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¿Eres masoquista? Deja de serlo…

Podrías descubrir algo sorprendente si miras atentamente a tu alrededor, hay gente que parece gozar en sus relaciones personales dolorosas, parecieran estimularse al recibir palos e insultos, como satisfacerse de la vejación, disfrutar al estar sometidos a impotencia. Si bien podrían llorar, gimotear, gritar, quejarse, hacer algún gesto de reprobación, hay algo que deja ver lo contrario a esto, como si alcanzaran algún placer.
Y que te quede claro que no estoy pensando específicamente en los “masoquistas” al escribir esto, según los conocemos de relatos o películas, sino en gente corriente, que aparentemente no busca el dolor/humillación a propósito para obtener alguna extraña satisfacción sensual.

Todos pasamos por la terrible experiencia de la impotencia inmersiva del nacimiento. Todos fuimos aprendiendo a manejarnos de alguna manera con las privaciones, carencias, limitaciones, faltas, debilidades, contrariedades, heridas, pérdidas, etc. Sentimos el rechazo, la soledad, la confusión, el desamparo, la ingratitud, el aislamiento, la incomprensión, la culpa, la duda, el miedo. Sí, todos pasamos por ello, es parte normal y natural de la vida.
Recurrimos a las herramientas del EGO de manera automática, es lo que tenemos a disposición.
Fuimos reforzando nuestra dependencia a las mismas, al repetir una y otra vez las ocasiones de impotencia y el auxilio que nos proveía este ignoto salvador. Nos endurecimos en un set reducido de respuestas: llanto, grito, pataleo y desconexión de la realidad; con sus derivados. Con esto pedíamos que nos atendieran, conseguíamos manipular el entorno, recibíamos algo de lo que nos parecía (o sentíamos) nos estaba faltando o nos dañaba. Sí, eran herramientas muy útiles, aunque limitadas y limitantes. Porque, nos encerraban en una personalidad tosca, primitiva, predecible, carente de chispa y creatividad. A lo máximo se puede esperar ingenio para inventar excusas para no cambiar positivamente, para mantenerse en las celditas mentales que ya conocemos y nos angustian pero al mismo tiempo sentimos consoladoras.
Esto nos brinda apariencia de poder, porque obtenemos algo querido o necesario; pero al mismo tiempo provoca mantenernos limitados, paralizados, entumecidos, anestesiados, restringidos, en todos los planos: físico, emocional, social, mental y también en cómo vivimos lo espiritual.

La anestesia avanza por doquier, nos vamos haciendo insensibles, miramos pasivamente el dolor ajeno, nos hacemos cómplices de la malicia al no actuar en su contra. Miramos para otro lado, o damos un par de consejos fáciles, llenos de sentimentalismo y caradurismo. Tal vez colaboramos, pero no de manera integral, no por AMOR, sino motivados por alguna codicia inconfesable. Quizás la solidaridad que actuamos nos sirva de excusa para manipular al otro, o como un escudo mágico para no ser castigado por deidades místicas, o para adquirir parcelas en el paraíso, o como mecanismo para negociar compensaciones, por lo que fuera que implica el egoísmo y no la generosidad basada en la bondad y la justicia.

Y, ¿qué pasa cuando somos nosotros los que preciamos ayuda?
Probablemente nos den una mano, nos ayuden, pero sabemos que nos costará luego devolver el favor. Como somos son con nosotros. Así, andamos.

Incluso imaginamos a nuestras deidades de una forma parecida, a nuestra imagen y semejanza. Frívolas, carentes de trascendencia, negociadoras, terribles, ingratas.
Para compensar creencias que nos atormentan, podemos creer lo contrario a lo que en el fondo creemos. Hablamos de dioses amorosos que son capaces incluso de morir en cruces para salvarnos, sin darnos cuenta de que no precisaríamos ninguna salvación mística si esas deidades no nos impusieran reglas imposibles. Hacemos campañas por niñitos necesitados en regiones lejanas, cuando dejamos de atender como corresponde a los niñitos cercanos (¿hijos, hermanos, etc.?), en el nombre de religiones misioneras y dioses de máscara piadosa. Podemos dar más ejemplos, pero creo que está claro. ¿No?

¿Ves el patrón de conducta?
Al estar en estado de impotencia, recurrimos a herramientas y astucias que aprendimos para obtener lo que sentimos nos hace falta o queremos.
Si soy débil, alguien deberá ser fuerte para ayudarme.
Si soy víctima, alguien es el victimario y algún otro se hará cargo de mis desventuras y me salvará.
Si no puedo y lo confieso, alguien se apañará para hacerlo por mí, o me liberará de la obligación de hacerlo.
Si me dejo herir, sé que el otro me precisa (al menos para tener a quien maltratar), y no estoy solo.
Si el otro me controla, me descanso en la irresponsabilidad porque es el otro el supuestamente responsable.
Si tengo mala suerte, no soy yo el problema, es alguna deidad, un destino, alguna cuestión metafísica que no tengo cómo modificar.
Si fumo, tomo, me drogo, soy adicto a parejas tóxicas, adoro falsos dioses, ¡no es mi culpa!, es algo más fuerte que yo.
Si tengo miedos, entonces no hago nada para cambiar mi situación, y lloro, me quejo, la paso mal, pero es culpa de cuestiones emocionales irreparables.
Si soy pecador y todo depende de la gracia de la fe para mi salvación, no importa lo que haga, simplemente me dejo caer en la impotencia y dejo que las cosas pasen.
Si incumplo la ley y además mi conducta está ausente de ética, tal vez me enriquezco, tengo prevalencia sobre otros, alcanzo metas materiales, hasta disfruto de beneficios que otros no alcanzan siquiera a soñar; pero me desconectó de lo más auténtico y sagrado de mi identidad eterna, lo que me lleva a necesitar narcotizarme, idiotizarme, alienarme para dejar de sentir esa rotura interna profunda.
Si no debo ser responsable, ni debo construir activamente shalom por medio de actos concretos de bondad Y justicia, entonces sufriré de cualquier contratiempo que se me cruce lo que me libera de estrés del esfuerzo por crecer, aunque en el fondo inconfesado me siento vacío, inútil, ridículo, nada, muerto.
Sí, somos y nos sentimos impotentes, pero además nos esforzamos en mantenernos en esa situación; porque obtenemos migajas de ventajas, lo que nos permite seguir así.

