Alguien me preguntó el otro día qué tenía de malo la ideología de los “judíos mesiánicos”, le dije que sobre eso ya había escrito muchísimo, tanto en SERJUDIO.com como en FULVIDA.com, por lo que le pedí que ampliara mi respuesta buscando, leyendo y estudiando los textos allí publicados.
En una breve respuesta, que quizás te sirva tener a mano para tu auxilio, le dije:
En su origen el “judaísmo mesiánico” nació hace unas pocas décadas como un emprendimiento de grupos fundamentalistas evangélicos, con la ayuda de un puñadito de judíos de nacimiento pero traidores consumados a su Familia, que tenían la clara finalidad de convertir a los judíos en cristianos. Pero, a diferencia de sus predecesores no usarían el fuego, la tortura, la matanza, la opresión, sino el primer sistema pergeñado por el más perverso de todos los misioneros,el gentil Pablo de Tarso: confundir, sembrar la duda, corromper, mezclar, engañar, disfrazar, hacer pasar una cosa por otra.
Y así, nació el “judaísmo mesiánico”, del corazón del evangelismo recalcitrante hacia el corazón del pueblo judío, como una flecha envenenada que surca en la oscuridad y mata sin ser vista, y a veces ni sentida, pero su punta y su ponzoña matan sin remedio.
Ya con este nacimiento y destino, dudosamente se le puede considerar “kosher”, admisible, compartible, leal, loable, para estimar, para apreciar, para admitir y vivir acorde.
Luego, de aquellos que se dicen “judíos mesiánicos”, habría que ver cuantos de ellos realmente son JUDÍOS.
Si bien en su principio, como te mencione recién, su objetivo era convertir al cristianismo (pero con otro nombre) a los judíos, con el paso de los tiempos mutó y se uso con eficacia para entrampar a gente no judía.
Estaban aquellos gentiles cansados de las fantasías de las religiones, decepcionados por la falsedad de sus religiones, anhelantes por algo más puro, o quizás directamente deseosos de formar parte del judaísmo. Pero por uno u otro motivo no encontraron la senda hacia el noajismo, o a la conversión leal y legal al judaísmo.
Entonces, descubrieron, o se les ofreció, esto que parecía un atajo a sus deseos.
Algo que parece ser judío, que se viste como se supone es judío, que mezcla cosas judaicas, que se bailotea en supuestas danzas judías, que se comparta el pan judío, que se es miembro del árbol de Jesús (al que le inventaron todo tipo de nombretes judaizados, con ínfulas de místicos, con sabor a antiguo por no decir viejo y podrido, es decir, más fantasías mediocres pero muy marketineras).
Así, se llenó de gentiles que de un día para el otro dejaron de ser cristianos (de alguna de las mil sectas cristianas) para ser “judíos mesiánicos” (es decir, miembros de OTRA de las sectas cristianas, pero que se avergüenza de reconocerse como tal).
Gente que se inventó todo tipo de excusas para creerse “judíos”, como que su apellido tiene una Z, su antepasado vivió en España, su nombre suena a Alemán, tiene ojos claros, en su casa le dijeron que ellos eran diferentes, tienen la idea de que son descendientes de “marranos”, se “convirtieron” con un rabino en un ritual por la internet, se hicieron la circuncisión, se bautizaron en una “mikve” en el nombre de Yejoshuja y etcéteras varios, todos ridículos para quien es honesto y un poquito conocedor.
Así pues, de los que se hacen llamar judíos mesiánicos, probablemente sean poquitos los que tienen en su haber el derecho de ser llamados “judíos”, aunque ahora vivan en completo erro, e incluso traición hacia su familia, su pasado, su destino y Dios.
Pero hay más.
Al Nuevo Testamento (con el fraudulento nombre de “jabrit jajadasha” o “código real”) lo hacen pasar por la válida continuación del Tanaj, o a veces como una especie de “Talmud” netzarita, a la par del verdadero Talmud.
Pero, esa colección de fábulas, cuentitos, leyendas, invenciones del imperialismo romano, divagaciones gnósticas, paganismo sazonado con auras de judaísmo, en modo alguno puede ser considerado parte de la Biblia, su prolongación o su válido comentario; pues está en una senda absolutamente ajena, contraria y deformada de lo que es la esencia y contenido del Tanaj y la rica Tradición Oral santa de Israel.
