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TESHUVA: bendición para tu vida en seis pasos

El calendario universal humano (conocido frecuentemente como calendario hebreo o judío, aunque en realidad NO es hebreo o judío específicamente), nos trae por estos días a las fechas propicias para la reflexión, el análisis de la propia vida, el reencuentro, el crecimiento, la redención personal y colectiva; pues, estamos a pocos días de comenzar un nuevo aniversario de la humanidad (en la fiesta que en el pueblo judío se conoce como Rosh HaShaná).

Como siempre, es muy extenso lo que podemos estudiar, aprender, compartir, pero quiero ser breve y centrarme en un aspecto fundamental y necesario: el arrepentimiento completo y sincero, al cual se denomina en el idioma de la creación como TESHUVÁ.

Para hablar de la teshuvá, debemos antes mencionar el “pecado”, pues es lo que determina que uno esté necesitado de teshuvá.

El “pecado”, que en el idioma de la creación se denomina JET (la “j” suena como en español) no reviste de un sentido moral o “religioso”, sino que indica una desviación del camino que está trazado y debe seguirse.
Así pues, no veamos al “pecado” como algo vicioso en lo moral, malvado en lo espiritual, sino lisa y claramente como salirse de la ruta, sea en poco o en mucho, adrede o por error, con deseo o sin él.
El jet es apartarse de la senda que ha marcado Dios para cada persona de acuerdo a su identidad espiritual, sea judía o noájica (son las dos únicas identidades espirituales humanas existentes).

Ahora bien, ¿cómo se realiza el retorno a la buena senda, es decir, la teshuvá?

La misma consta de seis pasos indispensables.

1- Reconocer que el hecho cometido es malo. (Malo es lo que la Ley determina como tal, no lo que a uno le parece, o lo que un conjunto de personas decreta).

2- Admitir que uno ha actuado mal. Esto es, aunque uno sepa que está mal el hecho, muchas veces inventa excusas para seguir haciendo lo malo. Pero con este segundo paso uno no da más excusas, sino que pone las piezas en el tablero sinceramente y admite haber hecho mal, sin justificarse por ello.

3- Compromiso para no volver a cometer el mismo acto negativo. Este paso puede darse más adelante, pero cuando fuera, es ineludible que exista este compromiso hacia futuro, pues es lo que asegura que sea un verdadero retorno a la buena senda y no meramente un amago de regreso pero sin consecuencias positivas.

4- Declarar haber actuado mal y pedir perdón.
Primero se debe hacer con la persona que uno ha perjudicado con su acción, si es que el pecado ha sido en contra del prójimo.
Recién después uno está habilitado para pedir perdón también de parte de Dios.
No se puede ir directamente a Dios a pedir perdón sin haber hecho las paces (o intentado hacerlo en la medida de lo posible) con la persona que ha sido afectada por nosotros.

5- Restituir lo que se ha roto con nuestro pecado, o pagarlo, además de pagar las indemnizaciones, multas y penas legales que correspondan por el acto cometido.
Debe entenderse que el proceso de teshuvá no implica el cese del derecho de la Justicia para actuar.

6- Dejar de hacer lo malo que se ha reconocido.

Tales son los seis pasos, sencillos pero sumamente difíciles para la mayoría de las personas.
Quien tiene la valentía, la integridad, la autoestima, el respeto como para encarar el proceso, es bendito y de bendición y recibe oleadas de energía positiva y alabanzas de lo Alto.

Así pues, aprovecha estos días para verte directamente en el espejo del alma, para identificar lo que has hecho mal, en qué te has apartado del camino, cuánto te has desviado, cuáles son las excusas que das, a quién perjudicas, cómo lo puedes reparar, cuánto ganarías regresando al buen camino.

Todo momento es oportuno para la teshuvá, no esperes a nada, no des pretextos, no te retengas de hacer el bien y ser bendito.

Adelante, a crecer, a construir shalom, a comenzar a full el nuevo año.

Sobre la Envidia

Les presento acontinuación un post de autoría del Moré Yehuda Ribco, un comentario a la Parashá Pekudei del libro Shemot – Éxodo -.

– «Toda persona puede caer en las garras de la insana envidia,
pero cada uno tiene el potencial como para sobreponerse,
y superarla con creces.
Es necesario aprender las técnicas que organizan patrones de conducta saludables, que apartan el negro sentimiento del corazón y despejan la mente de perturbadores pensamientos.

Veámoslo con un ejemplo de la parashá.

Luego de que a Moshé le fuera ordenado que ungiera como Sumo Sacerdote a su hermano, Aarón, el Eterno le exigió que a los hijos de Aarón «los ungirás como ungiste a su padre» (Shemot / Éxodo 40:15).

Rabí Simja Mehir HaCohén explicó que Moshé estuvo dispuesto a ungir a su hermano de todo corazón, sin prurito de ninguna especie.
Moshé, que era el hermano menor, se había convertido en el líder de su nación, y se alegró sinceramente de que a su hermano también le tocara un alto rango en la jerarquía del pueblo del Eterno.
No sentía motivo como para sentirse menoscabado, o desvalorizado; por el contrario, era un honor y privilegio que ambos hermanos pudieran gozar en armonía del liderazgo de su pueblo.

