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¿Feliz navidad?

Probablemente la navidad tenga alguna cosa bonita, no sé, podría ser el anhelo que haya amor, paz, unidad familiar, buenas intenciones, favorecer al prójimo, esperanza de luz en la oscuridad, todo eso tan lindo que no se cansan de promocionar los que lo hacen.
PERO es una fiesta idolátrica, en su origen, en su finalidad, en su contexto.
Tiene la figura de una falsa deidad como centro, su adoración, su elogio, el ferviente apego de sus seguidores alienados de la verdadera espiritualidad. Eso sin contar con que pretende usurpar el rol de Israel en el Plan Divino, así como falsificar la relación que cada persona tenemos con nuestro Padre Celestial. No son cosas menudas, ni para mirar de costado haciéndose el desentendido.
No hay manera de esquivar ese hecho cierto, la idolatría y por tanto el caos, la oscuridad, la falsedad, la esclavitud, el EGO, la manipulación, la negación, el exilio del ser, el desconocimiento del Señor, entre otras consecuencias.

Por tanto queda absolutamente fuera de todo propósito para el leal al Eterno el inmiscuirse con las cosas navideñas, porque aquello que pudiera tener de positivo queda aplastado por lo que no lo es.
No podemos, no debemos, compartir esa celebración, ni siquiera sería admisible desear “feliz navidad”, porque de cierta forma es seguir promoviendo el error y llenando de más caos, en lugar de ir poniendo orden y atrayendo el SHALOM al mundo.

Sí, la gente que festeja probablemente merece todo nuestro respeto y cariño, pero no su adicción a la esclavitud del EGO en forma de religión.
Detrás de la careta está el ser.
Allá, en lo profundo hay una NESHAMÁ (espíritu) en constante conexión con el Eterno, pero que no puede manifestar su LUZ a causa de estos bloqueos impuestos por el EGO. La religión enmascara el rostro, perturba la conciencia, niega el despliegue de la bendición, falsifica con palabrería y rituales el deleite del espíritu.
Por lo cual, seamos comprensivos, amistosos, afables, cordiales, respetuosos, amorosos, pero sin que ello nos lleve a errar y a aumentar el error del prójimo.
Deseemos bienestar, felicidad, concordia, paz, prosperidad, salud, incluso un buen año, ¿por qué no? Pero, en la medida que seamos dignos de nuestra identidad espiritual, evitemos sumarnos a la oscuridad, incluso con las excusas de las buenas intenciones.

Eventualmente el mundo despertará del letargo del EGO, podremos desprendernos de la religión así como de las otras manifestaciones tóxicas que nos exilian de nuestro ser.
Mientras tanto, a seguir construyendo SHALOM, con acciones/palabras/gestos de bondad y justicia.

¿Anti navideño?

A minutos de que termine el 24 de diciembre, 2013, les cuento que en las últimas horas he visto el intercambio de comentarios y de mensajes entre personas gentiles que se declaran como noájidas y cómo se preocupan para desligarse del mito cristiano, de la fiesta idolátrica, de los ritos y encantamientos de esta fecha navideña.

Muchos realizan rituales contrarios a lo habitual para quienes conmemoran estas fechas. Con ello demuestran que siguen presos de la religión, no por participar de ella, ciertamente que no, sino por no haberse podido desligar y poner su mente y corazón en otros asuntos. ¿Para qué y por qué hacer un “anti pesebre” si uno está convencido de que todo es una patraña sin valor espiritual? ¿Es más sabio quien hace eso por ello? ¿Jugar a la ironía para desmitificar pero sin salir del mito? ¿Se pretende enseñar a otros lo ridículo del mito o los rituales que lo circundan?
No se es libre en tanto se siga con las cadenas, aunque se las arrastre como en juego, aunque se las decore para que parezcan otra cosa, siguen siendo las cadenas de la cuales se presume –o pretende- estar librados.
Es comprensible.

Hay otros que se afanan en declarar que no participan de cenas familiares, ni tienen nada que celebrar, y aborrecen siquiera les mencionen al Papa Noel o cualquier otro chirimbolo navideño. Parecieran al borde del infarto cuando alguien les saluda con un “Feliz Navidad”.
Es comprensible.

