste Mis obras, Yo soy quien te sacó de Egipto. Sin embargo, no me interesa que hagamos doctorados en teología, para Mí es más importante que sepas que el prójimo también existe. A Mí no me cambia en nada si tú Me sirves o no, pero a tu prójimo sí le puede afectar del modo en que te comportas con Él. no lo niegues. No lo asesines, ni siquiera simbólicamente. Admite que Yo existo, admite que el prójimo existe. No somos tus sirvientes, no somos tus títeres, Yo soy tu Dios, y él es tú prójimo.”

Cuando se avanza al siguiente escalón se descubre que admitir la existencia del Otro no basta, se debe admitir que existen las relaciones y que no siempre éstas tienen algo que ver conmigo.
El Otro tiene su vida independiente, aunque me cueste admitirlo. El otro tiene sus relaciones y no siempre soy bienvenido en ellas.
Ahora que sé que existe una mamá y un papá, debo aceptar que ellos mantienen una relación que me tiene por fuera y no debo entrar a ella.
Y eso irá pasando en lo sucesivo, con otras personas, con otras relaciones que establezca.
Esto que me limita, también me libera.
Yo también tengo mis relaciones, mis cuestiones privadas en donde yo establezco quien entra y quien no.
Dios también tiene ese “derecho”, el derecho a que no le seamos infieles, que no nos prostituyamos con falsos dioses, ni siquiera movidos por buenas excusas.
Tenemos una relación particular con Él y cuando metemos en medio a dioses, ángeles, mediadores, “salvadores”, ídolos, Jesúses, vírgenes, santos rabinos difuntos, seudo profetas, gurús, etc., estamos haciendo algo incorrecto. Estamos quebrando la fidelidad de la relación que tenemos con Él.
Así como existe el Otro y debemos tomar conciencia y aceptarlo, igualmente con las relaciones que el Otro mantiene, sea que estemos incluidos en ellas o no.

Está el Otro, las relaciones del Otro, estamos nosotros y nuestras relaciones. Está la conciencia de todo esto.
El siguiente paso en la escala del crecimiento es aceptar que el Otro es otro, que tiene derecho a su identidad, a sus decisiones, a ser él mismo, nos guste o no.
No está para darnos placer, no está para que lo manipulemos, tampoco para que nosotros seamos manipulados o nos arrastremos para satisfacerlos.
Él tiene su vida, me guste o no. Sea mi hijo o mi hija, mi alumno o mi empleado, él debe hacer su vida y yo debo respetarlo.
Por supuesto que el sirviente del EGO pretenderá tener bajo su control a todos y todo, no admite que le contradigan, no acepta que le marquen sus errores, no quiere voces disonantes. Él es el amo, aunque en realidad sea un pobrecito esclavo de su EGO.
Sin embargo, la persona que anda a la Luz del Eterno, que está en la escalera de la plenitud no buscará dominar a otros, no negará a los demás sus derechos, no impondrá su voluntad de forma injusta, reconocerá qué puede controlar y que no y no se angustiará por saberse impotente en ciertos aspectos, sino que más bien eso le dará libertad y serenidad.

El siguiente escalón ya incluye admitir que el otro no solamente existe, mantiene sus relaciones que no nos incluyen y otras que sí, es independiente de nuestra voluntad, sino además que el Otro es poderoso sin necesitarnos.
Debe ser duro despertar un día y darse cuenta de que ese mundo que habíamos imaginado en el cual somos el centro, del cual todo depende, que se caería si faltáramos, en realidad sigue tan firme y funcional cuando faltamos.
Más de uno habrá fantaseado con que el mundo nació el día que uno nació, que el mundo es mejor por estar uno aquí, etc., pero en los hechos el mundo gira estemos en él o no.
Somos importantes, sin dudas, pero una partícula de polvo cósmicos en un universo que aparece como infinito.
Somos valiosos, pero mejor es sí nos bajamos del pedestal y admitimos que el otro puede vivir perfectamente sin nuestra presencia.
Ni el divorcio, ni la muerte, ni el alejamiento son el fin para el otro, al menos no debiera serlo.
Dios sigue siendo Dios, con nuestros rezos o sin ellos.
El otro seguirá para adelante, contigo o sin ti.
Es duro, ¿no?
Algunos se niegan a reconocerlo, pobres prisioneros de sus EGOS y se andan imaginando que el mundo se caerá el día que ellos desaparezcan, que Dios tiembla de solo pensar que él no cree en Él… conocemos a varios sujetos así, cabalisteros, magos de las palabras que corrompen lo espiritual, gurús, falsos rabinos, entre otros. Incluso gente de renombre, que se desviven por tener a quien manipular, por ser el centro en la vida de alguien, por recibir el dinero como diezmos, etc.
Eso no es lo que Dios quiere del hombre.

Hasta el cuarto grado hemos llegado a reconocer al otro en su completitud, falta el quinto escalón, en el cual podamos llevar una vida de conexión con el prójimo y con Dios.
Entendemos que el otro es otro en TODOS los aspectos, aunque cueste, aunque duela.
Podemos apreciar lo que posee, en todos los aspectos, pero haremos el esfuerzo para no corrompernos anhelando lo que no es nuestro.
Podremos buscar nuestra propia forma de ser felices, nuestro camino para la plenitud, nuestro sentido de vida.
Claro que podremos hacerlo, cuando no estemos encerrados en las celditas mentales de nuestro EGO.
Al salir de esas paredes maltrechas podemos respetar al prójimo, amarlo, serle fiel, estar conectados.

Pero, mientras no avancemos estos cinco grados, seremos aún esclavos, de una u otra manera. Esclavos en fin.
Está en ti seguir tu camino, ese que Dios te ha marcado, o seguir el camino del EGO.