Pero, en referencia a los hijos de Aarón, la situación era totalmente diferente.
Sus propios hijos no lo sucederían en su cargo, ni siquiera tendrían algún nombre destacado, ni una posición de mérito. Desaparecerían en un manto de silencio y oscuridad de los anales de la historia.
Por eso cuando debía proceder a jerarquizar a sus sobrinos, no hubiera sido extraño si su corazón hubiera estado plagado de prejuicios, sentimientos negativos, y biliosa envidia.
‘¿Por qué los hijos de mi hermano y no los míos?’ bien podría haber sido el grito del angustiado por la envidia corazón de Moshé.

Consecuentemente, el Eterno demandó que los ungiera con la misma alegría, integridad y pureza de corazón que había tenido para con Aarón.

Incluso una personalidad descollante como la de Moshé,
el más fiel y humilde de los hombres,
debió voluntariamente internalizar patrones de conducta que no le eran propios,
para que pudiera sobreponerse a la correosa envidia.

El método usado en esta ocasión fue: repetir los gestos y actitudes relacionados con una situación que no generaba envidia (la unción de Aarón), para que de esa manera la situación de envidia (la unción de los hijos de Aarón) perdiera su fuerza nociva.

Otro método implacable para vencer el aguijón de la envidia, es reconocer que el orgullo (nacido en la escasa autoestima) es el padre de la envidia.
Así pues, la lucha no ha de darse en el terreno de los envidia, sino en el de aprender a amarse a sí mismo adecuadamente.

Al superar el primer mordisco de la envidia, es posible que, entrenándonos con asiduidad y destreza, lleguemos al nivel de poder contemplar con gozo y entusiasmo el bienestar y éxito de otra persona, incluso cuando la persona alcanzó un logro que no alcanzamos, y quizás no obtengamos jamás.

Recordemos que con sabiduría Salomón el rey nos enseñó: «El de ojos bondadosos será bendito» (Mishlei / Proverbios 22:9). -«

Por Yehuda Ribco.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

El prójimo

El prójimo.

El prójimo: Quien es?;  Para que lo necesitamos?; Que nos ofrece?….

En nuestra tradición se nos enseña ayudar al prójimo, respetarlo, quererlo, en tanto este tal «prójimo» se lo merezca, y aveces, aunque no se lo merezca, entendiendo que un poco de cariño ablandará su corazón, no le negamos un poco de ayuda.

Ahora, pensemos y busquemos posibles respuestas a las preguntas planteadas y tratemos de comprender: Para que el prójimo?:

Quien es?:

Cualquier individuo de la sociedad.

Para que lo necesitamos?:

Para domesticar nuestro ego, para no sufrir soledad, para poder compartir, dar, etc.

Que nos ofrece?:

La oportunidad de hacer obras de bien, de perfeccionar nuestro caracter y personalidad, etc.

Una persona no puede vivir en un mundo solitario aunque a veces se necesite un poco de soledad, los individuos necesitan a la sociedad-prójimo.

Ama a tu prójimo como a ti mismo.

En la Torá encontramos la proclama: «Ama a tu prójimo…» (Lev. 19:18) es decir, no se ordena que el individuo ame al otro partiendo de aquello que la sociedad actual entiende por amor. Sino que el amor es hacer algo positivo por el otro, voluntariamente, desinteresadamente, eso es amar y es a lo que la Torá refiere. Entonces «ama a tu prójimo» seria como algo así: «haz algo por el otro, desinteresadamente pero voluntariamente» como lo harias si tu fueras el receptor, tal como se declara: «como a ti mismo.»

Partiendo de este conocimiento, entendemos que Dios instaló la sociedad en el mundo para que nos perfeccionemos en conductas positivas y edificantes.

Donde encontramos esto en los siete preceptos, nuestro código de ley espiritual?

En todos los preceptos lo encontramos, pues si no robamos no solo estamos cumpliendo con la voluntad de Dios sino que estamos amando al otro, al prójimo. Otro ejemplo: Si la persona cumple con el precepto de no realizar relaciones sexuales ilicitas no solo esta cumpliendo con la voluntad del Padre sino que esta amando al prójimo, a la sociedad, al mundo, pues esta haciendo algo por el otro, por la sociedad, por el mundo, desinteresadamente pero voluntariamente.

Un relato.

Si no existiera nuestro prójimo no tendriamos la oportunidad de hacer obras de bien, de crear y pensar por el otro, de ayudar, de acompañar, de amar.

Una vez llegarón huespedes a la casa del suegro de Rabí leví Itzjak de Berdichov y, él salió a recibirlos ofreciendosé a ellos de cuerpo y alma. Y entre otros preparativos en vista al arribo de los forasteros, corrió incluso en busca de paja para armarles unos colchones a fin de que pudieran pasar la noche lo mejor posible.

– ¿Para que te molestas tanto? – le planteó su suegro con asombro – ¡Por unas pocas monedas el sirviente gentil hará gustoso todo ese trabajo!

-¿Acaso pretende usted que le ceda al gentil el privilegio de atender a los huespedes y que encima le pague? – Fue la tajante respuesta de Rabí Leví Itzjak.