Así, se disfruta de los palos e insultos.
Esto explica que tanta gente parece obtener placer del horror, de la limitación.
Porque se está en , o se siente la, impotencia, por lo cual ya sabemos que de alguna forma nos rebuscaremos para encontrar esas migajas de satisfacción. Seguiremos en el molde conocido, no abriremos la celdita mental y daremos pasitos fuera, sino que nos quedaremos en la fatídica zona de confort, tan segura y tan asqueante.

¿Te sientes identificado con alguna de estas cosas?
¿Lo percibes en tus actitudes, en tus sueños, en tus angustias, en tu flojeras?
¿Lo reconoces en la gente cercana a ti?
¿Ves cómo se repite este patrón, con sus obvias variantes, en infinitud de circunstancias que atraviesas a diario?

Veamos alguna alternativa.
En nuestro crecimiento también fuimos aprendiendo que hay otros métodos, porque nos dieron una cálida mano, nos atendieron, nos criaron con palabras y ejemplos personales, porque vimos a otros actuar de manera discorde al EGO. Cruzamos personas que actúan con bondad y justicia, o con una sin la otra, pero que intentan tener un andar diferente al del EGO.
Hubo ocasiones que dejamos de lamentarnos y esperar milagros, e hicimos lo que teníamos que hacer, y sentimos una satisfacción diferente, superior, que no la conseguimos de otra forma.
Supimos ser independientes, aunque sea un poco, y aunque tal vez tropezamos y caímos, procesamos el asunto para incorporarnos nuevamente y continuar. Esto nos motivó mucho más que seguir dando vueltas sin sentido de manera automática.
Sí, ocuparnos, ser responsables, comprometernos, hacer esfuerzos, alcanzar comprensión y accionar en consecuencia, no tratar de controlar lo incontrolable, dejar fluir lo indomeñable, tales cuestiones aprendimos e hicimos, lo que nos dio satisfacción mucho más plena, felicidad.
Puedes contactarte con tu Yo Esencial, esa chispa Divina que eres eternamente y que te vincula constantemente con Dios. Encontrar la fuerza que se encuentra dormida en tu ser. Reconocer el poder a tu alcance y aprovecharlo. Al mismo tiempo que dejas de perseguir vientos que jamás alcanzarás ni poseerás.
Conversa CON Dios, no para manipularlo, ni para pretender que El haga TU parte, sino para hallar la esencia de ti mismo y así ser una persona íntegra y leal a Él.
Verás que la vida tiene otro sentido, las opciones se abren, el poder se manifiesta, a través de AMOR.

El consejo diario 415

Relájese y sea feliz.

No se angustie por cosas que no son reales, que son producto de la imaginación (propia o ajena),
que se usan para manipular y dejarle en estado de impotencia, sumisión, a merced del manipulador.

Acostúmbrese a soltar el peso muerto, a no cargarlo más, a  no atesorarlo como si fuera un tesoro.
Relájese, permítase ser feliz.

Aquello que ensombrece su alma no tiene más realidad que las sombras.

Pero, haga lo que sea necesario para mejorar en las cuestiones que son reales, una de las cuales es empobrecer su vida a causa de la manipulación.

Te has olvidado del Elokim que te hizo nacer

Las creencias, especialmente las fantásticas del estilo religiosas o supersticiosas, tienen un poder enorme aunque sutil. Horadan profundo, hasta raíces incluso inaccesibles para la razón, y desde allí lanzan ramas que conquistan y anidan por doquier. Se entrometen, se multiplican, invaden y se entronan. El sistema de creencias tiene la habilidad para llegar a endurecerse, inmovilizar, drenar energías, sujetar a su presa para tenerla a su disposición, manipularla como a marioneta.
Como un virus, de los naturales o los informáticos, se cuela y secuestra al sistema que lo hospeda, pudiendo llegar a matarlo aunque le conviene mantenerlo en estado atónito, para continuar aprovechando los recursos enajenados.
Y la persona esclavizada tendrá la convicción de que es ella la ama de sus creencias, que las escoge libremente, que tiene la opción de desprenderse de ellas o cambiarlas según su voluntad, tal como se ufana un adicto al narrar su vínculo con su adicción. Pero, no es él el dueño de su existencia, son sus creencias.
Teniendo en cuenta esto, ¿te parece necesario ser totalmente estrictos a la hora de introducir en nuestra mente trozos de ideas, que se convertirán en creencias? ¿O mejor somos abiertos y sin filtro, para que venga el visitante camuflado y al rato se transforme en rey de nuestro reino que hemos perdido?
Te invito a leer un texto de nuestra autoría: http://serjudio.com/exclusivo/cterapia/tu-creencia-tu-vida, tienes otros que pueden interesante. Ábrelo en otra ventana o pestaña de tu navegador para estudiarlo luego, porque ahora continuaremos aquí.

Supongamos que una persona que de alguna manera se formó la convicción de que la luna es de queso, es muy probable que aunque se lo lleve hasta allá y se le demuestre a todas luces su error, igualmente seguirá creyendo en eso.
De acuerdo a su inteligencia inventará las más elaboradas excusas, también podrá recurrirá a un arsenal mohoso y prefabricado de lemas y escudos aceitosos que le protegerán para mantenerlo en su oscuridad. Te disparo algunas ahora: “esto no es la luna, es un set de películas”; “esto no es la luna, es un satélite artificial creado para defraudar a los creyentes”; “la luna es de queso, pero hemos alunizado en una cáscara de piedra, si hubiéramos recogido muestras unos kilómetros más allá la cosa sería diferente”; “todos sabemos que es imposible llegar a la luna, me han hipnotizado o drogado para llenarme la cabeza con mentiras”; “esto es obra de Satanás que no desea que comprobemos la verdad, que la luna es de queso”; “quizás la luna era de queso, pero con la actividad humana se afectó de tal forma que se endureció”; podría seguir inventado conjeturas desquiciadas, pero creo que ha quedado clara la idea.
No fue muy difícil para mí inventar en un minuto todas éstas, porque las he adaptado de excusas que gente supersticiosa, magufa, religiosa, dispara cuando se les confronta con la precariedad de sus creencias.
Si tienes tiempo y deseo, tal vez podrías revisar las creencias que tienes sobre cuestiones religiosas o supersticiosas, confrontarlas con evidencias, o simplemente hacerte preguntas que te acerquen a la pared de tu celdita mental, y verás lo que respondes.
(Recuerda, noajismo y judaísmo NO SON religiones, aunque haya personas, e incluso “líderes”, que las tomen como tales y se muevan como religiosos en todos los aspectos).

