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EGO: el fruto bello

Con la ayuda del Eterno iré publicando una serie de textos que analizarán los primeros párrafos del capítulo 3 de Bereshit/Génesis, con la intención de ir dando más luz al respeto del poder del EGO sobre nuestras vidas y métodos para ubicarlo en su real lugar.
Espero que nos sea de bendición y beneficio práctico, para recompensa terrena y eterna, y por supuesto para glorificar al Eterno con mi modesta labor.

La enseñanza de hoy se centra en un breve motivo del versículo 6: ¿quién define lo que es bueno?

Comencemos este rápido estudio.

Dice la Torá: “Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y que el árbol era deseable para alcanzar sabiduría, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido que estaba con ella, y él comió.” (Bereshit/Génesis 3:6).

El EGO impulsa a la mujer hacia un terreno prohibido, un objeto y un acto que Dios definió por fuera de lo lícito y admisible.
El Eterno ordenó sin establecer motivos ni brindar razones, solamente ordenó y es misión del hombre acatar el mandamiento.
La ley era: no comer del fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal.
Sin más, sin menos.
No había argumentos higiénicos, ni de cultura, ni de distinción nacional, de peligro para la salud, de extinción de alguna especie vegetal, de cuestiones esotéricas complejas, de cualidades desagradables y asqueantes del fruto o del árbol.
Lisa y llanamente era un mandamiento de Dios para que el hombre cumpliera por que tal era la Divina Voluntad.
De hecho, a los ojos humanos el árbol y su fruto aparecían excelentes para los sentidos, pues así es descrito en este versículo, así como cuadraba con el razonamiento humano de superar escollos intelectuales y redundar en beneficios sociales.
Así pues, evaluado por el intelecto humano el fruto del árbol era beneficioso en grado extremo, en todos los planos.
Nada de malo había en él, por el contrario, mucho bueno prometía para quien lo ingiriera, al menos así fue el pensamiento amarrado al EGO que Eva expresó para su corazón y para el de su pareja.
La conclusión de los hombres calificaba de bueno en todos los planos al fruto del árbol.

Pero, (menudo detalle), Dios lo había puesto por fuera de los límites de lo permitido, estaba bajo un mandato de “NO”, por tanto, era “malo”.
Excusas mil se podían inventar, justificaciones y pretextos son fáciles de elaborar para quien quiere hacer algo prohibido, pero el hecho permanecía igual: Dios había dicho “NO”, por tanto, seguía siendo “malo”, aunque un millar de hombres declararan que “Sí, es bueno”.

¿Queda clara la enseñanza simple y concreta, pero al mismo tiempo profunda y de vida?
¿Te animas a expresarla en la sección de comentarios, para que cotejemos cómo has avanzado en tu conocimiento de la realidad codificada por Dios y por tanto del conocimiento de tu propia identidad espiritual?
Te agradezco tu cooperación.

El EGO te hace ver lo que él quiere, lo que le conviene para mantenerse dominando tu existencia.
El EGO te engaña, no por maldad, no porque sea un ente que te posee, o un diablito travieso que te desea dañar; sino porque es una función primitiva natural tuya que no dejo de trabajar, sino que se mantuvo encendida y ocupando un rol y ejerciendo una autoridad que ya no le corresponde.
El EGO no es un enemigo, ni un enviado satánico para llevarte al infierno; sino cualidades que te pertenecen, porque eres humano, que en su base son de mucho provecho, pero cuando usurpan lugares y se apoderan del comando de tu existencia te llevan al desastre reiterado y terrible.

El EGO es hábil para deformar las percepciones, para falsificar los recuerdos, para llenar de pensamientos turbios, para inventar excusas, para alborotar con sinuosas esperanzas, para poblar de terrores tu alma, para hacer juzgar equivocadamente, para ponerse en el lugar de Dios y que tú le adores con fidelidad.

Saberlo es el primer paso para tomar conciencia y vivir de una manera diferente y mejor.

No te creas por encima del EGO, porque está en ti, es netamente humano y sin el entrenamiento intensivo adecuado es improbable que te hayas liberado de su influjo.
No andes asignando valores de bueno o malo, según tu criterio, o el de algún grupo, o por decreto de alguna “autoridad religiosa”; sino más bien quédate dentro del área de lo permitido de acuerdo a los mandamientos que el Eterno te ha dado para que cumplas y vivas espléndidamente bien aquí y en la eternidad.
Cuando comienzas a llamar “bueno” a aquello que Dios ha dicho “NO”, estás en problemas.

Te dejo aquí para que medites y compartas con nosotros, en los comentarios, y con la gente que está a tu lado lo que vas aprendiendo.

El presente ausente

La mayor parte de los problemas y dificultades que atravesamos se arraigan principalmente en nuestra actitud egoísta hacia la vida.
Nuestro pasado tiene su peso en nuestro presente, por ejemplo a la hora de determinar nuestras decisiones, nuestra elección de prioridades, pues de cierta forma el pasado nos marca.
Igualmente opera en el presente nuestra imagen del futuro, con las expectativas, esperanzas, ideales y propósitos que nos planteamos para nuestra existencia.
Singularmente, el único tiempo y lugar que tenemos, el aquí y ahora, nuestra única realidad, está zarandeada por mundos fantasmales, poblados por fantasías de recuerdos o de fantasías de lo que nunca ha acontecido.
Dramáticamente nuestra vida se suele reducir a un escape del pasado y/o del futuro, que nos vacía de contenido real nuestra única realidad: el aquí y ahora.
Te ruego que si no has comprendido lo que he expresado hasta aquí, tengas a bien releer hasta que sea fácilmente comprensible para ti.
Es importante que tengas asegurado este conocimiento.
Como repaso, te regalo una pregunta para que respondas, y si quieres compartes la respuesta en la sección de comentarios aquí debajo: ¿Cómo solemos vaciar de existencia nuestra vida?
Y una pregunta extra: ¿Por qué el presente se llama así?

Herramientas del EGO

El EGO, de forma instintiva, cuenta con dos tipos de herramientas originales: activas y pasiva.

Las activas son: llanto, gritos y pataleo (en esencia, llamar la atención).
La pasiva: desconectarse de la realidad que le hace sufrir (manifestado inicialmente como dormir).