Mi querido socio en la sagrada tarea de construir shalom, el prójimo alli esta y tu sabes porque y para que, aprovechalo, disfrutalo, hazlo sentir bien, amalo y vive Noajismo.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

Curiosidades a la Luz de la Torá


Es muy frecuente que nuestros allegados – familia; amigos; compañeros de trabajo – nos consulten acerca de curiosidades normales en la vida cotidiana, por ej: exorcismo, el alma despues del fallecimiento, las almas en pena, etc. Son temas muy curiosos, muy distorsionados por la religion en cualquiera de sus formas y un poco delicados.

Quizas a ud. mi querido lector, tambien le hayan consultado sobre estos temas o le haya surgido la curiosidad por conocer y mirar desde el ángulo correcto como verdaderamente es el cuadro pintado.

Por eso, en este pequeño post le ilustro a la Luz de la Torá las cosas como son:

El Exorcismo:

El exorcismo, realmente no existe. Cuando muy, pero muy pocas se oye de que se procede a realizar exorcismos, se está hablando realmente de una manera primitiva de sugestión, por medio de la cual se trata a personas aquejadas de algún problema emocional o mental.

Fuente:http://serjudio.com/rap3001a3050/rap3004.htm

El alma despues de la muerte:

El alma despues de la muerte vuelve a Dios, a Su fuente, tal como se declara: «Y el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio» (Eclesiastés 12:7).

Sin embargo lo que puede quedar son rastros de energía disipada y enlazada a objetos materiales. Esto puede ocurrir cuando lo material era lo prioritario en la vida del difunto, y tras su fallecimiento se niega a reconocer la verdad de su muerte. Quiera reconocer o no el hecho, su espíritu se separa de lo material, pero, rastros quedan ligados a lo terrenal hasta que se cumplan determinados requisitos o tiempos.

Fuente:http://serjudio.com/rap1551_1600/rap1576.htm

El alma de los que no se dedicaron a vivir y cumplir lo que Dios manda:

Hay personas que con su vida de maldad y rebeldía, exterminaron toda posibilidad de escapar de los lazos terrenales, por lo cual al fallecer, sus espíritus no trascienden y viven una eterna nada plagada de recuerdos inocultables y sintiendo a plenitud en todo su horror la miseria maldita de sus vidas. Son almas perdidas, que no están en ningún lado, ni tienen existencia real, y sin embargo sufren lo inenarrable.
Pensemos en un Arafat, en un Hitler, en un Aman, en un Faraón, en un Torquemada, en cualquiera de los asesinos Fedayines palestinos, entre otros, que son espíritus condenados a sentir la vivencia de la eterna maldad que sus vidas y muertes construyeron. Cada persona muerta, cada miembro cercenado, cada libro sagrado incendiado, cada mujer violada, cada lágrima derramada, cada vena partida, cada madre sin su primogénito, cada… cada dolor que se les hace presente, al unísono, y sin escapatoria… ¡eso es el infierno!

Fuente:http://serjudio.com/rap1551_1600/rap1576.htm

Mis queridos socios en la sagrada construcción de Shalom, en la vida existen muchas cosas, algunas entendibles, otras distorsionadas pero que a la Luz de la Torá se entienden realmente y otras inentendibles. Pero, lo más importante es vivir como Dios manda, sin peros, sin excusas, alejandonos de los caminos errados que en nada ayudan a nuestra salud espiritual y de vez en cuando satisfaciendo alguna curiosidad con Luz verdadera y no aquella disfrazada.

Vivir la vida es simple y es sencilla cuando se vive Noajismo.

Comunidad Fulvida Argentina.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

El error de creerse perdido sin religión

El error de creerse perdido sin religión,
es uno grave y demasiado común.
Está extendida la (errónea) creencia de que con religión o ritos religiosos

uno está «comulgando», «comunicando», «en conexión» con Dios;
cuando en realidad

es todo lo contrario.


Usted que sabe (o solía saber) la biblia de memoria
supongo que recuerda cuando el profeta de Dios dice
que Él no quiere ritos, ni sangre,ni sacrificios, sino obediencia a sus mandamientos.
Veamos:

«Entonces Samuel preguntó:
-¿Se complace tanto el Eterno en los holocaustos y en los sacrificios como en que la palabra del Eterno sea obedecida?
Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención es mejor que el sebo de los carneros.
Porque la rebeldía es como el pecado de adivinación, y la obstinación es como la iniquidad de la idolatría.
Por cuanto tú has desechado la palabra del Eterno, él también te ha desechado a ti
«
(1 Shemuel / I Samuel 15:22-23)

Amigo mío, ¿sabe usted más que Dios para sentirse perdido y quejándose para seguir enfrascado en ritos y religión?
¿Acaso a Dios le agradan los sacrificios, el sebo, la sangre, el dolor, las misas, las prédicas, los clamores parroquiales, las «danzas mesiánicas», o a Dios en realidad agradan las acciones nobles y justas de cada uno?
Comprobemos y corroboremos con el profeta de la verdad:

«Dice el Eterno:
‘¿De qué me sirve la multitud de vuestros sacrificios?
Hastiado estoy de holocaustos de carneros y del sebo de animales engordados.
No deseo la sangre de toros, de corderos y de machos cabríos…
No traigáis más ofrendas vanas.
El incienso me es una abominación; también las lunas nuevas, los días de reposo y el convocar asambleas. ¡No puedo soportar iniquidad con asamblea festiva!
…  Cuando extendáis vuestras manos, Yo esconderé de vosotros mis ojos.
Aunque multipliquéis las oraciones, Yo no escucharé. ¡Vuestras manos están llenas de sangre!
Lavaos, limpiaos, quitad la maldad de vuestras acciones de delante de mis ojos. Dejad de hacer el mal.
Aprended a hacer el bien, buscad el derecho, reprended al opresor, defended al huérfano, amparad a la viuda.
Venid, pues, dice el Eterno; y razonemos juntos: Aunque vuestros pecados sean como la grana, como la nieve serán emblanquecidos. Aunque sean rojos como el carmesí, vendrán a ser como blanca lana.
Si queréis y obedecéis, comeréis de lo mejor de la tierra.
Pero si rehusáis y os rebeláis, seréis consumidos por la espada; porque la boca del Eterno ha hablado.’
«
(Ieshaiá / Isaías 1:11-20)

Es muy claro y concreto el pedido de Dios para ti: apártate del mal y vive obrando con bien y justicia, siendo en todo momento leal a Él.
Ni ángeles de la guarda, ni oraciones solemnes, ni cantos de alabanza, ni invocaciones, ni mediadores muertos para redimir de pecados, ni siquiera quiere tu fe… ¿o no es esto lo que podemos leer y atestiguar de las palabras que Dios profetizó a través de sus profetas?
No te pide comunidades de fieles reunidos para leer textos «bíblicos», ni cábalas, ni piruetas emocionales, ni seguir como ovejas a pastores de fe, ni escuchar a «gentiles justos» que desde los púlpitos te explican cuestiones proféticas que carecen de cualquier relevancia para la vida diaria.

El pedido, la orden, la fórmula sagrada es apartarse de lo que Dios ha declarado como malo y hacer lo que Él señala como bueno: la justicia y la bondad para con el prójimo.

No hay nada que pueda contradecir esta verdad absolutamente «bíblica».
Especialmente para el alma del gentil, para quien los rituales, sacrificios y otros quehaceres «religiosos» no fueron comandados por Dios, sino que fueron elaborados por la tradición de hombres a lo largo de las generaciones.
Él te exige la fidelidad a los Siete Mandamientos Fundamentales, y no que te dediques a explorar en religión, en Torá, en malabarismos de la fe, en cuestiones ajenas a tu sagrada misión en el mundo, que es la de constructor de Shalom.

Tú puedes inventar todas las excusas que quieras, creer lo que te parezca, dar mil y una justificación a tu actuar desviado de la senda marcada por Él.
Puede oponerte, hacerte el tonto, cambiar exprofeso, encontrar una mota de verdad que te sirva como argumento, escaparte de tu misión, pero la verdad no la cambiarás con tus infantilismos religiosos.

En lugar de creerte perdido sin religión, a ojos de Dios te estás encontrando y salvando cuando te apartas de las religiones.
Es un error vagabundear mendigando religiosidad, cuando lo que tienes por delante es un camino sagrado y real de fidelidad, bondad y justicia.

¿Quién se puede sentir bastardo y abandonado como huérfano por estar haciendo al fin lo que Dios le manda?
Seguramente quien confía en Dios y no se desprecia a sí mismo, no se sentirá así.
Sino que se sentirá cálidamente abrazado internamente por el sano orgullo, la autoestima adecuada, el aplauso del alma, que le expresa que no hay otra razón para la vida, más que servir a Dios tal y como Él demanda.


El que ha conocido el noajismo y se sigue quejando, reclamando por ritos, rituales, adornos de religión, es que ciertamente actúa con la típica conducta quejosa y enfermiza del adicto en proceso de rehabilitación.
Tal persona dice con plena creencia que la droga, el alcohol, el cigarro, las apuestas, etc., le hacían bien y que ahora sufre, cuando en realidad por fin su vida se está limpiando y hallando significado.
Es extraño que se añore lo que tanto mal hace a la persona y a la sociedad, en tanto se repudia lo que bendice y beneficia, el camino que Dios ha diseñado con amor y sabiduría para cada uno.


Así pues, amigo mío, es cuestión de que seas firme y no te dejes embaucar por la sinuosa voz del tentador, que te convencerá de que debes retornar a la religión, a ser una ovejita, a ser uno más de la iglesia, a prosperar entre la junta de los que se apartan de Dios pero se hacen llamar santos y benditos.

 

Sé fuerte y valiente, que ni bien encuentres tu rostro y confíes en ti y aprendas, estarás limpio de la maldición de la religión, de la droga que envilece aunque se disfrace de luces sagradas.

Deseo y Miedo


«Bienaventurado el hombre que teme al Eterno y Sus mandamientos desea en gran manera.«
(Tehilim / Salmos 112:1)

En toda persona existen dos polos de movilización:

  • el polo de atracción, que llamamos DESEO o AMOR,
  • y el polo de repulsión, que llamamos MIEDO.

Permanentemente estamos actuando entre estos dos polos.
Siendo movidos, o impulsados, o proyectados, o atraídos, hacia uno o el otro.