Están los que se preocupan por lo que aprenden sus hijos, lo que ellos sufren por no cantar villancicos junto a los otros parroquianos, a que no abrirán regalos con ojos esperanzados a la mañana. Sí, son padres atormentados por sentir que sus hijos son discriminados, o lo sean por andar por la senda noájica. O les aterra que la tía, o abuela, pasen por encima de la autoridad paterna y les den regalos en nombre de Santa, y les mencionen al niñito Jesús que murió por nuestros pecados, y al buen Padre Dios que sacrificó salvajemente a su hijito sin pecado para salvar a los hombres, y…
Entonces, se esmeran en tratar de justificarse delante de sus hijos, adiestrarlos en cómo responder ante saludos e invitaciones navideñas, les imponen la fiesta judía de Januca con sus regalos como reemplazo, hacen esto y aquello para apartar la idolatría de sus pequeños en estos días.
Es comprensible.

Estas tres posturas comparten al menos un elemento en común, puede decirse que son reactivas y no proactivas.
Se posicionan como anti navideñas, pero no aportan realmente algo trascendente a cambio (en mi evaluación).
La primera juega a la fina burla y la apariencia de superación, sin dejar el contacto con aquello que provoca aversión.
La segunda se hermana a la fobia, y como tal reacciona con evitación u hostilidad.
La tercera los pone como padres sobreprotectores ante el peligro que representa la idolatría cristiana (en sus diversas facetas) y en vista de su poder material y atractivo sensorial.

¿De estos tres tipos, y los que existan que no mencionamos es que tomaron la idea los inventores del Grinch?
Por favor, quiero que se comprenda que no estoy haciendo un juicio de valor sobre estas personas, a las que comprendo en sus reacciones (las comparta o no).
Simplemente quería mencionar esto que me ha llamado tanto la atención, pero no solamente como un observación (más o menos apegada a la realidad), sino para tratar de aportar algo para la construcción de shalom.

Por ello, quiero dejar un par de ideas para los del tercer tipo, si me permiten el atrevimiento.
Son solo modestos pensamientos sin mucha elaboración, a la espera de que alguno de ustedes ayuden a profundizar.

Es importante enseñar bien a los hijos a no ser esclavos de los mitos ni de las imposturas sociales.
Muy importante que tengan en claro que no son cristianos (o de la religión X) y que por tanto no les corresponde la parafernalia de esa religión.

La cuestión es que no hay que hacerlo por estar próxima la Navidad (Pascuas, o lo que fuera), sino que es una tarea para todo el año.
El mensaje no debiera ser anti algo, sino constructivo, de conocimiento, de apertura. Que el niño aprenda a priorizar, a preguntar, a analizar, a decidir, a ser responsable, a ser comprensivo, a construir shalom. Porque, es fácil enseñar a odiar, a estar en contra, a ser enemigo y hacerse de ellos; pero con ello no están siendo conducidos por la senda de la Verdad.
Mejor es que conozcan y puedan amar su propia identidad espiritual de noájidas. Que aprendan de noajismo, lo que les sirva de judaísmo y se les brinde herramientas para sintonizar su Yo Vivido con su Yo Auténtico. Que se los eduque para ser libres y felices, constructores de shalom, activos en la bondad y la justicia.
Que no se conviertan en autómatas que repiten lemas, ni aceptan consignas por fe.
Que no sean reactivos al cristianismo, sino noájidas a plenitud.

No es necesario entrenar guerreros noájidas, sino educar a personas que se dediquen a construir shalom por medio del noajismo.
Son cosas diametralmente opuestas.
El guerrero tiene como meta la destrucción del enemigo, su vida gira en torno a él.
El obrero que construye shalom busca mejorar su interior para mejorar lo exterior.

¿Se entiende cuál es la modesta idea que les presento?

A los hijos no habría que criarlos para no ser cristianos, ni poner el énfasis opositor en las épocas navideñas.
Más bien, criarlos para que descubran su propia identidad y vivan acorde a a ella, todos los días, en cada momento posible.
Construir shalom.