Con el desarrollo del cerebro y el entrenamiento a través de nuevas experiencias, estas mismas herramientas se van perfeccionando en sus técnicas y modificándose paulatinamente sin perder por ello su raíz primaria.
Esto significa que el EGO tiene un repertorio en apariencia amplio, pero realmente es limitado a las herramientas que te enumere más arriba.
Del llanto: gemidos, suspiros, gimoteos, lagrimeos, ciertas depresiones, victimizarse, demandas legales sin base, gestualidad de tristeza y dolor, etc.
Del grito: insultos, procacidades, ofensas, burlas, faltas de respeto, murmuración, mentiras, estafas, presunción, egoísmo, orgullo, amenazas, gestualidad de grandeza, etc.
Del pataleo: golpes, violencia, maltrato, roturas, robos, sustracciones, asesinato, tics, actos compulsivos, gestualidad de agresión, etc.
De la desconexión de la realidad: fantasías, huida, escape, negación, represión, delirio, locura, rechazo, aburrimiento, etc.

A esto se reduce el poder de manipular del EGO, a tan escasos y pobres recursos, y sin embargo alcanzan notables resultados.
La mayor parte de la humanidad padece bajo la bota del EGO, individuos y sociedades están esclavizados y sin darse cuenta de qué está dominando sus existencias.

Es tiempo de que revises tus propias actitudes, tu conducta, tus respuestas, tu manera de actuar, tu manera de presentarse en el mundo, tus sueños, etc. y descubras cómo el EGO está operando en ti, cómo tienes la fantasía de ser libre pero en realidad eres un esclavo.
Puedes también analizar la conducta de la persona con la que te vinculas o relacionas, y cuando te des cuenta de su pobreza de comportamiento, de su limitación emocional, de su servilismo inconsciente al EGO estarás en una posición de ventaja, que debieras aprovechar para no reaccionar a través de las herramientas del EGO, sino con la grandeza de un verdadero constructor de Shalom.

Ejemplo, tu esposa te grita, se pone molesta, se enoja, golpea una puerta, por un asunto que a las claras es menor, pero que ella lo ha tomado a la tremenda.
Puedes reaccionar haciéndote la víctima, o responder agresión por agresión, o romperle la cara a patadas, o salir aireado de tu casa… ¿resuelves algo así?
O puedes admitir tu estado de impotencia, el de ella, reconocer cómo te afecta tu EGO, reconocer cómo su EGO la está llevando a ser un bebe con varias décadas de vida, y entonces no actuar tú también echando leña al fuego, sino como constructor de Shalom.
Es un consejo que racionalmente puede parecer aceptable y sencillo de asumir, pero te aseguro que te costará darte cuenta de la realidad, tomar consciencia a pleno, admitir tu impotencia, aprender a accionar de manera positiva en lugar de con las viejas y apestosas herramientas del EGO.
Te costará, pero si lo haces, obtendrás solamente bendición y satisfacción.

Te pido que nos ayudes poniendo aquí debajo anécdotas de cómo esto que te explico realmente acontece en tu vida, de cómo este conocimiento te sirve para superar día a día la esclavitud, de más ideas para redimirnos del EGO y así ser leales a nuestra esencia y a Dios.
Hasta luego entonces…

El silencio y el habla

Rabban Shimón ben Gamliel decía: Toda mi vida he crecido entre los sabios y no he encontrado nada mejor para el cuerpo que el silencio” (Pirkei Avot 1:17)

Interesante observación realizada por un sabio, de progenie de sabios, que pasaba sus días rodeado de sabios.
El silencio como gran aliado en el perfeccionamiento del hombre, por tanto de la sociedad.
Pero, ¿qué clase de silencio?
¿El de los timoratos que callan cuando debieran hablar?
¿El de los traidores que ocultan su identidad en sombras mudas?
¿El de los “místicos” que cierran su voz para hacerse pasar, o creerse, más “espirituales”?
¿El de los que calman el impulso para tomarse un tiempo para la reflexión y la inteligente decisión?
¿El de los que contienen la agresión surgida de la impotencia y manipulada por el EGO, para no engrosar el dolor con sus torpes palabras?
¿Cuál silencio?

Atendamos al Talmud para quizás develar esta duda: "¿Cuál es la tarea del hombre en el mundo? Hacerse tan silencioso como los mudos" (Julín 89a).
¿Ésta es la tarea del hombre en el mundo?
¿Tal es el propósito de la vida?
¿No existe algo más valioso a lo que pudiéramos dedicar nuestros días, energías, recursos?

Quizás el mensaje detrás de ambas afirmaciones está más allá de lo evidente.
Quizás sea necesario reconocer varios planos de comprensión.
Por un lado el obvio, es sano y bueno esmerarse en aprender el arte del sabio silencio (cuál, cómo, cuándo, etc., es cuestión de irlo aprendiendo).
Por otra parte, tal vez haya que reflexionar profundamente para conectar las frases con otras ideas más allá de las visibles.
Pensemos juntos un momento.
Vayamos al génesis del universo… viajemos allí al misterio del origen, al momento inicial…: "Dios dijo: ‘Hágase la luz… que haya firmamento… que las aguas se reúnan… que la tierra emerja… que la tierra produzca vegetación… que haya lumbreras… que se llenen las aguas… que produzca la tierra animales… hagamos al hombre…" (Bereshit/Génesis 1).
Fue dicho y fue hecho.

No tenemos realidad desconectados de aquella “voz” generadora de Dios.

Volvamos entonces al asunto del silencio y su excelso valor.
Nuestra palabra tiene el poder de crear realidades, como un acto de divina creatividad reducido a nuestra limitada humanidad.
Luego de expresar algo, eso ya tiene existencia que en apariencia es independiente de nosotros, pero sin embargo sigue vinculado a nuestro acto generador.
Si fue una creación surgida del EGO, plagada de oscuridad, sus efectos dudosamente puedan ser de liberación y luz.
Si son voces agresivas, atormentadoras, punzantes, darán lugar al caos, dolor, destrucción, etc.
Por el contrario, si están enraizadas en lo que es bueno y justo, serán obras de bendición.
Tenemos el poder de crear nuestra realidad a través de cómo modulamos nuestros pensamientos y los plasmamos.
Media una infinita separación entre el poder ilimitado de Dios y nuestra minúscula capacidad, por lo cual no es real ni saludable considerar que somos artífices mágicos, que con nuestra palabra haremos que sucedan asuntos espectaculares que alteren el orden del mundo natural, ni que podemos parecernos a Dios haciendo surgir un mundo completo de la nada. Si bien hay mentes infantiles que siguen creyendo en esos poderes mágicos, en ensalmos, en encantamientos y otras cuestiones similares, lo cierto es que el poder del hombre es sumamente limitado.

