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Tazría y Metzorá מצורע–תזריע

 

Esta semana se leen juntas las parshiot Tazría y Metzorá. En ambas se trata el tema del afectado por la enfermedad de מצורע – metzorá.
Ésta era una antigua dolencia que se manifestaba con espantosas manchas y lesiones en la piel. Se la confunde con “lepra”, sin serla.
Según dicen los Sabios, en el Talmud (Erajín 15b), aparecía como resultado de la conducta gravemente negativa. Son mencionadas las siguientes imperfecciones en su origen: maledicencia, asesinato, inmoralidad sexual, falso juramento, arrogancia, robo y avaricia. Reconocemos que son acciones causadas por el יצר הרע – Ietzer hará (EGO) que controla a la persona.
A partir de esta enumeración, la tradición (midrash Tanjuma Metzorá), ha considerado que el foco principal es el מוציא שם רע – motzi shem rá, difamar, que es decir públicamente mentiras respecto de otro con la intención de perjudicarlo.

Quizás había algún virus, una bacteria, un hongo, o alguna lesión cutánea involucrados, pero el gatillo que disparaba la afección física era el uso de la palabra para agredir a otra persona.
Suena raro, ¿no?

Realmente no, si apreciamos el poder de la palabra.
Según relata la propia Torá, el poderío del habla es inmenso. Recordemos que el Eterno “habló” y el universo fue creado. Cada etapa de la creación era precedida por una locución de Dios.
A escala mucho menor, los hombres también podemos crear y destruir mundos a través del lenguaje. Una palabra amable puede animar al decaído, fortalecer al agotado, dar vida al abandonado. En tanto que una palabra destructora tiene la capacidad de derrumbar, echar abajo, angustiar, amargar.
Según dice el salmista: “¿Quién es el hombre que desea vida? ¿Quién anhela años para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, y tus labios de hablar engaño. Apártate del mal y haz el bien; busca la paz y síguela.” (Tehilim / Salmos 34:13-15).
¡Cuánto cuidado debemos poner al hablar!

Además, tomemos en cuenta que nuestra comprensión del mundo se estructura a través del lenguaje. De acuerdo a nuestro acervo idiomático será nuestra capacidad para percibir y relacionarnos con la realidad. Al respecto dijo Ludwig Wittgenstein : “Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mente”. Es decir, nuestra mente alcanza hasta donde nuestra lengua nos permite describir, delimitar, reconocer, nombrar.

Una persona que emplea esta herramienta poderosa para arruinar, para provocar el caos, para herir, necesariamente se está poniendo en una situación terrible. Causa el mal a otros, corrompe el entorno (natural o social), pero básicamente demuestra que está alterada en su interior. Carece de paz interna, está sofocada por el EGO. Esto es enfermedad a nivel moral, emocional, mental, social que contamina también al cuerpo.
Lo de fuera termina por mostrar lo de dentro.
Al decir de Miguel de Unamuno: “La lengua no es la envoltura del pensamiento sino el pensamiento mismo”. El pensamiento negativo, la palabra vil, la conducta perversa viste al cuerpo –la persona- de metzorá.

Somos amos de nuestro silencio y esclavos de nuestra palabra, ¡gran verdad!

 

 

Agujereando el alma

Había un niño que tenía muy, pero que muy mal carácter. Un día, su padre le dio una bolsa con clavos y le dijo que cada vez que perdiera la calma, que él clavase un clavo en la cerca de detrás de la casa.

El primer día, el niño clavó 37 clavos en la cerca. Al día siguiente, menos, y así en los días posteriores. Él niño se iba dando cuenta de que era más fácil controlar su genio y su mal carácter, que clavar los clavos en la cerca.

Finalmente llegó el día en que el niño no perdió la calma ni una sola vez y se lo dijo a su padre que no tenía que clavar ni un clavo en la cerca. Él había conseguido, por fin, controlar su mal temperamento.

Su padre, muy contento y satisfecho, sugirió entonces a su hijo que por cada día que controlase su carácter, sacase un clavo de la cerca.

Los días pasaron y el niño pudo finalmente decir a su padre que ya había sacado todos los clavos de la cerca. Entonces el padre llevó a su hijo, de la mano, hasta la cerca de detrás de la casa y le dijo:

– Mira, hijo, has trabajo duro para clavar y quitar los clavos de esta cerca, pero fíjate en todos los agujeros que quedaron en la cerca. Jamás será la misma.

Lo que quiero decir es que cuando dices o haces cosas con mal genio, enfado y deficiente carácter, dejas una cicatriz, como estos agujeros en la cerca. Ya no importa tanto que pidas perdón. La herida estará siempre allí. Y una herida física es igual que una herida verbal.

Los amigos, así como los padres y toda la familia, son verdaderas joyas a quienes hay que valorar. Ellos te sonríen y te animan a mejorar. Te escuchan, comparten una palabra de aliento y siempre tienen su corazón abierto para recibirte.

Las palabras de su padre, así como la experiencia vivida con los clavos, hicieron que el niño reflexionase sobre las consecuencias de su carácter.

Basado en relato de León Tolstoi

 

Reflexionamos juntos

1. ¿Cuál es la moraleja del cuento?

2. ¿Cómo lo relacionas con el comentario que hicimos de la parashá?

3. ¿Te pasó alguna vez que quisiste borrar algo que recién dijiste?

4. ¿Cuál te parece era la reacción de la gente al ver a un enfermo de metzorá?

5. ¿Por qué metzorá atacaba la piel y no algún órgano interno, que no fuera visible?

6. ¿Cómo podemos hacer para usar la palabra para construir shalom?

Sheminí – שמיני

Está escrito en nuestra parashá:

«No hagáis detestables (אל תשקצו) vuestras personas por causa de ningún reptil. No os contaminéis con ellos, ni os hagáis impuros por causa de ellos. Porque Yo soy el Eterno vuestro Elokim, vosotros os santificaréis; y seréis santos, porque Yo soy santo. No contaminéis vuestras almas…
(Vaikrá / Levítico 11:43-44).

