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Resp. 866 – La bendición para ti, la verdadera bendición para ti

nos consulta:

Estimado Yehuda:

reciba un cordial saludo. No soy judía, pero me encanta todo lo que tenga que ver con el judaismo. En mi país los dueños de los negocios más prosperos son judíos. Trabajo en bienes raíces. Siempre que muestro propiedades de judios en venta noto que estos tienen cuadros de plata con letras en hebreo que dicen ser bendiciones. En esta semana visite una tienda donde solo venden articulos judíos, la propietaria la cual es judía me dijo que aunque yo no fuera judía podia comprar las bendiciones y tenerlas en casa. Ella me ofrecio varias y las compre todas. No se si me lo dijo solo para que yo comprara. Me vendio una bendicion con letras hebreas impresas en un fondo de plata muy linda. y la otra que compré es una bendicion para negocio.

Me sentí contenta con la compre que hice aunque inverti mas de cien dolares en las dos que compre, y tengo las bendiciones en mi apartamento.

Fue un placer escribirle.

Atentamente,

Julissa Jaén
Ciudad de Panamá

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¿Saber o creer que Dios existe?

El Eterno en Su perfecta sabiduría y amor ha dado SIETE mandamientos universales, para todas las naciones.
Son siete, ni uno más, ni uno menos.
Siete, que están expresados con claridad y confirmados.

Por su carácter, por su esencia, esta “Torá noájica” (Torá = instrucción, enseñanza), de tan solo Siete Mandamientos, no fue tallada en roca por parte de Dios, tampoco declaró que fuera puesto en un rollo escrito y custodiado en algún templo, sino que exigió que se viviera a pleno en la vida de cada uno de los descendientes de Noaj/Noé.
Tal sería la manera de que esa Torá gentil estuviera viva, en el corazón de cada uno de los hijos del hombre.
Era la mejor y más pura manera de preservar el legado, de llevarlo a cabo.
No depender de objetos externos, ni de líderes o maestros, sino de la conciencia clara y firme en mantener la dorada cadena que vincula al hombre con los mandamientos de Dios.
Al estilo de lo profetizado para el futuro del pueblo judío:

"Pondré Mi Torá en su interior y la escribiré en su corazón. Yo seré su Elokim, y ellos serán Mi pueblo.
Ya nadie enseñará a su prójimo, ni nadie a su hermano, diciendo: ‘Conoce al Eterno.’ Pues todos ellos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice el Eterno. "
(Irmiá / Jeremías 31:32-33)

Tal era lo que debía hacer cada gentil, tener SU Torá en su interior, es decir, conocer y vivir los Siete Mandamientos Universales.
(Aclaro para los que gustan de confundir, digamos, mesiánicos y otros paletos, que la profecía mencionada recién trata del futuro del VERDADERO pueblo judío, que en la Era Mesiánica será leal al Eterno, con total dedicación sabrá y aplicará SU Torá; tal como en el comienzo de la humanidad debieran haber hecho todas las personas con su propia Torá, la gentil, la que contiene solamente Siete Mandamientos).

Si bien era parte de la tarea y responsabilidad de cada gentil ser fiel a su tradición y mantenerla, tristemente no pudieron cumplir tan sencilla e importante tarea, vivir de acuerdo a los Siete Mandamientos, y pronto se llenó el mundo de confusión, de oscurantismo, de religiones, de dogmas, doctrinas, ideologías, etc..
Las multitudes de personas del mundo no supieron ser leales a tan simple pero profundo deber ante Dios, ante sí mismos.
(Un aparte: es bastante frecuente que reciba emails de idólatras –seguidores del falso dios y falso mesías- que desde su odiosa perspectiva acusan a Israel de no ser fieles a Dios, de no cumplir con Sus mandamientos, tal como la Torá registró en varias ocasiones… ¿no es patético? Gente incapaz de ser fiel a SIETE mandamientos se atreven a señalar acusatoriamente a aquellos que tienen SEISCIENTOS TRECE mandamientos y que como pueden los llevan a cabo… ¿no es patético? ¿No es patético que entre esos idólatras ni siquiera recuerden SU pacto verdadero con Dios y que hace milenios perdieron la buena senda, pero pretendan dictar cátedra a quienes en penurias y diásporas igualmente siguen conscientes y fieles a su propia identidad espiritual?)

