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El gurú poderoso

El EGO en su origen es un mecanismo de supervivencia.
Llama la atención del exterior para recibir nutrición, atención, cobijo, resguardo, seguridad, entre las necesidades básicas a satisfacer para mantener con vida al sujeto.
En caso de que las sensaciones de impotencia no sean resueltas a instancias de las herramientas activas (llanto, gritos, pataleo), el EGO pone en estado de letargo al niño, lo desconecta de la realidad, para no padecer más de la pesadilla de morir en vida, de ser impotente en extremo.
Sin dudas, el EGO es nuestro mejor amigo cuando somos pequeños.

Con la maduración del organismo, del sistema nervioso, de los mecanismos de percepción y motrices, a lo que se conjugan las experiencias de relacionamientos, el niño va modificando paulatinamente sus conductas. Sigue el EGO en el ejercicio del dominio, pero se supone que las nuevas conductas reemplazan a los llamados salvajes de atención, al desenchufe de la realidad.
Eso es lo que es esperable.
Sin embargo, el EGO no deja de ejercer su dominio, por tanto se continúa actuando de modo tal de sentirse morir, ser destrozado, sufrir horrendamente, si es que no se obtiene la satisfacción que el EGO considera suficiente…. y nunca es suficiente para el EGO.

El EGO promoverá situaciones de auto-humillación, fracasos, boicoteos a sí mismo, flaquezas, pereza, distracciones, y otras actitudes y acciones que sometan a la persona a una constatación de su impotencia, real y fantaseada.
El hombre se sentirá culpable, desilusionado, inútil, en falta, pecador, vencido, vejado, humillado, nada, ninguneado, porque así lo determina el EGO desde la oscuridad del inconsciente.
Entonces, aparecerá el EGO como el amigo de antaño, como redentor, como salvador, como camino hacia la vida, como la luz, como la verdad, como un buen padre, como un gurú, como un rabino sabio, como un anciano en días, como un dios, como un emisario del cielo, como un consejero prudente, como un aliado, así aparecerá el EGO, puesto que la persona que se siente abatida y como un cero recordará el poder del EGO, que lo salvó en el pasado remoto y tendrá “fé” en que sus promesas serán confirmadas nuevamente.
Es un engaño vil, lastimoso, terrible, letal, pero que funciona a las mil maravillas.

El EGO también puede recurrir a inflar el ánimo de la persona, a llenarlo de ideas de grandeza, a hacerle creer que es súper-poderoso, a que es el centro del mundo, a que tenga la convicción de que el universo está para servirle a él, de que Dios es un esclavo que correrá a cumplir sus clamores. Sí, también el de enorme ego está bajo el dominio del EGO. Porque en el fondo, si se rasca las máscaras y se encuentra al niño interior, veremos a un chiquito escuálido, pobrecito, desnutrido, desamparado, lloroso, mendigando un poco de dignidad algo de atención.

Así andamos por la vida, con la autoestima desbalanceada, humillados u orgullosos, derrotados o con apariencia de más que vencedores, eternos culpables o perfectos señores, cuando en realidad son todas máscaras, mandatos, dictados del EGO para que la persona siga desconectada de su Yo Esencial y solamente se crea las ilusiones de su Yo Vivenciado.

Andamos sintiendo impotencia, que escondemos como mejor podemos.
Andamos manipulando a diestra y siniestra, para sentirnos un poco mejor, pero terminamos más hundidos.
Estamos como huérfanos, exiliados de nuestra patria.
Nos vemos asfixiados ante palabras tales como compromiso, lealtad, responsabilidad… ¿cómo serlo si sinceramente nos creemos menos que un insecto muerto?

Se siente realmente el espanto, pero se maquilla y disfraza.
Se patalea, se manipula, se vive de apariencias, hasta uno mismo se las cree para no caer en el pozo del dolor.

De este sentimiento de impotencia inicial, más sus consiguientes confirmaciones causadas por el EGO al poder, es que se aprovechan los “gurúes” para dominar a sus seguidores.
Gurúes de todo color y tipo, misioneros, pastores, seudo-rabinos, cabalisteros, jasideos, crísticos, morés, babas orientales, líderes religiosos, sectarios, templarios, pelafustanes que son más o menos hábiles traficantes de la fe.

El gurú se encarga de ponerse en un sitial de privilegio, muy por encima de sus fieles, allí en donde nunca podrá ser alcanzado.
Sus palabras son sagradas.
Sus actos son incuestionables.
Sus decisiones son mandatos divinos.
Su poder es incomprensible.
Sus enseñanzas son de veneración y repetición, aunque huecas y peligrosas.
Hereje es aquel que se atreve a cuestionar aunque sea un detalle.
Maldito es el que duda.
Pecador es el que no cumple con la orden dada por el gurú.
Desterrado es quien osa contradecir.
Malvado es el que ha tomado conciencia de su propio EGO y de las manipulaciones de todo tipo que ejerce el gurú para seguir dominando.

El gurú exige obediencia completa.
Se lo debe de imitar, pero sin la esperanza de alcanzarlo, mucho menos de sobrepasarlo.

El líder está arriba de un pedestal, es un ser de luz, es sagrado, es divino, es un profeta, es un enviado, es el amo de la revelación, es el que maneja el destino, es el que tiene el poder.
El gurú es la personificación del EGO interno.

El gurú es otro títere del EGO propio, que en su inestable mente y corazón juega a representar el papel de una divinidad, pero no es nada más que un títere de su EGO.
Pero se vende como avatar de la divinidad, poseedor de las llaves de la sabiduría, señor de los misterios, virtuoso de los palacios celestiales, un ángel entre simples mortales, un milagroso curandero.

El gurú, por propia incapacidad, y adrede, emite mensajes abstrusos, oscuros, de apariencia profundo, que nadie puede decir con claridad qué quiso decir el maestro.
Usará parábolas, metáforas, símiles, palabras, frases, ecuaciones, citas, comentarios que nadie podrá entender, y los que creen comprender es solo su fantasía.
Adrede hacen así, pues cuanto menos se capta el mensaje, más profundo y brillante parece.

A diferencia, los maestros de la verdad hablan en idioma de hombres y cuando tienen que explicar algo complejo lo llevan al nivel de su audiencia. Los maestros de la Luz no precisan del circo y de hacer sentir imbéciles a sus estudiantes, pues no es el EGO su motor sino el deseo de compartir el conocimiento.

El gurú prohíbe lo que es lícito, impone barreras de insatisfacción constante, castra a sus seguidores masculinos pero se aprovecha de sus seguidoras.
Al mismo tiempo puede permitir ciertas facetas de lo que es prohibido (por Ley espiritual, por ley civil o por ética).
Compruébalo tú mismo, indaga acerca de sectas y verás cómo operan.
Luego mira a ese que se hace pasar por rabino, por maestro, por iluminado, por gurú, por profeta, por cabalista, por canalizador energético, míralo y verás (si tu EGO te lo permite) que te estoy describiendo el lugar en el que te encuentras, cómo vives, como te mortificas al seguir a ese farsante que tu adoras como un dios.

El gurú te dirá que Dios no hace distinción entre gentiles y judíos, por lo que la Torá, la Cabalá, el patrimonio de Israel es común para todos.
El gurú te convencerá de que cuando él se acuesta con tu esposa es por el bien de tu familia.
El gurú te demostrará que si le das tu dinero a él, tú serás rico aunque ahora nades en miseria y hambre.
El pastor te dirá que si no tienes hijos es porque eres un pecador y no tienes remedio, estás maldito. Pero si él no los tiene, es porque es un hombre consagrado que no puede mezclar su simiente con el materialismo del mundo.
El pastor te prohibirá tener un Blackberry pero le comprará uno a cada uno de sus hijos.
El gurú te dirá que celebres el “shabos” y estudies “toire”, como el “rebe” dijo, pero te negará que indagues acerca del camino noájico y vivas de acuerdo a tu verdadera esencia espiritual noájica.
El gurú te dirá que tiene contacto con rabinos secretos y muy importantes en Israel, que ellos le envían mensajes y un librito (bastante caro) que tienes que comprar y dormir con él bajo tu almohada para ser santo y sabio.
El gurú te dirá que no tienes nada prohibido, solo lo que él te prohíbe… que resultan ser cosas que ayer aprobaba y tú disfrutabas.
El gurú te exigirá adquirir los productos que él y sus amigos venden, y pobre de ti que no lo hagas… arderás en el infierno…
El gurú demandará que asistas a TODAS las reuniones que él comanda, o sus seguidores organizan, no tienes derecho a tener una vida aparte de la “comunidad”.
La iglesia, comunidad, jaburá, hermandad, cofradía, secta, etc. copará todo tu tiempo, no tendrás familia más que la comunidad.
El gurú es tu padre, es tu madre, es tu dios, es tu vida, es tu eternidad, no tienes vida ni salvación sin el gurú.
El gurú te dirá qué rezar, qué comer, con quien dormir, qué no estudiar, dónde vivir, cuando defecar… el gurú tendrá control total de tu vida y tu aplaudirás porque este “faraón” te ama y te tiene presente y hasta te llama “mi ovejita fiel”.

Tú te enfadarás conmigo por decirte esto.
Repudiarás tu identidad noájica.
Indagarás en lo que no te pertenece.
Te someterás a todo tipo de estafa y vejación y mostrarás una gran sonrisa por eso.
Mientras sigas esclavo de tu EGO, no faltarán los amos que se aprovecharán de ti.
Mientras sigas esclavo de tu EGO, huirás de FULVIDA, pues estás huyendo de tu esencia más pura y estás escapando de Dios.

Así es como estamos, en un mundo tomado por el EGO, en donde los dioses mandan y a Dios se lo tiene relegado a un altar blasfemo.

Doy por sentado que la mayoría no comprenderá este texto, le aburrirá, lo encontrará sin citas “bíblicas” y por tanto “mundano”, será declarado “manipulación” de un sicólogo y otras imbecilidades y quien siga preso del EGO dirá amén y volverá a la celdita infernal de su mente, de la cual ni siquiera ha sacado la nariz fuera.

Que pases un bello día.

Del EGO y del SER

Una sección de nuestro cerebro es denominada por algunos teóricos como “cerebro de reptil o reptiliano”, que sería su porción más primitiva y encargada de asegurar los procesos instintivos básicos de subsistencia.
Esta
raíz primaria opera en conductas toscas de lucha o de huida.
Es un “camino rápido” para relacionarse con el mundo, que no pasa por el filtro del pensamiento racional, pues éste suele ser sensiblemente más lento y por tanto inoperante en determinadas condiciones de riesgo o necesidad.
No usa palabras, no las registra; no emplea metáforas ni pensamiento racional, sino que se maneja con reacciones instintivas ante hechos (reales o sentidos).
Es un sistema de alerta y reacción veloz. Por ejemplo si andamos por la calle y sentimos un bocinazo y saltamos a la vereda, reaccionó nuestro complejo reptiliano; si de pronto vemos las muecas en el rostro de alguien desfigurado por el terror, nos ponemos en estado de alerta para reaccionar en defensa o huida; etc.