Toda religión es manifestación social/emocional del EGO, sin arraigo alguno en lo espiritual. De hecho, la religión es la contracara de la espiritualidad. A mayor religión, menor espíritu.
Recuerda lo ya enseñado y explicado, los dioses surgen como representación del EGO, el que es sentido como el primer salvador de la existencia personal. Es aquel que nos salvó del terror infernal de la impotencia total inmediatamente luego de nacer. Es el que nos auxilió una y otra vez en tanto íbamos aprendido otras maneras de llamar la atención a nuestros cuidadores e instrumentos para valernos por nuestra cuenta. Es el que está con nosotros en todo momento, desde su base en las profundidades de nuestra masa cerebral. Es nuestro amigo, pero nuestro peor enemigo. Y allí se mantiene, usurpando el trono del Rey, ejecutando sus mecánicas herramientas naturales, para nada sofisticadas pero muy efectivas.
De él son todas las imágenes de dioses y entidades superiores inexistentes pero que pueblan nuestra imaginación y mente.
Y recuerda, lo que en general se denomina “espiritual” no es más que emociones, manipulación social, malabarismos mentales, pero que impiden la conexión directa con nuestra esencia sagrada, nuestra NESHAMÁ o Yo Esencial.
Puede la persona sentirse flotar en vapores de seudo espiritualidad, a causa de palabrería, de ritualismo, de bailoteos, de adoraciones rebuscadas, de posiciones corporales, de lo que sea que su creencia le provea, pero dudo mucho que esa emotividad provenga de la conexión con el Yo Esencial, puente de enlace directo con el Eterno. Porque, el camino espiritual que Él ha indicado es el noajismo para el gentil, judaísmo para el judío. Ambos básicamente, en su médula, se resumen en: construir shalom por medio de acciones de bondad Y justicia, con lealtad.
Mucho bailoteo, grandes parloteos, aplausos arrobados, caras de éxtasis… ¡de qué valen si no contienen acciones concretas de bondad y justicia!
Pero, pronto la creencia proveerá de recursos para excusar las acciones supersticiosas, abogar en contra de la racionalidad, atacar a quien se para con firmeza a revelar la podredumbre que conlleva la adoración del EGO.

Cuando la persona está atrapada por las redes de la religión difícilmente quiera y pueda salir de su celdita mental. Porque, además de lo anteriormente mencionado, hay una presión social tremenda que no duda en manipular, amenazar, castigar, adoctrinar, asfixiar a quien ose dudar aunque sea un poquito. Los mecanismos represivos externos e internos se ponen en funcionamiento y tienen milenios de experiencia.
Entonces, con el silencio obligatorio, se anulan las cuestiones, se exterminan las rebeldías, se abominan las sanas inquietudes para paralizarse en la adoración del EGO en forma de dioses, santos, fetiches y supersticiones.
El EGO prevalece y se impone, se presenta como “dios” y bloquea la conexión con Dios.

¿Qué hacer para ser libres?
¿Cómo despojarse de las creencias enfermizas, o al menos reducirlas a un punto que no afecte el pensamiento, el habla y el comportamiento?
Bien, como respuesta tienes cientos o miles de textos ya publicados aquí.
Te invito a que hagas el viaje más importante que te tocará hacer: de la opresión de Egipto a la Tierra Prometida. No será simple. No lo harás en un par de días. No estarás rodeado de almohadones y algodones. Tendrás que luchar contra fuerzas tremendas que se opondrán a tu felicidad. Tú mismo te sabotearás en incontables ocasiones. Te negarás a avanzar, dudarás de tu poder, rechazarás la Mano Poderosa, te rebelarás contra tus maestros de Luz, preferirás la muerte en el desierto o la adoración de becerros de oro en lugar de cumplir tu parte en la tarea. Regresarás mil veces a Egipto, o lo añorarás a más no poder. Hasta el último instante seguirás esclavo del Faraón. Te prometo todo esto y otras cosas negativas también. Pero también te aseguro que tu viaje está signado por el éxito, si haces tu parte. Si de a poco te vas despojando de moléculas de creencias enfermizas, si desaprendes para ir aprendiendo. Si tomas conciencias de cómo vives, de quien controla tu vida. Si te comprometes y te esfuerzas. Tienes a un Amigo que te ayuda, tienes conexión con Él directa y no precisas de intermediarios ni fetiches, que son solamente emisarios del EGO.

Tienes la opción de mantenerte en tu celdita, cualquiera que ella sea. Puedes dar un pasito, pequeñito, para salir de ella.
Haz lo que mejor te venga en gana.
El capítulo 32 de Devarim/Deuteronomio (parashá Haazinu) te provee de claves, quizás las veas mejor a la luz de este humilde articulo que he compartido contigo hoy.

Hasta luego.

¿Qué nos lleva a ser chismosos?

De acuerdo a la Tradición, el chisme, la habladuría, la murmuración, son de las peores conductas que pueden azotar a la especie humana.
De hecho, se lo equiparan al crimen, y no es banal que así sea.
Gente puede llegar a trastornarse de tal modo a causa de las habladurías que pudieran llegar a cometer actos violentos, o a romper relaciones, o a vivir en angustias y preocupaciones, al hostigamiento, o a multitud de otras consecuencias amargas y terribles; entre las que se puede incluir a que la víctima del chisme sea un muerto en vida, con una vida social espantosa o inexistente, con heridas emocionales severas, etc.
Sí, la lengua es una afilada arma que es tremendamente peligrosa y debiera ser evitada.