Sin embargo, tomemos con cuidado el efecto que nuestro discurso puede provocar, las realidades que puede formar.
Un mal sujeto, como el malvado déspota austríaco (germano) de hace unas décadas atrás, quien con sus palabras trajo al mundo desolación, locura, miseria, dolor, espanto enorme.
Los medios de des-información masiva, con su evidente parcialidad a favor del poder económico del imperialismo árabe-musulmán, no dejan pasar un día sin armar mundos de fantasía para promover el odio a los judíos, el desprecio a lo judaico, la aniquilación del Estado de Israel y la desconexión del mundo con Dios. ¿Cómo? Con las palabras necias, enfermas, mortales, envenenadas, llenas de vicio y de EGO fraudulento.
La palabra viciada de EGO que satura de estrés, enojo, miedo, aversión, dudas, conflictos… ¿no hacen mella en el mundo?
De paso, ¿no suelen provocar reacciones igualmente nocivas?
Además, ¿no tenemos la tendencia a ir sumando más y más negatividad en sucesivas frases que sirven como excusa, o quizás como gasolina a las agresiones que provocamos con nuestra falsa comunicación?

Pero, también podemos ir haciendo del mundo un paraíso por medio de la palabra.
Al construir Shalom constantemente, sin pausa, en cada oportunidad, aunque parezca difícil, con acciones buenas y justas y con palabras plenas de Luz y en lo posible desprovistas de EGO.
El grito, el insulto, la pretensión, la petulancia, el agravio, la mentira, la murmuración, el caos, la corrupción, el desvío, la malicia, los podemos cambiar por caricias verbales, palabras suaves, discursos claros, enunciados verdaderos, compañerismo, afecto, elogio sincero, crítica válida, razonamientos abiertos, bendiciones, etc.
Con la palabra podemos crear o destruir mundos, sin hacerse pasar por magos o místicos cabalisteros.
Es poderosa la palabra, al punto de poder modificar la realidad, lo queramos a no.

Nuestra realidad se forma por la palabra, Dios hablando y nosotros hablando.
Uno que habló y Su “voz” reverbera constantemente para mantener en existencia el mundo; otros que llenamos ese mundo de palabras, muchas veces enviciadas por nuestro servilismo al EGO.
Cuando aprendemos el valor de la palabra, para crear mundo de luz o de oscuridad; para construir o destruir, entonces podemos apreciar también el poder del silencio reflexivo, inteligente, comprometido, maduro, carente de adoración o sometimiento al EGO.

Aprendamos a medir nuestras palabras.
Eduquemos nuestra alma a valorar más el silencio que la respuesta dura, que la voz destemplada por el orgullo o el enojo, que nos hace sentir que ganamos una discusión, que tuvimos la última palabra, que no nos dejamos pisotear, que somos más “vivos”, que tenemos la razón, que podemos demostrar nuestro poder… valoremos más el silencio… porque la palabra desgraciada suele ser una demostración de nuestra interior impotencia, de nuestra debilidad, que no encuentra otra forma de sobresalir que no sea a través de la rudeza de palabras y actos.
El constructor de Shalom comienza pacificando su alma, trayendo bálsamo a sus más profundas heridas, domesticando el EGO, siendo poderoso en verdad y no en apariencias.

Aprendamos a ser breves, concisos, claros, efectivos en nuestras palabras, porque seremos partícipes de un gran cambio favorable en nuestra existencia y en el entorno.
Callemos para apreciar la grandeza y bondad de Dios.

Pero no seamos mudos cuando es necesario que se haga sentir nuestra palabra y presencia.
Para combatir al mal, para alentar al que desfallece, para alegrar al perdido, para sostener al que cae, para consolar al que sufre, para motivar al necesitado, para guiar al que busca la Luz, para oponerse a la mentira, para detener al corrupto, para cancelar el imperio del EGO, para agradecer, para acariciar, para valorar…

Que tu vida sea equilibrada en silencios y voces, pruébalo, luego nos cuentas.

Una vida ecológicamente saludable

La mayor parte de los problemas y dificultades que atravesamos se arraigan principalmente en nuestra actitud básica hacia la vida.
Nuestro pasado tiene su peso en nuestro presente, por ejemplo a la hora de determinar nuestras decisiones, nuestra elección de prioridades, pues de cierta forma el pasado nos marca.
Igualmente opera en el presente nuestra imagen del futuro, con las expectativas, esperanzas, ideales y propósitos que nos planteamos para nuestra existencia.
Singularmente, el único tiempo y lugar que tenemos, el aquí y ahora, nuestra única realidad, está zarandeada por mundos fantasmales, poblados por fantasías de recuerdos o de fantasías de lo que nunca ha acontecido.
Dramáticamente nuestra vida se suele reducir a un escape del pasado y/o del futuro, que nos vacía de contenido real nuestra única realidad: el aquí y ahora.
Te ruego que si no has comprendido lo que he expresado hasta aquí, tengas a bien releer hasta que sea fácilmente comprensible para ti.
Es importante que tengas asegurado este conocimiento antes de pasar al siguiente escalón.
Como repaso, te regalo una pregunta para que respondas, y si quieres compartes la respuesta en la sección de comentarios aquí debajo: ¿Cómo solemos vaciar de existencia nuestra vida?

En la sociedad que no desarrolla su multidimensionalidad, la prioridad es el interés propio, puesto que es el EGO individual el que acostumbra estar al mando del individuo, más o menos directamente.
El sentido de responsabilidad suele dejarse bajo llave, en el cajón oscuro olvido. Es uno de los tantos valores prostituidos por el EGO, junto al esfuerzo, compromiso, lealtad, bondad, misericordia, empeño, dedicación, amor, entre otros.
Ejemplos abundan, tú puedes pensar o recordar cientos o miles de tu propia factura o de personas de tu conocimiento.
Si lo deseas, los puedes compartir aquí mismo, en la zona destinada a los comentarios. Gracias.
Ante esta falta de desarrollo multidimensional se pone a funcionar con efectividad sorprendente la maquinaria de las excusas, que para la mente al servicio del EGO son valoradas como difíciles de refutar.

