¿QUIÉNES SON LOS AUTO-LLAMADOS “JUDÍOS MESIÁNICOS” Y “JUDÍOS NAZARENOS”? PARTE I

 

Cada vez es más frecuente que uno se entere sobre “sinagogas” de “judíos que reconocen que Yeshúa es el Mesías”. Y surge la duda para muchos: ¿será verdad que un sector del Judaísmo ha logrado reconciliarse con Jesús de Nazaret (independientemente de cómo se le llame) y, sin abandonar su identidad judía, le reconoce como el Mesías?

 

La respuesta es que no. Estas nuevas “sinagogas” -generalmente, identificadas como Mesiánicas o Nazarenas (Netzaritas o Natzratim) son, en realidad, grupos cuyo origen en netamente cristiano, y que a cuando se les requieren pruebas de sus vínculos reales y objetivos con el Judaísmo, fracasan al intentar demostrarlos.

 

¿Qué es lo que sucede? Que en su abrumadora mayoría son grupos o personas de origen cristiano que decidieron judaizarse, y no judíos que decidieran creer en Jesús. Por eso, la generalidad es que su mejor posibilidad de demostrar que son judíos es su insistencia en que han “restaurado” el Judaísmo que practicaba Jesús, y no que sean un movimiento integrado por judíos que han reconocido a Jesús como Mesías.

 

El origen de los Mesiánicos y los Nazarenos

 

El Protestantismo surgió como un cisma del Cristianismo Occidental en el siglo XVI. Su primer siglo de existencia estuvo marcado por el reto de sobrevivir ante los embates del Catolicismo -religiosos o militares-, cuyo objetivo era someter a la cristiandad europea bajo la autoridad del Vaticano. Este proceso terminó en 1648 con la conclusión de la llamada “Guerra de los Treinta Años”, después de la cual Católicos y Protestantes asumieron que, en lo sucesivo, tendrían que coexistir.

 

Pero, aunque concluyó la guerra armada y política, no concluyeron las controversias teológicas, y desde entonces hay una suerte de competencia retórica para demostrar cuál es el “verdadero Cristianismo”.

 

Para ese momento, los ingleses ya habían empezado a desarrollar una muy particular convicción espiritual. Originalmente, no se habían involucrado en la Reforma Protestante, pero los desencuentros entre el rey Enrique VIII y el papa Alejandro Borgia desembocaron en un nuevo cisma, y a partir de 1534 el monarca inglés decretó la autonomía total de la Iglesia en Inglaterra, e incluso se auto-nombró su “gobernador supremo” (cargo que, hasta la fecha, siguen conservando los reyes de Inglaterra).

 

Las tensiones entre católicos y anglicanos llegaron a su clímax en 1588, cuando la flota armada de la Corona Española intentó atacar Inglaterra. La expedición fue un desastre total. Aunque en la imaginería popular se dice que la flota inglesa derrotó a la española, la realidad fue más extraña y prosaica: las condiciones meteorológicas adversas, así como una información cartográfica incompleta, provocaron que de un total de 122 barcos españoles que penetraron al Canal de la Mancha, 35 se hundieran frente a la zona costera que va desde las Islas Shetland hasta el sur de Irlanda.

 

Fue un momento crucial para la identidad espiritual inglesa, que vio en ello una prueba del “favor de D-os” hacia el Protestantismo, y con ello se reforzó la convicción de que eran el Cristianismo correcto.

 

El siguiente siglo fue testigo de una intensa creatividad teológica protestante (algo totalmente natural: las grandes religiones pasan por etapas de consolidación ideológica, en las que tienen que explorar hasta dónde llega su “ortodoxia” -o forma correcta de creer-, y a partir de qué punto empiezan sus “heterodoxias” -o formas de pensar confrontadas con la ortodoxia-), y se desarrollaron todo tipo de controversias, algunas más relevantes que otras. En medio de todo ese panorama, una discreta tendencia empezó a afianzarse entre muchos protestantes ingleses, surgida de su intento de justificar el por qué D-os estaba “permitiendo” que Inglaterra se convirtiese, poco a poco, en el mayor poder colonialista del mundo. Esta tendencia es conocida como “Anglo-Israelismo”, y su premisa es tan simple como ficticia: los ingleses son, en realidad, descendientes de una de las Tribus Perdidas de Israel (específicamente, de Efraim), y por ello no sólo son herederos de las promesas espirituales hechas por D-os a la Iglesia en el Nuevo Testamento, sino también herederos de las promesas históricas y terrenales hechas por D-os al pueblo de Israel en la Biblia Hebrea (Tanaj).