El poder del espíritu

Te invito a estudiar un poco acerca de la sección que esta semana corresponde ser leída públicamente por los judíos, se denomina parashá Shelaj Lejá.
Como siempre te brindo buen pan para nutrir tu vida, acorde a tu espiritualidad noájica.

Seleccionamos de la parashá

1. El judío debe amar la Tierra Prometida.

2. Construimos nuestra realidad a partir de nuestra percepción-decodificación de lo que sentimos.

3. La correcta autoestima es base de una vida armoniosa.

4. El miedo puede conducir a terribles acciones.

5. Dios no castiga las faltas sino que provoca que se rectifique el orden quebrado.

6. Existen señales sagradas del pacto entre Dios y el pueblo judío.

7. No dejarse llevar por las pasiones, ni las que nacen por deseos externos ni por internos.

8. Recordar cada día que Dios liberó a los judíos de la esclavitud de Egipto.

9. Tzitzit – vestimentas sagradas propias para los judíos-.

 

Dice el texto sagrado de los judíos:

"Mereshit -de lo primero- que amaséis daréis al Eterno una ofrenda alzada, a través de vuestras generaciones."

(Bemidbar / Números 15:21)

Mereshit, que hemos traducido como “de lo primero”, se puede entender también como “desde el principio”.

A la persona se la debe instruir en valores trascendentes y buenas acciones desde el primer momento de vida en este mundo.
Así es educada para que su proceder sea pleno de amor y de respeto hacia el Eterno y hacia el prójimo.

Mientras el niño aún está en su cuna, se lo debe “elevar hacia el Eterno”, tal como expresa el versículo que citamos, lo que en lenguaje figurado representa el prepararlo para que sea una persona íntegra, dedicada por completo a lo que es bueno y justo.
Que su deseo vaya hacia lo alto, para que no se quede hundido en la miseria que resulta de esclavizarse a las pasiones caóticas.

Cuando así se educa a través de todas las generaciones, se preserva la santidad de su nación y la calidad ética de sus integrantes.

 

Relato: El tigre y el zorro

Si se enfrentarán un tigre y un zorro, ¿quién crees que vencería?
Todos sabemos que el tigre es un animal robusto, ágil, sagaz, está preparado para cazar y obtener a sus presas.
En cambio el zorro, ¿qué puede hacer un zorro en contra de un tigre hambriento?

Parece evidente que el tigre lleva las de ganar, sin embargo, déjame que te cuente una vieja fábula:

‘En una ocasión un tigre atrapó a un zorro.
Cuando estaba por devorarlo éste le dijo: “A mí no puedes comerme.”
Respondió el felino: “¿Acaso tu carne es venenosa? Porque de no serlo, ¡no veo motivo para que no seas mi plato principal de mi almuerzo!
El zorro rápidamente añadió: “El Creador me ha designado primer ministro de todas las bestias. Para que lo entiendas, soy importante en el gobierno de Dios, por lo que si me comes o haces cualquier daño estarás desobedeciendo Sus Leyes… ¡no quisiera estar en tu lugar cuando Él te juzgue!”
El tigre, con cara pensativa, comentó: “Mira que eres mentiroso animal… ¿quién te va a creer que tú eres algo más que mi comida?”
El zorro, con toda calma, dijo: “Lo que tienes de fuerte, lo tienes de tonto… ven, acompáñame al bosque y comprobarás mis palabras.”

Dicho lo cual ambos se encaminaron hacia la espesura cercana.
Allí el tigre corroboró las palabras del zorro, pues cada animal que veían escapaba presuroso.
-¿Viste? – dijo el zorro- ¿No te había dicho yo que todos los animales me temen porque saben mi importante rango en el gobierno de Dios?

El tigre asintió con su cabeza y liberó al zorro rápidamente, no sin antes pedirle disculpas y hacerle prometer que no lo denunciaría ante el Rey.’

Como tú puedes comprender, no siempre el que tiene la fuerza se lleva la victoria.

 

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Por qué huían los animales al ver al zorro?

2. ¿Cuál era el poder que tenía el zorro sobre el tigre?

3. ¿Cómo relacionas este relato con el comentario que te brindamos más arriba?

4. ¿Te parece que esta enseñanza tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

5. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

6. ¿Cuáles son las señales sagradas del Pacto eterno entre Dios y los judíos?

7. ¿Conoces alguna señal del sagrado Pacto eterno entre Dios y las naciones del mundo?

Ascender como la luz de la Menorá

Compartimos un comentario y un relato a partir de la sección Behaalotejá, que esta semana leen de manera oficiosa entre los hijos del pueblo judío.

Seleccionamos de la parashá

1. La importancia de mantener encendida la menorá en el Templo.

2. Los levitas reemplazan en el servicio del Templo a los primogénitos.

3. Alcanzar la paz para disfrutar de la bendición constante.

4. La maledicencia acarrea muchas maldiciones.

5. El Sanedrín –Senado judío- como central en la organización nacional en su carácter legislativo y judicial.

6. La humildad –conocer las propias limitaciones, los logros y potencialidades- es indispensable para vivir en armonía.

7. Moshé como el máximo profeta de todas las épocas y lugares.

 

Dice el sagrado texto del pueblo judío:

"…Cuando asciendas las lámparas…"

(Bemidbar / Números 8:2)

El fuego de la Menorá debía encenderse para que ascendiera hasta su máxima altura posible. Que su llama descubriera los límites de su plenitud y no que solamente ardiera hasta extinguirse.

Esto representa la meta personal de alcanzar la plenitud en cada plano de la vida.

¿Cómo se podría conseguir?

Preguntándose y respondiéndose:

1. ¿Quién soy, aquí y ahora?

2. ¿Cuál sentido de vida estoy construyendo con mi forma de ser?

3. ¿Estoy haciendo mi parte para alcanzar la plenitud?

