«Ella (la matriarca Lea) respondió (a su hermana la matriarca Rajel): –¿Te parece poco que hayas tomado a mi marido (el patriarca Iaacov, esposo de ambas) para que te quieras tomar también las mandrágoras de mi hijo? Y Raquel [Rajel] dijo: –Entonces que duerma contigo esta noche a cambio de las mandrágoras de tu hijo. […]