Es éste el cerebro que aloja al EGO y recibe los primero “recuerdos” e “impresiones” del recién nacido.
(En realidad, no son recuerdos que podamos compartir con palabras, ni siquiera con imágenes, son sensaciones difusas pero que pueden ser extremadamente intensas. Es ese arrebato de furia enceguecedora, esa cólera incomprensible, esa angustia innominada, ese terror pavoroso, esa sensación profunda y perturbadora que te secuestra y no tienes noción de lo que estás haciendo.)
Allí se instala el profundo y espantoso sentido de impotencia original, producto del nacimiento de la persona.
Desde allí se nutren pesadillas y angustias, miedos y dudas, agresiones y religiones, todas las maldades conocidas y por conocer.
Allí, en donde quedo grabado a fuego el sentimiento inconcebible de la impotencia llevada al extremo y del EGO que apareció como un “salvador” milagroso.

Esto tiene que quedar bien en claro para ti.
Entre otras cosas te estoy enseñando que la terapia psicológica de “palabras”, no alcanza siquiera a rozar el núcleo de tus pesares. Que el reconocer tus errores del pasado y declararlos, no quita el motivo que te llevó a cometerlos. Que estás a merced de las imposturas del EGO mientras no tengas conciencia de su verdadera naturaleza y modos de funcionamiento. Que el razonamiento es una poderosa herramienta pero impotente en el reino en el cual reside el EGO. Que ninguna mística barata o superstición tiene real poder sobre tu vida, pero tú puedes conferirle credibilidad y hacer que tenga efectos positivos o negativos.
Estas son algunas de las implicaciones de la enseñanza del día de hoy.

¿Qué es el EGO?
Es nuestra primer línea de defensa ante el terrible sentimiento de impotencia inicial, que ocurre al momento del nacimiento.
En aquella oportunidad es nuestra tabla de salvación, un aliado, un sistema rudimentario pero efectivo que nos ha provisto el Creador para sobrellevar el impacto espantoso de la impotencia que sobreviene al nacer.
Es un mecanismo para la supervivencia en las condiciones extremas de impotencia que caracteriza al nacimiento.
Cuenta con herramientas activas (llanto, gritos y pataleos) y una pasiva (evadir la realidad, en un primer momento por medio del dormir).
Con las herramientas activas se procura llamar la atención para recibir el cuidado y nutrición de los cuales depende la supervivencia. De no obtenerse respuesta se pasa al modo pasivo, en donde se bloquea el sufrimiento que ataca desde dentro pero especialmente desde fuera.
Sin dudas que a pesar de su carácter rudimentario es eficiente y absolutamente indispensable para la especie humana.
El problema radica en que su accionar se prolonga más allá de los tiempos y circunstancias para los que fue creado.
Va tomado dominancia en el control (y formación) de la personalidad.
Cuando las experiencias y la maduración neuronal van permitiendo otros modos de acción y reacción, igualmente el EGO sigue prendido al mando de las conductas, impidiendo un desarrollo saludable y altruista de la persona.
Para no perder dominio se boicotea a la persona, se la hace pasar por momentos de impotencia, se la reduce a estados de indefensión que pudieran haber sido evitados, se la culpabiliza, para mostrase luego el EGO como el “salvador”, el “dios” que está siempre al rescate y dispuesto al sacrificio para dar vida al hombre.
Pero no solo con amenazas y torturas manda el EGO, también con promesas y esperanzas, con deleites y anhelos cumplidos en secreto.
La lujuria, el vicio, la codicia, el orgullo, la avaricia, el libertinaje son ramales del EGO, que vienen a acariciar el sentir de la persona, a rodearlo de caricias infames, para que no se libere y no sea amo de su propia existencia.
Es un juego macabro, realmente enfermo, que nos somete a todo tipo de vejámenes y situaciones tormentosas, a las cuales parecemos acceder voluntariamente, o a veces como si estuviéramos signados por un destino perverso.
En los hechos, somos nosotros mismos, ese EGO que es parte de nosotros, los que nos tiene esclavizados, enfermos, enjaulados en celditas mentales de las cuales pareciéramos temerosos de salir para vivir con apertura, libertad, responsabilidad, compromiso, gozo.

Retomando la línea evolutiva individual, cuando el bebe va creciendo y adquiriendo experiencias a la par que madurez neuronal, va sintiendo que está en competencia feroz por recibir lo que necesita: atención, cuidado, alimento, afecto, etc.
En parte es el instinto de supervivencia, en parte el EGO desde su trono reptiliano, pero el niño hará y deshará con tal de seguir siendo el centro del universo, real o fantasiosamente.
El EGO moverá a conductas en toda la gama posible con tal de no perder el poder sobre los otros, ni dejará de ejercer trucos y manipulación para no perder siquiera un palmo de su dominación.
Es que se siente como una verdad indudable que si se comparte, si se cede, si se negocia, se está en peligro de morir, o peor aún, de retornar al estado inicial de sufrimiento espantoso del nacimiento.

Sobre esta realidad interna es que los padres y maestros deben ir educando en valores altruistas.
Tarea para nada sencilla.
Entre los eslabones que dificultan este aprendizaje se encuentra también el profundo rechazo de los adultos por el compartir, por el actuar en verdad con bondad y justicia, pues por lo general las personas no han corrido al EGO del mando de sus vidas. También padres y educadores están sometidos a la esclavitud del EGO.
Tal vez matizados por obligaciones sociales, disfrazados con las máscaras de moralidad pública, sujetos a reglas comunes que deben ser obedecidas so pena de castigo, pero allí en el fondo no para de susurrar sus palabras venenosas el EGO.

El EGO encierra detrás de cáscaras oscuras a la esencia espiritual pura y en permanente nexo con Dios.
No permite que los niveles conscientes de la persona adviertan esa conexión sagrada, que no se perciba la Luz del Alma.
Las cáscaras del EGO están allí para hacer sentir desconexión, desamparo, soledad, inexistencia de Dios, vacío existencial, podredumbre interna, culpa intensa por cualquier motivo. La persona que no está consciente de su nexo sagrado constante se hunde en la desesperanza, en la rutina asesina, en la falta de creencia en Dios, en la impotencia total. Es fácil para el EGO esclavizar a una persona así abatida.
Por supuesto que el EGO se presentará como el que viene a rescatar y no como el causante del malestar.
Así pues el Yo Esencial parece “otro”, “ajeno”, alejado de toda conexión con la persona, siendo en verdad que la persona ha sido secuestrada de su verdadera identidad e impuesta a llevar una vida teatralizada a cargo del EGO.

Si bien puede presentarse al EGO como reinando sobre la dimensión material, debemos reconocer que al presentarse el EGO en función de “redentor” o “divinidad”, es común que la persona se someta a ilusiones de espiritualidad, a rituales de corte religioso, a todo tipo de supersticiones y ceremoniales de apariencia sacra, sin estar realmente en conexión con Dios o la esencia pura espiritual de cada ser.
Esas religiones, todas ellas, son manifestaciones del EGO. (Recordemos: judaísmo y noajismo NO SON religiones.)
La religión, cualquiera, es adoración del EGO, al cual se exterioriza como una o varias divinidades; aunque en la nueva onda de religiosidad light no faltan los que hablan del “dios interno”, o de que cada uno es un dios.
EGO y solamente EGO.
La idolatría es la adoración al EGO figurado externamente al individuo.

Así pues, el EGO impone cáscaras que bloquean a la persona la conciencia de su propia esencia espiritual cristalina.
Al mismo tiempo va elaborando máscaras que se van adosando al ser, que lo van haciendo representar roles y papeles, como en una obra de teatro mal guionada.
La personalidad se construye con esas máscaras, a las que llamamos Yo Vivido, que están adosadas al Yo Auténtico y no le permiten expresarse en todo su real potencial y alcance.

Nuestro Yo Auténtico está limitado en parte por su componente material (el cuerpo) y en parte por las máscaras del EGO.
Somos prisioneros de nosotros mismos.
Cuando en verdad nuestro Yo Esencial está encadenado al infinito, es un nodo en la red espiritual que no conoce limitaciones temporales-espaciales.
Siendo casi ángeles, debemos conformarnos con una vida de pordioseros, menos aún que animales.

Esa neshamá pura está buscando constantemente comunicarse con nosotros, es nuestra vocecita de la conciencia que quiere contactarse con nuestro ser consciente.
En el medio se interpone el EGO con sus aullidos, amenazas, reproches, promesas, maldiciones, zalamerías, humillaciones, caricias, fantasías…
El EGO requiere silenciar la voz tenue de la esencia espiritual, pues si estuviéramos en armonía multidimensional, si el espíritu estuviera en plena comunicación con el resto de nuestros planos del ser, el EGO perdería todo poder y realidad.

Por tanto, el EGO guerrea con todos sus recursos, que son bastante limitados pero bien aceitados y ejercitados.
Se nos hace creer que el EGO es un demonio, Satanás, un ángel caído, un dios poderoso, un dios de este mundo, el materialismo, tales o cuales grupos de poder.
Pero el EGO es un mero mecanismo primitivo de supervivencia, muy bueno en su momento, inoperante y terrible fuera de su contexto.
Su poder es aquel que le toleramos y regalamos con nuestra falta de conciencia y decisión de ser libres.
Es un impotente que te hace sufrir de impotencia, es un cáncer, es un suicida pues con tal de no perder el dominio es capaz de enfermarte, de llevarte a la muerte, de sumergirte en cualquier miseria o locura.
No puede dejarte que seas quien puedes llegar a ser, porque de hacerlo él no tendrá razón de ser, se perderá en las sombras del olvido reptiliano.

Si pudiéramos hacer el “clic” para apagar el EGO y prender la Luz de nuestro Yo Esencial, estaríamos cumpliendo una de las misiones principales en nuestra vida.
Estaríamos en realidad sirviendo a Dios, siendo leales a Él, desarrollando todo nuestro potencial; en lugar de servir al EGO, ser esclavos del EGO, impidiendo con artimañas nuestro desarrollo integral.

Nuestro trabajo, como almas en este viaje mortal, es cambiar la sede de nuestra identidad del ego al Sí mismo. Eso es todo.

Una forma de terapia es dejar de luchar, abandonar la ilusión de control, perderse en la impotencia para de esa forma quitar el yugo del EGO con sus falsas salvaciones y sanidades.
Fluir sin pelear.
No entrar en controversias, no debatir, no dudar, no argumentar, no dar excusas, no justificarse, no hablar.
Dejarse llevar por la corriente de sensaciones, admitir la impotencia, observarla, no juzgarla.
Sumergirse en la propia debilidad, en la propia ignorancia, en la propia limitación humana.
No ir a la guerra contra el EGO, pero tampoco servirlo.
Bajar los brazos, cerrar los ojos, dejar de percibir el mundo, acallar las voces interna, no seguir pensamiento alguno, no desear nada, solamente estar y dejarse llevar.
Allí encontraremos el canal, la brecha, el hilo sagrado hacia nuestra esencia espiritual.