Por supuesto que dominio del EGO no se queda en elaborar mentirijillas para zafar de la toma de decisiones, de hacerse cargo de lo prioritario.
El EGO se conjuga con acciones falaces, apoyos de politiqueros, prédicas de religiosos, amenazas de terroristas, corrupción a todo nivel, burocracia infartante, miedos incentivados por los medios de comunicación, aumento de la inseguridad ciudadana, entre otras herramientas de dominación conducidas por el EGO .
Así pues, cuando el EGO es quien conduce el timón de tu vida, estás naufragando y a la deriva.
Relee la primer frase de este artículo y entiende lo que estamos señalando ahora. Gracias.

Cuando pretendemos vivir de forma trascendente, a la Luz de la Verdad, podemos encontrar algunas pautas muy interesantes.
Por ejemplo:  «Toda la instrucción divina (Torá) es para lograr la armonía social.» (TB Guittin 59b, a partir de Mishlei/Proverbios 3:17).
También:  «Sé atento a los deseos de tu prójimo, pues eso es el conjunto de la instrucción divina (Torá)» (TB Shabbat 31a).
De manera muy clara la sabiduría milenaria nos confirma que el camino para la redención individual y colectiva descansa en quitar el eje de la vida del EGO, para dedicarnos a apreciar y conjugarnos armoniosamente con nuestro prójimo.
Es decir, si te quieres encontrar a ti, deberás encontrar la forma de vincularte con el prójimo.
Es decir, si pretendes conocerte, cuidarte y amarte, debes conocer, cuidar y amar al prójimo también.
Es decir, cuando se rompe el yugo del EGO se obtiene el acceso al poder interno más efectivo.

Esto es verdad tanto en lo que refiere a la Torá noájida (instrucción divina destinada a los gentiles), como a la Torá judía.
Veamos la síntesis de la conducta modelada por los Siete Mandamientos Universales, veamos el perfeccionamiento a través de los reglamentos lógicos derivados de estos, y entenderemos que a través de ellos se logra la armonía social, el respeto al prójimo y lo que es de él, el dejar de sentirse uno mismo como el ombligo del mundo, para maniatar al EGO y ubicar a cada uno en su respectivo lugar sagrado.
¿Te das cuenta de la grandeza de tan simples pero perfectos mandamientos?

Mencionamos el desarrollo multidimensional, pues es cuando se vive en armonía con la instrucción divinamente revelada, cada uno de los cinco planos de existencia del hombre se alinean y equilibran.
En la contracara, quien vive por fuera de la instrucción divina, se aliena y se desequilibra. Tal vez los efectos no sean groseramente visibles, pero para el ojo entrenado, la mente alerta y el corazón consciente es sencillo advertir los síntomas del desajuste.
Así pues, el desarrollo positivo multidimensional funciona en el nivel cognitivo, proporcionando una ideología racional e integrada, una visión del mundo y del sentido de vida que conduce a la armonía social.
Funciona cual entrenamiento conductista, mediante la imposición de un conjunto de disposiciones que indican el curso de acción necesario en determinadas situaciones.
Así mismo tiene un fuerte efecto para despojar de rencores, amarguras, enojos, impotencias, resentimientos, angustias, envidias, celos, recelos, siendo un canal de energización del individuo.
Se abre la conciencia al reconocimiento del origen divino del código de conducta establecido, que posibilita encontrar el camino hacia la esencia divina interna, lo que reduce la necesidad de depender de mandatos exteriores y soportar autoritarismos.
En resumen, el andar por la senda de la instrucción divina brinda herramientas poderosas para quebrar el yugo del EGO, despojarse de los andrajos del servilismo EGO-centrado, para hallarse a uno mismo en su Yo Auténtico, encontrar al otro en su autenticidad y conectarse con potencia con el Eterno.
No es lo único que se precisa para soltarse y ser libre, para dejar de agobiarse por el EGO, es necesario recurrir a ciertas técnicas y prácticas que hoyen la cabeza del EGO, por lo que ambos aspectos son indispensables.

Te propongo que ahora veamos brevemente cómo nuestro EGO no solamente afecta a nuestro ser, al medio social que formamos, sino también a nuestro ecosistema.
Estos efectos debieran ser obvios, pues estamos interrelacionados de forma multidimensional, pero a veces cuesta descentrarse de uno mismo y percibir cómo hasta las mínimas acciones u omisiones pueden conllevar grandes efectos en otros y en el entorno.
(Cuando quieras, lee acerca del “Efecto Mariposa”, puede resultarte interesante).

Al comienzo mismo de nuestra especie recibimos una bendición y una misión de parte de Dios: “…llenad la tierra y sojuzgadla…” (Bereshit/Génesis 1:28).

Está en nuestra brújula espiritual el mandato de la conquista, del dominio, de la tierra y todos sus recursos.
Ante esto surge la cuestión de hasta dónde aprovecharemos los bienes a nuestra disposición, si con fines de explotación abusiva, o a través de un uso racional y equilibrado destinado al desarrollo sustentable.

¿Cuál será la perspectiva del Creador al respecto?
Este midrash probablemente nos haga alguna luz: “Cuando el Eterno creó al primer hombre, lo tomó y le mostró todos los árboles del Paraíso, y le dijo: ‘Observa Mi obra, cuán bella y digna de elogio es y todo lo que he creado lo he hecho por ti, atiende, pues no corromperás ni destruirás Mi mundo’.» (Kohelet Rabba 7:13).

La visión celestial es clara, es el hombre el gran responsable de preservar el mundo y no agredirlo innecesariamente ni provocar en el daños a causa del abuso de sus recursos.
Es perentorio que cada uno actúe de acuerdo a sus posibilidades para generar una onda expansiva de armonía multidimensional, que el individuo y la sociedad adquiera conciencia del rol y deberes que conlleva el dominio sobre la tierra.
No podemos mantenernos al margen en tanto contemplamos pasivamente la destrucción del mundo a causa del EGO.

Recordemos, el problema está en el exceso en el consumo de los recursos, además de no prever y tratar los residuos de forma ordenada.
En la base, volvemos a lo mismo, se encuentra el EGO.