Dios, en Su infinita bondad preservó el pacto con las naciones, lo mantuvo con lealtad a pesar de no recibir respuesta de parte de la humanidad.
La gente aborrecía a Dios, a pesar de usar la palabra dios a cada rato, a pesar de hacer sacrificios “para dios”, etc., lo cierto es que estaban lejanos de Dios, pues no se vinculaban con los mandamientos que Él había encomendado, habían olvidado SU Torá, la noájica.
Solamente un puñadito de hombres y mujeres eran fieles, el más destacado en su momento fue Avraham, el primer patriarca de los judíos.

Por Su bondad, es que los Siete se han preservado con fidelidad en la tradición del pueblo judío, y que sirve como legítima “caja de caudales” para las naciones.
Por supuesto que esto no significa que los Siete sean responsabilidad de la nación judía, mucho menos un invento judaico, ni que los guardianes judíos sean los que tengan que hacer la parte que le toca a los hermanos gentiles. Significa que así como una persona deja en resguardo -en casa de un seguro guardián- un precioso objeto para luego recuperarlo, es menester que cada gentil vaya y recoja su legado precioso, el conocimiento y compromiso a cumplir con los Siete.
Esto NADA tiene que ver con pretender estudiar Torá, o convertirse al judaísmo, o inmiscuirse en asuntos judaicos, o aprender hebreo, o tener objetos de judaica, ni afiliarse a sinagogas, ni ser parte de la nación judía; sino recibir el objeto puesto a resguardo, los Siete Mandamientos para las naciones.

Es notorio que ninguno de esos mandamientos noájicos ordena “creer en Dios”, cuando aparentemente debiera ser el núcleo central del noajismo, lo que sostiene el edificio de los Siete Mandamientos.
Pues, si no creo en Dios, ¿por qué habría de cumplir con lo que Él manda?
Entonces, parece como necesario y fundamental sumar como “mandamiento” el “creer en Dios”, aunque eso no está declarado por Dios como mandamiento.
En verdad, suena muy convincente y coherente esta tesis… ¿no te parece?

Por supuesto que sobran argumentos, bien intencionados sin dudas, para aseverar que es un “deber” para el noájida creer en Dios.
Por supuesto que son pensamientos razonables, valiosos, a considerar como interesantes, en apariencia con carácter sagrado… pero no toma en cuenta un “pequeñito detallito”, y es que Dios mismo no lo ha comandado como mandamiento para las naciones.
Mira qué curioso, tampoco lo ha ordenado directamente como uno de los 613 mandamientos para los judíos; se ordena CONOCER que Dios existe, y no directamente que se CREA en Él.
De hecho, si relees la profecía de Jeremías que cité más arriba verás que se habla explícitamente de CONOCER a Dios, y para nada de creer en él.
Quizás nunca te había percatado de ello, quizás pensabas que era algo similar conocer que creer, pero ahora puedes darte cuenta de que es diferente.
 
Podríamos SUPONER que es bueno creer en Dios, que sería DESEABLE que todo gentil crea en Dios, que en nuestro pensamiento DEBIERA ser un mandamiento que el gentil crea en Dios, pero no podemos someter a Dios a nuestra voluntad, ni cambiar los mandamientos según nuestra buena intención.
Pero, creer en Dios no es obligatorio para el gentil, desde el momento en que Dios no lo ha ordenado como uno de los Siete Mandamientos.

Reitero, es bueno que el gentil crea (luego veremos un poco más esto), es elogioso, es meritorio, seguramente obtiene recompensa en la eternidad por ello, sin dudas es una base firme para apartarse de errores y esforzarse en construir un mundo de shalom; pero, sigue sin ser uno de los mandamientos que Dios decretó para los gentiles.