Te brindo unos breves ejemplos ahora.
La Biblia, la verdadera, la de los judíos, enseña claramente que la Era Mesiánica implica la redención de Israel (el pueblo y la tierra), con la restauración completa del reino davídico, al tiempo que conlleva la corrección espiritual y material de la nación judía, y por extensión la de todo el mundo.
Pero, el Nuevo Testamento adoctrina con israeles espirituales, rechazando el lugar de Israel (el verdadero y único), las profecías del reinado concreto del rey davídico, para sustituirlo por una fantasiosa salvación del pecado exclusivamente para el alma y un absoluto desprecio y odio hacia el cuerpo. Se trata de la salvación a toda costa para el individuo y se deja de considerar a la nación.
En el medio se inventan todo tipo de doctrinas que refieren a pecados originales, culpas colectivas por pecados de individuos, dioses vengativos que no se calman a no se que haya sacrificio sangriento y doloroso, centralidad de intercesores espirituales indispensables para cualquier salvación, dominio de una potencia espiritual negativa y todopoderosa, entre otras ideas y creencias muy antiguas y muy idolátricas, que en nada se sostienen en el marco santo del Tanaj y la Tradición.
Y ni hablemos de la pluralidad de dioses, dioses humanos, demonios endiosados, y un sin fin de inventos muy hábilmente seleccionados para someter a las masas, para ejercer la manipulación emocional, para mantener el dominio sobre personas y colectivos.
Pero, siguiendo con la incoherencia de pretender sumar al Nuevo Testamento a lo bíblico –verdadero-, tenemos los cuentitos de Jesús ridiculizando las palabras de los sabios, quienes con todo derecho (Divino y humano) eran los encargados de enseñar las sendas del Eterno. Así mismo, lo vemos a Jesús diciendo que no pretende cambiar nada de lo judaico, pero en los hechos actúa de una manera contraria, y ni que decir de los resultados que se derivan de la fe en él…
(Y todo esto sin apegarnos a nuestro conocido argumento de que en realidad el tal Jesús del Nuevo Testamento NUNCA existió, sino que es una invención literaria, desarrollada para que el imperio romano mantuviera su debilitado poder. El tal Jesús neotestamentario, que es una colcha de retazos de viejas leyendas, historias de algunos personajes reales, la febril pluma de autores gnósticos, las necesidades imperialistas, el habilidoso leer las profecías e inventar que Jesús las cumplió… si igual nadie podía decir lo contrario, etc.).
Esto, además de que el tal personaje se anunciaba y declaraba como que era superior a Moisés e invalidaba la Torá.
También se puso directamente como un objeto de fe, por medio del cual sólo los que creen en él se salvan del infierno y todos los demás perecen en dolor eterno.
Por supuesto que esto no tiene ni una jota que ver con la Torá, y ni siquiera nos extendimos ni profundizamos en todas las discordancias, contradicciones, empellones que representa el Nuevo Testamento para con la Torá y la Tradición.
En resumen, todas estas cuestiones son claramente una grosera desviación de la trayectoria de la Torá, es disfrazar de santidad las creencias de los paganos y tratar de injertarla en la vida sagrada de los leales a Dios de forma encubierta
Y eso que la doctrina oficial es aún más pesada y antagónica a Dios y lo que Le pertenece.
En resumen, aquellos que se hacen llamar “judíos mesiánicos”, si por alguna casualidad realmente fueran judíos, no están dentro del marco dictado por Dios, y no viven una vida de “mesianismo”, sino de CRISTIANISMO, disfrazado, pero cristianismo al fin (y al principio, y en el medio).
Y si no son judíos, entonces están doblemente confundidos y perdidos, por lo que precisan ser alumbrados prontamente con el Faro Universal de la Luz para la Vida, con el noajismo, aquel que gratuitamente y con gran esfuerzo ofrecemos en FULVIDA.com para las naciones.
A despertar amigos míos.
A tomar conciencia de la gravedad de la situación.
A hacer lo posible para ayudar al prójimo, al familiar, al lejano a que abandone la senda de la perdición y encuentre su verdadero camino: el judaísmo para judíos, el noajismo para los gentiles.
A construir Shalom, para hacer nuestra parte en la tarea de atraer más pronto la Era Mesiánica VERDADERA.