La mayoría sabemos estas cosas, porque lo hemos leído, nos lo han contado, lo hemos padecido, o es evidente usando el sentido común.
Sin embargo, es muy probable que no pase día sin que cometas esta ofensa contra el Hombre y Dios, o que estés envuelto en ella de una u otra forma.
¿Por qué?
¿Qué nos lleva a usar la palabra para destruir?

De acuerdo a investigadores de las Universidades de Glasgow, Manchester y West, las personas ocupan más cuando el chisme es “jugoso” o cuando trata de personas públicas o conocidas por los participantes. Ellos hasta señalan que puede resultar socialmente beneficioso al servir para unir dentro del grupo social, así como establecer normas sociales tácitas. Parece extraño que una conducta tan terrible pueda tener ese poder de cohesión grupal, sin embargo, al pensar un poco encontramos algunas razones. Con tu permiso compartiré contigo tres.

Primero, pensemos que podría usarse el chisme al estilo de en un tema de conversación casual, como sería el estado del tiempo. ¿De qué pueden hablar personas que no tienen mucha familiaridad, o que recién se conocen, o carecen de herramientas intelectuales para desarrollar temáticas ricas y enriquecedoras? Sí, hablan de que parece que va a llover, ¿y luego? Pues bien, de algún político, o deportista, o alguien de la farándula. Y lo que impresiona más es cotorrear acerca de cuestiones “picantes”, o de dudosa moralidad, o que sirvan para la burla. Pronto se pasa a hablar de algún conocido en común, ya con una tonalidad más cercana entre los que conversan, como si pudieran compartir confidencias. Y surge a toda máquina la lengua asesina, que corroe y corrompe. Hay un pasito pequeño entre una cosa y la otra, y se está en una resbaladera muy inclinada, por lo cual es muy fácil caer.
Te invito a que recuerdes tus conversaciones y veas si ocurre algo parecido.
¿Sí?

Ahora, pasemos a otra posible razón.
Pensemos en el famoso “chivo expiatorio”, que es la persona (o grupo) a la cual se la culpa de algo sin razón real. Al hacer esto, los acusadores se sienten explícitamente libres de culpa, pero profundamente unidos en su secreto pecado, porque están obligados por ese oculto pacto entre ellos a sostener la charada que mantiene al inocente cargando las culpas de ellos.
¿Lo entiendes?
Se asocian para acusar a X de tal asunto, del cual X no es culpable, pero ellos sí, o temen serlo, o no entienden muy bien qué lo provocó. Ahora tienen a X para golpear, para inculpar, para maltratar, para hacerlos sentir menos malvados; pero lo que ocurre es que están siendo mucho más perversos, más ruines, y deben agravar cada vez más su postura infame para sostener la mentira que los cobija. Manifiestan tremendo odio y repudio por el chivo expiatorio, (¿que en cierto punto es cómplice de mantener la situación enfermiza?), pero al mismo tiempo se mantienen ligados a él, lo precisan, porque sin el chivo deberán hacer algo para descubrir las verdaderas causas de sus sufrimientos, hacerse responsables, o encontrar otro chivo expiatorio para maltratar.
El más famoso y extendido chivo expiatorio es el judío, no sé si lo sabías. Pero, eso ocurre en todas partes, en familias, grupos de amigos, colectivos, comunidades, iglesias, lugares de trabajo, etc.
¿Puedes darte cuenta el papel que juega la lengua venenosa, en todas sus variantes, contra el chivo expiatorio?
¿Puedes entender la enferma necesidad que brota de lo oscuro de nuestro ser para emplear el chisme y la habladuría y así hacernos creer “menos malos”, por tener alguien al cual maltratar en presencia o en ausencia?
Sí, se comprende que esta conducta criminal sirva como elemento de unión social, entre individuos que se pegan en grupos atrapados por el malestar y el sufrimiento.

Te pido por favor que releas lo anterior, porque yo lo leo y me cuesta un poco entenderlo. ¡Y eso que lo escribí yo!
Si estuviéramos conversando en personas, podrías darte ejemplos, usar más palabras, etc., pero estamos limitados por este pequeño espacio de texto. Así que por favor, si te quedan dudas de lo que trate de expresar, pregunta. Gracias.

Pasemos a la tercera y última (en este artículo) razón que nos llevaría a usar la palabra para la destrucción.
Cuando sentimos impotencia es natural que respondamos con las herramientas naturales del EGO: llanto, grito, pataleo o desconexión de la realidad; con ellas directamente o con algunos de sus derivados. Es una respuesta natural que se fortalece con el uso constante que lo transforma en un hábito ubicuo y súper poderoso. En su origen es la respuesta apropiada en situaciones concretas y reales de impotencia, cuando no hay otros mecanismos para doblegar la realidad y tomar el control de las experiencias. Lo negativo del asunto es que se convierte en la respuesta cotidiana ante sentimientos de impotencia, no ante la verdadera impotencia. De esta forma, en lugar de intentar soluciones racionales, poderosas, con ejercicio del control presente, nos vamos por un mal camino alternativo, queriendo manipular las cosas, desviando la atención, llamando la atención, provocando, lastimando, etc.
Sí, al usar del EGO se consigue algunas de las cosas que se persigue, ¿a qué costo?
¿Qué se pierde por estar atrapado en las jugarretas del EGO?

(Si no te queda claro algo de lo que comenté en el último párrafo, por favor busca y lee del tema EGO en el sitio, porque ahora he sido muy breve, es que ya hemos cansado mucho con este tema, aunque sigue habiendo infinidad de enseñanzas para compartir al respecto.)
¿Te das cuenta cómo opera el EGO en provocar el uso de la lengua mortal?
¿Te animarías a comentar aquí debajo tus ideas al respecto? Gracias.

Las tres razones, ¿podrían resumirse en una sola? Si es así, ¿cuál? ¿Por qué?
¿Se justifica la observación de los investigadores de que el chisme puede resultar beneficioso? ¿El fin socialmente valorado justifica el uso de un medio perverso?
¿No hay otras formas, saludables, para lograr la cohesión social sin recurrir al mal uso de la palabra?