Específicamente se está refiriendo la Torá a que la persona judía no ingiera partes de ningún reptil, porque esto “contamina el alma”, lo cual impide “ser santo, tal como Dios es santo”.
Recalco que es ordenanza para personas judías exclusivamente, al respecto de cuestiones vinculadas a la identidad espiritual judía, tal como el resto de las reglas alimentarias del kashrut que se citan en este capítulo y en otros de similar temática en la Torá.
Según comprobamos está escrito como introducción obligatoria al tema:

«El Eterno habló a Moshé [Moisés] y a Aarón diciendo: ‘Hablad a los Hijos de Israel y decidles que éstos son los animales que podréis comer… »
(Vaikrá / Levítico 11:1-2)

Y luego:

«Vosotros sois hijos del Eterno vuestro Elokim… Porque tú eres un pueblo santo para el Eterno tu Elokim; el Eterno te ha escogido de entre todos los pueblos que hay sobre la faz de la tierra, para que le seas un pueblo especial. No comeréis ninguna cosa abominable. Éstos son los animales que podéis comer…»
(Devarim / Deuteronomio 14:1-4)

Es importante tener en claro y en cuenta esta exclusividad dictada por Dios para los judíos.
Son reglas de la alimentación espiritual que rigen exclusivamente para los judíos, para los hijos de la nación que Él ha escogido para ser Sus siervos. No son preceptos para las naciones, no son reglas requeridas para los gentiles.
El gentil está perfectamente habilitado para comer cerdo, mariscos, pulpo, erizo, carne junto con leche, etc., puesto que la única ordenanza espiritual que los gentiles han recibido de Dios en lo que respecta a los alimentos es la prohibición de comer parte de animal que aún está con vida.
Me he encontrado con mucho gentil bien intencionado que pretende apropiarse de los mandamientos alimentarios del judaísmo, porque de esa manera pretenden sentirse o hacerse más espirituales. En los hechos, tal cual corroboramos con una veloz y comprensiva lectura de la Palabra de Dios, el gentil no está obligado a nada de lo que el judío está obligado en lo que respecta a la alimentación. En principio no hay ventaja espiritual o de otro tipo directa para el gentil que presuma de seguir la dieta alimenticia que Dios ha destinado para los judíos. (Aunque pudiera haber algún beneficio secundario, que no mencionaré ahora).
Así pues, el gentil que ama a Dios y anhela cumplir con Su Voluntad, no andará torturando su existencia al obligarse a seguir una dieta que le es ajena y no necesaria, ni presumirá de alcanzar grados de espiritualidad superiores por hacerlo, ya que no es parte de su herencia espiritual ni lo que Dios le demanda como estilo de vida. Es apropiado para el judío porque Dios lo ha decretado así. Seguramente que porque el alimento no kasher puede ocasionar algún desbalance en el sistema espiritual de la persona judía, pero no produce ningún efecto adverso en el sistema espiritual del gentil. Tal como el gluten afecta negativamente a la persona que padece la enfermedad celíaca, pero no altera a la persona sana. Tal como la gasolina común es la apropiada para el motor de combustión común, y el Diesel lo es para los motores a gasoil. Tal como Windows sirve para PC y no para las computadoras de Apple. No hay mejor o peor, sino lo que es acorde a las características de cada uno.
Si el gentil quiere comer kasher, bienvenido sea, pero que no se angustie si no lo hace, ni carcoma su corazón para hacerlo.

Ahora, retomando la primer cita que trajimos.
Vamos a realizar un breve análisis para aclarar conceptos y de esta forma alcanzar una mayor sabiduría y una mejor praxis.

¿Qué es contaminar el alma?
Más aun, ¿qué es alma?
¿Qué es ser santo?
¿Cómo se puede comprender esto en lenguaje moderno?

Comencemos explicando brevemente que נפש – “alma”, actualmente se define como energía vital, aquella que posibilita los procesos biológicos que nos sostienen con vida.
En el pasado se le atribuían cualidades místicas, porque el conocimiento científico, racional, mensurable, comprobable, era muy limitado y los antiguos no tenían cabal noción de la existencia de la energía y su relación con la vida. Sin embargo, en escritos de venerable data y valía se emplean en ocasiones imágenes, metáforas en donde se habla de luz, haces de luz, emanaciones, que son las maneras que los sabios de tiempos atrás podían expresar “energía”, pues la idea en sí estaba por fuera de su lenguaje y comprensión.
Por ser el factor esencial que determina la vida, se puede usar la voz nefesh para referirse al individuo (animal o humano), tal como a la persona.
Debemos hacer notar que alma no es idéntico a espíritu, si bien en ocasiones se confunden los conceptos.
Neshamá –espíritu- es una instancia diferente, asociada a la información propia de la persona, a sus recuerdos, experiencias, conocimientos, las huellas que se marcan por su pasaje por la vida. Es la neshamá la que perdura tras la muerte, la información que queda registrada y activa en la memoria celestial. Es la neshamá el nexo intenso que une al hombre con su Creador, así como con el resto del universo… pero, nos hemos desviado del tema central de este estudio (igualmente, de esto ya hemos explicado bastante en otras ocasiones, busca si deseas, seguramente encontrarás algo para ti).
Retornemos al recapitular: alma = energía.

Pasemos al siguiente vocablo que queríamos analizar.
תטמאו que tradujimos como “contaminen”.
¿Qué es טמא?
Generalmente se traduce como “impuro”, lo que lleva a numerosos mal entendidos, como por ejemplo la suposición de que se trata de algo sucio, inmundo, asqueroso.
Por ello escogimos “contaminar”, para darle más claridad al texto, mayor comprensión y practicidad, sin por ello perder el sentido original.
Contaminar, es alterar negativamente las condiciones normales.
Precisamente así se ha de comprender la voz “impuro”, en el contexto de la tradición sagrada.
Impuro es lo que está alterado en su armonía, lo que está fuera de su foco normal, siendo más precisos es lo que introduce muerte/caos en lo que debe contener vida/orden.
Por ello se llama “impura” a la menstruación, por ejemplo. NO por ser ella algo sucio, asqueroso, despreciable, ¡nada que ver con esto! Sino porque el cuerpo de la mujer ha perdido una oportunidad de procrear, se ha introducido momentáneamente la muerte (en potencia) al cancelarse la opción de traer una nueva vida.
Por ello lo más impuro que hay es un cadáver humano, porque se alteró al grado máximo la condición normal de vida.
Y sin embargo, el estar en estado de impureza no implica de por sí ningún pecado, no es un acto en contra del Eterno ni contra la persona (Ver “Moré Nebujim” 3:47).
Quizás cueste comprender un poco este concepto, por lo que es bueno releerlo, repensarlo, des-aprender las creencias antiguas y erradas para darse el placer de aprender lo que es bueno (busca en el sitio, encontrarás que ya trabajamos este tema también en otras ocasiones).