En vez de descubrir nuestros temores hechos realidad, experimentamos la exaltación perfecta del abrazo del amado.
Es el encuentro con nuestro ser, con nuestra esencia, con Dios.

Los antiguos cabalistas, y pocos de los modernos, encuentran en el verdadero rezo un ámbito para sumergirse en experiencia de intensidad espiritual.
El rezo deja de ser un ritual reiterado, palabras repetidas, peticiones, alabanzas, ruegos, agradecimientos, juegos del EGO para ser el encuentro que debiera ser. Hitbodedut, aislarse del entorno pero también del mundo interior falsificado por el EGO. Experimentar el encuentro con el sí mismo y a través de éste con Dios.

Es un trance momentáneo, un éxtasis que se desvanece con rapidez.
El EGO difícilmente deja de actuar en tanto la persona está con vida.
El ejercicio de la dominación desde el pozo más profundo del cerebro no es posible de evitar de manera permanente, al menos para la absoluta mayoría de las personas.

Debes comprender que si la persona halla ese instante de elevación y encuentro, difícilmente vuelva a ser siervo del EGO. No dependerá de ritualismos, no se someterá a supersticiones, no hará de Dios un ídolo, no adorará líderes, no se aferrará a sus máscaras, no pretenderá ser lo que no es, no precisará de drogas u otras formas de dependencia psico-emocional. Será una persona cada vez más libre, más plena, más feliz, más solidaria, más contenta con su porción, más sociable.
No te dejes confundir por disfraces de santidad, otras formas externas del EGO. No te dejes seducir por maestros, “rabinos”, gurúes que con ropajes y actitudes “místicas”, te confunden con filosofías y palabras, te prometen santidades imposibles. Son manifestaciones externas del EGO.

Otra terapia se encuentra en actuar con bondad y justicia, con ánimo altruista.
El altruismo es la contraposición del egoísmo.
Cuanto más se dedica la persona a hacer actos de bien hacia el prójimo, con generosidad desinteresada, menos poder le entregamos al EGO, por tanto más libres estamos siendo.
Por supuesto que el EGO no tolera tales acciones, por tanto deberás hacerlo yendo en contra de tus ideas, de tus sentimientos, de tus creencias, puesto que todas ellas están dominadas y conquistadas por el EGO.

Existen otras técnicas, pero no es ocasión de mencionarlas.

Hasta aquí estas anotaciones que quería compartir contigo.
Espero que te sean de bendición y provecho, para que seas consciente de la bendición constante que recibes desde lo Alto y la disfrutes a pleno.

Más allá de lo visible

Son varias las tareas que se deben desarrollar para adquirir control en la propia vida y dejar de estar bajo el gobierno primitivo y esclavista del EGO.

Para romper el primado del EGO, entre otras cosas, es aconsejable entrenar la mente para que encuentre todos los aspectos que pueda de cada situación.
Esto es, no dejarse llevar por primeras impresiones, corazonadas, sentimientos, prejuicios, deseos, pasiones, mandatos, opiniones ajenas, la fe, el hábito, la costumbre, la moda, ideas pasajeras, el mero sentido común… no dejarse llevar por nada de esto, ni tampoco dejarse arrastrar.
Sino que es bueno ejercitarse para hacer de la mente la herramienta de desarrollo, profundización y amplitud que puede llegar a ser.

Los pensamientos automáticos, esos que debiéramos evitar a toda costa, son armas del EGO, excusas, justificaciones, pretextos, para no despegarnos de las máscaras que hemos adoptado como personalidades. Son trampas al solitario que nos limitan y reducen a permanecer bajo el liderazgo opresivo de nuestro EGO.

Por supuesto que estos pensamientos tienen su real utilidad y provecho, tal como el EGO mismo los tiene.
Pero circunscriptos a las circunstancias de urgencia en las cuales no es dable ni oportuno detenerse a analizar y sopesar, sino que es prioritario reaccionar para sobrevivir o brindar a otros oportunidad de supervivencia.
También sería necesario el pensamiento primario cuando estamos en condiciones seguras y dispuestos al goce sensorial, que se vería interrumpido o bloqueado por el ejercicio esmerado de la racionalidad.
El resto del tiempo, el pensamiento debe ejercerse con autoridad, posibilitando la toma de decisiones mesuradas, equilibradas, que consideran las opciones con equidad.
(Notarás que el entrenarse en encontrar, medir y delimitar todas las opciones posibles no implica vivir en la duda permanente, en la parálisis del obsesivo, en la compulsiva inquietud e irresolución del timorato, que son otras de las manifestaciones de la esclavitud al EGO).

En el entrenamiento para tal meta, la de encontrar amplitud de opciones, es oportuno ir aprendiendo a vislumbrar los acontecimientos más allá de una simplona polarización (esto es malo, esto es bueno), para descubrir los aspectos oscuros allí donde parece que solamente hay claridad, y vislumbrar las luces en donde estamos llevados a ver solamente sombras.

Puede parecer un poco pesado, para uno mismo y para los demás, llevar a la práctica esto que te menciono ahora.
Pues te posicionarás en la otra vereda del resto de las personas (probablemente).
Serás quien señales las manchas allí en donde los otros aplauden la perfección.
Serás quien marque los errores allí en donde todos alaban la belleza.
Pero también serás quien alabe lo positivo en donde otros deploran la falta de algo bueno que destacar.
Serás quien provea de bloques para edificar Shalom, en lugar de echar por tierra los proyectos y obras de los demás.

No serás un quejicoso, ni un amargado crítico, ni alguien que no se contenta con nada, ni el aguafiestas permanente, nada de eso. Tampoco el alelado iluso que cree que todo es bueno y para bien, el que tiene esperanza en que el universo se confabulará para hacer tu voluntad cuando mucho deseas algo. Ni una cosa ni la otra, pues ambas posturas (el pesimista y el iluso optimista) no dejan de ser manifestaciones del EGO.

Serás quien no juzgará a los demás, pero quien tendrá en cuenta sus acciones, sus palabras, sus silencios, sus gestos, porque están allí expresando una “verdad”, son un mensaje a descifrar.
Serás quien vea al ser humano completo, en su compleja multidimensionalidad, y no solamente un esquivo investigador que tomas las partes que te conviene ver o que ocultas las que temes mostrar.

Habrá  personas que se ofenderán y creerán que no las apruebas, que las estás juzgando negativamente, que no las quieres, por el hecho que adviertes particularidades negativas de ellas.
No te dejes impresionar por esos ataques, por esas agresiones variadas que te lloverán, son cuestiones que deberás admitir y tomar en consideración, pero no justificar ni por ellas cambiar de parecer.

Es difícil para la persona (esclava del EGO) admitir sus errores, soportar que haya un pensador independiente por fuera que no baile al son de la música como todos los demás.
Es que el EGO debe presentarse como perfecto “salvador”, aquel que se pone en el lugar de un dios redentor, por lo que no admite que sean notadas y declaradas sus facetas oscuras.
El EGO te quiere envuelto en una sensación constante de impotencia, miedoso, fracasado, empobrecido de todos modos, pues es la forma que tiene para seguir jugando el rol del que te rescatará y dará vida.
Así que, no le sigas la corriente al EGO, ni al tuyo ni al del prójimo.
Asegúrate que tus acciones sean enmarcadas en el camino del constructor de Shalom, el de la bondad y la justicia, que no tendrás que temer ni de qué culparte.
Te  buscarán hacer tropezar, te maldecirán, hablarán mal de ti, te ensuciarán, te molestarán, te repudiarán, pero tú no caerás en esas jugarretas. Admitirás que ellos hacen eso, tendrás conciencia de lo que acontece, pero no le seguirás la corriente al EGO.

Pero, el mal no está allí fuera.
No caigamos en esa polaridad, que es la que debemos precavernos y no actuar.
Descubre tus propias trampas, tus manipulaciones, tus malversaciones de tiempo y energía, tus intentos para ocultar las tramoyas de tu EGO.
Al tenerlas presentes, al haberlas admitido en ti, al darte cuenta de cómo estás funcionando, dejarás de perder tiempo en jueguitos de escondite, tratando de ocultar lo que es mejor que esté revelado y elaborado para hacerlo desaparecer de verdad.
No es tapando la mugre bajo la bella alfombra como tendrás una casa limpia y ordenada. Sino barriendo la mugre, recogiéndola y extirpándola de tu dominio.

Aceptar tus luces y sombres es la manera de conocerte en verdad y por tanto de llevar una vida de plenitud.

Vamos, empieza ahora.
Aprende a ver opciones, a pensar más allá de las apariencias y de lo habitual, aprecia las luces y las sombras, ambas en su justa medida.

Estar al mando y no bajo el control del EGO te dará la ocasión de disfrutar de la plenitud de la bendición que constantemente te llueve de lo Alto.

Resp. 953– Envidio a los judios

gonzaloNJ nos consulta:

Querido Moré,

Intenté convertirme al Judaísmo, pero definitivamente me convencí de que ni era capaz de ello ni era mi camino, pues soy un Noajida, en mi país, y aquí tengo que cumplir la Voluntad de D/os.
Respeto a D/os, pero si me auto-evaluo, no me puedo engañar, sí me hubiese gustado ser Judio. Aunque cumplo con la Voluntad de D/os para mi, confieso, aunque sea vergonzoso, que tengo envidia de los Judios.
Por favor deme pautas para limpiar definitivamente mi corazón y ser mejor Noajida
Gonzalo Navarro, 38 años, empleado postal, Madrid, España

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Conectarte contigo, hasta con lo oscuro

El otro día tuvimos una intensa sesión de CabalaTerapia con un reciente paciente, incluimos ejercicios de toma de conciencia de sí mismo y de desintoxicación de trampas del EGO.
Como parte del proceso redentor y sanador le pedí a este socio que cuando pudiera analizara la sesión y me enviara un email con alguna síntesis de lo “aprendido”.

Esto es parte del email recibido, al cual le he realizado ciertas modificaciones para preservar la identidad y confidencialidad de la persona.

