Estas épocas navideñas…

En estas épocas decembrinas nos vemos invadidos por villancicos, papanoeles, pesebres, cancioncitas varias, arbolitos, lucecitas, comiditas, promociones, propagandas, salutaciones, festejos, reuniones de compañeros de trabajo y amigos, programas de televisión, artículos en diarios y revistas, buenos deseos, compras y más compras y un etcétera largo y variado.

Nosotros, como judíos o noájidas, no tenemos parte en estas festividades.
No tenemos nada para celebrar, ni para festejar (de hecho, en la historia la “Nittel Nacht” es famosa por ser oscura y de terrible terror para los judíos de buena parte de Europa, pero no es el sentir y actuar actualmente de nuestros vecinos y hermanos cristianos en su inmensa mayoría).
No debemos tampoco celebrar, pues pertenece a una creencia que no es la nuestra y que contraría fundamentos básicos de nuestra espiritualidad.

La navidad es una celebración cristiana, tal como hoy en día se la conoce (no nos interesa ahondar ahora en orígenes probables del mito del nacimiento de Jesús, ni del uso del arbolito, ni etc., no es la finalidad de este texto).
El “año nuevo”, si bien tiene una evidente conexión directa con el cristianismo, también es fácil reconocerle como inicio del año civil, sin otras implicancias.

Así pues, podemos respetar a nuestro hermano y vecino cristiano que celebra, aunque no compartamos ni un milímetro su creencia en un hombre que no es otra cosa que eso: un hombre muy común y muy corriente, aunque le adornen con mil y un cuento fabuloso.
Podemos ser amables con nuestro hermano y vecino cristiano, y desearle “Felicidades”, “Que tenga una feliz fiesta”, “Que la pase bonito en su celebración”, etc. (aunque no debemos decir “Feliz Navidad” o similar que implique reconocimiento del mito y su tremenda idolatría).

La cuestión no radica en ser rudo con quien es amable y gentil (cortés, educado, atento, simpático), sino en ser igualmente amables y gentiles.
No compartimos, ni deseamos hacerlo, su teología que consideramos ajena a nuestra esencia y santa Tradición (noájica y judía), pero no por ello dejamos de apreciar el alma pura que anida en el seno de toda persona.
Sepamos que lo cortés con el prójimo (extraviado o no) no tiene porqué quitar lo leal a nuestra identidad y a Dios.

Así pues, no actúes como fanático, pues quien está seguro de su identidad no precisa hacerlo.
Toma ejemplo de mi pequeña hijita, de recién cumplidos seis años.
Al salir del supermercado la cajera nos dijo: “Gracias por su compra, feliz navidad”.
Nuestra hijita, bien rápida y segura le sonrió a la señora y le respondió: “Gracias, pero no festejamos la navidad. Que pase usted muy bien su fiesta”.
El ánimo de la cajera no era ofender (no es lo que sentimos por su actitud, aunque otros sí hacen cosas aparentemente “bonitas” con la intención de molestar), por tanto estuvo impecable mi hija en agradecer el buen deseo de la señora. Estuvo brillante al admitir que nosotros tenemos una identidad diferente, un camino que no alterna con la navidad, pero que respetamos a la gente, aunque deploremos hasta el final las cuestiones que son erradas.

Sé amable, es un buen consejo; pero que tus buenas intenciones no te lleven a resbalar.

Así pues, amigos cristianos que acostumbran pasar por aquí, les deseo que pasen muy lindas fiestas, y deseo de todo corazón que el año que viene podamos juntos brindar en celebraciones y ocasiones que sean de luz y verdad para todas las personas, en plenitud de lealtad a nuestra herencias sagradas (noájica y judía).
Y a mis amigos noájidas y judíos, les deseo que tengamos un excelente ánimo para construir Shalom siempre.

9 comentarios sobre “Estas épocas navideñas…”

  1. Yehuda, es que el año nuevo de nuestro país no debemos celebrarlo? ahora para abusar más de ti, es posible que nos orientes de como pasar de un estado «cristiano» a Noajida, pasando por lo cultural de cada país? El festejar es sano al igual que la música, pero en nuestro cambio de vida no existen ambas, aveces me encuentro cantando canciones cristianas y luego digo ups!!

  2. El 1 de enero como año nuevo es una celebración romana con connotaciones militares, no religiosas. En el antiguo calendario romano, el año civil comenzaba el 1 de marzo. Con la reforma del emperador Julio Cesar, se designó el 1 de enero, dos meses antes, como inicio del año militar y civil para tener más tiempo para organizar las campañas del ejército. Pero según el autentico calendario juliano imperial, las fechas se debían establecer de manera tal que solsticios y equinoccios ocurrieran los días 25. Debido a un redondeo del año solar astronómico, el calendario imperial se retrasa a través de los siglos. Por lo tanto ahora, si nos guiamos por los lineamientos de Julio Cesar que redondea el año en 365 y 1/4, el Año Nuevo 2764 de la Fundación de Roma corresponde el 14 de enero del 2011 del civil. En cambio si nos guiamos por la moderna astronomía, debiera ser el 28 o 29 de diciembre de 2010. El calendario gregoriano surgió de la idea del Papa Gregorio de corregir el almanaque de manera que las estaciones cayeran los días 21, como había sucedido en el Concilio de Nicea, lo cual no coincide ni con la astronomía ni con la tradición romana de Julio Cesar que creo el calendario solar del Imperio.

  3. excelente consejo, esto nos ayuda a asegurar nuestra identidad noajida y a la vez a ser buenos amigos y vecinos con aquellas personas que todavia no reconocen al Dios Uno y Unico. en lo personal pude conversar con muchos amigos que son cristianos sin ningun tipo de discucion o enfado. todo estuvo bien y ahora mas con esta enseñanza tan clara que sirve tanto para navidad como para el resto de las épocas del año, especialmente la mal llamada semana santa. en lo que ami respecta guardare este comentario en mis favoritos para refrescarme  la memoria y no se me olvide.  

  4. mauricio, ojala fuera asi.

    nosotros respetamos a las personas, aunque nos opongamos completmante a lo q esta erroneo de acuerdo a los mandamientos del Eterno apra las naciones; pero «del otro lado» no hay muestras -por lo gral- siquiera de un poco de respeto… ni hablemos ahora de los genocidios, terrorismo, torturas, expropiaciones, masacres, conversiones fozadas, «guerras santas», insultos, provocaciones, misionerismo, mentiras repetidas hasta el cansancio (como el mito del palestinito pobrecito buenitito o el pobrecito diosito muertito por tus pecadotes, entre otros)… no hay mucho respeto «del otro lado»…

    sin emnbargo, es nuestra tarea construr shalom y tratar de q los otros por lo menos no vayan destruyendo el mundo…

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