Ganarle a la muerte

«וְהָֽרָשָׁ֗ע כִּ֤י יָשׁוּב֙ מִכׇּל־חַטֹּאתָו֙ אֲשֶׁ֣ר עָשָׂ֔ה וְשָׁמַר֙ אֶת־כׇּל־חֻקוֹתַ֔י וְעָשָׂ֥ה מִשְׁפָּ֖ט וּצְדָקָ֑ה חָיֹ֥ה יִֽחְיֶ֖ה לֹ֥א יָמֽוּת: si el impío se aparta de todos sus pecados que cometió, guarda todos Mis estatutos y practica la justicia y la misericordia, ciertamente vivirá; no morirá.»(Iejezkel/Ezequiel 18:21) Es evidente que el hombre, en tanto ser vivo, es mortal; por tanto: […]