Lo que aprendí fue a reconocer mis malos hábitos, a descongestionarme por dentro, aprendí algo bien raro que es a calentarme [enojarme] conmigo mismo, a darme cuenta de mis fallas y las mentiras que invento para esconderme, de mi desprecio a mí mismo, porque realmente después de la "actuación" terminé reconociendo q el gil [tonto] de la película era únicamente yo. Le vivía echando culpas a los demás y reclamando siempre de los demás, pero me di cuenta q era yo el q me causaba daños y empeoraba al negarme a asumirme.
Arranqué focalizando mi enojo hacia a una persona, como para dar un justificativo a mis insultos, pero después no me pude engañar más, ya q a esa persona no la odio, y si me odié a mí… por burro, por imbécil, por no hacer las cosas bien, por no valorar más lo que tengo y me refiero al trabajo y a las personas q comparten el día a día de mi vida. Mi ******** [familiar del paciente omitido] es una mujer mayor q con sus **** años se ve muy bien, pero uno nunca sabe q le puede suceder mañana, y eso es lo q me quema, xq  quedaría con la sensación q podría haberle demostrado mucho más amor, cariño, afecto lo q sea. Y creo q estar arrepentido y vivir arrepentido el resto de tu vida por algo q podía haber hecho debe de ser horrible, por eso hoy estoy a tiempo de revertir esto, de intentar sacar a luz al ********** [nombre del paciente que he omitido] "agradable" q tengo dentro de mí ,ya q las personas q más quiero están vivas y junto a mí.
Me cuestaaaa, pero de verdad toda esta semana he estado poniendo en práctica lo que me enseñaste y de a poco voy avanzando… [omitido un largo párrafo personal].
Resumiendo entonces, la última sesión intenté sacar todo lo irritante, el enojo q tengo dentro y nutrirme de sensaciones, de momentos lindos, de poder ir filtrando toda la bosta y así poder tener un mejor relacionamiento con todos. ¿De q sirve estar limpio y bien empilchado [vestido, arreglado] por fuera si por dentro estás re sucio, todo mugriento? Das una imagen re trucha [falsa], tal vez muchos no se den cuenta, la mayoría no, pero yo personalmente se q es así, la tengo muy presente y vivir camuflado me tiene los harto.
Nos vemos,un abrazo.

Leer y releer esta misiva es sustancial, valioso, da para muchas enseñanzas.
No te las señalaré, si quieres intenta conseguir sesiones de CabalaTerapia con este servidor para que puedas adquirir conocimiento por ti mismo. Si estás dispuesto a quitarte de encima las máscaras y cáscaras del EGO, si quieres encontrarte a ti mismo y ser un presente, podrás hacerlo.

Te brindaré algunas reflexiones generales, que espero te sean de mucho provecho y bendición.

De “fábrica” vienes con tu cuerpo y tu espíritu.
Pero ya antes del impacto tremendo del nacimiento, ese que marca de forma profunda, siniestra e indeleble tu personalidad, tu cuerpo es sometido a modificaciones a raíz de la relación con el “afuera”, especialmente tu madre y sus avatares de vida.
Luego, el trauma del nacimiento, al cual ya nos hemos referido en otras ocasiones y no repetiremos ahora. En ese mismo momento es el EGO quien se encarga de ser tu “salvador”, te aporta rudimentarias herramientas de supervivencia, muy necesarias para esa fase inicial y los días o semanas subsiguientes.
Luego, el EGO debiera quedar reducido a una partícula inactiva, adormecido a la espera de algún evento catastrófico en tu vida que lo hiciera necesario nuevamente.
Sin embargo, por regla general, el EGO pasa a ser “divinizado” y ocupa un lugar de “redentor sagrado” que ejerce con la prepotencia de un faraón despótico. También sobre este tópico hemos enseñado anteriormente, por lo que te ruego que tomes tiempo para encontrar, leer y estudiar.
Entre las interacciones de tu Yo Auténtico (bastante impotente en los comienzos de tu vida mundanal activa),
los sucesos de la vida cotidiana (habitualmente sentidos como terribles y espantosos por el recién nacido)
y los mecanismos del EGO
es que vamos bloqueando la expresión y sensibilidad de nuestro Yo Auténtico,
vamos creando cáscaras y máscaras,
asumimos roles,
actuamos guiones mandatados por otros,
aprendemos a pensar, a sentir, a interactuar,
aprendemos a reconocer cosas, personas, gestos, sensaciones,
aprendemos a decodificar el mundo interno y el externo con los códigos que nos imponen los otros.

En resumen, tus emociones –que tienen una base biológica definida y objetivable-,
pasan a ser “leídas” por ti de acuerdo a como te vas formando, a quien vas siendo.

No es “la naturaleza” la que te entrega las emociones,
sino que eres tú quien las percibe e interpreta de acuerdo a lo que fuiste construyendo como tu Yo Vivido.

Si te sientes inseguro, egoísta, indiferente, enojado, traicionado, asustado, vengativo, quejoso, envidioso, o cualquier otro sentimiento oscuro es bueno que lo admitas, pero no para censurarte, mucho menos para actuar esas emociones de manera vil y negativa.
Reitero, es bueno que admitas tus emociones oscuras y no que reprimas e ignores tus verdaderas emociones, o des excusas, ni te justifiques diciendo que son cosas “naturales”, tal como el tamaño de los pies; o que alguien te ha maltratado y por lo tanto tienes “derecho” a sentirte y actuar de esa manera nefasta.

Si bien no eres responsable de tus sentimientos
sí eres el que los interpreta y da sentido,
y eres quien debe hacerse cargo de ellos y decidir que harás a partir de ellos.

Por supuesto que hay sentimientos destructivos,
que deben ser reconocidos, admitidos, reformados para quitarles su sentido negativo y en modo alguno traducirlos a actos lesivos.
Pero, ten presente claramente
que tus acciones serán groseras y dañinas cuando miras para otro lado y niegas/reprimes lo que sientes o haces tontos malabarismos para excusar tu lóbrego sentir.

La energía que se adosa  a un sentimiento sombrío es necesario procesarla, canalizarla, llevarla hacia un sentido de construcción,
pues de lo contrario es una constante pérdida de fuerzas, un desgaste, debilidad que se incrementa por los ilusorios esfuerzos ensayados para negar la presencia del sentimiento.

Primer paso es admitir la presencia del sentimiento.
Sí odio, sí estoy enojado, sí envidio, sí me siento impotente, sí me siento burlado, sí deseo la propiedad de otro, sí tengo ganas de hacerte daño, sí he sido desleal, sí soy culpable, sí tengo miedo, etc.
Recuerda, admisión del sentimiento, no juicio, mucho menos justificaciones.
Admisión.
Ahí está el sentimiento.
Sea que se basa en un hecho real, o en una ficción nunca sucedida pero que me hace sentir mal.
(Pregúntenle a una persona obsesiva que tan mal se puede uno llegar a sentir por los mortificantes pensamientos que invaden, laceran, escamotean de la dicha, pensamientos de acontecimientos aberrantes que nunca han sucedido y difícilmente sucederán, pero que sin embargo el sentimiento nefario está ahí).

Negar, repudiar, hacer de cuenta que no existe, taparlo, dar excusas, etc. nada de eso destruye al sentimiento negativo ni le resta el vigor perjudicial que te debilita.
Si miras para otro lado no desaparece, se incrementa y afecta a regiones que antes estaban libres de malestar.
Peor aún, te incapacitas para expresarlo y procesarlo y encaminarlo hacia una resolución eficiente y efectiva.

Por supuesto que es negocio para el EGO que te enredes con sentimientos negativos, que no te libres de ellos.
El EGO toma más poder cuanto más impotente te sientas o estés.

Te debilitas, pierdes energía vital, te reduces, te comprimes, te vas rigidizando, te escapas a la vida, porque no admites tus sentimientos negativos y empiezas a hacer algo productivo para enmendarlos.

Permite a tu Yo Auténtico expresarte, quita poder al EGO, reconoce que es ‘yo’ el que padece ese sentimiento,
así mantendrás abierta tu capacidad de actuar del modo que elijas,
y no de la manera que el temor te obligue.

Desintoxícate, límpiate por dentro, cura tu interior,
haz que tengas coherencia interna y externa,
para que fluya la energía a través de todo tu sistema multidimensional
y encuentres la dicha de gozar la bendición constante que recibes de lo Alto.

El Yo Auténtico también te habla.

Hemos explicado en otras ocasiones que estamos formados por varias instancias de Yoes: el esencial, el auténtico y el vivido.
El esencial refiere a nuestro espíritu, tal como lo obtuvimos por gracia divina vuelve a la Fuente tras nuestro deceso.
El auténtico es nuestro espíritu y nuestro cuerpo.
El vivido es aquel que vamos construyendo a través de nuestras experiencias, aprendizajes, acciones del EGO, influencias del ambiente, predisposiciones genéticas, etc.

Por regla general estamos tan habituados a identificarnos con nuestro Yo Vivido que difícilmente podamos reconocer nuestras instancias más propias y trascendentes.
Nos cuesta apreciar que detrás de las innumerables máscaras que vamos incorporando, asumiendo y diseñando se esconde un rostro verdadero, que sufre y padece, que se regocija y comunica, que anhela lo bueno y justo, pero que suele quedar silenciada, apabullada su tenue voz detrás de los graznidos presuntuosos o ruido insoportable del EGO y sus máscaras.
Hablamos, pero decimos lo que estamos mandatados a decir por otros.
Pensamos, pero repetimos lemas que nos introyectaron otros.
Sentimos, pero interpretamos las señales internas de acuerdo al mundo que nos inyectaron y asumimos como verdaderos.
En resumen, podemos decir que somos constantes actores que siguen guiones ajenos, en un gran teatro que se llama vida, en donde a duras penas realmente vivimos y ejercemos nuestra plenitud.

Sin embargo, el Yo Esencial no deja de lanzarnos mensajes, permanentes, siempre orientados hacia el mismo objetivo, pero que permanecen acallados por las otras voces que nos resuenan con mucho estruendo.  
Esa vocecita de la conciencia, tan limpia y perenne, a la cual dudosamente prestamos atención, porque dudosamente somos conscientes de su presencia y realidad.

Con todos sus errores y malversaciones, podemos rescatar esta frase de Carl Jung: “Con el orgullo siempre nos engañamos a nosotros mismos. Pero en las profundidades, debajo de la superficie de la conciencia ordinaria, una suave vocecita nos dice: algo no concuerda”.

Mahatma Gandhi enseñó en una ocasión: “Por nada del mundo quiero ahogar esa vocecita que es mi conciencia o la expresión de lo más profundo que hay en mí… Esa vocecita no me engaña nunca

Como ves, no es una cuestión de creencias, de pertenecer a una u otra confesión religiosa, dondequiera haya buscadores de la verdad (descarriados o más afines a la Verdad), surge la vivencia del Yo Esencial y necesidad de expresar la realidad profunda de esa voz silenciosa que emana de lo medular de nuestro ser.

El espíritu nos habla, pero a duras penas le prestamos atención, negamos su existencia, bloqueamos su presencia, inventamos mil excusas para escoger la senda tenebrosa del EGO en lugar de la fresca y comprometida vereda de la LUZ.
Así vivimos entre disfraces, constreñidos, apenados, sudando la gota gorda para mantener una fachada de EGO que nos hace creer que con él somos salvos.