Entonces, los riesgos de caer en la idolatría, como en cualquier otro pecado o aberración, se reducen drásticamente.
El EGO seguirá activo desde su base cerebral, mantendrá sus tentáculos actuando, tentara con religiosidad y otras voluptuosidades; pero, allí donde hay AMOR, el EGO desfallece.

———

(Es un texto que originalmente escribí para publicar en FULVIDA.com, pero comparto también en serjudio.com. Tengo varios motivos para ello, uno de los cuales es el riesgo que corren también almas judías que se deslizan por el resbaladizo camino hacia el abismo).

¿Felices fiestas?

Saludos navideños, estamos rodeados por ellos.
Los vecinos, el portero, en el súper, en la tele, por la radio, en la calle, allí donde mires, donde te estaciones, por donde pases, alguien saludará.
Podrán ser “felices fiestas”, “feliz navidad”, “merry christmas”, “feliz año nuevo”, “feliz 2014” o cualquiera similar.
La gente lo dice por formulismo, igual que cuanto te preguntan “¿Cómo estás?” cuando te ven, y esperan que tu contestación sea también el ritual “Bien, gracias” o algo parecido.
O tal vez lo expresan de todo corazón, sintiendo que es una especie de bendición, de buen augurio, porque te desean cosas buenas y así lo aprendieron a codificar.
Creo que es muy improbable que alguien te lo dispare con ánimo maligno y malicioso, o esperando convertirte a su fe por ello, o abusar de ti al saber que no eres “creyente”. Seguramente habrá de estas personas, pero no me parece que abunden a tu alrededor.

En resumen, esas buenas almas te saludan con toda su buena onda, o porque es la costumbre hacerlo así.
No te persiguen, no te hostigan, no te quieren convertir, ni te predican su religión con este saludo.

Sin embargo, quizás te pase como a mí, que no me gusta.

¿Qué hacer?

Sabemos de los orígenes idolátricos de esta festividad cristiana, sea más acá o más allá, de un dios o de otro, es igualmente negativo y contrario a la espiritualidad.

Entendemos que se vincula profundamente con el terror de los primitivos humanos del hemisferio Norte al llegar a la estación de mayor oscuridad, frío y sensaciones terribles. Ellos precisaron inventar dioses fantásticos, espejos del EGO, para sentirse arropados, con un salvador, esperanzados en que el sol retornará, etc.

Es evidente que el cuento de Jesús es eso, un cuento, hábilmente preparado por los amos del imperio romano para seguir en el poder. Cambiaron, un poco, para usar menos las armas y esclavizar usando las cadenas de la fe.

Tenemos conocimiento que en épocas pasadas los “creyentes” aprovechaban estas fechas para maltratar a los judíos y otros “herejes”, haciendo todo tipo de barbaridades muy poco acordes con el extraño dogma de tener una religión de amor y un dios amoroso.

Es claro que actualmente la faceta idolátrica-religiosa ha derivado un poco hacia el consumismo, gorditos en trajes rojos, regalitos, cenas impresionantes, petardos, lujuria y todo tipo de excesos. Se sigue adulando al EGO con todo ello, y levantando excusas como atalayas para seguir encerrados en celditas mentales que hacen que la máscara ocupe el lugar del rostro.

Todo eso lo tenemos más que sabido, por ello, ¿qué hacer cuando esa buena persona, a la que apreciamos y estimamos, nos dice sinceramente “feliz navidad”, o saludo similar?