Piensa en ti.
Reflexiona sin prejuicios.
Trata de verificar o desmentir esta afirmación.
Si alumbras con sinceridad las cuestiones de tu vida, alcanzarás a admitir que es una afirmación certera.

«Ahora pues, Israel, ¿qué pide el Eterno tu Elokim de ti? Sólo que reverencies al Eterno tu Elokim, que andes en todos Sus caminos, que ames y sirvas al Eterno tu Elokim con todo tu corazón y con toda tu alma«
(Devarim / Deuteronomio 10:12)

La raíz del DESEO y del MIEDO es única: la conexión con el Eterno (Ver Mishné Torá, Iesodéi haTorá 2:1,2).
Nuestro espíritu tiene sed por la Presencia Divina, anhela la adhesión con Él, se siente atraída hacia la infinita Luz celestial. Se nutre nuestro espíritu solamente cuando está en sintonía con la Divina Voluntad. A esto tendemos, éste es el origen de todos los otros deseos. Ante la manifestación del JESED (Misericordia, Generosidad) del Eterno, la reacción «natural» del espíritu es el DESEO / AMOR.
Por su parte, el temor ante la infinita Presencia hace tremolar el espíritu íntegramente. Como temblorosa hoja estremecida por el huracán imponente. Tal el origen de todos los miedos. Ante la manifestación de GUEVURÁ (Poderío, Severidad) del Eterno, la reacción «natural» del espíritu es el MIEDO.

Debes saber que tanto el DESEO como el MIEDO se manifiestan de acuerdo a los cinco niveles de los que estamos formados.
Así todos tenemos cinco miedos básicos, como cinco deseos básicos.
Todos los tenemos, pero los vivimos con mayor o menor intensidad, con más o menos presencia consciente en nuestras vidas.
En una medida equilibrada, son de construcción, de bendición, de crecimiento.
Cuando se convierten en una carga, porque están en desequilibrio, ambos son perjudiciales.
El MIEDO equilibrado mueve a la precaución, al respeto, al apego a los mandamientos restrictivos.
El DESEO equilibrado mueve a la cooperación, al cariño, al apego a los mandamientos de hacer.

Como dijimos, estas manifestaciones de DESEO y MIEDO en los cinco planos derivan de la misma raíz, pero en tanto se van apartando de ella, van perdiendo su identidad, haciendo ajeno a la persona de la relación que tal deseo o miedo en particular tienen con el Eterno.
En estas situaciones, el DESEO o el MIEDO están dominando a la persona, apartándola de su esencia, haciendo que se concentre más en su «Yo Vivido» o «Yo Sentido», en vez de en su «Yo Esencial».

Solamente los TZADIKIM (personas justas e íntegras) logran supremacía sobre sus miedos y deseos, dominan sobre sus impulsos, en vez de que éstos dominen sobre ellos.
Esto lo consiguen con un constante y esforzado trabajo de perfeccionamiento personal, no hay atajos ni vacaciones. Su tarea es armonizar todos sus deseos con la Divina Voluntad, todos sus temores aplacarlos para temer (reverenciar) exclusivamente al Eterno.
Cumplen cabalmente con los mandamientos de amar y temer al Eterno:

  • «amarás al Eterno tu Elokim«
    (Devarim / Deuteronomio 6:5)
  • «al Eterno tu Elokim temerás«
    (Devarim / Deuteronomio 10:20)

Te presento ahora una breve lista de los miedos básicos y luego de los deseos básicos.

MIEDOS básicos:

  • Plano Físico.
    Miedo a la IMPOTENCIA, que se presenta con diversos rostros: miedo a la enfermedad, a la muerte, a los accidentes, a la pobreza, al hambre, a la parálisis, a la impotencia sexual, a la debilidad, etc.
    Todo lo que represente una falta o carencia de dominio sobre los factores físicos – materiales.
  • Plano Emocional.
    Miedo a la SOLEDAD, que puede emerger como miedo al dolor en general, que toma distintas variantes, tales como ansiedad, angustia, enojo, ira, agresividad, pasividad, intolerancia, paternalismo, etc.
    Todo lo que sea falta o carencia de dominio sobre otra persona, cercana y significativa.
  • Plano Social.
    Miedo al RECHAZO, que lo sentimos por ejemplo al ser anónimos, ignorados por el grupo, humillados en público, de casta o clase inferior, degradados, fuera del patrón social aceptable o de moda, etc.
    Todo lo que implique falta o carencia de dominio sobre un grupo de personas que es sentido como importante, pero que no mantiene una relación íntima con el individuo.
  • Plano Intelectual.
    Miedo al CAOS, obsesión, compulsión, detallismo, pensamiento referencial, incapacidad o dificultad en la creatividad, huida hacia la fantasía, etc.
    Todo lo que demuestre una falta o carencia de dominio en la capacidad para organizar los hechos de acuerdo a patrones específicos.
  • Plano Espiritual.
    Miedo a lo DESCONOCIDO, desconfianza, terror, pánico, resistencia al cambio, fanatismo, extremismo, etc.
    Todo lo que indica una falta o carencia de dominio sobre lo que no entra en los planos anteriores.