El Yo auténtico también se expresa, pues es el espíritu y el cuerpo.
El cuerpo también tiene su lenguaje, que va más allá de los adoctrinamientos y entrenamientos provistos a través de las cáscaras del EGO.
Es un idioma universal, innato, compartido a través de épocas y regiones, de etnias y culturas.
El Yo Vivido lo  decodifica de acuerdo a sus capacidades, o lo ignora rotundamente, o lo clasifica de tal modo que le sea funcional al ejercicio de la dictadura del EGO.
Empero, allí sigue el cuerpo hablando, manifestando su existencia y sus necesidades, sus malestares y angustias, sus regocijos y estrechuras.
Tal como la tenue voz del espíritu no se calla, tampoco el cuerpo enmudece, aunque el atronador griterío del EGO puede escamotear su traza.

Modernamente ha renacido el interés por las conexiones entre cuerpo y mente, se habla más de enfermedades psicosomáticas, de motivos emocionales que se manifiestan a través del cuerpo.
Si te interesa el tema, te aconsejo que vayas con cuidado a la búsqueda de agua para saciar tu sed, pues como suele suceder, se puebla de farsantes, misticismo barato, charlatanes, negociantes, bienintencionados torpes, truculentos siervos del EGO empilchados como santos. Recuerda que no todo lo que reluce es oro…

En ocasiones el resfriado es por estar inadvertidamente en contacto con el portador del virus; a veces la gordura es por el no limitar la ingesta a causa del verdadero placer al comer, etc.
No hay que buscarle vueltas “místicas” o “filosóficas”, sino aprender otros hábitos de conducta, varias ciertos comportamientos, aprender a limitar el deleite en cierta dimensión para no excederse y provocar desequilibrios, etc.
Pero en otras ocasiones los malestares y enfermedades pueden tener su origen en mensajes que el cuerpo está emitiendo, desde las profundidades de nuestro ser, detrás de mil máscaras del EGO, está nuestro YO hablando y no somos capaces de prestarle atención.

Podemos hacer el análisis para conectar qué de nuestro estado de ánimo podría estar afectando a nuestra salud física.
En vez de atacar los síntomas y hacerlos desaparecer, tenemos la chance de tomarlos como mensajes que nuestro cuerpo está emitiendo y preguntarnos: ¿Qué es lo que está mal y no he tomado conciencia de ello?
Cuando se consigue detectar la fuente, se está más cerca de poder solucionar el conflicto escamoteado a la conciencia pero padecido multidimensionalmente.

Desde antaño los Sabios de la Luz (TB Berajot 5a, secudariamente Eruvin 13b) han enseñado al respecto: “Iefashfesh bemaasav” – “si le suceden disgustos a la persona, entonces que se fije y analice sus acciones para estudiarlas hasta encontrar dónde pueden estar erradas y corregirlas“.
Sean acciones pasadas o esperadas hacia el futuro.
Son culpas (o sentimientos/ideas de culpa) por sucesos pasados, u omisiones pasadas; son temores por impotencias futuras.
Sean cuestiones activas o pasivas.
Sean materializadas en el mundo externo, o encarceladas en sus pensamientos.
Que se analice, que se estudie, que se observe, que se atienda, que sea honesto, que rompa las barreras del EGO para encontrar sus errores que ha pretendido mantener en las sombras pero brotan desde lo más profundo.
(Te recomiendo la lectura del texto que se abre haciendo clic aquí).

Esta idea está sustentada en un pasaje previo, del profeta Jeremías:

"¿Acaso de la boca del Altísimo no salen los males y el bien?
¿Por qué se queja el hombre, el varón que vive en el pecado?
Examinemos nuestros caminos; investiguémoslos, y volvamos al Eterno.
Alcemos nuestro corazón en las manos hacia Elokim que está en los cielos"
(Eijá / Lamentaciones 3:38-41)

Por supuesto, al ser seres complejos, multidimensionales, estamos más allá de determinismos ramplones.
Si te duele la cabeza no es directamente por pensamientos reprimidos. Si te duele la garganta no es necesariamente algo que te has tragado en lugar de decirlo en su momento. Si alguien padece cáncer no implica que tiene un EGO tan dominante y abusivo que es capaz de autodestruirse en su empeño por perpetuarse en el poder. No siempre que tienes dolor de estómago es porque estás enojado y no supiste canalizar tus emociones.
No es así.
No podemos ser tan esquemáticos y necios, ni pretender alcanzar la comprensión total por un acto mágico.
Tampoco es inteligente suponer que una sola causa es la que determina un evento.
Ni que tenemos el poder total de auto-enfermarnos o auto-curarnos.
Son elementos a tomar en consideración, a no descartarlos, a manejarlos con sagacidad y de manera multidimensional.
Al ser personas coherentes, racionales, no pretenderemos entender todo, abarcar todo, curar todo con la magia de “tomar conciencia”; o por vincular sentimientos reprimidos con síntomas esperar a que se realizan sanaciones maravillosas.
Puede ser una formidable herramienta, cuando es bien empleada y vale el esfuerzo intentarlo.
Pero ten mucho, muchísimo cuidado con ir corriendo a las fauces y garras de gurúes orientales, barbudos cabalisteros, maestros jasideos, sacerdotes afroamericanos, “psicólogos” místicos, mucho cuidado por favor que no sea que te estafen, te diezmen y termines aún más gravemente padeciente y esperanzado en mentiras.
Recuerda, ve al médico si sientes que estás enfermo. Acude sin pruritos al psicólogo (que no te venga con misticismos o religiones, por favor) si estás emocionalmente afectado. Encuentra al profesional que ha estudiado y recibido certificación para trabajar junto a ti en el mejoramiento de tu salud integral. Y por supuesto, alimenta tu ser con el modo de vida acorde a tu esencia espiritual: noajismo si eres gentil, verdadero judaísmo para quien es verdaderamente judío.

Dijimos de no ser simplistas, pero daremos ejemplos simplones.  Atención: no tomarlos como “verdad revelada”, como que necesariamente ocurre así en todas las situaciones.
Si te duele la cabeza, reconoce cuales son esas dudas persistentes que te acosan y no te animas a resolver.
Si te duele la garganta, encuentra que sentimiento estás reprimiendo y que si liberaras te sentirías mejor.
Si el pecho te aprieta, descubre cuáles son esos pensamientos de impotencia (quizás camuflados de orgullo o rabietas) que te estrechan y no te permiten gozar de la plenitud.
Si el estómago te arde, ¿será que estás ardiendo de ira tragada y no manifestada?
Tu cuerpo te habla, ¿aprenderás a escucharlo?
Algo está fuera de lugar y tu cuerpo es el que te está dando las pistas para acomodarte y hallar felicidad, bendición, crecimiento, alegría, plenitud… ¿a qué estás esperando?

Escuchar, es un gran paso adelante.
Detener el trajín, la premura, la urgencia, el correr para ocultarse, el hablar sin parar para no decir nada, hacer un alto, parar, aquietarse para escucharse.
¿Qué es lo que la vocecita espiritual te dice?
¿Qué es lo que el cuerpo expresa con sus dolores y desbarajustes?
¿Qué está queriendo salir a la luz pero tus máscaras y cáscaras del EGO abruman con trampas al solitario?
Escucha.
Respira en calma, profundamente, date un tiempo y lugar, no des excusas, no sigas huyendo de ti mismo.
Escucha y revela la verdad que estás ocultando.
Ya sabemos, aunque tú quizás no, que en el fondo siempre está ese sentimiento terrible y profundamente doloroso de la impotencia.
Un mar negro y plagado de torturas, ataques espantosos, imposibilidad de hacer otra cosa más que gritar, llorar o patalear, o huir hacia la fantasía y el sueño.
Lo sabemos, eso espantoso, innombrable, siniestro (¿freudiano?) que está en todos nosotros, ese pozo de horror y sufrimiento, esa impotencia primordial que fue rudimentariamente sobrellevada por el EGO original.
Sobre esto la mohosa armadura del EGO, las cáscaras y máscaras, las klipot, que se suman toscamente y torpemente para luego irse perfeccionando en su espeluznante acto encubridor del Yo Auténtico.
Esa tortura de estar recibiendo constantemente bendición de lo Alto pero no disfrutarla a causa de los dramas que vamos representando como si fueran “la” realidad.
Pero luego, siguen habiendo otros mensajes que nos envía nuestro Yo Auténtico, de bondad, de rectitud, de rectificación, de consuelo, de conexión con Dios y el prójimo.
Mensajes a desentrañar, que des-cubren otra realidad dentro de la realidad que actuamos en el teatro del mundo.

¿Serás capaz de escuchar en silencio?
¿Lo has hecho alguna vez?
¿Te has enfrentado a tu verdadero rostro?
¿Te puedes perdonar y pedirte perdón con sinceridad?
¿Sabrás admitir tu impotencia para hallar tu potencia?
¿Dejarás las excusas para encaminarte a la LUZ?

Con cariño y honestidad te lo digo: lo dudo…
Acerca de mí mismo también, no es que te esté juzgando a ti, sino a nosotros, en nuestra debilidad humana.
¿Me ayudas a corregir esta percepción?
Me encantaría.

Igualmente, estamos juntos en este camino, para unidos poder ir avanzando.
Por ello, elige a la persona adecuada para comunicarle tus dolores acallados.
¡No, no hagas lo de siempre!
No te quejes y busques culpable, o trates de justificarte ante ti y los demás.
Sino simplemente escucharte hablar con el otro, no hables para hablar, ni siquiera para que el otro te comprenda, sino para escucharte.
Es otra cosa que raramente has hecho en tu vida.
Es que no nos lo enseñan…
Tampoco al EGO que nos oprime le conviene que seamos comunicantes.
Cuando te comunicas realmente, es que te estás escuchando, estás siendo presente “aquí y ahora” para ti mismo, y por tanto eres presente para el otro.
Comunícate y escucharás más allá de las palabras. Podrás organizar ideas, armonizar sensaciones y recuperar la alegría.

Eres tú quien te está hablando.


NOTA:

Este texto nació ahora y no más adelante (para cuando estaba planificado) a causa de un párrafo compartido hoy por una amiga del Facebook:

"El cuerpo susurra, dice o grita lo que la mente no puede o quiere comprender

Un resfriado ocurre cuando el cuerpo no llora…

Un dolor de garganta aparece cuando no es posible comunicar las aflicciones…

El estómago arde cuando la rabia no consigue salir…

La diabetes invade cuando la soledad duele…

El cuerpo engorda cuando la insatisfacción aprieta…

El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan…

El corazón renuncia cuando el sentido de la vida parece terminar…

La alergia aparece cuando el perfeccionismo es intolerable…

Las uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas…

El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza…

La presión sube cuando el medio aprisiona…

Las neurosis paralizan cuando el "niño interno" tiraniza…

La fiebre sube cuando las defensas detonan las fronteras de la inmunidad…”

Podemos estar de acuerdo o no con estas ideas, no es lo que queremos expresar en nuestro texto.
El hecho es que ha servido como disparador para escribir ahora el texto que acabas de leer.