Ahora, ¿cuál podría ser el daño que surgiera de aseverar que es necesario y obligatorio creer en Dios por parte del gentil?
Aparentemente no hay ningún perjuicio.
¿Cómo perjudicaría afirmar que es obligatorio creer en Dios?
Sin embargo, veamos una posibilidad de error o daño a causa de añadir un mandamiento que no existe.
Alguien puede buenamente luego añadir otro mandamiento, también bien intencionado, que tampoco existe.
Y así, se iría conformando un sistema seudo espiritual, basado en numerosas buenas intenciones, pero apartado de la senda delimitada por el Eterno para el noájida.
Por supuesto que saber que Dios existe está en la base de la fidelidad a Él, en el apego a los Siete, es el núcleo del cual parten los mandamientos para las naciones, pero, no es un mandamiento para los gentiles el deber saber que Dios existe.
Si lo saben, si lo admiten, si viven con la Luz de esa Verdad, es excelente; es lo que debiera ser, sin necesidad de que nada ni nadie le obligara a hacer.

Comprendo que puede ser un concepto difícil de entender y/o o compartir para personas que han padecido el nacer y criarse en entornos religiosos, en los cuales se adoctrina para creer en dios (adrede con minúscula), en donde se agrede a quien no cree, en donde es pecado no creer, en donde la duda es silenciada y castigada, en donde se hace que la persona crea, que tenga fe, aunque luego no viva de acuerdo al ideal espiritual diseñado por Dios.
Comprendo que puede parecer “blasfemo”, arbitrario, extraño que te diga que no tienes obligación de creer, de acuerdo a los mandamientos que Dios te ha comandado.
Quizás hasta en cierta forma te puedas sentir como un huérfano, creyendo que para los judíos es un deber, que ellos tienen a su “Padre” y tú no; si es lo que sientes, te comprendo, pero no tiene un punto de contacto con la realidad de acuerdo a lo planteado por Dios.
Dios es Padre de todos, judíos o gentiles, creyentes en Él o no, fieles a Sus mandamientos o contrarios, Lo conozcan o lo rechacen, Él sigue siendo Padre de todos.
Dios es una realidad, o más LA realidad. Somos nosotros pasajeros, fugaces, sombras de pájaros que pasan, nubes llevadas por el viento, inconstantes, desleales, torpes, etc. Pero Él es firme, una roca, eterno, fiel, perfecto, real.
Dios existe y no precisa de nosotros en lo más mínimo. Tampoco Le afecta si tú crees en Él o no, no es menos o más Dios gracias a ti o a mi.
Ahora bien, ¿por qué no te ordena creer en Él?
La respuesta, una de ellas, es bastante simple: uno cree acerca de lo que no puede comprobar, pero no se cree en aquello que se comprueba, que se SABE que existe.
Te lo pongo más claro: tú no crees que estás leyendo estás líneas, tú lo sabes.
¿Y cómo lo sabes?
Eso, no me lo respondas a mí ahora.

Dios no te pide, ni a ti ni a mí, que creas en Él, porque no se puede demandar creer en lo que es evidente, está “a la vista”; tal como no te pudo pedir que creas que estás leyendo este texto, pues sería un pedido ridículo de mi parte. Dios no comete actos ridículos ni inútiles.
Por tanto, tú puedes llegar a saber que Dios existe; repito, A SABER, pero no a creer…
¿Cuál es el método que Dios dejó en manos de las naciones para que ese conocimiento de Él exista?
Pues, el cumplimiento de los Siete Mandamientos Universales.
Te explico.
Adam, el primero en recibir los mandamientos universales, no precisaba que le dijeran que creyera en Dios, él mismo había hablado con Dios.
Noaj, del cual salimos los humanos luego del Diluvio, no precisaba que le ordenaran creer en Dios, él mismo recibía instrucciones directamente de parte de Dios.
Así mismo los hijos de Noaj, Shem, Jam y Iafet, quienes fueron testigos de la devastación, de la salvación, del pacto eterno del arcoíris, etc..
Ellos no podían ni debían recibir la orden de “creer” en Dios, pues para ellos era natural SABER que Dios existe.
¿Qué era lo que debían hacer?
Vivir de acuerdo a los Siete Mandamientos, desarrollar reglas justas a partir de los mismos, comprometer a sus descendientes en el noajismo, en tanto relataban con fidelidad como ELLOS mismos habían recibido “su Torá” (los Siete Mandamientos) directamente de Palabra de Dios.
Los hijos de los hijos debían recibir este legado, este recuerdo, este testimonio, esta evidencia de la existencia de Dios por medio del testimonio fiel e inquebrantable, tal era la tarea de cada personas en lo sucesivo… pero… la gente se dejo someter por sus vanidades, adoraban al EGO en lugar de ser fieles a Dios, por lo cual, pronto fueron toqueteando los mandamientos, los acomodaban a su antojo, los eliminaban, iban elaborando religiones, adoctrinando en “la fe”, inventando dioses, cubriendo de oscuridad y olvido el CONOCIMIENTO de la existencia de Dios y el DEBER de cumplir con Sus mandamientos. Tal fue lo que aconteció.
Así pues, no era necesario ni razonable que Dios demandara de los gentiles creer en Él, pues hubiera sido una orden imperfeta, ridícula.
Hoy, sumergidos en tanto fango de ideas y religiones, puede parecer loable el creer en Dios, cuando en verdad lo que debiéramos hacer es SABER que Dios existe.
Por supuesto, mejor creer que nada, o negarlo, o inventar dioses, o vaya uno a saber que otras terribles alternativas.
Pero, no pidamos –movidos por buenas intenciones- que consideremos como mandamiento noájico el creer en Dios, pues no lo es, ni lo fue.
Sí hagamos el esfuerzo por conocer más acerca del legado espiritual que nos motiva, a los judíos el judaísmo y a los gentiles el noajismo, conozcamos de nuestro pasado sagrado, comprometamos nuestra existencia a cumplir con los mandamientos que nos competen, revelemos la historia tal cual fue, para reconocer que Dios existe, que lo sabemos, que no precisamos de fe ni de creer, sino que es un hecho que SABEMOS.