Hay una esencia en común que atraviesa el MIEDO en sus cinco planos de
manifestación, y que paradójicamente es un DESEO: el deseo de DOMINIO.
Cuanto mayor es mi deseo de dominio, mayor es mi MIEDO.
Contempla esta realidad operando en ti, des-cúbrela para que no seas más esclavo y pases a ser amo.

DESEOS básicos:

  • Plano Físico.
    Deseo de ACOPIO de elementos materiales.
  • Plano Emocional.
    Deseo de DOMINIO sobre otra persona, por lo general alguna que sea cercana y significativa.
  • Plano Social.
    Deseo de PERTENECER a un «algo» más grande que uno mismo.
  • Plano Intelectual.
    Deseo de IR MÁS ALLÁ de lo manifiesto.
  • Plano Espiritual.
    Deseo de CONFIAR, de CONEXIÓN sin interferencias.

¿De qué nos puede servir en el aquí y ahora este conocimiento, para perfeccionar nuestra vida y darnos mayor plenitud?

Resp. 831- Sobre temas místicos e idolatría

nos consulta:

1- No soy judia
2- pero por casualidad he caido en su página.
No pretendo ponerle a prueba ni juzgarle y por supuesto de ninguna manera pretendo ofenderle, dicho esto me gustaría preguntarle, desde mi humilde conocimiento, como practicante de Tai-Chi, y de otras terapias y algún conocimiento de física cuántica.
3- ¿cómo tiene la total certeza de que no existen las vidas pasadas?
4- ¿por qué considera que saludar al sol o invocar seres de luz es idolatría?
5 – si algo mejora mi mente, mi cuerpo y mis estado emocional, de manera absolutamente constatable ¿cómo puede usted decir que eso perjudica seriamente mi salud, mi estado mental y espiritual?
6- ¿ prohibir categoricamente a nadie que abandone o inicie cualquier práctica no es despreciar el libre albedrío, el regalo más hermoso que recibió la humanidad? Quedo a la espera de sus respuestas, le pido disculpas por las molestias.
Reciba un cordial abrazo.
Beatriz.

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Las 7 Puertas al Paraíso (1ª Parte)

Las 7 Puertas al Paraíso (1ª Parte)

buenas tardes apreciados lectores, con intención de llevar el liberador mensaje del Noajismo a cada rincón del planeta para mejorar la existencia de todos y cada uno de nosotros, y así adherirnos a la grandeza suprema del Creador del Mundo, se expondrá como cada uno de los 7 Mandamientos Universales constituye una esencial y duradera puerta que accede al paraíso terrenal y espiritual, con la ayuda de Dios todos nos beneficiaremos de este trabajo y retornaremos a la senda de nuestros antepasados y así podremos cumplir finalmente el objetivo para el cual fuimos traídos a este mundo.

Apreciados amigos estos trabajos no son solo un material que ha sido tomado de los estudios que aquí se imparten, sino también son experiencias tomadas de la vida la vida cotidiana que es donde todos debemos efectuar grandes e importantes cambios(no difíciles de hacer) para poder cumplir los Mandamientos que Dios nos otorgó como patrimonio y herencia.

Comencemos por analizar la primer puerta o acceso al Paraíso que se apertura desde el Mandamiento “No relaciones sexuales ilícitas” y tal vez surja la pregunta ¿Por qué puertas al paraíso? Es que estos Mandamientos entre muchos objetivos, tienen uno que es darnos una existencia saludable, plena y llena de felicidad, aunque claro ello no es su objetivo principal tal como lo declara el más Sabio de los hombres el Rey Salomón:

“La conclusión de todo el discurso; oída esta, teme a Elokim y guarda sus Mandamientos”

Pero como estos Mandamientos son emanados de la misma Bondad del Creador del Mundo no dejan de ser inmensamente benéficos para quien los guarda y práctica, con amor y reverencia.

Dios (Bendito sea) que en infinita sabiduría provee al hombre de lo que necesita para desarrollarse, no podía equivocarSe al enunciar un Mandamiento como este.

Dentro de la unión que se denomina matrimonio existen fundamentos importantísimos para que este se fortalezca y de a sus miembros la estabilidad necesaria para que ellos se desenvuelvan correctamente en el mundo y tengan vidas más plenas.

Las relaciones sexuales ilícitas no solo violentan a un pilar que es fundamental para la continuidad de la raza humana “el matrimonio” sino que también hacen pedazos fuertes valores como pueden ser el amor y el respeto dentro de una pareja.

Las relaciones sexuales ilícitas o infidelidades como son mejor conocidas minan la confianza entre sus miembros y pueden destruir familias completas, tomemos el caso del esposo que entre sus amistades conoce a una chica que le atrae, al paso del tiempo si la mujer lo permite podrán establecer una relación “amorosa” que entra dentro de lo ilícito, pero que tal vez provea a sus integrantes de alguna satisfacción pasajera, sin embargo cuando las cosas suelen destaparse y la esposa llega a saber de ello inmediatamente sufre y puede llegar a tomar represalias, estas pueden ser desde un pleito muy serio con el esposo hasta la separación misma, y si aumentamos a esta crítica situación que el matrimonio tenga hijos ellos(Dios no lo quiera) serán los que más sufrirán por esta relación sexual ilícita.