4. ¿Cómo puedo ayudar al prójimo en lugar de concentrarme en mi egoísmo?

5. ¿Qué tengo que dejar de hacer y qué tengo que hacer?

 

Relato: El valor del billete de 50

Alfredo, con el rostro entristecido se reúne con su amiga Marisa a tomar un café. Angustiado le contó sus pesares: que el trabajo, que el dinero, que la relación con su pareja, que su vocación…todo parecía estar mal en su vida.

Marisa introdujo la mano en su cartera, sacó un billete de 50 dólares y le dijo:
– Alfredo, ¿quieres este billete?
Él, un poco confundido al principio, inmediatamente le dijo:
– Claro Marisa…son 50 dólares, ¿quién no los querría?
Entonces Marisa tomó el billete y lo arrugó hasta hacerlo una pequeña bolita. Luego se la mostró a su amigo y volvió a preguntarle:
– Y ahora, ¿lo quieres?
– Marisa, no sé qué pretendes con esto, pero siguen siendo 50 dólares, claro que los tomaré si me lo entregas.
Entonces Marisa desdobló el arrugado billete, lo tiró al piso y lo restregó con su pie en el suelo, levantándolo luego sucio y marcado.
– ¿Lo sigues queriendo?
– Mira Marisa, sigo sin entender que pretendes, pero ese es un billete de 50 dólares y mientras no lo rompas conserva su valor…
– Entonces Alfredo, debes saber que aunque a veces algo no salga como quieres, aunque la vida te arrugue o pisotee, sigues siendo tan valioso como siempre lo hayas sido. Lo que debes conocer es lo que vales en realidad y no lo golpeado que puedas estar en un momento determinado.
Alfredo se quedó mirando a Marisa sin decir palabra alguna mientras el impacto del mensaje penetraba profundamente en su cerebro.
Marisa puso el arrugado billete de su lado en la mesa y con una sonrisa cómplice agregó:
– Toma, guárdalo para que te recuerdes de esto cuando te sientas mal, pero me debes un billete nuevo de 50 dólares para poder usar con el próximo amigo que lo necesite.

 

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cuál es la moraleja de este relato?

2. ¿Cómo lo relacionas con el comentario que ofrecimos más arriba?

3. ¿Te parece que tiene alguna relevancia para la vida cotidiana?

4. ¿Conoces algún otro relato o anécdota que tenga similar contenido?

Resp. 967 – ¿Cómo es la experiencia espiritual del feto?

Jonathan Ortiz nos consulta:

Buen dia Moré,
Primero agradecer por todo lo bueno que nos ha brindado durante este tiempo. Segundo, quisieramos preguntarle lo siguiente:
1. ¿Qué experiencia espiritual vive el feto durante la gestación?
2. ¿Cómo padres qué podemos hacer para que nuestro hijo tenga un buen comienzo espiritual?
3. ¿Cómo podemos maximizar la experiencia espiritual del embarazo?

Un gran abrazo,
Gracias
Jonathan Ortiz, Venezuela

Seguir leyendo Resp. 967 – ¿Cómo es la experiencia espiritual del feto?

Bendición a todo nivel para ti

Como te tengo acostumbrado, te traigo ahora un rico pan espiritual apto para el noájida, que se prepara con el conocimiento milenario de la sagrada tradición de Israel.
Estamos en la semana en la cual el pueblo judío lee públicamente el texto de la porción llamada “Nasó”, así mismo la semana entrante la nación judía celebra la festividad de Shavuot ((Los noájidas tienen también un motivo para festejar esta celebración, averigua más en este hogar FULVIDA.)), he aquí una enseñanza sobre ambas que quiero compartir contigo.

Dice Dios en la porción de esta semana que la bendición de los sacerdotes al pueblo judío debe comenzar con la siguiente fórmula:

"el Eterno te bendiga y te guarde"
(Bemidbar / Números 6:24)

Se podría pensar que cuando se indica que el Eterno "bendiga", ya no haría falta agregar otra petición, pues, ¿no abarca la "bendición" una clave para el éxito en todos los planos?
Es una pregunta pertinente, puesto que el que es bendito, es bendito en todo.
Tal como aprendemos del patriarca judío Iaacov, cuando dijera a su hermano Esav:

"pues Dios me ha favorecido, porque tengo todo."
(Bereshit / Génesis 33:11)

Entonces, nuestra enseñanza principal estará en comprender el motivo por el cual se solicita del Eterno que no solamente “bendiga”, sino también que “proteja”.

Según explican los sabios de la tradición judía, la "bendición" aquí referida es la que atañe a los bienes materiales, en el nivel de lo palpable, tangible, concreto: salud, dinero, poder, objetos, etc.
Ocurre que muchos tienen un gran suceso en el plano material, pero a causa de esto fracasan estrepitosamente en otras áreas de la existencia, en lo emocional, social, intelectual y/o espiritual.
Por lo cual es imprescindible aprender a trasformar la bendición material en un utensilio para el crecimiento multidimensional, es decir, que a través de la riqueza, el poder, la potencia física, se crezca y se beneficie la persona de manera integral.

La “bendición” se convierte en “protección” cuando la persona toma conciencia de qué implica realmente ser bendita: es haber obtenido un favor inmenso de parte de Dios y por tanto no se enorgullece tontamente, ni se encierra en su egotismo, ni se afana por adquirir más posesiones; sino que aprende a ser humilde, a actuar con altruismo, a estar satisfecho con lo que tiene y disfrutar sanamente de la vida.
Una cosa es ser bendito y otro ser consciente de la bendición y vivir de tal modo que ésta se establezca como base para un mundo de Shalom –paz y plenitud-.

