A ti ¿quién te manda?

Una historia antes de hacer un comentario

Un poderoso rey gozaba de muchas riquezas y territorios en todo el mundo, pero no sabía a cuál de sus seis hijos cederle el trono.

¿Qué hizo?

Decidió ponerles un difícil reto, en el que ellos tenían que conseguir diamantes de la mejor calidad; quien obtuviera la mayor cantidad de diamantes seria el sucesor al trono.

Este inteligente rey les explico durante una larga platica hacia donde debían ir y por donde no deberían pasar, que joyas comprar y cuáles no, con quien sí, y con quien no, como saber si un diamante era autentico o no, etc. Mientras tanto, para la competencia mando hacer copias escritas de todo aquello que había indicado a sus hijos verbalmente antes de su viaje.

Antes de que partieran les advirtió:

-el camino que están por recorrer es largo y peligroso. Es muy probable que para cuando lleguen a su destino estas enseñanzas ya se les hayan borrado de la mente; es por eso que les hago entrega de estas copias de las clases que les impartí. Sean inteligentes y a menudo repasen lo estudiado, pues de otro modo hallaran muchas dificultades en su empresa. En esos escritos se encuentran, entre otras cosas, mapas, atajos y direcciones de gente a la que pedirán el dinero para comprar los diamantes. Sigan mis reglas y no se aparten de mis enseñanzas, ni para un lado ni para el otro. Tomen mis consejos al pie de la letra y estoy seguro de que tendrán mucho éxito en su misión. Hijos míos, soy ya un hombre viejo; el tiempo no me favorece demasiado. ¡Es por eso que les pido que se apresuren y al cumplir con su objetivo retornen inmediatamente!

Estos hijos partieron rápidamente a cumplir con la voluntad de su padre. Fue un viaje largo; muchas semanas vagaron por el bosque, otras en el desierto, y después de tres largos meses por fin llegaron a su destino. Se trataba de una gran ciudad, que les resultaba bastante ajena.

Ya estando allí, se separaron y cada uno tomo su rumbo. El primero siguió los sabios consejos de su padre y constantemente revisaba los escritos y los estudiaba con mucho esmero; los tenia a la mano en todo momento y para cada decisión que tomaba se fijaba nuevamente en ellos. Fue por eso que con rapidez hallo el lugar en el que estaba el dinero, proporciono las claves para que se lo entregaran, llego al lugar ideal para comprar las joyas y supo diferenciar entre los diamantes reales y los de fantasía, sin dejarse engañar, y camino por túneles y pasadizos ocultos para que no pudieran los ladrones darse cuenta de su presencia.

El segundo hijo de vez en cuando veía las instrucciones, por lo que no le fue tan sencillo dar con su objetivo y en ocasiones perdía la pista; pero el tercero, quien no había siquiera abierto el manual más que en contadas ocasiones, tardo en encontrar el dinero y todo le resulto más difícil.

El cuarto hijo ni siquiera hojeo sus escritos durante todo el viaje, pero por lo menos los tenía consigo, y naturalmente tuvo más dificultad que el anterior.

El quinto hijo perdió los papeles al poco tiempo de haber llegado, pero por lo menos alcanzo a verlos una vez y memorizo el lugar en que estaba una parte del dinero. No alcanzo su objetivo, pero al menos no sufrió pobrezas ni hambres, difícilmente pudo retornar al palacio con bien. Pero el último de los hermanos no corrió con esa suerte y, para su desgracia, aparte de que no estudio sus escritos, los perdió antes de llegar a la ciudad, por lo que jamás encontró nada y se vio en la necesidad de quedarse en esa ciudad a pedir limosna y pasar hambres, pues no contaba con el suficiente dinero siquiera para regresar.

El Creador del mundo desde el inicio de los tiempos, le otorgó al ser humano las instrucciones básicas para que su estancia en este mundo fuera provechosa, tristemente las personas prefirieron las religiones, las creencias, “el ego” en lugar de los sabios consejos del Creador del mundo.

Los 7 Mandamientos constituyen las mejores herramientas para poder desplegar una existencia saludable y prospera en todos los aspectos de la vida, sin embargo no es por ello que debemos acatar dichos Mandamientos sino porque estos son órdenes del Creador del mundo hacia nosotros, pero como el Eterno es Bueno, cualquier cosa que provenga de El invariablemente es para nuestro propio bien, como en el caso de los Mandamientos que nos permiten propiciar las circunstancias óptimas para tener buenas vidas en este mundo, sobre esto se ha escrito en abundancia y todo el material está disponible aquí en este sitio, pero no está de más recordar que estas órdenes son los mejores consejos de un Padre hacia sus hijos.

Recuerda que el Creador te manda pero no porque sea un cruel tirano sino para tu propio beneficio.

¡Hasta pronto!

3 comentarios sobre “A ti ¿quién te manda?”

  1. Hermosas palabras. Esto me recuerda al consejo que un muy querido amigo me diera hace ya un tiempo. Como hombre vivido que es y de avanzada edad, ha conocido y visto mucho del mundo y me dijo que siempre hay que tener en cuenta los principios que lo conforman a uno y estar revisándolos constantemente para no olvidarlos. Gracias Talmidim!

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