Las huellas que dejara esta relación sexual ilícita serán imborrables, y las cosas, aunque el matrimonio siga, nunca volverán a ser las mismas, aunque en algunas sociedades esto se considera un comportamiento vanguardista, sin dudas que es uno de los grandes males que aquejan nuestro mundo, y una de las causas más recurrentes en la disolución de matrimonios.

Aquí es necesario hacer un paréntesis para comentar algo:

En un matrimonio formado o en vías de concretarse es muy importante que ambos miembros tengan metas en común, pues de no ser así se corre el riesgo de fracasar la importante empresa, en caso de los Noajidas es importante que ambos miembros estén comprometidos a cumplir con los 7 Mandamientos Universales para dar así estabilidad y más probabilidades de éxito al matrimonio, te daré un sencillo ejemplo para entender esto

Extiende tus brazos hacia el frente y júntalos, ahora el brazo derecho muévelo a la derecha y el izquierdo hacia la izquierda

 ¿Cómo terminaron al final?

¡SEPARADOS! bueno así terminan las parejas que sus metas son distintas, cuando ambos miembros del matrimonio tienen objetivos diferentes asi terminan separados, pues uno va hacia un lado y otro hacia el lado contrario, por eso es necesario que como meta de vida se tengan los 7 Mandamientos Universales como eje fundamental, pues estos darán más fuerza al matrimonio y a cada uno de sus miembros de forma individual. Cerramos el paréntesis

Las relaciones sexuales ilícitas traen consigo miseria, pleitos, muerte y todas aquellas cosas asociadas al dolor ocasionado por una infidelidad, hoy día muchas familias se han disuelto por esta causa y miles de niños alrededor del mundo padecen los estragos  de vivir en hogares disueltos, esto es una grave situación acarreada desde el incumplimiento del Mandamiento “No relaciones sexuales ilícitas”, y aunque solo fue analizada un relación sexual ilícita que es copular con una persona casada/o, vemos como es un gran mal actuar así convirtiéndonos en esclavos del ego.

Pero y al otro lado de todo este dolor porque en verdad hay dolor pues seres humanos somos.

¿Qué hay?

Bueno al otro lado en el cumplimiento de este Mandamiento existe una Puerta que accede a un Paraíso, un Paraíso terrenal, que es un lugar donde las familias viven en armonía con la bendición del Eterno y un poco de esfuerzo de sus miembros, piensa en una casa donde una familia unida, convive entre si diariamente, los miembros unos a otros atienden sus necesidades con un sano desapego al egoísmo y por lo tanto con un amor genuino, imagina a los pequeños creciendo en un ambiente de calidez familiar donde ambos cónyuges se respetan, apoyan y aman, y por lo tanto esa estabilidad les es transmitida a los pequeños, solo trata de imaginar una escena de padres e hijos viviendo en hogar lleno de armonía producto de confianza fidelidad y verdadero amor.

Eso es un verdadero Paraíso en este mundo, aunque es necesario aclarar que el establecimiento de un hogar en armonía no depende de uno solo de los Mandamientos sino de los 7 en conjunto pero sin dudas que es posible y esto podrá parecer o sonar a utopía sobre todo ahora en estos días que cada vez  vemos más matrimonios desintegrados y una pésima calidad de vida, pero sin dudas que ese no es nuestro destino, no venimos a esta tierra para vivir en medio del caos, la miseria y el dolor, y si existen Mandamientos que rectifican el caos y lo convierten en armonía, entonces para eso también pueden ser usados, y es en este punto donde podemos comprender un poco del porque es que estos Mandamientos son una expresión máxima del amor del Eterno hacia nosotros, pues estos nos traen estabilidad armonía y amor a nuestras vidas.

En nuestros actos apreciados amigos está el poder de reconstruir el Edén aquí en este mundo, solo es cuestión de practicar nuestros Mandamientos.

Con la ayuda de Dios y si Él lo permite al finalizar esta serie de textos se comenzara a hacer al trabajo de recopilación y edición para publicar un libro que llevara por nombre “Retorno a los 7 Mandamientos Universales” esperamos que ayude a muchas personas a acercarse a su Creador a través del legado milenario de los 7, quiera Dios que así sea. 

Nota: el individuo debe de cumplir los Mandamientos pues ellos son el eje, pero también debe estudiar y comprender conceptos como el ego y la reglamentación de los Mandamientos, pues esto refuerza y complementa el cumplimiento de los mismos.

EGO

Vanidosa En la sagrada Tradición se menciona al Ietzer HaRá, que puede ser traducido como mala tendencia, inclinación al mal, lado oscuro, el «Satán» (como fuerza emocional interior), impulso o instinto primitivo, entre otras formas de llamarlo.
Pero también se le puede decir con propiedad «EGO».
Pero, ¿qué es el EGO?
En una breve descripción, es el deseo de recibir, sin más.
Cuando el EGO está en su lugar, como subordinado al plano espiritual y al plano mental, domesticado por las circunstancias sociales, entonces cumple una función vital y necesaria para el sostén y desarrollo tanto del individuo como de la especie.
Pero, cuando el EGO es colocado en la posición de dominancia, siendo la persona esclavizada a sus antojos, entonces es que la persona sufre un desequilibrio, una alteración, una «posesión», que le impide actuar a pleno de acuerdo a sus potencialidades.
Cuando el EGO es el director, el deseo se enfoca en erigir al Yo Vivido como centro y finalidad de toda la existencia. Para que el Yo Vivido sea receptor, sin ulterior desvío de lo recibido hacia fines altruistas.
Bajo el imperio del EGO, no se toma consciencia de la presencia o necesidad de otros, ni de lo que es justo y bueno, ni de ser solidario, ni de lo que es saludable, sino solamente de aquello que se desea y que sirve para saciar el anhelo de sí mismo.
Si se hiciera algo por otro, en el fondo (o en el frente) la intención no es bondadosa, sino como medio para obtener algún beneficio egoísta.