El problema ecológico radica en una visión del mundo egoísta que lleva a acciones egoístas, con ellas nos encontramos que el consumo personal excede de manera desmesurada lo que satisface lo esencial.
Atención: no estamos reclamando por una vuelta a las cavernas, por dejar de lado la tecnología, por rechazar el confort, por vivir como esos falsos santos en repudio de los placeres mundanales. ¡Nada de eso entra dentro de nuestro plan de vida en sincronía multidimensional!
Pero si proponemos abandonar el dominio del EGO, para hallar alternativas multidimensionales que permitan un desarrollo sostenible, un uso satisfactorio de los recursos, un bienestar compartido.
Porque, además el daño al ecosistema, estamos también ejerciendo violencia social de todo tipo, igualmente a causa de las acciones individuales dictadas por la visión enturbiada por el EGO.
En síntesis, cuando el EGO va al timón, el daño redunda en el individuo, en la familia, en la sociedad, en el ecosistema en general.
Por tanto, es necesario que la terapéutico en todos estos ámbitos incluyan un tratamiento intensivo de rectificación y reubicación del EGO.
Que deje de liderar para ocupar su saludable sitio y funcionalidad dentro del sistema psicológico del individuo.

Esto significa que no basta con buenas intenciones, proclamas de personalidades, iniciativas particulares, gobiernos iluminados, abandono de los beneficios derivados de la ciencia y la tecnología, el lamento quejicoso sin solución, nada de esto basta hasta que no se ataca el problema en su raíz: el EGO que se mantiene controlando al individuo y a las sociedades.

Un primer nivel para tomar el control sobre nuestras vidas, para ser dominantes para bien, consiste en conocer y vivenciar las pautas de vida que el Eterno ha diseñado para cada persona. Para el 99% de la población humana mundial esto significa ser conscientes de los Siete Mandamientos Universales y vivir de acuerdo a ellos.
Ya con este nivel en actividad más de la mitad de la sincronización multidimensional ha tomado empuje.
A través de una vida en concordancia con los Siete Mandamientos Universales se entrena a la persona para someter al EGO y no seguir siendo esclavo de él.

Pero, este nivel por sí solo no es suficiente tampoco.
Es necesario curar a la persona del trauma inicial, del nacimiento, así como aligerarlo de los traumas posteriores que reforzaron la vivencia de impotencia inicial.
Para esto se hace imprescindible el ejercicio de buenas prácticas correctivas en todos los niveles de existencia de la persona.
CabaláTerapia es una opción válida, que consideramos por el momento insuperable, cuando es posible desplegarla en todo su potencial.
Permite corregir a la persona en cada uno de sus planos, llevarlo a una redención del EGO, a una toma de poder sobre su vida.
Por supuesto que otras formas de terapia o de toma de conciencia tienen su efectividad también, pero habría que considerar si se enfocan en cada una de las dimensiones del ser humano o solamente en algunas.

Además, es imprescindible que el Enfoque Cabalístico –tal como lo entendemos nosotros, sin las tergiversaciones de los traficantes de la fe-, sea vertido a la sociedad, para que la educación multidimensional permita un desarrollo equilibrado de la persona y la sociedad.

De esta manera se logra un sometimiento del EGO, que deja de capitanear la vida personal, por lo cual las reacciones originadas en él ya no son las que accionan, sino que se puede tomar alternativas que lleven por sendas saludables.

A través de reglas derivadas de los mandamientos, muchas de ellas codificadas en la Halajá Judía –Código normativo para los judíos-, se encuentran respuestas a numerosas situaciones que conllevan desequilibrios con uno mismo, con el prójimo, con la sociedad, con el ambiente físico.
Si tomamos como base el mandamiento de “No Robar”, podemos encontrar respuesta a casi cada uno de los fracasos que estamos sobrellevando y de los dramas que estamos provocando a nosotros, a otros y al entorno.
Es para que lo pienses, no para que te lleves ahora la conclusión completa.
Piensa en lo que respecta a contaminación ambiental, ruidos molestos, daños provocados por negligencias en obras, cuidado de recursos naturales, defensa de especies en peligro de extinción, solidaridad entre personas, respeto por la integridad personal… tienes tanto para reflexionar y encontrar y tomar conciencia y compartir con otros…

Podemos seguir usurpando el rol de “amos del mundo”, creyéndonos como dioses.
O podemos recurrir a nuestro gran socio, quien tiene la mayor parte de las acciones en esta empresa: Dios.
Cuando modificamos nuestra perspectiva EGO-centrada, dejamos también de lado las religiones, las manipulaciones (incluso de pretender manejar a Dios o de hacer negocios turbios con Él), dejamos de lado el padecimiento constante de querer y nunca saciarnos.
Es tiempo de someter al EGO, de llevarlo a su lugar y rol.
Para que nuestro mundo alcance la tan anhelada Era Mesiánica.
Recuerda que  «los mandamientos fueron dados sólo como un medio para perfeccionar a la humanidad» (Midrash Rabba), no para que sean intolerables, ni para que tengamos un yugo imposible encima, o para servir para algo a Dios.
Es para nuestro propio beneficio, el verdadero, el que importa, tanto personal como colectivo.

Así pues, la solución para la mayor parte de nuestros dramas está en llevar una vida ecológicamente saludable, de acuerdo a las pautas que te mencione más arriba.

Para finalizar, te dejo para tu alimento y reflexión el siguiente relato talmúdico:

“Joni Hameaguel iba por el camino cuando vio a un hombre plantando un árbol de algarrobo.
Le dijo: ¿Cuántos años tarda un algarrobo en dar frutos?
Éste respondió: Setenta años.
Joni le preguntó: ¿Y estás seguro de que tú vivirás 70 años como para gozar de él?
Le respondió: encontré en el mundo algarrobos cuando nací, así pues, de la misma forma que hicieron mis antepasados, también yo plantaré algarrobos para las generaciones futuras.”
(TB Taanit 23a)

Abre el campo…

Te brindaré a continuación un simple método para ir venciendo el dominio del EGO sobre tu vida.
Es una herramientas más de varias que te estoy ofreciendo y espero poder seguir haciendo.
En esta ocasión te propongo que abras tu campo de opciones con alternativas o preguntas.

Cuando estamos actuando/pensando/hablando/sintiendo dominados por el EGO, generalmente recurrimos a una respuesta única, a la reacción inmediata y sin disyuntivas.
Ejemplo: Pasa un conocido a tu lado y no te saluda. Sin tiempo para nada tu mente se llena seguramente de contenido similar a este: “Éste no me saludo, porque me odia. La próxima vez le demostraré mi desprecio.”
¿Te ha pasado?
Supongo que sí, quizás no con el tema del saludo, pero sí con otras cuestiones tales como invitaciones, ofrecimientos, regalos, recordar cumpleaños, ser atentos, etc.
Tu enojo, tu pensamiento negativo, tu rencor, tu deseo de venganza, tu interpretación agresiva, etc. se basa en el dominio del EGO sobre tu vida.