Si tomamos en cuenta lo que te expliqué recién junto a lo anterior, contaminar el alma puede entenderse como “desorganizar la armonía energética de la persona”.
O sea, provocar que la energía de vida no esté fluyendo en su máximo potencial.
Impedir que la persona alcance su mejor nivel de vida, de estabilidad, de salud multidimensional.
Recuerda, estar en estado de impureza, por el motivo que fuera, no es de por sí un pecado, sin embargo, ¡cuánto mejor se puede estar si uno se mantiene, o recobra, el estado de pureza!
Y, recuerda, pureza: estado de armonía energética. Estado en el cual no se introduce la sombra de muerte allí en donde solo debe haber luz de vida.
Si hay algo que te cuesta comprender, no sigas, por favor vuelve a leer y mastica el pan hasta que lo digieras con gozo y te de vitalidad y bendición.

Para ponerlo de otra manera, vivir de acuerdo al AMOR es vida, es pureza. Pasar por la vida esclavizado al EGO es muerte en vida, es lo impuro.
La persona que pauta su existencia de acuerdo al EGO, contamina su alma, la empobrece, la llena de oscuridad, se debilita, proclama la muerte en lugar de celebrar la vida. Son los que se aferran a sus máscaras del Yo Vivido, los que son títeres de sus caretas, ignoran su verdadero rostro o lo niegan, por lo cual están en estado de impureza, puesto que no tienen armonía multidimensional.
Por el contrario, los que conocen sus máscaras y deciden usarlas en concordancia con su Yo Auténtico, están doblegando a su EGO, están viviendo en realidad.
Cuanto más permitamos al EGO esclavizarnos, mayores manchas recubrirán nuestra Luz interior, menos energía tendremos disponible para disfrutar, para ayudar, para desarrollarnos.
Si nos aferramos al EGO nos hacemos detestables para nosotros mismos y para los demás. Aunque usemos el disfraz de bien adaptados, aunque nos crean exitosos, aunque tengamos cientos de excusas que demuestren nuestro control y poderío, en verdad nuestra alma está fuera de sincronía, suena como una orquesta enloquecida y sin director.
Es cierto, no debemos contaminar nuestras almas, no solamente con alimentos que no son apropiados, sino tampoco con conductas que nos hundan en el abismo, que nos mantengan en la celdita mental, a merced del EGO.

Ahora, regresemos a la primera de las citas que trajimos, porque queríamos comprender algunos de los conceptos.
Nos queda saber qué es “santo”.
Dentro de la tradición judía lo קדושsanto es aquello que es diferente y distinguido de lo corriente, de lo habitual. Precisamente por esto Dios es santo por excelencia, porque no hay nada ni nadie que se parezca o pueda ser semejante a Él. Tenemos el Shabat como día santo, porque es especial, sin par entre los otros días de la semana. Ierushalaim, es la ciudad santa, porque fue escogida para servir como único lugar para el Santuario del Eterno. El pueblo judío es santo, porque ha sido elegido por Dios para que sea Su pueblo de siervos, servidores, los que deben estar primeros en la fila para servirLo tal y como Él dictamina. Las exigencias de Dios para con los judíos es mayor, la severidad para medir sus acciones también, porque es una elección que conlleva mayor esfuerzo, más trabajo, más carga y responsabilidad y no precisamente mejores beneficios o licencias.
Asimismo, cada uno de nosotros está llamado a ser santo.

¿Cómo se consigue esta santidad personal?
Se puede ser santo por la conexión que se tiene con Dios y Sus cosas. Esto lo consigue el gentil al conocer y cumplir cabalmente con los Siete Mandamientos Fundamentales, que son el camino sagrado que Dios ha marcado para que las naciones sean santas, trascendentes, con sentido espiritual. Es un camino completo, pleno, perfecto. Es un camino marcado por el Amor y Sabiduría de Dios. Es la senda celestial que todo gentil debiera transitar si realmente anhela a Dios y desea serLe fiel, y por tanto alcanzar la santidad.
No es el judaísmo el camino para el gentil, sino el noajismo.
No está en las costumbres judías la identidad del gentil, ni su patrimonio.
Tampoco halla el sentido de su vida en las cuestiones de los judíos, sino que desarrolla su sentido de vida, su trascendencia, al construir Shalom en cada momento, desde dentro y hacia fuera. Al andar con fidelidad por la autopista del noajismo, diseñada y codificada por Dios mismo. Básicamente es una existencia signada por el AMOR y no por el EGO. Una conducta plena de bondad, de justicia y de fidelidad a Dios. Sin religiosidad barata, sin espectáculos bizarros, sin ropajes extravagantes, sin palabrería extraña, sin reuniones de murmuradores, sin diezmos a clérigos engordados por el vicio. Sino, AMOR, plenitud, solidaridad, altruismo, el bien propio junto al del prójimo. La Era Mesiánica cada día de vida, gracias a que nosotros lo hacemos posible con nuestras acciones.
El paraíso en la tierra, no por obra de milagros o gracia divina, sino como resultado de nuestro trabajo.

Por su parte, la persona judía debe andar por su propia senda, la del judaísmo, tratando de cumplir cabalmente con aquellos mandamientos que le conciernen dentro de los 613 que Dios ha dictado para el pueblo judío.
Cada uno en su propia senda, ambos con el mismo sentido y objetivo. Ni uno mejor que el otro, diferentes pero igualmente valiosos.

Aquel que no puede creer en Dios, que le cuesta compenetrarse con Su existencia o Presencia, aquel que ha sido criado sin Dios (el verdadero), no por ello está abandonado y sin “salvación”.
A Dios no le importa tanto que se crea en Él, sino que la persona se se comporte como Él quiere que sea. Si se cree y se Lo sirve directamente, ¡qué bueno! Si no se cree, si no se Lo sirve directamente… bueno… igualmente hay “salvación”, hay maneras de alcanzar un grado de santidad (sí, santidad incluso sin contar a Dios directamente en la ecuación).
¿Cómo?
También por la perfección de la propia conducta, esto es, a través de las acciones que estén en sintonía con lo que es bueno y justo, y por tanto marquen un contraste, una distinción con el vivir de forma ritual, automática, carente de sentido. Al hacer las cosas de manera consciente, con la voluntad de desarrollar nuestras potencialidades positivas, estamos siendo santos. Hay constructores de Shalom también entre los que no creen en Dios, o dicen no creer…
Al respecto de esta santidad dentro de lo mundano se extendió el gran maestro de generaciones, el venerable Rab Abraham Itzjac Kook, por ejemplo al enseñar que:

צריך שכל איש ידע ויבין, שבתוך תוכו דולק נר, ואין נרו שלו כנר חברו, ואין איש שאין לו נר. וצריך שכל איש ידע ויבין, שעליו לעמול ולגלות
את אור הנר ברבים, ולהדליקו לאבוקה גדולה ולהאיר את העולם כולו.