 

Poco a poco, estas extrañas creencias fueron desarrollándose para crear la idea de que los celtas y los anglosajones eran descendientes de los escitas, y que estos últimos habían sido una de las Diez Tribus llevadas al exilio por los asirios en el año 722 AEC. Poco a poco, el panorama se fue volviendo más complejo, y se consolidaron dos tendencias:

 

  1. La primera supone que el Cristianismo europeo es, física e históricamente, la continuidad del antiguo Reino de Israel (las diez tribus del norte), y por lo tanto es el complemento perfecto al pueblo judío, continuidad del antiguo Reino de Judá (dos tribus del sur). La profecía de Ezequiel 37, según la cual las Casas de Efraim y Judá se reunificarán, será cumplida cuando al Fin de los Tiempos los judíos reconozcamos a Jesús como el Mesías.
  2. La segunda supone que el Cristianismo europeo es, física e históricamente, la continuidad de los Reinos de Israel y Judá (las Doce Tribus en su totalidad), y que el Judaísmo de los últimos dos mil años es una impostura.

 

De cualquier modo, en las dos tendencias la idea esencial es que el Cristianismo es, físicamente, parte de Israel.

 

A lo largo de los siglos XVIII y XIX, las publicaciones en las que se especulaba sobre este tema florecieron tanto en Inglaterra como en los Estados Unidos, y el Anglo-Israelismo pasó a ser una parte común en la identidad espiritual del Protestantismo.

 

En términos estrictos, se trata de una “herejía”, porque rechaza la premisa establecida por el apóstol Pablo en la Epístola a los Gálatas, según la cual los cristianos son descendientes de Abraham “por la fe”, y no “por la carne”. Sin embargo, el Anglo-Israelismo nunca fue considerado un peligro para el Cristianismo inglés, debido a que nunca se integró como un movimiento organizado (y menos aún cismático).

 

Pero ese no fue el único terreno en el que la teología protestante estaba en efervescencia.

 

Los movimientos de ruptura en el interior del Protestantismo

 

La independencia de las colonias inglesas en América no sólo marcó el nacimiento de los Estados Unidos, sino que también influyó poderosamente en la evolución doctrinal del Protestantismo. La razón es simple: el auge de las ideologías libertarias no sólo se limitó a lo político, sino también a lo religiosos, y los protestantes americanos empezaron a explorar nuevas rutas en sus creencias, toda vez que ya no dependían del estricto control de las jerarquías europeas (y hay que notar que la jerarquía de la Iglesia de Inglaterra ha sido una de las más disciplinadas y estrictas).

 

Por ello, en el transcurso del siglo XIX aparecieron tres movimientos que pusieron en jaque al Protestantismo americano: los Mormones, los Testigos de J, y los Adventistas del Séptimo Día. La importancia de estos movimientos es que en ningún momento tuvieron la intención de “reformar” el Cristianismo, sino de “restaurarlo”. Esto implicaba la convicción de que el Cristianismo Europeo -tanto el Católico como el Protestante- conservaban serios vicios en su interpretación del texto bíblico, y había que llevar a cabo una abierta ruptura con ello para poder “purificar” la fe y la práctica religiosa.

 

El resultado fue que estos tres movimientos, en general, traspasaron los límites de lo que el Protestantismo podía permitirse, y desde un principio fueron señalados como “herejías” y, por lo tanto, desconocidos como parte del “Cristianismo Evangélico”. A la fecha, los protestantes más radicales niegan a Mormones, Testigos de J y Adventistas el derecho de auto-llamarse “cristianos”.

 

Aunque estas tres tendencias tienen fuertes diferencias entre sí, hay un elemento común de gran importancia: la perspectiva apocalíptica. El tema recurrente es la “inminencia” del regreso de Jesús de Nazaret para establecer el Reino de los Cielos aquí en la Tierra. Y, aunque el Mormonismo ha matizado este detalle, su nombre oficial es “Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días”, y en ello comparten con los Testigos de J y los Adventistas la convicción de que la “restauración” del verdadero Cristianismo es, en realidad, el preludio a la “inminente” manifestación de Jesús en la Tierra (naturalmente, los tres grupos han tenido que suavizar sus posturas debido a los serios problemas para justificar que dicha “restauración” haya sucedido hace siglo y medio, y la “inminente” llegada de Jesús todavía no se lleve a cabo).