¿Hemos aprendido algo nuevo?
¿Lo que obtuvimos en este encuentro puede servirnos para mejorar nuestras vidas?
Gracias por compartir tu tiempo conmigo, hasta luego.

No meter el mal dentro de la casa

"No meterás en tu casa ninguna cosa abominable (toevá), para que no seas anatema juntamente con ella.
La aborrecerás del todo y la abominarás, porque es anatema
."
(Devarim / Deuteronomio 7:26)

Este párrafo dentro de su contexto advierte acerca de no ingresar al hogar, a la vida propia, cosas pertenecientes o que conduzcan a la idolatría.
Cuando se deja abierta una rendija a la falsedad, pronta ésta se adueña del lugar, reina y decide. Como una mortal epidemia que comienza con una pequeña infección, imperceptible, inadvertida, pero que va creciendo y adquiriendo virulencia y poder, hasta finalmente descalabrar al organismo y al sistema.
Por ello, hay que ser terminantes, estrictos, sin mediatintas con la idolatría, ni un milímetro es permisible, para que el peligro no se transforme en realidad.

Recordemos que la idolatría no solamente es adorar dioses que no son Dios, o hacer de Dios otro dios, o tener estatuas u objetos de religiones; idolatría es, básicamente, hacer del EGO una deidad, el salvador, el centro de la existencia. Cada dios (que no es lo mismo que Dios) es una manifestación del EGO, sin excepción; incluso entre aquellos que dicen creer y seguir al Eterno, pero hacen de Él y/o Sus cosas un ídolo. Están los que adoran hombres, sabios, textos, objetos, acciones, con la excusa que son de santísimo origen, o que serían provenientes del Eterno; el problema que han hecho de ello una falsa deidad, que el Uno repudia y rechaza. Dicen amar al Eterno, pero no salen de su celdita mental, impuesta por sus EGOs, entonces disfrazan al Eterno y Sus cosas con los ropajes del EGO.
Siempre que hay idolatría, es el EGO a quien se sirve. Aunque las máscaras cambien, los rituales sean diferentes, las plegarias e invocaciones disimiles, siempre el “dios” es el mismo: el EGO. Sobre el tema ya hemos explicado con detalles en oportunidades anteriores, por lo que no me extenderé aquí, te pido que si deseas busques en serjudio.com, encuentres, leas, estudies, desaprendas y aprendas.

Al servir al EGO, se desplaza la verdad para sostener la falsedad, se impulsan las acciones que afectan lo que es bueno y justo, se exila al hombre de su identidad. Al respecto enseña el sabio Salomón: “Abominación (toevá) es al Eterno todo altivo de corazón; ciertamente no quedará impune” (Mishlei/Proverbios 16:5). ¿Notaste que se usa la misma palabra, toevá, que en el versículo que dio comienzo a esta clase? Esa misma cosa abominable que no hay que permitir que entre en nuestro interior, esa idolatría, esa adoración ajena, ese dios falso que se impone como salvador y solución.
Pero, ¿esto significa que todo servidor del EGO es altivo?
La respuesta es: no.
Está aquel que se quiere imponer a su sentimiento de impotencia con apariencias de poder, autoritarismo, violencia, coacción, lo que fuera que le dote de algún disfraz que le permita sentirse por encima de sus debilidades. Por supuesto que esto no quita el peso de la impotencia, ni da real poder.
Y está aquel que se deja consumir abiertamente por la impotencia, se arrastra, se niega, se auto castiga, se comporta y siente como felpudo, pareciera que no fuera altivo. Y sin embargo, también es altivo, puesto que deja (conscientemente o no) que el EGO controle su vida, permitiendo que una pequeña fracción de sus dotes cerebrales quede a cargo sin depositar su confianza en el Eterno y en todos los potenciales que le ha otorgado.

Al adorar al EGO, en la representación que le asignemos, estamos como despojando al Eterno de Su trono en nuestro interior, para sentar en él al EGO. Como dice Rabi Akiva en el Midrash: “No hagas al Eterno según tu imagen y semblanza”, pero eso exactamente es lo que hace todo idólatra, sea un creyente en alguna deidad, o el que pervierte la relación con el Eterno, o el que manifiesta no creer en ningún dios o poder supremo. Hace de Dios un dios más; de la Presencia del Eterno en nuestro ser (la neshamá o Yo Esencial) una sombra, un fantasma, una fantasía.

Esto que explicamos acerca de la idolatría, en particular, aplica también para todas las manifestaciones del EGO.
Cada abominación del EGO debemos dejar fuera de nuestras vidas, para de esa manera preservar y depurar nuestra santidad interior, nuestra conexión con el Eterno y así embellecer nuestra existencia.
Por ello, quejas, gritos agresivos, violencia física, engaños, adicciones, ira, incomunicación, mentiras, entre otras conductas son las que corroen y es necesario extirpar.
Hasta la mínima expresión del EGO, fuera de su rol útil y necesario, es peligroso: “Primero el pecado comienza con ideas sueltas, luego son burlas, luego falta de respeto y termina en crueldad” (Derej Eretz Zuta cap. 6). Cuando el pensamiento está trastabillando con las incitaciones del EGO, hay que proceder de inmediato a desactivarlo, con técnicas que ya hemos explicado en otros textos que compartimos aquí.

Con-vivir

Convivencia, ¡qué experiencia!
Por un lado es substancial a nuestro ser, es imprescindible para alcanzar plenitud multidimensional. Somos también sociales y está dimensión se forma y es formada por nuestros vínculos y relaciones con otras personas, con instituciones, con códigos, etc. Somos sociales, tal como somos cuerpo, emociones, mente y espíritu.
Por otra parte, está minada de dificultades, contrariedades, discusiones, amarguras, dudas, confusiones, malos entendidos, sufrimiento, incomunicación, peleas por poder, manifestaciones del EGO, entre otras bellezas…

¿Qué ideas podemos aportar hoy para llevar una mejor convivencia?

