¿Cómo diferenciar aquello de lo que obtenemos placer efímero, de lo que proporciona una sensación trascendental, placer real?
La verdad, no pretendo responder a esa pregunta de una forma concreta, apelando a alguna receta o similar, solo quiero tratar de poner en orden las ideas que tengo de lo que vale la pena para mí, perseguir en la vida:
1) Tarjeta de crédito: Te dejas convencer que las deudas son necesarias, pues “¿Acaso hay alguna otra forma de conseguir las cosas?”
2) Carro: Gran medidor de éxito en occidente, así como es tu carro, te juzgarán tus “amigos”. Uno de los mayores espejismos con que nos encontramos actualmente.
3) Apartamento o casa: Una vez te das cuenta que el carro se volvió “un mal necesario”, te ilusionas con la idea de que un apartamento o casa, te dará seguridad, estabilidad, sensación tan anhelada por todos nosotros.
4) Finca: El ritmo de vida agitado que te generan los ítems anteriores (especialmente si los debes), demandan algo de “paz”, lo que, según conversaciones con tus amigos se consigue en una “finquita” en la que “te desconectas” los fines de semana. Tras años constantes sinsabores y sin lograr alguno de los cometidos, llegas a la conclusión de que la finca trae dos (2) momentos felices: Cuando se compra y cuando se vende.
Podríamos decir que de estos cuatro ítems esenciales, sacamos grandes enseñanzas para la vida, que nos evitarán perseguir fuegos fatuos, pero no, seguimos dándonos de golpes, pues al no obtener satisfacción real de ninguno de ellos, creemos que es culpa del cupo, si es la tarjeta de crédito; el modelo, en el caso del carro; del tamaño si creemos que es culpa del apartamento o la casa; o el clima y la distancia si es “la finquita”. Ahí si viene el punto: Si permitimos que estos estándares determinen nuestro estado emocional, NUNCA seremos felices, es así de simple.
Para terminar quiero dejar la pregunta abierta: ¿Qué, sino los “4 principales”, le dan real sentido a la vida?, ¿Qué es lo que nada, ni el tiempo, ni el clima, ni la inflación pueden corroer?
muy buen texto, me parece excelente como esta planteado.
y sugiero la lectura de este otro texto, que esta en concordancia:
http://serjudio.com/salud/cterapia/el-sentido
Shalom para todos:
Tratare de contestar a sus preguntas Juan Pablo.
1.- Lo que le da (para mi forma de ver las cosas) sentido a la vida no es lo material en ningua de sus formas, es un complemento (parte de los 5 planos), pienso que conjugando todos los puntos que nos integran, es decir nuestros 5 planos es como le encontramos el sentido a la vida, tenemos que hallar el equilibrio para que asi nuestra vida tenga un sentido, fijarnos metas, objetivos, pero sobre todas las cosas entablar nuestra relacion con el Eterno.
2.- Para mi seria las leyes del Eterno las siete leyes para nosotros los noajidas y los 613 para nuestros hermanos judios, ahi se encuentran nuestros valores, nuestra identidad, ahi nos encontramos nosotros mismo en relacion con el Eterno.
Ahora bien le comento lo siguiente:
Pienso que si sabemos ver bien las cosas tal cual son, y no nos endiosamos con ellas es como alcanzaremos mas pronto Shalom, por que si tomamos las cosas materales como punto de partida para todo como el caso que plantea nunca encontraremos felicidad en ellas, el dinero, las propiedades, son solo instrumentos que satisfacen necesidades fisicas, una casa nos brinda calor, proteccion de la interperie, mas nunca nos brindara amor y paz, un automovil soloo nos llevara de un lugar a otro, pero nunca nos dara sabiduria, una tarjeta de crédito nos podra sacar de un apuro económico, pero nunca nos hará mas inteligentes. Ahà esta el punto del meollo, es enteder que lo material tiene un fin material y nada más!!.
Interesante comentario,pero hay que recordar que uno no debe vivir su vida para satisfacer los requerimientos de «otras» personas o «dioses inventados». Ya sea materia, intelecto, sociales, o caprichos del entorno. Las exigencias, para ser aceptado por una humanidad llena de pre-juicios y escalvizada a cosas ridiculas, cambian como la temperatura anual en todo el mundo. Son efimeras y cambiantes. Atender a eso es atender al llamado de un verdugo que no reparara en hacernos esclavos de lo que sea aunque esto sea muy poco valioso.
FINCA para los que no son colombianos son las casas campestres de reposo o descanso lejos del bullicio y stress de la ciudad, como dice Juan Pablo solo las tienen los de clase alta.