Es muy poco frecuente que esta porción se leída por la nación judía el sábado previo a Shavuot, por lo general se lee la porción anterior.
Sin embargo, hay una clara referencia al sentido espiritual de esta festividad también en la sección que nos incumbe.
Están aquellos judíos que festejan Pesaj, con su mensaje de libertad física, con su quiebre de cadenas, con su salida de la prisión rumbo a una mejor existencia.
Es muy bueno para el judío tener presente Pesaj y celebrarlo, así como reconocer la centralidad del ser libre.
Pero, ¿de qué sirve Pesaj con su libertad si no se completa y complementa con Shavuot?
Shavuot es el tiempo en el cual Dios entregó la Torá al pueblo judío. Por tanto es ocasión de compromiso, responsabilidad, maduración, trascendencia, darse cuenta de que la libertad física sin un sentido para vivir, es seguir esclavo, quizás ya no más de cadenas y cárceles, pero sí de las celditas mentales/emocionales que no permiten a la persona alcanzar la plenitud de sus potencialidades y capacidades.
Cuando uno rompe los esquemas de vida estereotipados, cuando uno se atreve a despojarse de máscaras, es cuando se está en posesión de la libertad completa, en disfrute de la bendición integral.

Dios no liberó a los noájidas en Pesaj, pero el mensaje de valorar la libertad es para toda persona.
Así como lo es el darle un objetivo espiritual a tal libertad.
Solamente eres libre cuando haces algo “útil” con tu vida.
Solamente eres espiritual cuando tus acciones están en concordancia con los mandamientos que Dios te ha dado para cumplir.

Por tanto, tienes en ti la capacidad para ser bendito y de bendición, siempre y cuando no te mientas al solitario.
Serás bendito a pleno cuando no te engañes desobedeciendo a Dios, sea porque Lo niegas, sea porque Le eres infiel con otros “dioses”, sea porque usurpas la herencia judía que en nada te corresponde.
La bendición ya reposa sobre ti, pero es cuestión de darte cuenta de ello y entonces vivir en concordancia.

Despójate de todo lo que te retiene preso injustamente.
Sé libre, sé tu mismo.

Relato: La gran estafa

Una vez llegó al pueblo un distinguido señor acompañado por su mayordomo. Ambos se instalaron en la mejor habitación del único hotel. El hombre publicó un aviso en el periódico local: “Se pagará al contado $10 por cada mono que se traiga a la habitación…”.
La gente del lugar salió apresurada a cazar simios al bosque vecino.
Tal cual lo prometido, el noble caballero compró cientos de monos pagando $10 por cada uno.
Al poco tiempo la población de monos escaseó, por lo cual se hacía difícil cazarlos, visto lo cual el rico hombre ofreció $20 por cada pieza, lo que provocó una nueva cacería masiva en el bosque cercano.
Como realmente era difícil capturarlos y ya casi no se conseguían, el señor ofreció $25, a lo cual los pueblerinos dieron vuelta el bosque para atrapar algún monito suelto.
Ya casi no había monos, por lo que la oferta subió a  $50 por ejemplar.
Sin embargo, el buen hombre debía ausentarse pues asuntos de suma importancia lo reclamaban en la capital, su ayudante quedaría a cargo de la compra de monos.
El pícaro empleado les propuso un singular negocio a los campesinos: “Miren, en las jaulas hay miles de monos que ustedes vendieron hace días al patrón. Yo les venderé los monitos a $35 cada uno. Cuando vuelva mi jefe, ustedes se los vuelven a vender y recibirán  $50 por cada uno. ¡Es un negocio redondo para ustedes!”.
Los ambiciosos pueblerinos se dieron cuenta de la tremenda ganancia que obtendrían de esta trampa: $15 por mono y había miles de monos, esto es igual a miles de pesos para ellos a cambio de engañar al ricachón coleccionista de monos. Juntaron su plata, pidieron prestado, sacaron todos sus ahorros y le dieron fajos gruesos de billetes al desleal empleado.
Éste les entregó las jaulas llenitas de monos y ellos muy contentos se las llevaron a sus casas a la espera de que volviera el ricachón a “regalarles” su dinero.
Al otro día, el empleado se había esfumado de la ciudad. Tampoco volvieron a saber nunca más de su patrón.

Preguntas para repasar y reflexionar

1. ¿Cómo se consigue disfrutar de la bendición completa?

2. ¿Es posible ser esclavo estando en libertad?

3. ¿Qué podrías hacer para que en tu entorno se viviera con mayor libertad, alegría y paz?

4. ¿Cómo se vincula el relato al contenido del comentario ofrecido más arriba?

Prosperidad para ti

Está en nuestra naturaleza el anhelar bienestar material, incluso riquezas.
Desde el momento que somos cuerpo estamos necesitados de lo material para continuar con vida y para preservar la especia humana.
Además, y no es un aspecto menor, es necesario que aprendamos a edificar en la dimensión física de acuerdo a la ruta provista por el plano espiritual.
Al contrario de lo que predican ciertas doctrinas y religiones, no hay nada negativo en poseer y gozar de los bienes materiales, en tanto estos no sean el centro y la finalidad de la existencia.
Por supuesto que es indispensable que empleemos una parte generosa nuestro bienestar para proveer de bien al prójimo.
Remedio contra el poderío del EGO es el altruismo,  hacer el bien a otro sin esperar nada a cambio.
Cuando nos hacemos libres del EGO, estamos en disposición de recibir dicha, plenitud y gozar de la bendición que desde lo Alto nos otorgan pródigamente.

Si bien el gozo de este mundo es positivo, en tanto no se caiga en cuestiones prohibidas, no debemos olvidar en ningún momento que nuestra meta y caudal no está en Este Mundo, por tanto, que todo lo material sea empleado con sabiduría en procura de la trascendencia.
Es un gran principio que lo físico esté al servicio del Eterno por medio del cumplimiento de los preceptos que Él ordena a cada quien cumplir.