Origen de la idolatría

¿Cuál sería el profundo origen de la idolatría en el individuo?
Tras un detenido análisis podemos apuntar algunos falsos inicios, a saber:

  • no se origina en una búsqueda de múltiples divinidades,
  • tampoco en un deseo por abandonar al Dios verdadero,
  • ni siquiera en la ignorancia de la existencia de Dios.

Estos tres falsos orígenes se demuestran como falsos con una sola respuesta.
El espíritu de toda persona es puro, es hilo de contacto inquebrantable con el Eterno, ninguna acción u omisión puede cambiar su esencia o cancelar su nexo sagrado.
Es una fuerza constante que nos vincula a lo Santo y se opone con vehemencia a cualquier atisbo de contrariar tal unión sagrada.
Es consciente de Dios y Su existencia singular, lo desea con fidelidad, rechaza cualquier pecado o cualquier falsa creencia.
Por tanto, en el seno más profundo y autentico de cada persona no hay posibilidad para que surja el deseo por ninguna desviación, especialmente no la que niega o se opone a Dios.
Este Yo Esencial, nuestra esencia espiritual perfecta, de estar al mando de nuestra vida nos llevaría por sendas de justicia y bondad siempre. Habría posibilidad de error, de equivocación, pero no de malicia, rebeldía o cualquier otra forma activa/pasiva de contrariar a Dios.

Sin embargo, nuestro Creador no quiso que estuviéramos comandados directamente por el Yo Esencial, sino que nos creó con un cuerpo, con necesidades, sujeto a dificultades, mecido por emociones y pensamientos, sujeto a otros seres vivos y factores ambientales.
No somos simplemente un Yo Esencial, pleno espíritu en completa armonía constante con Dios.
Tampoco somos solamente un yo Auténtico, en el cual espíritu y cuerpo forman una perfecta sinfonía netamente orientada a lo bueno.
Sino que nuestra Luz interior se ve sometida a ser envuelta por “klipot”, encascarada, por el velo que corre el EGO y sobre el cual se va construyendo nuestro Yo Vivido.
Un Yo Vivido que es conflicto, que es drama, que es contradicción, que es forcejeo de tendencias, que es decisiones entre seguir el camino del bien o apartarse de él.
Esta posibilidad de optar, esta realidad contradictoria que somos, este Yo múltiple que se exterioriza a través del Yo Vivido, es lo que nos da el potencial de crecer hasta alturas inmensas o de caer a abismos oscuros.
Por ser creados de esta manera es que tenemos libre albedrío, capacidad de escoger entre el bien y su contrario, lo que nos dota de un poder único entre las criaturas de nuestro mundo.

Es nuestra tara nuestra mayor ventaja.

Entonces, el origen de la idolatría no está en lo más profundo y auténtico del ser humano individual, sino en algún punto externo a la esencia, que se origina en el velo del EGO sobre la Luz del Yo Esencial.

Seamos más descriptivos para posibilitar una mayor conciencia.

Al nacer el bebe se haya inmerso en un estado de casi plena impotencia, imposibilidad extrema de sobrevivir, de actuar de algún modo constructivo para proteger su existencia del espantoso trauma que conlleva el nacimiento.
Su Yo Esencial se mantiene imperturbable, como estará por todo el transcurso de su existencia terrena.
Pero su Yo Auténtico, en su dimensión corporal está siendo atrozmente atacado por miles de agresiones, involuntarias pero agresiones al fin, que recibe a través de sus cinco sentidos, desde dentro y fuera de su cuerpo.
Está sumergido en un valle de dolor insoportable, no es el momento para que te describa nuevamente lo que ya hemos enseñado en otra oportunidad, pero debes quedarte con la idea de que nacer es una tortura espantosa, indescriptible.
Gracias a Dios nuestro cerebro aún no ha madurado lo suficiente como para guardar registros mnemónicos que nos puedan extirpar la alegría y el disfrute más tarde.
Gracias a Dios venimos pobremente equipados en esos primeros momentos, lo que nos sirve, en cierta medida, como defensa ante el ataque masivo que representa el nacimiento.
Sin embargo, quedan rastros y huellas en lo más profundo de la memoria primitiva, arcaica, reptileana, en los recovecos más oscuros de nuestro cerebro, lo que se traduce en todo tipo de desbalances, enfermedades, malestares, trabas que se irán suscitando a lo largo de la vida del sujeto.
También en aquel momento nace una defensa primaria, muy pobre, reducida en poder y recursos: el EGO.
Sirve como mecanismo de defensa y supervivencia, al llamar la atención con las rudimentarias herramientas que el EGO dispone (gritos, llantos, pataleos) o para desconectar a la persona de la realidad sumiéndola en la inconsciencia (dormir, fantasías, etc.).
El EGO pues, en aquel primer momento terrible, pesadillesco, es nuestro “salvador”.
Y sí, lo es en cierta medida.

El problema es que unos días o semanas más tarde el niño adquiere otras herramientas de supervivencia, va madurando fisiológicamente también, por lo cual el rol del EGO debiera irse reduciendo más y más, hasta quedar desprovisto de todo rol en la vida cotidiana.
Sin embargo, algo falla en la casi totalidad de las personas, o algo parece fallar, ya que el EGO no queda en stand by, sino que persiste y se niega a dejar el rol de “salvador”.
Va consumiendo energía que debiera canalizarse en actividades generadoras de placer, de crecimiento en todo plano, para no perder su sitial.
El EGO se pone en el lugar de dios, para que lo adoremos y así no perder él su sitial de mando sobre nuestra vida.
Actúa de tal manera que consigue hacernos sentir impotentes, nada, basura, pecadores, infames, débiles, estúpidos, nulos, vacíos, indefensos, de modo que luego se presenta nuevamente como “salvador” y nos hace creer que nos restituye a una posición segura y poderosa.
Endiosamos al EGO.
Somos EGÓlatras, adoradores del EGO, porque el EGO nos hace creer que sin él no somos nada, somos polvo cósmico a merced del espantoso sufrimiento del infierno del nacimiento.
Y desde lo más profundo, desde nuestra plena convicción carnal, no queremos volver a pasar por algo tan horrible como fue esa experiencia traumática del nacimiento.
Así que nos dejamos caer en los pobres bracitos del EGO, al que llamamos “salvador”, “redentor”, “dios”.
(Estoy usando un lengua poético para que las ideas sean comprensibles y fácilmente asimilables, en realidad el EGO no tiene conciencia, no es un ser aparte, no es como un pequeño demonio en nuestro interior que nos posee y con su inteligencia hace trampas. El EGO es una parte de nuestro ser, natural, buena en el primer momento, que luego funciona de un modo en apariencia “demoniaco”).

Atención, el uso que estamos haciendo aquí de la voz EGOlatría no es el mismo que encontrarás en cualquier diccionario.
NO es “Culto y veneración que una persona se profesa a sí misma”, sino culto y veneración que una persona profesa hacia un mecanismo primitivo suyo, que denominamos EGO. EGO que usurpa lugares y fagocita fuerzas lo que lleva a debilitar al individuo, generar conflictos con otros, destruir sociedades, impedir el crecimiento en todos los ámbitos, etc.
El individuo se deja vencer por el sentimiento de impotencia y recurre a un “salvador” maravilloso que lo salve del mal.
Tal “redentor” es el EGO.

Es la EGOlatría, según te estamos explicando hoy, el verdadero origen de la idolatría.
Todo idólatra es en el fondo un siervo de su EGO.
Y esto incluye a aquellos que hacen de Dios, el verdadero, un ídolo, y comercian con Él, pretenden manipularlo, lo hacen una estatuita, le quitan Su identidad, lo cosifican, lo humanizan, lo asocian a otras entidades “espirituales”, lo empobrecen, lo limitan, etc.
Se puede ser un ferviente “religioso”, muy cumplidor de los preceptos que atañen a cada uno por decisión de Dios (Siete para los gentiles, 613 para los judíos), y sin embargo ser también un idólatra inconscientemente.
Se puede tener mucha “fe” en Dios, negar ser uno idólatra, pero cuando se permite a sí mismo vivir bajo el poder del EGO, buscando constantemente un “salvador” que resuelva los problemas cotidianos, entonces se está dejando al EGO en el lugar de Dios, aunque se diga creer y adorar al verdadero Dios.
Creo que para muchos este texto, en particular este párrafo, puede ser duro de digerir, por lo que pido relectura, análisis cuidadoso, entender parte a parte

Así pues, volviendo al comienzo de nuestro texto, en la raíz de la idolatría, el idólatra no pretende destituir a Dios, no quiere tener muchos dioses, no está desconectado de Dios, no ignora en lo profundo a Dios, pero se siente impotente, siente un miedo atroz a no volver a sufrir la calamidad del terror del nacimiento, se siente necesitado por un “salvador”, entonces hace surgir al EGO en todo su “esplendor” como un dios y salvador.

Las religiones, grandes y pequeñas, más o menos sectarias, usan con habilidad al EGO para obtener lo mismo que éste.
Hacen sentir a sus feligreses culpa, miedos de castigos insoportables, les hacen creer que son ridículos, pecadores, extraños, ajenos, débiles, errados, miserables, necesitados de salvación mágica; entonces, se ponen ellos y sus dioses como salvadores, como el único camino, la única vida posible.
Niegan al feligrés la posibilidad de ser libre, de madurar, de ser responsable, de hacer su parte, de ser socio de Dios, de servir a Dios y no a dioses (hipóstasis del EGO).
Embarullan con gritos, pataleos, violencia, llantos, sentimentalismos, culpas, amenazas, infiernos, posesiones diabólicas, sugestiones, supuestos milagros, mitos, palabrería en un etcétera variado que tiene por finalidad dejar a la persona en un estado de indefensión y perplejidad típica de un recién nacido.
Así se aprovechan de la persona, de ti.
¿Cuántas veces te ha maltratado tu líder religioso pero o has aceptado con “humildad”?
¿Cuántas veces te señalaron como pecador aunque poco y nada hubieras hecho de mal según perspectiva del Dios verdadero?
¿Cuántas veces te prometieron salvación, sanidad, riqueza, éxito, es decir no-impotencia, a cambio de someterte a sus dictados?
EGO y más EGO.
El tuyo que forma alianza con el de ellos, el de todos en el EGO de las religiones.

Te reitero lo que dije hace un rato, tendrás varias barreras para tomar conciencia plena de esta enseñanza de Luz y Liberación, muchas contras se pondrán en tu camino, muchísimas.
Ya lo sé, pero tú no.
Así que es tiempo de releer, comprender aún mejor, profundizar y hacer el intento de ver con ejemplos de tu vida diaria y de la gente que conoces para ver como la enseñanza cuadra exactamente con lo que has vivido, lo que has percibido, lo que te ha parecido y hasta ahora no tenías noción ni forma de describir y denunciar con firmeza.