Es necesario que toda persona conozca y entienda que dentro de cada uno hay encendida una vela, y la vela de uno es diferente de la del otro, y no hay persona que no tenga su propia vela. Y es necesario conozca y comprenda que tiene sobre sí el deber de esforzarse para descubrir la luz de su vela para los demás, y hacer que arda como una gran antorcha que alumbre al mundo por completo.

Así es, dentro de cada uno está la neshamá pura, esa luz que nos conecta con el Creador, esa vela que alumbra sin pausa. Está en cada uno descubrirla, hacerla arder con fuerza, que irradie su presencia para todos. Por supuesto que la manera excelente es a través del conocimiento de Dios y de Sus mandamientos, por medio del cual el hombre encuentra la senda privilegiada para la perfección. Pero, si no se puede, si hay obstáculos emocionales/mentales/sociales, si algo impide a la persona reconocer a Dios (al verdadero, no a las fantasías producto del EGO que la gente llama “dios”), igualmente tiene dentro de sí la llama sagrada, igualmente puede alcanzar la santidad, una de menor grado, pero santidad al fin.
Y en Orot haTeshuvá 17 claramente enseña:

גם מתוך החול יגלה הקודש, גם מתוך החופש הפרוץ יבוא העול האהוב, זו תהיה הפליאה הגדולה של חזון הגאולה

También de dentro de lo profano se revelará lo santo, también de la libertad desinhibida vendrá el yugo del amor, está será la maravilla más grande de la visión de la redención.

Sí, de lo profano puede surgir lo santo. El desenfreno se puede canalizar para ordenarlo y hacer que mane la responsabilidad, el amor, el compromiso.
Si ocurre así, es una evidencia de la Era Mesiánica, cuando no se precisan de milagros ni actos prodigiosos para reconocerla, sino que por distinguir la supremacía del AMOR por sobre el EGO.

El ideal está en vivir con bondad, justicia y lealtad a Dios, pero si la persona no alcanza el grado de conocimiento de Él y de servicio a Él, en tanto sea íntegro con el prójimo, evapore en la medida de lo posible la tiranía del EGO, estará en el rumbo correcto, quizás no de plenitud (pues falta un nexo consciente con Dios), pero sí de bendición.

Visto lo cual, es necesario respetar al prójimo allí en donde está, ayudarlo a avanzar, rescatarlo del mal, no juzgarlo (aunque llevarlo a juicio de ser necesario, ante las autoridades competentes), pero tampoco podemos ser cómplices de la idolatría, del engaño, de la estafa, del crimen. Es una posición media, de bondad y justicia, la que no se afilia al EGO sino al AMOR.

Ahora que hemos analizado algunos conceptos básicos y fundamentales, estamos en condiciones para descubrir si hay formas de aumentar nuestra energía de vida al evitar cosas detestables, tales como conflictos y malestares innecesarios con nosotros mismos y con el prójimo.

Amor materno religioso

Hace un rato veo el siguiente mensaje en el chat de FULVIDA.com:

Invitado_4580 : Por favor me puede decir por qué razón cuando le participé a mi madre esta nueva forma de acercarme a Dios como lo es el noajismo, me mandó mucho al infierno? Sinceramente me dolieron sus palabras porque es mi madre.

Hacía más de siete horas que estaba publicado, la persona ya no estaba en línea para recibir respuesta, igualmente respondí como sigue:

Yehuda Ribco : hola invitado, que triste que una madre mande al infierno a un hijo porque éste desea servir a Dios con amor y respeto… que triste… oremos por su mama, para que esté libre pronto de las garras de la religión que la tiene esclavizada y enferma… ¡shalom!

Sí, ciertamente es una situación sumamente triste, lamentable, terrible, que no debiera suceder.
Pero…. sucede… ¡y cuánto!

Tenemos dos opciones a cada momento para escoger, y debemos hacerlo.

“Mira, Yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal;  pues te ordeno hoy amar al Eterno tu Dios, andar en Sus caminos y guardar Sus mandamientos, Sus estatutos y Sus decretos, para que vivas y te multipliques…”
(Devarim/Deuteronomio 30:15-16)

Por un lado está el EGO, con el sentimiento de impotencia por detrás, por lo tanto la desesperación, la angustia, el malestar, el miedo, el deseo de poder, la manipulación, la mentira, el engaño, la opresión, el ataque sin motivo trascendente, la destrucción, el afán por sentirse en control, la negación del prójimo, el pensamiento positivo falaz, la imposición de dioses en lugar de Dios, la veneración al EGO en cualquiera de sus formas y modos, la muerte en vida, el vacío, la perversión, la burla, la religión… la total esclavitud.

En el otro lado está el AMOR, con el sentimiento de valía, respeto, autonomía, sensibilidad, ética, pensamiento positivo del verdadero, la comunicación auténtica, responsabilidad, compromiso, altruismo, solidaridad, servicio a Dios, espiritualidad, construcción de shalom, conocimiento, plenitud de vida, hacer del mundo un paraíso, sembrar para el deleite eterno, equilibrio… la libertad multidimensional.

Lo más frecuente es escoger el EGO.
Sí, resulta extraño cuando uno se pone a ver las cosas desde una perspectiva amplia.
¿Cómo puede ser que la gente, tú y yo, andemos por la senda de la oscuridad, del dolor, del malestar, cuando tenemos al alcance la senda de la Luz?
Realmente cómo puede ser, no interesa tanto ahora responderlo, sino constatar que es así.
Vamos por la vida estrechos, apocados, empobrecidos, disfrazados, sufrientes, esclavos, bajo el imperio del EGO, siendo que tenemos al AMOR al alcance de la mano.

Como una madre, capaz de maldecir con el peor de las maldiciones a su hijo por el simple “pecado” de que este escoge a Dios y no a un ídolo, prefiere ser libre y no esclavo, declara su deseo de ser pleno y no una sombra muerta en vida.
La madre esclava del EGO no tolera siquiera el amago del hijo para ser liberado por el AMOR.
Lo retiene, le corta las alas, le coarta el alma, le impide la plenitud, lo manipula, le inyecta terrores hacia lo inexistente, lo infecta de religión, le mata… le mata…

Este es uno de los tantos resultados de pasar la vida encerrados en celditas mentales, adorando al EGO, siendo religiosos.