Ahora bien, ¿qué consejos nos dan nuestras Fuentes para obtener riquezas y gozar de ellas?
Brindaremos algunas ideas de modo general.

1- No espere a que su sustento o riqueza provengan de milagros, como llovido del cielo. Es su obligación dedicarse a actividades lícitas con la finalidad de obtener sus ingresos.

2- Si desea, puede comprar billetes de lotería o similares, pero no hacer de esto un modo de vida, ni haga depender su sustento de estos esporádicos beneficios.

3- Abra su mano con generosidad para con su prójimo necesitado (institución educativa de judaísmo tal como serjudio.com, motor de vida como FULVIDA, o persona pobre), pues Arriba le juzgan tal como usted juzga. Si usted actúa con benevolencia, de Arriba le dictan una sentencia benévola. Si usted es dadivoso con el prójimo, tiene asegurada la bendición.

4- Separe el diez por ciento de sus ingresos para darle a los pobres o a instituciones de bondad y justicia con lealtad a Dios.
No es su obligación, no es su deber, no es un mandamiento, no será maldito si no lo hace, pero es bueno hacerlo.

5- Que todos los preceptos que cumpla los haga con entereza, no por interés de obtener algún beneficio, sea en Este Mundo o el Venidero, sino porque eso es lo que el Eterno demanda de usted. Quien sirve al Eterno sin dobles intenciones es merecedor de las mayores bendiciones, tal cual expresa con claridad la Torá –judía- y los judíos mencionan a diario dos veces en nuestras plegarias.

6- Eleve sus pedidos por sustento y riqueza al Eterno. Con confianza en Él, con corazón puro e íntegro. No demande. No exija. No extorsione. No quiera negociar. No quiera manipular. Pida, como pide un siervo a su amo. Pida, como pide a su padre un amoroso y respetuoso hijo.

7- Done dinero u objetos para comunidades noájidas VERDADERAS (cuidado, que nada de lo suyo sirva para enriquecer a los viles enemigos de Dios que se disfrazan de santidad). En tiempos pasados, cuando el santo Templo estaba en pie, las personas ofrendaban ciertos elementos sabiendo que con esto eran beneficiados con prosperidad.

8- Comercie con justicia y misericordia. No busque la ganancia inmoral ni el beneficio de los miserables.

9- No sea mezquino a la hora de festejar. Invite hasta a aquellos familiares lejanos o con los cuales no tiene buenas relaciones. Sin derrochar innecesariamente, sepa gastar en abundancia para compartir las alegrías con bondad y honestidad.

10- Que sea un hábito el invitar personas a su hogar, para alimentarlos o darles hospedaje. Sean estas personas indigentes de la ciudad o visitantes.

11- En sus fiestas particulares no olvide convidar con manjares a los pobres. Que la fiesta no sea un motivo de exclusivo egoísmo, sino de crecimiento compartido.

12- Respete a su esposa más que a usted mismo. Embellézcala, cómprele regalos, hágala sentir la reina del hogar.
Si usted es mujer, respete a su marido, hágale creer que el está la mando, permítale que él tenga iniciativas.
Entre ambos que hagan emerger la paz hogareña.

13- No dude en asociarse con personas íntegras a la hora de establecer algún negocio.

14- Devuelva lo antes posible los préstamos. No se quede con nada que no le corresponde ni pertenece.

15- Pague a tiempo sus deudas.

16- Proponga y ejecute planes de desarrollo comercial, aunque no se crea capacitado y le dé miedo intentarlo. Consulte con expertos, nunca está demás.

17- No gaste el dinero que no le pertenece en vicios (alcohol, sexo infiel, cigarro, drogas ilegales, idolatría, religiones, adicción al juego, etc.).

18- Contribuya con maestros de VERDADERO noajismo de manera constante, asóciese a ellos para que puedan hacer su trabajo de santidad a través del dinero que usted aporta. Dé una mano a FULVIDA para que continuemos haciendo nuestra obra.

19- Haga sentir a su cónyuge como un rey/reina y a sus hijos como príncipes (pero sin malcriarlos).
Un hogar dichoso es una fuente de bienestar.

20- Agradezca, por todo.

Hasta aquí estos breves consejos.
Confío en que sabrá ponerlos en práctica y que pronto será prospero y de bendición para muchos.
Ten presente nuestra obra, que es TU obra, porque si no nos valoras, ¿cómo crees que eres valorado?

Dioses en tu interior

"Entonces Shemuel [Samuel] habló a toda la casa de Israel, diciendo: -Si de todo vuestro corazón os volvéis al Eterno, quitad de vuestro interior a los dioses extraños y las Astartes, y preparad vuestro corazón para el Eterno. Servidle sólo a Él, y Él os librará de mano de los filisteos."
(1 Shemuel / I Samuel 7:3)

Veamos la sección que expresa: “quitad de vuestro interior a los dioses extraños”, que también es posible hallarla traducida como “quitad de en medio de vosotros los dioses extraños”.
¿Cuál sería la pregunta obvia que se desprende de estas palabras sagradas?
Podría ser: ¿qué dioses extraños habitan en el interior de cada persona que deben ser desalojados para permitir un corazón en armonía con Dios, un servicio genuino hacia Él, la libertad de los  opresores?
Pensemos, ¿que dioses extraños nos dominan desde dentro?

Muchas quizás podrían ser las respuestas válidas, pero te quiero señalar una que es evidente a poco que comenzamos a estudiar la naturaleza humana y cómo vivimos.
Sí, en esta sagrada casa ya lo hemos denunciado a ese gran enemigo interno, que en un momento fue un amigo pero luego se pervirtió: el EGO.
No te lo describiré nuevamente, te ruego que sigas los enlaces que están aquí y leas, comprendas y crezcas en conocimiento al respecto de este tema fundamental. Sé que lo harás, aunque te tome tiempo y esfuerzo, por ello te agradezco.