Veamos algunas de las alternativas.
1- “Oh, mi amigo no se dio cuenta que estaba aquí. Que pena, me hubiera adelantado yo a saludarle”.
2- “Quizás está apurado, tiene alguna urgencia, está preocupado por algo serio, y no está prestando atención realmente a a las caras de los transeúntes”.
3- “Puede ser que en el fondo sea tímido y le da “como cosa” saludarme.”
4- “Tal vez hice algo indebido y está un poco dolido, tendré que indagar cómo andan las cosas entre nosotros”.
5- “Bueno, se parece mucho a mi amigo, pero yo no tengo gran precisión para recordar caras, él tampoco”.

Si las opciones se acompañan más de preguntas reales que de afirmaciones, estarás dando un paso más en tu proceso de redención.
Usa todos los colores del arcoíris, no siempre el mismo, aunque te guste o te sientas a gusto en la monotonía.

Cuando te abres a las opciones, cuando no te cierras en una sola idea manejada por el EGO, entonces estás en camino de sacarte de encima la bota dictatorial de tu impotencia y proceder a vivir con dicha, disfrute, paz, crecimiento.
Es tu opción ahora si quieres entrenarte para usar tu capacidad mental y desarrollar la inteligencia emocional, o si prefieres mantenerte en la celdita oscura y angustiosa de tu mente EGO-céntrica.

Luego, evalúa con calma las alternativas, y ve armando una red de posibilidades que te liberen en lugar de volver a encerrarte detrás de los conocidos muros de tu celdita de EGO.
Al principio puede resultar difícil, sentir miedo, no saber como hacer bien las cosas, temer fantasear por demás, con el paso del tiempo, con la apertura mental, con la limpieza del corazón, con la guía adecuada, podrás encontrar la belleza allí en donde ahora encuentras miseria.

Amor propio versus Ego

Muy seguramente muchos de los que hemos pasado por alguna creencia equivocada recordemos cual es una de las maneras más sutiles, y comunes con las que se manipula a quienes pertenecen a una de ellas.  Allí se enseña que: “el amor propio es Ego”, y de ese modo se manipula disminuyendo  a tantos incautos que luego pasan a ser  parte de obras teatrales, donde su papel no va más allá de ser simples títeres sin voluntad y sin conocimiento real de su identidad. 

El amor propio, a lo que ellos  llaman ego NO es malo, pues  amarse es solo una forma de vivir plenamente, de reconocerse y mostrarse tal cual se es,  sin temores a ser disminuidos,  “el genuino amor propio está MUY lejos,  del deseo de obtener grandeza a los ojos de otros”.

 Pero ¿Cómo no caer en el error de esperar elogios, ó halagos de grandeza de parte de los demás?, basta con  saber quiénes somos y delante de quien estamos.  Si recordáramos  que en TODO momento estamos frente a nuestro Hacedor, quien todo lo ve y todo lo sabe, quien nos conoce sin máscaras, sin disfraces, sin títulos, sin adornos o apariencias, entonces tal vez seremos capaces de reconocer  cuan dependientes somos, y a quien hemos de servir.

Ante su grandeza claramente somos menos que Él, pero NO inferiores a su  obra, sino parte de ella y por lo tanto hay un lugar para cada uno de nosotros.

Creer que estamos por encima, subirse en pedestales para  intentar aparentar puede engañar a otros, y lo más probable es  que también nos engañemos a nosotros mismos, pero Nunca a nuestro Creador, pues acaso ¿no ha de conocer  mejor, la obra de sus manos aquel que la hizo?

 Ponernos por debajo es menospreciar  lo que hemos recibido,  puede convertirse en  excusa para buscar  “una falsa perfección” inmiscuyéndonos  por ejemplo en roles, e identidades que no nos pertenecen, que no, nos son propias y que sólo serán cortinas que intentan ocultar la verdad de “quienes somos”; cuando se actúa de ese modo, vanamente se   intenta  ocupar un lugar por encima de D’s , cosa que nunca podría darse, pero con esa actitud despreciamos y vemos en poco lo que nos ha sido asignado, y se actúa tontamente al creer que  hubo un error en la repartición, en otras palabras “ se cree tontamente que D’s se equivocó, y tontamente… lo único que se hace es alimentar al ego”.

Pero  al reconocernos como lo que somos, al ser agradecidos por nuestra porción, aprenderemos a amarnos, y ese amor propio;  no es creerse perfectos, basta con mirar nuestro caminar y reconocer en nuestra vida,  esas acciones que han pasado a ser errores, para aprender  de ellas  e intentar evitar  volver a equivocarse,   o volver a repetirlas. 

Es de humanos caer, equivocarse, pero también lo es el levantarse y enmendar los errores, eso sí, nos hace crecer y ser mejores. Reconocernos como lo que somos, no ha de llenarnos de temor,  sólo nos llenará de motivos,  para no quedarnos en el error; para no dejar de lado la posibilidad de cumplir con nuestro verdadero propósito.  Y  mientras lo hacemos seremos felices con lo nuestra porción.

Ser noájida, mostrar lo que eres, es una hermosa oportunidad de ser libres, de realmente  “ser”, de dejar de lado las apariencias, de vivir sin intentar ocupar  un lugar de reconocimiento, o de grandeza, cuando eres noájida puedes serlo sin temor a mostrar  quien eres,  ya no lo harás para agradar a un líder, a un grupo ó al mundo, lo harás porque te reconoces a ti mismo, y te amas tal  cual , y sabrás que al único que sirves es a Dios, no a tu ego, no a los hombres, solo a tu Creador.

 

No esperes más para amarte a ti mismo

Un Abrazo amigos.

Reconocer al EGO

¿Cómo saber si tus pensamientos, sentimientos, acciones, palabras, son provocadas por tu EGO?

¿Acaso disfrutar de lo bueno de la vida, sin atormentarse por culpas, es sinónimo de ser esclavo del EGO?
¿Acaso estar pendiente de que cada palabra o acto no sea originada en el EGO, es esclavizarse al EGO?
¿Acaso vivir sin importar lo que los demás opinen, sientan, consideren, es ser víctima del EGO?