Tú puedes mantenerte en el mismo rumbo de oscuridad, es tu elección.
O puedes salir del rebaño, no ser más una de las ovejas que ciegas siguen la mentira.
Te traerá enemigos, gente que murmurará, tu propia familia te rechazará porque para ellos es más valioso el castigo del EGO que la caricia del AMOR.
Puedes volver al rebaño, llenarte de drogas, perderte, esconderte, puedes volver a tu celdita… tantos lo hacen a diario… apenas si unos pocos son los que despiertan y se mantienen conscientes.

Al final de cuentas, cuando toda la payasada terrenal culmine, cuando sea hora de presentar facturas ante el Creador, ¿qué excusas tendrás si has pasado tu vida bajo el EGO en lugar de llevado por el AMOR?

El Noajismo en tu vida cotidiana

Podemos suponer el camino espiritual de las Naciones como una cosa meramente “de Dios” algo francamente alejado de nuestra vida cotidiana, sin embargo de acuerdo al artículo que te copio y pego más abajo, las cosas no son así, muy al contrario estos hábitos tienden al crecimiento y perfeccionamiento del ser humano.

¿Qué tienen en común la infidelidad y una entrevista de trabajo?

Recientemente, la línea divisoria entre la vida personal de una persona y su vida laboral se a difumado. Una década atrás, el enfoque era diferente. Si una persona era infiel frecuentemente a su esposo(a), si era aficionado(a) al juego, si tenía problemas de drogas o alcohol, incluso si era violento hacia su familia, muchos considerarían esa actitud propia de su vida personal, y no tenía incumbencia con su vida laboral.

En una encuesta realizada hace no mucho en los estados Unidos por la Sociedad de Administración de Recursos humanos, se encontró que el 80% de 371 Gerentes de Recursos Humanos que participaron en esta encuesta piensan que sus organizaciones deben tomar en cuenta el comportamiento del candidato en su vida personal, fuera de las horas de trabajo, al momento de tomar decisiones de contratación o de promoción interna para el caso de empleados.

La pregunta debe ser realizada: Es la ética personal y la ética en los negocios dos caras de una misma moneda, ¿o son manifestaciones de diferentes características?

Marvin Zuckerman, un psicólogo de la Universidad de Delaware, ha identificado características personales que afectan la manera que una persona se comporta, tanto en privado como en su vida laboral. El tipo buscador de sensaciones, busca nuevas experiencias en cada actividad que realiza, y tiende a tomar riesgos con el fin de satisfacer esas necesidades. La investigación encontró conexiones cercanas y elementos en común con varios tipos de comportamiento, por ejemplo, adicción a drogas o alcohol, libertinaje sexual y frecuencia en el juego. Lo que estos comportamientos tienen en común es la búsqueda de emociones.

 Si la necesidad por emociones se manifiesta en la esfera profesional y ocupacional dependerá de la situación y de la existencia de otro rasgo: que el individuo pudiera ser anti-social. Si es del tipo que busca sensaciones significa que es también una persona social y elegirá una profesión y cargos que satisfagan su necesidad de cambios constantes.

Están aquellos que reprimen sus rasgos en el trabajo, pero los liberan después de la jornada laboral, cuando se van a casa. Aquellos con rasgos anti-sociales, esto es, quienes carecen de la voluntad o capacidad de adaptarse por ellos mismos a las normas socialmente aceptadas, les produce satisfacción el cometer violaciones en el ámbito ocupacional así como otros actos criminales.

 La encuesta muestra que la mayoría de los buscadores de sensaciones no es anti-social; sin embargo, la mayoría de la gente anti-social necesariamente también es buscador de sensaciones. A partir de estos rasgos de personalidad y características, sería muy útil si se pudiera saber por anticipado cómo se comporta un candidato en su vida personal, de modo de evaluar su adaptabilidad a una posición o cargo.

 Sin embargo, la mayoría de las empresas están al tanto de la dificultad de indagar en la vida personal de un candidato al momento de su evaluación, y tal vez investigar sobre la vida personal de un candidato no esté permitido debido a los derechos de privacidad. No obstante, la acepción básica es que un empleado se comportará en el futuro próximo exactamente como se comportó en el pasado inmediato. Más aún, esa relación existe entre su comportamiento en el lugar de trabajo y sus patrones de comportamiento después del trabajo.

  * Por Ishayau (Sigi) Horowitz

 Se está descubriendo (o dando a conocer) que las prohibiciones estipuladas por el Eterno dentro de cada uno de los 7 Mandamientos Universales son aspectos que más allá de básicos son fundamentales para poder llevar una vida de productividad, así como de realización, en cualquier aspecto de la vida, en este caso en particular en el ámbito laboral, es muy interesante que una persona que transgrede el Mandamiento de “No relaciones sexuales ilícitas” como está expuesto más arriba, no es un candidato que digamos apto para ocupar un puesto en alguna organización, por la inestabilidad de su lealtad así como de su integridad, y vemos que las actitudes tanto fuera como dentro del trabajo “están casadas” y no existe una clara línea divisoria entre ambas, y bueno no es nuevo que nos demos cuenta que lo que el Creador del mundo ha estipulado como incorrecto afecte cada una de nuestras esferas en las que nos movemos día a día.

 ¡Noajismo puro es lo que necesita el mundo amigos!

 ¡Hasta luego!

 Fuente: http://www.midotsystem.com

Santo remedio

Eres impotente, ¿tienes alguna duda?
La sombra de la máxima impotencia te sigue a todas partes, tu propia muerte.
Puedes hacerte el distraído, negarla, delirar con reencarnaciones o vidas más allá de tu extinción, como sea, eres impotente.
Te guste o no, a nadie le interesa, nadie te pregunta, la muerte no te pedirá permiso tal como la vida tampoco te lo solicito.
Contra tu voluntad viniste aquí, contra ella te irás.

Oh, sí claro que sí, eres impotente.
En las grandes cosas, pero también en las que piensas que dominas y controlas.
De hecho, cuando más crees controlar, es porque más terror tienes al descontrol, al no poder.