En años anteriores creo que compartí el mismo consejo: ¡responder con amabilidad y cordialidad!
Aprovechar la ocasión para construir shalom.
Podrías contestar con algo parecido a: “Muchas gracias, le deseo lo mismo a usted”, o “Felicidades”, o “Que tenga un año excelente”, o hasta quizás “Felices fiestas”.
No es necesario pararse en un pedestal y dar cátedra sobre noajismo o judaísmo a gente que no quiere o no puede escuchar y aprovechar el mensaje. Tal vez habrá ocasión luego, porque tú no has cerrado la puerta a la comunicación, sino que la has abierto para ser tenido en cuenta y respetado, porque has respetado y tenido en cuenta al otro en su otredad.
Eso no significa que te lances a saludar tú primero con: “Feliz navidad”.
Tampoco que participes en fiestas celebrando este fecha idolátrica (si no me equivoco este tema también lo hemos trabajado en años anteriores, si quieres puedes buscarlo y compartir el link aquí mismo).
Pero, la cortesía con la firmeza, la bondad y la justicia, son el camino para construir shalom.
Esa buena gente te saluda con toda su simpatía, te consideran como para desearte felicidad y bienestar. Recuerda que seguramente están encerrados en sus celditas mentales, son esclavos del EGO y por ello de la religión, no por voluntad o deseo de hacer el mal. Entonces, sé compasivo, comprensivo, constructor de Shalom.
Quizás te guste hacerte ver, llamar la atención, dejar constancia que eres diferente y no uno de ese montón de bizarros adoradores de falsos dioses. ¡Bien por ti! Pero, ¿no será ésta una postura que emana del EGO en vez del AMOR? No lo sé, eres tú quien debe analizarlo y responderte a ti mismo.

Por mi parte, confieso que no me sale fácilmente responder con un “felicidades” o “feliz año” ante los saludos que recibo. Está bien que así sea, mientras aproveche la oportunidad para construir shalom y no para sembrar confusión y caos.
Ya habrá tiempo para ofrecer un buen pan espiritual, para mostrar el paisaje y que la gente mire y se deleite.
Pero, no podemos obligar a des-aprender, ni presumir de una santidad que seguramente no tenemos.

¿Qué te parece a ti?

Resp. 1117 – ¿Se puede acompañar una celebración idolátrica?

Ernesto Jean Pierre nos consulta:

Buen día Moré:
Pronto haré mi servicio médico rural a un pueblito donde hacen festividades a sus santos y cosas así y compañeros me han dicho que si no asisto me gano el odio de los lugareños, pero más amo a Dios y sus leyes, asi que: ¿acompañarlos en sus fiestas y tomar licor (no en exceso) con ellos es compartir su idolatría? Shalom.
Ernesto Jean Pierre U. 31 médico, Arequipa, Perú

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Navidad y Vanidad ¿lo mismo?

A propósito de las fechas que en estos días se aproximan, luces, piñatas, convivios, arboles. Navidad época de dar dicen los emocionados por la navidad, y si efectivamente muchas personas tienen destellos de altruismo y generosidad otros de desenfreno derroche y otras tantas cosas negativas más, aunque la idolatría es el común denominador en todas las festividades, una celebración que parece sacar lo mejor de las personas aunque en realidad solo es un engaño para hacerte más prisionero del ego.

Navidad una época muy especial del año eso dicen los spots de televisión y tanta gente que se cree la mascarada de la navidad, época de dar de compartir, para fijarse en el necesitado y el desprotegido, para compartir lo que se tiene con el que no tiene, de grandes y elevados valores.

Así describen a la navidad que si bien se promociona durante todo el mes de diciembre sus efectos hablando comercialmente empiezan desde finales de noviembre y hasta principios de enero rematando con el 6 de enero con otro gran pretexto para vender cosas sencillas a precios de oro.

Pero hablando de los “valores” de los que se jacta la navidad estos se ven reducidos a unas escasas muestras de amor y afecto a cambio de mucho y abundante egoísmo en lo que resta del año y 11 largos meses hasta nuevamente vuelva a llegar la vanidad digo la navidad.

Navidad época o pretexto para estrenar ropa lo cual no es malo (estrenar ropa), época para regalar lo cual tampoco es malo, aunque con sinceridad muchas personas que quieren demostrar altruismo o generosidad lo hacen solo para alimentar su ya de por si engordado ego.

Que haya destellos de verdadero altruismo empatía y generosidad no hay duda seguro que habrá algunos que de forma desinteresada lo hagan, pero saben cuál es el gran problema, el verdadero rostro feroz que oculta la bondad aparente de la navidad.

QUE LA GENTE CONCIENTE O DE FORMA INCONCIENTE SE HACE A LA IDEA DE QUE SOLO EN ESA EPOCA DEL AÑO HAY QUE COMPORTARSE CON ALTURA MORAL.