El EGO es ese “dios extraño” que está en nosotros, que nos domina, que no nos da libertad, que no nos deja ser leales a Dios, que nos lleva a la sumisión más penosa, que nos hace vivir de fantasías e irrealidades, que perturba nuestro corazón y nubla nuestra mente.
Sí amigo mío, es el EGO el “demonio” que se aloja en nuestro interior y que obstaculiza nuestro desarrollo integral, nuestro crecimiento armónico multidimensional.
Es el EGO el culpable del dominio que nos lleva a poblar de cáscaras que recubren nuestra luz espiritual pura.
Es el EGO el que nos viste de disfraces y esconde nuestro rostro detrás de torpes máscaras a las que llamamos: “yo”.
Lee esto, y este también, y no olvides este otro.

En palabras del Sagrado Libro de los judíos:

"Dijo el Eterno en Su corazón: ‘No volveré jamás a maldecir la tierra por causa del hombre, porque el instinto del corazón del hombre es malo desde su juventud.’"
(Bereshit / Génesis 8:21)

Que se puede interpretar como: desde su nacimiento el humano carga en su interior, en su corazón, una tendencia hacia el mal, egoísta, que paradójicamente niega la vida para seguir con vida. Un mecanismo natural, que no es una maldición ni una posesión diabólica, sino un elemento que forma parte de la naturaleza humana, pero que sin embargo se desborda, quiebra sus límites, pervierte su finalidad y se transforma en pesada carga que mortifica a la persona.
Tal es el EGO, mi amigo.

El EGO es un “dios”, al cual adoras, pero no lo denominas como tal.
Le pones diferentes, lo vistes de religión, incluso tienes el atrevimiento de llamarlo “Dios”, “Padre”, “Aba”, “Dios de Israel”, etc., pero no deja de ser tu oscuro EGO.
El EGO te somete, te rebaja, te humilla, te hace creer fantasías, deliras a causa del EGO, pero infantilmente inventas justificativos y excusas para aferrarte a él.
Gritarás, insultarás, te harás la víctima, reclamarás, te quejarás, te ofenderás, ofenderás, porque trabajas 24 horas al día para satisfacer a tu EGO, lo que te deja vacío y sin sentido a ti.

Quita el dios de piedra y madera de tu interior, para que puedas ser tú, para que puedas servir a Dios en verdad.

Tristemente para la mayor parte de los lectores de estas líneas el resultado no será liberador, no encaminarán sus vidas hacia la Luz, sino que movidos por el EGO (como muñecos de trapo) encontrarán la manera de atarse aún más fuerte a su “dios” interior, el EGO, y a sus dioses externos (sea Jesús –con el nombre que quieran darle-, Buda, algún Sai oriental, un dios de la Nueva Era, el dinero, la fama, la droga, el poder, etc.).
Es que, desde el comienzo de la humanidad es el EGO quien tiene el dominio, el que aparta al hombre de Dios, el que aliena al hombre de sí mismo.

Para terminar el encuentro del día de hoy con una nota positiva, es posible librarse del EGO, al menos de la esclavitud a él de su modo más grosero.

  • Comienza  por tomar conciencia de tu estado lamentable.
  • Aprende a darte cuenta de las trampas y herramientas del EGO.
  • Cumple con los mandamientos que te corresponde, los noájidas para gentiles los 613 para los judíos.
  • Deja de buscar la aprobación ajena.
  • No pretendas controlar lo que no puedes controlar.
  • Recurre al Padre Eterno con simpleza, sin negocitos o arreglitos.

Estas son buenas maneras para ir quitando al “dios” interior y encontrar el lazo con el DIOS infinito.

El rezo “cabalístico”

Presta atención al siguiente texto, quizás lo conoces, quizás alguna vez lo leíste, quizás creíste comprenderlo:

«En aquellos días Jizkiá [Ezequías] cayó enfermo de muerte. Entonces el profeta Isaías hijo de Amoz fue a él y le dijo: -Así ha dicho el Eterno: ‘Pon en orden tu casa, porque vas a morir y no vivirás.’
Entonces él volvió su cara hacia la pared y oró al Eterno diciendo:
-Oh Eterno, acuérdate, por favor, de que he andado delante de Ti en verdad y con corazón íntegro, y que he hecho lo bueno ante Tus ojos. Jizkiá [Ezequías] lloró con gran llanto.
Y sucedió que antes que Isaías saliese del patio central, le vino la palabra del Eterno, diciendo:
’-Vuelve y di a Jizkiá [Ezequías], el soberano de Mi pueblo: ‘Así ha dicho el Eterno, Elokim de tu padre David: ‘He oído tu oración y he visto tus lágrimas. He aquí, te voy a sanar; al tercer día subirás a la casa del Eterno…’»

(2 Melajim / II Reyes 20:1-5)

Como siempre, hay tanto para aprender… concentrémonos en una breve enseñanza, pequeña pero te aseguro que profunda y llena de eternidad y bendición.

Algo había hecho el gran rey Ezequías, o había dejado de hacer, al punto que era merecedor a una muerta prematura, pues solo tenía 39 años de edad.
Para empeorar aún más, se le estaba anunciando que tampoco tendría porción de dicha en el mundo de la posteridad, puesto que “moriría Y no viviría “, lo que es explicado por nuestros Sabios como una clara identificación a la terminación de sus días en este mundo y también una desconexión en el más allá.