Las excusas abundan, son hábilmente usadas por el EGO y sus esbirros.
La palabrería es un recurso del cual hace uso el EGO y sus cómplices.
El envolver a las personas en tretas, trampas, jueguitos de espejismos es más de lo mismo.
Todo lo que te somete a la impotencia, lo que te reduce de tu altura, lo que te hace creer que no tienes valor a no ser que te asocies con “eso”, simplemente es el EGO que te abduce y te obliga a adorarlo.

Triste panorama para la humanidad, pues es así como estamos viviendo.
Pero más triste es cuando los que se dicen seguidores de Hashem, sean judíos o noájidas, actúan de similar manera y hacen de Dios un dios, un ídolo más… pero presumen de sus títulos de nobleza, de sus cuentos de sabios, de sus conocimientos eruditos a nivel intelectual pero que escasamente sirven para erradicar las máculas del EGO de sobre sus almas.

Maimónides (Hiljot Jametz UMatzá 7:4) describe a los idólatras iniciales como «כופרים וטועין אחר ההבל ורודפים אחר עבודה זרה – negadores, extraviados detrás de lo sin sentido siguiente y gente que corre con ansia detrás del ‘culto ajeno’.»
Este lenguaje triple es inusual e instructivo.
En él se explica el proceso por el cual un individuo se convierte en un idólatra.
Primero se niega el nexo con Dios, el propio poder, la facultad inmensa que Dios nos ha dado, al tiempo que nuestras verdaderas limitaciones e impotencias.
Se niega la realidad, para sumergirnos en un mar espantoso de impotencia, de imposibilidad, de dependencia extrema de otros.
Segundo, al estar ya convencidos de nuestra nulidad –ficticia pero creída como cierta- la persona se desespera por salvarse, por sobrevivir a lo que cree el fin del mundo, entonces recurre a cualquier cosa vana, sin sentido, pero que se instala como la “única verdad, la única salvación, la única vida”. En lugar de buscar el propio poder, el lazo sagrado con Dios, uno se desploma bajo la impotencia y se va admitiendo de a poco los mensajes nocivos y tóxicos que provienen del EGO y sus esbirros.
Tercero, cuando ya ha negado su poder, cuando ya está extraviado de la verdadera senda del amor y servicio a Dios, entonces procura con desespero llenar ese vacío existencial, esa impotencia real en la que se ha sumergido, y cualquier “culto ajeno” parece servirle por un tiempo, como una droga, como un anestésico, para mantenerlo sometido al EGO. El desespero por el “culto ajeno” puede incluir la voraz avidez por parte del noájida por adquirir cuestiones que son propias y exclusivas de los judíos, lo que es ajeno para el noájida aunque relevante y correspondiente al judío.
Bajo el comando del EGO la persona se pierde y se toma de lo que considera su madero de salvación, endiosa a lo que no es dios, o limita a Dios.

Tal el origen del mal para el hombre.

(Este texto debe ser releído, estudiado, comentado con seriedad y en lo posible transmitido, difundido, hacerlo llegar a más y más personas con la meta de traer más luz al mundo y la verdadera redención, que sobrevendrá cuando no dependamos de los espejismos del EGO.)

¿Egocentrismo positivo?

Cuando la persona se preocupa intensamente por lo que los otros piensan o creen de ella, y se conduce centrándose en esas expectativas ajenas,
entonces,
en buena medida está dejando de vivir su vida,
para afanarse por representar cotidianos papeles en obras teatrales de poca monta.
Asume personajes,
se identifica con máscaras,
y no encuentra su vida en ninguna parte,
ni en ninguna circunstancia.
Es como si su "yo" estuviera exiliado,
desterrado de su vida,
que se la pasa de representación en representación,
de actuación de libretos escritos y dirigidos por otro/s,
en lugar de hacerse cargo de su propia existencia
y desplegar su vida.

Una persona así,
que vive centrada en el otro,
se desconoce,
y por tanto,
desconoce al otro.

Es por eso que cuando se habla de "egocentrismo",
hay que discernir entre el que es positivo,
y el que es un rasgo de carácter negativo.

El egocentrismo positivo es aquel que aprecia su "ego", su yo, al punto de reconocer apropiadamente cuáles son sus virtudes y defectos, y apreciar cabalmente cuáles son sus potencialidades y aspectos sobre los cuales trabajar para crecer.
Esta centrado en su yo, es decir, no vive en desarmonía interna, ni procura vivir centrado en las expectativas de "otro ego", de otra u otras personas.
Una persona "egocéntrica" de esta manera, es una persona que ha adquirido una autoestima saludable, que le permite valorarse con justicia, y no es herida fácilmente por la decepción o el desengaño.

Por su parte,
el egocentrismo negativo, es aquel que tiende a convertirse en "egolatría", en adoración del propio yo.
Una persona con esta característica, solamente advierte sus rasgos favorables, y muchas veces los infla hasta desdibujarlos; pero tiene mucha dificultad, o nulidad, para darse cuenta de aquello en lo que está errado.
Una persona egocéntrica negativamente, no está viviendo armoniosamente su "yo", y por tanto, tampoco encuentra una vida apacible y de crecimiento en sus relaciones interpersonales.

Y, aunque parezca paradójico,
el ególatra,
aquel que se venera, a sí mismo, (casi) como una deidad,
en verdad,
es uno que está padeciendo de una escasísima autoestima…
y por tanto su desmedido apasionamiento con quien cree que es,
ciertamente es una máscara que esconde un profundo dolor, un inmenso miedo, dependencia del reconocimiento externo y el desamparo más grande…

¡Pobrecito el ególatra!

La Torá, la herencia y patrimonio judío, en la sección semanal de esta semana enseña que nadie estaba presente durante los servicios sacros efectuados por el Sumo Sacerdote en la Tienda de Reunión:

"Nadie estará en el tabernáculo de reunión cuando él entre para hacer expiación en el santuario, hasta que salga y haya hecho expiación por sí mismo, por su familia y por toda la congregación de Israel."
(Vaikrá / Levítico 16:17)

El Sumo Sacerdote debía confrontarse a sí mismo, mientras se encontraba íntimamente con el Eterno.
Nadie más le servía de referencia.
Ninguno estaba allí para testimoniar su actuación.
No había nadie escribiendo el libreto que él debería desarrollar.
Solamente el Sumo Sacerdote consigo mismo, en presencia del Eterno.
El varón centrado en sí mismo, ejerciendo su importantísima función: pedir expiación al Eterno por las faltas y pecados cometidos por él, su familia y la comunidad.
¿Por qué?
¿Por qué no hacer un aspaventoso acto público de contrición, sambenitos, hogueras, fanfarrias y otras menudencias estridentes?
¿Por qué no abarrotar las graderías del santuario, llenar las galerías con rugidos de gargantas ensordecedoras y ojos ávidos de cruentos espectáculos?
¿Por qué el hombre, en su grandeza y simpleza, sin adornos ni esplendidos atavíos, solamente esa persona, ante el Eterno?

Una de las respuestas:
para liberar a este hombre del agobio de estar actuando para buscar honra o aprobación de "su público".

Para que pueda estar centrado en su yo,
ser egocéntrico positivamente,
y así valorarse adecuadamente,
pues solamente el que está en paz y equilibrio consigo mismo
es capaz de buscar la paz y equilibrio con el prójimo.

Cada momento de nuestras vidas,
podemos mantener la ilusión de que estamos actuando a expensas de lo que creemos o pensamos que otros quieren de nosotros,
o podemos tratar de ser "nosotros mismos",
y así vivir y no solamente actuar la vida.

El camino de las mitzvot, de los mandamientos,
es la clave para que la persona se encuentre con su verdadera identidad,
que se centre en sí misma,
para así poder caminar al encuentro de la vida,
del prójimo y de Dios.

Relatos, anécdotas y enseñanzas

– Papá, estoy harto de ser judío. Todos los días los compañeros en el liceo me preguntan "¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué les va tan mal siempre a los judíos?" Y yo no sé qué contestar. Dime papá, ¿dónde está Dios? ¿Por qué no se presenta para que no nos molesten más?

El padre fue hasta la cocina para volver trayendo un vaso de agua tibia y un frasco de sal fina.

– Mi hijito, mira bien lo que tengo en mis manos.

Y acto seguido echó ostensiblemente sal en el agua. Revolvió un poco la mezcla y se la entregó a su hijo.

– Mi hijito, muéstrame, por favor, la sal. ¿Dónde está la sal?

El hijo observó detenidamente el contenido del vaso, lo inspeccionó con esta y aquella luz, pero la sal no era visible.

– Papá, yo sé que la sal está en el agua, pero no te la puedo mostrar.

– Ajá, "sabes" que está ahí… pero… ¿dónde está la sal?
A mí no me sirve que "me cuentes" que en el agua hay sal, y que el vaso tiene algo más que agua… no me sirve… ¿dónde está la sal?

– Papá, no se ve… pero está ahí.

– Hijito, prueba un poco de esa agua.

– Papá, yo sé que la sal está…

– No hijito, debes beber y darme de beber… no me sirve que solamente sepas…

Así pues, el hijo bebió un breve trago de agua salada, sin dudas salada, y dio a probar a su padre.

– Ya lo ves hijo mío. Hay cosas que se saben, cosas que se ven, y otras que solamente se conocen experimentando y siendo sensible.
Hay tontos que solamente se sirven de una parte de su vida, y miden todo con esa parte. Por ejemplo, admiten lo que sus amigos dicen, pero no aceptan nada más.
Pero, la persona completa, está intentando ejercer al máximo sus capacidades.
Ahora, vive, vive plenamente y encuentra a Dios… Él está ahí esperando a que Lo encuentres obrando en Su creación…

Preguntas y datos para meditar y profundizar:

  • ¿Cómo se relaciona el relato con el comentario a la sección semanal que hemos brindado?

  • ¿Qué demuestra de su autoestima aquel que vive pendiente solamente del prójimo, sin prestar atención a su propia vida?

  • Luz
    "Cuando llegas a un lugar oscuro, no tratas de espantar la oscuridad con una escoba. Prendes una luz."
    (R. Iekusiel Halberstam de Klausenberg ztz"l)

    • ¿Sabe usted cuáles son las luces y sombras de su vida?

    • ¿Por qué hay gente que parecen vivir espantando la oscuridad con escobas, en lugar de encender alguna luz?

  • En Shalom
    "El Eterno es Shalom, Su nombre es Shalom, y todo el que está a Él adherido está en Shalom"
    (Zohar: Vaikrá 10b)

    • De acuerdo a esta enseñanza, ¿cómo hacemos nosotros, meros humanos, para construir Shalom en el mundo y nuestras vidas?

    • ¿Para qué usaría usted su tiempo, si estuviera en Shalom?

¿Hacia dónde canalizas tu energía?