¿O NO?

Digo yo me he criado entre cristianos y me desenvuelvo entre cristianos, digo nos damos cuenta de cómo actuamos todos.

¿O NO?

Y se oye, “es navidad se considerado con las personas o que no sientes el espíritu navideño” pero después de navidad ¡cuídate! porque el espíritu ese o se fue de farra se cambió de ciudad o simplemente se quitó el disfraz y se acabó la fraternidad y la amabilidad y si acaso te descuidas pobre de ti, en la familia, en los negocios o con los “amigos” y en donde sea.

¿O NO? 

Ay…………. (suspiro) que diferente es el Noajismo de esas fiestas idolatras, esas fiestas solo hacen creer a la persona, que es buena, que está cerca de Dios y que respeta a Dios, cuando la verdad es todo lo contrario pues es un engaño al solitario, creemos que cumplimos con nuestra cuota anual de benevolencia, de altruismo, de generosidad, y ya lo que viene después es otra historia, el Noajismo es tan diferente a esa basura porque esos valores que tanto mencionan en navidad nosotros los Noajidas los tenemos como UN MODO DE VIDA, que diferencia verdad digamos que una cosa no tiene que ver con la otra.

Y sabemos que el Noajida consiente de su identidad comete errores no es un ser perfecto pero está consciente de ello y trabaja para refinarse aunque por ello lo tachen de “diferente” cuando de hecho los otros son los diferentes porque el Noajida que actúa en consonancia con las leyes universales más sus derivados solo está siendo AUTENTICO.

QUE DIFERENTE ES TRATAR DE SER UNA PERSONA CON TODAS LAS LETRAS DE LA PALABRA ¡TODO EL AÑO! A TRATAR DE SERLO UNOS CUANTOS DIAS AL AÑO.

Es que no puedes pedir peras al olmo, si es una fiesta idolatra bueno pues no puedes esperar nada bueno nada nada bueno, así son las cosas digo es algo que se puede ver en esta sociedad, no es algo que me esté imaginando, solo veamos algunos de los efectos de la navidad y sus hermanas menores (reyes magos, día de la candelaria) y luego como se llenan las casas de empeño para salir de la cuesta de enero, pero vale más quedar bien con los demás que empeñar algo del patrimonio, digo si algo te costó trabajo adquirirlo pues que importa si en 5 o 10 minutos lo empeñas bueno ilógico vano o estúpido son fiestas que si dejan muy gastada a la gente además de fuertemente estresada.

¿Navidad o vanidad serán lo mismo?

Ambas endiosan al hombre

Ambas son meramente superficiales

Y ambas te llevan a creer algo que es una absurda mentira.

A construir Shalom siempre aunque el ego siempre este ahí.

Noajismo a full eso es lo que necesita el mundo.

¡Que pases excelente día!

 

Resp. 1061 – Feliz año gregoriano

Mauricio Gallego nos consulta:

Se le saluda cordialmente apreciado Moré, mi pregunta es la siguiente; es inadecuado desear feliz año el 31 de diciembre sabiendo que el calendario autentico es el hebreo aunque el mundo maneje el gregoriano? Gracias
Mauricio Gallego, 28, técnico de maquinaria textil, Valencia-Venezuela

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Navidad, una pregunta y una respuesta

El 23 de diciembre de 2001 el Moré recibió esta «pregunta» acerca de la navidad.

…soy judía y no comparto su intolerancia respecto a las Navidades. Yo con mi familia nos reunimos a celebrar, porque nos encanta el espíritu navideño…

vale la pena leer su respuesta:

Gracias por su opinión.
Tan intolerante resulto, que publico su cuestionamiento, aunque no cumple con los requerimientos básicos para ser incluida en SerJudio.com, pues no trata ni de judaísmo, ni de psicología, ni del crecimiento integral de la persona y la sociedad… en fin…
Además, y ya yendo al tema, me pregunto: ¿es una actitud intolerante respetar la propia identidad sin querer (adrede o por ignorancia) borrar los rasgos propios en pos de asimilarse a otros?
¿Es una actitud intolerante ser respetuoso de Dios y del prójimo (aunque profese sus creencias ajenas (incluso idolátricas))?
¿Es una actitud intolerante establecer límites precisos entre lo que es correcto y apropiado para uno, y lo que no lo es?
¿Es una actitud intolerante oponerse (sin atacar, ni destruir, ni denigrar) a revestirse de lo que no está de acuerdo a la Tradición ni con la esencia propia?
Señora mía, me parece que su idea de intolerancia es de por sí bastante intolerante…

Si usted, siendo judía como dice, se reúne a celebrar la Navidad, ¿qué quiere que yo le diga?
¿Que la felicito?
¿Que usted es un ejemplo?
¿Que usted con su actitud demuestra tolerancia?
Me temo que no puedo hacer esto.
Lo que sí lo puedo decir es que está comportándose de un modo que se aleja de lo que le es propio, para asumir lo que no le pertenece. Que está esfumando activamente su acervo personal para adquirir bienes ajenos. Que está introduciéndose en la falsedad (pues la idolatría es falsedad, y porque vivir conscientemente con la máscara de ser como no se debería ser… es el colmo de la falsedad)
Por lo que señora apreciada, lamento parecerle intolerante… pero, ¿qué le puedo agregar?

En cuanto al espíritu navideño.
En verdad, no tendría porqué abordar este tema, y tampoco sé mucho de él.
Pero una pequeña reflexión.
Si el mentado espíritu es lo que se promociona en las películas, revistas, diarios, en la calle, en las conversaciones de vecinos, conocidos, etc., pues, permítame que le diga que no quiero aproximarme mucho a él.
¿Un espíritu que se desespera por recibir regalos en lugar de abrirse a dar?
¿Un espíritu que celebra la parranda, el ruido, la alegría vacía… en lugar del recogimiento, de la placidez, la armonía, el real gozo?
¿Un espíritu que se encarna en el relleno Papá Noel (o como se llame en su lugar), que simboliza la magia que reduce la vida a una burbuja de esperanzas vacías (aunque muy bonita, por cierto)?
¿Un espíritu que predica noches de amor y paz, pero que no extiende la mano al prójimo, ni reduce las armas a arados, ni hace de tanques -tractores?
¿Un espíritu que derrocha dinero en tonterías, mientras el hambriento ya ni fuerzas tiene para tender la mano rogando por una limosna?

Me pregunto, en mi intolerancia, ¿por qué será que los judíos no tenemos en nuestras tradiciones la necesidad de inventar un Papá Noel? ¿Ni de promocionar milagros y maravillas tales como imágenes sangrantes, piedras que lloran, curaciones extraordinarias, aguas encantadas, etc.? ¿Ni una fecha en lo que parece sobresalir -al menos por lo que la publicidad muestra- es el ánimo comercial? ¿Ni un día para el alboroto sin contenido?
En definitiva, ¿por qué será que no precisamos de magia, mitos, cuentos hermosos, seres milagrosos, etcéteras, para gozar con nosotros mismos, nuestras familias, amigos y vecinos (…y Dios)?

Mi apreciada señora, lamento mucho que usted necesite de las navidades para celebrar, pues, no sé cuánto sentido está construyendo usted en su vida. Me agradaría que pudiera re-flexionar, y re-tornar a su esencia, así estaría en condiciones de celebrar a pleno la Vida, siendo respetuosa del prójimo y sus creencias…

Y repito, lo que en mi intolerancia ya he dicho en el texto que tanto le afectó a usted:
…le deseo lo mejor a los visitantes cristianos en estos días, y en particular Shalom para todos.

Iebarejejá H’ – Dios te bendiga y que sepamos construir Shalom

Yehuda Ribco

Link http://serjudio.com/rap501_550/rap546.htm

¿Dulce–truco?