Recuerda que cuando se agrega un mandamiento, sea cual fuera, da pie para que se agregue cualquier otro.
El sistema ya está confeccionado, tiene sus partes en su lugar, tal cual el Diseñador decidió, ¿cómo pretender modificar el sistema diseñado por Dios?
Otro perjuicio posible sería el que la persona se sienta pecadora, fracasada, en falta, lejana a Dios por no creer en Él… y en la realidad no es pecadora, ni fracasada, ni está en falta, ni se alejó de Dios… pero, a causa de agregar un mandamiento a lo ordenado por Dios, la persona pasa a vivir en conflicto, en una vida falsa, en lejanía cuando no debiera estar así.
Podríamos seguir buscando y encontrando beneficios de no añadir a los mandamientos, pero la idea ya está propuesta.
De paso, para los judíos, que tienen 613 mandamientos en lugar de sólo 7, hay explícito un mandamiento de no añadir ni quitar mandamientos:

"No añadáis a las palabras que yo os mando, ni quitéis de ellas, de modo que guardéis los mandamientos del Eterno vuestro Elokim, que yo os mando."
(Devarim / Deuteronomio 4:2)

Éste no es un mandamiento para los noájidas, pero bien puede ser un reglamento a tener en cuenta.
Recuerda que los reglamentos, las normas, las leyes derivadas, los consejos de vida, tus decisiones espirituales NO son mandamientos, aunque algunos de ellos pueden tener carácter muy grave y necesario, igualmente NO son mandamientos y no deben ser considerados como tales.
Así pues, una buena norma es no agregar ni quitar de los Siete Mandamientos universales. Puedes desarrollarlos, aplicar las reglas derivadas con total dedicación, pero a sabiendas de que no son mandamientos.