¿Cómo puedes saber cuando estás actuando bajo el dominio del imperio mediocre y oscuro del EGO?

Te brindaré UNA respuesta, que probablemente cubra la mayoría de las situaciones en las cuales podrás discernir si estás operando a la sombra del EGO.
Es una respuesta, no necesariamente la única o definitiva, tenlo presente.

Repasemos brevemente lo que ya hemos enseñado.
Al nacer nos vemos sumergidos en un océano infinito de dolor, miedo, enojo, angustia.
Todos junto forma el terrible estado y sentimiento de impotencia original del humano.
Sentimiento que se marca a perpetuidad en los recovecos de su memoria y le acompañará a lo largo de su vida.

Ante esa invasión espantosa, el hombre dispone de una única herramienta protectora, a la que denominamos EGO.
Nace como una armadura, tosca, recia, insufrible, rudimentaria, pero útil para lo que fue diseñada: proteger al recién nacido del terror mortal de la impotencia.

Las armas con que cuenta este EGO son (en este artículo) escasas, algunas de carácter pasivo y otras activo.
Las activas son: llanto, gritos, pataleo.
La pasiva es la huida, básicamente en el neonato: dormir.

Estas herramientas son efectivas para resguardar a la persona, aliviarle el pesar inmenso de la impotencia, proveerle de auxilio externo, recibir atención, sobrevivir.
Son herramientas que serán usadas en lo sucesivo por el niño, quien se irá perfeccionando en el arte de manipular a los demás por medio de ellas.
Con el paso del tiempo y las interacciones estas armas serán sostenidas o a partir de ellas se elaborarán otras, similares pero más “adultas”. Por ejemplo, el llanto pasará a ser gimoteo lastimoso o quejas; el grito será un insulto o una ironía; el pataleo un golpe o una agresión emocional; la huida adquirirá otras facetas, tales como el fantasear, el delirio, la negación, el rechazo, el olvido, la distracción, el aburrimiento, la torpeza, entre otros.

Repasando: el EGO es beneficioso en los primeros momentos de vida, pues es la zozobrante tabla de salvación a la cual recurre instintivamente el niño para sobrevivir el impacto aterrador del nacimiento.
El EGO es necesario en alguna que otra ocasión más adelante, pero sería beneficioso que el EGO dejará paso a un control más desarrollado y eficiente de las cuestiones vitales.
El EGO recurre a recursos innatos para alcanzar sus objetivos de supervivencia: gritos, golpes, llanto y huida.
La persona que se mantiene esclavizada al EGO y actúa, habla, piensa, siente a través de su filtro estará usando (o abusando) de alguna de estas armas primarias, o alguno de sus derivados, como manera de manipular a otros, pretender controlar la realidad ajena al dominio personal, o anestesiarse a la percepción de su estado de impotencia. Para ni tener miedo, no angustiarse, no sufrir y manejar de alguna manera su enojo.

¿Hemos respondido a las preguntas iniciales de este artículo, especialmente a la primera?
¿Contamos ya con una guía para tomar conciencia de nuestro estado de servilismo ante el EGO?

Espero tus comentarios, son una buena retroalimentación y manera de crecer juntos en conciencia y libertad.
Gracias por acompañarme en este viaje.

El hombre ecológico

El mundo se maneja con leyes prescritas por el Creador.
Son las leyes naturales.
Las que competen a los cuerpos son estudiadas por las ciencias naturales en sus diversas ramas y especialidades.
Las que competen a los seres humanos en su multidimensionalidad, implican tanto el trabajo de los científicos como de los sabios entrenados en conocer la dimensión espiritual.
Las leyes humanas, las que se enraízan en la dimensión espiritual, son denominadas “mandamientos”.
Los Siete Mandamientos que corresponden a los hijos de las naciones del mundo, los gentiles, también llamados noájidas.
Los mandamientos que atañen a cada judío del conjunto de los 613 que demanda Dios de la nación judía.

Los cuerpos se comportan naturalmente en consonancia a las leyes naturales físicas, no es cuestión que dependa de la voluntad, el deseo, la opinión, la ignorancia, etc.
Los cuerpos, la materia, es dependiente de las leyes físicas, se esté consciente de ellas o no, se quiera respetarlas o no.
Al mismo tiempo, la persona también debiera actuar en sintonía y concordancia con las leyes espirituales, con los mandamientos que le son acordes.
Cuando se obstaculiza el desarrollo de los mandamientos, se está provocando una ruptura, un desequilibrio, una enfermedad en la dimensión espiritual inicialmente pero que repercute más pronto más tarde en el resto de los planos personales y colectivos.

Notemos que los mandamientos son obligatorios, no son opcionales.
Son, entre otras cosas, las claves esenciales para que la persona alcance su plenitud y lleve una vida de equilibrio dinámico multidimensional.
Son tan obligatorias como las leyes naturales físicas, sin embargo, a causa de nuestro carácter medular de ser humanos, Dios nos ha conferido el libre albedrío, a través del cual nos hacemos cargo del cumplimiento de los mandamientos porque así queremos y no porque somos compelidos por algún instinto ciego e irracional.

A ver si lo entendemos.
Los mandamientos son tan ineludibles como las leyes naturales físicas, sin embargo depende de la voluntad de la persona si se somete a la divina Voluntad o no.
No existe la opcionalidad de cumplir o no, son necesarios y esenciales de no cumplirse la persona entra en un estado de desequilibrio, de desajuste, de “mal”, que lo aparta del goce de la plenitud de la bendición que está siendo derramada sobre ella.

El desequilibrio personal y colectivo se continúa en el descalabro también del ambiente.
Estamos entrelazados con nuestro entorno, lo moldeamos y nos modela, por tanto cuando nuestras acciones u omisiones nos afectan, afectamos de alguna forma al medio.

A diferencia de las otras criaturas, los seres humanos continuamente perturban el equilibrio sistémico de la naturaleza.
Explotamos hasta el abuso de los recursos naturales, adrede ocasionamos sufrimiento a otros seres vivos, nos fanatizamos en nuestro servilismo del EGO por lo que arruinamos nuestra existencia y provocamos la ruina de los demás.
En ocasiones nuestras acciones devastadoras se excusan en la ignorancia, en la falta de conciencia del alcance de nuestras acciones.
Sin embargo, la ignorancia nunca exime de la consecuencia (o del castigo).
Un ejemplo simplón pero bastante frecuente: aquel que en época de sequía enciende una fogata y no la cuida por lo cual se propaga el fuego hasta convertirse en un voraz infierno que consume bosques enteros, hogares, vidas animales y humanas, etc. Todo a causa de la torpeza de alguien que no quería generar tal caos, que se escuda en su ignorancia o falta de prevención, pero que igualmente fue el disparador de una tragedia enorme.