Citas y comentarios en negritas a un texto acerca de ietzer hara

  • Shemaia y Avtalion recibieron de ellos [Sabios mencionados en fragmentos anteriores]. Shemaia dice: Ama el trabajo y detesta la actitud autoritaria, y no te asocies con los que detentan el autoritarismo. (Pirkei Avot 1:10)

Debemos amar nuestro trabajo porque a través de el obtenemos nuestro sustento, al hacerlo utilizamos nuestro ego de una forma positiva, canalizamos el impulso energético del ego hacia una actividad constructiva y edificante beneficiando a los demás con nuestras obras pero también obteniendo algo para nuestro beneficio propio, detestar una actitud autoritaria porque dicho comportamiento habla de un dominio negativo del ego al recargarle al prójimo una excesiva carga.

  • Raban Shimon ben Gamliel dice: En virtud de tres principios el mundo perdura: la justicia, por la verdad y por la paz. Pues fue dicho “Éstas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo. Juzgad en vuestros tribunales con juicio de paz."
    (Zejariá / Zacarías 8:16)”. (Pirkei Avot 1:18)

Los tres pilares a través de los cuales perdura el mundo, son la justicia, porque ella restringe los impulsos egoístas de los seres humanos, de no haber justicia todos tomarían lo que quisieran cuando quisieran dándole rienda suelta a su ego, ocasionando peleas y guerras por doquier, pero la justicia restringe este tipo de conductas, como ejemplo alguien que roba, este comportamiento egoísta es castigado mediante la justicia y ello restringe al individuo de hacer este tipo de cosas.

Por la verdad porque a través de ella podemos ser libres de la esclavitud del ego

Por la paz  porque para que exista paz debe primero existir la armonía dentro y fuera de nosotros mismos, entendiendo el papel de nuestro ego en nuestras vidas.

  • Sean prudentes con los que detentan la autoridad, pues no se acercan al hombre sino por interés propio; dan la impresión de ser amigos cuando les conviene, mas no ayudan al hombre en el momento de su necesidad. (Pirkei Avot 2:3)

Esto describe una actitud netamente egoísta, el solo recibir por recibir sin importar nada de lo demás.

  • Hilel dice: no te separes de la comunidad, no creas en ti mismo hasta el día de tu muerte, no juzgues a tu compañero hasta que no estés en su lugar, no digas cosa alguna que no sea posible escuchar, pues terminara por ser oída, y no digas: “Cuando me desocupe estudiaré”, no sea que no te desocupes. (Perkei Avot 2:5)

Hilel aconseja no apartarse de la sociedad porque la construcción de una personalidad saludable así como de una existencia productiva se requiere que estemos insertos en una sociedad, tanto para poder aportar a su beneficio como para beneficiarnos de lo que ofrece ello, insta a que no creamos en nosotros mismos porque nuestro ego que no es “nosotros” sino más bien es parte de nosotros muchas veces hace de nosotros susurrándonos hacer cosas que nos dañan y terminan dañando a los que nos rodean, el tercer postulado no lo comprendo y finalmente aconseja no postergar cosas como el estudio para “después” porque insta a vivir en el presente y no estar fantaseando en el futuro como Ud. lo menciono más arriba.

  • El [Ben Azai] solía decir: No menosprecies a ningún hombre, y no desdeñes ninguna cosa, pues no hay hombre a quien no llegue su hora, y no hay cosa que no tenga su lugar. (Pirkei Avot 4:2)

Considerando la analogía que tiene este consejo con el papel del ego en nuestras vidas podemos decir que el ego es necesario, útil en muchos aspectos, con su papel especifico en nuestras vidas, con una función que es vital en muchos momentos de nuestra vida, PARECIERA QUE DE MOMENTO ES ALGO NEGATIVO PERO REALMENTE TIENE UNA IMPORTANCIA GRANDE EN NUESTRAS VIDAS.

  • Rabí Levitas, hombre de Yavné dice: Sé de espíritu modesto en extremo, pues el porvenir del hombre es la putrefacción. (Pirkei Avot 4:3)

Ser modesto, alejarse del dominio negativo del ego en nuestras vidas que se manifiesta a través de la altanería y la prepotencia.

  • Ribi dice: No te fijes en la vasija sino en su contenido; hay vasijas nuevas llenas de añejo, y viejas que ni siquiera nuevo hay en ellas (Pirkei Avot 4:26)

Algo fundamental en nuestras vidas, es conocer lo que todos llevamos dentro, nuestra constitución humana, dejar de pensar que solo somos un cuerpo un montón de carne, tratar de mirar adentro de nosotros mismos y eso es lo que en verdad nos llevara a vivir una existencia saludable.

Rabí Elazar HaKafar dice: La envidia, la voracidad y el honor destierran al hombre del mundo. (Pirkei Avot 4:27)

A causa del ego el hombre y sus días son más cortos en este mundo, la enfermedad del egoísmo causa terribles males al hombre mientras vive en este mundo.

  • La espada de la guerra llega al mundo a causa de la postergación de la justicia, a causa de la perversión de la justicia, y a causa de quienes ensenan Torá en discrepancia con la Halajá. (Pirkei Avot 5:9)

A causa de la inobservancia de la justicia, los egos de los seres humanos chocan en esta tierra, o bien a veces es el único camino para acallar la brutalidad del ego de unos cuantos es la guerra, esto lo estamos viendo muy comúnmente en estos días, y más personalmente que cuando no hay justicia en nuestros actos una guerra se librara en tu interior enfrentando nuestras dos tendencias.

Inicialmente esto era un comentario a un texto acerca del ietzer hara, son citas de la tradición Judía con los comentarios de un servidor, pero lo tome para elaborar un texto acerca de este mismo tema.

Como un resumen se podría decir que todo aquello que ocasiona que la vida del ser humano sea fastidiosa, improductiva, caótica y miserable es el ietzer hara o instinto hacia el mal y por el contrario el ietzer hatov hace que la vida del individuo sea buena, plena y dichosa.

Pongamos un ejemplo:

El impulso sexual, este inicialmente es puro y sagrado pero cuando se canaliza hacia fines egoístas se convierte en un verdadero dolor de cabeza tanto para el que lo usa mal como para los que le rodean, como la persona que es infiel o usa a los demás para satisfacerse, o el que se masturba para aliviar su deseo sexual truncando el objetivo superior para el que fue creado el impulso sexual que es tener un pareja y desarrollar la vida a plenitud.

Imaginemos una persona que usa el sexo como un medio para buscar estrictamente su satisfacción personal, su impulso se ha convertido en una inclinación hacia el mal, un fin estrictamente egoísta es lo que motiva principalmente sus encuentros sexuales, del lado opuesto esta quien a través del aspecto sexual busca dar vida y fortalecerla como por ejemplo tener hijos y criarlos en bondad y justicia para que sean personas de bien, ejemplo a seguir para quienes estén a su lado.

Como un dato complementario, te comentare que si tienes problemas para refinar la cualidad de la bondad en tu persona, revisa cuidadosamente el ejercicio de tu sexualidad, el derroche de las energías sexuales suele impedir a la persona desplegar una actitud de bondad y generosidad hacia los demás, en el ejercicio correcto de la sexualidad también se encuentra el secreto de la prosperidad y otros aspectos positivos de la vida.

El instinto hacia el mal se presenta cuando ocupamos distintas facetas de nuestro ser para fines estrictamente egoístas, y el instinto hacia el bien se hace presente cuando con nuestras cualidades humanas desarrollamos nuestros mejores aspectos para nuestro beneficio pero también para el de los demás.

Para finalizar quiero hacer un comentario aparte, este texto está hecho por sugerencia del More Yehuda, ahora que vino a México tuve la invaluable oportunidad de compartir los alimentos y convivir unos breves momentos con el (también con Uri chavez un gran amigo) pero los consejos las enseñanzas de vida que pude aprender del él me ratificaron el nivel de More que tiene nuestro Maestro, cada palabra ha sido acertada y ahora que emprendí el proyecto me di cuenta de cuan ciertas y atinadas fueron sus palabras, y que quede claro no digo esto con la intención de poner en un pedestal al More esa no es mi intención más bien la intención es que las personas sepan que es una persona capaz inteligente y bastante estudiada aunque eso no le quita su sencillez y autenticidad con la que se comporta.

Y les doy un consejo “sigan los consejos del More son muy acertados”

¡Elige vivir a plenitud querido amigo!

Gracias More

La prisión imaginaria

Dice Dios a los judíos en la sección semanal de la lectura de Torá correspondiente a esta semana::

"Yo soy el Eterno, quien habito con los judíos en medio de sus impurezas."

(Vaikrá / Levítico 16:16)

Sin importar cuánto la persona se haya extraviado de la buena ruta marcada por Dios, ni cuántas impurezas cubran la Luz de su alma, igualmente el Eterno sigue pendiente de la persona, como un padre que anhela solamente el bienestar de su hijo.
A pesar de que la persona se empecine en rechazar al Eterno, y reniegue del bien y de la justicia, igualmente Él no lo rechazará al momento que quiera abrazarlo.

Tal como decía el Rabí Levi Itzjac de Berditchev: "Tú puedes estar de parte de Dios, o en contra de Dios; pero nunca puedes estar sin Dios".

Basado en enseñanzas del R. Zelig Pliskin

 

Enseñanza para comentar y pensar: La prisión imaginaria

Era la antigua época en la cual los comerciantes iban a través de los desiertos organizados en caravanas, para protegerse mutuamente y beneficiarse de la compañía de colegas y competidores.
Una de ellas había alcanzado el oasis en donde tomarían un merecido descanso después del agobio de un pesado viaje a través del sequedal.

El muchacho encargado de los camellos comenzó rápidamente a hundir en tierra las estacas con las que serían atados los animales.
Pero se encontró con un problema, en algún momento del trayecto había perdido una de las estacas y ahora quedaría un camello suelto que se podría escapar, o alguna persona –el mismo joven- debería permanecer al lado del animal todo el tiempo sin distraerse.
El experimentado líder de la caravana le enseñó un viejo truco del oficio: debía hacer de cuenta que estaba atando al camello a su estaca, mostrarle la cuerda, amarrar fuerte delante de los ojos del animal y dejar la cuerda allí, a la vista.
El joven realizó los gestos y ademanes correspondientes y se marchó a dormir.
A la mañana siguiente, cuando debían partir, todos los camellos con sus amos estaban listos y preparados, pero el camello atado “al aire” se negaba a moverse.
El jefe de la caravana entonces preguntó al encargado: “¿Ya desataste al camello para que pueda marchar?”
El joven corrió a actuar nuevamente delante del animal, ahora con parsimonia desató a la bestia y la liberó de su imaginaria estaba, por lo que pronto estuvieron todos en camino.

Preguntas para reflexionar

1. ¿Cuál sería una de las moralejas de este relato?

2. ¿A cuáles cadenas imaginarias acostumbra aferrarse la gente?

3. ¿Cómo se puede cortar la dependencia con las cadenas imaginarias?

4. ¿Cómo puedes relacionar este relato con la enseñanza de la parashá?