Hoy quisiera que me acompañarás a divagar un poco. No tengo una idea clara del tema, ni de adonde quiero llegar, ni qué quiero compartir o enseñar, pero es un texto que tengo el deseo de elaborar y tratar contigo. Se que tiene referencia al terror, al miedo, a las trampas, a los engaños, al EGO, a finales de octubre, porque estamos en vísperas de Halloween, sobre la cual ya hemos escrito y no nos adentraremos en esta “festividad” en esta ocasión. Te invito a que busques lo que tenemos publicado si deseas. Mucho o poco podemos opinar de esta fiesta de origen, probablemente, pagano, que se ha tornado moda y gran negocio para chocolateros, carameleros, vendedores de disfraces, cotillón, etc.

Por estas fechas se inundan nuestros sentidos de promociones de terror, invitaciones a cenas de horror, sugerencias de disfraces, películas, series de TV, niños en las calles mendigando golosinas, etc.
¿Cuáles son los objetos o sujeto que se nos presentan como aterrorizantes?
Hagamos una pequeña lista de esta galería del terror:

  1. Zombis,
  2. vampiros,
  3. fantasmas,
  4. monstruos,
  5. asesinos sicóticos,
  6. psicópatas,
  7. aparatos asesinos,
  8. brujas,
  9. animales salvajes,
  10. insectos asquerosos,
  11. mocos,
  12. momias,
  13. alienígenas,
  14. seres deformes,
  15. personas a las que les falta algún miembro,
  16. arañas,
  17. telas de araña,
  18. enmascarados siniestros,
  19. payasos macabros,
  20. muñecos espeluznantes,
  21. calaveras,
  22. niñitos con cara de bueno pero muy malvados,
  23. colgados,
  24. verdugos,
  25. personajes de cine o TV reconocidamente perversos,
  26. cráneos,
  27. manos amputadas,
  28. cuchillos,
  29. hachas,
  30. sierras eléctricas,
  31. picanas,
  32. camas de clavos,
  33. instrumentos de tortura,
  34. robots descontrolados,
  35. ogros,
  36. enanos,
  37. posesos o endemoniados,
  38. dioses mitológicos del mal,
  39. gente desfigurada,
  40. casas embrujadas,
  41. cementerios,
  42. hombres lobo,
  43. locos,
  44. científicos locos,
  45. gatos negros,
  46. sapos,
  47. cucarachas,
  48. serpientes,
  49. ratas,
  50. escobas,
  51. calabazas,
  52. Frankenstein,
  53. morgues,
  54. pasillos desiertos de hospitales,
  55. pulpos,
  56. tiburones,
  57. tridentes,
  58. espadas,
  59. calderos,
  60. noche,
  61. oscuridad,
  62. cuevas…

Hemos hecho una gran labor recopilando estos ítems.
Probablemente nos estamos olvidando de algunos otros, que surgirán como recordatorio de nuestra impotencia, de nuestra sumisión al EGO.

Por supuesto que hay otros terrores que no se asocian con esta festividad pagana, pero son tan intensos y a menudo más reales que las cuestiones de fantasía que hemos señalado:

  1. Terroristas,
  2. mercenarios,
  3. déspotas,
  4. mercaderes de la fe,
  5. misioneros,
  6. fanáticos religiosos,
  7. sectarios,
  8. políticos corruptos,
  9. jueces infames,
  10. criminales de toda ralea,
  11. paladines del imperialismo político-militar-religioso,
  12. instigadores al mal,
  13. promotores de la idolatría,
  14. murmuradores,
  15. capitalistas faltos de ética,
  16. esclavistas,
  17. abusadores,
  18. traficantes,
  19. tratantes de blancas,
  20. secuestradores,
  21. progresistas cegados por la necedad ideológica…

Ciertamente, esta lista también podría continuarse y claramente son peligros más reales, pero muchas veces excusados y promovidos por las masas.

Como te mencioné más arriba, no tenía una idea al escribir este texto, ni alguna enseñanza en particular, solamente un deseo de compartir algunos pensamientos contigo.

¿Me ayudas a darle un poco de sentido a todo esto?
Gracias, hasta luego.

Resp. 914 – ¿Recibir el año nuevo?