Es terrible, para cualquiera, pero mucho más si consideramos que de este rey fue dicho con inspiración divina que:

«Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, conforme a todas las cosas que había hecho su padre David.
Quitó los lugares altos, rompió las piedras rituales, cortó los árboles rituales de Asera e hizo pedazos la serpiente de bronce que había hecho Moshé [Moisés], porque hasta aquel entonces los Hijos de Israel le quemaban incienso. Y la llamó Nejustán.
Jizkiá [Ezequías] puso su esperanza en el Eterno Elokim de Israel. Ni antes ni después de él hubo otro como él entre todos los reyes de Yehudá [Judá], porque fue fiel al Eterno y no se apartó de Él, sino que guardó los mandamientos que el Eterno había mandado a Moshé [Moisés].
El Eterno estaba con él, y tuvo éxito en todas las cosas que emprendió. Se rebeló contra el rey de Asiria y dejó de servirle.
Derrotó a los filisteos hasta Gaza y sus territorios, desde las torres de los centinelas hasta la ciudad fortificada…»
(2 Melajim / II Reyes 18:3-8)

Tenemos a un hombre íntegro, bueno, justo, cumplidor de los preceptos, luchador de las guerras de Dios, celoso para defender la verdad, un héroe en el bando de los nobles.
Es lo que el propio Dios atestigua, entonces… ¿cómo entender que no tuviera parte en el mundo venidero?

Un hombre que era tan “perfecto”, que había llegado a realizar cosas para honrar a Dios y Su Torá y Sus preceptos, al punto que ninguno otro se había atrevido antes, que vivía para el servicio de Dios… ¿cómo entender que moriría joven y sin futuro en el paraíso?

Un rey majestuoso, que tenía a Dios como aliado y era exitoso… ¿qué había hecho, o dejado de hacer, como para que de repente se le anunciara tan amargo final?

Da como para pensar, ¿no te parece?
¿Será que el cumplimiento de los mandamientos de todo corazón y con todas las energías en realidad no son un salvoconducto para obtener el éxito y la eternidad?
¿Acaso es una demostración de que cuando cumplimos con nuestra parte, lo que Dios nos ha ordenado, NO estamos negociando con Dios algún arreglito para acomodarnos, sino que solamente estamos haciendo nuestra labor como siervos, que no deben estar pendientes de la retribución, sino solamente de servir al Amo?
¿No es posible que esto demuestra a las claras que no compramos el paraíso con nuestra fe, pero tampoco con nuestras acciones, sino que es necesario un plus, un algo “extra”, que está esbozado en la primer cita que te trajimos a estudio hoy?

Contempla con cuidado las palabras y acciones en el primer pasaje.
El rey ora y le recuerda a Dios lo bueno que él, Ezequías, ha sido; trae a la memoria de Dios cómo él, Ezequías, ha dedicado su vida al servicio de Dios.
El rey eleva su sentida plegaria para que Dios tome conciencia de sus obras, de su grandeza, de su entereza, de su humilde actuar.
Es lo que dice el párrafo que leímos, ¿no es así?

Entonces, ¿no encuentras nada extraño en esto?
Dime, ¿te parece que Dios anda precisando un ayuda memorias?
¿Ya está viejito y medio olvidadizo que la persona tiene que hacer un repaso de sus propias acciones meritorias para que Dios no deje pasar el dato y entonces se comporte de manera justa?
¿Es que Dios está desmemoriado, o es un ingrato e injusto, que tenemos la necesidad de pasarle las cuentas en limpio para que nos pague como creemos que nos merecemos?
¿Es eso lo que está haciendo Ezequías y lo que nos quiere enseñar el Santo Libro?

Porque si es esto, pues… ¡qué pobre imagen de nuestro Dios nos está dando!

¿No será más bien que es este recordatorio “para Dios” de parte de Ezequías es solamente un vehículo para que Ezequías haga algo que no había logrado hacer hasta entonces como debía?
Atendamos nuevamente al texto, ¿qué más nos está diciendo?
Leamos una línea antes… “Ezequías volvió su rostro a la pared y oró al Eterno”… bien, aquí tenemos un punto sumamente jugoso que se complementa con “y Ezequías lloró con gran llanto”.

Volvió su rostro, para no estar atento al mundo externo, para dejar de prestar atención a las banalidades, para no ser esclavo de su EGO a través de las múltiples máscaras que éste usa.
Dejó de lado por un momento lo que el creía de sí mismo, dejó de ver la opulencia de su palacio, sus ricas ropas, sus títulos, a los serviles que le eran genuflexos, a los logros académicos y militares, dejó por un rato de concentrarse en lo grandioso que era en este mundo de apariencias para conectarse con esa vocecita interna, con su Yo Esencial, con su espíritu puro.
Por una vez en la vida, ante el hecho de que se le terminaba y no había luego nada más, por una vez en la vida se buscó a sí mismo, y al hacerlo encontró en verdad a Dios.
Por supuesto que él era fiel al Eterno, sin dudas que lo era. Él era un experto en Torá, un gran estudioso y maestro, un promotor de que la Torá se extendiera y fuera valorada.
Es claro que dedicaba su vida al cumplimiento de los mandamientos, con amor y dedicación sinceros.
Sin embargo, aún no había despertado su Yo Esencial, seguía apabullado detrás de las cáscaras y máscaras del EGO.
Sí, aunque parezca imposible, así era.
Un hombre íntegro, bueno, justo, leal a Dios, atento al servicio divino, dispuesto al riesgo para eliminar la idolatría y la perversión, pero que sin embargo aún no era libre por completo de su EGO, puesto que éste seguía entorpeciendo que estuviera en armonía multidimensional, el EGO todavía le impedía que fuera su Yo Esencial quien dictará las pautas de su vida.
Parece mentira… pero es lo que está en claro en el texto sagrado.
Y Ezequías, con su inmensa grandeza, hizo lo que la mayoría no estamos dispuestos a hacer: eludir al EGO para llegar a la propia esencia, y desde allí fundirse en abrazo poderoso con Dios.
Este encuentro consigo mismo, y con Dios, fue de un impacto tal que le hizo largar el llanto, el gran llanto.
El que no es producto de la impotencia o la sensiblería torpe, sino el llanto de la liberación, del romper un viejo bloqueo para salir a la libertad.
Fue un instante “milagroso”, como nunca había experimentado el rey.
Fue como un nuevo nacimiento, puesto que por primera vez Ezequías encontró a Ezequías, al verdadero, al despojado de caretas, al que está ligado a la eternidad.