Aprendemos a convivir desde nuestro nacimiento, con las experiencias que nos forman por sobre la infraestructura que nos brinda nuestro potencial genético.
Añadiéndose a nuestro Yo Auténtico se suman las máscaras del Yo Vivido, a veces están en sintonía y otras (muchísimas) no. Si la máscara no representa al Ser, estamos ante un conflicto interno que repercute, en mayor o menor medida, en lo externo.
En este trayecto sinuoso es que aprendemos a conocernos, a respetarnos, a querernos, a ignorarnos, a maltratarnos, a hacer lo que otros mandan, estilos de comunicación, modos de comportarse, maneras de resolver disputas, a expresarnos, adquirimos hábitos y costumbres, nos hacemos una imagen de quien somos y qué se supone merecemos, etc., que facilitan la convivencia o la entorpecen, o hasta pueden bloquearla.

Cuando enfocamos las dificultades en la convivencia solemos descubrir, cuando no, al EGO actuando a partir de la impotencia (o del sentimiento de ella).
Uno y otro quieren sentir poder, o en su defecto no sentirse en impotencia.
De manera automática respondemos con alguna de las herramientas del EGO o con todas ellas, porque es parte de nuestra naturaleza más primitiva y además se ha visto reforzado intensamente con la repetición casi constante.
Ejemplo: Quiero una taza, está sucia porque mi hermano (con quien convivimos) la ha usado y allí ha quedado. ¿Cómo reacciono? Me enojo, me quejo, lloro, me amargo, insulto, grito, me siento agraviado, busco vengarme, ensucio otra cosa y lo dejo tirado por allí, pegó un portazo, hablo a sus espaldas con nuestros padres, rompo la dichosa taza, no lavo nada de nada, ejerzo alguna conducta que le haga sentir impotencia… lo que fuera que proviene del EGO es lo que automáticamente surge. Yo quiero una taza y él me ha hecho sentir en impotencia con su acto.
Cuando esta conducta se repite en numerosas ocasiones, además se le suman otras que me molestan y restan a mi sentimiento de poder, seguramente el conflicto ya esté instalado y las consecuencias, ¿hasta dónde se podría llegar en una escalada de represalias conducidas desde el comando del EGO?
¿Lo has vivido?
¿Te pasa?
Quizás no sea por una taza, pero podría ser por la posición de la tapa del excusado cuando conviven hombre y mujer, o por quien debe hacer las compras, o a quien le corresponde barrer, o desmalezar el desorden, por cuestiones que obviamente son voluntarias o productos de errores, o… lo que fuera que uno siente como invasión, privación, desmedro, descontrol, falta de poder. En cosas pequeñas o en las grandes. Con pares o en relaciones dispares. En la convivencia, sí o sí, está en juego el poder de uno con el otro, y por tanto situaciones permanentes de impotencia (o sentimiento de ella).

¿Qué intentaste hacer para mejorar esto?
¿Qué hicieron en conjunto?
¿Hasta dónde llegó el enfrentamiento?
¿Quién salió ganando cuando uno salió perdiendo?
¿Cuál era el miedo de cada uno para actuar de manera invasiva con el otro?

¿Qué hacer?

1- Comunicación Auténtica constante.
2- NO responder desde el EGO.
3- Reconocer el sentimiento de impotencia, admitir que existe, identificar con precisión la conducta que lo provocó.
4- No pretender controlar lo que no se puede controlar.
5- Asumir el control de lo que es de propio dominio.
6- Establecer, aceptar y compartir los límites que permiten la convivencia.
7- Tener el objetivo claro cuando se convive.
8- Discutir el asunto puntual que genera la incomodidad y proponer aquello que se entiende podría resolverlo. Ser creativo, ecuánime y colaborativo.
9- No esperar cambios mágicos, ni suponer que el tiempo todo lo corrige por sí mismo, o negar los hechos.
10- Pedir ayuda de algún agente externo que permita vislumbrar las situación con menor grado de parcialidad.
11- Ceder cuando es necesario hacerlo.
12- Ser firme en lo que no puede ser desechado.
13- Agradecer.
14- Sonreír.

Pero, ¿qué hacer cuando solamente de una de las partes se aporta a la solución pero de la otra se mantiene la actitud agria?

¿Tienes algo para aportar?

De camino al Éxito

crecer

Estamos en el mes de Av, aprovechémoslo para compartir y aprender algo que nos ayude a crecer.  Recordemos que una vez que el pueblo de Israel hubo salido de Egipto, guiados por Moshé  en un memorable 15 de  Nisan en que le decían adiós a la esclavitud, El pueblo de Israel ya estaba  destinado  a alcanzar su tierra, y lo harían precisamente en el mes de Av que según lo enseñan los maestros y  sabios de Israel era el mes de la Gran Redención.  Pero ocurrieron algunos sucesos que “cambiarían” de alguna forma el modo en que finalmente  se alcanzará el desenlace.

 

Uno de los sucesos que influyeron fue precisamente  lo ocurrido con los espías que envío Moshe  para recorrer la Tierra prometida,  cuando ellos volvieron  pese a que estos llegaron cargando algunas frutas exuberantes, al hablar de la fertilidad  de la tierra “trasmitieron miedo” a Todo el pueblo y la idea errónea de  que la tierra que estaba habitada por gigantes era inconquistable.

 

Pese a todo “Según la Tradición, Av sigue siendo el mes de la gran redención. Por ahora es un mes de tristezas, de padecimientos, duelos, contrariedades y contradicciones. Pero, la historia se completará, confiamos, en Av”[1].  Moré Yehuda Ribco

 

Aprendamos algo de la  Relación  Confianza – Conocimiento:

 

Confianza - Conocimiento

        Gráfica A

Usemos entonces éste  suceso, y aprendamos algo en relación a la confianza y el conocimiento, En la gráfica A. vemos una representación de esta relación “confianza – conocimiento”; dependiendo de cómo sea la relación entre estos aspectos podría ubicarse un punto al interior de uno de los cuatro cuadrantes de la gráfica.

 

  1. Cuadrante “Naranja”

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El cuadrante “Naranja” describe una relación en la que hay poca confianza y poco o escaso conocimiento, quizás el caso de los 10 exploradores cuyo nivel de confianza fue tan bajo, y que trajo como consecuencia que el miedo o el temor prevaleciera entre el pueblo estaría en éste primer cuadrante; ya que como consecuencia se produjo una parálisis colectiva que impidió al pueblo ver más allá de su miedos para avanzar.