Ya hemos visto varios importante temas en este texto, que amerita relectura, repaso, estudio profundo, crítica saludable; pero aún quiero mencionarte un par de datos más.
En el idioma de la Creación, el que conocemos ahora como hebreo, creencia es EMUNÁ.
Esta palabra se asocia con entrenamiento, con ejercicio.
Creer no es tener una idea de algo, sino entrenarse para confiar en algo.
En el caso de la creencia en Dios, es entrenarse, ejercitarse, para confiar en Él.
¿Cómo se entrena uno en esto?
Pues, al cumplir con los mandamientos que a cada uno le compete, los Siete para los gentiles, los 613 para los judíos.
Si vives los mandamientos, aunque no conozcas a Dios, aunque no creas en Él, si igualmente vives de acuerdo a los mandamientos, llegarás a tener una vida noble, buena, justa y eventualmente descubrirás que también crees en Dios, aunque nadie te haya dado clases de “doctrina teológica”.
Esa creencia basada en el ejercicio de una vida saludable espiritualmente, conduce al conocimiento de Su existencia.
Tal es como ha subsistido a lo largo de los milenios, a pesar de las penurias, a través de las diásporas, con altibajos, el pueblo judío, el pueblo que es cercano a Dios.
No por creer en absurdos porque la fe lo exige; no porque se tiene el dominio y el poder para acallar a los contrarios; no por ser ciegamente fieles y sin rebeldías… nada de esto es parte de la nación santa de Israel.
No se vive teniendo fe en disparates, ni se ha tenido el poder para dominar y someter a los demás, ni se ha sido un pueblo de dóciles ovejitas que no se sobresaltan y retoban a cada rato. Y sin embargo, el pueblo de Israel VIVE y EXISTE, sigue siendo leal a Dios, sigue preservando su tradición, sigue estudiando y preservando SU Torá, sigue teniendo identidad, sigue siendo siervo fiel, a pesar de los pesares.
Cosa que no se obtiene por fe, ni por aplastar a los “herejes” en “guerras santas”, ni por ser sumisos hasta el absurdo; sino que se obtiene por entrenarse a diario en lo que le corresponde, hacer los ejercicios que fortalecen los “músculos” espirituales por medio de cumplir con los mandamientos que le competen.
Tú, hermano gentil, también puedes entrenarte, por supuesto que NO con la Torá judía ni con los mandamientos judíos, sino reencontrando TUS mandamientos, llevando tu confianza hacia Dios con sinceridad y pureza.

Así pues, a conquistar tu mundo interior por medio de lo que te corresponde.
Siendo orgulloso de lo que te toca, leal a tu identidad, fiel a Dios, constructor de Shalom.
Sin pretender saber mejor que Dios lo que te corresponde, sin adjudicarte prerrogativas que no tienes.
Tal vez no te resulte fácil, al principio, pero si te entrenas conocerás a Dios y se hará realidad la profecía de los últimos tiempos, una profecía que atestigua la presencia del verdadero Mesías:

" Entonces el Eterno será rey sobre toda la tierra. En aquel día el Eterno será único, y Único será Su nombre."
(Zejariá / Zacarías 14:9)

Resp. 865 – esta bien creer en el eterno ?

batsurt nos consulta:

1- Esta bien creer en le eterno
2- cuando uno ya deja de creer en la biblia,
3- en lo personal deje de creer en esa biblia
4- porque esta llena de mentiras
5- y tambien deje de creer de ese mesias llamado el cristo.
6- se que soy un noajidas,
7- como hago para seguir los pasos del eterno si ya deje de creer en esa biblia?
8- me molesta como el que los cristiano continua con esa ley del diezmo si ya dejo de existir cuando ya el templo fue destruido?

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Por insiginificante que parezca…HaShem proveerá

Tal vez no seamos más que un pequeño grano de arena dentro de un gran desierto, pero tengo la confianza de que por muy insignificante que parezca ser lo que hagamos, en algo habremos afectado el status quo de las cosas.

Tengo la confianza de que algún día recobraremos el juicio y ya no habrá adiestramiento para destruir por los intereses de unos en desmedro del bienestar de los  otros, sino que se buscará el verdadero bien común y cada uno podrá vivir tranquilo y desarrollando las potencialidades que Dios le ha dado…

En algún momento y en algún lugar comenzó….Sólo Dios sabe cuándo y cómo definitivamente se concretará…


Sin Dudas y Con Señal

La mayoria de las personas sumergidas en la religión, en cualquiera de sus formas o máscaras, cuando el alma les golpea la puerta del corazón, cuando las dudas sondean por sus mentes como moscas, suelen preguntarse:

– Dios, ¿es esto (el camino hacia) la verdad? –

Y despues de ello, algunos logran salir de la droga idolatrica en tanto otros siguen preso de ella, sin encontrar una base sólida y atandose a creer por fe y sin razón.

Mi querido lector, esa pregunta para el leal a Dios, para el que transita el noajismo y vive con simpleza, esa pregunta no es una duda, ni una pregunta sin base sólida, pues el que anda en la verdad no duda de la verdad, en más, el que tiene dudas no la deja en el aire sino que la alumbra con luz de Torá.