 

En Europa también estaban sucediendo cosas, pero en sentido contrario. Gracias al liderazgo de Friederich Schleiermacher, vino el auge del Cristianismo Liberal (especialmente en Alemania), cuya característica más evidente fue el deseo de abordar los dogmas de la fe cristiana sin miedo a enfrentar su perfil evidentemente mítico. En consecuencia, los liberales no tardaron en rechazar la historicidad objetiva del nacimiento virginal de Jesús, así como de sus milagros y su resurrección.

 

Todo ello generó que en el marco de las Iglesias Protestantes más tradicionales en los Estados Unidos empezara un “avivamiento” del “verdadero Cristianismo”. De ese modo, las Iglesias Presbiteriana, Congregacionalista y Bautista -principalmente-, y en menor grado la Iglesia Metodista, se convirtieron en las principales defensoras de los “fundamentos” del Cristianismo, y de allí surgió el término “fundamentalista”.

 

La Alianza Hebreo-Cristiana de Gran Bretaña

 

Ese fue el contexto en el que, en 1867, se fundó la Alianza Hebreo-Cristiana de Gran Bretaña. Sus fundadores fueron cristianos ingleses que tenían origen judío (la mayoría, hijos o nietos de judíos que se habían convertido al Protestantismo).

 

En la segunda parte, revisaremos cómo evolucionó este movimiento desde entonces hasta la fecha.

 

Irving Gatell

17 comentarios sobre “¿QUIÉNES SON LOS AUTO-LLAMADOS “JUDÍOS MESIÁNICOS” Y “JUDÍOS NAZARENOS”? PARTE I”

  1. Excelente comentario Irving. Por ahí leí el otro día que los celtas también creen que al ser descendientes de Eramón, que éste era en realidad el profeta Jeremías y ha habido un cisma entre los irlandeses y los ingleses por este motivo.

  2. Luis Diego debo decir que es bastante equivoca la información que dan en wikipedia respecto a los mesianicos. Debe notar que escribí mesiánicos y no judíos mesiánicos y lo hice porque judíos no son ya que son cristianos disfrazados de judios para enredar a judios desprevenidos y poco relacionados con su identidad para hacerlos creer en yeshu(jesus)

  3. Gracias Trit2.

    En realidad confío mucho en la información de esa enciclopedia virtual. Claro que en problema de conceptos de que si los cristianos mesianicos son judios o no, esta muy claro.

    Independientemente de como se llamen, lo cierto es que el fin de su movimiento no es solo el evangelístico; es peligrosamente ideologico-politico. Creo que Felipe toco en mucho ese tema en http://fulvida.com/varios/de-usuarios/fascismo-solapado-respuesta-a-j-l

    Es decir, su solapada suplantación de poder los hacen retomar viejas ideologías racistas peligrosas… en fin, al menos aca donde vivo poco hace falta para verlos en las calles con pancartas con mensajes de odio…

  4. No es tan facil entender los comportamientos de los mesianicos, al menos los de mi pais, ya que parecen que actuan «contra natura» al comportarse intencionalmente, como personas que no son. Al menos este tipo de ensayos generan un panorama un poco mas amplio para explicar de donde viene las ideas de esta «nueva» religion.

  5. cierto More .. pero tambien como dementes; como personas sin voluntad o capacidad de actuar. Sus lideres son considerados santos, dioses, o enviados del cielo.. ¿como puede una persona perder la capacidad de razonar tan facil? Cierto More.. Cuando el Ego secuetra el intelecto del hombre, pasa cualquier cosa.

  6. si querido luis diego, habria q fortalecer las enseñanzas q estamos ofreciendo acerca del EGO, para q se sepa como funciona y tal vez la gente pueda irse despertando. quizas, tal vez, quien sabe… pero algo podemos hacer, o seremos tambien esclavos del EGO…

  7. Cierto querido More. Aunque no quiero convertirme en una especie de «antimisionero», si me indigna mucho sus malinterpretaciones de la historia de mi país con las cuales fundamentan sus escritos para engañar a mis paisanos. Sus ideas son SUPUESTOS y MENTIRAS, y de alguna forma hay que difundir la verdad objetiva como respuesta a sus intenciones de «dominio».

  8. es muy cierto querido amigo. pasando a otra cosa, estaria buenisimo si amigos ticos se cruzan el charco la semana q viene y participan del evento noajico en el cual estaremos en ciudad de mexico. es un paseito de pocas horas en avion para obtener un gran beneficio… como la ven?

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