 

  1. Cuadrante “Amarillo”,

amarillo.gif 

 Pero posiblemente también podemos ubicar este suceso en el cuadrante “amarillo”, (Poca confianza y conocimiento superior) si consideramos que los exploradores podían tener más conocimiento en relación a lo que significaba e implicaba su tarea, pero al tener poca confianza tienden a dudar y por consiguiente vacilar dando como resultado un informe incorrecto haciéndoles perder la oportunidad que se les daba, y esto incluyó al pueblo que también se ven sumergidos en las mismas dudas.

 

  1. Cuadrante “Rojo”

rojo.gif

 Pero también podríamos ubicar el suceso de los espías en el cuadrante “rojo” que describe una alta confianza y un bajo conocimiento, este punto se daría si la información trasmitida por los 10 espías la dieron con alta confianza en lo que creyeron ver, proporcionando una información incorrecta… sin duda un punto crítico que conduce al error.

 

4. Cuadrante “Verde”

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Por último podríamos considerar que el objetivo sería ubicarnos en el cuadrante Verde en el que se busca alcanzar un alto conocimiento pero acompañado por una confianza también alta… que fue justo aquello en lo que los espías fallaron.

 

Tengamos en cuenta algo, no todo conocimiento es realmente valioso ni todo aquello en lo que muchas veces hemos aprendido a  confiar es  realmente digno de nuestra atención,  trabajemos por descubrir en que apoyamos nuestra confianza y ver con ojos más críticos esos conocimientos superfluos, carentes de sentido, basados en falsedad y mentiras, salidos de la realidad.

Estas palabras del Rav Kook a partir del Salmo 112, son un buen ejemplo de la relación  “confianza -conocimiento”  que hemos de buscar.

 

 “La confianza interna se basa en el conocimiento de que aun lo que parece ser malo no tiene porqué complicarnos. Si el corazón está verdaderamente «firme en la confianza en Dios», no hay lugar para el miedo y la ansiedad, ya que todo es de Dios y nada puede ser verdaderamente malo. 

Los aspectos más debilitantes de las dificultades y el sufrimiento no son físicos, sino de naturaleza psicológica. Para una persona que puede ver el mundo tal como es, y aún así su corazón permanece lleno de confianza en Dios, incluso sus aflicciones no son verdaderas aflicciones. Tal persona es feliz con su parte en la vida, y es capaz de enfrentar los desafíos de la vida con gracia.
Pero para la persona que está acostumbrada a estar descontenta con el mundo, los problemas le esperan en cada esquina. Uno no puede estar en paz y sentir la alegría y la felicidad sin aprender a fluir con la vida y aceptar las condiciones de la realidad.” (adaptado de “Ein Eyah” vol. II pp. 324-325).[2]

 

¡Que sepamos juntos construir Shalom!

 

[1] http://fulvida.com/2014/07/29/av-el-mes-de-la-redencin/

[2] http://fulvida.com/2014/07/26/confianza-y-xito/

Enfocarse y poner primera

El mayor gasto de energía se produce al iniciar el trabajo o movimiento.
Para salir de la quietud se hace necesaria la inversión, el esfuerzo, que tras conseguido el momento se reduce y sostiene con menor gasto.
Tal como comprobamos en un auto, cuando sentimos el empuje de la primera marcha, con su gran consumo de combustible y la correspondiente potencia empujando.
O los conocedores de Química y Biología con el concepto de “energía de activación”, que es la energía mínima para que se produzca una reacción.

En tus cosas cotidianas ocurre de manera similar.
Para comenzar el cambio que te lleve de la inercia (o quietud) de la zona de confort hacia el suceso, tendrás el obstáculo inicial. Allí deberás luchar contra tus tendencias, contra la rutina, contra el hábito, contra el miedo, contra la pereza y hacer el gasto energético. Serán instantes en los que se hace imprescindible dedicar mucha más potencia que cuando ya estás en movimiento. Debes saberlo y no agotarte por ello. Por el contrario, persevera, ten paciencia, que el cambio de marcha se dará y encontrarás que lo que al principio aparecían como enormes dificultades, como innumerables “no puedo”, serán dejados en el olvido, porque estás transitando el camino que te lleve a tu objetivo.

Cuanto más arraigado el hábito, más energía precisarás, ten constancia, firmeza, paciencia, amor propia, voluntad y empeño, porque precisarás de todos ellos.
Recuerda la inercia, la propiedad del cuerpo (y de la mente) a conservar el movimiento que viene llevando, a no ser que operen fuerzas que le hagan modificarlo. Así, para cambiar la dirección del avance también será necesario aplicar esfuerzo, mientras el cuerpo/mente se mantiene aferrada a su trayectoria previa.
Nos escudamos en excusas que nos mantienen prisioneros de la zona de confort, es nuestra tendencia natural. Es normal, nada para avergonzarse ni tampoco para dar la batalla por perdida y creerse en manos de un destino fatal.
Puedes implementar los cambios de dirección que desees, y estén en tu control.
Si tienes en mente y claro tu objetivo y tus acciones están dedicadas a alcanzarlo, y no te distraes ni te desvías, entonces probablemente llegues a tu objetivo (pero recuerda, tú no tienes el control del universo, solo de una pequeña porción de él, el resultado final está por completo fuera de tu dominio). Haz tu parte.
Para lograrlo, reconoce tu situación, enfócate precisamente en tu objetivo, pon potencia en tu motor y avanza sin desenfocarte.

El EGO propondrá la impotencia, te llevará a ella, te hará emplear sus herramientas para llamar la atención y arañar una apariencia de poder.
No permitas que su desgano te derrote.
Tú enfócate, sabes que no será gratis ni por un milagro repentino, pero puedes hacer tu parte y ser victorioso aunque no alcances finalmente la meta.

Éxitos y bendición.

Cuadrantes confianza/conocimiento

Somos multidimensionales: físico, emocional, social, intelectual y espiritual.
Cada una de las dimensiones es imprescindible para ser en este mundo, es imposible comprender al hombre si no atendemos a todas y cada una.
Como engranajes finamente coordinados que producen el movimiento de la maquinaria, al fallar uno, la maquinaria se estropea. Quizás sigue su movimiento, pero alterado.
Si tenemos conciencia de esta realidad, procuraremos vivir nutriendo correctamente nuestros planos, armonizando entre ellos e individualmente.