Sí amigo mío, Ezequías iba a morir y no iba a disfrutar de la vida postrera como se “merecía”, en buena medida (aunque no solamente) porque todo lo que había conseguido era bueno, pero teñido aún por el EGO.
Su entrega y dedicación a Dios aún tenían oscuras salpicaduras del EGO y fue necesario esta ocasión para que Ezequías alcanzará un nivel de plenitud impresionante.

Su cuerpo (que sin dudas estaba enfermo) sanó, en gran medida porque su nexo espiritual se rectificó.
Fue preciso que Ezequías orara como nunca antes, llorara como nunca antes, se librara de su EGO para que ascendiera finalmente a un estado espiritual que podemos denominar “Casa del Eterno”.
Alzarse hasta la “Casa del Eterno”, al «Santuario del Señor”, tal como anheló Jonás el profeta en su propio encuentro consigo mismo, dentro del gran pez, quien también padeció el sofocó de una muerte prematura, de una posteridad trunca, hasta que logró desplomar las murallas del EGO y armonizar su ser interior con el exterior (Ioná/Jonás cap. 3).

Ojo, ten cuidado, mira que las enfermedades no siempre son causadas por el EGO, aunque no lo podemos descartar.
Si te sientes enfermo es bueno que reflexiones, te encuentres, medites, reces, pero NO DEJES DE ACUDIR AL MÉDICO al EXPERTO.
Por ejemplo, si te sientes triste, con ideas de muerte, casi no comes o te engullas todo lo dulce que encuentras, si duermes poco y/o mal, pide cita con el psiquiatra, sigue su tratamiento médico como si la palabra de Dios fuera, porque es necesario hacer así para tener bajo control una probable depresión, o algún otro trastorno biológico-funcional.
Te sientes mal, estás débil, la materia fecal no es normal, te duele al orinar, te persiste algún dolor, tienes mareos habituales, etc.: consulta al médico, no busques brujos, pastores, rabinos, cabalisteros, charlatanes o santos. Busca al médico, y por supuesto, encuentra tu nexo sagrado con Dios, evapora al EGO, fortalece tus otras dimensiones, pero no descuides de hacer lo que tienes que hacer para estabilizar o mejorar el plano físico.
No te pienses que rezos complejos son la solución a los problemas y enfermedades en tu vida.
No culpes al EGO de todo, ni quieras solucionar todo rectificando el mando que el EGO tiene sobre ti.
Es muy importante que lo tengas en cuenta.

No te confundas con el asunto de la plegaria u oración que se te está señalando en este texto.
No estamos haciendo referencia a una mímica repetitiva, ni a aullidos en una comunidad de clamorosos, ni a una murmuración de párrafos prescritos que te corresponden o estás usurpando, ni a paladear salmos como si fueran embrujos mágicos, ni a negociar con Dios, ni siquiera a pedirle con honestidad y legalmente a Dios.
Nos estamos refiriendo a un viaje hacia el interior de ti mismo, allí en donde te encuentras tú, esa luz pura conectada a Dios, ese ser de luz que no se mancha a causa de ninguna acción o pensamiento.
Es un viaje de auto-conocimiento, de desvestirse de máscaras, de sortear los obstáculos de las cáscaras emocionales y mentales; es una travesía que solo unos pocos se atreven a hacer y alcanzan a lograr.
Es hallar a Dios cuando te hallas a ti mismo.
Es silencio.
Es soledad.
Es despojarse de pretensiones y deseos.
Es olvidarse de problemas y esperanzas.
Es surfear hacia donde lleva la ola que va a tu Yo Esencial.
Es dejar de lado palabras y lemas repetidos.
Es no poseer.
Es un abrazo intenso, verdadero, significativo con el Uno y Único a través de abrazar tu verdadera esencia, a la que desconoces y habitualmente rechazas.
Es dejar este mundo sin apartar los pies de él.
Es dejar de aspirar al mundo venidero sin quebrar tu nexo con él.
Es intimidad, es silencio, es paz…

Quien lo alcanza, lo siente, lo reconoce, llora con tranquilidad, encuentra lo que nunca había visto y tampoco nunca había perdido.
Se recupera a sí mismo.
Pero, claro… al rato se vuelve a perder en el barullo del mundo cotidiano, en las trampas del EGO, en palabras, en pensamientos, en deseos, en sentimiento, en sensaciones, en afanes, en culpas, en miedos. Al poco rato vuelve a las máscaras, y es normal que así sea.
Sin embargo, ese fugaz destello de realidad esencial, es inolvidable, aunque de a poco se esfuma entre las sombras que proyecta el EGO.
Se ha entrado al palacio del Rey, al Santuario, para luego salir transformado de él, pero de vuelta al mundo, a la vida, a los altibajos, a lo común, a lo sagrado dentro de lo mundano.
Vuelves a tu obligación ante Dios y tu espíritu de cumplir con los mandamientos que te corresponde, de esforzarte por actuar con bondad y justicia, de ser un constructor de Shalom aunque tu infatigable EGO no quiera dejarte hacerlo.
Vuelves a tus necesidades y a tus deberes, a tus derechos y quejas, a tus luces y sombras.
Y está bien, así es el ser humano.
Vuelves a los rezos aburridos, a la repetición de lemas, al farfullo de salmos, a hacer negocitos con Dios, a pedir y pedir y quizás agradecer alguna cosilla.
Y así somos…