Tu sentimiento de impotencia te lleva al miedo y al deseo.
Todo miedo es miedo a la impotencia, todo miedo deriva de allí.
Todo deseo es deseo de poder, todo deseo deriva de allí.
Entonces nos revolvemos, revolcamos, enviciamos, desesperamos por ansia de dominio, sobre ejercicio del control, que nos lleva al caos, al fracaso, a sentir la impotencia, a hacerla real.

El miedo y el deseo pronto nos llevó a la invención de dioses, religiones, crímenes, sistemas de dominación, mentiras, corrupción, superficialidad, fanatismos… en fin, todo lo que hace de la vida un mayor tormento, pero a veces da esperanzas de ser salvado del naufragio final y total… ilusiones…

Estamos entonces en el exilio, lejos de nuestro hogar.
Echados del paraíso por nuestras propias acciones.
Sufriendo como condenados en un infierno constante, que nosotros ayudamos a crear.
No, no construimos shalom.
Preferimos disfrazarnos de lo que no somos ni seremos, usar caretas, confundirnos con los personajes del Yo Vivido, porque el EGO se interpone en nuestra unificación con el Yo Auténtico.

Ah, si desplazáramos al EGO.
Si simplemente lo usáramos para la función que fue creado con sabiduría.
Si corriéramos el espeso velo que el EGO impone en nuestro ser.
Si dejáramos de estar encerrados en nuestra celdita mental.
Si dejáramos de anhelar sin hacer nada, soñando con Mesías, repitiendo como lelos acerca de redención, aplaudiendo a los Cielos para reclamar la Era Mesiánica, pero sin hacer nuestra sagrada parte, sin cumplir con nuestra tarea, sin ser constructores de Shalom.

Mírate.
Sé tu propio testigo, observa tu pensamientos (que dudosamente sea TUYO realmente, más bien de otros que tú adoptas y con el cual te mimetizas), atiende a tus emociones, no juzgues.
Solo sé testigo.
En silencio.
No luches, no pretendas demostrar tu dominio, porque no lo tienes.
Solo enfócate en tu interior.
Descansa.
Relájate.
Te dije que no juzgues…
Calma.
Mira pasar las ideas, no te ancles en ninguna.
Deja que fluyan las emociones, que fluya… eres un observador al costado del río que pasa, solo miras, y pasa, sigue pasando.
No te detienes en nada, no te sumerges, no te hundes, no te quieres imponer sobre nada ni nadie.
Estás ahí, en pasividad activa.
Atento, enfocado, en silencio.

Si tienes constancia en este ejercicio, dejarás de vivir reaccionando, saltando ante los estímulos, de ser discípulo del EGO.
Serás un observador preparado, entrenado.
No un luchador debilucho que se cree en posesión de poderes mágicos, capaz de vencer imaginarios gigantes cuando ni siquiera puede triunfar sobre enanos reales.
El EGO no te gobierna, porque no luchas en su contra, porque no te opones, pero tampoco acatas sus órdenes.
Solo lo miras, lo reconoces, le das su lugar para que no siga inquietando para llamar la atención.

Desde lo profundo de tu santidad esencial, de lo más sagrado que hay en ti, puedes hacer surgir la llama del AMOR, que no se extingue, que es capaz de erradicar el poder del EGO.
Te abres al prójimo, con generosidad sincera, sin esperar nada a cambio.
Le das una mano, le escuchas cuando precisa ser escuchado, le tienes paciencia, cooperas con él, eres solidario, no lo juzgas, no lo sometes a presiones, no negocias con él, no manipulas, no demandas, no te decepcionas, sino que haces lo bueno y justo sin esperar nada a cambio.
No, no eres un benefactor infinito, por tanto pondrás límites, porque éstos son buenos, justos y necesarios.
También recibirás lo que te corresponde y precisas, sin sentirte por ello abusador, codicioso, pecador.
Estás aquí para gozar de lo permitido, recuérdalo.
Hay gozo en el dar generoso, pero también en el recibir sin pompas.

Actúas con solidaridad, aunque una voz en ti te condene por ello.
Aunque te vean o veas raro por ser demasiado bueno.
Es el EGO que no quiere dejar de gobernar, no hagas caso, recuerda ser testigo, admitirlo, aceptar su presencia, pero no luches, déjalo solo que se extingue por sí mismo.
Tú conoce lo tuyo, ámalo, cuídalo y haz tu parte.

Que tu pensamiento, tu palabra, tu acción, tu sentimiento y tu ser se unifiquen.
Eso es construir Shalom.

Clave de alegría

Armonía entre nuestras dimensiones.
Que el Yo Vivido esté en sintonía con el Yo auténtico.
Unificarnos.
Conectarnos con nuestra esencia y así contactarnos realmente con Dios y con el prójimo.
La sincronía de todos los planos que conforman lo material con lo espiritual, siendo éste la guía, la Luz que alumbra el camino a seguir.
Que las decisiones sean tomadas desde el amor y no desde el EGO.
Que se tomen decisiones y no meramente se reaccione.

La alegría sincera se encuentra al actuar de acuerdo al propio ser espiritual.
La alegría sincera se produce cuando se vive bajo la Luz de la Vida.
Las mentiras, los engaños, las falsas identidades, las apariencias, las actuaciones teatrales en el escenario del mundo, son manchones que tapan la Luz, impregnan de pesar el alma. Llevan al sufrimiento, a la desesperación, al exilio, al “pecado”.
No es la prohibición, lo que no te está permitido, lo que te angustia, sino el deseo por lo prohibido, el tomar lo ajeno, el disfrazarte de quien no eres.

En lo prohibido no encuentras la dicha, aunque provee de cierto deleite sensorial. 
La satisfacción no está en sumar cosas que no te pertenecen, aunque podemos sacar rédito de ellas. 
Tampoco en vivir de acuerdo al deseo de otro, al mandato de otro, al aplauso de otro, a la aprobación de otro… ni siquiera si ese otro eres tú en el exilio, ignorante de tu identidad esencial, en desarmonía.
Serás feliz cuando te encuentres, te ames, te respetes, te cuides.
Cuando admitas tu ser espiritual como el señor de tu palacio interno y ya no más al EGO.

Al morir

Los que parten del mundo dejan aquí sus posesiones, títulos, propiedades, amistades, familiares, cuerpo.
Quedan de este lado también los recuerdos en aquellos que fueron influidos por su presencia.
Y continúan aquí las acciones (buenas o no), así como los efectos en cadena a partir de ellas.
Casi todo queda en este mundo, para ser reciclado, para ser absorbido, para ser continuado, para reintegrarse y volver a ser.