Y si te has hecho esta pregunta, siendo conciente de tu identidad espiritual y de la verdadera realidad, estoy seguro que habrás encontrado la respuesta, pero solo si la has buscado en donde verdaderamente se debe buscar, en donde se encuentra la palabra de Dios, la voluntad del Padre, pues la Torá declara:

«Cuando el arco (iris) aparezca en las nubes, Yo lo veré para acordarme del pacto perpetuo entre Elokim y todo ser viviente de toda clase que está sobre la tierra.» (Génesis 9:16)

Resalto, para que no queden dudas sumbando, «del pacto perpetuo entre Elokim y todo ser viviente»…

Claro esta, mi querido lector, perpetuo significa en la actualidad vigente. Ahora, analizemos algo juntos, estudiemos un poquito que no nos viene mal y para beneficio nuestro es, el versiculo declara:

«Yo lo veré para acordarme»….¿Acaso Dios necesita acordarse del Pacto Noajico?; ¿Dios, Quien todo lo sabe y no tiene olvido, precisa de recuerdos a Su memoria?

Pues NO, Dios no precisa de recuerdos, de señales, sino nosotros precisamos de ello. Porque el arco iris en el cielo no cumple solo la función de ser señal sino que nos recuerda perfeccionarnos, mejorarnos.

El arco iris surgió despues de la catastrofe del diluvio, donde la gente de esa generación debia mejorar y cumplir los preceptos, y tu, mi querido lector, tienes la capacidad, las herramientas, para mejorar y crecer, y también para no volver a cometer los mismos actos desagradables de la generación del diluvio.

¿Pero, estas sumamente dispuesto a recordarte que puedes mejorar y aplicar ello en tu vida?

No dejes esto en una duda.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»



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1.03.01

El Eterno espera por el arrepentimiento

En estos primeros días del nuevo año donde El Eterno espera que de nuestra parte allá un sincero arrepentimiento y un fuerte compromiso, traigo a recordar un post del moré Yehuda Ribco para que te nutras de buen pan espiritual y estes fuerte en tu tarea sagrada.

 

 

 

El Eterno espera por el arrepentimiento

En nuestra parashá nos encontramos con el siguiente desgarrador testimonio:

«Elokim miró la tierra, y he aquí que estaba corrompida, porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.«
(Bereshit / Génesis 6:12)

Diez generaciones hubo entre Adam y Noaj.
Cada generación estaba un escalón inferior en la escalera que progresivamente descendía en moral y actitud bondadosa y responsable.
Como si un inexorable destino marcase el descenso, la humanidad se iba postrando más y más ante el pecado y el mal.

El Eterno esperó a que el arrepentimiento auténtico surgiera como un rayo alumbrador en el corazón de la humanidad, pero, más y más lóbrega noche era lo que se erigía en los pechos y mentes de las gentes.
Cada día que los alejaba del Edén más lejanos estaban del Bien.
Y no reaccionaban ante ningún evento devastador ni ante ninguna desgracia personal.

De continuo la violencia social los afectaba, eran víctimas de sus propios despojos, crímenes, violaciones, terrorismo y violencias; pero no se inmutaban sino que se aferraban con pasión a sus acciones plagadas de negatividad.

Sus acciones polucionaban el ambiente, destrozaban el hábitat de cientos o miles de especies, dañaban afluentes de agua, provocaban cambios climáticos y decenas de otras

Cada vez con más frecuencia la tierra era azotada por calamidades «naturales», inundaciones atroces, tsunamis, huracanes, plagas, incendios voraces, terremotos devastadores, volcanes rugientes y otras fatalidades de la naturaleza que ellos desestimaban pues asumían que eran parte del modo natural de vivir.

(Cualquier similitud con la actualidad no es pura coincidencia).

Como mucho más adelante profetizó el profeta:

«vuestros pecados os han privado del bien«
(Irmiá / Jeremías 5:25)

Sus pecados los privó del bien y los encaminó expreso al tenebroso mal.