Cuando el EGO nos domina, nuestra enfermedad multidimensional también repercute en el medio y por tanto se enferma al ambiente.
No es una cuestión cabalistera, mística, agnóstica, fantasiosa, para prédicas de patanes y charlatanes, sino la mera y sencilla realidad.
Que no la queramos ver o admitir, es otra cosa.
Nuestro servilismo al EGO nos maltrata de continuo, y causamos daños incesantemente al entorno.

En respuesta, la naturaleza actúa como está prescrito en su manual de instrucciones, procura reequilibrar dinámicamente el sistema.
Es una respuesta automática, obviamente, diseñada por el Arquitecto y Creador.
Es la homeostasis la que impera.
Ejemplo, si la presión de los elementos intraterrenos aumenta, se genera alguna reacción que canaliza la fuerza comprimida, por ejemplo a través de la erupción de un volcán.

La creación en su orquestada belleza está destinada a ejercer movimientos que lleven al equilibrio, en tanto que el hombre debe hacerlo por libre elección.
Podemos escoger ser libres y experimentar la perfección que abunda en la naturaleza, la bendición constante que fluye sobre nosotros.
O podemos encerrarnos en la esclavitud a nuestro EGO, y padecer, mentirnos, seguir agotando todos los recursos, para llevarnos finalmente a una extinción dolorosa, sea personal o colectiva.
En buena medida depende de nosotros y nuestras decisiones cotidianas.
Nuestro EGO en el poder es un amante vergonzoso, un amo patético, un consejero imbécil, un derrochón al comando de nuestro tesoro… ¿seguiremos apostando a vivir de mentiras en lugar de encarar un proceso de retorno a nuestro equilibrio interno, multidimensional, que ejerza un balance positivo en el ambiente?

Recuera que la tan mentada y visible crisis ecológica es una terrible realidad, pero también un síntoma de una grave enfermedad, cuyo virus infeccioso es el EGO de las personas.

Nuestro desequilibrio interno es el motor de la crisis ambiental.
La mejoría se encuentra en hallar el balance interno, multidimensional, para que reverbere en un estado de homeostasis generalizado.

Así pues, es necesario embarcarnos en un camino de crecimiento personal y colectivo.
Aprender las reglas de la naturaleza y los mandamientos que nos competen.
Ejercer nuestra función, de acuerdo a nuestra esencia espiritual.
Soltar las amarras del EGO, para de es forma actuar con altruismo, con bondad, con justicia, con lealtad.
Esto lleva indefectiblemente al gozo, al bienestar, a la plenitud, a la toma de conciencia de que constantemente somos benditos, pero que nuestro EGO nos cancela el gozo y el conocimiento de nuestro bien.
Tanto nos sumergimos en el océano infecto del EGO, que nos hundimos en depresiones, en descalabros, y arrastramos al medio con nosotros.
Romper la cadena del EGO es permitirnos vivir a pleno el aquí y el ahora, sin por ello desencadenar un desequilibrio para el futuro.

Es tan simple, y por ello tan rechazado.

Somos indiferentes al prójimo, porque nos desconocemos en nuestra real identidad.
Somos indiferentes ante el ambiente, porque priorizamos el tonto deseo pasajero antes que la plenitud gozosa de la bendición.

"Estamos frente a una verdadera emergencia planetaria. Es un desafío moral y espiritual para toda la humanidad" afirmó con seriedad Al Gore, quien fuera vicepresidente de los EEUU, cuando le fue entregado el Premio Nobel de la Paz.

¿Aceptamos el desafío de crecer?
¿Aceptamos hacer nuestra parte para romper el yugo del EGO?
Peligra tu vida, la de tus queridos, la del planeta… nos estamos suicidando para seguir engordando al pernicioso EGO.

De ti depende que hagas tu parte y que difundas los mensajes de redención que te ofrecemos gratuitamente.
A disfrutar de la vida, cuando escojas vivirla en armonía multidimensional.

Te espero aquí.

El oscuro poder del EGO y cómo dominarlo

El EGO surge como primer mecanismo de defensa ante el masivo sentimiento de impotencia que inunda al recién nacido.
(Sobre el respecto ya hemos escrito, busca por favor).
Es una herramienta natural, necesaria, absolutamente rudimentaria pero bastante oportuna para los primeros momentos de existencia del individuo humano.
Luego, ya no debiera seguir activo.
Sin embargo, lo normal ((Normal NO ES sinónimo de saludable o correcto.)) es que allí permanece, encendido, usurpando la identidad personal auténtica, desviando la energía vital para su autopreservación, dominando a la persona y llevándolo por sendas terribles.

Gran parte de su “poder” radica en que se asentó en el individuo en una etapa en la cual

  • no impera el pensamiento racional,
  • no cuenta la persona con mecanismos alternativos para su defensa,
  • no tiene la asistencia del lenguaje para elaborar sus temores, angustias, enojos, vacilaciones, dolores,
  • no se puede recurrir a una base de memorias pasadas o experiencias previas,
  • no hay forma de recibir confortación o auxilio efectivo por parte de otras personas,
  • ni siquiera se posee la facultad de hundirse en fantasías reparadoras.

Visto así, estamos a merced del EGO, afincado en lo más vetusto, rancio, oscuro, irracional, inaccesible de nuestro Yo Vivido.

Tengo la idea de que para muchos lectores esta descripción será incomprensible, por lo que no cautivará el interés.
Otros lectores creerán entender algo, probablemente bastante alejado de la intención que tengo al escribir estas líneas.
Otros asentirán y comprenderán, compartirán este esbozo de nuestro ser más profundo y terrorífico, y se encogerán de hombros, agobiados por la impotencia de –aparentemente- no poder hacer nada para extirpar el EGO o al menos dominarlo.

Por tanto, antes de continuar con la elaboración de mi idea medular, pediré de tu parte retroalimentación.
Solamente continuaré cuando varios de ustedes comenten que han creído entender hasta ahora y compartan pistas de por dónde dan sus pensamientos y sentimientos al respecto.
¿Les parece?