Pero hay algo que parte, se va, no se ancla al mundo, el espíritu.
La esencia de cada uno retorna a la Fuente de Vidas.
El espíritu con la información (teórica y práctica) recogida en cada instante de existencia mundana.
Se podría decir que los difuntos se llevan consigo sus recuerdos, todos ellos, hasta los que el cerebro tenía escondidos u olvidados. Memorias de datos, pero especialmente de experiencias, de vivencias, de todo eso que permite experimentar la multidimensionalidad del ser humano y que no tiene cabida en una existencia de solo espíritu.

Los que han partido están en un mundo sin cuerpo, sin cambios, sin tiempo. Es todo tiempo y todo lugar, y ninguno a la vez.
Es un lugar que no ocupa lugar, un tiempo que no corre.
Es, sin dudas, una realidad alternativa y diferente a la que nuestros sentidos nos brindan, a la que nuestro cerebro puede alcanzar a comprender.
Es un mundo hecho de información, de todo tiempo y lugar, de cada ser vivo.
Un mundo de unidad.
No hay separación física ni temporal, todo es unidad.
En lo espiritual la separatividad se manifiesta por la falta de armonía, por el desequilibrio.

Siendo así, cuando la persona ha logrado unificar su existencia aquí, encuentra placer allí.
Esa es la idea madura que subyace a la infantil imagen de “premio y castigo” en el más allá.
El castigo es consecuencia de la separatividad, del desequilibrio, del exilio, de la falta de conexión consigo mismo y por ello ruptura con Dios y el prójimo.
El premio, por su parte, es consecuencia de la armonía del ser, de sintonizar el Yo Vivido con sus múltiples caretas al faro sagrado del Yo Esencial.
Si ha trabajado su ser para armonizarlo, se ha quitado las cadenas del EGO de encima, ha despertado su conciencia, se ha unificado entre sus dimensiones, entonces ha conseguido aquello que le brinda el máximo placer en la eternidad.
La clave sagrada para el despertar de la conciencia y la unificación es el vivir con bondad, justicia y lealtad. Es el estar siempre dentro del marco de los mandamientos que de acuerdo a Dios corresponden a cada uno (siete para los gentiles, 613 para el pueblo judío).

Cuando la persona que parte ha quedado en desarmonía, sus recuerdos acumulan oscuridad, sus emociones están cargadas de negatividad, su Yo Auténtico empalidecía debajo de multitud de máscaras de falsedad, el EGO era su amo, entonces tiene que pasar por un proceso de refinamiento, de hasta once meses terrestres, un curso acelerado de corrección.
No es un infierno, no es un limbo, no es un purgatorio, es un estado espiritual de "fermentación", de depuración, hasta que los recuerdos pierdan su carga emotiva negativa, y pueda poner en armonía lo que no pudo lograr en vida.
Luego, se conecta en armonía a la Fuente de Vidas, a la unidad completa.
Hay pleno conocimiento, conciencia.
Esa es la existencia en paz.

¡Para ti, que has sido violentada…!

“Desde que tengo memoria, no he tenido un solo día de felicidad, cambiaría todo si pudiera por un día, uno solo,… no un momento sino un día completo para ser feliz”…

Me quede allí sentada escuchando una historia que estremecía mi ser mientras intentaba comprender el dolor y las lágrimas de una joven que apenas alcanza la mayoría de edad.

Por un instante,  quise conectarme con su ser esencial, que salió a gritos para hablar,  para dejar de contenerse y de ser contenido, para decirle a ella, no a mí; que es tiempo de sanar, y de alcanzar esa felicidad que hasta ahora ha sido tan esquiva, y que el Ego, ha sabido usar para mantener allí constantemente su poderío, su dominio, para  aumentar su impotencia y acrecentar sus miedos y temores,   llevándole  incluso a estados autodestructivos y nocivos para su vida.

Su  “yo vivido”  está marcado por profundas  heridas,  que han creado muchas máscaras producto del abandono, de la separación de sus padres, de abusos sexuales de familiares y desconocidos, la burla, la desatención, la indiferencia, la escasez, el maltrato físico y emocional,  en fin una historia muy larga y  muy triste…

Le decía, que había “algo” que no le habían quitado, algo puro, sagrado, bello, intocable, ese lazo, esa chispa que nos une al Creador, y que se convierte en un bálsamo real, verdadero  para sanar, para curar, para armonizar lo que somos, y para continuar viviendo.  Ella precisa ayuda profesional, pese a su negativa inicial, de recibir ayuda, una respuesta muy usada por el ego para mantenerla sumida en la impotencia a una persona.

Este vídeo, lo preparé para ella, para “un caso” de los miles y millones que hay en el mundo; un mundo que ha hecho caso omiso  a las sencillas normas de vida que nos ha dado el creador, un mundo que sería el paraíso terrenal si tan sólo volviéramos nuestros ojos a lo realmente importante.

Si  eres una persona que ha sido violentada física y emocionalmente, éste mensaje es para ti:

Busca ayuda profesional, pero no busques ni creas  esas cosas que no salvan, que no ayudan, pero que disimulan tu impotencia, que ofrecen pociones ó remedios mágicos, que te dicen que repitas lemas sin sentido, y que en ultimas no harán más que camuflar tu alma y acrecentar tu dolor; quítale poder a tu ego (aquel que acrecienta tu impotencia),  comunícate, habla, y ten  presente que lo más valioso aún está en ti.

Amigos, difundamos el noajismo, el mundo entero está enfermo por la ausencia de él.

Un abrazo, y que sepamos construir shalom!


Tu poder MESIÁNICO

Sentirse impotente, serlo, es una constante en nuestra existencia terrena.
Realmente nuestro poder personal y colectivo es limitado.
Somos dependientes, frágiles, minúsculas partículas de polvo estelar que a veces cobran conciencia.
Somos infinitos espíritus pero reducidos a un pasar efímero, corto, pobre.