Quien se somete al EGO ignora que la fuente de placer no se encuentra fuera de uno mismo, por lo que lo busca externamente.
Como un sediento en mitad de un árido desierto, persigue aquello que saciará su ardor, pero ni bien alcanza su objeto o hecho satisfactor, la sed retorna con más ansias y sufrimiento.
¿Cuál es esa agua que está persiguiendo?
El EGO busca alguna forma de atención como el reconocimiento, la alabanza, la admiración, el poder, la adquisición, la posesión, la riqueza, el aplauso externo, en resumen su deseo fundamental es ser notado de alguna manera, lograr que se reconozca su existencia.
Cuando tal no ocurre, o no siente la persona que lo sacie, entonces se redoblan los esfuerzos para alcanzar ese reconocimiento tan necesitado. A la par, se suele acompañar de reacciones emocionales e incluso fisiológicas. Reacciones que van desde la más profunda depresión -no la diagnosticada como clínica- hasta la agitación más pronunciada.
Es que, realmente se siente morir, carente de satisfacción, desnutrido, desfalleciente.

Pareciera una paradoja, que la persona esclavizada al EGO y que se centra en sí misma sufra tanto de la dependencia de otros.
Que no le baste su aplauso interno, sino el reconocimiento externo.
Que no sea satisfecho, sino que esté apenado por la angustia del no tener ni poder.
Alguien que se mira todo el tiempo a sí mismo pero no se ve ni se comprende ni procura desarrollar sus mejores potencialidades.
Es realmente paradójico: centrado en sí mismo pero ignorante de su ser; ansioso de aplauso e incapaz de admitirse en su realidad.

En este recorrido detrás de la vanidad, del reconocimiento como ser valioso, el papel de víctima es uno de los preferidos por los esclavos del EGO.
En parte es comprensible, ya que en realidad está siendo víctima de sí mismo, es un esclavo, alguien sometido, sin libertad ni independencia; por lo que el papel de víctima le queda a la perfección.
Sus emociones sobredimensionadas lo ponen en situaciones patéticas, de real sufrimiento, de dolor y no encuentra camino para superarlo.
El desequilibrio emocional producto de este sometimiento no tarda en repercutir en los otros planos de existencia, así por ejemplo la mente se colma de obsesiones, el cuerpo se fatiga, los lazos sociales se intoxican, etc.
En su rol de víctima puede explayarse para hablar de sí mismo y de sus problemas, justifica con sus males su dolor y aprovecha para centrarse más aún en su deseo y en absorber energías y recursos de los otros para tratar de satisfacer su insaciable apetito.
Su conducta y actitud, autocentrados, lo llevan a sentirse maltratado por la vida, por las demás personas, por el destino o por Dios; por lo que se excusa así para reclamar, quejarse, demandar, renegar, sentirse ofendido, injuriado, etcétera.
En vez de pararse sobre sus pies con dignidad, asumir su 100% de responsabilidad, enmendar sus faltas, el esclavo del EGO se sigue sumergiendo en banalidades, en infelicidad, en infidelidad, en ceguera.

Sin embargo, la persona que está aprisionada por el EGO no parece reconocer que éste es quien causa el sufrimiento, sino que ve a su apego por el EGO como la única respuesta posible para adquirir reconocimiento, importancia, poder, sentido de vida, etc.
En su cegue­ra, el esclavo del EGO es incapaz de ver el sufrimiento que se inflige a sí mismo y que inflige a otros. Justifica su malestar echando culpas a otros, siempre son otros los que algo habrán hecho para dejarlo en ese estado de incapacidad e insatisfacción.
La infelicidad es una enfermedad mental y emocional, con serias derivaciones sociales, creada por el EGO.
Los estados negativos como la ira, la ansiedad, el odio, el resentimiento, el descontento, la envi­dia, los celos y demás, no se ven como consecuencias negativas de las propias decisiones, sino que se toman como agresiones ocasionadas inmerecidamente por algún factor externo (el otro, la sociedad, tal o cual grupo, el destino, Dios).
«Tú eres responsable de mi sufrimiento» es lo que dice el preso del EGO, de una u otra manera.

Por supuesto que las religiones son un vehículo fabuloso para diseminar el modo de vida negativo del EGO.

Recomiendo la lectura del texto que se abre haciendo clic aquí, y otro más aquí, para continuar el estudio y profundización.
Espero tus comentarios que permitan ampliar el conocimiento y nos sirvan para mayor análisis y crecimiento.