La destrucción de la especie humana y de su entorno era cada vez más inevitable, más lógicamente evidente como resultado de las ruinosas acciones de las personas, pero, el Eterno les daba una oportunidad detrás de otra, esperando el arrepentimiento, el que se reencaminaran hacia el bien y la vida.

Finalmente la corrupción mundial llegó hasta el extremo de la aniquilación total, pero en Su misericordia el Eterno todavía les regaló 120 años más para ver si ellos lograban recapacitar y corregirse.

Y en ese tiempo extra también les envió claras señales, mensajes indirectos pero también explícitos, presagios de la ruina que se avecinaba, sin embargo ellos en su libre albedrío escogían (o pretendían que no escogían) desbarrancarse en el abismo de la perdición final.

En una ocasión futura, también de pecado y corrupción, el Eterno anunció:

«Voy a volverme a Mi lugar, hasta que reconozcan su culpa y busquen Mi rostro. Y en su angustia Me buscarán con diligencia.«
(Hoshea / Oseas 5:15)

Precisamente eso mismo hizo el Eterno, Se ocultó para la humanidad sumida en pecado y los pesares poblaban los días y noches de cada persona. Era ese el momento de la angustia en la cual el alma adolorida clama desde lo profundo por el abrazo del Padre.

Pero ellos no Lo buscaron.

Y entonces, la lluvia del gran diluvio comenzó a caer con lentitud y progresivamente fue más poderosa y violenta. Las aguas de las entrañas terrenas abrieron su camino hacia la superficie. Al mismo tiempo el cataclismo se incrementó cuando una lluvia de meteoritos que incendiaban la atmósfera se conjugaron con las miles de lavas volcánicas que ardían en las tierras anegadas. La debacle era voraz, las carnes de miles, de millones eran consumidas. La podredumbre de una civilización destinada a la muerte estaba siendo borrada de la faz de la tierra.

Pero antes de la hecatombe tuvieron aún siete días para el arrepentimiento.
Cuando las aguas ya habían comenzado, cuando el bólido celeste ya era visible y presagiaba el desastre… pero ellos se mantuvieron con apasionado abrazo en su camino del mal.

Él espera antes de enviarnos nuestros correspondientes castigos, pues es tardo en ira; Él nos da chances incluso en el peor de los caos infernales, pues desea la extinción del pecado y no la del pecador; pero debemos reconocer que nuestro camino no es el recto para de ese modo hacer algo para modificarlo.

En palabras del salmista:

«Oh Eterno, si tienes presente los pecados, ¿quién podrá, oh Señor, mantenerse en pie?«
(Tehilim / Salmos 130:3)

Estamos nosotros viviendo una época de catástrofes similares a las que preludiaron el Diluvio, y estamos nosotros en posesión de herramientas para evitar una nueva destrucción.

Tenemos el conocimiento de lo que aconteció en aquel pasado para no volver a repetirlo.

Tenemos la Torá y los mandamientos noájidas para actuar de manera diferente.

Tenemos mayor conciencia.

Tenemos aún tiempo y oportunidad de arrepentirnos y de caminar a la Luz de la Torá.

Pero,

¿tenemos el deseo de contribuir a cambiar el convulsionado mundo empezando por cambiar nuestro mundo interno?

Yehuda Ribco.

«Si aún no eres parte de la comunidad de fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»

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1.03.01

Gracias por la simpleza HaShem…

Difícilmente vemos milagros en la vida diaria. A veces esperamos o los demás esperan  que ocurra algo sobrenatural para catalogarlo como tal, pero muchos de ellos están  presentes en las cosas más simples de nuestras vidas: el nacimiento de un niño, el crecimiento de un árbol, la puesta de sol, la mariposa saliendo de un capullo o incluso en el canto de las aves… Sólo hay que detenerse, observar y sentir.

Que este nuevo año sea de bendición para todos. Un abrazo y paz. ..

La mejor religión

En el Facebook buscando por curiosidad, en la solapa de información, quien era el querido socio en la sagrada tarea de construir shalom denominado «Noajidas por la verdad» me encontre con una cita favorita de él. Se las transcribire a continuación, pero sepan que nose con exactitud quien es el creador de «Noajidas por la verdad» y quisiera agregar que no con malicia, sino quizas por confusión tenga él esta cita en su información, pero aún así recordemos lo que enseñó el maestro: «Que nuestras buenas intenciones no sean causa del error.»