Ya hemos estudiado y explicado en numerosas oportunidades lo que nutre y mantiene en límites saludable cada plano, te invito a que busques en el sitio, encuentres, leas, estudies, aprendas, experimentes y compartas. No te olvides de ninguna de estas cosas, tampoco de compartir con los demás.

En este momento quisiera que afirmaras un poco más tu conocimiento al respecto de la confluencia entre el saber (plano intelectual) y la confianza en sí mismo (plano emocional) en lo que atañe a una materia en particular, o como rasgo general de su personalidad.
Usaremos una gráfica que fue diseñada con otro objetivo y para diferentes fines (CBL Behavior Model), pero que, con pequeñas modificaciones, nos sirve perfectamente para ilustrar nuestro punto.

Arrogante.
Errores.
Experto.
Éxito.
Perplejo.
Estancado.
Titubeante.
Indeciso.

Cada uno de los cuadrantes refleja una situación puntual, como si fuera una fotografía de un momento único, de una persona.
Esa fotografía puede repetirse en el tiempo, ser una tendencia, un hábito, un patrón de conducta de la persona.
Marca un solo aspecto, no a la persona en su globalidad.
Así, podría haber alguien que, por ejemplo, como vendedor estuviera en el cuadrante verde, pero como estudiante estuviera en el rojo. Como alumno de matemáticas en el naranja pero para aprender historia se ubicara en el amarillo. Que en su adolescencia prevalecía en tal cuadrante, pero en sus treintas en otro.
Como verás, es necesario hacer un trabajo minucioso, detallado, y no prejuzgar ni condenar a definiciones/etiquetas que son lápidas que matan en vida.
Si no he sido claro explicando esto, te pido que releas por favor y si te quedan dudas te tomes la molestia de compartirlas conmigo aquí debajo, en la zona de los comentarios. Gracias.

Un apunte más.
Es posible extender la comprensión de esta gráfica también al colectivo, en donde se estudia la confianza grupal en relación al conocimiento del grupo.
Es un buen ejercicio para descubrir cómo se manifiesta y mueve la sociedad que formas (y te forma), los colectivos que integras o con los que te relacionas.

Pasemos a un somero análisis de los cuatro cuadrantes.

En el cuadrante naranja la situación es de escaso en el conocimiento específico y pobre en confianza en sí mismo.
El resultado es perplejidad, inmovilidad, estancamiento, incapacidad de accionar.
Se está inmerso en impotencia y no hay miras de avanzar hacia ninguno de los lados de la gráfica.
Porque, la pobreza en un plano alimenta negativamente al del otro.
La falta de confianza lleva a aferrarse a la ignorancia.
La falta de conocimiento lleva a encerrarse por miedo a sufrir.
¿Cuál te parece que sería la herramienta natural del EGO (o alguno de sus derivados) más habitual en este cuadrante?
Es un estado calamitoso, pero no es el peor; éste está reservado para el de fondo rojo.

En el rojo abunda la confianza pero escasea el conocimiento. ¿Será una confianza verdadera o presunción de tal? ¿Será valor o locura? ¿Heroísmo o falta de límites?
Esto lleva a la arrogancia, a creer que se sabe cuando no es así. A suponer y asumir como verdad. A opinar y tomarlo como evidente. A decretar y esperar milagros. A fallar groseramente y no admitirlo ni recuperarse del error. A cerrarse al aprendizaje, con la excusa de saber y no precisar. Es una fantasía de poder, que enmascara una tremenda impotencia e ineficacia. ¿Qué sucede cuando la realidad golpea a la puerta? ¿Cuando se hace palpable que estallaron decenas de defectos y equivocaciones?
Sí, sobreabundan los errores, las faltas de consideración, la carencia de respeto, el desbordamiento. ¿Cuál sería la herramienta del EGO más frecuente para el pasajero de este cuadrante?

En el cuadrante amarillo, un tanto menos pesaroso que el naranja, hay mayor conocimiento pero falta la confianza.
Brotan dudas, se tarda en decidir y cuando se escoge poco se tarda en caer en nuevas indecisiones y replanteos cansinos y desgastantes.
Aunque se haya estudiado y se conozca del tema, el efecto desmoralizador corroe y no causa un estancamiento, sino una erosión que debilita y corroe. Se duda de lo que se conoce, se duda de las propias conclusiones o ideas, tal vez se busca el bastón que sostenga o la opinión de otro que otorgue amparo.
La inseguridad y la inestabilidad mantienen a la persona en un estado de alerta, de cansancio, de pensamientos que estorban.
En caso de avanzar, porque no queda otra alternativa que hacerlo, igualmente se mantiene un ancla hacia el pasado y angustias por la decisión alcanzada.
Ante esta vacilante postura, ¿cuál será la herramienta del EGO que aparecerá?

Por último está el cuadrante verde, de la maestría, de la experiencia, del poder.
Se sabe y se tiene confianza.
Se actúa con solvencia y eficiencia.
Se siembra para que, dadas las condiciones, se pueda cosechar el éxito y la satisfacción.
Se conocen las propias limitaciones, pero también las potencialidades y fuerzas. No se reacciona, sino que se acciona positivamente.
Sí, es el modelo para la construcción de shalom.
Pero, ¿alguna de las herramientas del EGO tiene influencia notoria aquí?

Cuando tengas asimilada la información que discretamente te comparto, te pediré que te tomes un tiempo para sacarte una “selfie” en el aspecto que desees de tu vida. Puede ser en tu relación familiar, en la laboral, en la estudiantil, en tus deberes para con el prójimo, en tu vínculo con el Eterno, en tus ejercicios físicos, en lo que tengas ganas de conocer más acerca de ti.
Tómate esa foto y encuentra a cual cuadrante corresponde.
Si quieres me cuentas aquí mismo, como comentario.

Tal vez, y solo quizás, con este entendimiento puedas dar un paso más en tu camino de bendición.