Guerrero nos consulta:

Estimado Señor Ribco:

Tengo una preguntita a propósito de esta época de farsa y mercadotecnia navideña. ¿El "dar la bienvenida" al Año Nuevo (2011) se considera también una práctica idolátrica, al igual que celebrar el nacimiento del engañador Jesús?. Que Dios le bendiga y que nos ilumine y fortalezca para alejarnos de la idolatría y de otras cosas tan dañinas al espìritu humano.
Ignacio M. Bernal, 27 años, médico, Iguala, Guerrero, México.

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Estas épocas navideñas…

En estas épocas decembrinas nos vemos invadidos por villancicos, papanoeles, pesebres, cancioncitas varias, arbolitos, lucecitas, comiditas, promociones, propagandas, salutaciones, festejos, reuniones de compañeros de trabajo y amigos, programas de televisión, artículos en diarios y revistas, buenos deseos, compras y más compras y un etcétera largo y variado.

Nosotros, como judíos o noájidas, no tenemos parte en estas festividades.
No tenemos nada para celebrar, ni para festejar (de hecho, en la historia la “Nittel Nacht” es famosa por ser oscura y de terrible terror para los judíos de buena parte de Europa, pero no es el sentir y actuar actualmente de nuestros vecinos y hermanos cristianos en su inmensa mayoría).
No debemos tampoco celebrar, pues pertenece a una creencia que no es la nuestra y que contraría fundamentos básicos de nuestra espiritualidad.

La navidad es una celebración cristiana, tal como hoy en día se la conoce (no nos interesa ahondar ahora en orígenes probables del mito del nacimiento de Jesús, ni del uso del arbolito, ni etc., no es la finalidad de este texto).
El “año nuevo”, si bien tiene una evidente conexión directa con el cristianismo, también es fácil reconocerle como inicio del año civil, sin otras implicancias.

Así pues, podemos respetar a nuestro hermano y vecino cristiano que celebra, aunque no compartamos ni un milímetro su creencia en un hombre que no es otra cosa que eso: un hombre muy común y muy corriente, aunque le adornen con mil y un cuento fabuloso.
Podemos ser amables con nuestro hermano y vecino cristiano, y desearle “Felicidades”, “Que tenga una feliz fiesta”, “Que la pase bonito en su celebración”, etc. (aunque no debemos decir “Feliz Navidad” o similar que implique reconocimiento del mito y su tremenda idolatría).

La cuestión no radica en ser rudo con quien es amable y gentil (cortés, educado, atento, simpático), sino en ser igualmente amables y gentiles.
No compartimos, ni deseamos hacerlo, su teología que consideramos ajena a nuestra esencia y santa Tradición (noájica y judía), pero no por ello dejamos de apreciar el alma pura que anida en el seno de toda persona.
Sepamos que lo cortés con el prójimo (extraviado o no) no tiene porqué quitar lo leal a nuestra identidad y a Dios.

Así pues, no actúes como fanático, pues quien está seguro de su identidad no precisa hacerlo.
Toma ejemplo de mi pequeña hijita, de recién cumplidos seis años.
Al salir del supermercado la cajera nos dijo: “Gracias por su compra, feliz navidad”.
Nuestra hijita, bien rápida y segura le sonrió a la señora y le respondió: “Gracias, pero no festejamos la navidad. Que pase usted muy bien su fiesta”.
El ánimo de la cajera no era ofender (no es lo que sentimos por su actitud, aunque otros sí hacen cosas aparentemente “bonitas” con la intención de molestar), por tanto estuvo impecable mi hija en agradecer el buen deseo de la señora. Estuvo brillante al admitir que nosotros tenemos una identidad diferente, un camino que no alterna con la navidad, pero que respetamos a la gente, aunque deploremos hasta el final las cuestiones que son erradas.

Sé amable, es un buen consejo; pero que tus buenas intenciones no te lleven a resbalar.

Así pues, amigos cristianos que acostumbran pasar por aquí, les deseo que pasen muy lindas fiestas, y deseo de todo corazón que el año que viene podamos juntos brindar en celebraciones y ocasiones que sean de luz y verdad para todas las personas, en plenitud de lealtad a nuestra herencias sagradas (noájica y judía).
Y a mis amigos noájidas y judíos, les deseo que tengamos un excelente ánimo para construir Shalom siempre.