Si el amigo esta leyendo el post, con mucho gusto recibiremos sus comentarios al respecto del tema que se aborda acontinuación, pues estoy seguro que él quiere hacer lo que Dios mandó verdaderamente al Noajida y no algo que valla en contra de ello.

Cita favorita:

«En el intervalo de una mesa redonda sobre religión y paz entre los pueblos, en la cual ambos (el Dalai Lama y yo) participábamos, yo, maliciosamente, mas también con interés teológico, le pregunte en mi inglés defectuoso:

– «Santidad, cúal es la mejor religión?» (Your holiness, what`s the best religion?)

Esperaba que dijera: – «El budismo tibetano» o las religiones orientales, mucho más antiguas que el cristianismo…»

El Dalai Lama hizo una pequeña pausa, sonrió, me miró fijamente a los ojos – lo que me desconcertó un poco porque yo sabía la malicia contenida en la pregunta – y afirmó:

– «La mejor religión es la que te aproxima más a Dios «. Es aquella que te hace mejor.»

Para salir de la perplejidad delante de tan sabia respuesta, pregunté: – «Qué es lo que me hace mejor?»

El respondió: – «Aquello que te hace más compasivo, más sensible, más desapegado, más amoroso, más humanitario, más responsable, más ético… La religión que consiga hacer eso de ti es la mejor religión.»

Callé, maravillado, y hasta los dias de hoy estoy rumiando su respuesta sabia e irrefutáble…»

Explicación de la cita según el Noajismo.

Empezare por decir que no conosco ni se quién es el dalai lama, pero analizemos su respuesta según el Noajismo.

«La mejor religión es la que te aproxima más a Dios «. Es aquella que te hace mejor.»

Rápidamente volvamos a explicar el término religión:

Re-ligare: Unir aquello desconectado.

Las religiones creen/enseñan que el mundo o el ser humano esta desconectado con Dios, por consiguiente la única manera de volver a unir la relación Dios-Hombre es la religión. La pregunta que rodea aqui es ¿cuál religión te conecta o une verdaderamente con Dios? ¿Todas? ¿Una sola?…. (una pregunta totalmente carente de sentido, validez e importancia para el leal a Dios).

Pero no nos hundamos en el fango de estiercol sino que analizemos los temas con Luz.

En el mundo existen dos identidades espirituales que no son religiones, el Noajismo y el Judaismo. Los dos Eternos, pactos vigentes en la actualidad. El noajida o judío no necesita religion sino cumplir los preceptos en el mundo según le corresponda, vivir la vida tal como Dios quiere. Porque el mundo, la sociedad o el ser humano no esta desconectado de Dios, tal como se declara: «No hay nada fuera de El» – Deut. 4:39. –

Aqui no hablamos de que religion es mejor o cual te hace mejor persona, cual es más espiritual o cual menos. La religion en cualquiera de sus formas es idolatria, es transgredir el mandamiento Noajico que dice: «No idolatria»

Por lo tanto el leal a Dios no busca una mejor religion sino que con humildad obedece al Padre celestial, al que ideó las leyes divinas segun la identidad espiritual de cada uno. El leal a Dios, estudia, crece, vive noajismo, hace de los preceptos del Padre su vida rutinaria para acarrear la Luz al mundo.

Por otro lado, si fuera que hay que buscar la religión que hace más persona a uno mismo, pues habria muchos caminos para llegar a Dios, pues sin duda hay gente idolatra que hace caridad, que se esfuerza en crecer como persona pero que aún siguen en la idolatría y quizás sin saberlo. Pero lo seguro y verdadero es que cualquier religión no aproxima a Dios, ademas  no hay caminos para llegar a Dios sino uno solo según la identidad espiritual de cada uno, camino que Él creó y no seres humanos u otros.

Asi que mi querido lector, mi consejo es: No busques la mejor religión, sino vivir el Noajismo y disfrutar la delicia de vivir la vida con simpleza.

Por último, ahora respondete esta pregunta: ¿Que es lo que me hace mejor?

Que sepamos construir Shalom.

«Si aún no eres parte de la comunidadd e fieles a Dios, eres la pieza del rompecabezas que falta.»