Para irnos acomodando nos vamos probando máscaras, vistiendo uniformes, cosechando trofeos, poseyendo, teniendo, creyéndonos nuestros propios cuentos, sufriendo, reclamando, quejándonos, padeciendo, viviendo de lo externo porque tememos a aquello que está en lo profundo.
Así vamos haciendo nuestra vida. Así dejamos correr el tiempo, hasta que llegamos a la tumba siendo desconocidos de aquel que está en el espejo.
Sumergidos en el Yo Vivido, alejados de la conciencia de nuestro Yo Auténtico.
Nos inventamos excusas, somos maestros en eludir, en negar, en olvidar, en imaginar alternativas que nos escondan a la conciencia de nuestro ser.
Tal cual la primera pareja humana hiciera:

«Cuando oyeron la voz del Eterno Elokim que se paseaba en el jardín en el fresco del día, el hombre y su mujer se escondieron de la presencia del Eterno Elokim entre el árbol del jardín.»
(Bereshit / Génesis 3:8)

Incapaces de confrontar su conciencia, hundidos en el miedo provocado por la impotencia, tras esclavizarse al EGO, así hicieron. Se ocultaron entre los árboles, se escondieron, trataron de no ser vistos, como si pudieran huir de Dios, como si los ropajes externos y las riquezas pudieran silenciar la voz sagrada de la conciencia que retumba en el interior de nuestro ser.
Allí, en nosotros, como parte nuestra, en la parte más sana de nuestro ser, está la voz que constantemente nos habla, nos bendice, pero nosotros optamos por oír otras cosas, hacernos los distraídos, narcotizarnos, perdernos. Por ello, estamos en el exilio, en la diáspora, en el destierro, fuera de nuestro hogar.

Estamos en exilio.
Porque nos sentimos impotentes fue que marchamos al exilio.
Nos mantenemos en el exilio porque hacemos esfuerzos para sentirnos en casa, cuando no lo estamos.

Si aprendiéramos a conectarnos con nosotros mismos, a armonizar nuestras diferentes instancias, a que el Yo Vivido no estuviera chocando y negando al Yo Auténtico, si dejáramos de lado las excusas, si no tuviéramos más religiones sino espiritualidad, si… si esto ocurriera, sería el fin del exilio, el inicio de la Era Mesiánica, personal y colectiva.
Porque, tenemos el poder.
Dentro de nuestra limitada existencia, en la finita vida del hombre, éste ya tiene poder.
Por supuesto que no el de Dios, ni de estar por encima de todo, ni de la auto suficiencia; somos y seremos dependientes, la cuestión no está en negarlo ni en fantasear con estados de existencia mágicos.
Como ciertamente describe Maimónides para la Era Mesiánica:

“No supongas que el Rey Mashiaj debe realizar milagros y maravillas, provocar nuevos fenómenos dentro del mundo, resucitar muertos, o realizar otros hechos similares… No debemos suponer que en los Días del Mashiaj (Era Mesiánica) se anulará algo de la naturaleza del mundo, o que habrá alguna innovación en la Obra de la Creación. Sino, el mundo continuará según su modelo… Nuestros sabios enseñaron: (Talmud Berajot 34B) no habrá ninguna diferencia entre el mundo actual y la era de Mashiaj excepto (nuestra emancipación de) la subyugación a las naciones. ”
(Mishné Torá, Leyes de los Reyes, Cap. 11: Ley 3, Cap. 12: Ley 1, 2)

Así pues, el fin del exilio, personal y colectivo, no conlleva cambios fuera de lo que es natural.
Fuimos, somos y seremos dependientes, limitados, impotentes, es bueno saberlo, reconocerlo y no por ello hundirse en la desesperanza, escapar con el EGO hacia el exilio, tal como venimos haciendo.
Solo Dios, repito, solo Dios es todopoderoso, independiente en absoluto.
Hasta el esperado rey de Israel, el Mashiaj, será un hombre, restringido a su condición de tal. Poseerá capacidades exquisitas, será muy sabio, muy comprensivo, muy refinado, pero solo un hombre. Con mucho poder, la que da el liderazgo, la que brinda la inteligencia aplicada al bien, la de la Torá, pero también con las flaquezas de todo ser humano. Nacerá, llorará, tendrá apetito, padecerá frío, se quedará dormido, le dolerá quizás una muela, se enfermará… será un hombre, muy bueno, muy justo, muy sabio, muy leal, un ejemplo, pero un hombre.
Lo dice claramente Maimónides, lo codificó como ley.

Te repito, en nuestra acotada existencia, YA contamos con el poder.
Tampoco es el ilusorio poder, la apariencia que brinda el EGO de dominar a los demás por medio de manipulación, ni el de la violencia, ni el de la imposición agresiva, ni el del autoritarismo en cualquiera de sus formas. Ya que este aparente dominio que surge del EGO no es poder, sino juego de poder, apariencia, delirio, enfermedad, impotencia trastornada en supuesto poder.

Es bien otro el poder que está en ti.
Es el de la conexión espiritual, el de tu ser esencial, el de tu espíritu.
Es el que te conecta constantemente con Dios, y a través Suyo con todo lo existente, en todo tiempo y lugar.
Es el poder de estar en paz contigo mismo y con el prójimo.
Cuando aprendes a armonizar tu existencia, a ser uno contigo, estás en camino de ser uno con el otro, uno con Dios.
Allí resplandece la Luz de Vida, el poder.
Se expresa por medio de la conducta bondadosa y justa, cuando haces el bien a otra persona sin esperar nada a cambio.
Cuando bendices en lugar de enfadarte, cuando le deseas buen día incluso a aquel que te molestó.
Cuando te arrepientes y reparas el daño que has ocasionado, y llevas a reparar y al arrepentimiento al que te lesionó.
Está aquí y ahora, que es el único tiempo y lugar que existe. No está en el pasado, ni tampoco en el futuro. No está en otro, ni siquiera en grandes sabios, sino en ti. Es TU esencia, tu conexión sagrada con Dios, que nadie más tiene, que nadie más puede hacer resplandecer. Es TU poder sagrado.
Cuando escoges la vida, y actúas para promoverla.
Cuando siembras alegría en otros, seguramente cosecharás alegría tú.

Conoce tus máscaras, aprende a usarlas y no a que te usen.
Toma conciencia del EGO actuar en tu vida, no te opongas a él, pero tampoco le sigas el paso.
Deja fluir las insinuaciones del EGO, deja que te haga sentir impotente, no luches en vano.
Enfócate en aquello que es bueno y justo puedes hacer.
Encuentra tu ser, ámalo, cuídalo, estarás en la plenitud de tu poder.

Para ayudarnos a comprender, compartir y experimentar esto, te pido que comentes, compartas con tus amigos y redes sociales, pero especialmente que lo lleves a la práctica.
El que se beneficiará, eres tú.
Puedes salir del exilio y ayudar a que el mundo avance hacia la Era Mesiánica.